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Biotecnia

versión On-line ISSN 1665-1456

Biotecnia vol.23 no.2 Hermosillo  2021  Epub 05-Sep-2022

https://doi.org/10.18633/biotecnia.v23i2.1363 

Artículos

Efecto de la poda en la producción de biomasa y proteína en Moringa oleifera Lam. en la zona centro de Veracruz

Pruning effect on biomass and protein production in Moringa oleifera Lam. in the central area of Veracruz

Rafael Ruiz-Hernández1 
http://orcid.org/0000-0001-9030-0039

Arturo Pérez-Vázquez1  * 
http://orcid.org/0000-0002-8440-7814

Cesareo Landeros-Sánchez1 
http://orcid.org/0000-0002-7383-3658

Ofelia Andrea Valdes Rodríguez2 
http://orcid.org/0000-0002-3702-6920

Katia Angélica Figueroa-Rodríguez3 
http://orcid.org/0000-0003-2724-8236

1Colegio de Postgraduados, Campus Veracruz. Carretera federal Xalapa-Veracruz km 88.5, CP 91700 México.

2El Colegio de Veracruz. Carrillo Puerto No. 26, zona centro. CP 91000. Xalapa, Veracruz, México.

3Colegio de Postgraduados, Campus Córdoba. Carretera Federal Córdoba-Veracruz, Km 348, Congregación Manuel León Amatlán de los Reyes, Veracruz, C.P. 94500. México.


Resumen

Moringa oleifera es una especie con gran importancia alimenticia humana y animal. El objetivo fue determinar el efecto de la poda sobre la producción de biomasa y contenido proteico en moringa. Plantas de tres años de edad fueron seleccionadas de acuerdo a la similitud entre altura y diámetro basal. El diseño experimental fue en bloques completamente al azar con tres tratamientos y cuatro repeticiones. Los tratamientos fueron podas de tallo a 0.75 (T1), 1.00 (T2) y 1.50 m (T3) de altura. Se midieron variables de longitud de brotes, número de brotes, número de hojas y producción de biomasa a los cuatro meses. Paralelamente se determinó el contenido de humedad, ceniza y proteína en hojas. Se encontraron diferencias estadísticas (Tukey, p<0.05) en el crecimiento y supervivencia de los brotes, siendo los tratamientos 1.00 m y 0.75 m de mayor altura para la primera y segunda poda. El T3 presentó 83.31% de humedad, 16.85% de proteína y 12.3 % de ceniza en la primera poda. No se encontraron diferencias estadísticas (Tukey, p>0.05) en la producción de biomasa, ni tampoco en el contenido de proteína en hojas. Se concluye que, moringa tolera podas a baja altura. La práctica de las podas incrementa la producción de biomasa y facilitan la cosecha en moringa.

Palabras clave: producción; cosecha

Summary

Moringa oleifera is a species with great nutritional importance. The objective of this work was to determine the effect of pruning in moringa biomass production and protein content. Three-year-old plants were selected according to the similarity between height and basal diameter. The experimental design consisted on three treatments and four repetitions. The treatments were pruned at 0.75 (T1), 1.00 (T2) and 1.50 m (T3) in height. The variables measured were shoot length, number of shoots, number of leaves and biomass production at four months. In parallel, moisture, ash and protein content in leaves were determined. Statistical differences (Tukey, p <0.05) were found in the shoots growth and survival, being the treatments 1.00 m and 0.75 m of greater height for the first and second pruning. The T3 presented 83.31 % humidity, 16.85 % protein and 12.3 % ash in the first pruning. No statistical differences (Tukey, p> 0.05) were found in biomass production, nor in leaf protein content. It is concluded that moringa is tolerant to pruning at low height. Pruning, as agricultural practice, increases biomass production and facilitates harvesting in moringa.

Keywords: Moringa; production; harvest

Introducción

Ante los retos actuales de la seguridad alimentaria, perdida de la fertilidad de suelos y cambio climático, se busca que mediante la agricultura se pueda mitigar el hambre y la desnutrición que sufre la humanidad (FAO, 2017). Una alternativa que puede contribuir a esta noble tarea es el cultivo de moringa (Moringa oleifera Lam.), un árbol multipropósito originario del Noroeste de la India que se ha distribuido en la mayoría de las zonas tropicales y subtropicales del mundo y que se introdujo a América Latina en el año de 1920 (Olson y Fahey, 2011).

