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Política y gobierno

versión impresa ISSN 1665-2037

Polít. gob vol.16 no.1 Ciudad de México ene. 2009

 

Reseñas

 

Passion, Craft and Method in Comparative Politics, por Gerardo Munck y Richard Snyder

 

Azul A. Aguiar A.*

 

Baltimore, The John Hopkins University Press, 2007, 792 pp.

 

* Istituto Italiano di Scienze Umane, SUM.

 

¿Qué es la ciencia política? ¿Cómo la piensan aquellos que han contribuido a construirla? ¿Cuál es el camino que ha seguido, desde su nacimiento hasta nuestros días? ¿Cuáles son los debates que la circundan actualmente? A estas y otras preguntas responde el conjunto de entrevistas realizadas por Gerardo Munck y Richard Snyder a un grupo de politólogos que, gracias a sus aportes al desarrollo de la disciplina, se han convertido en sus más recientes maestros. Juan Linz, David Collier, Robert Dahl, Gabriel Almond, Arend Lijphart, Barrington Moore, entre otros, hacen de Passion, Craft and Method in Comparative Politics una obra que provee una visión clara del desarrollo de la ciencia política como profesión en Estados Unidos.

De las 15 entrevistas realizadas por Munck y Snyder, así como de los dos capítulos introductorios, se deriva la idea de que la ciencia política es la pasión que el investigador tiene por el estudio y el análisis del mundo real, la política de la vida diaria, los partidos, los cortes, los movimientos sociales, los sindicatos, la sociedad civil. La ciencia política es por ello una ciencia empírica, dedicada a explicar los fenómenos políticos que afectan a la sociedad y, más concretamente, el bienestar de los seres humanos (Dahl, p. 148). La ciencia política es también un método, pues está en su interés ofrecer explicaciones claras y crear generalizaciones sobre los acontecimientos del ámbito político. El método comparado es el método en la ciencia política, ya que ésta sólo existe si es comparada.1 Es así como la definen los grandes maestros, pues resulta imposible entender una realidad –un país, un fenómeno, una región– sin contrastarla con otra.2

Passion, Craft and Method devela el camino recorrido por los maestros, su vida, sus experiencias, formación, intereses y curiosidades intelectuales. Muestra cómo Linz llegó a la definición y clasificación de régimen autoritario, tras observar que la España franquista no era ni democrática ni totalitaria; o cómo Huntington, inconforme con la tesis según la cual el desarrollo económico conduce a la modernización y a la estabilidad, confirma que en muchas ocasiones tal desarrollo portaba inestabilidad y decadencia política. Pero sobre todo, dicho recorrido por la vida intelectual de los entrevistados permite entrever que en la ciencia política está el definir conceptos, comprobar hipótesis, falsificar tesis, así como explicar cómo y por qué las instituciones, sistemas o regímenes políticos funcionan en algunos lugares y en otros no.

Del cómo hacerlo se encuentra también respuesta en las entrevistas. Algunos maestros dan una importancia fundamental al trabajo de campo (Scott, p. 372; Stepan, p. 430–431; Skocpol, p. 691), así como al desarrollo de modelos formales (Bates, p. 536; Przeworski, p. 483; Laitin, p. 631); otros a la investigación documental y a la lectura del mundo real (Huntington, p. 221). Sobre todo destaca la lectura de los grandes clásicos –Maquiavelo, Montesquieu, Hobbes, Rousseau, Tocqueville, Mosca, Pareto, entre otros– como una vía para entender, enfrentar y explicar problemáticas actuales. Para la mayoría de los entrevistados, su revisión es de extrema importancia, ya que es una fuente de hipótesis, información histórica y grandes ideas (Przeworski, p. 481). Philippe Schmitter señala que al enfrentar un problema de investigación se pregunta: "¿Quién (de los clásicos) ya ha dicho algo al respecto?" (p. 336); de igual forma, tanto Linz como Guillermo O'Donnell sostienen que cada vez que comienzan un nuevo proyecto la revisión de Max Weber es obligada (p. 182; p. 299).

