Estadísticas vitales

La mortalidad por enfermedades diarreicas en menores de cinco años en México, 1950–2005

Mortality by diarrheic diseases in children under five years of age in Mexico, 1950–2005

Gerardo Perdigón–Villaseñor, Sonia B. Fernández–Cantón

Dirección de Planeación, Hospital Infantil de México Federico Gómez, México, D. F., México

Durante la mayor parte del siglo XX, las enfermedades diarreicas constituyeron un grave problema de salud en nuestro país, ocupando las principales causas de muerte en los primeros años de la vida.

Si bien la incidencia de dicha entidad es aún relativamente importante, con más de cinco millones de casos nuevos registrados durante 2007 por el sistema de vigilancia epidemiológica, los niveles de mortalidad han descendido en forma importante durante las últimas cinco décadas, pero muy particularmente a partir de 1990.

Como puede observarse en el cuadro 1, las defunciones registradas durante 1950 en menores de cinco años fueron casi de 58 mil, con una tasa de 1 453 niños fallecidos por cada 100 mil habitantes de ese grupo de edad. Dichas cifras implicaron que 29 de cada 100 muertes ocurridas en ese grupo de edad, lo fueran por alguna enfermedad diarreica. La tendencia descendente fue continua, de tal forma que en el año 2005 el número de muertes fue de 1 829, y la tasa de 18.6.

Como hecho importante se destaca que la disminución de la mortalidad en ese grupo no se dio en forma homogénea, ya que el descenso más importante correspondió a los niños de entre uno y cuatro años de edad, con una reducción de 98% entre 1950 y 2005 (de 32 mil a 629 entre ambos años); y una tasa que varía de 1 026 a 8, respectivamente. La mortalidad infantil, por su parte, registra un descenso ligeramente menor (93%), aunque igualmente impresionante, al pasar de 25 mil muertes a sólo 1 200 en el año 2005. Es remarcable que la caída más notable se da a partir de 1980.

En México, la mayoría de los cuadros diarreicos son de naturaleza infecciosa y predominantemente viral, siendo los factores predisponentes más importantes aquéllos de carácter sanitario, socioeconómico y cultural. En este sentido, la morbimortalidad de las enfermedades infecciosas y parasitarias disminuyó durante todo el período, como consecuencia de una mejora generalizada en las condiciones de vida de la población, siendo particularmente relevantes la ampliación del servicio de agua intradomiciliaria y el aumento en los niveles educativos de las madres.

A pesar de ello, es innegable el papel que tuvo, a partir de los años ochenta, la generalización en el uso de la terapia de rehidratación oral y la implementación del Programa de Prevención y Control de las Enfermedades Diarreicas, así como el reforzamiento que se dio a este programa en 1990 con motivo de los compromisos ante la Cumbre Mundial a Favor de la Infancia; no menos importantes fueron también las medidas de saneamiento ambiental y atención a la salud implantadas a raíz de la llegada del cólera a México, sin olvidar que la reducción del sarampión fue otro factor que impactó favorablemente en la disminución de la mortalidad por diarreas (Figs. 1 y 2).