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Tópicos del Seminario

On-line version ISSN 2594-0619Print version ISSN 1665-1200

Tóp. Sem  n.34 Puebla Jul./Dec. 2015

 

Artículos

 

Paradoja y discurso didáctico: la explicación del pensamiento saussureano a partir de las nuevas lecturas de su obra

 

Paradox and didactic discourse: the explanation of Saussure's thought based on new readings of his work

 

Paradox et discours didactique: l'explication de la pensée saussurienne à partir des nouvelles lectures de son oeuvre

 

Paula Navarro

 

Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Correo electrónico: paulanavarro@sinectis.com.ar

 

Resumen

Este artículo se propone indagar la función de la paradoja en el discurso didáctico a partir de las nuevas lecturas de la obra saussureana -particularmente de los Escritos de lingüística general ([1996] 2004) -, las cuales proponen "revisitarla" debido a, por un lado, las dificultades que presentó su acceso y circulación durante el siglo XX y, por otro, a las posibilidades teóricas que ofrecen a casi cien años de la aparición del Curso de lingüística general (1916). La paradoja será abordada como figura retórica de oposición que funcionaría en el discurso didáctico como procedimiento destinado a trastrocar la interpretación mayormente unívoca de los conceptos saussureanos, en particular de la lengua, y a la postulación de otros sentidos menos esquemáticos.

Palabras clave: conceptos saussureanos, paradoja, discurso didáctico, procedimiento, nuevas lecturas.

 

Abstract

In this paper we intend to investigate the role of the paradox in the pedagogical discourse based on new readings of Saussure's work, in particular from the Writings in General Linguistics ([1996] 2004), that seek to "revisit" them due to, on the one hand, the limited access and circulation during the 20th century and, on the other hand, the theoretical possibilities that his thoughts offer almost a hundred years after the appearance of Course in General Linguistics (1916). The paradox will be considered as a rhetorical figure of opposition that would work in the pedagogical discourse as a procedure bound to alter the interpretation predominantly univocal of the Saussurean concepts, in particular, of the language; and furthermore postulate other meanings that are less schematic.

Key words: saussurean concepts, paradox, pedagogical discourse, procedure, new readings.

 

Résumé

Cet article envisage de rechercher quelle est la fonction du paradoxe dans le discours didactique à partir de nouvelles lectures de l'œuvre saussurienne -en particulier des Écrits de linguistique générale ([1996] 2004). D'un côté, ces lectures proposent de revoir l'ensemble de l'œuvre puisqu'au XXème siècle l'accès à cet ouvrage et sa circulation au présentaient des difficultés. Par ailleurs, ces lectures, à presque cent ans de la publication du Cours de linguistique générale (1916), offrent des possibilités théoriques. On abordera le paradoxe en tant que figure rhétorique d'opposition qui servirait dans le discours didactique comme un processus destiné à bouleverser l'interprétation en grande partie univoque des concepts saussuriens, tout spécialement celui de la langue et la postulation des autres sens moins schématiques.

Mots-clés: concepts saussuriens, paradoxe, discours didactique, processus, nouvelles lectures.

 

No hay lenguas hijas, no hay lenguas
madres, no las hay en parte alguna ni las
ha habido jamás. En cada región del globo
hay un estado de lengua que se transforma
lentamente, de semana en semana, de mes
en mes, de año en año, de siglo en siglo.

Ferdinand de Saussure

1. Nuevas lecturas de la obra saussureana: precisiones preliminares

La referencia a nuevas lecturas de Ferdinand de Saussure se explica por las dificultades que presentó el acceso y la circulación de su obra durante el siglo XX, lo que ha llevado a que actualmente nos encontremos ante un proceso de reconstrucción teórica. En este contexto, proponemos un retorno a Saussure, una revisión de su obra, que comprende, entre otros textos, el Curso de lingüística general (1916), las notas manuscritas encontradas en 1996 y la compilación de apuntes que tomaron sus alumnos, posteriormente editados con el título Escritos sobre lingüística general ([1996] 2004); todo ello, con el fin de interrogarnos nuevamente acerca de los grandes temas saussureanos, tales como la concepción de signo lingüístico y de lengua.

