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Boletín médico del Hospital Infantil de México

versão impressa ISSN 1665-1146

Bol. Med. Hosp. Infant. Mex. vol.69 no.6 México Nov./Dez. 2012

 

Estadísticas vitales

 

Mortalidad por exposición al humo, fuego y llamas en la población de menores de 15 años durante el periodo 1998-2010

 

Mortality due to exposure to smoke, fire and flames in children under 15 years of age during the period 1998-2010

 

Sonia B. Fernández Cantón,1 Ana Ma. Hernández Martínez,1 Ricardo Viguri Uribe2

 

1 Dirección de Información Epidemiología, Secretaría de Salud.

2 Departamento de Edición Médicas, Hospital Infantil de México Federico Gómez, México D.F., México.

 

Autor de correspondencia:
Dra. Sonia B. Fernández Cantón
Correo electrónico: sfernandez@dgepi.salud.org.mx; sonia_fernandez@prodigy.net.mx

 

Fecha de recepción: 07-08-12.
Fecha de aceptación: 14-08-12.

 

En ocasiones previas, se ha hecho mención de uno de los mayores problemas de salud pública que enfrenta nuestro país: las defunciones por lesiones accidentales. Estas constituyen la principal causa de muerte entre la población de menores de 15 años (exceptuando a los menores de un año). Por ello, es importante analizar —y difundir— el comportamiento de las causas. que de manera desagregada conforman este gran capítulo de la mortalidad. En ese sentido, en el presente trabajo se aborda el tema de la mortalidad por exposición al humo, fuego y llamas.

Dicho análisis se realizó utilizando los datos oficiales de las estadísticas vitales (mortalidad) generados por el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI), a partir de los certificados de defunción distribuidos por la Secretaría de Salud. Los códigos considerados para la realización de esta aportación son los comprendidos entre el X00 y el X09 de la Clasificación Internacional de Enfermedades en su Décima Revisión (CIE-10) (Cuadro 1). La cobertura temporal comprende de 1998 a 2010, por corresponder al año de inicio de la CIE-10 y al último año de información con cifras definitivas, respectivamente.

Si bien las defunciones ocasionadas por exposición al humo, fuego y llamas representan cifras cuantitativamente menores a otras causas que han sido abordadas en este mismo espacio, el sufrimiento humano que provocan, la gravedad del proceso que lleva a la muerte y el impacto de sus consecuencias en el seno familiar son razones suficientes para profundizar en el tema.

En el contexto de la población general, el 1.8% de las muertes accidentales tuvieron como causa básica la exposición al humo, el fuego o las llamas (8,453 muertes de un total de 475,923 en el periodo 1998-2010). Dentro del grupo de los menores de 15 años, tal porcentaje se elevó a 2.4%, es decir, 1,543 muertes las ocurridas en el periodo de 13 años, de un total de 65,236 accidentes en el mismo periodo (Cuadro 2). Cabe mencionar que, prácticamente, una de cada cinco defunciones por esa causa (humo, fuego, llamas) ocurrió en el grupo de menores de 15 años (18.3%).

Según la información disponible, entre 1998 y 2010 se registraron anualmente, en promedio, poco menos de 120 muertes, por lo que, en conjunto, ese grupo de edad acumuló a lo largo del periodo un total de 1,543 fallecimientos, que equivalen a una tasa de 3.6 defunciones por cada millón de habitantes de esa edad, o sea 0.36 muertes por cada cien mil habitantes de menos de 15 años de edad (Cuadro 3). El análisis de la tendencia observada muestra, en términos generales, un decremento durante el periodo, aunque con algunos altibajos: un repunte en los años 20052007 (tasa de 0.25 a 0.37), seguido de un descenso (a 0.28) y una nueva alza en 2009 (hasta alcanzar una tasa de 0.40), siendo los dos años extremos 1999 con 182 defunciones (y una tasa de 0.54) contra el más bajo registrado en 2004 con 83 muertes (y con una tasa de 0.25). El año 2010, última cifra disponible, da cuenta de 92 defunciones (Cuadro 4).

En la Figura 1 se muestra, con detalle, el comportamiento de las fluctuaciones antes mencionadas.

 

Si bien, a lo largo del periodo analizado, el número de muertes de menores de 15 años ocasionadas por exposición al humo, fuego y llamas ha descendido en 40% —al pasar de 154 muertes en 1998 a 92 en 2010 (cifra mayor que la disminución de 35% de las muertes accidentales en su conjunto)—, llama la atención que el peso relativo de las primeras respecto del total no ha sufrido prácticamente ningún cambio, y se ha mantenido alrededor de 2.4% (con valores extremos de 1.64 en 2003-2004 y de 3 en 1999) (Cuadro 2).

Es importante destacar que el descenso de la mortalidad se observa tanto en el sexo masculino como en el femenino, y en todos los grupos de edad, aunque con intensidades diferentes: la mayor reducción se da en el grupo de los menores de un año (56%), seguido del grupo de 1 a 4 años (43%), del de 5 a 9 años (30%), y el de adolescentes de 10 a 14 años, que muestra la menor reducción (solo 22%). En particular, destacan los diferenciales en la ganancia de mortalidad por sexo: mientras que en los hombres se observa una disminución del 49%, en las mujeres solo se reduce el 28% de las muertes.

Con respecto a la distribución de las defunciones por edad, esta es heterogénea al interior del grupo. Más de la mitad de las muertes (52%) ocurre en el grupo de 1 a 4 años, seguido del grupo de 5 a 9 años que afecta a más del 20%. El 26% restante se distribuye en partes iguales entre los menores de un año y el grupo de 10 a 14 años (Figura 2).

En cuanto a la distribución por sexo, esta se comporta en forma similar a todas las defunciones acaecidas por causas externas, sean accidentales o intencionales. En las muertes ocurridas por exposición al humo, fuego y llamas también existe una clara prevalencia de las muertes masculinas sobre las femeninas: 880 y 663 muertes, respectivamente (Cuadro 5). Esto significa que 57% de las muertes ocurrieron en hombres y 43% en mujeres (Figura 3). Dicho de otra manera, se tiene un índice de sobre mortalidad masculina de 133 (por cada cien defunciones de mujeres). La explicación más aceptada al respecto se vincula con los comportamientos aprendidos por hombres y mujeres, entre los cuales se acepta que los niños varones corren a menudo un mayor riesgo, como consecuencia dejugar con fuego y mostrar comportamientos arriesgados. De igual forma, son frecuentes las lesiones asociadas con las actividades colectivas donde los muchachos utilizan gasolina u otros productos inflamables, por ejemplo los fuegos artificiales.

Por otra parte, a pesar de la relevancia que tendría el conocer la desagregación específica de las causas que propiciaron la muerte mediante la exposición al humo, el fuego y las llamas, el cuadro 1 evidencia los graves problemas de registro y la falta de precisión de la certificación médica. Se observa que más de 80% de las defunciones aparecen como "causas vinculadas a humos, fuegos y llamas no especificadas", lo que representa una gran limitación para fines de prevención y control de riesgos.

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