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Espiral (Guadalajara)

versión impresa ISSN 1665-0565

Espiral (Guadalaj.) vol.28 no.80 Guadalajara ene./abr. 2021  Epub 11-Jun-2021

 

Sociedad

Estrategias de reproducción social en hogares periurbanos: un modelo para su análisis

Strategies of social reproduction in peri-urban households: a model for analysis

José Álvaro Hernández Flores1 
http://orcid.org/0000-0002-8349-0505

1Doctor en Ciencias con especialidad en Estrategias para el Desarrollo Agrícola Regional, por el Colegio de Posgraduados. Profesor-investigador (Cátedra Conacyt) adscrito al Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. jalvaro@colmex.mx


Resumen

Con base en un estudio de caso múltiple, desarrollado en tres localidades periurbanas del centro de México, el presente trabajo se plantea como objetivo exponer el modelo teórico utilizado para el análisis de las estrategias de reproducción social de los hogares periurbanos. Para ello se recuperan los planteamientos teóricos de Pierre Bourdieu acerca de la dinámica reproductiva del mundo social, así como las categorías centrales de campo, habitus y capital. El modelo utilizado permite explicar los factores que intervienen en la formación de sistemas de estrategias de reproducción vigentes a nivel de localidad, así como el apego o la desviación de las prácticas familiares a dicho sistema. Más allá de su potencial para el análisis de la reproducción social en el ámbito periurbano, se considera que dicho modelo puede ser apropiado para el análisis de las estrategias familiares en contextos de cambios estructurales profundos.

Palabras clave: hogares; periurbano; estrategias de reproducción; Bourdieu; habitus

Abstract

Based on a multiple case study developed in three periurban locations in central Mexico, this paper aims to present the theoretical model that was used in the analysis of social reproduction strategies of periurban households.To this purpose, Pierre Bourdieu’s theoretical approaches to the reproductive dynamics of the social world, as well as the central categories of field, habitus and capital, are recovered.The proposed model allows explaining the factors involved in the formation of reproductive strategies systems at the locality level, as well as the attachment or deviation of family practices to that system. Beyond its potential for the analysis of social reproduction in the periurban territory,it is considered that this model may be appropriate for the analysis of family strategies in contexts of profound structural changes.

Keywords: households; periurban; reproduction strategies; Bourdieu; habitus

Introducción

Las periferias de las ciudades, en su calidad de zonas de contacto entre los mundos rural y urbano, constituyen el marco en el cual se desarrollan complejos procesos territoriales que involucran conflictos por el uso del espacio. En este tipo de territorios convergen dos mundos con objetivos y valores distintos. Por un lado, la lógica asociada al crecimiento urbano que consume de manera voraz los espacios y recursos que circundan a las ciudades; y, por otro, la lógica propia de las sociedades rurales, profundamente ligadas a la producción agrícola y al modo de vida tradicional. Ambas lógicas cohabitan estrechamente, propiciando el enfrentamiento al interior de un espacio común. Por lo regular el resultado de esta superposición de sistemas es la subordinación de la agricultura a las lógicas de operación del desarrollo urbano, el cual avanza inexorablemente sobre el espacio rural (Ávila, 2009).

La composición social de los sistemas periurbanos suele ser, además, extremadamente heterogénea y dinámica. Campesinos, invasores de tierras, empresarios y sectores de clase media que trabajan en la ciudad, coexisten en el mismo territorio, pero con intereses, costumbres, percepciones y prácticas diferentes, que a menudo están en competencia. Como resultado de esta condición, la interfase rural-urbana suele ser escenario de conflictos entre numerosos protagonistas que intentan establecer modalidades específicas de uso y apropiación del espacio y los recursos del territorio (Allen, 2003). Conflictos asociados a los cambios de uso de suelo, construcción de infraestructura, deficiencia en la dotación de servicios públicos, intensificación de actividades extractivas, agotamiento de recursos naturales, presiones del mercado inmobiliarios, entre otros, suelen presentarse en este tipo de territorios (Entrena, 2005; Ávila, 2004). En este sentido, la periurbanización expresa, entre muchas otras cosas, una disputa entre actores que pertenecen a ámbitos territoriales diferentes y que poseen, por tanto, formas distintas de vivir, de producir, de pensar, es decir, formas diferentes de aprehender el espacio que ocupan (Ávila, 2009).

El carácter conflictivo, inherente a la condición periurbana, justifica el análisis de las dinámicas productivas y las lógicas territoriales con las que operan los agentes sociales presentes en este tipo de espacios. El conocimiento de las prácticas que desarrollan los habitantes del periurbano, pero sobre todo de la lógica que subyace tras su despliegue a lo largo de un territorio en permanente estado de transformación, puede arrojar evidencia útil en la determinación de estrategias y políticas orientadas al ordenamiento de las actividades productivas y sociales. Las estrategias familiares han sido objeto de estudio por parte de la sociología, la antropología y la geografía humana. Existe literatura abundante sobre los sistemas familiares y las distintas formas de organización de los hogares (Robichaux, 2007; Arias, 2005; Mindek, 2007); la articulación familia-trabajo (Román, Padrón y Ramírez, 2012); el papel de la migración y las remesas sobre la dinámica familiar (Arias, 2009; González, 2006); y las relaciones de los individuos en el interior de sus propios hogares y en el contexto más amplio de la comunidad (Solorio, 2015; Lugo-Morín, 2013; Salazar, 1996). No obstante, son pocos los trabajos que abordan estas mismas temáticas en el marco de las relaciones de mutua determinación que se suscitan entre prácticas sociales y condiciones de producción, en particular en contextos donde estas últimas se encuentran sometidas a cambios radicales.

En el presente trabajo se sistematizan los hallazgos de una investigación previa (Hernández, 2011) que se avocó al análisis de las estrategias reproductivas de hogares periurbanos en tres localidades de la región centro de México. El objetivo del presente artículo es presentar un modelo teórico apropiado para el análisis de las prácticas que despliegan los hogares que habitan en espacios periurbanos. Dicho modelo toma como referencia la categoría de estrategias de reproducción social para explicar el origen y el sentido de las prácticas sociales que producen cotidianamente los agentes sociales que habitan el periurbano. El supuesto que subyace tras la construcción del modelo es la existencia de estrategias de reproducción específicas que resultan de la superposición de procesos urbanos con expresiones determinadas, muy concretas, de lo rural.

El modelo de análisis para los hogares periurbanos que se expone a continuación abreva de los planteamientos teóricos y metodológicos consignados en una serie de trabajos en los que las categorías de análisis de Bourdieu han sido retomadas para el análisis de las prácticas sociales en contextos tanto urbanos (Gutiérrez, 2004) como rurales (Ros y Schneider, 2008; Gadea, Ramírez y Sánchez, 2014). De particular importancia para el desarrollo del mismo ha sido la obra de Alicia Gutiérrez (1995, 2004, 2007), quien desde hace tres décadas ha desarrollado y refinado una propuesta teórica para el análisis de las estrategias de reproducción de los sectores populares y cuyos planteamientos se recuperan para este trabajo.

Métodos y técnicas

Para el análisis de las estrategias de reproducción se construyó un estudio de caso múltiple (Coller, 2000), el cual consideró tres localidades periurbanas, con antecedentes rurales, ubicadas en el estado de Puebla, en la región centro de México.

