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Economía mexicana. Nueva época

Print version ISSN 1665-2045

Econ. mex. Nueva época vol.22 n.1 Ciudad de México Jan. 2013

 

Artículos

 

La producción científica de los economistas académicos en México entre 2000 y 2010

 

The Scientific Output of Academic Economists in Mexico from 2000 through 2010

 

Julio César Arteaga García* y Daniel Flores Curiel**

 

* Profesor, Facultad de Economía, Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Monterrey, N.L. México. julio.arteagagr@uanl.edu.mx.

** Profesor, Facultad de Economía, Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Monterrey, N.L. México. daniel.florescr@uanl.edu.mx.

 

Fecha de recepción: 11 de octubre de 2011;
Fecha de aceptación: 13 de septiembre de 2012.

 

Resumen

Este trabajo estudia la información de 357 profesores o investigadores de 28 instituciones educativas de economía del país que han publicado, por lo menos, un artículo en alguna de las revistas de la base de datos EconLit entre 2000 y 2010. El análisis indica que, en promedio, estos profesores o investigadores publican un artículo en las revistas de EconLit cada dos años ocho meses. La mayor parte de estas publicaciones se concentra en un conjunto pequeño de revistas nacionales, mientras que un bajo porcentaje aparece en las revistas internacionales de mayor prestigio en el área de economía.

Palabras clave: investigación, publicaciones, productividad, clasificación de instituciones académicas.

 

Abstract

This paper studies information of 357 professors or researchers from 28 academic institutions in Mexico. All these individuals have published at least one paper between the years 2000 and 2010 in journals included in the EconLit database. The analysis indicates that these professors or researchers publish on average one paper in EconLit journals every two years and eight months. Moreover, most of these publications are concentrated in a small set of Mexican journals. On the other hand, few publications appear on prestigious international economics journals.

Keywords: research, publications, productivity, institutional rankings.

Clasificación JEL: A11, A14, I23, J44.

 

Introducción

Hace una década se publicó en esta revista un par de estudios sobre la producción científica de los economistas del país. En el primero, Puchet (2001) empleaba información de 1992 a 1997 para medir la producción de artículos sobre la economía mexicana, así como la participación de los académicos del país en esa literatura tanto en forma individual como institucional. En el segundo, Esquivel (2002) trató de mostrar que el estudio de Puchet (2001) contenía sesgos que favorecían o perjudicaban a ciertas instituciones y economistas del país. En particular, Esquivel (2002) argumentaba que Puchet (2001), por considerar en su estudio exclusivamente investigaciones sobre la economía mexicana, excluyó a muchos académicos del país que tratan temas diversos de economía.

Independientemente de la polémica causada en su momento, el estudio de Puchet (2001) destaca algunos aspectos interesantes sobre la producción de los economistas académicos en el país durante la última década del siglo XX. En primer lugar, muestra que estos economistas publicaban mayoritariamente en revistas que no se encontraban en rankings nacionales o internacionales. En segundo lugar, señala que las publicaciones se concentraban en revistas no sujetas a estricto arbitraje y cuyo contenido no tenía necesariamente carácter científico.1 En tercer lugar, indica que una parte importante de los investigadores nacionales publicaba sus trabajos en revistas editadas por la misma institución en que prestaban sus servicios.

Más allá de la curiosidad que pueden despertar las comparaciones o rankings sobre la productividad de las escuelas y los economistas del país, es conveniente medir y evaluar de manera periódica la producción científica sobre economía que se lleva a cabo en las instituciones de educación superior. Este trabajo tiene por objeto cuantificar y analizar dicha producción en el periodo comprendido entre 2000 y 2010.

Los departamentos de economía de las distintas universidades del mundo, especialmente aquellos que se encuentran en los países desarrollados, son evaluados y comparados principalmente en función de sus publicaciones en las revistas científicas del área. De manera similar, en la mayor parte de esas instituciones los profesores son promovidos con base en su producción en este tipo de revistas. Usualmente, los profesores conocen con precisión en qué revistas y cuánto deben publicar para ser sujetos de una promoción.

En México, los profesores universitarios tienen diversos incentivos para publicar su trabajo de investigación. La publicación de trabajos en revistas de carácter científico es muchas veces un requisito para obtener algún tipo de estímulo económico, de promoción en su institución educativa o en el sistema nacional de investigadores. Si bien en muchas ocasiones los investigadores no tienen una idea precisa de cuánto necesitan publicar y en qué revistas para obtener una promoción, por lo menos saben que tienen que publicar en revistas nacionales e internacionales reconocidas. Asimismo, en las universidades públicas estatales la investigación se ha fomentado debido a que la Secretaría de Educación Pública (SEP), por medio del reconocimiento del perfil deseable, promueve que los profesores de tiempo completo, además de actividades docentes, generen o apliquen conocimiento y realicen actividades de tutoría y gestión académica.2 Por ello resulta interesante saber si las aseveraciones de Puchet (2001) son vigentes tras el paso de una década. Es prudente aclarar que el presente estudio no sigue la misma metodología que Puchet (2001) y, por lo tanto, no es estrictamente comparable. Sin embargo, existen algunos elementos comunes que permiten dar seguimiento a sus conclusiones.

Este trabajo estudia la información de 357 profesores o investigadores de 28 instituciones educativas de economía del país que han publicado, por lo menos, un artículo en alguna de las revistas de la base de datos EconLit entre 2000 y 2010. En cierta forma, este grupo de personas constituye el grupo de investigadores de la economía más destacado en la academia del país.3 En promedio, estos profesores o investigadores publican un artículo en revistas de EconLit cada dos años ocho meses.

El documento está organizado de la siguiente manera. La primera sección, a continuación, describe la información utilizada en este trabajo, mientras que la segunda hace un análisis general de la producción de artículos científicos de economistas académicos del país. En las secciones 3 y 4 se analizan los datos desglosados de publicaciones por institución académica y por investigador, respectivamente. Posteriormente, en la sección 5 se describe la cantidad de artículos publicados por tipo de revista. Finalmente, la sección 6 concluye.

 

I. La selección de revistas, escuelas e investigadores

Aunque en el área de economía existen cientos de revistas, las comparaciones o rankings suelen hacerse utilizando conjuntos restringidos de ellas. Usualmente se toman las revistas que se considera difunden investigación de carácter científico y que tienen, además, un mayor reconocimiento en el área de economía. EconLit es la base de datos que se emplea con más frecuencia en los estudios nacionales e internacionales para obtener información de las publicaciones de los investigadores en el área de economía. Por ejemplo, los estudios de Combes y Linnemer (2003), Coupé (2003) y Jin y Hong (2008) usan esta base de datos para medir la producción científica de los economistas y departamentos de economía de todo el mundo, Europa y Asia, respectivamente. Por ello, se opta por emplear la base de datos de EconLit para definir tanto las revistas como las instituciones educativas y los profesores-investigadores que participarían en el estudio. Ahora bien, como explica Esquivel (2002), esta base de datos constituye simplemente el primer filtro de revistas científicas del área, y no necesariamente es una garantía de que tengan una alta calidad o un elevado rigor en el arbitraje.