Moringa presenta una diversidad de usos, entre ellos: industrial, floculante, bioabsorbente, agrícola, medicinal y alimenticio, siendo estos dos últimos los de mayor interés mundial (Anwar, 2007; Madera-Santana et al., 2019). Las hojas contienen prácticamente todos los aminoácidos esenciales, carbohidratos, carotenos, vitaminas, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, zinc, proteínas, grasas y ácidos grasos (Chelliah et al., 2017). Éstas se utilizan en la alimentación tanto humana como animal promoviendo muchos beneficios productivos y un mejor estado nutricional (Kakengi et al., 2007). Pocas plantas en el mundo se comparan con el perfil nutricional de moringa, además presenta un rápido crecimiento, alta producción de biomasa, supervivencia en climas adversos, alta tolerancia a la sequía, crece adecuadamente en precipitaciones de 500 a 1,500 mm, suelos francos o delgados, con poca cantidad de nutrientes y con intervalo de pH de 4.5-8.0 (Adedapo et al., 2009). Es una planta que puede producir una alta cantidad de biomasa (fresca y seca) aún a altas densidades de siembra (Reyes et al., 2006). Sin embargo, la respuesta a podas cuando el diámetro del tallo es pequeño (5-10 mm) limita la producción de ramas (Foidl et al., 2011). Moringa se puede utilizar como una opción sostenible y económicamente viable para la producción de alimentos, reforestación, producción de forraje o cultivo agrícola resistente al cambio climático (Reyes et al., 2006; Gandji et al., 2018). También puede usarse como un recurso clave en la alimetación para combatir la desnutrición, obesidad y patologías asociadas a la carencia de vitaminas (Orona et al., 2015; Rodiles-López et al., 2019). El uso de moringa con fines nutricionales puede contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional de la población, principalmente en comunidades rurales donde el acceso a alimentos y su calidad nutriconal es inadecuado (Mudyiwa et al., 2013; Aguilar-Jiménez et al., 2019).

En el sureste de México existen hoy día una gran cantidad de unidades de producción comercial de moringa, las cuales desconocen las mejores prácticas de manejo agronómico como la mejor altura de poda, frecuencia de corte y densidad de siembra para obtener una mayor cantidad y calidad en la producción de biomasa. Se sabe, que el rendimiento de biomasa fresca y seca en moringa esta determinado por las condiciones edafoclimáticas y prácticas de manejo del cultivo (Ramos et al., 2015). Moringa responde muy bien a podas con una alta capacidad de rebrote y permite tener varias cosechas de hoja al año. Pero a medida que la planta envejece disminuye su producción (Palada y Chang, 2003). Una de las estrategias para aumentar su producción de biomasa es la poda (Ledea et al., 2018).

La poda de tallo promueve la ramificación, aumenta el rendimiento y en alturas adecuadas facilita la cosecha. Cabe mencionar que existe poca información sobre el efecto de la poda en la producción de biomasa y contenido de proteína. Por ello, se requiere de investigaciones que determinen la altura óptima de corte para que la planta logre una producción de biomasa sin poner en riesgo la supervivencia del cultivo. Por tanto, el objetivo fue determinar el efecto de la poda sobre la producción de biomasa y contenido de proteína en moringa en la zona centro del estado de Veracruz. Bajo la hipótesis de que la producción de biomasa y contenido de proteína de moringa esta en función con la altura de poda.

Materiales y métodos

Área de estudio y material biológico

La unidad experimental se estableció en los terrenos del Colegio de Postgraduados, Campus Veracruz, localizado en el municipio de Manlio Fabio Altamirano (19° 16’ 00”LN, 96° 16’ 32” LO; 16 msnm). La zona esta caracterizada por tener un clima trópico subhúmedo con lluvias en verano durante cuatro meses, del mes de junio a septiembre. Durante el experimento se registraron datos climáticos. El promedio de temperatura máxima fue de 31 ºC (± 1.94) y mínima de 22ºC (± 1.21); la humedad relativa de 82% (± 2.11) y una precipitación acumulada de 293 mm y la anual de ese año de 771.2 mm. Se realizó un perfil de suelo a una profundidad de 1.27 m para identificar las capas del suelo y describir las características de cada capa. El suelo se caracteriza ser poco profundo y pedregoso. Se realizó el análisis de suelo a cada capa del perfil y se determinó el color, % de materia orgánica, pedregosidad, textura, densidad aparente, biodiversidad, conductividad eléctrica (μS), pH, amoníaco (NH3-N), P, K, y nitrato (NO3-N), bajo la NOM-021-SEMARNAT-2000 (SEMARNAT, 2002).