La selección de los casos de estudio estuvo orientada por su representatividad teórica, es decir, por las características intrínsecas que hacían de cada caso una oportunidad para ilustrar, refutar, extender la teoría (Neiman y Quaranta, 2007). En este sentido, fueron dos los principales criterios que guiaron la selección de las localidades: a) la proximidad física de los casos estudiados, a modo de comparar, en la medida de lo posible, hogares expuestos a las mismas condiciones estructurales, y b) la presencia de estrategias de reproducción social distintas, en donde las prácticas agrícolas -a pesar de ocupar una posición diferente- siguieran estando vigentes.

Todo ello en el contexto de una modalidad específica de periurbanización: la que tiene lugar sobre localidades rurales ubicadas en la periferia de las grandes ciudades.

Una vez que las localidades fueron seleccionadas, se llevaron a cabo entrevistas preliminares con informantes clave (autoridades locales y municipales, funcionarios, maestros, líderes locales, entre otros), las cuales fueron el punto de partida para seleccionar, mediante un muestreo intencional (Ruiz, 1999), a 27 hogares que, por sus características particulares o conocimiento de la situación, fueron considerados como los más idóneos o representativos de la población a estudiar. Las entrevistas se llevaron a cabo entre 2007 y 2008. Además de la disponibilidad, la selección de los hogares entrevistados atendió al criterio de variabilidad en términos de su estructura, composición y arreglos residenciales (Anexo 1).

Ante la imposibilidad de entrevistar a todos y cada uno de los miembros de las familias, se privilegió a los jefes y/o jefas de hogar como unidad de observación e información. Se abarcaron hogares con jefatura masculina y femenina, y en algunos casos se entrevistó a algún integrante adicional con atención a criterios de género y generación. De esta forma se indagaron cuestiones vinculadas a la posición socioeconómica de los entrevistados, sus características sociodemográficas, los cambios en la estructura productiva local, la naturaleza de sus vínculos con otros grupos humanos, y otros aspectos que se consideraron relevantes para la caracterización y el análisis de las estrategias de reproducción social. Debido a que la investigación pretendía ir más allá de la mera descripción de tendencias locales, el muestreo consideró también a los hogares que por alguna razón se alejaban de la norma. El análisis de estos grupos permitió abundar en las diversas modalidades que asume la dinámica reproductiva en el territorio periurbano, coadyuvando a clarificar la mecánica social que subyace tras la producción y reproducción de las prácticas que, en su conjunto, integran las estrategias de reproducción social.

Los casos de estudio

Como casos de estudio se seleccionaron tres localidades pertenecientes al municipio de San Pedro Cholula, en el estado de Puebla, ubicado en la región centro de México, las cuales acusan desde hace ya varios años un acelerado proceso de periurbanización como resultado de la cercanía física con la capital del estado (véase figura 1).

Fuente: elaboración propia con base en INEGI.

Figura 1 Ubicación geográfica de la región de estudio 

La ciudad de Puebla -la cuarta más poblada de todo el país- ha experimentado un crecimiento urbano explosivo y desordenado, sustentado en la incorporación de territorios que históricamente se han caracterizado por poseer una vocación agrícola. Buena parte de este crecimiento se ha concentrado en los municipios ubicados en la zona norponiente, entre los que destacan: San Pedro Cholula, San Andrés Cholula y Cuautlancingo (Hernández et al., 2009).

San Pedro Cholula -al cual pertenecen las tres localidades consideradas en este trabajo- se configuró como un escenario ideal para el estudio, no sólo por el papel que ha desempeñado la agricultura en la región desde tiempos prehispánicos, sino por la importancia que tienen en su vida cotidiana las actividades rituales tradicionales y las instituciones informales asociadas a ellas, aspectos que han llevado a considerar a este municipio como “un caso único, una situación extrema para la que resulta difícil encontrar paralelo en los estudios sobre los ámbitos sociales contemporáneos” (Bonfil, 1988: 117).

Fue así como se seleccionaron las juntas auxiliares de San Diego Cuachayotla, donde la fabricación de ladrillos constituye una actividad primordial; San Francisco Coapa, donde la migración a Estados Unidos acusa una intensidad inusitada; y San Gregorio Zacapechpan, donde el cultivo de hortalizas y su venta en los mercados regionales representa una importante fuente de ingresos.

1 Estas tres localidades cholultecas, que colindan entre sí, han sido objeto en los últimos años de transformaciones sociales y económicas resultado de su proximidad física con los centros urbanos de Puebla y San Pedro Cholula. Se trata de localidades periurbanas, con una cultura rural muy arraigada, con estrategias de reproducción social que pese a estar articuladas con actividades muy diferentes, continúan desarrollando -en mayor o en menor medida- diversas prácticas agrícolas, y donde actualmente convergen, se relacionan y se confrontan actores sociales de orígenes muy distintos (Hernández, 2016).

Marco teórico-conceptual

Una de las preguntas más importantes elaboradas desde el campo de la sociología es la de saber cómo y por qué se reproduce y se perpetúa el orden del mundo social. En América Latina, durante los años setenta y ochenta del siglo XX la investigación empírica en torno al estudio de la organización y dinámica de las unidades domésticas, en contextos tanto urbanos como rurales, se orientó de manera particular al análisis de los mecanismos que hacen posible su reproducción cotidiana y generacional, así como su relación con la estructura social que las contiene. De esta manera se llevaron a cabo durante este periodo una serie de estudios que aludían a estos mecanismos y que compartían el uso de la familia o grupo doméstico, como unidad de análisis (Gutiérrez, 2002). La preocupación general de este tipo de estudios era entender la relación existente entre las prácticas sociales que emprenden los miembros de una familia para asegurar su reproducción y las condicionantes de tipo estructural que limitan, soportan, constituyen y son constituidas a su vez por dichas prácticas. Así, dependiendo del interés específico y de la orientación teórico-metodológica de los estudios llevados a cabo por los diferentes autores dentro de esta línea de investigación, se acuñaron las nociones de estrategias de sobrevivencia (Duque y Pastrana, 1973), estrategias de existencia (Sáenz y Di Paula, 1981), estrategias adaptativas (Bartolomé, 1985), estrategias familiares de vida (Torrado, 1978) y estrategias de reproducción (De Oliveira, Pepin-Lehalleur y Salles, 1989), entre otras (Gutiérrez, 2002).

Es notable en los trabajos desarrollados durante este periodo, la incorporación de las reflexiones del sociólogo francés Pierre Bourdieu (1988), quien desarrolló una propuesta teórica que, al tiempo que reconoce la influencia de la estructura social sobre las posibilidades de acción de los agentes, concede a éstos un papel activo en la constitución y reconstitución de las relaciones sociales. Esta forma de entender la reproducción social se inscribe en una vertiente analítica (Pzeworski, 1982; De Oliveira y Salles, 1989) que considera los aspectos materiales vinculados a los procesos de producción, consumo y reproducción de las familias, al tiempo que reconoce la importancia de la generación, transmisión y reproducción de valores ideológicos y culturales, afectos, conflictos y relaciones de poder que ocurren al interior de ellas. Lo anterior reviste de especial importancia, sobre todo en el contexto de los grupos domésticos campesinos, o con fuertes antecedentes rurales, que habitan el territorio periurbano, cuyos referentes subjetivos se ven confrontados de manera cotidiana con los de actores provenientes de otros ámbitos.

