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Política y gobierno

versão impressa ISSN 1665-2037

Polít. gob vol.25 no.2 Ciudad de México Jul./Dez. 2018

 

Artículos

El apoyo a la democracia en México. ¿El deseo crítico de una democracia liberal?

Support for Democracy in Mexico: A Critical-Liberal Desire for Democracy?

Alejandro Monsiváis-Carrillo* 
http://orcid.org/0000-0001-8661-5935

* Profesor-investigador en el Departamento de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte, Centro Público de Investigación Conacyt, Km 18.5 Escénica Tijuana-Ensenada S/N, San Antonio del Mar, Tijuana, Baja California, México 22560. Tel: 664 631 63 00. Correo-e: amonsi@colef.mx.


Resumen

El deseo crítico de una democracia liberal es un indicador de que la evaluación que realizan los ciudadanos del sistema político está inspirada por las expectativas de vivir en un régimen que garantiza derechos y libertades democráticos. Este estudio analiza el deseo crítico de una democracia liberal en México, un caso en el que el desempeño de una democracia emergente motivó una insatisfacción política generalizada. Empleando datos del World Values Survey, este trabajo muestra que los deseos críticos de una democracia liberal son más débiles de lo esperado originalmente, desempeñando un rol limitado para clarificar las aspiraciones democráticas en este país. Los resultados sugieren que, en democracias emergentes y deficientes, aun cuando el descontento con el sistema político sea extenso, el apoyo a la democracia puede ser insuficiente para motivar demandas que promuevan el fortalecimiento de los derechos y libertades ciudadanos.

Palabras clave: democracia liberal; apoyo a la democracia; satisfacción con la democracia; ciudadanía crítica; valores emancipativos; México

Abstract

Critical-liberal desires for democracy indicate that citizens’ critical assessments of the political system are inspired by their expectations to live under a regime that guarantees democratic rights and freedoms. This study analyzes the critical-liberal desires for democracy in Mexico, a case where the performance of an emerging democracy has motivated widespread political dissatisfaction. By using data from the World Values Survey (WVS), this article shows that critical-liberal desires for democracy are weaker than initially expected, and they perform a limited role in enlightening democratic aspirations. The results suggest that in emerging and deficient democracies, even when political dissatisfaction with the performance of the regime is extensive, weak critical-liberal desires may fail to motivate the collective demands to improve the regime’s guarantee of political freedoms and rights.

Keywords: liberal democracy; support for democracy; satisfaction with democracy; critical citizens; emancipative values; Mexico

El análisis del apoyo a la democracia es clave para comprender la relación entre las actitudes masivas y la estabilidad y el cambio en los regímenes políticos (Booth y Seligson, 2009; Bratton y Mattes, 2001; Canache, Mondak y Seligson, 2001; Mattes y Bratton, 2007; Rose y Shin, 2001). Recientemente, en la medida en que las personas se manifiestan cada vez más descontentas con el funcionamiento de la democracia en el mundo, la investigación acerca de las aspiraciones democráticas de los ciudadanos ha ampliado sus intereses (Dalton, 2004; Norris, 1999; 2011; Welzel y Dalton, 2014). Los especialistas se están enfocando en aquellos ciudadanos que apoyan la democracia como una forma ideal de gobierno, aunque desaprueben el funcionamiento de este régimen en sus países (Dahlberg, Linde y Holmberg, 2015; Doorenspleet, 2012; Klingemann, 2014; Qi y Shin, 2011). En América Latina, el descontento con la democracia es extenso (Latinobarómetro, 2017: 16-18). Sin embargo, a pesar de excepciones notables (Carlin, 2011), los atributos particulares de la relación entre la insatisfacción política y el apoyo a la democracia en América Latina están todavía por explorarse.

Este estudio es una contribución a investigar la relación entre la insatisfacción con la democracia y el apoyo al régimen democrático. El análisis se basa en el concepto de deseo crítico de una democracia liberal (Moreno y Welzel, 2014; Welzel, 2013a: 315-316), que tiene como referente una concepción sustantiva de la democracia: la democracia liberal (Welzel y Klingemann, 2011). Desde esta perspectiva, la democracia se concibe como un sistema de autogobierno que requiere el establecimiento de garantías institucionales y procedimentales para el ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos (Welzel, 2013a: 44-45). Además de su relevancia normativa, la noción liberal permite evitar las imprecisiones que son comunes en las medidas abstractas o no-condicionadas del apoyo popular a la democracia (Carlin y Singer, 2011: 1502-1505; Schedler y Sarsfield, 2007).

Enfocándose en el caso de México, este trabajo contribuye a ampliar los estudios acerca del deseo crítico de la democracia liberal en América Latina.

El caso mexicano es relevante para indagar en qué medida una evaluación crítica de la democracia en este país está influida por la aspiración a vivir en una democracia garante de derechos y libertades. Se trata de un caso altamente probable (most-likely case) (Eckstein, 1975; Gerring, 2007: 237-238) por lo siguiente: primero, en este país el desarrollo democrático se quedó estancado después de que se establecieron elecciones competitivas a escala nacional en el año 2000 -se trata de una democracia liberal incompleta y defectuosa-. Por otra parte, en este caso la insatisfacción con el sistema político aumentó sistemáticamente a la par que el régimen tenía un desempeño accidentado. Así, luego de quince años de convertirse en una democracia electoral, México alcanzó una de las posiciones más altas en la región en términos de la insatisfacción política reportada por sus ciudadanos (Latinobarómetro, 2015a; Prud’homme, 2015). Entonces, si la insatisfacción con el desempeño de la democracia está influida por el juicio de ciudadanos críticos que apoyan el ideal de un régimen político que garantiza iguales derechos y libertades, la expectativa central de este estudio es observar un deseo crítico de la democracia liberal robusto entre la población mexicana.

Empleando las encuestas del World Values Survey (WVS), este trabajo ofrece evidencia de que la insatisfacción política no necesariamente se traduce en la expectativa de una democracia liberal. En México, una concepción liberal-procedimental de la democracia desempeña un rol limitado como referente normativo, que apenas contribuye a dar sentido a la evaluación del régimen o a las expectativas democráticas de los ciudadanos. En este caso, la magnitud del deseo crítico de una democracia liberal se revela débil y por debajo del promedio latinoamericano. Este estudio aporta evidencia adicional de que una noción liberal tiene un mayor poder explicativo que las nociones abstractas o no-condicionadas de la democracia. De la misma forma, también confirma que la persistencia de valores no-emancipativos y las disparidades en las aptitudes de cognición política en la población pueden restringir las motivaciones y capacidades que, a nivel individual, inspiran la demanda crítica de una democracia liberal. Como se muestra en el análisis, los deseos críticos de una democracia liberal están asociados con características que se concentran en un segmento minoritario en la población mexicana: mayores capacidades de movilización cognitiva -alta escolaridad, acceso a diversas fuentes de información e interés en la política-, actitudes críticas hacia la capacidad del sistema político para garantizar los derechos ciudadanos, y valores que apoyan la igualdad de género, el derecho a decidir y el derecho a tener voz en los asuntos públicos.

La organización de este trabajo es la siguiente: la primera sección define el concepto de deseo crítico de una democracia liberal y defiende su utilización en el estudio de las actitudes políticas masivas. La siguiente sección ofrece evidencia adicional de que México puede ser considerado un caso altamente probable para observar el deseo crítico de la democracia liberal. La tercera y cuarta partes, respectivamente, describen el procedimiento de medición empleado en este estudio y presentan resultados descriptivos que revelan que la magnitud del resultado previsto es menor que la esperada. Las siguientes secciones formulan, ponen a prueba y discuten hipótesis alternativas para identificar los determinantes individuales de la variable dependiente. Las implicaciones de los resultados se discuten en las conclusiones del artículo.

El deseo crítico de una democracia liberal

Este estudio se interesa en si las evaluaciones críticas del desempeño del sistema político en México están condicionadas por una noción liberal-procedimental de la democracia. El análisis se basa en el concepto deseo crítico de la democracia liberal, un concepto que registra la medida en que la evaluación que las personas hacen de la calidad democrática de su sistema político está inspirada por una noción sustantiva de la democracia. Para ser precisos, el deseo crítico de la democracia liberal se define como las actitudes críticas de los ciudadanos hacia las cualidades democráticas de su sistema político, condicionadas por la aspiración que tienen a vivir en un régimen liberal, en el que se garantizan libertades y derechos democráticos fundamentales (Moreno y Welzel, 2014: 68-69; Welzel, 2013a: 314-316).