Si nos remitimos al Curso de lingüística general, que se ha constituido por mucho tiempo en el corpus saussureano por excelencia, la interpretación que se ha consolidado es que el pensamiento de Saussure se construye metodológicamente en pares dicotómicos (lenguaje: lengua y habla; signo: significado y significante), a partir de los cuales el autor ginebrino precisó un objeto de estudio para la lingüística: la lengua.

Después de la lectura de las notas de Saussure, en particular del hallazgo de sus manuscritos, en 1966, se ha señalado que el pensamiento del autor ginebrino no resulta tan esquemático, sino que expresa dudas y se vislumbra, por tanto, como más sutil que el que se presenta en el Curso de lingüística de general. Como consecuencia, en lecturas recientes de su obra se ha considerado que las notas de Saussure son borradores para un libro sobre lingüística general que nunca terminó de escribir, además de apuntes para sus clases. De ahí que difícilmente pueda afirmarse que constituyen un pensamiento definitivo, aspecto que debería ser tenido en cuenta en su enseñanza. Tales lecturas, por otro lado, han sistematizado la diferenciación entre las posiciones teóricas, epistemológicas y metodológicas en el pensamiento saussureano (Bulea, 2010).

En términos epistemológicos, Saussure no se adscribe a la concepción dicotómica del lenguaje, sino a una postura diferente que muestra en su manuscrito De la doble esencia del lenguaje ([1996] 2004) y de la que se desprende su concepción del signo lingüístico. La doble esencia del lenguaje se refiere a la distinción propuesta por Saussure entre fenómenos internos y externos de la lengua, la cual le permite precisar que la identidad lingüística se circunscribe a lo interno o mental y consiste en la unión de dos elementos heterogéneos: un signo y una significación (dirá también forma e idea/significante y significado), que no son concebidos como antonimias o dicotomías, sino como fenómenos en co-determinación. Su tesis es que ambos, forma/signo e idea/significación, son de naturaleza mental. Así, aclara que el objeto de estudio del lingüista, según su perspectiva, son los fenómenos internos de una lengua, que son mentales (asociación de una forma y un sentido), dado que "admitir la forma fuera de su uso es caer en la figura vocal que compete a la fisiología y a la acústica" (Saussure, 2004: 36), pero no a la lingüística.

Para explicar su punto de vista, Saussure especifica en distintos momentos de su manuscrito que la dualidad que caracteriza al lenguaje no se puede concebir como el dualismo del sonido y de la idea o del fenómeno vocal y del fenómeno mental. Por el contrario, postula que hay co-determinación y no antinomia entre la figura vocal como tal (físico) y la figura vocal como signo (lo psíquico), así como hay co-funcionalidad entre la forma y la idea en el signo psíquico.

Por ello, la relación entre la lengua y el discurso (habla) que se señala en las notas de Saussure no coincide con la dicotomía lengua/habla consolidada a partir de las lecturas del Curso de lingüística general y que han repercutido en su enseñanza, dado que según el autor ginebrino "toda lengua entra en nuestra mente por lo discursivo" (2004: 112). En términos de Bronckart, los discursos

constituyen el medio de vida primero de los fenómenos de lenguaje: es en el marco de su realización sincrónica, así como en el curso de su transmisión histórica que los valores significantes de los signos se construyen y se transforman permanentemente (2012: 44).

En este contexto, Saussure postula que, más allá de que la lengua "se da" en el habla, no se puede negar la existencia de una lengua "que es", y sistematiza su propuesta: distingue, en términos metodológicos, los fenómenos externos e internos de la lengua (el nivel discursivo del morfológico/gramatical), la doble faz de la figura vocal como signo, y precisa, producto de esta distinción, que el objeto de estudio formal y abstracto de la ciencia del lenguaje es de orden mental. Escribe Saussure: "el lugar de la palabra, la esfera en la que adquiere realidad, es en realidad la mente, que es también el único lugar en que tiene sentido" (2004: 84). El objeto de estudio que define es la identidad de todas las ejecuciones; es decir, lo que se mantiene idéntico: la asociación mental entre un signo y su significación, que no es un objeto dado o concreto, sino abstracto, y dependiente del punto de vista propuesto por el lingüista.