Las semillas de moringa fueron sembradas en octubre del 2012, cuyo peso promedio fluctuaba en 268.9 (± 42.9) mg. Para julio del 2015, los árboles del cultivo tenían una edad de 3 años.

Tratamientos y Diseño experimental

El diseño fue de bloques completamente al azar con tres bloques, tres tratamientos y cuatro repeticiones por bloque (Tabla 1). Los tratamientos se determinaron seleccionando aquellas plantas que tuvieran altura y diámetro del tallo similar. La altura promedio de las plantas fue de 6.41 (± 0.22) m y un diámetro promedio del tallo de 13.78 (± 1. 69) cm. La distancia entre filas fue de 4 m y 2 m entre plantas. La poda se realizó con serrotes a los tratamientos de altura de 0.75, 1.00, 1.50 m. La primera poda se realizó el día 27 de julio y la cosecha el 28 de septiembre (63 días después de la poda), y la segunda cosecha el 28 de noviembre (61 días después de la poda).

Tabla 1 Tratamientos de altura de poda en el cultivo de M. oleífera.
Table 1. Pruning height treatments in the cultivation of M. oleifera.  

Tratamiento Altura de poda respecto al suelo
T1 0.75 m
T2 1.00 m
T3 1.50 m

Manejo del experimento y variables registradas

Diariamente se monitoreaba las plantas para evitar que fueran perjudicadas por algún agente externos como plagas o enfermedades. Las plantas no recibieron riego ni abono durante la experimentación.

Cada siete días se registraron las variables: altura, número de ramas y hojas de los brotes. Con ayuda de un flexómetro se midió la longitud de los rebrotes. Se realizaron dos muestreos con periodos de 63 y 61 días para conocer la producción de biomasa fracción gruesa (brotes) y fracción fina (hojas). Se determinó la tasa de crecimiento promedio en los tratamientos. El contenido de materia seca se determinó deshidratando el tallo y las hojas (fracción fina y gruesa) en una estufa de aire forzado a una temperatura de 60 °C durante 48 h. Se utilizaron hojas deshidratadas previamente molidas para determinar la cantidad de humedad, ceniza y proteína. Para la determinación del contenido de proteína su utilizó el Método de Kjeldahl (AOAC, 1984) y para el contenido de ceniza se utilizó el método establecido en la NMX-F- 066-S-1978 (DOF, 1961).

Análisis estadístico

Para determinar diferencias estadísticas entre las diferentes alturas de poda se realizaron análisis de varianza con la prueba de Tukey (p≤0.05) por cada variable registrada. El análisis estadístico y las correlaciones se realizaron con el programa InfoStat versión 2016. Se estimó el promedio de los tratamientos contemplando el diseño experimental.

Resultados

Perfil del suelo

En la capa superior del suelo (0 - 0.25 m) se encontró la mayor cantidad de materia orgánica y un suelo más ligero, y a mayor profundidad se identificó mayor compactación (Tabla 2).

Tabla 2 Carcateristicas fisicoquímicas del perfil de suelo en el área experimental donde se establecieron las plantas de M. oleifera.
Table 2. Physicochemical characteristics of the soil profile in the experimental area where the M. oleifera plants were established. 

Profundidad (cm) Carácter Descripción
0 - 25 Color Amarillo grisáceo en húmedo
Materia orgánica 2.5%
Raíces Gruesas medianas
Pedregosidad Tamaño pequeño
Textura Franco arcillosa
Densidad aparente Buena 1.2 - 1.27
Biodiversidad Hormigas y microfauna
Observaciones Presencia de manchas moteadas
25.1 - 53 Color Café cobrizo en húmedo
Materia orgánica Mínima cantidad de M.O
Raíces Tope de desarrollo radicular por la presencia de piedra
Pedregosidad Abundante con capas laminares con segmentos duros
Textura Franco-arcilloarenosa
Densidad aparente 1.3 - 1.4
Diámetro de piedra Superior a los 8 cm
53.1 - 87 Color Amarillo grisáceo en húmedo
Materia orgánica Ausente
Gravilla Producto del desgaste del material rocoso de la capa superior
Moteados Color amarillo y material laminar duro
87.1 - 127 Color Gris claro
Materia orgánica Ausente
Roca madre Sin presencia de piedra
Raíces Escasas raíces adventicias
Pedregosidad Material laminar compactado