Este concepto tiene como referente normativo central la democracia liberal, uno de los modelos más importantes de la democracia. Como ideal normativo o regulativo, la democracia liberal-procedimental es diferente de una concepción minimalista o schumpetereana, que esencialmente requiere elecciones regulares, libres y competitivas (Przeworski, 1999). Esta noción también difiere de otras variedades, que surgen de interpretaciones particulares de las normas de igualdad política y libertad política, como los modelos deliberativos, participativos, igualitarios o mayoritarios de la democracia (Coppedge, 2012: 11-32; Held, 2006; Morlino, 2011: 34-47). La democracia liberal es un sistema de gobierno que se define por el marco de instituciones y procedimientos que garantizan iguales derechos y libertades civiles y políticas a cada miembro de la asociación política (Habermas, 1998; Munck, 2016; O’Donnell, 2010; Rawls, 2005; Saffon y Urbinati, 2013). Mediante el gobierno de la ley, la democracia liberal-procedimental establece un régimen de pesos y contrapesos que protegen la autonomía de los individuos, al mismo tiempo que instituye los fundamentos de una poliarquía (Dahl, 1971; 1989): un sistema de participación inclusiva y competencia política que permite a los ciudadanos elegir gobiernos y hacerlos rendir cuentas ante el electorado.

La centralidad de la democracia liberal como un ideal regulativo resulta altamente controvertida. En América Latina, por ejemplo, las concepciones participativas y populistas dicen ofrecer mejores interpretaciones del ideal de la soberanía popular (Munck, 2015; Peruzzotti, 2013). Sin embargo, existen al menos dos razones importantes que justifican considerar a la democracia liberal como un fundamento normativo apropiado para analizar la relación entre el descontento político y las aspiraciones democráticas de la ciudadanía.

En primer lugar, la concepción liberal contribuye a evitar ambigüedades e imprecisiones en el análisis. Diversos estudios empíricos han demostrado que las nociones abstractas y no-condicionadas del apoyo a la democracia esconden inconsistencias y contradicciones al medir las actitudes políticas de la población (Carlin y Singer, 2011; Qi y Shin, 2011; Schedler y Sarsfield, 2007). En cambio, una noción sustantiva de la democracia requiere que los encuestados indiquen su nivel de acuerdo con las definiciones que son reconocidas como congruentes y legítimas en la teoría política. La concepción liberal-procedimental es una noción sustantiva que mejora la confiabilidad y el poder explicativo de las medidas de apoyo a la democracia. Es el caso, por ejemplo, del estudio pionero de Schedler y Sarsfield (2007, 2009), donde se establece la diferencia entre los “demócratas liberales” y otros “demócratas con adjetivos”, mediante un método inductivo de clasificación de las actitudes de los ciudadanos. Empleando el mismo procedimiento, Carlin y Singer (2011), identificaron cinco perfiles de actitudes hacia la democracia en América Latina, midiendo la congruencia actitudinal con la estructura multidimensional del concepto de poliarquía. De manera semejante, Barrueto y Navia (2013) construyeron una tipología que distingue concepciones minimalistas, procedimentales, resultadistas y maximalistas de la democracia representativa, para luego estimar su prevalencia en los países de América Latina.

En segundo lugar, los fundamentos normativos de la democracia liberal pueden motivar demandas de cambio institucional que resulten en mejoras a la calidad democrática del régimen político. El mecanismo que conecta los motivos individuales con el avance democrático es la búsqueda de congruencia entre valores e instituciones políticas. De acuerdo con la teoría de la congruencia, la estabilidad de los sistemas políticos depende de que los valores colectivos sean congruentes con el marco institucional (Almond y Verba, 1963: 21-24; Eckstein, 1961, 1997; Inglehart y Welzel, 2005: 158). Cuando las metas y el funcionamiento de las instituciones políticas son divergentes de las expectativas culturales, se generan presiones para reestablecer la congruencia. En concreto, si se espera que las instituciones políticas se conduzcan con apego a las normas democráticas pero el régimen es no-democrático o es democráticamente deficiente, entonces los ciudadanos se verán motivados a movilizarse para impulsar la democratización del sistema (Dalton y Shin, 2014: 112; Inglehart y Welzel, 2005: 186-191). Si la insatisfacción con el desempeño de la democracia se acompaña de expectativas de que las instituciones se conduzcan conforme lo indican los valores democráticos, la ciudadanía habrá de movilizarse para mejorar las cuali dades democráticas del régimen político (Klingemann, 2014; Norris, 2011; Qi y Shin, 2011).

De acuerdo con esta teoría, los motivos para impulsar el cambio institucional, sin embargo, no se originan en nociones abstractas de la democracia. Existe evidencia de que el apoyo popular a la democracia no predice el nivel de democraticidad alcanzado por los regímenes políticos (Coppedge, 2012: 228-254; Fails y Pierce, 2010; Hadenius y Teorell, 2005). En cambio, el apoyo a la democracia podrá inspirar demandas y movilizaciones colectivas sólo cuando está vinculado con una concepción liberal, centrada en las libertades y derechos ciudadanos (Welzel y Klingemann, 2011: 91-95). Cuando los individuos suscriben una noción liberal-procedimental de la democracia, sus aspiraciones políticas resultan efectivamente asociadas con el nivel de democracia alcanzado por el sistema político (Moreno y Welzel, 2014; Welzel y Klingemann, 2011).

El caso mexicano

México ofrece una interesante oportunidad para analizar la prevalencia del deseo crítico de la democracia liberal en un régimen democrático emergente. Se trata de un caso en el que es altamente probable observar el fenómeno de interés (Eckstein, 1975; Gerring, 2007: 237-238). Es equivalente a la importancia de Chile para evaluar si los “demócratas desconfiados” son similares a sus contrapartes en democracias establecidas (Carlin, 2011). Carlin (2011) argumenta que el nivel de avance democrático alcanzado por la aprobación del electorado en elecciones periódicas” (Coppedge, Lindberg et al., 2016: 582-586).

Chile es comparable al de otras democracias consolidadas en el mundo, muy por encima del grado de democratización alcanzado por la mayoría de los países de América Latina. Es altamente probable, entonces, que los demócratas desconfiados en Chile exhiban patrones semejantes en su comportamiento político a los que se observan en democracias consolidadas. La razón por la cual México puede ser considerado un caso altamente probable está relacionada, igualmente, con su nivel de avance democrático, mismo que puede ser descrito como defectuoso e incompleto (véase la Gráfica 1). Lo que resulta crucial, en este caso, es el notablemente elevado nivel de insatisfacción con el funcionamiento del régimen. Por lo tanto, si la insatisfacción política en este país ha estado motivada por la persistente demanda de una democracia que garantice derechos y libertades, entonces se esperaría observar un elevado deseo crítico de una democracia liberal.

Fuente: Elaboración propia con base en datos del proyecto Variedades de la democracia (V-Dem) (Coppedge, Gerring et al., 2016). El gráfico presenta una estimación del nivel alcanzado por el Índice de Democracia Liberal en cada año-país, junto con los límites inferiores y superiores del intervalo de confianza 95 por ciento de confiabilidad. La democracia liberal “encarna el valor intrínseco de proteger los derechos de los individuos y las minorías en contra de una potencial ‘tiranía de la mayoría’ y la represión estatal en general” (Coppedge, Lindberg et al., 2016: 582-583). Este índice ha sido ponderado por el Índice de Democracia Electoral, que a su vez representa: “el valor de hacer que los gobernantes sean responsivos ante los ciudadanos mediante la competencia por por la aprobación del electorado en elecciones periódicas” (Coppedge, Lindberg et al., 2016: 582-586).

