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Espiral (Guadalajara)

versión impresa ISSN 1665-0565

Espiral (Guadalaj.) vol.28 no.81 Guadalajara may./ago. 2021  Epub 15-Nov-2021

 

Teoría y Debate

20 años de estudio sobre medios de movimientos sociales, internet y redes socio-digitales en América Latina

20 years of social movement media studies, internet and social media in Latin America

1Departamento de Estudios Políticos y de Gobierno de la División de Derecho, Política y Gobierno del Campus Guanajuato, Universidad de Guanajuato. México. lidia.garcia79@gmail.com

2Guedes Schoolof Arts & Humanities, Nottingham Trent University, Reino Unido. olga.bailey@ntu.ac.uk


Resumen

El presente artículo tiene como propósito examinar las perspectivas teórico-metodológicas de estudio de los movimientos sociales, Internet y redes sociodigitales desde 1997 a 2017, donde identificamos cómo los estudios académicos han explorando su evolución durante dos décadas y el enfoque de investigación desde una perspectiva sociocultural con la finalidad de tener un panorama de retos a futuro acerca de la investigación en movimientos sociales, Internet y redes sociodigitales.

Palabras clave: comunicación; Internet; redes sociodigitales; medios de movimientos sociales; cultura digital

Abstract

The main goal of this article is to examine the theoretical-methodological perspectives of the study of social movements, internet and social network sites from 1997 to 2017, where we identified the academic texts, exploring how the studies have evolved during two decades and the research approach from a sociocultural perspective with the aim of having a panorama of challenges in the future about research in social movements, internet and social network sites.

Keywords: communication; internet; social network sites; social media movement studies; digital culture

Introducción

Un aspecto de relevancia actual que ha ganado prominencia en el discurso es la hegemonía de las publicaciones en inglés, ya que excluyen a los académicos latinoamericanos debido a su “desprendimiento de la alfabetización académica occidental” (Canagarajah, 1996). Esta hegemonía se reproduce y se mantiene a través de prácticas de publicación. Asimismo, la jerarquía de las indexaciones de las publicaciones académicas para fines de evaluación dentro de la investigación está generalmente fomentando la hegemonía de las revistas académicas en inglés. En consecuencia, el fenómeno de los movimientos sociales y el uso tecnológico en Latinoamérica aparece casi inexistente, a no ser por el movimiento zapatista del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), surgido en 1994, que ganó visibilidad mundial en la agenda académica de habla inglesa.

Sin embargo, uno de los primeros artículos académicos en México sobre movimientos sociales e Internet ha sido el trabajo del profesor-investigador Jesús Galindo Cáceres (1997), con su artículo: “Comunidad virtual y cibercultura: El caso del EZLN en México”. En el texto analiza el movimiento zapatista y las prácticas en línea de sus comunidades como “espacios de colaboración”, en donde las personas pueden participar y construir significados, así como la posibilidad de compartir los valores de lo que se construye dentro de estos espacios en la esfera virtual. En esta observación, él menciona que las relaciones sociales a través de Internet se pueden caracterizar por ser horizontales, en donde no hay un “centro” específico, sino más bien formas de circulación y producción.

El aporte inicial de Galindo (1997) da pauta a nuevas posibilidades teóricas para explorar más a fondo la relación con la tecnología y su infraestructura dentro de estas comunidades en línea, ya que según él pueden generar espacios de unión las diferentes clases de redes sociales y pueden crear el cambio social a través de los movimientos sociales contemporáneos en América Latina. Castells (2001: 91 y 92) pone de manifiesto la desigualdad en los flujos de información cuando realiza un estudio sobre “los movimientos sociales contra el nuevo orden global”, donde el autor habla de una élite llamada “globopolitas”, que son aquellas redes que tienen acceso a la riqueza, tecnología y poder.

Ahora bien, el propósito de esta investigación no tiene naturaleza académica de realizar una sociología del conocimiento acerca de cómo se ha construido en el mundo académico anglosajón y/o latinoamericano el estudio de los movimientos sociales e Internet, sino este trabajo consiste en una revisión de literatura sobre “20 años de estudio de movimientos sociales, Internet y redes sociodigitales en América Latina, desde una aproximación de comunicación y cultura digital”, y estudios de caso (por ejemplo EZLN y ciberculturas, #YoSoy132 y análisis de contenido en YouTube, etcétera).

Uno de los principales académicos en el estudio de los medios de movimientos sociales: John Downing (2011: 20), afirma que los estudios de comunicación desde la perspectiva teórica de los llamados nuevos movimientos sociales (tradición europea, principalmente España, Italia y Francia) no han expresado un interés significativo en el estudio de movimientos sociales fuera del norte global, por lo tanto, ello ha generado una brecha en la literatura sobre movimientos sociales fuera del “mundo desarrollado”.

La teoría de los NMS, tradición de estudio que proviene de finales de los años sesenta es una aportación desde la perspectiva sociológica (Melucci, 1995; Touraine, 1985), que pone al centro del debate el papel de la identidad colectiva en los movimientos sociales en Europa, tradición que se exporta a América Latina, quedando pendiente el papel de la comunicación en los movimientos sociales, de ahí la pertinencia de realizar este tipo de estudio desde 1997, que es cuando ubicamos el interés global por el estudio de los movimientos sociales y comunicación desde el surgimiento de la Internet.