Análisis de suelo

El análisis de suelo arrojó que la capa superior (0 - 0.25m) presentó mayores valores de conductividad eléctrica y materia orgánica en comparación con las capas de mayor profundidad. El valor de pH fue ligeramente ácido en la superficie y neutro a mayor profundidad, con un nivel medio de materia orgánica en los primeros 25 cm y menor contenido a mayor profundidad. El contenido de N fue 2.5 mg L-1, P 1 mg L-1 y K 14 mg L-1 en la capa superficial (Tabla 3). La textura franco arcillosa en la capa superficial y arenosa-franca a una profundidad mayor a los 25 cm. Por tanto, puede ser ubicado como un suelo con buen drenaje y apto para el cultivo de moringa.

Tabla 3 Análisis de suelo a las diferentes profundidades del área de cultivo de M. oleifera.
Table 3. Soil analysis at different depths of the M. oleifera cultivation area.  

Profundidad (cm) Textura Conductividad eléctrica (μS) pH Materia orgánica (%) Amoniaco NH3-N (mg L-1) P (mg L-1) K (mg L-1) Nitrato (NO3 N) - (mg L-1)
0 - 25 Franco arcilloso 186.8 6.34 2.50 2.5 1 14 86
25.1 - 53 Arenoso Franco 145.0 6.87 0.48 2.0 1.5 24 12
53.1 - 87 Arenoso Franco 114.6 6.77 0.36 - - - 10
87.1 - 127 Franco arcilloso 218.1 6.91 0.30 - - - -

La primera y segunda poda se realizaron el día 27 de julio y 28 de septiembre, respectivamente. El efecto de la poda se reflejó en la aparición de los primeros rebrotes, a los 20 y 21 días después de la primera y segunda poda. La tasa de crecimiento relativo (TCR) tuvo un decremento respecto a la altura de poda. La TCR para las alturas 0.75, 1.00 y 1.50 m fueron de 1.30, 1.35 y 1.10 cm día-1, siendo el tratamiento de 1.00 m el de mayor crecimiento en la primera poda realizada a los 63 días. Durante los primeros 28 días, el tratamiento de 1.00 mostró diferencias estadisticas (p<0.05) en el crecimiento de altura respecto a los otros tratamientos.

En la segunda poda, las TCR fueron de 1.80, 1.44 y 0.98 cm día-1 para las alturas 0.75, 1.00 y 1.50 m. En este caso el tratamiento con mayor tasa de crecimiento fue a 0.75 m. Los tratamientos 0.75 y 1.00 m mostraron diferencias significativas (p<0.05) en el crecimiento desde los 26 días después de la segunda poda, siendo similar al final del periodo de experimentación. La Figura 1 muestra las curvas de crecimiento promedio de los tratamientos durante dos periodos (63 y 61) de poda y cosecha. En el primer periodo, el mayor crecimiento correspondió al tratamiento de 1.00 m y en el segundo periodo fue el tratamiento de 0.75 m.

Figura 1 Crecimiento promedio de brotes de M. oleifera a diferentes alturas de poda en dos periodos: A) Periodo 1: altura máxima T2: 58 cm; y B) Periodo 2: altura máxima T1: 93 cm.
Figure 1. Average growth of M. oleifera shoots at different pruning heights at two periods: A) Period 1: maximum height T2: 58 cm; and B) Period 2: maximum height T1: 93 cm. 

Número de hojas

En el primer periodo existió una diferencia significativa (p<0.05) en el número de hojas entre T1 (0.75 m) respecto a los otros tratamientos; para el día 60, la altura de T3 (1.50 m) fue la más productiva en el número de hojas. En el segundo periodo, durante los primeros 26 días después de la poda no se encontró diferencias significativas entre tratamientos; el incremento de hojas para la altura 1.50 m fue evidente a partir del día 40 diferenciándose de los otros tratamientos. Mientras que la poda a 1.00 y 1.50 m presentaron un número de hojas similar. El T2 (1.00 m) fue el más productivo en el primer periodo y el T3 (1.50 m) en el segundo periodo (Figura 2).