Gráfica 1 La democracia liberal en México (1995-2014) 

La evolución de la democracia en México desde 1995 hasta el año 2014 se describe en la Gráfica 1 con datos del proyecto Variedades de la democracia (V-Dem) (Coppedge, Lindberg et al., 2016). Por un lado, esta gráfica ilustra la tendencia ascendente que caracterizó al proceso de transición hacia la democracia electoral en el país. Esta tendencia refleja el prolongado y difícil proceso de negociación entre el partido autoritario, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y los partidos de oposición, cuyo resultado fue un marco institucional que garantizó elecciones libres y competitivas a escala nacional. Así, la democracia electoral mexicana se estableció en 2000, cuando el voto popular llevó a la presidencia de la república a un candidato opositor, Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN). A partir de ese momento, sin embargo, como puede verse en la Gráfica 1, la trayectoria incremental de desarrollo de la democracia mexicana se quedó estancada durante la década siguiente. De hecho, desde 2012 en adelante, la democracia entró en una fase de erosión a pesar de las numerosas reformas que se promulgaron con el objetivo de fortalecer las capacidades estatales y el gobierno de la ley (Casar y Marván, 2014).

El incompleto desarrollo de la democracia mexicana es producto de la combinación de un extenso número de factores. Por un lado, a partir del año 2000, las elecciones competitivas produjeron un pluralismo moderado en el sistema de partidos, pero a la vez contribuyeron a la fragmentación de la autoridad política a lo largo de la estructura horizontal y vertical de pesos y contrapesos estatales (Loaeza, 2010). Adicionalmente, una aplicación ineficaz de la legalidad facilitó el afianzamiento de los autoritarismos subnacionales (Giraudy, 2013), permitió que la corrupción se extendiera ampliamente (Casar, 2015) y agravó las trampas institucionales en la provisión de seguridad pública (Bailey, 2014). Más aún, una guerra civil económica entre organizaciones criminales de por sí violenta se intensificó cuando el presidente Felipe Calderón (2006-2012) lanzó una campaña militar para erradicar el tráfico de drogas (Schedler, 2015). Esa misma estrategia se implementó durante la administración de Enrique Peña Nieto (2012-2018), produciendo resultados igualmente ineficaces. En última instancia, la combinación de violencia criminal, corrupción política, inseguridad pública y una autoridad política fragmentada erosionaron progresivamente las capacidades del régimen político para garantizar libertades y derechos ciudadanos fundamentales (EIU, 2016: 14, 32-34; Freedom-House, 2016; V-Dem, 2017).

En la medida en que las grandes expectativas puestas en la democratización del régimen quedaron sin cumplir (Aguilar Rivera, 2014), el descontento político se extendió ampliamente. Diversos especialistas señalaron que la transición a la democracia en México había quedado interrumpida, se había frustrado o no había sido más que un mito (Ackerman, 2015; Olvera, 2010; Tuckman, 2012). En la opinión pública se hicieron manifiestos sentimientos de desafección política y desconfianza en las instituciones representativas (Del Tronco, 2012; López Leyva, 2015; Maldonado, 2013; Martí i Puig, 2012). En particular, las encuestas dejaron claro que, desde el año 2000, la satisfacción con la democracia estaba lejos de ser abrumadora. Luego de un repentino incremento en 2006 -un año en el que se llevarían a cabo elecciones presidenciales clave-, la satisfacción con la democracia descendió de nuevo, quedando por debajo del promedio latinoamericano a lo largo de varios años (Gráfica 2).

Fuente: Elaboración propia con datos de Latinobarómetro (2015b) y el Barómetro de las Américas (LAPOP, 2017). Se presentan proporciones promedio de respuesta a la pregunta: “¿Usted diría que está muy satisfecho, satisfecho, insatisfecho o muy insatisfecho con la forma en que funciona la democracia en el país?”.

Gráfica 2 Satisfacción con la democracia en México (2000-2015) 

Una democratización incompleta y el desempeño del régimen político en México despertaron reacciones generalizadas de descontento político. Así las cosas, se puede asumir que esas reacciones reflejaron la frustración de las expectativas de vivir en un régimen político que establece firmemente y ofrece garantías cívicas y libertades políticas. Entonces, si la evaluación de los atributos democráticos del sistema político mexicano es impulsada por la demanda de un régimen liberal, sería esperable que el deseo crítico de la democracia liberal en este país fuera robusto.

El apoyo a la democracia en México ha sido objeto de interés de diversas investigaciones (ENCUP, 2013; IFE, 2014: 120-125; Moreno, 2010; Moreno y Méndez, 2002). Estos trabajos coinciden en señalar, como lo han expresado Moreno y O’Neil (2014: 318), que “la mexicana nunca ha estado entre las sociedades que expresan una gran convicción democrática”. El Barómetro de las Américas y el Latinobarómetro constatan, como se puede apreciar en la Gráfica 3, que el apoyo a la democracia en México ha sido similar al promedio en América Latina, cuando no se encuentra por debajo de éste. Sin embargo, son pocos los estudios que han estimado la prevalencia de actitudes coherentes con los valores de una democracia liberal en México (p.ej., Schedler y Sarsfield, 2007, 2009). Otros pocos son los que examinan la relación entre el apoyo a la democracia y la insatisfacción con el sistema político (Monsiváis, 2017: 145-154).

Fuente: Elaboración propia con datos de Latinobarómetro (2015b) y el Barómetro de las Américas (LAPOP, 2017). Nivel promedio de acuerdo con esta afirmación: “La democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”.

Gráfica 3 El apoyo a la democracia en México (2000-2015) 

Este estudio avanza en la investigación del apoyo a una noción liberalprocedimental en México. Dado que el desarrollo democrático de este país se vio interrumpido, este trabajo pretende evaluar la medida en que el extenso descontento político de los ciudadanos mexicanos está basado en evaluaciones críticas de los atributos democráticos del régimen político y enraizado en una noción liberal de la democracia.

Datos y medición

La medición de las actitudes hacia la democracia es una cuestión que ha suscitado un sofisticado debate metodológico. Una de las vertientes más influyentes en este debate resalta la importancia de emplear metodologías que permitan identificar y controlar la multidimensionalidad de las concepciones de la democracia (Canache, 2012; Carlin y Singer, 2011; Schedler y Sarsfield, 2007). Esta vertiente sigue una lógica dimensional, en la que se asume que diferentes creencias y opiniones son manifestaciones de dimensiones actitudinales subyacentes (Welzel, 2013a: 60). Por lo tanto, los procedimientos de medición deben estar atentos a mejorar la confiabilidad interna de las escalas que se utilizan, para asegurarse de que cada dimensión conceptual ha sido medida correctamente. Una vertiente alternativa sigue una lógica compuesta (del inglés, compository), que genera indicadores que sintetizan atributos y elementos que se complementan conceptualmente. Desde esta perspectiva, los diferentes indicadores cubren dominios concretos en el rango definicional de un constructo más abstracto y abarcador. Esta perspectiva no pretende observar “cómo se organiza la democracia en la mente de las personas”, sino “medir la noción que la gente tiene de la democracia con referencia a una norma predefinida” (Welzel, 2013a: 60, 313).

Este trabajo emplea la metodología de la construcción de indicadores que sigue una lógica compuesta, de acuerdo con el procedimiento utilizado por Welzel (2013b: 100-105). Los datos provienen de las encuestas del World Values Survey (WVS) que se aplicaron en la ronda 5 (2005-2008) (Inglehart et al., 2014a) y la ronda 6 (2010-2014) (Inglehart et al., 2014b). En México, los levantamientos fueron en 2005 y 2012. Todos los ítems que se utilizan en el análisis y las variables se recodificaron para que adopten valores de 0 a 1.0.

La primera variable que se contempla en el análisis es la noción liberal de la democracia. Esta variable surge de una batería de reactivos en la que se pide a las personas que indiquen cuáles elementos consideran “características esenciales de la democracia”. La noción liberal (α = 0.6063) es resultado de sumar los siguientes reactivos:

“V133. La gente elige a sus líderes a través de elecciones libres”;

“V136. Los derechos civiles protegen la libertad de la gente en contra de la opresión”; y “V139. Las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres”.

En segundo lugar, se creó un indicador de la noción autoritaria de la democracia (a = 0.3332) con estas preguntas:1

“V132. Las autoridades religiosas interpretan las leyes”;

“V135. El ejército toma el poder cuando el gobierno es incompetente”; y “V138. Las personas obedecen a sus gobernantes”.