Treré y Magallanes (2015) realizan una reflexión en este sentido; en su último trabajo titulado “Campos de batalla, experiencias, debates: Luchas latinoamericanas y resistencia a los medios digitales”, evalúan los estudios de los movimientos sociales en América Latina en un contexto de tecnologías de comunicación digital, argumentando que aunque se ha prestado mucha atención académica a estas movilizaciones, creen que los movimientos sociales recientes en América Latina y las funciones que han desempeñado en el escenario global en relación con el uso de las tecnologías de comunicación digital no han recibido consideración y observaciones similares como lo han recibido las llamadas revoluciones árabes, Occupy movement en Estados Unidos y movimientos de los Indignados en España.

Davis (1999) describe el hecho de que en las últimas décadas los estudiantes latinoamericanos se han matriculado en universidades europeas con el enfoque de sus estudios de doctorado en áreas relacionadas con las ciencias sociales y la filosofía, particularmente en Francia. Davis (1999:588) indica que “muchos estudiaron con los sociólogos que primero popularizaron los nuevos paradigmas del movimiento social después de las rebeliones estudiantiles de 1968”. Del mismo modo, el autor sugiere que la mayoría de estos estudios tuvo lugar con Alain Touraine en Francia o cuando visitó América Latina a finales de los años sesenta y durante el curso de los setenta. Davis (1999) sostiene que las contribuciones teóricas de Alain Touraine desde su teoría sobre los nuevos movimientos sociales (NMS) han tenido una profunda influencia en sus estudiantes latinoamericanos y están profundamente arraigadas en la visión de la sociología latinoamericana sobre cómo entender los movimientos sociales, tomando en cuenta que uno de los componentes de análisis de la teoría de los NMS es el aspecto tecnológico.

Metodología

El objetivo de este estudio consiste en: 1) analizar el estudio del uso tecnológico de los movimientos sociales, Internet y redes sociodigitales latinoamericanos, desde una perspectiva sociocultural en los últimos 20 años; 2) identificar los métodos y técnicas en el estudio de los movimientos sociales, Internet y redes sociodigitales latinoamericanos en los últimos 20 años en América-Latina, y 3) identificar las principales tendencias y potencial para la investigación a futuro del estudio sobre movimientos sociales, Internet y redes sociodigitales en América Latina.

En este sentido se utilizó el buscador de Google académico, que está dirigido y especializado en la búsqueda de contenido y literatura científico-académica:

El sitio indexa editoriales, bibliotecas, repositorios, bases de datos bibliográficas, entre otros; y entre sus resultados se pueden encontrar citas, enlaces a libros, artículos de revistas científicas, comunicaciones y ponencias en congresos, informes científico-técnicos, tesis, tesinas y archivos depositados en repositorios (López-Cózar, 2009: 7).

La búsqueda se realizó por el intervalo específico de 1997 a 2017, colocando en el buscador las palabras clave: “movimientos sociales e Internet”, tomando como máximo de cada año 10 artículos. Sin embargo, en 1997 no se rebasó más de una publicación sobre el tema. En total para el presente estudio se analizaron 105 artículos, distribuidos de la siguiente forma: 1997 (1), 1998 (2), 1999 (1), 2000 (2), 2001 (6), 2002 (4), 2003 (1), 2004 (2), 2005 (5), 2006 (6), 2007 (3), 2008 (3), 2009 (3), 2010 (6), 2011 (9), 2012 (10), 2013 (8), 2014 (10), 2015 (8), 2016 (10), 2017 (4). Los aspectos que se consideraron a analizar fueron: 1. Nombre de la publicación; 2. Temáticas; 3. Origen (universidad) de la publicación; 4. País, y 5. Metodología de estudio.

Nombre de las publicaciones

El total de tipo de publicaciones fueron 72, la revista con más artículos relacionados con movimientos sociales, Internet y redes sociodigitales fue Razón y Palabra con 9% (8 artículos):

Originalmente fue creada en el ámbito de investigación académica en el Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México. Posteriormente se convirtió en revista independiente, hasta que en 2015 comienza a formar parte de las publicaciones de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Los Hemisferios (Ecuador) (Razón y Palabra, 2015, en línea).

Revista Chasqui (Ecuador) 7% (6 artículos), Anuario de Movimientos Sociales 4% (4 artículos), Nueva Sociedad 3% (3 artículos), Estudios sobre las Culturas Contemporáneas (México) 2% (2 artículos), Comunicar (España) 2% (2), Perfiles Latinoamericanos (México) 2% (2 artículos), Anagrama (España) 2% (2 artículos), Revista de la Asociación Española de Investigación de la Comunicación (España) 2% (2 artículos), Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud (Colombia) 2% (2 artículos), Index. Comunicación (España) 2% (2 artículos), y 63% (59 artículos), otros. A continuación presentamos la gráfica de las publicaciones.