Dado que el modelo que se desarrolla en este artículo se fundamenta en la propuesta teórica de este autor, se describen a continuación algunos de los postulados y categorías centrales de su teoría.

Pierre Bourdieu desarrolló a lo largo de su obra una teoría de la práctica social enmarcada dentro de lo que él mismo denominó “constructivismo estructuralista”. Desde la perspectiva de este autor, las prácticas sociales están condicionadas socialmente por una doble dimensión: por la situación y el contexto donde se desarrollan las acciones

-el campo-; y por la manera de pensar, las tendencias a actuar y a percibir el mundo -el habitus- de quien las produce. De esta manera, las prácticas sociales se conciben como el resultado del encuentro entre un habitus y un campo específicos, es decir, entre la historia objetivada (estructuras sociales externas) y la historia incorporada (estructuras sociales internalizadas) por los agentes (Gutiérrez, 1995).

Para Bourdieu (1988: 122) las estrategias de reproducción social se definen como “un conjunto de prácticas empíricamente diferentes a través de las cuales los individuos o sus familias tienden, consciente o inconscientemente, a conservar o aumentar su patrimonio y, correlativamente, a mejorar o mantener su posición en la estructura de relaciones de clase”. De acuerdo con Gutiérrez (2007) estas estrategias de reproducción dependen: a) del volumen y de la estructura del capital (económico, cultural, social y simbólico) que hay que reproducir y de su trayectoria; b) del estado del sistema de los instrumentos de reproducción, es decir, de los mecanismos objetivos que los agentes tienen a su alcance para implementar sus estrategias (por ejemplo, por la costumbre, la ley sucesoria, el mercado de trabajo, etc.); c) del estado de la relación de fuerzas entre las clases, es decir, del rendimiento diferencial que los distintos instrumentos de reproducción pueden ofrecer a las inversiones de clase o fracción de clase, y d) finalmente, de los habitus que definen los límites de lo posible y lo imposible, lo pensable y lo impensable, que el individuo incorpora a lo largo de su vida a partir de las condiciones objetivas externas en las que actúa.

Con base en una serie de estudios en donde se analizan las estrategias de reproducción social, que en contextos muy diferentes desarrollan una gran diversidad de agentes, Bourdieu (2002) identifica grandes clases de estrategias que se encuentran en todas las sociedades, pero con pesos diferentes, según el grado de objetivación del capital, y bajo formas que varían según la naturaleza del capital que trata de transmitirse y el estado de los mecanismos de reproducción disponibles.

Bourdieu (2011) señala que, dado que las estrategias dependen de las condiciones sociales de las cuales el habitus es producto -es decir, de la condición y posición de los agentes sociales (familias y/o individuos) al seno de un campo social determinado-, éstas tienden a perpetuar su identidad, manteniendo las separaciones, las distancias y las jerarquías, contribuyendo así de forma práctica a la reproducción del sistema de diferencias constitutivas del orden social.

La investigación de la cual deriva el modelo propuesto en este trabajo se planteaba, justamente, entender cómo ocurre este proceso en un contexto como el periurbano, en donde las estructuras sociales se modifican de manera radical en un lapso muy corto, colocando a los agentes sociales frente a condiciones objetivas distintas a las que constituyeron la instancia de formación de sus habitus individuales. Para ello se analizó el conjunto de prácticas sociales que emprenden los hogares y que inciden sobre los campos económico, cultural, simbólico, familiar y social. La construcción de estos campos en términos sincrónicos y diacrónicos, permitió determinar las posiciones relativas que guardan los hogares e imputar intereses objetivos cada una de ellas. Las prácticas sociales fueron analizadas e interpretadas en términos de estrategias desarrolladas por los agentes sociales en defensa de intereses ligados a la posición que ocupan en cada uno de los campos que fueron objeto del análisis.

Las interrogantes que sirvieron de guía para la elaboración de dicho trabajo se formularon en los siguientes términos: ¿cuáles son las estrategias de reproducción social que desarrollan los hogares periurbanos objeto de este estudio? ¿Qué papel desempeñan en ellas las prácticas asociadas al modo de vida rural? ¿Cómo se producen y reproducen en lo cotidiano estás prácticas? ¿Qué factores inciden en la diferenciación de las estrategias reproductivas que se producen en el interior de la interfase rural-urbana? Las respuestas a los cuestionamientos previamente enunciados dotaron de contenido empírico al modelo analítico propuesto en este trabajo, mismo que se expone con detalle en el siguiente apartado.

Discusión de resultados

A lo largo de este apartado se presenta, de forma resumida, la evidencia empírica que sirvió de base para la construcción del modelo desarrollado.

Sobre las estrategias de reproducción social

Tomando en consideración las diferentes clases de estrategias que Bourdieu (2002)) identifica como parte de su propuesta teórica, así como otras provenientes de diversos enfoques académicos (Sánchez, 1995; De Teresa, 1996; Pepin-Lehalleur y Rendón, 1989; De Oliveira y Salles; 1989, Linck, 1982; Tacoli, 2003; Gómez, 1986) que abordan el tema de la reproducción -en particular la que desarrollan los hogares campesinos-, fue posible reconocer en las localidades de estudio un patrón de estrategias recurrentes que operan a diversas escalas, en los distintos campos (económico, cultural, social y simbólico), las cuales son desplegadas por los agentes sociales o sus familias con la finalidad de conservar o aumentar su patrimonio y, correlativamente, mejorar o mantener su posición en la estructura de relaciones de clase. Si bien algunas de estas estrategias han sido analizadas de manera aislada en otros trabajos (Hernández et al., 2014; Hernández, 2016; Hernández y Rappo, 2016; Hernández, 2016b), se destacan a continuación los principales hallazgos (Anexo 2).

El análisis comparativo revela que pese a la importancia que tienen los capitales simbólico y social en las localidades de estudio, el capital económico se mantiene como la especie de capital dominante en relación con las otras variedades de capital, imponiendo su estructura a todos los campos. Bajo esta premisa, destacan en primera instancia las estrategias de inversión económica, concebidas como el conjunto de prácticas desarrolladas por los hogares con el objetivo de perpetuar o aumentar el capital acumulado bajo diferentes especies (Bourdieu, 2002). En las localidades de estudio, éstas se conforman alrededor de una práctica productiva o social dominante (producción de tabique, migración o producción agrícola) cuya naturaleza se convierte en uno de los determinantes principales, tanto de la presencia como de la intensidad con la cual se presentan las estrategias que inciden en el campo económico (Hernández et al., 2014). De esta forma es posible identificar, para cada localidad de estudio, modalidades y formas de articulación específicas entre las estrategias económicas de diversificación de labores; intensificación de la fuerza de trabajo familiar; y autoconsumo, por mencionar sólo algunas de las que aparecen de manera recurrente en la literatura académica sobre grupos domésticos urbanos y/o campesinos (Chayanov, 1974; Gómez, 1986; Sánchez, 1995; Salles, 1989; García, Muñoz y De Oliveira, 1989; Margulis, 1989).