La noción de identidad constituye el fundamento para determinar las entidades de cada orden de la lengua:

todo lo que es declarado idéntico forma, por oposición a lo que no es idéntico, un término completo [...] que representa por primera vez un objeto cognoscible, mientras que la observación de hechos vocales particulares fuera de la consideración de identidad no revelaba ningún objeto (2004: 38).

Estas precisiones deben ser interpretadas en términos metodológicos y no ontológicos (Bulea, 2010). El signo lingüístico es definido por ese mecanismo de funcionamiento que se mantiene idéntico y que permite que en el uso discursivo se transmita lo mismo.

A partir de nuevas lecturas de la obra saussureana (Bulea, 2006, 2010; Bota y Bronckart, 2010; Bronckart, 2012), se ha señalado que la concepción de lengua que se deduce de esta caracterización del signo lingüístico es una de las definiciones que Saussure desarrolla. En esta acepción, "LENGUA [...] es una entidad abstracta, una construcción del lingüista" (Bulea, 2010: 30)"; es decir, un término metodológico que le permitió a Saussure definir el objeto de estudio de la lingüística.

Para dar cuenta de las otras definiciones de lengua propuestas por Saussure, se debe indicar que éste adoptó una perspectiva sistémica debido a que el valor que adquiere un signo depende de los otros signos con los cuales interactúa en un estado de lengua determinado con base en el principio de oposición. En este sentido se explica el carácter social de los valores que se crean en el marco de una lengua en un contexto histórico concreto, por lo que son temporales y frágiles, relativos, se fundan cada vez. Como consecuencia, la asociación entre significado y significante cambia constantemente en la creación lingüística, no es fija ni inmutable, no hay sentido propio o figurado, sino creación constante de signos que constituyen un sistema en un momento dado y para una sociedad y un locutor (un estado de lengua).

Desde esta perspectiva, la lengua es un torbellino de signos en el cual no se puede aislar las significaciones de las formas ni de los elementos vocales del signo (doble esencia del lenguaje): un signo sólo existe en virtud de su significación, una significación sólo existe en virtud de su signo, y signos y significaciones sólo existen en virtud de las diferencias entre los signos (Saussure, 2004). Es decir que el mecanismo del signo es el mismo, por eso la lengua transmite lo mismo; pero esa asociación, desde una perspectiva sistémica, cambia constantemente: transmite lo diferente.

No hay un concepto unívoco del término lengua en la obra saussureana. Los estudios de Bulea1 identifican LA LENGUA (o el lenguaje en su aspecto esencial), el objeto abstracto producto de un punto de vista teórico, definición que constituye una acepción metodológica del término: lo mismo. Por otro parte, la acepción ontológica de este mismo término es la lengua universal como la lengua que ha evolucionado con la especie humana, lengua que puede ser concebida como una entidad homogénea en el sentido de que la naturaleza del material que usan los humanos en la actividad de hablar presenta una unicidad de principio y de que "existe un stock de recursos que serían perpetuamente redistribuidos en el tiempo y en el espacio" (Bronckart, 2012: 45).

Cuando Saussure dice lengua universal, se refiere al fenómeno ontológico de la cuestión lingüística. La primera característica de la transmisión del hablar humano es la continuidad de la lengua en el tiempo. El segundo principio es el movimiento de la lengua en el tiempo: "las lenguas naturales constituyen objetos históricos (no organismos justificables desde un enfoque biológico) y su característica primera es la de transformarse permanentemente" (Bota y Bronckart, 2010: 194).*

Bulea (2010: 35) sistematiza estas dos acepciones del término lengua al señalar que Saussure intentó conceptualizar la potencialidad de un mecanismo idéntico -en este sentido universal- capaz de producir resultados siempre diferentes. Por ende, es posible afirmar que los manuscritos saussureanos encontrados en 1996 clarifican el dinamismo propio de las relaciones entre significado y significante, producto de las fuerzas sociales y del tiempo.