Gráfica 1 Nombre de las revistas 

Temáticas principales

Las principales temáticas abordadas en los artículos publicados se determinaron con fundamento en los resúmenes (abstracts) y palabras clave de la publicación. Los resultados fueron: movimientos sociales 15% (42 artículos), redes sociales 12% (34 artículos), tecnologías de información y comunicación (TIC) 5% (13 artículos), Internet 5% (14 artículos), 15-M 5% (13 artículos), acción colectiva 4% (10 artículos), activismo 4% (12 artículos), comunicación digital 4% (10 artículos), participación 3% (9 artículos), democracia 3% (8 artículos), jóvenes 2% (7 artículos), web 2.0 2% (6 artículos), movimientos globales 1% (4 artículos), movimientos antiglobalización 1% (4 artículos), movimientos en red 1% (3 artículos), cambio social 1% (3 artículos), Facebook 1% (3 artículos), ciudadanía 1% (3 artículos), EZLN 1% (3 artículos), y cibercultura 1% (3 artículos).

Gráfica 2 Temáticas 

Gráfica 3 Temáticas principales por año 

Algunos apuntes y reflexiones sobre las principales temáticas 1997-2017

El primer artículo que encontramos dentro de la presente investigación en el año 1997 se titula: “Comunidad virtual y cibercultura: El caso del EZLN en México”, de Jesús Galindo Cáceres, donde la perspectiva predominante es ciberoptimista bajo el argumento de que:

[…] las ecologías de información que han impactado a las comunidades perceptuales están configuradas por estructuras que se le constituyen tecnológicamente. Los medios de información electrónicos llevaron a su expansión máxima a las sociedades de dominación -un centro, una dirección, un emisor y múltiples receptores- pero lo que sucede con la red, Internet es un fenómeno sin precedentes (Galindo, 1997: 11).

Es decir el autor plantea una nueva forma de configuración social mediante las llamadas comunidades virtuales, dando pie a un “ejercicio de posicionamiento del ciberespacio de Internet” (Galindo, 1997: 24). Aunando el papel central que cumplió Internet “para la construcción de la imagen del fenómeno, sobre todo hacia el exterior de los actores directos del conflicto y en su proyección nacional-internacional” (Galindo, 1997: 12), que dio cuenta del modo de configuración de las condiciones de organización de la relación social con el ciberespacio y de las comunidades virtuales que emergieron en torno al EZLN.

Asimismo, el autor considera que “la tecnología de información ha sido central en la configuración social y ecológica del EZLN, Internet ha sido un factor importante, tal vez clave, para la construcción de la imagen del fenómeno” (Galindo, 1997: 12 y 13). Sin embargo, el autor no profundiza sobre los factores que intervinieron en la construcción del movimiento social a partir de la imagen visual.

En el artículo de Burch (1999) titulado: “Movimientos sociales y los retos de Internet”, la autora expone las ventajas del uso de Internet para la acción colectiva, permitiendo a partir de ésta tecnología consensos y argumentando que:

[…] los instrumentos técnicos más utilizados en la región para las dinámicas sociales son las listas o conferencias electrónicas y el correo electrónico, en la medida en que son efectivos y ágiles para difundir y recibir información, exigen poco manejo técnico y pueden operar con equipos de baja capacidad (Burch, 1999: 48).

Sin embargo, la apropiación tecnológica puede representar el crecimiento de brechas, ya que las organizaciones que no cuentan con esta tecnología son más “susceptibles de carecer de voz” y de presencia en los foros en donde se toman las decisiones; la autora menciona que uno de los grandes riesgos de la falta de presencia de las organizaciones de movimientos sociales en Internet, equivaldría a no existir en un contexto de globalización, ya que el tener presencia mediante una página web, por ejemplo, puede crear lazos de identificación en pro de una democracia más participativa.

Es a finales de los años noventa que

[…] para los movimientos ciudadanos de los países del Sur, el desafío es grande. No cabe duda de que aquellos movimientos sociales que logren establecer una presencia destacada en la web estarán en mejor posición para colocar su problemática en las agendas internacionales, levantar solidaridad o tener voz en los espacios que traten sobre ella (Burch, 1999: 49).

Por otro lado, en el año 2000 Manuel Castells en su artículo: Internet y la sociedad red”, sostiene que más allá de Internet ante una crisis de organizaciones tradicionales se genera el surgimiento de actores sociales, dando paso a la formación de coaliciones en torno a valores y proyectos en donde Internet forma parte de esa estructura organizativa, siendo el vehículo de comunicación con la posibilidad de flexibilidad y temporalidad de la movilización, como también:

Internet permite la articulación de los proyectos alternativos locales mediante protestas globales, que acaban aterrizando en algún lugar, por ejemplo, en Seattle, Washington, Praga, etc., pero que se constituyen, se organizan y se desarrollan a partir de la conexión Internet, es decir, conexión global, de movimientos locales y de vivencias locales. Internet es la conexión global-local, que es la nueva forma de control y de movilización social en nuestra sociedad (Castells, 2000: 13 y 14).

Sin embargo, Castells (2000) coloca el papel de la sociedad al centro, más allá de una visión ciberutópica cuando afirma que en los movimientos sociales, Internet ejerce un papel de “instrumento dinámico de cambio social […] Internet es simplemente un tablón de anuncios. Hay que cambiar la política para cambiar Internet y, entonces, el uso político de Internet puede revertir en un cambio de la política en sí misma” (Castells, 2000: 14).

