IN MEMORIAM

Dr. José Domingo Gamboa Marrufo (1945-2013)

José Domingo Gamboa Marrufo MD(1945-2013)

Luis Velásquez Jones, Pedro Valencia Mayoral

Hospital Infantil de México Federico Gómez, México D.F., México

Autor de correspondencia:
Luis Velásquez Jones
Correo electrónico: velasquezjones@hotmail.com

José Domingo Gamboa Marrufo nació el 17 de octubre de 1945 en la Ciudad de México. Falleció el 14 de agosto de 2013 en la misma ciudad. Realizó sus estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, y se tituló como Médico Cirujano. Continuó con los estudios de postgrado en Pediatría, en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, donde también llevó el curso de Ortopedia.

En el Hospital Infantil de México Federico Gómez, el doctor Gamboa desarrolló una brillante trayectoria, tanto académica como administrativa. En 1976 inició su labor en el Departamento de Medicina Interna. Poco después se desempeñó como Jefe del Servicio de Medicina Interna Pediátrica, hasta 1996. Posteriormente, ocupó diversos cargos directivos en la División de Enseñanza, y llegó a ser jefe en dicha área. También fue Subdirector de Asistencia Médica.

La responsabilidad que desempeñó a cargo del Servicio de Medicina Interna le permitió desarrollarse como pediatra, integralmente, en toda la extensión. Se caracterizó por ser uno de los médicos más queridos y respetados en el campo por las generaciones de médicos residentes que tuvieron la oportunidad de recibir sus enseñanzas y su ejemplo a lo largo de esas dos décadas. Por ello fue designado padrino de varias generaciones de pediatras. Asimismo, fue en este servicio donde el doctor Gamboa desarrolló la mayor parte de los estudios en investigación clínica, que proyectaron su imagen de investigador clínico en México y a nivel internacional.

Su actividad académica y de investigación se vio reflejada en la publicación de 108 artículos, dos libros y 46 capítulos de libros; estos últimos, producidos por editoriales en México, España y Venezuela.

Desde el principio, se desempeñó como Profesor Adjunto en la institución. Posteriormente, como Profesor Titular de Pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Asimismo, desarrolló actividades docentes en otras instituciones de enseñanza médica, como la Universidad La Salle y la Universidad Anáhuac.

José Gamboa participó en diversas sociedades, consejos y academias, en los que, incluso, llegó a ocupar posiciones directivas. Fue miembro de la Asociación de Médicos del Hospital Infantil de México donde se desempeñó como tesorero, vicepresidente y presidente; de la Asociación Mexicana de Pediatría donde fue vicepresidente y presidente durante el periodo 1992-1994; miembro titular de la Academia Mexicana de Pediatría y vicepresidente durante el periodo 1988-1991. Asimismo, vocal y tesorero de la Asociación Latinoamericana de Pediatría (ALAPE). De forma muy destacada, fue vicepresidente y presidente del Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría durante el periodo 1999-2000. Fue también miembro honorario de diversas academias pediátricas de Latinoamérica y huésped distinguido de numerosas ciudades.

El doctor Gamboa recibió diversos reconocimientos por su desempeño académico en el hospital. Destacan tres: el Premio al Mérito "Maestro de la Pediatría Nacional", otorgado por la Asociación Mexicana de Pediatría en 1994; en el mismo año, el Premio Federico Gómez por la Asociación de Médicos del Hospital Infantil, como reconocimiento a su destacada labor en la institución y por último, aunque en realidad no constituyó un premio sino el fruto de una impecable trayectoria académica y personal, alcanzó la categoría de Miembro Titular de la Academia Nacional de Medicina de México, en el 2006.

Después de más de 40 años de haber disfrutado de su amistad y cercanía, el doctor José Domingo Gamboa Marrufo dejó a todos sus compañeros y conocidos, al igual que a sus hijas y demás miembros de su familia, un vacío evidente, difícil de llenar. Sin embargo, en honor a su recuerdo debemos mantener su ejemplo: esa dedicación plena a sus responsabilidades institucionales, su espíritu siempre abierto, el sentido del humor tan especial que lo caracterizaba, y la conversación que, aunque fuera breve y en las oficinas del hospital, renovaba siempre el sentimiento de una profunda amistad.

Nota

Este artículo puede ser consultado en versión completa en: http://www.medigraphic.com/BMHIM