En principio, se consideran cinco conjuntos de revistas en este estudio para efecto de comparaciones. En el primer conjunto se encuentran todas las revistas incluidas en EconLit.4 Es importante señalar que EconLit es el conjunto más amplio y que el resto son subconjuntos que resultan de la intersección de EconLit con algún otro grupo de revistas. El segundo conjunto incluye las revistas nacionales Análisis Económico, Comercio Exterior, Momento Económico y Problemas del Desarrollo (AE, CE, ME y PD respectivamente). Estas revistas son muy populares como medio de difusión entre los investigadores del país. El tercer conjunto incluye las revistas nacionales Estudios Económicos, Economía Mexicana Nueva Época, El Trimestre Económico e Investigación Económica (EE, EM, TE e IE respectivamente); estas revistas de economía han mantenido por muchos años su registro en el índice de revistas mexicanas de investigación científica y tecnológica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).5 El cuarto conjunto se encuentra conformado por 297 revistas que integran el ranking interno del Instituto Kiel, según la publicación del 23 de marzo de 2011.6 Este listado toma como base el ranking de la Asociación Alemana de Economistas y clasifica las revistas en cuatro categorías, de acuerdo con su prestigio o impacto internacional (A, B, C y D). El quinto conjunto se encuentra integrado por 213 revistas internacionales del área de economía que aparecen en el Journal Citation Report (JCR) del año 2010.7 El JCR presenta una serie de índices que miden el impacto de las revistas más importantes del área de economía.

Es importante señalar que existen muchos rankings o índices de revistas internacionales de economía. Entre los rankings recientes más conocidos se encuentran los de Kalaitzidakis et al. (2003), Liner y Amin (2004), Kodrzycki y Yu (2006), Ritzberger (2008) y Kalaitzidakis et al. (2011). En términos generales, estos rankings parten de un número reducido de revistas que consideran (con base en determinados criterios) como las más prestigiosas en el campo de la economía, y ponderan la importancia relativa que tiene cada una de ellas.8 De manera similar, existen índices como el Social Sciences Citation Index (SSCI) que hacen un listado de las revistas que cumplen con ciertos requisitos; o instituciones internacionales de investigación, como el instituto Kiel, que generan un listado de revistas que consideran aceptables y las clasifican de acuerdo con su prestigio.

Existen diversas razones para elegir el ranking de Kiel. En primer lugar, el listado de revistas se publica en marzo de 2011. Por lo tanto, incluye revistas prestigiadas de reciente aparición. En segundo lugar, presenta un listado amplio de revistas y, por consiguiente, difícilmente excluye alguna de las que tienen mayor peso en la mayoría de los rankings internacionales recientes. Si acaso, se puede criticar la inclusión de algunas revistas que no aparecen frecuentemente en los rankings más conocidos. En tercer lugar, ninguna revista mexicana aparece en el ranking de Kiel. De esta manera se pueden comparar instituciones o individuos con base en tres conjuntos de revistas mutUAMente excluyentes: las populares, las del índice de Conacyt y las internacionales.

El listado de revistas del área de economía del SSCI sería una alternativa natural como índice de revistas internacionales. Sin embargo, en la mayor parte de la década pasada este listado incluyó solamente una revista en español: El Trimestre Económico. Recientemente se incorporaron otras revistas en nuestro idioma, entre las que destacan Economía Mexicana Nueva Época e Investigación Económica. En virtud de la diferencia tan grande entre los artículos que publican los académicos nacionales en estas revistas con relación a los que publican en las revistas que se editan en inglés u otros idiomas, resulta apropiado tomar las revistas nacionales del índice de Conacyt que aparecen en EconLit como una categoría distinta a fin de evitar sesgos por incluir unas y no otras en un listado de revistas consideradas internacionales. El problema que genera la aparición de El Trimestre Económico en el SSCI se elimina prácticamente cuando se pondera con los índices de impacto del JCR 2010. Por ello, se emplearán también los índices del JCR como alternativa del índice de Kiel.

Si seguimos el enfoque de Faria (2000) y Puchet (2001), se consideran 28 dependencias que hacen investigación económica en las instituciones de educación superior del país. Las instituciones seleccionadas son las siguientes: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), El Colegio de la Frontera Norte (Colef), Colegio de Posgraduados (CP), El Colegio de México (Colmex), Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (FE-UNAM), Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIE-UNAM), Instituto Politécnico Nacional (IPN), Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Ciudad de México (TEC-CM), Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Estado de México (TEC-EM), Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Monterrey (TEC-MTY), Universidad Anáhuac (Anáhuac), Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), Universidad Autónoma Chapingo (Chapingo), Universidad Autónoma Metropolitana unidad Azcapotzalco (UAM-A), Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa (UAM-I), Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco (UAM-X), Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), Universidad de Colima (Colima), Universidad de Guadalajara (UDEG), Universidad de Guanajuato (Guanajuato), Universidad de las Américas (UDLA), Universidad Autónoma de Sinaloa (Sinaloa), Universidad de Sonora (Sonora) y Universidad Iberoamericana (Ibero). De estas instituciones, 10 son universidades públicas estatales y siete son privadas.

Una vez definidas las instituciones educativas, se elabora un listado de los profesores de cada institución tomando como base la información publicada en su página Web o en los catálogos de promoción de sus programas de posgrado de fechas recientes. Este listado se emplea para hacer una búsqueda de las publicaciones realizadas por cada profesor o investigador durante el periodo 2000-2010 en la base de datos de EconLit. Se debe señalar que solamente una parte de los profesores listados aparece en dicha base de datos con alguna publicación durante el periodo elegido. Estos investigadores son los que se tomarán en cuenta durante el resto del estudio. En otras palabras, el estudio solamente considera a los investigadores más destacados del sector académico nacional.

 

II. La producción de artículos científicos

Existen diversas formas de medir la producción de artículos académicos. Lo más sencillo es tomar el número de artículos publicados por una persona o institución como medida de producción. Sin embargo, en ocasiones se ajusta este número tomando en cuenta el número de autores que participaron en la publicación. De manera similar, existen estudios que cuentan el número de páginas publicadas e, incluso, llevan a cabo diversos ajustes para ponderar el tamaño de las páginas, el prestigio que tiene la revista correspondiente o incluso las citas que ha recibido. En cualquier caso, siempre existirán buenas críticas para cualquier opción elegida. Por sencillez, en el presente artículo solamente se consideran tres medidas de producción: el número de artículos, el número de artículos ajustado por número de autores, y el número de artículos ajustado tanto por número de autores como por el índice de impacto de la revista.

Para el periodo 2000-2010 son un total de 357 profesores o investigadores de las 28 instituciones educativas de economía del país seleccionadas, quienes cuentan con participación en al menos un artículo publicado en alguna de las revistas de la base de datos de EconLit. En promedio, estos profesores publican 4.16 artículos en el periodo señalado, lo cual equivale a que el investigador promedio dentro de este grupo de economistas académicos destacados publica un artículo en este conjunto amplio de revistas cada dos años ocho meses.

El cuadro 1 muestra la distribución de publicaciones por profesor sin considerar el ajuste por número de autores. Se puede apreciar que la mayor parte de los economistas académicos del país tiene publicados menos de tres artículos en el conjunto más amplio de revistas durante la última década (EconLit). De manera similar, la mayor parte de los profesores no publica en las revistas científicas nacionales o internacionales.

Un economista académico en el país no necesita publicar muchos artículos para encontrarse en el grupo de los profesores o investigadores más productivos. Bastan cinco artículos, individuales o con otros autores, en revistas del índice de EconLit durante los últimos 11 años, para acumular más publicaciones en este conjunto de revistas que 70 por ciento de los economistas académicos más destacados del país. El mismo número de artículos en revistas del índice de Conacyt o Kiel ubica al investigador por encima casi del 90 por ciento de sus pares. Finalmente, ese número de publicaciones en revistas del índice de Kiel hace que supere a más del 97 por ciento de los investigadores en términos de publicaciones en el conjunto de revistas más restringido.