Figura 2 Número de hojas de M. oleifera a diferentes alturas de poda en dos periodos de poda A) Periodo 1: tratamiento con mayor cantidad de hojas T3: 83 hojas, B) Periodo 2: tratamiento con mayor cantidad de hojas, T3:115 hojas.
Figure 2. Number of M. oleifera leaves at different pruning heights at two pruning periods A) Period 1: treatment with a greater quantity of leaves T3: 83 leaves, B) Period 2: treatment with a greater quantity of leaves, T3: 115 sheets. 

Producción de brotes

Los brotes emergieron a los 20 días después de la poda, pero no todos llegaron a desarrollarse por completo. En el primer periodo los tratamientos 1.00 y 1.50 m tuvieron cantidades similares de brotes durante los primeros 53 días, a partir de ahí se presentó un incremento significativo de brotes en el T3 (1.50 m) respecto a los otros tratamientos.

En el segundo periodo se encontró una diferencia significativa entre el T3 respecto a los otros tratamientos (Figura 3). El número máximo de rebrotes correspondió a la altura de poda de 1.50 m con 10 brotes y el menor correspondió a 0.5 m con 4. La mayor desviación estándar (4.72) en la producción de rebrotes correspondió al 1.50 m, y la menor a 0.75 m (2.36). Aunque el mayor número de brotes correspondió a una altura de 1.50 m, esto se relacionó con la producción de biomasa, debido al tamaño de los rebrotes y hojas.

Figura 3 Número de brotes de M. oleifera a diferentes alturas de poda en dos periodos de poda A) Periodo 1: 63 días B) Periodo 2: 61 días.
Figure 3. Number of shoots of M. oleifera at different pruning heights at two pruning periods A) Period 1: 63 days B) Period 2: 61 days. 

Producción de biomasa

Respecto a la producción de biomasa no se encontraron diferencias estadísticas (p>0.05) en ambas cosechas. Se encontró una tendencia a que a una altura de poda de 1.00 m tuvo una mayor producción de biomasa (fracción gruesa y fina) para el primer periodo, dando un rendimiento equivalente a 0.24 t ha-1 de materia seca superior a los 0.030 y 0.055 t ha-1 para los 0.75 m y 1.00 m. En el segundo periodo, el T3 tuvo la mayor producción de biomasa fracción fina seca. El resultado demuestra que el T1 (0.75 m) tuvo una producción baja (Tabla 4).

Tabla 4 Producción de biomasa de M. oleifera a diferentes alturas de poda en dos periodos de poda.
Table 4. Biomass production of M. oleifera at different pruning heights in two pruning periods.  

Poda Tratamiento (altura de poda) Biomasa F. F. (fresco) (g) Biomasa F. G. (fresco) (g) Biomasa F. F. (seco) (g) Biomasa F. G. (seco) (g)
1ra T1 (0.75 m) 130.53a 133.50a 22.99a 23.27a
T2 (1.00 m) 314.30a 315.97a 75.63a 74.75a
T3 (1.50 m) 270.70a 225.51a 41.81a 39.17a
2ra T1 (0.75 m) 648.34a 817.84a 150.35a 128.16a
T2 (1.00 m) 628.34a 716.69a 135.43a 92.80a
T3 (1.50 m) 677.28a 697.51a 137.17a 111.54a

*Valor promedio de tres repeticiones. FF (fración fina); FG (fración gruesa)

Análisis bromatológico

No se encontraron diferencias significativas respecto a la cantidad de humedad, proteína y ceniza contenida en las hojas en ambos periodos (Tabla 5). La cantidad de proteína y de ceniza en la primera cosecha fue de 16.48% y 11.78% y en la segunda, el contenido de proteína y de ceniza fue de 18.52% y el 11.33%. Los contenidos de humedad en la hoja fueron de 79 y 76% en la primera y segunda cosecha. Comparando entre cosechas, se encontró que los valores más altos, de proteína y ceniza y menor contenido de humedad en la segunda poda. La cantidad de humedad en la hoja estuvo influenciada por la precipitación de 92.2 mm inferior a los 198.6 mm registrados en el primer periodo.