Muchas de las estrategias identificadas se pueden catalogar como estrategias de reconversión (Bourdieu, 1988), las cuales buscan invertir el acervo poseído bajo una especie particular de capital, en otra especie distinta, con el objetivo de transformar la estructura patrimonial de capital hacia combinaciones que los agentes perciben como más eficientes. Un ejemplo muy claro de la forma en que se despliega este tipo operación, se puede apreciar en el despliegue de las estrategias educativas en sus dos principales vertientes: las que buscan incrementar el capital cultural institucionalizado bajo la forma de títulos, diplomas, licencias y/o acreditaciones con el objetivo de reconvertirlo en el largo plazo en capital económico (estrategias escolares) y las que buscan inculcar a través de la pedagogía familiar conocimientos, destrezas y competencias de distinta índole (estrategias de transmisión de capital cultural incorporado) con la intención de alcanzar, por una vía distinta, el mismo objetivo (Bourdieu, 2015). Ambos tipos de estrategias se presentan de forma distinta en cada localidad, atendiendo a las expectativas que los grupos domésticos guardan respecto a los rendimientos diferenciales que ofrecen los distintos instrumentos de reproducción a su alcance. En los casos de estudio, el análisis revela que las percepciones en torno a la posibilidad de incorporarse al mercado de trabajo, participar de los circuitos migratorios, o acceder a los canales de comercialización agrícola, son las que determinan hasta qué punto los hogares invierten en la escolarización de sus integrantes o en el desarrollo de las prácticas productivas que refuerzan el “saber hacer” local, definiendo con ello el perfil cultural de sus apuestas (Hernández, 2016).

Se pudo constatar también la existencia de estrategias éticas (Bourdieu, 2002) orientadas a inculcar la sumisión del individuo y de sus intereses, al grupo doméstico y a sus intereses superiores. Esta situación es particularmente evidente cuando se analizan las trayectorias de vida, las cargas de trabajo y las responsabilidades asignadas y aceptadas de forma “natural” por hombres y mujeres, así como las que regulan las relaciones entre las generaciones.

En cuanto a las estrategias de inversión social que buscan instaurar o mantener una red de relaciones sociales directamente utilizable o movilizable en el corto plazo (Bourdieu, 2002; Chauviré y Fontaine, 2008), fue posible apreciar que para el conjunto de los grupos domésticos analizados, las redes de parentesco constituyen la primera instancia de conformación de capital social. No obstante, las formas en que se activan los principios de la interdependencia y solidaridad familiar difieren en cada contexto. En algunas localidades predominan los hogares extendidos, organizados bajo un patrón de residencia dependiente y virilocal (estrategias de corresidencia); mientras que en otros prevalecen los hogares nucleares e independientes (estrategias de neolocalidad) (Anexo 1). El factor principal que explica el apego a cada una de estas estrategias se vincula al tipo de actividad productiva dominante a nivel local. La producción de tabique, por ejemplo, demanda la participación de la mayor cantidad de fuerza de trabajo familiar disponible, en particular fuerza de trabajo en edad productiva; mientras que la agricultura de temporal, y en menor medida la de riego, demandan la concurrencia masiva de fuerza de trabajo sólo en algunas temporadas del año, y sólo para ciertas actividades. De esta manera, los requerimientos de mano de obra familiar y el acceso y disponibilidad de recursos económicos son los principales factores que determinan la estructura e independencia de los hogares (Hernández y Rappo, 2016).

Adicionalmente se pudo constatar la presencia de estrategias de cooperación y reciprocidad (Gómez, 1986; De Oliveira y Salles, 1989) a partir de las cuales se busca crear y mantener vigente una red de vínculos que involucra a diferentes grupos domésticos. Esta red, construida a partir de la afinidad identitaria que implica la proximidad de los agentes en el espacio social, cumple un papel relevante en la conformación de mecanismos de seguridad, apoyo moral, solidaridad y ayuda mutua. Instituciones basadas en la reciprocidad y el intercambio de favores, como el “compadrazgo”, “el convite” y la “cooperación comunitaria” forman parte de los instrumentos de reproducción, vigentes a nivel local, que posibilitan la construcción de lazos permanentes y útiles de los cuales es posible extraer, eventualmente, beneficios materiales o simbólicos (Hernández y Rappo, 2016).

La importancia que otorgan los agentes sociales a los vínculos de parentesco -en particular aquellos que por constituirse en el interior del grupo doméstico son de naturaleza más sólida y permanente- explican también algunas de las estrategias de inversión biológica, tales como las estrategias de fecundidad -evidentes a partir del número considerable de hijos que tienen los grupos domésticos- y las estrategias matrimoniales, que en el caso particular de San Francisco Coapa muestran una acentuada tendencia hacia el matrimonio precoz. Ambas estrategias estarían orientadas a aumentar la fuerza de trabajo disponible al interior del grupo doméstico, así como a asegurar los cuidados continuos o discontinuos de los cónyuges en la vejez.

En cuanto a las estrategias testamentarias, las entrevistas realizadas en las localidades de estudio revelan el predominio de un sistema de herencia bilateral, en el que la tierra se hereda por igual a todos los descendientes, independientemente del orden de nacimiento y -al menos en el discurso de los agentes- sin importar el género. Esta situación ha derivado en un severo fraccionamiento de la propiedad agrícola en las tres localidades; aunque existe evidencia de que en los contextos con agricultura de riego, donde los terrenos son productivos y económicamente viables, los hogares han desplegado “mecanismos correctores” -como la herencia preferencial hacia los hijos varones y la reagrupación de tierras- que les permiten mantener la propiedad agrícola en una escala rentable (Velasco, 2005).

Llama la atención la importancia que revisten las estrategias de inversión simbólica, las cuales buscan acrecentar el capital de reconocimiento, respeto, prestigio, reputación de los agentes sociales; privilegiando, al mismo tiempo, la reproducción de los esquemas de percepción más favorables a sus propietarios y produciendo acciones susceptibles de ser apreciadas según esas categorías (Bourdieu, 2002). El interés de los agentes sociales por acumular capital simbólico se manifiesta de manera muy clara en la enorme cantidad de recursos, tiempo y esfuerzos que canalizan hacia la participación dentro del sistema de cargos tradicionales, instancia que administra la acumulación, distribución y consumo de esta modalidad de capital sumamente apreciada entre los habitantes de esta región (Hernández, 2016b).

Finalmente, en el recuento de las estrategias de reproducción habría que mencionar las estrategias que se proponen modificar la estructura del propio campo. Tal es el caso de las estrategias de ortodoxia o conservación que emprenden los agentes sociales que concentran o monopolizan el capital específico de cada campo, los cuales se resisten a modificar la estructura y la naturaleza de los capitales que son eficientes en el mismo. Este tipo de resistencias asumen por lo regular diversas formas de control social que van desde la censura o la reprobación pública, hasta sanciones de índole comunitaria que tienden a homogenizar la conducta de los agentes sociales (por ejemplo, la negación de servicios religiosos y hasta civiles a quienes incumplen con la cooperación comunitaria en las localidades de estudio). Las estrategias de herejía o de subversión, por su parte, intentan cambiar la definición de lo que cuenta como capital legítimo dentro del campo. Estas estrategias revisten de importancia en contextos donde las condiciones objetivas están sometidas a cambios y transformaciones profundas (como en el periurbano) o donde la subjetividad de los agentes sociales se ve trastocada por experiencias vitales (como las asociadas a la migración internacional). La dinámica antagónica entre ambas estrategias se puede observar de manera muy clara en la forma en que algunos agentes -en particular la población más joven, con experiencia como migrante- tienden a cuestionar las obligaciones y las jerarquías impuestas por el sistema de cargos tradicionales. O en el modo en que los jóvenes se muestran renuentes a continuar con las prácticas agrícolas, o a seguir estudiando más allá del ciclo secundario. Asimismo, la adopción de nuevas actitudes, pautas de comportamiento, esquemas de percepción, que trastocan la estructura y las formas de organización tradicional de los grupos domésticos (como el uso incipiente de técnicas de control natal o la transformación paulatina de los roles sociales y de género) podrían encuadrar como parte de estas estrategias heréticas. Vale la pena señalar que en algunas de las localidades de estudio este cuestionamiento ha derivado en una ruptura parcial del orden establecido (el caso del crecimiento de las sectas religiosas en la localidad de San Gregorio Zacapechpan), o en la subversión de las reglas del juego (el caso de los jóvenes de San Gregorio, que rompieron con la tradición que imponía el cumplimiento riguroso de todos los cargos religiosos para aspirar al máximo cargo civil), incidiendo, por tanto, en la modificación de la estructura del campo (Hernández, 2018).