Las cifras presentadas en el cuadro 1 sugieren que la mayor parte de los economistas académicos en México que dedican parte de su tiempo a la investigación tiene dificultad para publicar, o poco interés por hacerlo, en las revistas científicas más prestigiadas del país y del mundo. No se pretende explicar las causas de este fenómeno; simplemente destacar que más de la mitad de los actuales profesores o investigadores del país no publicaron en ellas durante la década pasada.

Antes de presentar cifras sobre la producción científica ajustada, es importante explicar cómo y por qué se ajustan los artículos publicados para tomar en cuenta el número de autores. El ajuste consiste en dividir cada publicación entre el número de autores. Por ejemplo, un profesor que publicó un artículo con dos coautores tendría un tercio de publicación ajustada. De esta manera, si tres profesores de la misma institución publican juntos un nuevo artículo, la institución añadiría una publicación en su cuenta y cada profesor tendría un tercio de publicación. Es evidente que este ajuste evita contar dos o más veces la misma publicación en el nivel de las instituciones. Además, el ajuste en la contabilidad individual se realiza porque se entiende que la publicación conjunta implica menor esfuerzo que la publicación individual; asimismo, se elimina el efecto de los acuerdos que puedan tener algunos profesores para compartir publicaciones con el fin de mejorar sus números. Esto es, un profesor puede acordar compartir con otros dos investigadores alguna publicación a cambio de que los otros hagan lo mismo; así, al final, todos tendrían tres publicaciones con dos coautores en lugar de una individual.9

Si se considera el conjunto más amplio de revistas incluidas en el estudio, se puede observar que la producción científica promedio de los economistas académicos del país equivale a 2.80 artículos ajustados. En otras palabras, el investigador promedio dentro de este grupo de economistas académicos destacados completa un artículo ajustado en el conjunto de revistas incluidas en la base de datos de EconLit cada tres años once meses.

El cuadro 2 presenta estadísticas básicas sobre el número de profesores y de artículos ajustados que publican en diversos conjuntos de revistas. Como se mencionó anteriormente, dentro del conjunto más amplio de revistas (EconLit) se encuentran cuatro que son muy populares entre los economistas académicos del país.10 Se puede apreciar que 67.78 por ciento de los profesores o investigadores incluidos en la base de datos publica en alguna de estas revistas. Además, este grupo de revistas en conjunto concentra 45.7 por ciento del número de artículos ajustados publicados en EconLit. Así, de no ser por este grupo de revistas, muchos profesores e investigadores del área de economía en las universidades del país estarían ausentes de la base de datos de EconLit.

Si bien AE, CE, ME y PD se encuentran en EconLit, se podría discutir si deben o no considerarse revistas científicas. Puchet (2001) se refiere a CE y PD como revistas que no necesariamente someten todos sus artículos a estricto arbitraje, y que no solamente publican resultados de producción científica, sino otro tipo de conocimientos. Dado esto, opta por presentar estadísticas con y sin estas revistas. Esquivel (2002) es más estricto y solamente incluye en su estudio las revistas nacionales que tienen un tiempo considerable en el índice de Conacyt. Para ello, argumenta que solamente estas revistas cumplen con las normas mínimas aceptadas por la comunidad científica del país para la selección de artículos. Entonces, a pesar de que recién habían ingresado a ese índice, descarta ME y PD bajo el argumento de que presentan participación irregular y truncada en EconLit durante su periodo de análisis. En la actualidad, ninguna de las cuatro revistas más populares se encuentra en el índice de revistas mexicanas de investigación científica y tecnológica del Conacyt. Además, la revista ME se encuentra descontinuada desde el año 2003 y, por lo tanto, perdió peso dentro de este conjunto de revistas.

Por otra parte, se observa que 36.13 por ciento de los profesores incluidos en la base de datos publica en el conjunto de revistas integrado por EE, EM, TE e IE. Es decir, publican en las revistas nacionales que han pertenecido al índice de Conacyt por un tiempo considerable. La producción en este conjunto de revistas representa aproximadamente 21.47 por ciento del total de publicaciones ajustadas en EconLit. Así, en promedio, el profesor que publica en estas revistas acumula en 11 años aproximadamente 1.66 artículos ajustados. Por lo tanto, este profesor toma casi seis años ocho meses para publicar un artículo ajustado en alguna de las revistas del índice de Conacyt. 11

Aunque las revistas que pertenecen al ranking del Instituto Kiel son casi 300, solamente 25.21 por ciento de los profesores ha publicado en alguna de ellas. La producción de los economistas académicos del país en este conjunto de revistas representa 13.66 por ciento del total de artículos ajustados. Esto significa que el profesor promedio que publica en estas revistas acumula 1.52 artículos ajustados en el lapso de referencia. Por lo tanto, este profesor toma aproximadamente siete años tres meses para completar un artículo ajustado en estas revistas.

No es difícil apreciar, en la última columna del cuadro 2, que el número de artículos ajustados por profesor se reduce conforme se considera un conjunto de revistas más estrictas, en el sentido científico. Además de la dificultad que implica publicar en revistas más estrictas, una razón que explica este fenómeno es que el porcentaje de artículos en revistas científicas que cuentan con más de un autor es relativamente alto en relación con las revistas populares.

 

III. Las escuelas de economía

Las escuelas de economía del país son distintas en muchos sentidos. Existen diferencias en términos de las corrientes de pensamiento económico con las cuales se pueden identificar, el número de profesores que tiene cada escuela, las cargas docentes o administrativas, los recursos dedicados a la investigación, la edad promedio de los profesores, entre otras. En este sentido, Fox y Milbourne (1999) estudian el efecto que tienen la carga docente y los apoyos económicos a la investigación en la producción de publicaciones académicas. Los cuadros comparativos que se presentan en esta sección no controlan todos estos elementos y, por lo tanto, no deben considerarse rankings de las escuelas de economía o de la investigación que llevan a cabo los profesores de estos planteles.

Es preciso señalar que la publicación en revistas científicas del área de economía no necesariamente refleja todo el conjunto de actividades de investigación de una institución. Por una parte, la planta académica de una escuela de economía puede estar integrada por especialistas en áreas afines como administradores, estadísticos, matemáticos, financieros o historiadores, que publican su trabajo de investigación en revistas que pueden tener mucho prestigio o rigor científico, pero que no se encuentran entre las más reconocidas del área de economía.12 Por otra parte, los académicos pueden participar en la realización de estudios para los sectores empresarial, público o social, o bien publicar libros o capítulos de libros; en algunos de estos casos pueden considerarse también trabajos de investigación originales, pero no se incluyen en este estudio.

Es importante definir la forma en que se establece una relación entre los autores de las publicaciones y las instituciones académicas. Combes y Linnemer (2003) explican que usualmente las publicaciones se asignan entre instituciones de dos maneras. Se puede atribuir la publicación a la institución en la que trabajaba el autor en el momento en que el artículo fue publicado, o a la institución en la que trabaja actualmente. De acuerdo con Combes y Linnemer (2003), la primera opción refleja mejor la dedicación o el esfuerzo de una institución a labores de investigación en un sentido histórico, mientras que la segunda refleja mejor el capital humano apto para la investigación que posee una institución en un punto del tiempo. Para el desarrollo de esta sección se hacen ambos ejercicios.