Un paso adicional consistió en generar una concepción exclusivamente liberal de la democracia, restando la noción autoritaria de la noción liberal. Esto obedece a la necesidad de ajustar el indicador de la noción liberal, de tal manera que considere los aspectos autoritarios que, simultáneamente, los encuestados le pueden atribuir a la democracia. Por ejemplo, una persona puede obtener altas puntuaciones en ambas nociones, la liberal y la autoritaria. Al hacer el ajuste, el puntaje que obtendrá en la concepción exclusivamente liberal de la democracia será reducido, acercándose a 0. En cambio, alguien que obtenga un alto puntaje en la noción liberal, y un puntaje bajo en la noción autoritaria, seguirá obteniendo una elevada puntuación en la concepción exclusivamente liberal de la democracia, acercándose a 1.

El siguiente indicador es la aspiración a la democracia liberal. Se forma a partir de la multiplicación de dos variables: la concepción exclusivamente liberal de la democracia, previamente definida, y una pregunta que mide el valor que se le atribuye a vivir bajo un régimen democrático: “V140. ¿Qué tan importante es para usted vivir en un país que es gobernado democráticamente?”. Esta variable permite evaluar el valor que se le da a la democracia dado que se adopta una concepción liberal de este régimen.

De forma paralela, la evaluación crítica de la democracia se compone de la calificación que se le otorga al nivel percibido de democracia en una nación determinada (“¿Qué tan democrático es el gobierno en México hoy en día?”), ajustada por el nivel efectivo de desarrollo que ha alcanzado la democracia liberal en cada país. El nivel efectivo de democracia liberal se obtiene de los datos del proyecto Variedades de la Democracia (Coppedge Gerring et al., 2016a), asignando a cada país el valor promedio que obtiene en el Índice de Democracia Liberal durante los cinco años previos a la encuesta del WVS.2 La evaluación crítica de la democracia se construye, entonces, restando al nivel efectivo de democracia liberal en el país, la calificación que los encuestados le otorgan a ese régimen político. Esta variable tiene el objetivo de medir qué tan crítica o complaciente es la evaluación que hacen los ciudadanos de la democracia en que viven. La evaluación de la democracia será crítica si la calificación que los ciudadanos le otorgan a la democracia es menor que el desarrollo que ha alcanzado, en la realidad, la democracia liberal. Cuando la variable adopta valores de 0.51 a 1 se tiene evidencia de actitudes críticas. En contraste, el juicio será complaciente o acrítico si la calificación que los ciudadanos le dan a su democracia es más alta que el nivel que ha alcanzado la democracia liberal. La puntuación irá, entonces, de 0 a 0.50.3

De esta manera, el deseo crítico de la democracia liberal es resultado de multiplicar las dos variables anteriores: la aspiración a la democracia liberal y la evaluación crítica de la democracia. Éste es un indicador de la importancia que se le da a la democracia liberal, condicionada por el nivel de percepción crítica que se tiene de la democracia en el propio país.

Este procedimiento de medición permite distinguir las medidas abstractas o no condicionadas de las actitudes hacia la democracia, de aquellas medidas que han sido condicionadas por una noción sustantiva de la democracia liberal. Las primeras corresponden a las variables que se forman directamente de los reactivos contenidos en el cuestionario del WVS, y que comprenden las nociones liberal y autoritaria, la importancia de la democracia y el nivel de democracia percibido en el país. En cambio, las mediciones sustantivas están condicionadas por una concepción exclusivamente liberal de la democracia o por el nivel de democracia realmente existente en el país. Se trata, respectivamente, de la aspiración a la democracia liberal y la evaluación crítica de la democracia. Estas últimas son las que permiten observar el deseo crítico de la democracia liberal.

El deseo crítico de la democracia liberal en México

Esta sección muestra que la magnitud del deseo crítico de la democracia liberal en México es menor de lo que se esperaba. Éste es un resultado que debe destacarse, puesto que confirma que la insatisfacción con la democracia y el descontento político en este país están débilmente motivados por las expectativas de vivir en una democracia robusta.

El apoyo a una noción abstracta y no-condicionada de la democracia en México es tan alto como en otros países en América Latina (Cuadro 1). Por lo que parece, la importancia que, en abstracto, los mexicanos le dan a vivir en una democracia es considerablemente alta (0.84 en una escala de 0 a 1). Esta actitud se mantiene constante entre 2005 y 2012. Además, la evaluación que hace la ciudadanía del desempeño del régimen político parece ser congruente con el deficiente funcionamiento de la democracia mexicana. Esto se manifiesta en que la calificación que se otorga a los atributos democráticos del régimen disminuyó de 0.61 a 0.57 en este periodo. La diferencia entre 2005 y 2012 es estadísticamente significativa en un nivel de confianza de 95 por ciento

Cuadro 1 Actitudes hacia la democracia en México 

WVS-5 2005 WVS-6 2012
Media Error estándar Media Error estándar
Noción liberal La gente elige a sus líderes en elecciones libres 0.749* 0.008 0.691* 0.007
Los derechos civiles protegen la libertad de la gente en contra de la opresión 0.653 0.009 0.622 0.007
Las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres 0.805 0.008 0.809 0.006
Noción autoritaria Las autoridades religiosas interpretan las leyes 0.375 0.009 0.370 0.007
El ejército toma el poder cuando el gobierno es incompetente 0.492* 0.010 0.535* 0.008
Los criminales son severamente castigados 0.527 0.010 n.a. n.a.
Las personas obedecen a sus gobernantes n.a. n.a. 0.490 0.008
Noción liberal de la democracia 0.737* 0.006 0.708* 0.005
noción autoritaria de la democracia 0.465 0.006 0.466 0.005
Importancia de la democracia 0.854 0.006 0.840 0.005
Nivel percibido de democracia en el país 0.614* 0.008 0.577* 0.007
Índice de democracia liberal (V-dem) 0.5231 - 0.4986 -

Fuente: Elaboración propia con datos del World Values Survey (WVS). Las estimaciones consideran los efectos del diseño muestral. El signo * indica que los promedios son estadísticamente diferentes entre una ronda y otra, considerando intervalos de confianza de 95 por ciento. El índice de la democracia liberal se obtiene de los datos del V-Dem Project. Las cifras representan el valor promedio de México durante los cinco años previos a la encuesta del WVS.

Sin embargo, los resultados difieren inequívocamente cuando son condicionados por una noción liberal-procedimental de la democracia. En primer lugar, como se ve en los Cuadros 1 y 2, la calificación atribuida a la importancia de vivir en una democracia es significativamente más alta que la calificación otorgada al apoyo de una noción liberal de la democracia (0.84 vs. 0.708, en 2012). De igual forma, el puntaje que recibe el apoyo a una noción liberal es todavía más alto que el que recibe la noción exclusivamente liberal de la democracia (0.708 vs. 0.621, en 2012). Se debe hacer notar, complementariamente, que los puntajes de la noción exclusivamente liberal de la democracia disminuyeron entre 2005 y 2012, quedando por debajo del promedio en la región (Cuadro 2). Estas diferencias se originan en los cambios en tres ítems en particular. Se trata, primero, de una disminución en la creencia de que elegir a los líderes en elecciones libres es un atributo de la democracia. En segundo término, también disminuye la idea de que los derechos civiles protegen a la gente en contra de la opresión estatal. En cambio, aumenta la percepción de que en una democracia el ejército toma el poder cuando el gobierno es incompetente. En conjunto, este grupo particular de ítems refleja los efectos en la opinión pública de la “guerra contra el narco” en el país, lanzada por Felipe Calderón (2006-2012), que militarizó la seguridad pública y contribuyó a la erosión de los derechos humanos.

