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Boletín médico del Hospital Infantil de México

versión impresa ISSN 1665-1146

Bol. Med. Hosp. Infant. Mex. vol.67 no.6 México nov./dic. 2010

 

Editorial

 

Investigación clínica de excelencia en países en desarrollo

 

Excellence in clinical research in developing countries

 

Fernando Chico Ponce de León

 

Jefe de Servicio de Neurocirugía, Hospital Infantil de México Federico Gómez, México D.F., México

 

Autor de correspondencia:
Dr. Fernando Chico Ponce de León
Correo electrónico: chico1204@prodigy.net.mx

 

Fecha de recepción: 29-09-10.
Fecha de aceptación: 30-09-10.

 

El Dr. Gerardo Rogelio Robaina Castellanos y la Dra. Solangel de la Caridad Riesgo Rodríguez han presentado en este número del Boletín Médico del Hospital Infantil de México un trabajo de investigación clínica interesante y bien estructurado: Etiología de la parálisis cerebral en niños cubanos (Matanzas, años de nacimiento 1996-2002).1

Es necesario hacer notar que esta "cenicienta" de la investigación –como la ha calificado Don Jesús Kumate refiriéndose a la investigación meramente clínica–, cuando está bien organizada, aclara conceptos y marca caminos.

Robaina y Riesgo nos ilustran sobre el significado de una entidad sindromática compleja, poco estudiada en nuestro medio. En ocasiones, se ha abusado del término parálisis cerebral infantil (PC) sin tomar en cuenta los delicados patrones que Robaina nos presenta para poder afirmar la presencia del síndrome. El abordaje clínico en el paciente es imperativo y el diagnóstico se apoya mayormente sobre este contacto físico, con los cinco sentidos, con y sobre el enfermo. Ya Hipócrates recomendaba, insistentemente, este contacto.

Tanto la prevalencia, las características clínicas, las tendencias en la población estudiada, así como los factores de riesgo de interés epidemiológico han sido suficientemente estudiados por estos autores. Las diferentes etiologías también son abordadas en el presente trabajo.

Una cuidadosa selección de cerca de sesenta mil pacientes dio un universo a estudiar de 86 pacientes. Hay que hacer notar que el 76% de los pacientes necesitó estudios de neuroimagen: 45% de tomografías computadas, 44.2% de ultrasonografía transfontanelar y, únicamente, 12.8% resonancia magnética… No tenemos la gran tecnología.

Al siguiente párrafo encontramos esta bella declaración: "[…] Con criterios esencialmente clínicos seguidos en este trabajo para la clasificación del daño cerebral pudo asignarse un momento probable de ocurrencia de lesión cerebral en 96.5% de los 86 pacientes estudiados […]".1 Entonces, es también la clínica la que nos acerca al cuerpo sufriente, no solamente la alta tecnología, la de decenas de millones de pesos, la que permite estructurar trabajos de una gran calidad. Además, al enfermo le consuela la presencia humana y no la de las máquinas.

Se asienta que las causas de la PC infantil para la población investigada fueron más frecuentes en las etapas perinatales-neonatales y las prenatales, aproximadamente en el 64%, con el predominio de causas como infecciones neonatales y asfixia perinatal. Los cálculos delicados llevan a los autores a la presentación de la prevalencia de asfixia primaria intraparto, que se presentó en 37 de los 83 niños (44.5%) y que es en Cuba, según este trabajo, de 1.05 por cada 10,000 nacidos vivos de cualquier edad gestacional.

Robaina y Riesgo asientan que es necesario un esfuerzo grande para obtener los resultados del estudio, ya que se requiere el manejo de una gran cantidad de datos que deben ser confiables. Ellos dicen que esto es posible gracias a una buena organización, tanto hospitalaria como de archivos y de personal.

Los resultados cubanos, en cuanto a la presentación de la PC, son equiparables a los de los países ricos. Los autores atribuyen esto a "[…] la amplia cobertura de inmunizaciones […] además del tratamiento efectivo de las infecciones tanto dentro como fuera del SNC en los lactantes y niños en general […]".1 Orgullo bien fundamentado porque, sin costosísimos aparatos y muchos millones de subsidio, supieron organizarse y, además del correcto análisis científico, nos dejan esa sensación de satisfacción y de presencia de cubanos, conscientes de su responsabilidad en el concierto de las naciones.

Proponen sus hallazgos como patrones para el abordaje de esta patología en los países de América Latina y de otros de semejante estructura económica, social y cultural.

Se podrá estar o no de acuerdo con situaciones de orden político que prevalecen en los lugares donde se hace ciencia. Sin embargo, la presencia de ésta, de buena calidad y sin los ropajes de lujo con los que se viste en los países con mayores recursos, es siempre estimulante.

Esta iniciativa es semejante a la emprendida hacia la mitad del siglo pasado por Don Federico Gómez Santos, Joaquín Cravioto, Rafael Ramos Galván, Silvestre Frenk y Gonzalo Gutiérrez Trujillo, cuando emprendieron la tarea de estudiar la desnutrición en México y de tratar de darle una solución. También la ciencia utilizada por estos ilustres médicos fue clínica, siempre en contacto con los niños enfermos y siempre con la presencia de una alta calidad, muy a pesar de lo poco adornada con tecnología de punta.

 

Referencia

1. Robaina CGR, Riesgo RS. Etiología de la parálisis cerebral en niños cubanos (Matanzas, años de nacimiento 1996-2002). Bol Med Hosp Infant Mex 2010;67:507-517.         [ Links ]

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