III.1. Enfoque de esfuerzo histórico

Para el ejercicio desde el punto de vista histórico se consideran todas las publicaciones realizadas por autores de cada institución, y se le contabilizan a la institución indicada en la publicación. Entre las ventajas de este ejercicio está la inclusión de artículos de personas que ya no se dedican a la academia. También permite observar la evolución de las redes interinstitucionales de colaboración, o si un autor está adscrito a más de una institución. Sin embargo, debido a la información a la que se puede acceder en la base de datos de EconLit, este ejercicio presenta algunas desventajas. Por ejemplo, no siempre es posible distinguir la adscripción específica de los profesores del ITESM, la UAM o la UNAM, o el departamento al que pertenecen los autores.13 De igual manera, no se cuenta con el tamaño de la planta académica en cada punto en el tiempo. Dado lo anterior, cuando se elabora la base de datos para el ejercicio desde el punto de vista histórico se opta por agrupar en una sola institución a las que tienen dos o más dependencias; además, como no se cuenta con la planta académica del departamento de economía de cada institución en cada punto en el tiempo, se consideran todas las publicaciones de la institución que aparecen en EconLit.14

El cuadro 3 presenta el número de artículos y los artículos ajustados por autores, desglosados por año, para todas las instituciones consideradas en el estudio. Se observa una tendencia creciente en las publicaciones por parte de profesores adscritos a instituciones mexicanas. Además del mayor interés por realizar investigación por parte del profesorado del país, otra explicación del incremento en el número de artículos publicados es que, con el paso del tiempo, más revistas mexicanas forman parte de EconLit. Por ejemplo, Economía: teoría y práctica, que publica la UAM, y Econoquantum, editada por la UDEG, aparecen a partir de 2010.

De la última columna del cuadro 3 se infiere que con el paso del tiempo, además de contar con un mayor número de publicaciones de personal adscrito a universidades de México, se ha extendido la red de colaboración con personas pertenecientes a instituciones diferentes a las comprendidas en este estudio. Por ejemplo, para el año 2000 sólo 7.73 por ciento de los autores que participan en las publicaciones consideradas para este estudio pertenecen a otras instituciones, mientras que para finales de la década pasada el porcentaje asciende a poco menos de 20 por ciento.

El cuadro 4 muestra una serie de listados de instituciones ordenados en términos de su contribución al número total de artículos ajustados que se publican en los distintos conjuntos de revistas. Es evidente que esta comparación favorece a las instituciones que cuentan con más de una dependencia especializada en economía: UNAM, UAM e ITESM. Los listados incluyen solamente las 10 instituciones con mayor contribución en cada uno de los conjuntos de revistas.

La UAM y el ITESM destacan por el número de artículos publicados en el conjunto más amplio de revistas; sin embargo, su posicionamiento se ve reducido cuando se consideran revistas que forman parte de los rankings nacionales e internacionales. El caso contrario ocurre con el ITAM, el CIDE y la Ibero; en particular, la producción científica del ITAM en las revistas del Instituto Kiel duplica la segunda institución mejor posicionada. De igual manera, llama la atención que el Colef, la UABC y el IPN desaparezcan de los listados cuando se consideran sólo las revistas científicas reconocidas, siendo reemplazados por Guanajuato, la UANL y la UDLA.15

Otro ranking internacional de revistas de economía comúnmente utilizado es el del JCR. Una ventaja sobre el conjunto de revistas del Instituto Kiel es que permite calcular factores de impacto de la revista o de la publicación. En el cuadro 5 se presentan dos listados de las 10 instituciones mexicanas más importantes en función del impacto internacional que tienen las publicaciones de sus profesores. Los números que aparecen en las columnas JCR IR y JCR IP son, respectivamente, sumatorias de artículos de la institución ajustados por el número de autores y ponderados por uno de los índices que tiene cada revista en el JCR 2010.16

El cuadro 5 también incluye cómo se distribuye el impacto de las publicaciones de instituciones mexicanas entre las mismas; así, estas 10 instituciones acaparan más de 95 por ciento del impacto internacional de las publicaciones realizadas por personal adscrito a universidades en nuestro país. La información del cuadro 5 pone en evidencia dos cosas. En primer lugar, que el profesorado del ITAM concentra buena parte de las publicaciones de los académicos del país en las revistas de mayor impacto internacional del área de economía. En segundo lugar, que las instituciones que conforman los listados que se obtienen a partir del JCR 2010 son prácticamente las mismas que conforman el listado cuando se emplea el índice de Kiel (véase la última columna del cuadro 4), que no corrige por diferencias en el impacto.17 De esta manera, se puede afirmar que, para el periodo comprendido entre 2000 y 2010, el ITAM y el CIDE son las instituciones con mayor impacto internacional derivado de sus publicaciones en revistas de economía.18 Por su parte, Guanajuato y la UANL son las únicas universidades públicas estatales que aparecen.

Otro análisis de la información de las publicaciones consiste en ver cómo difieren los esfuerzos del profesorado de las diversas instituciones respecto a cada uno de los conjuntos de revistas estudiados. Para ello se calcula el porcentaje de publicaciones que cada institución tiene en cada conjunto de revistas considerado. El cuadro 6 muestra el listado de todas las instituciones, ordenadas en función del porcentaje de sus publicaciones en cada uno de los siguientes conjuntos de revistas: Populares, Conacyt y Kiel (véase la sección 1 para la composición de cada conjunto).

En la sección 2 se muestra información que indica que las revistas AE, CE, ME y PD son las más populares entre los académicos del país; sin embargo, el cuadro 6 infiere que no todas las instituciones tienen el mismo interés por publicar en ellas. El personal de instituciones como Colima y el Colef publican más de tres cuartas partes de sus trabajos en estas revistas, mientras investigadores del ITAM, el CIDE y la UASLP tienen menos de 6 por ciento de sus publicaciones en estas revistas.

Las revistas nacionales de economía que durante un periodo prolongado han estado reconocidas como científicas por Conacyt, son particularmente atractivas para los investigadores del CIDE, la UASLP y la UANL; más de 30 por ciento de las publicaciones de cada institución aparece en este conjunto de revistas. Por el contrario, personal de Chapingo, la UACJ, Sinaloa y Sonora carece de publicaciones en estas revistas que pertenecen al índice Conacyt.

Finalmente, en relación con las revistas internacionales de mayor prestigio destaca el ITAM, ya que 67.81 por ciento de su producción científica aparece en revistas del ranking de Kiel. Por su parte, Guanajuato, el CIDE, la Ibero, la UANL y el ITESM cuentan con porcentajes relativamente importantes que rondan entre 20 y 30 por ciento. En el extremo opuesto se ubican instituciones como la UDEG, la UABC y Chapingo, con porcentajes inferiores a 5 por ciento; más aún, ni Colima, ni el CP, ni Sinaloa tienen publicaciones en este conjunto de revistas durante el periodo 2000-2010.

Al considerar la suma de los porcentajes en cada uno de los conjuntos de revistas del cuadro 6, podemos observar que para once instituciones (Colef, UAM, Sonora, Colima, ITAM, Anáhuac, Colmex, UNAM, UABC, UANL e Ibero) estos tres conjuntos de revistas reúnen más de 70 por ciento de las publicaciones que hacen sus profesores y aparecen en la base de datos EconLit. En el extremo opuesto, el personal de Sinaloa y del CP publica más de 60 por ciento de su obra en otras revistas de EconLit.