El hallazgo de los manuscritos de Saussure, la publicación de los Escritos de lingüística general y los trabajos de interpretación del nuevo corpus de textos que caracterizan el proceso de reconstrucción teórica en el cual nos encontramos, prefiguran un mayor alcance de las reflexiones de su autor y prescriben la actualización del discurso didáctico destinado a explicar el pensamiento saussureano. La paradoja se vislumbra como el procedimiento didáctico más acertado para enfrentar el desafío.

 

2. La función cognitiva de la paradoja en el discurso didáctico

Paradoja παράδοξο significa, etimológicamente,
'contrario a la opinión'
(δοξο), esto es, contrario a la opinión
recibida y común. Cicerón (De fin., IV: 74)
escribe: "lo que ellos [los griegos] llaman
παράδοξο nosotros lo llamamos "cosas
que maravillan". En efecto, la paradoja
maravilla, porque propone algo que parece
asombroso que pueda ser tal como se dice
que es...

José Ferrater Mora

La paradoja será abordada en este trabajo como figura retórica de oposición (Charaudeau y Maingueneau, 2004: 127) que, en sentido amplio, instaura en un discurso ideas contradictorias e irreconciliables entre sí con el objetivo de revelar conceptos complejos. Conviene, por ello, explicar su sentido debido a que éste se construye a partir de la interacción entre dos ideas contradictorias que actúan conjuntamente (Ducrot y Todorov, 2003: 316). En este marco, entendemos que "la paradoja plantea siempre la posibilidad de un discurso que se caracteriza 'por ir en dos sentidos a la vez, y por hacer imposible una identificación'" (Deleuze, 1994: 92). Por esta razón,

la paradoja se opone a la doxa, a los dos aspectos de la doxa, buen sentido y sentido común [...] el buen sentido se dice de una dirección: es sentido único, expresa la exigencia de un orden según el cual hay que escoger una dirección y mantener en ella [...] pero la pasión de la paradoja descubre [...] que no se puede instaurar un sentido único [...]. En el sentido común, "sentido" ya no se dice de una dirección, sino de un órgano. Se lo llama común porque es un órgano, una función, una facultad de identificación, que remite una diversidad cualquiera a la forma de lo Mismo (Deleuze, 1994: 94 y 95).

Desde esta perspectiva, la paradoja se inscribe en la producción discursiva; específicamente nos referimos al discurso didáctico en el cual funcionaría como un procedimiento destinado a propiciar una reinterpretación, una nueva significación de los conceptos saussureanos de signo lingüístico y de lengua(s) en el marco del proceso de reconstrucción teórica que promovió el hallazgo de los manuscritos en 1996 y la compilación de los apuntes de los estudiantes que asistieron a los Cursos de Lingüística General que Saussure dio en Ginebra entre los años 1907 y 1911.

La paradoja se asume como transgresión que rechaza las interpretaciones del Curso de lingüística general que dominaron durante casi todo el siglo XX, con los cuales establecería una relación dialéctica. Así, se discuten estas lecturas instauradas y se trastroca la explicación del pensamiento saussureano arraigado en los discursos didácticos.

Este trastrocamiento, producto de la mirada retrospectiva de la obra saussureana, afectaría la doxa, entendida aquí no sólo como sentido común, es decir, dominante, consolidado, sino como sentido único, a saber: la concepción de lengua como sistema de signos estático. Se propiciaría, en cambio, la conceptualización de lengua a partir de sentidos contradictorios que entran en conflicto pero que no constituyen un sinsentido debido a que son producto de perspectivas metodológicas y ontológicas que confluyen en la caracterización de un pensamiento que se asume como complejo. Para construir este sentido complejo, la explicación de la lectura canónica (la doxa) no se puede obviar porque forma parte tanto de la hermenéutica de la obra saussureana como de la historia de la(s) ciencia(s) del lenguaje.