Para la autora Patricia Bernal de Alarcón (2001), en su artículo titulado: “Debate en torno a la comunicación política de Internet”, argumenta que se ha dado un cambio en las estructuras de las sociedades a partir de la irrupción de Internet, facilitando las relaciones horizontales, posibilitando una visibilidad pública, así como “los movimientos sociales y los usos que ellos hacen de la comunicación electrónica virtual desempeñan un papel en la creación de nuevos territorios y relaciones en las que tejen redes de interacción comunicativa” (Bernal de Alarcón, 2001: 43). Sin embargo, la autora mantiene una postura crítica al argumentar que “no podemos afirmar que el uso de Internet garantizará los derechos civiles de los ciudadanos y la diversidad cultural: es muy poco probable que eso suceda, ya que la red puede convertirse en homogenizadora de culturas” (Bernal de Alarcón, 2001: 43).

En el artículo de Ligia Tavera Fellonosa (2001) titulado: Nuevas tecnologías y organizaciones civiles: El caso de LaNeta”, la autora analiza el uso de las entonces llamadas “nuevas tecnologías de comunicación por computadora”, en un conjunto de organizaciones civiles adscritos a La Neta, una organización creada en 1991 con el fin de brindar servicios electrónicos a organizaciones no gubernamentales, en donde se pregunta:

¿Cómo beneficiarse de la existencia de un nuevo medio cuya estructura es favorable a la interacción horizontal, abierta y global? ¿Cuáles son los factores que determinan su utilización para la construcción de una esfera pública que contribuya al fortalecimiento de la democracia? ¿Cuáles son las condiciones para que las NTIC se conviertan efectivamente en un instrumento de empoderamiento de la sociedad civil? (Tavera, 2001: 72).

La autora argumenta que los resultados obtenidos de la investigación modificaron el optimismo inicial en torno a la contribución de Internet a la extensión y fortalecimiento de la democracia a través de estos “espacios conversacionales” que potencialmente pudieran crear nuevos canales para la acción colectiva; en el caso mexicano analizado por Tavera (2001), la autora da cuenta de que las NTCIC han contribuido mínimamente a la creación de una nueva esfera pública, enfatizando que “queda entonces por explorar, entre muchos temas, los factores que determinan los niveles de adopción de la NTCIC” (Tavera, 2001: 72), ya que entre los resultados obtenidos a partir de esta investigación se encontró como desventaja en el uso de estas herramientas tecnológicas “falta de pericia de los encargados de los aspectos informáticos” (Tavera, 2001: 72).

En 2006, Guiomar Rovira Sancho, en su artículo: El movimiento global de resistencias y las redes”, reflexiona sobre el papel de “las redes comunicativas en la gestación de movimientos sociales que bajo el paraguas del rechazo a la globalización neoliberal se manifiestan a escala transnacional” (Rovira, 2006: 162), dando cuenta del ciberactivismo tecnológico, así como del surgimiento de los Indymedia, de las páginas web y de las listas de direcciones electrónicas de activistas, en donde cada participante se ha convertido en fuente de información:

La batalla del movimiento de resistencia global se da evidentemente en el plano de la comunicación. Cada día es más difícil para instancias represivas o gobiernos controlar la información que emana de sus territorios. Los ciudadanos se han convertido en reporteros de primera mano, capaces de diseminar sus propios testimonios a miles de kilómetros, trasladan sus vivencias y sus denuncias al instante y a los cinco continentes. La generación en Internet de redes reivindicativas a partir de núcleos de micromovilización permite el éxito de campañas concretas que luego los medios masivos no pueden ignorar, pues logran urdir un grupo de presión internacional. Esto ocurrió de forma ejemplar con el movimiento transnacional de solidaridad con Chiapas y los zapatistas (Rovira, 2006: 186).

En el artículo: La intervención política de los movimientos sociales en la sociedad de la información”, de Silvia Lagos Martínez (2006), se indica que los movimientos sociales antiglobalización hacen uso de manera creativa de las redes informáticas, la política informativa y las formas organizativas en red. La autora enfatiza que fueron las listas de distribución en el correo electrónico las herramientas de Internet más utilizadas, mientras que la página web le otorgó a estas movilizaciones una mayor visibilidad a nivel nacional e internacional. Sin embargo, dentro de las desventajas en el uso de estas herramientas se puede encontrar las dificultades de acceso, tanto a nivel económico como en lo relativo a la necesidad de poseer ciertos conocimientos específicos, aunque a final de cuentas:

[…] el ciberespacio ofrece a los movimientos la posibilidad de ser los creadores de sus mensajes y no depender de la voluntad política y económica de los grandes conglomerados multimedia. La ampliación del acceso a la información y la posibilidad de producir su propia información, modifica las formas de intervención política y amplía el campo de su lucha (Lagos, 2006: 13).