Un grupo importante de preguntas está dedicado a indagar el punto de vista de los entrevistados respecto al debate metodológico (cualitativo–cuantitativo) que se ha suscitado en la ciencia política durante los últimos 30 años, cuando comenzó a extenderse el uso de modelos derivados de la elección racional, la estadística y la econometría.3 Sentados en mesas separadas,4 dos posiciones parecen contrastar entre los estudiosos de ciencia política: 1) la disciplina ha perdido su dirección, y 2) la disciplina nunca había sido más científica. Dentro del primer grupo, el ejemplo más polémico es sin duda el de Giovanni Sartori. En un artículo publicado en 2004 por la revista Política y Gobierno (pero también en otros5), el politólogo italiano señala que la ciencia política (estadounidense) ha perdido el rumbo y camina con pies de barro,6 ya que la cuantificación a la que ha sido sujeta la investigación politológica no "logra confrontar la relación entre teoría y práctica". En el segundo grupo se ubican los que aseguran que la ciencia política nunca había estado mejor ni había desarrollado proyectos de investigación más científicos –aunque aún falta avanzar para alcanzar modelos más universales. El argumento central de esta corriente es que para realizar una investigación que pueda considerarse científica se deben observar ciertos criterios (usualmente pasados por alto por investigadores cualitativistas), como 1) la inferencia causal, 2) la independencia condicional y 3) la homegeneidad de las unidades. Pero, sobre todo, se debe evitar 1) la multicolinearidad, 2) el sesgo de selección y 3) la endogeneidad.7

Sin embargo, en general, los autores entrevistados mantienen una posición híbrida: "Los modelos de elección racional son muy reducidos y no significan realmente algo hasta que los insertas en un mundo más amplio" (Bates, p. 536). Abogan por el uso tanto de modelos formales como de técnicas cualitativas, dependiendo del tipo de problema de investigación que se afronta, así como de los datos disponibles; o bien, por empleo de técnicas estadísticas "después de haber aprendido suficiente historia y tener un conjunto claro de hipótesis" (Przeworski, p. 485).

Passion, Craft and Method in Comparative Politics se une a la literatura que busca ampliar el debate sobre el estado actual, pero también futuro, de la ciencia política y la política comparada a través de aquellos que han contribuido a construirla;8 indaga en la historia de la ciencia política desarrollada en Estados Unidos y la presenta a través de los principales enfoques –culturalista, elección racional, estructural–funcionalista– y las más citadas obras comparatistas; ofrece primeras lecciones para acercarse a la profesión y estimula el debate sobre el método, la metodología y las técnicas en la disciplina, desde la perspectiva de quienes están convirtiéndose ya en autores imprescindibles, ergo nuevos clásicos, en las aulas de ciencia política.

 

Notas

1 Gabriel Almond (1966), "Political Theory and Political Science", American Political Science Review, vol. 60, núm. 4, diciembre, p. 878.

2 Seymour Martin Lipset (1996), American Exceptionalism: A Double–EdgedSword, Nueva York, Norton & Company, p. 17.

3 Un hecho que ha sido generalmente utilizado para corroborar este argumento es la revisión de artículos publicados por revistas especializadas, como la American Political Science Review, en donde se observa el uso, cada vez más frecuente, de técnicas estadísticas, como la regresión logística, el análisis multivariado [Sigelman (2006), "The Coevolution of American Political Science and the American Political Science Review", American Political Science Review, vol. 100, núm. 4, noviembre, pp. 1–16], así como modelos de la teoría de juegos para explicar fenómenos y problemáticas de corte político–institucional o social.

4 Gabriel Almond (1988), "Separate Tables: Schools and Sects in Political Science", Political Science & Politics, vol. 21, núm. 4, otoño, p. 828.

5 Véase Giovanni Sartori (1997), "Chance, Luck and Stubbornness", en Hans Daalder, Comparative European Politics: the Story of a Profession, Londres, Pinter, pp. 93–100.

6 Sartori sostiene que "la ciencia política dominante ha adoptado un modelo inapropiado de ciencia (extraído de las ciencias duras, exactas) y ha fracasado en establecer su propia identidad (como ciencia blanda) por no determinar su metodología propia". Sartori (2004), "¿Hacia dónde va la ciencia política?", Política y Gobierno, vol. 11, núm. 2, segundo semestre, p. 351.

7 Gary King et al. (1994), Designing Social Inquiry: Scientific Inference in Qualitative Research, Princeton, N. J., Princeton University Press.

8 Para esfuerzos previos en la misma dirección, véase Comparative European Politics: The Story of a Profession, editado por Hans Daalder. En el libro se presentan las autobiografías (o perfiles) de 27 destacados académicos que han contribuido al desarrollo de la política comparada en Europa después de la segunda guerra mundial, entre ellos Giovanni Sartori, Stein Rokkan, Jean Blondel y S.N. Eisenstadt.

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