De este modo, la paradoja constituiría un procedimiento en el discurso didáctico que quiere hacer comprender que la concepción de lengua de Saussure no es unívoca. Esta explicación es posible justamente por las dos ideas que entrarían en contradicción y que conforman la paradoja: la LENGUA en tanto concepto metodológico, producto de un punto de vista, y el concepto de lengua universal como la manifestación semiótica de la actividad de lenguaje (véase apartado anterior). Estas dos definiciones entrarían en contradicción en la formulación paradojal: la lengua transmite lo mismo y lo diferente. Al determinar que aquéllas responden a perspectivas metodológica y ontológicamente distintas, la contradicción "que sorprende" construye dos sentidos a la vez y, por eso, un sentido más acabado de las ideas saussureanas.

Se transmite lo mismo porque el mecanismo de realización del signo es igual siempre (la LENGUA abstracta, es decir el objeto de estudio de la lingüística para Saussure); pero, al mismo tiempo, ese mecanismo produce que el signo sea nuevo y diferente cada vez (la lengua universal). Entonces, los mismos signos son diferentes (paradoja) debido a los mecanismos que los constituyen: el signo se construye, de forma interna, al asociar la forma y la idea (asociación), pero a su vez cada uno de estos dos fenómenos, de modo externo, se diferencia de una imagen acústica y de una idea (diferenciación). Mediante la postulación de que la lengua transmite lo mismo y lo diferente, se subvierte la conceptualización unívoca como fenómeno estático que se ha difundido durante casi un siglo (el sentido único y común), afirmando que la lengua constituye una reestructuración constante y no una estructura cerrada. Esta descripción es posible por los dos términos que conforman la paradoja.

En la explicación del pensamiento saussureano, la lengua como transmisión de lo mismo (LA LENGUA), aislada de la explicación de la lengua como transmisión de lo diferente (la lengua universal), no produce el asombro que potencia la formulación paradojal ni evidencia los mecanismos involucrados en la producción sígnica humana, como tampoco las posiciones metodológicas y ontológicas presentes en los postulados saussureanos.

Como docentes, sabemos que ambos conceptos de lengua encierran un grado de complejidad elevado para los estudiantes de nivel superior (sobre todo, el primero de ellos), pero su abordaje paradojal potencia la explicación didáctica que podría organizarse en cuatro momentos: la explicitación de la paradoja atribuida al pensamiento saussureano y formulada por el docente como situación problemática en su clase; la explicación del concepto de LENGUA y su respectiva posición metodológica; la explicación de la noción lengua universal conjuntamente con la posición ontológica; y una nueva formulación de la paradoja que maravilla a los alumnos frente a la comprensión de que la significación humana "pueda ser tal como se dice que es". En el desarrollo de esta explicación se aborda el corpus ampliado de la obra saussureana y se recuperan las interpretaciones canónicas del Curso de lingüística general, es decir, la doxa, que se presenta dialécticamente frente a las nuevas lecturas de los Escritos de lingüística general.

De esta manera, la paradoja se muestra como la figura retórica que posibilita la comprensión del pensamiento de Saussure, al recuperar la interpretación consolidada durante un siglo, y que organizó el discurso didáctico, en contraposición con los nuevos trabajos que promueven una lectura menos esquemática y más sutil del programa saussureano.

Asimismo, como consecuencia de este análisis, es posible no sólo problematizar las lecturas canónicas del pensamiento de Saussure, sino también establecer vínculos teóricos entre el lingüista suizo y otros autores que, en distintos momentos, discutieron algunas concepciones del pensamiento saussureano. Nos referiremos aquí concretamente al lingüista ruso Valentín Voloshinov y, en menor medida, al lingüista rumano Eugenio Coseriu.

En su obra El marxismo y la filosofía del lenguaje (2009), Voloshinov especificó el aspecto ideológico y social del signo verbal y postuló un enfoque sociológico no abstracto, en cuyo marco discutió las corrientes del pensamiento lingüístico-filosófico de su época, entre las cuales se encontraba Saussure, a quien le adjudicó la conceptualización de la lengua como sistema de las formas fonéticas, gramaticales y léxicas que son idénticas en los distintos enunciados. Según Voloshinov, a este enfoque le interesa la lógica interna del sistema de signos, independientemente de las significaciones ideológicas que corresponden a los signos.