Una década del primer artículo publicado en 1997 sobre Internet y movimientos sociales que contempla esta investigación, Rocío Rueda Ortiz en su texto: “Cibercultura: Metáforas, prácticas sociales y colectivos en red”, sostiene que Internet por sí sólo no genera:

[…] transformaciones políticas sino que son las estructuras, las redes y las prácticas sociales en las que éstas se insertan y las que otorgan un significado y configuran tendencias de uso e innovación social, de dominación o de cooperación […] ¿qué tanto han cambiado las prácticas de los movimientos sociales, sus discursos y organización al entremezclarse con la nueva condición tecnológica, cuáles son sus formas de agenciamiento? (Rueda, 2008: 14).

En 2010, Jacob Bañuelos en su artículo: “La comunicación para el desarrollo y movimientos sociales latinoamericanos en la sociedad red”, realiza un recuento sobre los movimientos sociales en red, contemplando en 1994 al movimiento zapatista, así como en 1999 el “Movimiento de Seattle”, por mencionar a los más importantes y dando cuenta que fueron denominados como “movimientos sociales en red”, de igual modo colocando al centro el uso de Internet. Sin embargo, este tipo de movimientos sociales están caracterizados por ser solamente informativos, es decir, que corresponden a la web 1.0, por lo cual sostiene que para que estos “movimientos sociales activos sean movimientos en la red, para ello sería necesario incorporar los recursos de la Web 2.0 en los sitios y crear estrategias de participación, acción, diálogo, debate e interacción horizontal entre los miembros” (Bañuelos, 2010: 10).

En el artículo: “Apuntes sobre perspectivas de estudio de los movimientos sociales. Un enfoque desde la comunicación en redes sociales”, García-González (2011), quien realiza una revisión teórico-conceptual del debate reciente del estudio de la comunicación sobre los actuales medios de movimientos sociales, debido al fortalecimiento de diversas sociedades bajo el escenario de las redes sociales de Internet, como parte del estudio del papel que estos dispositivos tecnológicos apuestan en la conformación de manifestaciones y contiendas sociales como premisa de las llamadas democracias digitales. Asimismo, se han incrementado los debates que coinciden sobre los cambios de tales movimientos a través del uso de redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube, y la autora sostiene que:

Se necesitan nuevos marcos conceptuales para la investigación de la acción colectiva para comprender los medios de movimientos sociales con la llegada de todos estos dispositivos digitales de comunicación como son las redes sociales de Internet, así como distintas perspectivas al concepto de red para llegar a la comprensión de las formas emergentes de organización y acción colectiva (García-González, 2011: 136).

En el mismo año, Valeria Betancourt (2011) en su artículo: “Ciberactivismo: ¿Utopía o posibilidad de resistencia y transformación en la era de la sociedad desinformada de la información?”, realiza un ensayo en donde menciona que se ha colocado al ciberactivismo “como un mecanismo para visibilizar actores, amplificar voces y reforzar acciones impugnadoras y transformadoras” (Betancourt, 2011: 95). Sin embargo, la autora argumenta que “si bien la respuesta de la gente es espontánea, inmediata y masiva, en general el ejercicio impugnador o transformador es de corto plazo” (Betancourt, 2011: 96), por lo cual sostiene que no son en sí mediante las herramientas tecnológicas donde devienen las transformaciones sociales sino a partir del compromiso militante y activo de personas de carne y hueso, que en los usos que hacen de dichas tecnologías generan sentidos políticos” (Betancourt, 2011: 97), concluyendo que “el ciberactivismo debe sustentarse en una reflexión profunda sobre las implicaciones del régimen tecno-social, sus alcances, potencialidades, limitaciones, riesgos y oportunidades, y las formas en las que reordena todos los aspectos de la vida social” (Betancourt, 2011: 97), es decir, la autora mantiene una postura crítica ante un determinismo tecnológico.

En el artículo de Igor Sábada (2012) “Acción colectiva y movimientos sociales en las redes digitales. Aspectos históricos y metodológicos”, señala que al trasladarse el estudio de la acción colectiva hacia el campo de la comunicación y el desarrollo de las nuevas tecnologías y los medios digitales, sociológicamente se han cuestionado “viejos axiomas” desde la perspectiva de la sociología de los movimientos sociales, dando paso a la emergencia de nuevas formas de acción colectiva y participación política no convencional que conllevan al uso de metodologías y técnicas de estudio que se alejan en algunos aspectos de las tradicionales, argumentando que:

Si la acción colectiva que queremos describir e interpretar se está manifestando mayoritariamente a través de espacios virtuales y redes comunicativas, tendremos que hacer visible y evidenciar las características de esa política informal mediante nuevas herramientas (Sábada, 2012: 791).

Como propuesta metodológica para el estudio de los movimientos sociales en el en torno de usos de las tecnologías de comunicación, Sábada (2012: 791) propone: “la etnografía virtual de grupos, el análisis de audiencias digitales, el estudio de redes sociales y el análisis audiovisual online como algunos de los vectores de investigación más fructíferos en los próximos años”.