Un tema que resulta conveniente tratar bajo el enfoque del esfuerzo de las instituciones en cuanto a labores de investigación en un sentido histórico es el de las publicaciones de los profesores en revistas de la propia institución. Esto se debe a que, bajo este enfoque, la publicación se suma al conjunto de artículos publicados por la institución en la cual el autor estaba adscrito en el momento en que la revista aparece. Puchet (2001) afirma, para el periodo que analiza, que la mayoría de los académicos del país publicaba sus trabajos de investigación en revistas editadas por su propia institución. El cuadro 7 muestra las instituciones, las revistas de la institución y el porcentaje de artículos ajustados de cada institución publicado en su(s) revista(s). Por construcción de la base de datos bajo este enfoque, es importante aclarar que se consideran todas las revistas editadas por la institución en un sentido amplio; esto es (por ejemplo), aunque la UAM-A es la encargada de editar la revista AE, las publicaciones de los investigadores de todas las unidades de la UAM en esta revista se consideran publicaciones en revistas de la propia institución. Algo similar ocurre con las dos dependencias de la UNAM.

De esta manera, a diferencia de lo reportado por Puchet (2001), para el periodo 2000-2010 ninguna de las instituciones presentadas en el cuadro 7 cuenta con la mayor parte de su trabajo publicado en revistas de la propia institución.19

III.2. Enfoque de capacidad actual

El ejercicio que mide la capacidad de investigación que tiene una dependencia considera las publicaciones históricas de los profesores actuales adscritos a la escuela o departamento de economía de la institución. Entre las ventajas de este enfoque se encuentra la posibilidad de distinguir entre las unidades o escuelas de economía de la misma institución. Por ejemplo, se pueden elaborar mediciones específicas de las publicaciones que corresponden al TEC-EM, TEC-CM y TEC-MTY. Algo similar se puede hacer con la UAM y la UNAM. Además, se pueden distinguir las publicaciones que hacen los profesores de la escuela o departamento de Economía de aquellas que hacen los profesores de otros departamentos, como Ciencias Sociales, Contabilidad, Estadística o Matemáticas, en la misma institución. En este sentido, se eliminan las ventajas de las escuelas o departamentos de economía que pertenecen a instituciones que cuentan con otras dependencias en áreas afines a la economía. Finalmente, una de las ventajas más importantes de este enfoque es que permite hacer mediciones de productividad que toman en cuenta el tamaño de la planta de profesores o investigadores de cada dependencia. La información que se obtiene a partir de este ejercicio puede servir a las personas que deseen valorar la capacidad de investigación de la dependencia con el fin de cursar estudios de posgrado, por citar un ejemplo.

El cuadro 8 presenta una serie de listados de instituciones ordenadas en términos de su contribución al número total de artículos ajustados que se publican en los distintos conjuntos de revistas. Se incluye entre paréntesis el número de investigadores de cada institución que cuentan con publicaciones en revistas de EconLit durante el periodo estudiado. Es evidente que esta comparación favorece a los departamentos de economía con mayor número de investigadores. Los listados incluyen solamente las 10 instituciones con mayor contribución en cada uno de los conjuntos de revistas.

La FE-UNAM y la UAM-A, así como el IIE-UNAM, el Colmex y el CIDE destacan por el número de artículos publicados en el conjunto más amplio de revistas. Sin embargo, el ordenamiento cambia considerablemente una vez que se consideran solamente las revistas que forman parte de los rankings nacionales e internacionales. En estas condiciones, el CIDE y el Colmex ocupan los lugares más altos en el ordenamiento. Por otra parte, el IIE-UNAM, el Colef y las tres unidades de la UAM dejan de estar entre las 10 con mayor producción, al tiempo que otras instituciones como el ITAM, la UANL y el TEC-CM suben posiciones. Finalmente, si se consideran solamente las revistas en rankings internacionales, entonces el ITAM aparece en primer lugar con una ventaja muy amplia. Se mantienen en la parte alta del listado el CIDE, el Colmex, la FE-UNAM y la UANL, mientras que el TEC-CM, el IPN, la UABC y la Ibero desaparecen de la lista y escalan posiciones Guanajuato, la UAM-X, el TEC-EM, el TEC-MTY y el IIE-UNAM.

De esta forma, del cuadro 8 podemos observar que el CIDE, el Colmex y la FE-UNAM aparecen dentro de las 10 instituciones con mayor producción, independientemente del listado que se tome como referencia. Por su parte, el ITAM, la UANL y Guanajuato aparecen en los listados una vez que se consideran solamente las revistas que forman parte de los rankings nacionales e internacionales, al tiempo que el Colef, la UAM-A y la UAM-I solamente aparecen cuando se considera el listado de revistas más amplio. Asimismo, llama la atención que la mayor parte de la producción científica del profesorado actual del ITAM se publica en revistas del ranking del instituto Kiel.

En el cuadro 9 se presentan los listados de instituciones ordenadas en función de la productividad promedio de sus profesores. Estas cifras permiten apreciar un ordenamiento que elimina las ventajas de tener una planta de investigadores numerosa. Sin embargo, este ordenamiento también tiene ciertos inconvenientes. El puntaje de las escuelas que tienen un número pequeño de investigadores puede sufrir cambios drásticos si se agrega u omite una persona. Así, el ordenamiento favorece a las instituciones que tienen un número reducido de investigadores entre los que se encuentra alguno muy productivo.

El caso del TEC-EM llama la atención, pues solamente tiene dos investigadores con publicaciones en revistas de EconLit durante la década de estudio. Sin embargo, esos investigadores publican por encima del promedio de cualquier otra institución, tanto en el conjunto de revistas de Econ-Lit como en las revistas de Kiel + Conacyt. Algo similar, aunque en menor medida, ocurre con otras instituciones como la UDLA y la Ibero. Si se ignora el caso del TEC-EM se puede decir que los profesores o investigadores del IPN, el Colef, la FE-UNAM y el Colmex destacan por su productividad promedio cuando se considera el conjunto más amplio de revistas. Los profesores del ITAM, la Ibero, el Colmex y el CIDE son, en promedio, los más productivos si se considera el conjunto de revistas que pertenecen a los índices de Conacyt y del instituto Kiel. Finalmente, cuando se consideran solamente las revistas internacionales, se mantienen en las primeras posiciones el ITAM, el CIDE y el Colmex, mientras que escalan posiciones Guanajuato y la UANL.

La comparación de los cuadros 8 y 9 nos permite inferir que si se controla por el número de académicos, salen de los listados el IIE-UNAM, la UABC y las distintas unidades de la UAM, mientras que aparece la UACJ. De igual forma, ahora son cinco las instituciones que están presentes en todos los listados del cuadro 9: el TEC-EM, la Ibero, el CIDE, Guanajuato y el Colmex. Es interesante notar que la mayor parte de estas instituciones tiene un número relativamente pequeño de investigadores.

En el cuadro 10 se presentan dos listados de instituciones ordenadas en función del impacto internacional que tienen las publicaciones de sus profesores actuales de economía. La construcción de este cuadro es análoga a la empleada en el cuadro 5, esto es, los números que aparecen en las columnas JCR-IR y JCR-IP respectivamente son sumatorias de artículos de los profesores de la institución, ajustados por el número de autores y ponderados por uno de los índices que tiene cada revista en el JCR 2010. Este ejercicio reafirma lo encontrado en el análisis del esfuerzo histórico de las instituciones por realizar investigación: un grupo pequeño de profesores del ITAM concentra buena parte de las publicaciones de los académicos del país en las revistas de mayor impacto internacional del área de economía, y los listados que se obtienen a partir del JCR 2010 son muy parecidos a los que se obtienen cuando se emplea el índice de Kiel.