Cuadro 2 El deseo crítico de la democracia liberal 

WVS-5 WVS-6
Media Error estándar Media Error estándar
Mexico
Concepción exclusivamente liberal de la democracia 0.636*† 0.003 0.621*† 0.003
Aspiración a la democracia liberal 0.548*† 0.005 0.526*† 0.004
Evaluación crítica de la democracia en el país 0.455*† 0.004 0.462*† 0.003
deseo crítico de la democracia liberal 0.247† 0.003 0.242† 0.003
América Latina
Concepción exclusivamente liberal de la democracia 0.675 0.002 0.652 0.001
Importancia de la democracia 0.842 0.003 0.830 0.002
Nivel percibido de democracia en el país 0.620 0.003 0.595 0.003
Aspiración a la democracia liberal 0.576 0.003 0.549 0.002
Evaluación crítica de la democracia en el país 0.532 0.002 0.506 0.002
Deseo crítico de la democracia liberal 0.302 0.002 0.276 0.001

Fuente: Elaboración propia con datos del World Values Survey (WVS). Los siguientes países están presentes en la ronda 5 del WVS: Argentina, Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay. En la ronda 6 están incluidos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay. Las estimaciones consideran los efectos del diseño muestral. El signo * indica que los promedios son estadísticamente diferentes entre una ronda y otra, considerando intervalos de confianza al 95%. El signo † indica que los promedios obtenidos para México son estadísticamente diferentes de los observados en el promedio de los países latinoamericanos contemplados cada ronda.

Los siguientes países están presentes en la ronda 5 del WVS: Argentina, Brasil, Chile, México, Perú y Uruguay. En la ronda 6 están incluidos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay. Las estimaciones consideran los efectos del diseño muestral. El signo * indica que los promedios son estadísticamente diferentes entre una ronda y otra, considerando intervalos de confianza a 95 por ciento. El signo † indica que los promedios obtenidos para México son estadísticamente diferentes de los observados en el promedio de los países latinoamericanos contemplados en cada ronda.

Por otra parte, al ajustar la importancia que se le da a la democracia por la concepción exclusivamente liberal de la misma, los puntajes en México descienden de 0.540 en 2005 a 0.526 en 2012. Esta diferencia es estadísticamente significativa, y revela que las aspiraciones a una democracia liberal se redujeron en menos de una década. Un ajuste semejante se observa con respecto a la evaluación crítica de la democracia en el país. Como se mencionó arriba, parecería que los mexicanos son críticos de los atributos democráticos del sistema político, pues el puntaje promedio de su evaluación disminuyó entre 2005 y 2012. Sin embargo, cuando se ajusta la evaluación que hace la ciudadanía de la calidad democrática del régimen mexicano por el nivel de desarrollo efectivo de la democracia procedimental alcanzado por este país, la ciudadanía en México resulta ser complaciente. El Cuadro 1 muestra que en México se le da a la calidad percibida de la democracia un puntaje más alto que el que este país obtiene en el Índice de Democracia Liberal del proyecto Variedades de la democracia (Coppedge, Gerring et al., 2016). En 2012, la ciudadanía calificó la democracia con un 0.57, mientras que el régimen tuvo un puntaje de 0.498 en el promedio de los años 2006 a 2011. En otras palabras, la ciudadanía le da una mejor calificación a la democracia en el país (0.57, en 2012), que la calificación que el régimen mexicano obtiene en el índice de democracia liberal (0.498), considerando el promedio de ese indicador entre 2006 y 2011. En otras palabras, los mexicanos se revelan acríticos o indulgentes con el funcionamiento de su democracia.

Por último, la evidencia muestra que la magnitud del deseo crítico de una democracia liberal en México es menor a la esperada y que también es menor al promedio en América Latina (0.242 contra 0.276, en 2012) (véanse el Cuadro 2 y la Gráfica 4). Es decir, a pesar de la insatisfacción con la democracia que se generalizó en este país entre 2006 y 2012 (Gráfica 2), la noción liberal-procedimental de la democracia desempeña un rol secundario como ideal regulativo y como parámetro de evaluación del sistema político. Estos datos corroboran los hallazgos de otros estudios, que han encontrado que el apoyo abstracto y genérico a la democracia en México no es necesariamente congruente con valores democrático-liberales (Moreno, 2010; Schedler y Sarsfield, 2007, 2009).

Fuente: Elaboración propia con datos del WVS-6. Se reporta el porcentaje de población cuyo valor en cada variable es mayor o igual a 0.64. Todas las variables asumen valores de 0 a 1.

Gráfica 4 Actitudes hacia la democracia 

Hipótesis, variables y método

¿Cuáles son los determinantes de los valores y creencias individuales que influyen en la evaluación y las aspiraciones democráticas en México? Esta sección formula dos hipótesis alternativas que pondrán a prueba los efectos de tres bloques de variables en el deseo crítico de una democracia liberal.

La primera hipótesis general es que la percepción que tiene la ciudadanía de que el sistema político garantiza y protege los derechos democráticos está asociada con el fenómeno de interés. Esta hipótesis asume que la mexicana es una democracia incompleta, que no ha conseguido cumplir con estándares robustos de un modelo liberal (Gráfica 1). Si los ciudadanos evalúan críticamente la capacidad del sistema político para proteger y garantizar libertades y derechos, el nivel de deseo crítico de una democracia liberal será más alto. Por lo tanto, se asume que existe una relación negativa entre la evaluación ciudadana del funcionamiento del sistema político y la variable dependiente. Si la opinión pública evalúa favorablemente la manera en que el régimen mexicano se desempeña y protege derechos, se asume que el juicio ciudadano es complaciente y acrítico con el desempeño efectivo de una democracia deficiente.

Para someter a prueba esta primera hipótesis se emplean cinco variables diferentes. La primera es un índice aditivo de la confianza en las instituciones políticas. Este índice agrupa la confianza en el gobierno nacional, los partidos políticos, el Congreso y la administración pública (α = 0.8354). La segunda variable es un índice que mide la percepción de que las elecciones en el país están sesgadas. Se compone de reactivos que evalúan la creencia de que existe compra de votos, de que los “ricos compran las elecciones” y de que los votantes son amenazados con violencia en las urnas (α = 0.7630). La tercera variable de este grupo mide la percepción de que en México se respetan los derechos humanos. Adicionalmente, se incluyen dos variables relacionadas con la capacidad del Estado de proporcionar seguridad: la cuarta indaga en la percepción de la seguridad que hay en el lugar donde se vive, y la quinta en el sentimiento de vulnerabilidad ante la delincuencia.

La segunda hipótesis pone a prueba la influencia del cambio de valores sociales y políticos en el deseo crítico de la democracia liberal. Desde esta perspectiva, la persistencia de una cultura política clientelar y corporativa congruente con el dominio autoritario del PRI a lo largo de varias décadas debería limitar la magnitud de las aspiraciones críticas hacia la democracia liberal (Almond y Verba, 1963; Segovia, 1975). A pesar de la modernización social y económica que se produjo en el país desde los años ochenta y de la operación regular de la democracia electoral desde el año 2000, una buena parte de la ciudadanía continuaría inmersa en relaciones en las que prevalecen relaciones de autoridad corporativas y jerárquicas, con poco margen para el desarrollo de asociaciones autónomas y el compromiso cívico (Booth y Seligson, 1984; Moreno, 2005). La “difícil transición del clientelismo a una ciudadanía de mocrática” se habría logrado apenas parcialmente (Fox, 1994; Moreno, 2010).

Esta explicación se basa en la teoría de los valores emancipativos de Welzel (2013a). Esta teoría distingue entre los valores que motivan a las personas a convertirse en “dueñas de su propia vida” (Welzel, 2013a: 47), de aquellos que son congruentes con relaciones tradicionales de subordinación y dominio. De acuerdo con esta teoría, los valores emancipativos deben estar relacionados positivamente con el deseo crítico de una democracia liberal, puesto que los valores emancipativos deben motivar a las personas a demandar garantías cívicas que les permitan conducirse con autonomía y autodeterminación. Por ende, se espera que la gente adopte estos valores a la vez exije los derechos y libertades que caracterizan a una democracia liberal-procedimental (Moreno y Welzel, 2014).

Para someter a prueba esta segunda hipótesis se emplean diversos indicadores de los valores emancipativos (véase: Welzel, 2013b: 12-33). En primera instancia, se incluye un indicador de la valoración que se le atribuye a la autonomía, la independencia y la imaginación de los individuos. La segunda variable mide la importancia que se le da a la igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo, la educación y la política. La siguiente mide el nivel de acuerdo con el derecho a decidir en materia de preferencia sexual, aborto y divorcio. La cuarta indaga en la importancia que se le otorga a la libertad de expresión y a tener voz e influencia en los asuntos colectivos. De manera complementaria, se incluyen dos variables especialmente relevantes para identificar un cambio cultural en un país con fuerte tradición nacionalista y católica, como México: una se refiere a la disminución o relativización del orgullo patriótico y la otra al surgimiento de actitudes agnósticas en materia religiosa (Welzel, 2013b: 12-14).