La reseña que Voloshinov hace de la escuela de Ginebra de Saussure se basa en la lectura del Curso de Lingüística General, de modo que recupera el pensamiento filosófico-lingüístico saussureano mayormente difundido. Por ello, la concepción de lengua que Voloshinov confiere a Saussure es la de "sistema de formas normativamente idéntica [...], formas estables y autónomas" (2009: 98), que no coincide con el pensamiento expuesto en los manuscritos saussureanos a los cuales hemos aludido en este trabajo.

En efecto, a partir de las lecturas contemporáneas de la obra de Saussure, sabemos que él concibió al lenguaje en su doble esencia física y psíquica e hizo hincapié en el signo como una entidad doble, es decir, como la unión compleja de una significación con un signo. Para este lingüista, la cuestión fundamental era determinar cuáles son los mecanismos de constitución del signo lingüístico (asociación y diferenciación), entidad unitaria de esencia doble pero no dual. En cambio, para Voloshinov, la cuestión principal era dar cuenta de las relaciones de los signos con el medio social. Por ello, el ámbito donde la palabra adquiere realidad es, para Saussure, la mente; Voloshinov, en cambio, estipula que el signo ideológico es un fenómeno exterior.**

Por caminos distintos ambos llegaron a establecer la imposibilidad de referirse a la creación sígnica de forma fija. Voloshinov señala que la producción sígnica se dirige a un auditorio social y se enmarca en un contexto que la determina; por lo tanto, no sólo no es fija, sino que tampoco es neutral, no se interpreta el sentido, se valora la verdad y la mentira (2009). Desde la teoría saussureana, la creación sígnica se produce por un mecanismo similar, aunque se genera siempre algo diferente; así pues, la fijeza de los signos es discutible, ya que cada signo que se crea siempre es nuevo y esa novedad se produce en la actuación discursiva, en los discursos o textos; por eso concibió a la lengua como un torbellino de signos.

El signo como unidad lingüística es dinámico, y la lengua, como sistema de signos, también lo es. Por eso la transmisión de la lengua es sinónimo de su estructuración. La lengua no es un producto estático, dirá Coseriu (1991), sino una sistematización constante, una actividad creadora y libre.

En palabras de Bulea:

dado que el lenguaje no se realiza más que en el marco de las lenguas naturales, de aquí se desprende que el rasgo común de las lenguas naturales no es del orden de la estructura en tanto que producto sino -tal como lo sostuvieron también Humboldt y Coseriu- de la estructuración efectiva en tanto que proceso (2010:40).

La lengua no es un sistema estático que se transmite de una persona a otra, es un torbellino de signos que se estructura constantemente.

Con este análisis queremos ilustrar que la formulación paradojal del pensamiento saussureano en el discurso didáctico propicia nuevos diálogos entre Saussure y otros autores que hasta ahora se han presentado como contrarios al pensamiento de aquél, pero que recientemente se han postulado como pertenecientes a un mismo grupo teórico (Riestra, 2012).2

En el discurso didáctico, del cual se podría decir que se organiza composicionalmente en torno a una secuencia explicativa dominante (Adam, 1992) cuyo objetivo es hacer comprender a los estudiantes determinada temática o problemática, se despliegan diversos recursos para alcanzar dicho objetivo, tales como la ejemplificación, la comparación, la cita textual y conceptual, entre otros. En este contexto, la paradoja constituiría un procedimiento que permite no sólo configurar sino también mostrar la complejidad y sutileza del pensamiento saussureano, la condición epistemológica y metodológica de sus enunciados, así como las posibilidades teóricas y de filiación que aún contiene su teoría.

Asumiría, de este modo, una función cognitiva debido a que muestra el modo complejo en que se produce la significación humana y altera el saber instaurado durante casi un siglo (la doxa). En efecto, únicamente en la formulación paradojal podríamos dejar atrás la explicación esquemática de la lengua como sistema de signos estático, a sabiendas de que "la noción de 'sistema' [...] es compleja, tendencialmente polisémica" (Bota y Bronckart, 2010: 200).*** La lengua es una estructuración constante, al transmitir lo mismo (al utilizar el mismo mecanismo) se transmite lo diferente: un nuevo signo, un nuevo valor, una nueva significación.