Hacia la construcción de un modelo analítico

Si bien es posible trazar de modo muy general una trayectoria “modal” que rinda cuenta de las estrategias recurrentes en cada una de las localidades de estudio, es posible encontrar en cada uno de los casos analizados, grupos domésticos que por distintas razones se apartan de la misma. Esta situación nos lleva a profundizar en una de las preguntas planteadas al inicio de este trabajo: la que se interroga acerca del modo en que se producen y reproducen en lo cotidiano las prácticas sociales que, en su conjunto, integran las estrategias de reproducción social.

La respuesta a esta interrogante demanda la construcción de un modelo teórico/analítico que permita explicar los siguientes aspectos:

  1. Los mecanismos que operan en la determinación de los cursos de acción que emprenden los hogares.

  2. Los principios que subyacen tras la articulación de las prácticas contenidas en dichos cursos de acción.

  3. Los efectos de las prácticas y los cursos de acción sobre las condiciones estructurales a las cuales pertenecen los hogares.

Tomando como referencia la propuesta analítica desarrollada por Gutiérrez (2002) -quien además de enfatizar la dimensión familiar de las estrategias, incorpora de manera explícita al habitus como una categoría que permite problematizar la racionalidad de los agentes sociales y sus prácticas-, el modelo que se desarrolla en este trabajo se adscribe a una postura teórica que concibe a la reproducción como un proceso de recreación de los social, producto de acción de los sujetos y las colectividades en los ámbitos individual, familiar, comunal y societal. En términos metodológicos, este tipo de postura conlleva la articulación de varias dimensiones y niveles analíticos, así como la incorporación del análisis del cambio y la acción social, como elementos constitutivos de cualquier modelo explicativo (De Oliveira y Salles, 2000).

Para la elaboración del modelo se rescatan los postulados tanto de Anthony Giddens como de Pierre Bourdieu, en particular los que refieren a la necesidad de superar los dualismos sociológicos que suelen estar presentes en el análisis de la realidad social, en concreto, la oposición clásica entre teorías estructuralistas y teorías de la acción, entre los niveles de análisis micro y macro, así como entre las dinámicas de cambio y permanencia.

En este sentido, el diseño del modelo abreva de los conceptos de “dualidad estructural” y “proceso de estructuración”, a partir de los cuales Giddens (1995) explica el doble carácter del proceso de constitución de lo social (como estructurado y al mismo tiempo en estructuración); así como de las categorías relacionales de “campo” y “habitus” desarrolladas por Bourdieu (2011) con el objetivo de analizar los dos modos de existencia de lo social: las estructuras sociales externas, plasmadas en las condiciones objetivas que limitan o habilitan a los agentes, y las estructuras sociales internalizadas, incorporadas a esos mismos agentes bajo la forma de habitus (Gutiérrez, 1995, 2002). De esta manera se pretende analizar las prácticas y los cursos de acción que emprenden los hogares en su doble papel: como producto y como instancias de producción de las estructuras sociales.

Para explicar la elección de los distintos cursos de acción que emprenden los hogares, el modelo teórico desarrollado adopta como supuesto la noción bourdieuana de “razonabilidad”. A diferencia de la idea de racionalidad, que remite necesariamente a acciones de tipo estratégico, orientadas desde sus inicios a la consecución de tal o cual fin, la razonabilidad plantea que la mayor parte de las elecciones humanas poseen un carácter disposicional, es decir, emanan de disposiciones adquiridas con antelación que permiten a los agentes saber lo que tienen que hacer, en el momento en que lo tienen que hacer, sin plantearse explícitamente las razones por las que tienen que hacerlo (Gutiérrez, 1995, 2002).

La adopción del supuesto de razonabilidad, cuya lógica guarda cierta semejanza con la noción de “conciencia práctica” elaborada por Giddens (1995), no implica que la acción no pueda ser interpretada como orientada hacia algún fin, pero supone el reconocimiento de que el cálculo racional no estuvo en su origen. En otras palabras, dado que las estrategias o cursos de acción no se fundamentan en una intención consciente y racional, sino en las disposiciones del habitus que tiende de manera espontánea a reproducir las condiciones de su propia producción, la conducta de los individuos puede estar orientada a fines sin que esto implique que a nivel consciente esté dirigida hacia ellos. En este sentido, el modelo plantea que los agentes operan bajo una lógica propia (la lógica de las prácticas), la cual es paradójica: es lógica, pero sin reflexión consciente ni control lógico, es irreversible y está ligada a la urgencia de la práctica (Bourdieu, 1991).

Otro de los supuestos que asume el modelo que se presenta en este trabajo, es el carácter sistémico de las estrategias de reproducción. Para Bourdieu (2002) las estrategias están supeditadas a los principios de suplencias funcionales y efectos compensatorios ligados a la unidad de función. Esto significa que las estrategias son flexibles y se adaptan al entorno, por lo que una estrategia puede desplegarse para cubrir el fracaso de otra. Las estrategias escolares, por ejemplo, suelen desplegarse frente a la imposibilidad de seguir manteniendo la reproducción a partir de las estrategias de inversión económica tradicionales, ya sea por efecto de un contexto económico adverso, o por el fracaso en las estrategias de fecundidad del grupo doméstico que, por intermedio del número y sexo de los hijos, determinan la cantidad de fuerza de trabajo disponible y, por tanto, la viabilidad de la actividad económica dominante.

Lo anterior nos lleva a definir un par de características adicionales propias de los sistemas de estrategias de reproducción social: su articulación cronológica e irreversible. Esto significa que los grupos domésticos desarrollan sus estrategias en diferentes momentos de su ciclo de vida, atendiendo a los resultados de aquellas que les han precedido o que tienen un alcance temporal más corto. De esta manera se reintroduce al modelo la noción del tiempo y el análisis histórico en el marco en el cual se conciben las prácticas (Rossi, 2013). Vale la pena señalar que esta idea no es nueva, Bourdieu (2002) ya la había señalado en su estudio sobre las estrategias de reproducción y modos de dominación, afirmando incluso que esta condición de interdependencia podría llegar a extenderse a varias generaciones, por lo que una familia podría estar obligada a desarrollar durante un largo tiempo estrategias orientadas a restablecer la posición material y simbólica que llegó a ocupar en el pasado.