En el artículo “Movimientos sociales y comunicación: La red como paradigma”, de Guiomar Rovira Sancho (2012), define a las redes activistas como formas emergentes de la política y se da cuenta de ejemplos de sus prácticas comunicativas, colocando al centro la agencia humana de los activistas, más allá de un determinismo tecnológico cuando afirma que:

Las redes de movimientos sociales encuentran en las tic el instrumento propicio para articularse, pero no son sólo redes tecnológicas son entramados de relaciones entre personas que en momentos precisos salen a las calles y se encuentran con otros para actuar en común […] Internet y las tecnologías móviles permiten difundir las protestas, encontrar la plaza y la hora para hacerlo, pero ni son la plaza ni sustituyen a la voluntad de la multitud reunida que exige justicia o democracia (Rovira, 2012: 101 y 102).

Es decir, la voluntad de las personas al ser partícipes en estos movimientos sociales, antes que el uso de estas herramientas novedosas de comunicación digital que dan paso a nuevas formas de creación de espacio público, hallan en las tic los instrumentos que posibilitan el encuentro para actuar colectivamente. La autora enfatiza que el poder de la “autocomunicación de masas” hoy en día proporciona oportunidades inauditas para la circulación de mensajes y valores alternativos que permiten la gestación de protestas espontáneas sin necesidad de jerarquías organizativas y la creación de redes activistas que se extienden” (Rovira, 2012: 101), colocando al centro la importancia del contexto histórico y político para que la información por medio de estos recursos de medios digitales pueda tener un efecto en la revuelta. Definiendo a las tic como “herramientas poderosas que refuerzan las prácticas de participación y a la vez facilitan la creación de una cultura activista distinta, más horizontal, sin mediaciones ni representación, en primera persona, sin necesidad de estructuras organizativas” (Rovira, 2013: 38).

Edwin Cruz (2014) en su artículo: “Los límites de la “ciberpolítica”. Internet y movimientos sociales”, menciona algunas de las ventajas que los usos de Internet pueden tener para los activistas, tales como “la puesta en práctica de una comunicación menos costosa y más simétrica entre los activistas conectados, y esto, a su vez, pude forjar estructuras organizativas menos densas, más descentralizadas, menos rígidas y menos verticales, así como menos formalizadas y profesionalizadas” (Cruz, 2014: 139). Del mismo modo menciona una desventaja importante como el impacto que puede ser limitado “debido a los crecientes y estilizados mecanismos de control y censura empleados por distintos actores, que funcionan de forma análoga a la represión del mundo offline” (Cruz, 2014: 139).

En el artículo “Crisis y cambio social en Chile (2010-2013): El lugar de los medios de los movimientos sociales y de los activistas digitales”, de Raúl Rodríguez, Patricia Peña y Chiara Sáez (2014), los autores alertan sobre determinismo tecnológico del uso de las tic para la acción colectiva, argumentando:

Para que la autoexpresión transite hacia la generación de sentidos colectivos no sólo importa el uso, per se, de las tic, sino el sentido del uso y la apropiación estratégica que hacen las organizaciones sociales de las aplicaciones y recursos que ofrece la comunicacional digital; la promesa de participación, colaboración e interconexión, también puede ser un espejismo de participación y finalmente de transformación social (Rodríguez et al., 2014: 88).

Como parte de los hallazgos encontrados en su estudio realizado en Chile en torno al terremoto 27F y su reconstrucción, movimiento estudiantil y conflictos socio-ambientales, los hallazgos de su análisis dan cuenta de que “las brechas en el acceso y apropiación social de los actores sociales movilizados son un llamado a visibilizarlas y tener en consideración que las tecnologías de la información y la comunicación no son autónomas ni transparentes a las relaciones de poder en la sociedad” (Rodríguez et al., 2014: 86), considerando que en las situaciones de crisis no existe una igualdad en el acceso al uso y apropiación estratégica de los servicios asociados a estas redes. Asimismo, ponen un énfasis especial en la importancia del conocimiento sobre los niveles de acceso de las organizaciones sociales a Internet, teniendo un doble desafío: “evitar nuevos procesos de exclusión social, de quienes no están conectados, y a la vez potenciar este espacio como un espacio público, donde articular debates y acciones colectivas” (Rodríguez et al., 2014: 88).

En el artículo “La búsqueda del cambio social en la era digital: Activismo y expresión pública en Internet”, de Dorismilda Flores Márquez, analiza la expresión pública de los activistas en Internet desde contextos locales. La autora argumenta que

[…] las generaciones jóvenes de activistas cuentan cada vez con más recursos tecnológicos desde los cuales pueden comunicarse y hacer trabajo colaborativo. Sin embargo, las desigualdades y exclusiones sociales persisten, se ensanchan y se hacen cada vez más evidentes (Flores, 2017: 135).

Queda al centro de la discusión de la misma manera que el artículo anterior de Rodríguez et al. (2014), que la exclusión social de aquellos que no tienen acceso a las tecnologías digitales es una problemática para la acción colectiva y trabajo colaborativo de manera decisiva.

Y desde una perspectiva metodológica al estudio de movimientos sociales y medios digitales, en el artículo: “Protestando en Twitter: Ciudadanía y empoderamiento desde la educación pública”, de Geo Saura, José Luis Muñoz, Julián Luengo y José Manuel Martos, proponen ante una:

[…] nueva realidad que se gesta alrededor de la interacción social mediada por Internet exige propuestas metodológicas específicas. La mayoría de los análisis importan procesos de otros campos científicos análogos, preponderando los aspectos cuantitativos. Para futuras investigaciones sugerimos acercamientos cualitativos para comprender el sentido que otorgan las personas a estos fenómenos sociales emergentes. Por ello, resultaría de gran interés atender a estos cambios mediante la observación participante, encuestas y entrevistas en profundidad con activistas (Saura, Muñoz, Luengo y Martos, 2017: 47).