Por último, un tercer bloque de variables tiene el objetivo de controlar los efectos de distintas capacidades y actitudes en las aspiraciones y evaluaciones políticas de los individuos. El análisis incluye indicadores de confianza interpersonal, afiliación a asociaciones carácter religioso o recreativo, participación en asociaciones gremiales o profesionales, evaluación de la economía y de las finanzas del hogar, y satisfacción con la propia vida. Por otra parte, se contemplan también variables relacionadas con las actitudes y afinidades políticas de los encuestados: el nivel de interés en la política, la intención de voto por algún partido político en particular y la autoubicación ideológica. El análisis contempla, finalmente, diversos controles sociodemográficos: sexo, edad, escolaridad, un índice del acceso a diferentes fuentes de información (α = 0.7123), la percepción subjetiva de la propia clase social, y el nivel de ingreso declarado por los encuestados.

El análisis se realiza sobre cuatro variables dependientes: la concepción exclusivamente liberal, la aspiración a la democracia liberal, la evaluación crítica de la democracia y el deseo crítico de la democracia liberal. Las estimaciones se obtienen empleando modelos de regresión lineal múltiple con errores estándares robustos. Los datos provienen de la ronda 6 (2012) del World Value Survey -los resultados que se reportan son similares a los que se obtienen si se utilizan los datos de la ronda 5 (2005)-. Las variables dependientes e independientes fueron recodificadas para que adoptaran un rango de 0 a 1. La operacionalización se muestra en el Anexo A de este artículo.

Resultados y discusión

De acuerdo con la evidencia, las aspiraciones democrático-liberales y el juicio crítico de los atributos democráticos del sistema político en México son débiles y se ubican por debajo del promedio latinoamericano (véase Gráfica 4). Como lo muestra el análisis del Cuadro 3, algunos de los determinantes a nivel individual de estas actitudes son congruentes con las hipótesis enunciadas en la sección anterior. Como se esperaba, en primera instancia hay una relación negativa entre las creencias de que el sistema político garantiza derechos y libertades ciudadanos y el deseo crítico de una democracia liberal. La desconfianza hacia las instituciones políticas, la percepción de que las elecciones no son plenamente íntegras y la creencia de que en México existe una precaria protección de los derechos humanos están asociadas negativamente con las evaluaciones críticas de la democracia (M3, Cuadro 3), y con el deseo crítico de una democracia liberal (M4, Cuadro 3) -aunque en ese caso particular, la creencia de que las elecciones están sesgadas no es un factor estadísticamente significativo-. Cabe señalar que otras variables, como las que miden el sentimiento de inseguridad de la ciudadanía, no tienen efectos significativos. Esto se debe, posiblemente, a que la percepción de que en el país no se protegen los derechos humanos captura las actitudes críticas hacia el Estado de derecho en México.

Cuadro 3 Determinantes del deseo crítico de la democracia liberal 

M1 M2 M3 M4
Concepción exclusivamente liberal Aspiración a la democracia liberal Evaluación crítica de la democracia Deseo crítico de la democracia
Confianza en instituciones políticas -0.002 (-0.15) 0.055* (2.20) -0.094*** (-5.29) -0.031* (-2.22)
Elecciones sesgadas -0.019 (-1.58) -0.021 (-1.21) 0.044** (3.18) 0.020 (1.78)
País respeta los derechos humanos -0.009 (-0.79) -0.014 (-0.81) -0.093*** (-6.84) -0.062*** (-5.6)
seguridad del barrio 0.003 (0.29) 0.003 (0.20) -0.024 (-1.80) -0.012 (-1.17)
Inseguridad por la delincuencia 0.011 (1.14) 0.006 (0.45) -0.001 (-0.16) -0.001 (-0.11)
Valores emancipativos
Autonomía 0.005 (0.84) 0.007 (0.48) 0.003 (0.30) 0.010 (0.99)
Igualdad de género 0.055*** (3.59 0.077*** (3.37) 0.033 (1.85) 0.055*** (3.79)
Derecho a decidir 0.039** (2.90) 0.077*** (4.11) 0.012 (0.81) 0.051*** (4.16)
Derecho a tener voz 0.041*** (3.27) 0.042** (2.40) 0.026* (1.98) 0.037*** (3.32)
Relativismo del orgullo patriótico 0.005 (0.26) -0.043 (-1.46) 0.050* (2.33) 0.005 (0.26)
Agnosticismo 0.022 (1.62) -0.014 (0.70) 0.039** (2.61) 0.027* (2.06)
Finanzas domésticas -0.003 (-0.26) 0.030 (1.62) -0.026 (-1.76) 0.001 (0.09)
Satisfacción con la vida 0.022 (1.27) 0.032 (1.26) -0.027 (-1.50) 0.006 (0.43)
Asociativismo religioso-recreativo -0.042* (-2.03) -0.070* (-2.30) -0.006 (-0.28) -0.045 (-2.38)
Asociativismo gremial-profesional -0.060** (-2.59) -0.062 (-1.80) 0.037 (1.43) 0.001 (0.09)
Confianza interpersonal 0.018 (1.79) 0.035* (2.52) -0.012 (-1.09) 0.012 (1.31)
Interés en la política 0.040*** (3.42) 0.10*** (5.91) -0.007 (-0.55) 0.045*** (4.05)
Voto: no votó
Voto por PRI 0.010 (1.10) 0.016 (1.22) -0.022* (-2.14) -0.004 (-0.54)
Voto por PAN 0.017* (1.89) 0.009 (0.65) 0.003 (0.32) 0.005 (0.67)
Voto por PRD 0.016 (1.46) 0.007 (0.47) 0.004 (0.32) 0.005 (0.45)
Voto por otros 0.022 (1.75) 0.014 (0.72) 0.003 (0.21) 0.007 (0.59)
Ideología: centro
Sin ideología -0.020 (-0.99) -0.040 (-1.17) 0.023 (-0.87) -0.030 (-1.27)
Izquierda 0.006 (0.66) -0.000 (-0.00) -0.016 (-1.45) -0.004 (-0.40)
Derecha -0.004 (-0.54) -0.008 (-0.77) -0.027** (-3.15) -0.022*** (-3.01)
Edad: 18 a 29 años
30 a 49 años -0.008 (-1.14) 0.007 (0.82) -0.007 (-0.88) -0.000 (-0.04)
50 años o más 0.009 (0.88) 0.028 (1.88) -0.000 (-0.08) 0.011 (1.16)
Sexo (H=0, M=1) -0.004 (-0.66) -0.003 (-0.30) -0.004 (-0.52) -0.008 (-1.12)
Escolaridad 0.006*** (3.33) 0.005* (2.32) 0.006*** (3.31) 0.007*** (4.16)
Conexión informativa 0.043* (2.43) 0.069** (2.63) 0.011 (0.55) 0.040* (2.36)
Clase social subjetiva 0.006 (0.55) 0.013 (0.85) 0.025* (2.04) 0.014 (1.41)
Ingreso 0.002 (0.17) 0.015 (0.73) -0.002 (-0.19) 0.002 (0.17)
Constante 0.488*** (16.72) 0.283*** (6.71) 0.46*** (14.52) 0.120*** (4.50)
N= 1.708 1.707 1.761 1.700
R2= 0.0977 0.1152 0.1578 0.1526

Fuente: Elaboración propia con datos del WVS-6. Coeficientes sin estandarizar obtenidos de modelos de regresión lineal múltiple con errores estándares robustos. El valor t se muestra entre paréntesis. Niveles de significancia: *p<0.05, **p<0.01, ***p<0.001.