Finalmente, el modelo se construye asumiendo que es núcleo familiar, y no el individuo, el sujeto de las estrategias de reproducción. Lo anterior debido a que en esta unidad los individuos articulan la mayor parte de las prácticas que les permiten reproducirse en términos biológicos, materiales y sociales. Asimismo, la familia es el espacio privilegiado para la interiorización de las disposiciones primarias de los agentes; en su interior se conforman los habitus, que se constituirán como principios productores de prácticas sociales y, por tanto, de las estrategias (Gutiérrez, 2002).

El análisis comparativo de los sistemas de estrategias de reproducción social presentes en las localidades de estudio permitió identificar dos aspectos clave que permiten explicar la determinación del tipo de estrategias que despliegan los grupos domésticos estudiados: el contexto local y la estructura y trayectoria de las familias.

El primero refiere a las estructuras sociales externas que limitan o habilitan a los agentes sociales, así como al estado de desarrollo de los distintos instrumentos de reproducción. En este sentido cobran relevancia las características propias del espacio local, tales como la localización geográfica, la cantidad y calidad de los recursos disponibles, las formas de integración al mercado, el grado de penetración de los procesos urbanos, así como su evolución a lo largo de tiempo, entre otros aspectos. En el modelo propuesto dichas estructuras estarían actuando sobre la determinación de un sistema de estrategias de reproducción social en particular, al cual se ajusta la mayor parte de los hogares en una localidad.

El segundo aspecto contempla las características sociodemográficas de los hogares (ciclo de vida, composición de parentesco, tamaño y estructura genérica y etaria de las unidades); y la trayectoria vital de los mismos, en términos del recorrido histórico realizado para llegar a ocupar la posición que en un momento determinado ostentan en el espacio social. Estos atributos son los que estarían determinando en el modelo el grado de ajuste de los hogares al sistema de estrategias modal vigente en cada localidad.

En el modelo propuesto ambos aspectos se interrelacionan y afectan mutuamente en una dinámica generadora de prácticas sociales -que integran en su conjunto el sistema de estrategias de reproducción- que son fruto de la interiorización de las condiciones estructurales (el habitus) y de las experiencias colectivas e individuales de los agentes sociales.

Dada la articulación sistémica entre los componentes del modelo, cualquier cambio drástico que se presente en la estructura y composición de los grupos domésticos, así como en los diversos aspectos que conforman el contexto específico en el cual se inscribe la reproducción (estructura productiva, mercados de trabajo, procesos sociodemográficos, políticas públicas y otras) pueden dar lugar a movimientos en el habitus y, por tanto, a ajustes coyunturales o permanentes en las estrategias que los agentes sociales despliegan cotidianamente.

Aplicación del modelo en las localidades de estudio

Una vez que se ha descrito la mecánica social que subyace tras la producción y reproducción de estrategias por parte de los grupos domésticos, queda por definir, para el caso concreto de las localidades de estudio, los factores críticos en la estructura que inciden en la diferenciación de los sistemas de estrategias de reproducción social vigentes en cada localidad.

A partir de la revisión de literatura, el trabajo de campo y el análisis comparativo se determinaron los siguientes aspectos:

  1. Grado de fragmentación de la tierra. El tamaño de la propiedad agrícola bajo control del hogar constituye uno de los factores más importantes en la determinación del tipo de actividad productiva alrededor de la cual se articularán el resto de las estrategias de reproducción social. En el caso de las localidades periurbanas que cuentan con antecedentes rurales, este factor cobra especial relevancia ya que actividades como la agricultura, que requieren de un soporte físico mínimo para poder desarrollarse, sólo encontrarán cabida en contextos donde el factor tierra se encuentre disponible a escalas rentables. La carencia de tierra o la excesiva pulverización de la misma orillarán a los hogares a desarrollar estrategias de inversión económica sustentadas en otro tipo de actividades (el caso de la producción de ladrillo en San Diego Cuachayotla) y/o emprender estrategias que reduzcan la presión poblacional sobre la propiedad agrícola y que generen a su vez ingresos adicionales (el caso de la migración en San Francisco Coapa), y/o desarrollar mecanismos correctores que permitan mantener la propiedad agrícola en escalas productivas (el caso de la reagrupación de tierras o los cambios en las estrategias testamentarias en San Gregorio Zacapechpan).

  2. Cantidad y calidad de recursos disponibles. En el caso concreto de las localidades de estudio, la presencia de agua y tierra en cantidad y calidad suficiente asume un carácter crucial en tanto que ambos recursos constituyen el sustrato material imprescindible, tanto para el desarrollo de la agricultura como para la producción de ladrillo, actividades que se encuentran históricamente arraigadas en la región. La abundancia o escasez de estos recursos a escala local se convierte en un determinante, no sólo del tipo de actividad económica dominante (agricultura, alfarería o migración), sino de la modalidad específica bajo la cual ésta se lleva a cabo (en el caso de la agricultura, la producción bajo sistemas de riego, temporal o traspatio; y en el de la alfarería, la producción a nivel familiar o industrial), así como de la orientación y destino final de sus productos (para el consumo familiar, para el mercado, o una combinación de ambas).

  3. Localización, equipamiento e infraestructura. Más allá de los factores geográficos que definen las condiciones climáticas y agroecológicas de cada una de las localidades, interesa destacar dos aspectos que inciden en la conformación -y por tanto en la diferenciación- de los sistemas de reproducción social presentes en las localidades de estudio. El primero de ellos es la cercanía con la ciudad, no sólo en términos de distancia geográfica, sino también en el grado de penetración de procesos y modos de vida urbanos (aspecto que explica -entre muchos otros- las diferencias notables en el tipo de estrategias identificadas en San Diego Cuachayotla y San Gregorio Zacapechpan, ambas localidades ubicadas prácticamente a la misma distancia de la cabecera municipal). El segundo tiene que ver con el desarrollo de infraestructura que permita el aprovechamiento de los recursos disponibles, así como su canalización y vinculación con el mercado. Ejemplo de ello es el sistema de estrategias centrado en la producción de tabique que predomina en San Diego Cuachayotla, el cual no se puede explicar sin atender a la ubicación estratégica de esta localidad, al pie de una de las carreteras federales más transitadas de todo país que la vincula tanto con el Distrito Federal, como con la capital del estado. Lo mismo podríamos decir del sistema de estrategias centrado en la agricultura que predomina en San Gregorio Zacapechpan, localidad que además de estar ubicada cerca de los principales centros de acopio y comercialización de productos agrícolas, cuenta desde hace ya varias décadas con infraestructura que le permite explotar el agua del subsuelo y distribuir con oportunidad el recurso entre los productores.

Fuente: elaboración propia con base en estudios de caso.

Figura 2 Dinámica reproductiva, localidades de estudio 

Debido a que los grupos domésticos de cada localidad se encuentran igualmente expuestos -y por tanto afectados- por las condicionantes estructurales mencionadas anteriormente, es previsible que en cada una de ellas prevalezca un patrón de prácticas sociales, con características muy similares, que tiende a reproducirse. En este sentido, las diferencias que se presentan al interior de cada localidad responden a la interacción de estos factores críticos con las distintas configuraciones familiares, trayectorias y experiencias subjetivas de los agentes sociales; así como con los instrumentos de reproducción a su alcance (mercado de trabajo, derechos de propiedad, sistema escolar, ley sucesoria y otras) de cuyo estado y nivel de desarrollo depende el rendimiento de las distintas inversiones que los agentes llevan a cabo (véase figura 2).