Este artículo coincide con la perspectiva de Sábada (2012) en el uso de metodologías de tipo cualitativo para el abordaje de estudio en movimientos sociales y tecnologías digitales, que desde los último 20 años de 1997 a 2017, aún es un incipiente campo de estudios desde una perspectiva sociocultural que contemple el papel de los medios digitales en torno a los movimientos sociales.

Origen de las publicaciones (universidades)

El origen de las publicaciones en lo que se refiere a universidades, está relacionado con la publicación, que dio como resultado: Universidad Complutense 8% (9 artículos), Universidad Autónoma Metropolitana 5% (5 artículos), Universidad de Barcelona 3% (3 artículos) Universidad de Buenos Aires 3% (3 artículos), Universidad de Sevilla 3% (3 artículos), Universidad Pontificia Javeriana 3% (3 artículos), Universidad de Colima 2% (2 artículos), Universidad Federal Fluminense 2% (2 artículos), Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) 2% (2 artículos), Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) 2% (2 artículos), Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) 2% (2 artículos), Universidad Autónoma de Querétaro 2% (2 artículos), Universidad Central de Venezuela 2% (2 artículos), Universidad Nacional de Colombia 2% (2 artículos), Universidad Oberta de Cataluña 2% (2 artículos), y otros 58% (62 artículos).

Gráfica 4 Origen de las publicaciones (universidades) 

País de la publicación

Los países de las publicaciones de los artículos fueron: España 50% (52 artículos), México 20% (21 artículos),Colombia 10% (11 artículos), Ecuador 7% (7 artículos), Argentina 6% (6 artículos), Venezuela 2% (2 artículos), Brasil 2% (2 artículos), Puerto Rico 1% (1 artículo), Bolivia 1% (1 artículo), El Salvador 1% (1 artículo) y Dinamarca 1% (1 artículo).

Gráfica 5 Países de las publicaciones 

Metodologías de estudio

De los 105 artículos analizados, encontramos que la metodología principalmente usada fue el análisis teórico 72% (79 artículos), entrevistas 12% (13 artículos), análisis de redes sociales 4% (5 artículos), análisis textual 2% (2 artículos), análisis de página web 1% (1 artículo), etnografía virtual 2% (2 artículos), análisis de contenido 2% (2 artículos), estudio de caso y etnografía 1% (1 artículo), grupo de enfoque 1% (1 artículo), y cuestionario 1% (1 artículo).

Gráfica 6 Metodologías de estudio 

Gráfica 7 Metodologías de estudio por año (1997-2017) 

Análisis de Redalyc

Redalyc es una “Red de revistas científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal”. Es una base de datos en línea y repositorio digital de textos científicos en acceso abierto. En un primer momento, para fines del presente estudio se intentó realizar una búsqueda que comprendiera desde 1997 a 2017; sin embargo, los filtros de búsqueda no permiten una precisa depuración sobre las palabras clave, como el sistema de Google académico lo permite. De tal modo que utilizamos como palabra clave de búsqueda: el movimiento social #YoSoy132, y nos dio un resultado de 34 artículos, en los cuáles basamos el siguiente análisis.

Nombre de las publicaciones

Las principales publicaciones fueron: revista Argumentos, División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco (UAM-X), 15% (5 artículos), Paakat: Revista de Tecnología y Sociedad (Universidad de Guadalajara 9% (3 artículos), Razón y Palabra (Universidad de los Hemisferios, Ecuador) 18% (6 artículos), Desacatos del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) 9% (3 artículos), Palabra-Clave (Universidad de la Sabana, Colombia) 6% (2 artículos), y otras 44% (15 artículos).

Gráfica 8 Publicaciones 

Principales temáticas

Las principales temáticas se concentran en 10 tópicos: TIC 10% (9 artículos), jóvenes 12% (11 artículos), #YoSoy132 13% (12 artículos), redes sociales 13% (12 artículos), movimientos sociales 10% (9 artículos), Internet 6% (5 artículos), activismo en línea 5% (4 artículos), represión 3% (3 artículos), acción colectiva 3% (3 artículos), protestas 3% (3 artículos), periodismo digital 3% (3 artículos), y otros 17%(15 artículos).

Gráfica 9 Principales temáticas 

Gráfica 10 Principales temáticas por año 

Países

Los principales países de las publicaciones fueron: España 6% (2 artículos), México 74% (26 artículos), Ecuador 3% (1 artículo) Colombia 6% (2 artículos), Chile 1% (3 artículos), y Argentina 8% (3 artículos).

Metodologías de estudio

De los 34 artículos analizados, las metodologías de estudio empleadas fueron: análisis teórico 37% (14 artículos), análisis de redes sociales 11% (4 artículos), encuesta 5% (2 artículos), entrevista 29% (11 artículos), análisis textual 2%(1 artículo), análisis documental 2% (1 artículo), estadística 3% (1 artículo), cuestionario 3% (1 artículo), grupo de enfoque 3% (1 artículo), análisis de contenido 3% (1 artículo) y observación participante 3% (1 artículo).