Tabla 5 Contenido de humedad, proteína y ceniza de M. oleifera a diferentes alturas de poda.
Table 5. Moisture, protein and ash content of M. oleifera at different pruning heights.  

Tratamiento 1ra poda 2ra poda
Humedad (%) Proteína base seca (%) Ceniza (%) Humedad (%) Proteína base seca (%) Ceniza (%)
T1 (0.75 m) 76.83 16.37 10.6 75.62 18.6 11.3
T2 (1.00 m) 79.50 16.22 12.3 77.17 19.9 11.6
T3 (1.50 m) 83.81 16.85 12.3 77.44 17.7 11.0

En la primera poda, la correlación de la altura de poda con la cantidad de proteína (0.17) y ceniza fue baja (0.45). Se encontró una correlación positiva entre la altura del brote y el peso del tallo (0.79) y hoja (0.70). La altura de poda tuvo una correlacion de 0.47 con la TCR de la hoja (Tabla 6).

Tabla 6 Correlaciones entre las variables registradas en la producción de biomasa de M. oleifera a diferentes alturas de poda de la primera cosecha.
Table 6. Correlations between the recorded variables in the M. oleifera biomass production at different pruning heights of the first harvest.  

Tratamiento Altura del brote Ramas Hojas % Materia seca %Ceniza % Proteína Peso F. hoja Peso F. tallo TCR HIJA TCR TALLO
Tratamiento 1
Altura del brote -0.18 1
Ramas 0.93 -0.07 1
Hojas 0.88 0.23 0.95 1
Materia seca 0.48 0.38 0.55 0.66 1
% Ceniza 0.45 0.54 0.61 0.77 0.73 1
% Proteina 0.17 0.30 0.15 0.22 -0.29 -0.16 1
Peso F. hoja 0.24 0.70 0.44 0.62 0.54 0.73 0.26 1
Peso F. tallo 0.14 0.79 0.31 0.54 0.49 0.73 0.23 0.98 1
TCR* HOJA 0.47 0.57 0.66 0.81 0.68 0.92 0.04 0.9 0.86 1
TCR TALLO 0.42 0.6 0.59 0.76 0.7 0.95 -0.05 0.88 0.88 0.99 1

En la segunda poda, la correlación de la altura de poda con la cantidad de proteína (-0.27) y ceniza fue negativa (-0.22). Hubo una correlación positiva entre la altura de poda y el número de ramas (0.81) y hoja (0.76). La altura de poda tuvo una correlacion de -0.41 con la TCR de la hoja (Tabla 7).

Tabla 7 Correlaciones entre las variables de la producción de biomasa de M. oleifera a diferentes alturas de poda de la segunda cosecha.
Table 7. Correlations between the biomass production variables of M. oleifera at different pruning heights of the second harvest.  

Tratamiento Altura del brote Ramas Hojas % Materia seca %Ceniza % Proteína Peso F. hoja Peso F. tallo TCR HIJA TCR TALLO
Tratamiento 1
Altura del brote 0.37 1
Ramas 0.81 0.05 1
Hojas 0.76 0.09 0.96 1
% Materia seca 0.46 0.33 0.48 0.59 1
% Ceniza -0.22 3.60E-03 -0.14 -0.23 -0.7 1
% Proteina -0.27 -0.22 -0.56 -0.6 -0.52 0.38 1
Peso F. hoja 0.04 -0.11 0.15 0.4 0.6 -0.65 -0.32 1
Peso F. tallo -0.1 0.03 0.04 0.31 0.57 -0.56 -0.38 0.96 1
TCR* HOJA -0.01 -0.05 0.09 0.34 0.6 -0.67 -0.35 0.99 0.97 1
TCR TALLO -0.13 0.14 -0.07 0.19 0.54 -0.59 -0.33 0.92 0.98 0.96 1

*TCR: Tasa de crecimiento relativo

En la Figura 4 se muestra la regresión de la altura con el peso de la hoja seca.

Figura 4 Regresión de la altura de poda con el peso seco de la hoja seca.
Figure 4. Regression of pruning height versus dry leaf dry weight. 