El papel de la agricultura en las estrategias de los hogares

El análisis de los sistemas de estrategias de reproducción social en las localidades de estudio revela que la agricultura desempeña, al menos, cuatro importantes funciones:

  1. Reducción de la inseguridad alimentaria. En un ámbito como el periurbano, donde el crecimiento de la ciudad tiende a imponer su lógica, generando incertidumbre entre los agentes sociales, las prácticas agrícolas permiten afrontar el acceso inadecuado, poco confiable, o irregular de la provisión de alimentos.

  2. Uso productivo de recursos disponibles y no utilizados. Uno de los aspectos principales que diferencian a la agricultura urbana y periurbana de la agricultura tradicional, es su capacidad para adaptarse a un ambiente que cambia rápidamente, lidiar con las restricciones que impone la dinámica de la ciudad y aprovechar más eficazmente los activos y los flujos de recursos generados por la urbe. En el caso de las localidades de estudio, esta capacidad queda patente en las diversas modalidades bajo las cuales se practica la agricultura. De la agricultura comercial desarrollada en espacios abiertos, específicamente dispuestos y acondicionados para la producción a escalas productivas (San Gregorio Zacapechpan); a la agricultura que se practica en áreas cerradas, concentradas y densamente edificadas, en donde el uso del espacio, más que productivo, es netamente habitacional (San Diego Cuachayotla); pasando por la agricultura de autoconsumo en condiciones de temporal (San Francisco Coapa), la agricultura periurbana muestra una gran capacidad para adaptarse a las condiciones objetivas particulares del territorio sobre el cual se practica. Como parte de los mecanismos de adaptación, la agricultura que se desarrolla en estas localidades hace uso intensivo de los recursos humanos, materiales y espaciales disponibles, a la vez que otorga un uso productivo a los recursos insuficientemente utilizados, sobre todo a la mano de obra desempleada. Este último aspecto es muy relevante en tanto que genera a nivel local y regional oportunidades de empleo productivo que puede desarrollar la población a tiempo parcial, en combinación con otras actividades generadoras de ingreso. De esta manera la agricultura constituye una herramienta útil en la lucha contra la desocupación, el empobrecimiento y la marginación.

  3. Generación de ingresos. No es el caso de todas las localidades de estudio. Pero sí el de San Gregorio Zacapechpan, localidad en la cual existen condiciones propicias para el desarrollo de la agricultura de riego y donde las prácticas agrícolas contribuyen no sólo con la alimentación del grupo doméstico, además se perfilan como una importante actividad generadora de ingresos. Dada su especial configuración y sus muy peculiares características, se considera que la agricultura que se desarrolla en esta localidad puede generar cierto tipo de ventajas comparativas respecto a la agricultura tradicional que se practica en los espacios rurales. Dichas ventajas radican, en gran parte, en la cercanía que guarda la localidad con los núcleos urbanos y en su capacidad de adaptabilidad y movilidad respecto a la agricultura que se practica en otros espacios. Con base en estas condiciones, los campesinos de esta población han alineado la producción agrícola con las preferencias de los consumidores, cultivando productos especializados u otros que incorporan un alto valor agregado -como las hortalizas- en lugar de los cultivos básicos tradicionales. En este sentido, la ubicación privilegiada de esta localidad respecto a los principales centros de comercialización regional y a los núcleos urbanos, constituye una ventaja competitiva en términos de que permite reducir la cadena de intermediarismo, las pérdidas post-cosecha y los costos de conservación y transporte de los productos. En el caso de las localidades de San Diego Cuachayotla y San Francisco Coapa, donde predomina la agricultura de subsistencia, es necesario decir que, si bien las prácticas agrícolas no forman una actividad generadora de ingresos monetarios para el grupo doméstico, sí constituyen una importante fuente de ahorro debido a que permite canalizar a otros usos los ingresos que de otro modo tendrían que destinarse a la compra de alimentos.

  4. Recreación identitaria. En las tres localidades fue posible identificar un conjunto de factores históricos y socioculturales que posicionan a la agricultura como una práctica relevante, fuertemente arraigada en el habitus de los habitantes locales, cuyo desarrollo responde a consideraciones que trascienden cualquier racionalidad de índole económica. En este sentido, poseer una parcela, cultivar la tierra y transmitir a los hijos el conocimiento necesario para hacerla producir, forman parte de los intereses de los hogares periurbanos los cuales, pese a las condiciones estructurales adversas a la producción agrícola, despliegan toda una serie de prácticas orientadas a reforzar la identidad campesina que dota de sustento al modo de vida rural.

Como se puede apreciar, en el caso de las tres localidades consideradas en este trabajo las prácticas sociales y productivas vinculadas al modo de vida rural continúan desempeñando un papel central en el desarrollo de estrategias orientadas a la reproducción de los hogares. La agricultura se mantiene como una práctica relevante, fuertemente arraigada en el habitus de los agentes sociales, cuya práctica responde a consideraciones que superan cualquier racionalidad de índole económica, en tanto se asocia a la persistencia de un modo de vida del que no desean desprenderse. Es importante señalar, sin embargo, que la aportación específica de la agricultura a la reproducción de los hogares -y por tanto, de la centralidad que asume esta actividad dentro del sistema de estrategias reproductivas de cada localidad- se encuentra en función de los contextos específicos y de las condiciones bajo las cuales se desarrolla. Esto implica que si bien las funciones de la agricultura, expuestas en los incisos anteriores, son válidas para el conjunto de localidades estudiadas, cultivar la tierra no tendrá necesariamente el mismo significado para una familia de San Diego Cuachayotla, que carece de parcelas y cuya principal fuente de ingresos proviene de la producción de tabique, que para un grupo doméstico de San Gregorio Zacapechpan que cuenta con agua y terreno en abundancia para producir. En este sentido, la justa dimensión de las aportaciones de la agricultura a la reproducción familiar y las múltiples funciones que esta actividad desempeña en los diferentes sistemas de estrategias de reproducción social, estarán dadas por la especificidad de los marcos territoriales en donde las prácticas agrícolas ocurren.

4. Conclusiones

De acuerdo con Neiman y Quaranta (2007) los estudios de caso permiten, mediante distintas instancias de comparación, extender los resultados empíricos hacia fenómenos de similares condiciones y niveles más generales de teoría, así como elaborar explicaciones “causales” de índole local referidas a la comprensión de procesos específicos y en contextos definidos.

Bajo esta idea, el modelo analítico propuesto en este trabajo permite trascender la dimensión empírica de los casos considerados, para generar conocimiento relevante sobre la naturaleza de los condicionamientos ocultos que subyacen tras las prácticas que despliegan los agentes inscritos en el territorio periurbano. Asimismo, mediante el análisis de la producción y reproducción de la vida social en contextos sometidos a profundos cambios estructurales, se pretende ampliar el conocimiento disponible acerca del hogar periurbano, unidad de análisis insuficientemente explorada que valdría la pena analizar de manera más sistemática en otros estudios similares.