De igual manera, los valores emancipativos tienen una relación positiva con la variable dependiente y sus componentes. Los valores emancipativos aparecen como determinantes de la noción liberal de la democracia, la aspiración a una democracia liberal y el deseo crítico de la democracia liberal. Dentro de este conjunto de variables independientes, la única que carece de efectos sistemáticos es la que mide el aprecio por atributos como la independencia o la creatividad individuales. Es posible que las actitudes de apoyo a la autonomía y creatividad de las personas no sean decisivas para configurar los juicios y aspiraciones políticos de los ciudadanos. En cambio, la valoración de la igualdad entre hombres y mujeres, el respaldo a los derechos a decidir en materia de preferencia sexual, aborto y divorcio, y el apoyo al derecho a la libertad de expresión y la participación en asuntos colectivos, son valores que influyen positivamente en la importancia que se le otorga a la democracia liberal. Asimismo, conforme a lo previsto, los sentimientos de orgullo patriótico se relacionan negativamente con la evaluación crítica de la democracia, y las actitudes agnósticas se asocian positivamente con el deseo crítico de una democracia liberal.

Un tercer bloque de variables revela que las capacidades de movilización cognitiva de los ciudadanos desempeñan un rol determinante en los resultados. Estas capacidades se definen por el interés en la política, el nivel de escolaridad y el acceso a distintas fuentes de información (Dalton, 1984; Inglehart, 1990: 258-363). En diferentes combinaciones, las capacidades de movilización cognitiva son factores que influyen positivamente en el juicio crítico hacia el sistema político, en la importancia que se le da a la democracia liberal y en el deseo crítico de la democracia liberal. Otros controles, como la edad, el sexo o el ingreso no resultan variables estadísticamente significativas.

La Gráfica 5 ofrece una ilustración de los resultados más importantes. En ella se representan los valores predichos del deseo crítico de la democracia liberal cuando el nivel de logro educativo adopta tres valores diferentes: sin educación, educación media-básica completa y estudios universitarios completos o más. De la misma forma, presenta los efectos marginales de cuatro variables independientes cuando se encuentran en sus valores mínimos y máximos. Las variables son: confianza en las instituciones políticas, precepción de que México protege los derechos humanos, apoyo al derecho de las personas a decidir, y apoyo a las libertades de expresión y al derecho a tener “voz”. La Gráfica 5 muestra que los efectos predichos de los niveles más altos de escolaridad son sistemáticamente más altos que los valores de niveles inferiores. En específico, la Gráfica 5A muestra que la desconfianza en las instituciones políticas y la percepción de que México no respeta los derechos humanos predicen un nivel más alto en la variable de respuesta. De manera semejante, la Gráfica 5B reporta que el deseo crítico de la democracia liberal alcanza una mayor magnitud cuando el apoyo al derecho a decidir y a las libertades de expresión se encuentran en su máximo nivel.

Fuente: Efectos marginales predichos a partir del modelo 4 del Cuadro 3.

Gráfica 5 Efectos marginales por niveles de escolaridad y variables seleccionadas 

Por otra parte, aun cuando los resultados en general responden a las expectativas de las hipótesis formuladas, es indispensable hacer algunas consideraciones adicionales. La evidencia indica que los deseos críticos de la democracia liberal en México dependen de las percepciones que dicen que el sistema político no protege las garantías democráticas ni los derechos manos; también confirma que las variables dependientes están asociadas con valores emancipativos específicos, sugiriendo que esos valores están cada vez más arraigados en la cultura política. El análisis muestra, además, que las aspiraciones democrático-liberales y la evaluación crítica del régimen están influidas por actitudes de movilización cognitiva, como el interés en la política, el acceso a diversas fuentes de información y altos niveles de escolaridad. Sin embargo, de la misma manera que el deseo crítico de la democracia liberal y sus componentes son de una magnitud menos robusta que lo esperado, los valores y capacidades individuales que dan impulso a esas actitudes están lejos de ser mayoritarias y de encontrarse ampliamente difundidas. Como se puede apreciar en el Anexo B, al menos dos terceras partes de la población concentran bajos puntajes en la mayoría de los indicadores de valores emancipativos y capacidades de movilización cognitiva. Es decir, aquellos valores y competencias cognitivas que deberían motivar evaluaciones críticas del desempeño del régimen e inspirar la demanda de una mejor democracia liberal-procedimental se encuentran distribuidas de manera poco progresiva. Esto implica que la perdurabilidad de valores no-emancipativos y la persistencia de disparidades en las aptitudes políticas de los ciudadanos restringen las motivaciones y capacidades que podrían producir una demanda más extensa y crítica de una democracia liberal entre la población.

Conclusiones

Este estudio analizó el deseo crítico de la democracia liberal en México, un caso en el que una democracia incompleta y deficiente provocó una extensa reacción de descontento político. Inicialmente, se esperaba que la evaluación crítica de los atributos democráticos del régimen político estuviera inspirada por demandas persistentes de expandir y fortalecer los derechos y libertades democráticos. Un análisis con datos del World Values Survey revela, en cambio, que tanto la evaluación crítica del sistema político como el deseo de una democracia liberal tienen una magnitud débil y menor a la esperada. Este artículo muestra que, a pesar del descontento político generalizado, una noción liberal-procedimental de la democracia desempeña un rol limitado como un ideal normativo que inspire el significado que se le atribuye a la democracia en México.

Este trabajo contribuye al análisis de las actitudes políticas colectivas y aporta evidencia de que las nociones sustantivas y concretas de la democracia tienen un mayor poder explicativo que las nociones abstractas y generales. Diversos trabajos han mostrado que el apoyo a una noción abstracta y general de la democracia es poco notable en México (Moreno y O’Niel, 2014). Este estudio en particular confirma que ese apoyo es considerablemente más débil cuando se trata de la noción liberal de la democracia. Los datos del WVS indican que en este país se le atribuye una gran importancia a una noción abstracta de la democracia. Sin embargo, esa magnitud se reduce significativamente cuando se ajusta por una noción exclusivamente liberal de la democracia. Lo mismo ocurre con la evaluación crítica del régimen. Los mexicanos parecen ser considerablemente críticos con las cualidades democráticas del sistema político, hasta que este indicador se ajusta por el nivel alcanzado efectivamente por la democracia liberal, de acuerdo con la información del proyecto Variedades de la democracia (Coppedge, Gerring et al., 2016). Entonces, sus juicios resultan ser más bien acríticos.

Este estudio también confirma que las diferencias prevalecientes en valores y aptitudes políticas restringen las motivaciones y capacidades asociadas con las aspiraciones críticas hacia una democracia liberal. En México, el deseo crítico de una democracia liberal está efectivamente determinado por la desconfianza en las instituciones políticas y actitudes escépticas de que el régimen garantiza elecciones libres y protege derechos humanos -lo cual resulta coherente con el desempeño auténtico del sistema político-. Otros determinantes clave son valores emancipativos, como la igualdad de género en los ámbitos público y privado, el respeto del derecho de las personas a decidir en materia de sexualidad, aborto y divorcio, y el derecho a tener voz e influencia en los asuntos colectivos. La misma función desempeñan capacidades de movilización cognitiva, definidas por niveles más altos de escolaridad, acceso a distintas fuentes de información e interés en la política.

Las capacidades y actitudes asociadas con el deseo crítico de la democracia liberal, sin embargo, están lejos de ser mayoritarias. Antes bien, los valores emancipativos y seculares están básicamente concentrados en un conjunto minoritario de individuos (Inglehart y Welzel, 2005; Welzel, 2013a: 87, figura 2.3); amplios segmentos de la población cuentan con capacidades precarias de asociación y movilización cívica (Holzner, 2007;

Moreno, 2010; Somuano, 2012); albergan valores incongruentes con el gobierno de la ley, la tolerancia a la oposición política y el respeto a los derechos civiles (IFE, 2014; Sarsfield, 2007; Schedler y Sarsfield, 2007) y, en muchos casos, dependen de distintas redes de patronazgo y clientelismo para acceder a servicios públicos o para involucrase en la política (De la O, 2015; Hilgers, 2012; Tejera Gaona, 2016).

Este artículo sugiere que las democracias emergentes deben ofrecer experiencias concretas de que los gobiernos y los políticos respetan los derechos democráticos y pueden ser llamados a cuentas mediante las instituciones y los procedimientos establecidos. De esta forma, el apoyo a una concepción liberal-procedimental de la democracia puede surgir, en última instancia, del desempeño del régimen. En México, una democratización incompleta produjo gobiernos ineficaces, poco responsivos y difícilmente sujetos a rendición de cuentas. Si el apoyo de los ciudadanos al régimen político depende sustancialmente de los beneficios que éste pueda ofrecer, el sistema político mexicano se quedó lejos de proporcionar motivos para que el apoyo colectivo a la democracia liberal tuviera razones puramente instrumentales.