Discusión

Los arboles de moringa del experiento tenían 3 años de edad, con crecimiento monopódico, con una o dos ramas, en un suelo franco-arcilloso y sin fertilización. Debido a la compactación del suelo, el desarrollo de la raíz se vió limitado, alcanzando una profundidad de 60 cm y en algunos casos con bifurcación.

La poda es una práctica agronómica que incrementa la ramificación, la producción de hojas y facilita la cosecha (Leone et al., 2015). La poda es importante para la producción de nuevos rebrotes eliminando la dominancia apical (Crosby y Craker, 2007). Esta práctica evita que las hojas y los frutos se produzcan en el tallo principal (Palada y Chang, 2003). Además, tiene un efecto positivo en el diámetro, número de inflorescencias, número y tamaño de los frutos debido al mayor desarrollo de dosel (Du Toit et al., 2019). La utilización de la poda en épocas claves del año permite la producción de más flores y frutos fuera de temporada lo cual favorece a los productores (Sharmila et al., 2018). Por ello, se recomienda realizar la poda cuando el árbol rebase 1 m de altura ó cuando el tallo sea demasiado grueso (Noamesi et al., 2010). Para fomentar la ramificación se puede podar a 1 o 2 m de la atura o recortar las ramas a 30 cm por arriba de un nudo (Palada y Chang, 2003). Montesinos (2010) sugiere podar a 20 cm del suelo para lograr mayor producción de biomasa y Lawal et al. (2015) mencionan que puede podarse de 0.40 a 1.50 m debido a la gran capacidad de producción de rebrotes (López et al., 2012). En este estudio se encontró un rápido crecimiento y una alta supervivencia de los rebrotes. La capacidad de rebrote se debe a la traslocacion de fotosintatos de la raíz a la parte superior del tallo, permitiendo el desarrollo de brotes, hojas y un incremento en el rendimiento de materia seca (Nouman et al., 2013). Además, favorece el desarrollo de la raíz e incrementa la eficiencia de los agroquímicos como fertilizantes (Strik y Buller, 2005), puede rejuveneserce la planta y mantenerla a una altura que permita la cosecha de hojas sin problemas o riesgos.

Las condiciones del clima, las cuales fueron propicias, permitieron obtener buenos resultados al realizar podas en periodos de 63 y 61 días. Se encontró que la altura óptima de poda es a 1.00 m de altura con un diámetro de tallo de 137.84 (± 16.92) mm, logrando buena producción de biomasa en un periodo de 63 días. La producción de biomasa en moringa se vió afectada por el nivel de precipitación durante el periodo de experimentación, siendo un año con escasa precipitación respecto al promedio anual para la zona (1,100 mm). Padilla et al. (2017) sugieren que las podas deben realizarse en épocas de lluvias y no en verano (estiaje). Las podas en épocas cálidas ocasionan que los brotes sean más cortos y delgados, con una baja producción de biomasa (Mommer et al., 2006). Esto se debe a que el incremento de temperatura influye en los patrones de precipitación y afecta el desarrollo de los cultivos (Varas y Herrera, 2019). Además, la frecuencia de corte (periodos superiores a los 40 días) permite que la planta acumule reservas y produzca rebrotes más vigorosos (Ojiako et al., 2011). En este caso se encontró que la mayor producción de biomasa se obtuvo en la segunda cosecha y esto pudo deberse al efecto cicatrizante de la planta respecto a la poda inicial, lo cual no sucedió en la segunda cosecha. La producción de biomasa fresca estuvo afectada no solo por la altura de poda, sino también entre la primera y segunda cosecha. Este resultado coincide con lo indicado por Crosby y Craker (2007) quienes mencionan que la biomasa producida como resultado de la primera poda es baja debido a la recuperación del árbol y a la activación de los sistemas de rebrote. Después de la poda, la biomasa fracción gruesa tiende a ser más delgada y numerosa y puede ser utilizada como forraje.