Gráfica 11 Países 

Gráfica 12 Metodologías de estudio 

Gráfica 13 Metodologías de estudio 

Conclusiones

En la primera parte de este estudio realizado mediante el buscador de Google académico, las principales temáticas en las que se enmarcan los artículos son: movimientos sociales, redes sociales, TIC, Internet y el movimiento social 15-M. La autoría de los artículos se concentró en España 50%, México 20% y Colombia 10%. En el año 2010 es cuando aparece dentro de los estudios de movimientos sociales y cultura digital, el papel de Facebook y las redes sociales en el desarrollo de movimientos sociales. Solamente 35% (37 artículos) abordan casos de movimientos sociales, como: EZLN, Movimiento Antiglobalización, movimientos globales, Primavera Árabe, 15-M (Indignados), #YoSoy132, Movimiento Estudiantil de Chile (2011), Ocuppy, y Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

Es importante mencionar que hay una evolución en cuanto a la terminología usada para hacer análisis de los movimientos sociales desde una perspectiva de lo digital. En un inicio, en 1997-1999 el concepto clave utilizado es “comunidad virtual”, “cibercultura” y “comunicación”; de 2000 a 2003, “tecnologías de información y comunicación (TIC)”, Internet y usos de Internet”; de 2004-2006, “comunicación en red”, “TIC” y “medios telemáticos”, 2007-2009 “TIC”, “cibercultura”, “Movimiento Antiglobalización” “medios alternativos” y “redes sociales”; 2010-2012 “Facebook”, “Web 2.0” “15M”; 2013-2015 “comunicación digital”, “Web 2.0”, “Internet”, “redes sociales” y “15M”; 2016-2017, “15M”, “redes sociales”.

El origen de las publicaciones en lo que respecta a qué universidad pertenece la publicación, se concentra en la Universidad Complutense de Madrid a nivel internacional y en la Universidad Autónoma Metropolitana. Las metodologías de estudios predominantemente fueron: análisis teórico, entrevista y análisis de redes sociales. Es pertinente mencionar que a lo largo del periodo analizado (1997-2017) el análisis teórico ha predominado en el corpus de artículos revisados.

Asimismo, en los primeros artículos publicados en 1997 se formula una perspectiva ciberoptimista ante la llegada de Internet y sus potencialidades a partir del movimiento zapatista y cómo Internet otorgó visibilidad internacional al movimiento. Además, una de las problemáticas más recurrentes dentro del periodo 1997-2017 ha sido la apropiación tecnológica, crecimiento de brechas, y persiste en diversos autores (Burch, 1999; Castells, 2000; Tavera, 2001) un énfasis en evitar el determinismo tecnológico y anteponer a la sociedad al centro de las transformaciones de la acción colectiva con el uso de estas tecnologías digitales (Bernal de Alarcón, 2001; Betancourt, 2011; Rovira, 2012). Desde una perspectiva metodológica se propone dejar atrás los “viejos axiomas” y tomar nuevas rutas y propuestas en torno a metodología; principalmente se plantea el uso de metodologías de corte cualitativo (Sábada, 2012; Saura, Muñoz, Luengo y Martos, 2017); y desde una perspectiva sociocultural, L. García (2011) propone nuevos marcos conceptuales para el estudio de los medios digitales de los movimientos sociales.

De la segunda parte del presente trabajo realizado por Redalyc, la autoría de los artículos publicados proviene de revistas académicas mexicanas, ecuatorianas y colombianas. Siendo las principales temáticas de estudio las tic, jóvenes, redes sociales y movimientos sociales. Es relevante mencionar que del corpus analizado de Redalyc, la temática principal de estudio ha sido el movimiento estudiantil #YoSoy132 y el movimiento de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Los países de publicación son México, España y Argentina. Finalmente, en cuanto a las metodologías de estudio empleadas, predominaron: análisis teórico, entrevista y análisis de redes sociales, al igual que la primera parte del estudio realizado.

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Recibido: 09 de Octubre de 2019; Aprobado: 07 de Diciembre de 2020

Acerca de las autoras

Lidia A. García-González

Doctora en Comunicación y Estudios Culturales por la Nottingham Trent University (Reino Unido), y maestra en Comunicación de la Ciencia y la Cultura por el ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara (México). Actualmente realiza un posdoctorado sobre activismo digital feminista en México, con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en la Universidad de Guanajuato dentro de la Maestría de Análisis Político (Programa Nacional de Posgrados de Calidad).

Olga Bailey Guedes

Doctora en Comunicación por la Loughborough University (Reino Unido). Profesora asociada en la Nottingham Trent University, en el Reino Unido. Presidenta de la sección Diáspora, Migración y Medios de Comunicación, de la Asociación Europea de Investigación y Educación en Comunicación, y miembro de la Junta Editorial de la revista Communication Theory, de la Asociación Internacional de Comunicación (Estados Unidos). Ha publicado ampliamente en temas relacionados con periodismo, mujer y migración, y en movimientos sociales.

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