Una parte sustancial de la investigación que se hace en ciertas instituciones recae en una sola persona. Así, las publicaciones y la productividad que se adjudica a los profesores de toda la institución en realidad corresponden a un investigador. El cuadro 11 permite apreciar una serie de ordenamientos de instituciones en función de la participación que tiene su investigador más productivo en las publicaciones de la institución para cada conjunto de revistas. Como se puede anticipar, especialmente cuando se consideran todas las revistas de EconLit, el grado de dependencia del investigador más productivo es mayor en las escuelas con un número reducido de investigadores.

Se puede destacar la presencia de algunas instituciones con un número relativamente grande de investigadores como la IIE-UNAM, la UAM-X y la UAM-A en los ordenamientos que corresponden a las revistas en Conacyt y Kiel. Esta situación se explica porque solamente un número pequeño de investigadores de esas instituciones publica en estos dos conjuntos de revistas. En términos generales, un grupo pequeño de profesores en cada una de las instituciones publica en las revistas de mayor prestigio nacional e internacional.

Independientemente de la productividad de los profesores, el análisis de la información señala que los esfuerzos de publicación de los investigadores se dirigen en distinta medida a cada uno de los conjuntos de revistas estudiados. Por ello, en el cuadro 12 se presenta el porcentaje de publicaciones que cada institución destina a cada uno de los conjuntos de revistas. En este cuadro se muestran las 20 instituciones que tienen seis o más investigadores, ordenadas en función del porcentaje de publicaciones que tienen en cada conjunto de revistas, incluido el de las revistas nacionales más populares.

Al igual que en el análisis con enfoque histórico, Colima es la institución con el mayor porcentaje de publicaciones en revistas consideradas como populares entre los académicos del país (AE, CE, ME y PD). Una diferencia sustancial tiene que ver con el hecho de que al atribuir las publicaciones a la planta actual, el porcentaje en este tipo de revistas es de 91.92 por ciento, mientras que el nivel histórico es de 75 por ciento. De los investigadores actuales en instituciones como el IIE-UNAM, la UAM-A y el Colef, más de 80 por ciento de sus trabajos han sido publicados en revistas populares. En el lado opuesto se encuentran los investigadores de instituciones como el Colmex, la UANL y la Ibero, con porcentajes relativamente pequeños de sus trabajos en estas revistas; asimismo, los investigadores actuales del CIDE, el ITAM y Guanajuato simplemente no han publicado en este grupo de revistas.

El conjunto de revistas nacionales de economía reconocidas como científicas por Conacyt durante un periodo prolongado ha sido particularmente atractivo para los investigadores actuales de la Ibero. En esa institución, los profesores han destinado casi 60 por ciento de su producción a esas revistas. En instituciones como el CIDE, el IPN, la UANL y el Colmex la cifra ronda en 40 por ciento. En el extremo opuesto se encuentran el Colef, la UAM-A, la UAM-X, la BUAP, el TEC-MTY, el IIE-UNAM, el ITAM, Colima y Sonora, donde los profesores han publicado menos de 15 por ciento de sus trabajos en estas revistas.

Finalmente, se confirma el interés evidente de los investigadores del ITAM por publicar casi exclusivamente en las revistas internacionales del ranking de Kiel. Los profesores actuales de esta institución destinan casi 90 por ciento de su producción a estas revistas. Más aún, aunque esta información no se muestra en el cuadro, la mayor parte de sus publicaciones se encuentra en las revistas de categorías más altas (A o B). A cierta distancia, los profesores actuales del CIDE, la UANL y Guanajuato han publicado aproximadamente un tercio de sus trabajos en estas revistas, mientras que para el Colmex, el TEC-MTY y la Ibero esta cifra es cercana a 20 por ciento. Los profesores en el resto de las instituciones publican menos de 15 por ciento de sus trabajos en estas revistas.

Al igual que se indica en el análisis del cuadro 6, es evidente que las revistas consideradas en el cuadro 12 no son todas las que se incluyen en EconLit. Así, se puede aseverar, por ejemplo, que el profesorado actual del TEC-CM ha publicado casi 40 por ciento de su producción en otras revistas no consideradas en dicho cuadro, lo cual lo constituye en la institución con el porcentaje más alto. Por el contrario, para el Colef, la UAM-A, la UABC, el IPN, el IIE-UNAM y el ITAM, los tres conjuntos de revistas considerados en el cuadro previo son su principal medio para dar a conocer los resultados de sus investigaciones.

 

IV. Los investigadores

En las secciones anteriores se han realizado comparaciones de la productividad entre instituciones. Sin embargo, es evidente que no todo el personal de una misma institución genera nuevo conocimiento al mismo ritmo. Por ello, en este apartado se analiza la información de las publicaciones a nivel de investigador. La institución de adscripción que se reporta para cada investigador es la vigente en el 2011, como en el apartado III.2. Así, se generan listados de los 30 autores más productivos del país, de acuerdo con el número de publicaciones ajustadas en los distintos conjuntos de revistas durante el periodo 2000-2010. Como hay autores que publican exactamente el mismo número de artículos ajustados, en algunas listas aparecen menos lugares o más autores. Además, se incluye el número de artículos en los que participa el autor, ya sea en forma individual o con colaboradores. Esta información ayuda a apreciar el grado de independencia de los autores.

En el cuadro 13 se ubican los autores en términos de su productividad en las revistas académicas de EconLit. Para aparecer en este listado, los investigadores tuvieron que publicar al menos 7.03 artículos ajustados en once años. Es decir, los profesores más productivos del país publican, en revistas de EconLit, por lo menos un artículo ajustado cada año siete meses. En este listado predominan los profesores o investigadores de la FE-UNAM (6), Colef (4), UABC (3) y Colmex (3). Asimismo, llama la atención que el investigador más productivo en este periodo, Francisco Venegas del IPN, tiene un ritmo de publicación que es casi el doble que el de sus inmediatos seguidores; en promedio tres artículos ajustados por año. Por otra parte, solamente dos autores (Alicia Girón y Gonzalo Castañeda) tienen toda su producción de manera independiente.

El cuadro 14 presenta el listado de autores en términos de su productividad en las revistas científicas nacionales del índice de Conacyt y las internacionales del ranking de Kiel. Los investigadores en este listado tienen publicados 3.66 o más artículos ajustados en 11 años. Es decir, los profesores más productivos del país publican en este tipo de revistas por lo menos un artículo ajustado cada tres años, aproximadamente. Francisco Venegas del IPN conserva el primer lugar en productividad con un promedio de 1.54 artículos ajustados por año, siendo el único académico cuyo número promedio de publicaciones anuales ajustadas en estas revistas es superior a la unidad. Por otra parte, en este listado aparecen cinco autores que llevan a cabo toda su producción sin colaboradores. En términos de la institución de adscripción actual de los investigadores, en el listado predominan los del CIDE (7), el Colmex (6), la Ibero (3) y el ITAM (3). Los investigadores que se encuentran en letras resaltadas aparecen también en el listado del cuadro anterior. En otras palabras, los investigadores resaltados se mantienen entre los 30 más productivos, independientemente de que se consideren todas las revistas de EconLit o solamente las que pertenecen a Conacyt + Kiel.

El cuadro 15 muestra el listado con los 30 autores más productivos de la década pasada en las revistas internacionales del ranking de Kiel. Siete de los autores tienen toda su producción en estas revistas de manera independiente. Los autores que aparecen en este listado tienen publicados por lo menos 1.5 artículos ajustados en el periodo. De esta manera, los profesores más productivos en revistas internacionales generan mínimamente un artículo ajustado cada siete años cuatro meses. En este listado predominan los profesores o investigadores del ITAM (7), el CIDE (5), el Colmex (5) y la UANL (4). Asimismo, son 11 instituciones presentes en este cuadro, mientras que en los cuadros previos son 13 y 14 respectivamente.