Fonseca et al. (2015) señalan que la altura de poda y la frecuencia de corte tienen efectos crecientes y positivos en moringa, alcanzando los más altos rendimientos a la altura de 0.40 m (respecto al suelo) y con una frecuencia de corte de 60 días. En este caso el más alto rendimiento promedio obtenido correspondió a la altura de 1.50 m que fue equivalente a 592.48 Kg ha-1 de biomasa fresca. Aunque la producción de biomasa a diferentes alturas de corte puede variar una a otra cosecha y puede no tener diferencias significativas al analizarse a través del tiempo (Padilla et al., 2014). Zheng et al. (2016) indican que una mayor densidad de siembra (0.2 m x 0.2 m) en combinación con una altura de corte de (0.30 m) produjo el mayor rendimiento de materia fresca (8.43-76.41 t ha-1) y seca (1.66-12.85 t ha-1). Normalmente el desarrollo de moringa está asociado al tipo de clima, suelo, pH y prácticas de manejo agronómico. Estos factores determinan la altura, el diámetro del tallo y la producción de biomasa (Santiago y Bezerra, 2017). Por ello, al comparar el cultivo moringa en diferentes localidades muestran grandes diferencias en los componentes del rendimiento. Moringa puede llegar a alcanzar rendimientos elevados en altas densidades de siembra y a diferentes frecuencias de corte (Mendieta et al., 2013).

Valor bromatológico

El contenido proteico en hojas a los 61 y 63 dias entre tratamientos fue similar. Castillo et al. (2013) mencionan que la altura del corte tiene poco efecto en la composición química de las hojas y tallos de moringa. A diferencia de la poda, la frecuencia de corte logra concentrar mayor contenido de proteína encontrándose hasta un 22.8% de proteína en periodos de cosecha de 75 días (Reyes et al., 2006) y de 23 a 27% de proteína cruda en hojas en periodos de corte de 100 días (González, 2013). El contenido de proteína en las hojas secas de moringa fue 16.85 %. Este valor es mayor que 10.74, 7.12 y 14.40% reportados por Valdez et al. (2015), Ayasan (2015) y Chucu y Chucu (2013) respectivamente. Sin embargo, este valor es menor que el 27.51 % reportado por Ajantha et al. (2018) . Clement et al. (2017) y Hernandez-Torres et al. (2018) mencionan que las condiciones de deshidratado influyen en el contenido sensorial y nutricional (Alvarez-Parrilla et al., 2019), siendo el deshidratado por radiación directa el más perjudicial en el contenido proteico. El contenido promedio de humedad en la hoja fue del 77.5% y 17.5% de proteína superior a lo reportado por Tapia et al. (2012) a una frecuencia de corte de 45 días. Bamishaiye et al. (2011) mencionan que los peridos de cosecha influyen en la acumulación de nutrientes en las hojas. De acuerdo con Nouman et al. (2013) , el contenido de proteína cruda, minerales (K, Ca, Mg y P), clorofila, β-caroteno y contenido fenólico total en las hojas de moringa no se ve influenciado por la altura de poda. La estación de cosecha tiene en efecto en el contenido de proteína. Además, las hojas maduras logran almacenar una mayor cantidad de clorofila en comparacion con las hojas de una planta recien podada (Du Toit et al., 2019). El porcentaje de ceniza en las hojas de moringa fue de 12%, superior a 9.84% obtenido de un rendimiento de 4.51 t ha-1 de materia seca con cortes de 45, 60 y 75 días (Reyes et al., 2006). Dicho valor se encuentra dentro del rango 6.49 - 14.16% reportado por Sánchez et al. (2006) . El contenido bromatológico en las hojas esta influenciado por la densidad de siembra, periodo de establecimiento, frecuencia de corte, método de secado, variedad genética, fertilidad y tipo de suelo, variaciones ambientales y manejo agronómico (Asante et al., 2014; Valdivié-Navarro et al., 2019).

Conclusiones

Se concluye que moringa tiene gran tolerancia y responde bien a la poda. Por ello, normalmente se recomienda esta práctica agronómica que permite incrementar la ramificación y, por ende, aumentar la producción de hoja (follaje) y facilita la cosecha. El crecimiento de los brotes permitió una producción aceptable de hojas en periodos de 63 y 61 días, con una mayor producción en la segunda cosecha respecto a la primera después de la poda. Se recomienda realizar podas en moringa a una altura de 1.50 m para promover la producción de biomasa, a una frecuencia de corte superior a los 45 días para una mayor concentracion de proteína.

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Recibido: 11 de Octubre de 2020; Aprobado: 07 de Marzo de 2021

*Autor para correspondencia: Arturo Pérez Vázquez Correo electrónico: parturo@colpos.mx

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