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Política y gobierno

versión impresa ISSN 1665-2037

Polít. gob vol.16 no.2 Ciudad de México ene. 2009

 

Reseñas

 

Urban Protest in Mexico and Brazil, de Kathleen Bruhn

 

María de la Luz Inclán*

 

Nueva York, Cambridge University Press, 2008, 212 pp.

 

* Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE.

 

El conocimiento que Kathleen Bruhn tiene sobre los movimientos sociales asociados con el Partido de la Revolución Democrática en México y el Partido del Trabajo en Brasil hacen de este un estudio muy completo sobre los factores que han motivado protestas urbanas en las últimas tres décadas en las ciudades de México, São Paulo y Brasilia. Para identificar estos factores, Bruhn utiliza selectivamente variables de las tres principales corrientes teóricas en el estudio de los movimientos sociales: oportunidades políticas, movilización de recursos y marcos referenciales de identidad. Este libro representa un puente entre la bibliografía sobre partidos políticos y la de movimientos sociales, las cuales pocas veces se entrelazan, ya que los estudiosos de los partidos políticos se enfocan en el comportamiento de los procesos institucionalizados de hacer política, mientras que la investigación sobre movimientos sociales aborda los procesos políticos llevados a cabo fuera de las normas institucionales. Por lo tanto, este libro forma parte del diálogo necesario que se debe establecer entre la sociología y la ciencia política.

El análisis combina los métodos estadísticos sofisticados pero apropiados en el estudio de protestas, así como información recabada cualitativamente por medio de numerosas entrevistas con diferentes actores y testigos privilegiados de dichas protestas y la participación en mítines de algunas de las organizaciones populares investigadas. El trabajo de campo está concentrado en las protestas de organizaciones sindicales y vecinales. La selección de casos permite comparar el poder de movilización de organizaciones sociales más institucionalizadas, con mayores recursos y conexiones con partidos políticos, como son los sindicatos, contra la fuerza movilizadora de organizaciones populares, que tienden a ser más independientes, con menores recursos y menores estructuras organizadoras.

El estudio comparativo de movimientos sociales en México y Brasil de Kathleen Bruhn logra descubrir las dinámicas existentes entre movimientos de protesta y regímenes en transición democrática. En el caso de México Bruhn compara las protestas desarrolladas durante las administraciones priístas, cuando la administración de la ciudad de México no obedecía a autoridades electas, contra las protestas durante las administraciones perredistas una vez que las posiciones de poder en la ciudad fueron abiertas a ser electas en 1997. Para Brasil, Bruhn compara administraciones conservadoras contra izquierdistas en São Paulo y Brasilia una vez que la dictadura militar permitió elecciones transparentes y justas.

Los argumentos principales del libro son (pp. 6–7): 1) las estructuras internas y la cultura política de las organizaciones sociales movilizadoras influyen significativamente en la tendencia a protestar y restringen su capacidad para responder a cambios en las oportunidades políticas presentadas. La protesta se convierte en un factor crucial en el mantenimiento y la sobrevivencia de la organización cuando ésta no cuenta con los recursos necesarios para sostenerse o sostener sus demandas. 2) Aunque los cambios en los factores políticos no son los principales generadores de protesta, la actividad de protesta sí responde a los ciclos de las administraciones gubernamentales. 3) No todas las organizaciones responden de la misma forma a oportunidades políticas cambiantes. Esto depende de los recursos con los cuales cuenten, su cultura política y su nivel de institucionalización. Las organizaciones que tengan un historial de protesta son más proclives a continuar protestando, sobre todo si las protestas pasadas han dado frutos, creando así una percepción positiva hacia la actividad de protesta. Las organizaciones con mayor nivel de institucionalización tienden a protestar menos, sin embargo, la competencia por el liderazgo interno incrementa la actividad de protesta de una organización cuando funciona como mecanismo de selección de líderes.

Cinco hipótesis resumen dichos argumentos. Para probar los argumentos derivados de la teoría de la movilización de recursos, la autora propone dos hipótesis. La primera sugiere que la propensión a protestar es reflejo de las características organizacionales y sociológicas de los movimientos sociales y éstas se observan en el tipo de recursos y en las estructuras internas de las organizaciones. La segunda hipótesis indica que la propensión a protestar refleja experiencias de protesta pasadas, lo cual ayuda a acumular recursos y habilidades para protestar al tiempo que da forma a la identidad del movimiento. Las dos siguientes hipótesis abordan argumentos de la teoría de las oportunidades políticas. La tercera hipótesis sugiere que las organizaciones independientes son más propensas a protestar que las organizaciones aliadas a partidos políticos. La cuarta hipótesis indica que las organizaciones pueden disminuir o aumentar su actividad de protesta cuando un partido político aliado está en el poder. Finalmente, la quinta hipótesis proviene de la teoría de los marcos referenciales de identidad de los movimientos sociales e indica que la propensión a protestar varía en forma sistemática durante el curso de una administración.

El planteamiento de las hipótesis resulta un tanto problemático para relacionar la operacionalización de las variables empleadas en el estudio, ya que éstas no se mencionan concretamente en las hipótesis. En particular, la cuarta hipótesis presenta problemas de falsificación, ya que su planteamiento es en los dos sentidos posibles de la relación entre variables, por lo tanto, cualquier resultado que se obtenga en el análisis la comprueba.

Los problemas más fuertes de esta investigación se derivan de la selección discriminatoria de los argumentos teóricos utilizados. Bruhn arguye que las oportunidades políticas poco influyen en la actividad de protestas de las organizaciones sindicales y populares urbanas. Sin embargo, de las cuatro dimensiones que componen la estructura de oportunidades políticas (apertura relativa del sistema político, realineación de las élites políticas, presencia de aliados en el poder y la capacidad y propensión del estado a reprimir movimientos disidentes, McAdam 1996), Bruhn sólo utiliza la tercera. Sería conveniente que el estudio ofreciera también un análisis de las otras tres dimensiones para que su conclusión acerca del limitado papel que desempeñan las oportunidades políticas en la generación de protestas fuera más sólida. La autora reconoce las limitaciones de su estudio y menciona que un modelo completo debería incluir la capacidad de respuesta de los gobiernos, partidos políticos, legisladores e intereses internacionales (pp. 170–171). Dichos factores podrían estar relacionados con la apertura relativa del sistema político así como de forma indirecta con la realineación de las élites. Desafortunadamente la información sobre la presencia y posible represión a los actos de protesta por parte de las fuerzas del orden no es pública en ninguno de los dos casos estudiados. Esto último representa un problema para la medición de la capacidad y propensión del Estado a reprimir movimientos disidentes.

Igualmente la selección de argumentos sobre las teorías de identidad de los movimientos sociales resulta limitada y más la medición de la misma por medio de la historia de protesta de las organizaciones y su actitud hacia ella.

Sin embargo, el estudio de Kathleen Bruhn contribuye de manera significativa al entendimiento de la aparición y desarrollo de movimientos sociales urbanos en democracias jóvenes y en desarrollo, ya que el grueso de la bibliografía sobre movimientos sociales sigue estando dominado por estudios sobre movimientos sociales en democracias estables y desarrolladas.

Como bien identifica la autora en su libro, los mismos factores pueden representar oportunidades u obstáculos para diferentes organizaciones dependiendo de las características internas de las mismas, por lo tanto, el estudio sobre la actividad de protesta de las organizaciones sociales debe combinar el análisis de ciertos elementos estructurales, en especial sus relaciones con actores externos a las organizaciones, con características internas de las mismas.

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