Es importante señalar que el listado de autores puede cambiar si se elige un ranking o índice de revistas internacionales distinto. Como ya se mencionó, la cantidad de artículos que publican los investigadores nacionales en este tipo de revistas es pequeña. Además, la mayoría publica en revistas de categoría C o D en el índice de Kiel. Por lo tanto, si se elige un ranking que excluya o incluya determinada revista se pueden generar cambios importantes, especialmente en la parte baja del ranking. El cuadro 16 presenta dos listados de los 30 autores más productivos en revistas internacionales, tomando en cuenta las ponderaciones por impacto que tienen las revistas en que publican dentro del JCR 2010. Es importante señalar que estos listados tienen mucha similitud con el cuadro anterior. Aunque existen cambios en el orden, un total de 22 investigadores aparece en los tres últimos listados.

La comparación de los cuadros 13 al 16 nos indica que son ocho los autores presentes en todos los listados de los 30 autores más productivos del país: Jorge Fernández, Ignacio Lobato, César Martinelli, David Mayer-Foulkes, Eduardo Rodríguez-Oreggia, Juan Rosellón, Francisco Venegas y Antonio Yúnez-Naude. En el caso de Ignacio Lobato y César Martinelli, más de 75 por ciento de su producción se lleva a cabo en revistas científicas internacionales.

 

V. Las revistas de economía

Las revistas más populares entre los académicos del país son editadas por la UNAM, la UAM y el Banco de Comercio Exterior (Bancomext). En el cuadro 17 se presenta la relación de revistas, institución editora y artículos ajustados que tienen publicados los académicos del país en cada una de ellas.20 Además, se detalla el porcentaje de artículos publicados por investigadores de la propia institución en cada una de las revistas. Es importante explicar que estos porcentajes se calculan sobre la base de los artículos ajustados que han sido publicados por el personal adscrito a las instituciones del país consideradas en el estudio, por lo que el porcentaje real es inferior en la medida en que la revista publique artículos de autores adscritos a otras instituciones.

En el trabajo de Puchet (2001), las revistas Comercio Exterior y Problemas del Desarrollo aparecen como las que publican mayor número de artículos sobre la economía del país. Aunque el enfoque del presente estudio es distinto, se puede destacar que estas revistas se mantienen como las más populares entre los economistas académicos de México tras el paso de una década. Los artículos ajustados publicados en estas dos revistas representan 32.01 por ciento de todos los artículos publicados en la base de datos EconLit por parte de los académicos adscritos a instituciones del país. Por otro lado, se puede mencionar que una de las razones por las que la revista Comercio Exterior cuenta con una mayor cantidad de artículos ajustados es el hecho de que se edita más frecuentemente que las demás.

Las revistas que se han mantenido durante un número importante de años en el índice de Conacyt son editadas por el Fondo de Cultura Económica (FCE), la UNAM, el Colmex y el CIDE. El cuadro 18 muestra que el personal adscrito a las diversas instituciones académicas del país incluidas en la base de datos ha publicado entre 50 y 90 artículos ajustados en cada una de estas revistas durante la década pasada. Uno de los requisitos que establece Conacyt para que una revista forme parte de su índice de revistas científicas, además del arbitraje estricto, es que existan determinados límites a la publicación de los investigadores de la propia institución. Como se puede apreciar, en estas revistas la participación de los investigadores de la propia institución es relativamente baja con relación a las del conjunto previo (cuadro 17).

Las revistas internacionales que se encuentran en el listado de Kiel o el JCR, a pesar de ser numerosas, publican pocos trabajos de los economistas académicos del país (como ya se había señalado en la nota de pie 13). Así, la presencia de los investigadores nacionales en estas revistas es mínima. El cuadro 19 muestra las siete revistas internacionales del índice de Kiel o JCR con mayor número de artículos ajustados publicados por investigadores del país. Se presenta la información de acuerdo con la planta académica histórica, así como también considerando solamente la planta actual.

El Trimestre Económico es con mucho la revista internacional que tiene un mayor número de artículos ajustados escritos por investigadores del país. Sin embargo, esta revista no se encuentra en el índice de Kiel y, de acuerdo con el JCR, su factor de impacto en los últimos cinco años es relativamente bajo. Por ejemplo, los 8.83 artículos ajustados de académicos del país en la revista Energy Economics cuentan con un factor de impacto casi cuatro veces mayor que los 86.29 artículos publicados en El Trimestre Económico.

Es relevante señalar que no todas las revistas internacionales presentadas en el cuadro 19 forman parte de los dos rankings utilizados en el estudio. Además de la revista señalada en el párrafo anterior, se encuentran en esta situación el Review of Radical Political Economics y la Revista de Economía Mundial.

Según el enfoque que se siga, la revista no mexicana que ha publicado más artículos de los economistas del país es la Revista de Economía Mundial, o bien World Development. Como se puede apreciar en el cuadro anterior, el número de artículos ajustados que publican los profesores o investigadores del país en estas revistas es pequeño en comparación con las revistas nacionales.

 

VI. Conclusiones

Una parte importante de los trabajos de investigación que realizan los economistas académicos del país se publica en tres revistas nacionales: Análisis Económico, Comercio Exterior y Problemas del Desarrollo. Estas revistas aparecen en la base de datos de EconLit, pero no se encuentran en el índice de revistas mexicanas de investigación científica y tecnológica del Conacyt; tampoco están en los rankings internacionales. Si se agrega la revista Momento Económico, descontinuada desde hace algunos años, los artículos publicados (ajustados por número de autores) representan poco menos de la mitad del total de publicaciones de los economistas académicos nacionales actuales en revistas de EconLit. En este sentido, se considera que estas revistas son populares.

Aunque la mayor parte de los economistas académicos del país cuenta con alguna publicación en las revistas populares, existen grandes diferencias en términos del peso que tienen dentro de la producción de los investigadores de las distintas instituciones del país. Los economistas que actualmente laboran en Colima, el IIE-UNAM, la UAM-A y el Colef han publicado casi todos sus trabajos en estas revistas. Aunque en menor medida, los investigadores de Sonora, la BUAP, la UAM-X, la UAM-I, la UABC y el TEC-MTY han destinado aproximadamente entre 50 y 70 por ciento de su producción a las mismas revistas. En contraste, los investigadores de instituciones como el Colmex, la UANL y la Ibero han publicado una parte mínima de sus trabajos en estas revistas, mientras que los de otras como el ITAM, el CIDE y Guanajuato simplemente no lo han hecho.

Si se consideran todas las revistas de EconLit, las instituciones con mayor producción son la FE-UNAM, la UAM-A y el IIE-UNAM. El número de investigadores, así como el peso que tienen las revistas más populares, explican en parte el lugar destacado de algunas de estas instituciones. En cuanto se corrige para tomar en cuenta el tamaño de cada institución, destacan el TEC-EM, el Colef y el IPN. Por otra parte, empleando el mismo conjunto amplio de revistas, se encuentra que los 30 académicos más productivos en estas revistas publican por lo menos un artículo ajustado cada año y siete meses.

Una vez que se toman en cuenta solamente las revistas que pertenecen al índice de Conacyt o el ranking de Kiel, destacan por su producción el CIDE, el Colmex y la FE-UNAM. Las posiciones de privilegio se explican en parte por el tamaño de las instituciones, así como por el mayor peso que tienen las revistas nacionales en este conjunto. Si se corrige para tomar en cuenta el número de investigadores que tiene cada institución, entonces destacan el TEC-EM, el ITAM y la Ibero. Por otra parte, los 30 académicos más productivos del país publican en estas revistas por lo menos un artículo ajustado cada tres años.