La potencialidad de esta figura retórica como procedimiento del discurso didáctico es extensible a otras temáticas y a otros campos disciplinares por el tratamiento que presupone de la significación: se expresa contra la univocidad del sentido (no se puede instaurar un sentido único), por eso permite revelar puntos de vista complejos. Como expresa Deleuze: "La fuerza de las paradojas reside en esto, en que no son contradictorias, sino que nos hacen asistir a la génesis de la contradicción" (1994: 92) que, en el caso que analizamos en este artículo, refuta la interpretación esquemática del pensamiento saussureano (el sentido común). Es el aspecto didáctico más valioso de este procedimiento que se sustancia en el discurso como figura retórica de oposición y que presupone, por parte del docente, pero también del alumno, su explicación.

 

A modo de conclusión

En el discurso didáctico, la explicación paradojal del pensamiento saussureano permitiría abarcar las distintas concepciones de lengua propuestas por Saussure; la lengua como sistema de signos o asociación de formas e ideas (LA LENGUA) y la lengua universal en transformación constante, además de distinguir las posiciones metodológicas y ontológicas presentes en la obra del autor ginebrino. Por eso, consideramos que la paradoja es la figura retórica que expresa con mayor eficacia lo maravilloso del pensamiento saussureano: la idea de que la lengua es un torbellino de signos en el cual se transmite lo mismo y lo diferente, que da cuenta de la significación humana en toda su complejidad.

Igualmente, impulsa y hace avanzar la discusión teórica acerca de los conceptos de signo y de lengua hacia el interior de la(s) ciencia(s) del lenguaje contemporáneas, y permite contraponer lecturas canónicas con nuevas interpretaciones.

En este sentido, postulamos que la paradoja es un procedimiento valioso para configurar en el discurso didáctico sentidos complejos que se formulan "maravillosamente" en esta figura retórica, en oposición a un sentido único y común (la doxa).

 

Referencias

Adam, Jean Michel. (1992). Les textes: types et prototypes. París : Nathan.         [ Links ]

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Bulea, Ecaterina (2010). "Nuevas lecturas de Saussure". En Dora Riestra (comp.). Saussure, Voloshinov y Bajtin revisitados. Estudios históricos y epistemológicos. Buenos Aires: Miño y Dávila, pp. 15-42.         [ Links ]

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Ferrater mora, José (2004). Diccionario de filosofía. Barcelona: Akal.         [ Links ]

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Riestra, Dora (2012). "Saussure, Vygotski y Voloshinov: el signo lingüístico como problema epistemológico". Ponencia presentada en 12th International Congress on the History of Language Sciences. San Petersburgo, Russia.         [ Links ]

Saussure, Ferdinand (1984). Curso de lingüística general. Madrid: Planeta Agostini.         [ Links ]

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Voloshinov, Valentín (2009). El marxismo y la filosofía del lenguaje. Buenos Aires: Ediciones Godot.         [ Links ]

 

Notas

1 Además de LA LENGUA en términos metodológicos y de la lengua universal en términos ontológicos, Bulea (2010) reconoce una lengua interna y una lengua normativa en el pensamiento saussureano.

* « Les langues naturelles constituent des objects historiques (non des organismes justifiables d'une approche biologique) et que leur caractéristique première est de se transformer en permanence » [Original en francés] [La traducción es mía].

** Sin embargo, los dos autores propusieron relaciones entre lo externo y lo interno cifradas en el signo lingüístico/verbal, que no sólo es la herramienta comunicativa por excelencia sino que crea el pensamiento y conforma la conciencia humana, la cual, más allá de su carácter psíquico, es engendrada socialmente.

2 Las concepciones comunes de estos autores, respecto del signo lingüístico, se explicitan en su inclusión como antecedentes del programa del interaccionismo socio-discursivo (Bronckart, 2004: 2012).

*** «la notion de 'système' [...] celle-ci est complexe, tendancielment polysémique» [Versión original en francés] [La traducción es mía].

 

Información sobre la autora

Paula Navarro. Profesora en la Escuela de Letras de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Entre Ríos 758. Tel: + 54 341 480 2670.

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