El caso mexicano ilustra que la insatisfacción política en las democracias emergentes no necesariamente está regulada por una noción liberal-procedimental de la democracia. En casos como éste, la insatisfacción política difícilmente podrá inspirar movilizaciones populares que demanden derechos y garantías democráticos. Al contrario, en la medida en que la gente adopte nociones abstractas o ambivalentes de la democracia, la insatisfacción política puede erosionar la idea de un régimen procedimental, despojando a la democracia de significados correctos y congruentes. En un nivel masivo, esto crea el riesgo de alentar actitudes de cinismo político que pueden ser útiles para líderes políticos oportunistas y estratégicos en su lucha por el poder político.

En estas circunstancias, es necesario investigar todavía más las causas y consecuencias del deseo crítico por la democracia liberal en América Latina. En una agenda paralela de investigación, Carlin (2011) encontró que los “demócratas desconfiados” en Chile tienden a participar más en protestas sociales, mientras que, paradójicamente, quienes exhiben rasgos autoritarios o ambivalentes dicen participar más en el plano electoral. De manera similar, resulta clave analizar de qué forma el descontento político y el apoyo a la democracia interactúan con las estrategias competitivas de partidos y élites políticas en regímenes con niveles diferentes de democratización. Esto debería proporcionar información relevante para conocer el rol de las actitudes y creencias masivas en las dinámicas de persistencia y erosión de las democracias emergentes.

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Este trabajo se realizó con apoyo del Proyecto Conacyt 153597. Agradezco al World Value Survey, a la Corporación Latinobarómetro y al Barómetro de las Américas (LAPOP y sus principales fuentes de financiamiento: United States Agency for Internationial Development, Banco Interamericano de Desarrollo y Venderbilt University) poner a disposición del público las bases de datos empleadas en este análisis. De igual forma, expreso mi agradecimiento a los revisores anónimos de este artículo, por sus valiosas observaciones y recomendaciones.

1 Éstos son los reactivos disponibles en la ronda 6 (2012). En 2005 (ronda 5), la noción autoritaria incluye un reactivo que no se preguntó después: “los criminales son severamente castigados”.

2Para medir esta variable, Welzel (2013a: 260-263) y Moreno y Welzel (2014) emplean un índice que multiplica los datos de Freedom House y los de Cingranell y Richards en materia de derechos humanos. Los datos del V-dem representan una mejor alternativa, pues contienen un índice de la democracia liberal basado en una sofisticada agregación de indicadores (Coppedge, Lindberg et al., 2016).

3Sirva este ejemplo: en 2012, la calificación que los ciudadanos le dieron a la democracia en Chile fue de 0.58, mientras que los de Ecuador la calificaron con 0.672. Esto significa que, en Ecuador, la ciudadanía percibe una democracia de mejor calidad que la que perciben los ciudadanos chilenos. Sin embargo, de acuerdo con el proyecto V-dem, en promedio, durante los cinco años previos a la encuesta del wvs, la calidad de la democracia liberal en Chile alcanza un puntaje de 0.817, mientras que, en Ecuador, el puntaje es de 0.42. Esto implica que, al evaluar la calidad democrática del sistema político, el juicio de los ecuatorianos es menos crítico que el de los chilenos. El indicador de la evaluación crítica de la democracia registra esta diferencia, pues Chile obtiene un puntaje de 0.618 (lo que implica una evaluación más crítica por parte de la ciudadanía) y Ecuador alcanza 0.373 (lo que supone una evaluación menos crítica).

ANEXO A.

Operacionalización de las variables independientes 

Variable Operacionalización
Confianza en instituciones políticas Índice conformado por los reactivos: v115-v118. “¿Cuánta confianza tiene en: el gobierno de la república, los partidos políticos, el Congreso, la burocracia?, a = 0.8354.
Elecciones manipuladas Índice conformado por: v228d “se compran los votos”; v228g “los ricos compran las elecciones”; y v228h “se amenaza a los votantes con violencia en las urnas”, α = 0.7630.
País respeta los derechos humanos v142. “¿Cuánto respeto considera usted que hay a los derechos humanos en nuestro país hoy en día?”
seguridad del barrio v170. “En estos días, ¿qué tan seguro se siente en su colonia o vecindario?”
Inseguridad por el crimen v189. “En los últimos 12 meses, ¿con qué frecuencia usted y su familia se sintieron inseguros en su casa debido a la delincuencia?”
Autonomía Igualdad de género derecho a decidir derecho a tener voz disponibles en la base de datos. Para su operacionalización, véase: Welzel (2013b: 20-21).
Relativismo del orgullo patriótico Agnosticismo disponibles en la base de datos. véase: Welzel (2013b: 12-14).
Finanzas domésticas v59. satisfacción con la situación económica en el hogar durante los últimos 12 meses.
Satisfacción con la vida v23 “Considerando todas las cosas, ¿qué tan satisfecho está usted con su vida en este momento?”
Asociativismo religioso-recreativo Asociativismo gremial-profesional Análisis factorial por componentes principales de los reactivos v25-v35. El “asociativismo gremialprofesional” explica 0.3387 de la varianza. las formas de participación que tienen una carga más alta en este factor son: sindicato, partido político, organización ambientalista, asociación profesional, organización humanitaria, de consumidores, de autoayuda y otras. El segundo factor, “asociativismo religioso-recreativo”, explica 0.1418 de la varianza. los reactivos con una carga más alta son: organizaciones religiosas, deportivas, recreativas, artísticas, musical o educativas.
Confianza interpersonal v24. “En términos generales, ¿diría usted que se puede confiar en la mayoría de las personas o que no se puede ser tan confiado al tratar con la gente?”
Interés en la política v84. “¿Qué tan interesado está usted en la política?”
Intención de voto v228. “si mañana hubiera elecciones federales, ¿por cuál partido votaría usted?”. se crean categorías para las siguientes opciones: “no votaría”, “pri”, “pan”, “prd”, “otros”.
Ideología: centro v95. Autoubicación en la escala izquierdaderecha, que adopta valores del 1 a 10. Esta escala se transforma en: “sin ideología” (no sabe o no contesta), “Centro” (5), “Izquierda” (1-4), “derecha” (6-10).
Edad: 18 a 29 años v242. Edad en años. se crearon tres categorías: “18 a 29 años”, “30 a 49”, “50 años o más”.
sexo (H=0, M=1) v240.
Escolaridad v248.
Conexión informativa Índice compuesto por los reactivos v217 a v224 (α = 0.7123). Frecuencia con la que se recurre a periódicos, revistas impresas, noticias en televisión, noticieros de radio, teléfono móvil, correo electrónico, internet, amigos y compañeros, y redes sociales (Facebook, twitter), para obtener información.
Clase social subjetiva v238. “la gente algunas veces se describe a sí misma como de la clase obrera, la clase media, la clase alta o la clase baja. usted se describiría como…”
Ingreso v239. Autoubicación en una escala de niveles de ingreso del 1 al 10.

Fuente: Datos de la ronda 6 del WVS. Las variables fueron recodificadas para que adopten valores de 0 a 1.

Anexo B

Estadística descriptiva de variables independientes seleccionadas 

Media D.E. Cuando la variable es igual a: El porcentaje acumulado equivale a:
Igualdad de género 0.682 0.225 0.7733 77.54
Escolaridad 0.531 0.292 secundaria incompleta 66.47
Derecho a voz 0.483 0.277 0.58 67.08
Conexión informativa 0.463 0.222 0.551 65.07
Derecho a decidir 0.328 0.272 0.407 65.38
Agnosticismo 0.286 0.262 0.33 67.60
Relativismo del orgullo patriótico 0.392 0.357 0.33 68.75
Interés en la política 0.346 0.308 0.33 69.69

Fuente: wvs-6. Las variables tienen un rango de 0 a 1.

Recibido: 25 de Marzo de 2017; Aprobado: 28 de Agosto de 2017

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