Al considerar solamente las revistas internacionales del ranking de Kiel, destacan por su producción el ITAM, el CIDE y el Colmex. Esta lista no se modifica de manera significativa si se corrige por el tamaño del grupo de investigadores que tiene cada institución. Solamente ingresa el TEC-EM en lugar del Colmex. Es evidente que los académicos del país tienen dificultades para publicar en las revistas que pertenecen a rankings internacionales. Los 30 académicos más productivos del país que publican en estas revistas completan por lo menos un artículo ajustado cada siete años cuatro meses.

Existen ocho instituciones que aparecen de manera reiterada entre las 10 que generan mayor producción tanto en las revistas del índice de Kiel como en las que tienen más impacto en el JCR. Además del ITAM, el CIDE y el Colmex, que aparecen siempre en ese orden, les siguen la FE-UNAM, Guanajuato y la UANL en distintas posiciones, así como el TEC-MTY y el TEC-EM. Estas instituciones concentran casi toda la investigación que los economistas académicos nacionales publican en las revistas internacionales de mayor impacto.

Ante los resultados de este estudio, es evidente que la mayor parte de las universidades públicas estatales tiene que redoblar esfuerzos para aumentar el número de artículos publicados por su profesorado en revistas científicas reconocidas a nivel nacional e internacional.

Es conveniente comentar que, más allá del orden que tienen los listados de instituciones o individuos en función del número de publicaciones que acumularon la pasada década, se tiene que valorar si las conclusiones de Puchet (2001) siguen vigentes. Es decir, si los investigadores del país publican mayoritariamente en revistas con poco reconocimiento nacional e internacional y, principalmente, en revistas de su propia institución. Aunque estrictamente no es más de la mitad de las publicaciones, gran parte de la producción de los académicos del país aparece en un conjunto pequeño de revistas nacionales que no se encuentran en el índice de revistas mexicanas de investigación científica y tecnológica del Conacyt. Estas revistas, a diferencia de como ocurría tiempo atrás, ya aparecen de manera regular en EconLit. Sin embargo, una parte importante de los artículos que publican sigue siendo escrita por los académicos de la misma institución que edita la revista cuando ello aplica.

No se puede sostener que la mayor parte de los investigadores de las instituciones académicas del país publican en la revista de su institución. Por una parte, un grupo grande de académicos del país no tiene a su disposición una revista listada en EconLit que sea editada por la institución en la que presta sus servicios. Por otra parte, las revistas nacionales en el índice de Conacyt publican una cantidad relativamente pequeña de artículos de sus propios investigadores. Sin embargo, en algunas instituciones del país con grupos numerosos de investigadores esta práctica persiste.

Finalmente, es conveniente hacer un comentario sobre la publicación de los académicos del país en revistas internacionales de economía. Las revistas nacionales del índice de Conacyt han ganado prestigio y, por lo tanto, aparecen con mayor frecuencia en índices internacionales. En este sentido, se podría argumentar que los académicos del país han ganado presencia internacional a través de estas revistas. Sin embargo, es evidente que siguen publicando con poca frecuencia en las revistas internacionales más importantes del área de economía que se editan en otros países y, principalmente, en inglés.

 

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Notas

1 La mayor parte de las publicaciones de los académicos del país sobre la economía mexicana de esa época se concentraban en las revistas Comercio Exterior, Problemas del Desarrollo y Entorno Económico, que no aparecían en EconLit. En la actualidad, tanto Comercio Exterior como Problemas de Desarrollo aparecen en la base de datos de EconLit, mientras que Entorno Económico dejó de publicarse.

2 Este reconocimiento es un programa implementado por la SEP a partir de 1997.

3 Los 357 profesores o investigadores surgen de un listado inicial que incluye 815 académicos de las 28 instituciones del país.

4 Consultas realizadas en el periodo de abril a julio de 2012.

5 Las revistas Economía, Sociedad y Territorio; Economía: Teoría y Práctica, y Econoquantum se encuentran en el índice de Conacyt sólo desde hace algunos años.

6 El listado del Instituto Kiel de esa fecha se conforma de 298 revistas y un libro. Sólo una de las revistas no aparece en la base de datos de EconLit (Management Science). El libro (NBER Macroeconomics Annual) se excluye, ya que esta investigación sólo considera artículos en revistas.

7 Consultado el 6 de marzo de 2012.

8 Kalaitzidakis et al. (2003) elaboran un ranking con 159 revistas, mientras que Kodrzycki y Yu (2006) consideran 181 revistas. El Trimestre Económico es la única revista mexicana que aparece en estos rankings.

9 No se pretende sugerir que la publicación conjunta sea provocada únicamente por este fenómeno. Otras razones que conducen a los profesores a publicar conjuntamente son la presencia de habilidades complementarias entre coautores, o que lo hagan con estudiantes en etapa de aprendizaje. Incluso la SEP, a través de los Cuerpos Académicos, fomenta la generación o aplicación del conocimiento de manera colegiada.

10 Estas revistas son AE, CE, ME y PD. En la sección I se define este conjunto de revistas populares.

11 Es difícil argumentar que los 129 profesores que cuentan con publicaciones en las revistas del índice de Conacyt son una muestra aleatoria de todo el profesorado. Sin embargo, uno podría pensar que todos los profesores del país que hacen investigación intentarían publicar en estas revistas y, por lo tanto, el promedio relevante debería considerar a los 357 profesores. Algo similar se puede decir sobre los profesores que publican en las revistas del ranking de Kiel.

12 El índice de revistas mexicanas de investigación científica y tecnológica del Conacyt, en el área de Ciencias Sociales, incluye 36 revistas en 2011.

13 Entre las razones para no poder hacer esta distinción es que en ocasiones las revistas sólo reportan el nivel más agregado de la institución a la que se pertenece. De hecho, tampoco se sabe con certeza si son profesores, estudiantes o incluso egresados.

14 Esto implica que se tiene información para 23 instituciones, y el ejercicio sobreestima las publicaciones de los profesores de departamentos de economía. Alternativamente, esta sección se puede interpretar como el análisis de publicaciones de las instituciones mexicanas en revistas de economía.

15 De las 297 revistas consideradas por el Instituto Kiel, se encuentran publicaciones en 137 de ellas. En total son 374 artículos (o 261.30 artículos ajustados) de personal adscrito a alguna institución considerada en este estudio.

16 El JCR 2010 presenta una serie de índices para cada revista con base en el número de citas que reciben. En este caso se consideran dos índices: el impacto de los últimos cinco años de la revista (IR) y el puntaje por publicación (IP). Este último hace un ajuste para tomar en cuenta el número de artículos que se publican en cada revista.

17 Sólo cuando se considera el índice JCR IP deja de aparecer la UAM entre las 10 instituciones, y aparece el Colef.

18 Existen publicaciones en 105 de las 213 revistas que considera el JCR 2010; 90 de esas 105 revistas también pertenecen al índice Kiel.

19 Adicionalmente, ningún artículo de la base de datos EconLit en Econoquantum (editada por la UDEG) y en Ensayos: Revista de Economía (producida por la UANL) es de la autoría de miembros de la institución correspondiente.

20 En el análisis de las revistas nacionales se emplea el enfoque del esfuerzo histórico de las instituciones (apartado III.1). Es decir, se considera la adscripción del autor indicada en la publicación.

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