La construcción y la validación empírica del modelo previamente expuesto ponen de manifiesto el potencial del aparato teórico-metodológico propuesto por Pierre Bourdieu y desarrollado por Gutiérrez (2004) para el abordaje de las estrategias de reproducción social. A diferencia de los enfoques histórico-estructuralistas (Torrado, 1978; Duque y Pastrana, 1973) que enfatizan el papel de las estructuras como determinantes del proceso de producción y reproducción familiar, la mirada bourdieuana se dirige a una vertiente analítica que reconoce la influencia de la estructura social sobre las posibilidades de acción de los agentes, pero concediendo a éstos un papel activo en la constitución y reconstitución de las relaciones sociales. Esta forma de entender la reproducción social considera los aspectos materiales vinculados a los procesos de producción, consumo y reproducción de las familias, al tiempo que reconoce la importancia de la generación, transmisión y reproducción de valores ideológicos y culturales, afectos, conflictos y relaciones de poder que ocurren al interior de ellas. Lo anterior reviste de especial importancia, sobre todo en el contexto de los grupos domésticos campesinos, o con fuertes antecedentes rurales, que habitan el territorio periurbano, cuyos referentes subjetivos se ven confrontados de manera cotidiana con los de actores provenientes de otros ámbitos.

Por otro lado, vale la pena señalar que de la identificación y el análisis de las estrategias de reproducción a partir de este modelo se pueden desprender conclusiones interesantes, susceptibles de ser incorporadas a la formulación de políticas públicas que ofrezcan respuestas viables y oportunas a la problemática compleja que representa la gestión de los espacios periurbanos. Para el caso concreto de las localidades analizadas, por ejemplo, es posible delinear una serie de principios que debieran estar presentes en cualquier intervención orientada a mejorar las condiciones de vida de los hogares que habitan en dicho ámbito territorial, así como de otros que se encuentren bajo un marco similar al aquí planteado.

Es evidente que en la región de estudio la estructura de capital de los hogares carece de una composición que favorezca una inserción exitosa en el ámbito urbano. Frente a este hecho, la agricultura, como práctica arraigada fuertemente en el habitus de los agentes sociales, debiera ser considerada como una actividad que contribuye al fortalecimiento de la seguridad alimentaria, al tiempo que posibilita la pluriactividad y la diversificación de ingresos a nivel familiar. Lo anterior debiera verse reflejado en políticas públicas que reconozcan el papel de las prácticas agrícolas en las estrategias de reproducción de los hogares periurbanos y promuevan su revalorización a partir de las múltiples funciones que desempeñan en los ámbitos económico, ecológico y social.

Al mismo tiempo, frente a la evidencia de que la agricultura ha dejado de ser un patrimonio compartido de manera homogénea por todos los habitantes del periurbano, cualquier estrategia de intervención debiera responder a un concepto amplio de desarrollo rural que contemple al conjunto de actividades, actuales y potenciales, agrícolas y no agrícolas, necesarias para la construcción de medios de vida sostenibles.

Como se puede observar, además de su amplia capacidad para explicar la dinámica reproductiva del mundo social, el modelo analítico propuesto constituye una importante herramienta de diagnóstico que puede ser útil en la formulación de políticas públicas que busquen ordenar las interacciones recíprocas o sinérgicas entre el campo y la ciudad, e incidir favorablemente en las condiciones de vida de los grupos domésticos que habitan el territorio periurbano.

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1San Diego Cuachayotla es una localidad conurbada donde habitan 6,697 personas. El 69% de la población ocupada labora en el sector secundario, 22% en el terciario y 8% en el primario. Se calcula que existen alrededor de 470 familias que se dedican a la actividad ladrillera en poco más de 322 hornos. En San Francisco Coapa habitan 2,637 habitantes. El 33.5% de la población ocupada labora en el sector primario, 52.14% en el secundario y 14.3% en el terciario. En el periodo 1990-2000 la población de San Francisco Coapa registró una tasa de crecimiento promedio negativa del orden de -0.85%. Entre 2000-2010 esta tasa decreció a un ritmo galopante (-3.4%). De hecho, la población total registrada en el año 2010 es menor que la que tenía esta localidad a mediados de los años ochenta. En San Gregorio Zacapechpan habitan 6,959 personas. El 72.5% de la población ocupada labora en el sector primario, 21% en el sector terciario y apenas un 6.5% en el sector secundario. En el periodo 1990-2000 la migración en esta localidad se disparó de forma alarmante, registrando una tasa de crecimiento promedio anual negativa del orden de -1.23%. Si bien esta tendencia se atenuó en los años siguientes, lo cierto es que el número actual de habitantes es prácticamente el mismo que el que se consigna en el censo de 1990, lo cual da una idea de la magnitud del fenómeno migratorio (Hernández, 2011).

Anexo 1

Localidad

#

Tipo de hogar

Clase

Integrantes

Jefatura

Patrón de residencia

Modalidad

Observaciones

San Diego C.

1

Familiar

Compuesto

7

Masculina

Dependiente

Virilocal

2

Familiar

Compuesto

10

Masculina

Dependiente

Virilocal

3

Familiar

Compuesto

7

Masculina

Dependiente

Virilocal

4

Familiar

Compuesto

8

Masculina

Dependiente

Virilocal

5

Familiar

Compuesto

14

Masculina

Dependiente

Matrilocal

6

Familiar

Compuesto

6

Femenina

Dependiente

Virilocal

En condición de viudez

7

Familiar

Compuesto

7

Masculina

Dependiente

Virilocal

8

Familiar

Nuclear

5

Masculina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno temporal

9

Familiar

Compuesto

8

Masculina

Dependiente

Virilocal

10

Familiar

Extenso

5

Femenina

Dependiente

Matrilocal

En condición de viudez

11

Familiar

Compuesto

9

Masculina

Dependiente

Virilocal

Migrante de retorno

12

Familiar

Nuclear

7

Masculina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno permanente

13

Familiar

Nuclear

7

Masculina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno temporal / 5 hijos en EU

San Francisco C.

14

Familiar

Nuclear

3

Masculina

Independiente

Neolocal

2 hijos en EU

15

Familiar

Nuclear

5

Masculina

Independiente

Neolocal

16

Familiar

Nuclear

6

Femenina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno temporal

17

No Familiar

Unipersonal

1

Masculina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno permanente / 5 hijos en EU

18

Familiar

Nuclear

4

Masculina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno temporal / 3 hijos en EU

19

Familiar

Nuclear

7

Masculina

Independiente

Neolocal

3 hijos en EU

20

Familiar

Nuclear

5

Femenina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno temporal / esposo en EU

San Gregorio Z.

1

Familiar

Nuclear

3

Masculina

Independiente

Neolocal

2

Familiar

Compuesta

5

Masculina

Dependiente

Matrilocal

Migrante de retorno parmanente

3

Familiar

Nuclear

2

Masculina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno permanente

4

Familiar

Nuclear

5

Masculina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno temporal

5

Familiar

Nuclear

8

Masculina

Independiente

Neolocal

4 hijos en EU

6

Familiar

Nuclear

5

Masculina

Independiente

Neolocal

Migrante de retorno temporal

7

Familiar

Nuclear

8

Masculina

Independiente

Neolocal

Anexo 2

Estrategias de reproducción social, localidades seleccionadas, San Pedro Cholula, Puebla

Localidades

CAMPO ECONÓMICO (Estrategias de inversión económica)

CAMPO CULTURAL (Estrategias educativas)

De diversificación de labores

De intensificación de la fuerza de trabajo familiar

De autoconsumo

De inversión escolar

San Diego Cuachayotla

Medianamente diversificada. La producción de tabique (actividad principal) se combina con empleos urbanos

Uso intensivo de la fuerza de trabajo familiar debido a los requerimentos de mano de obra y fuerza física que demanda la producción de tabique

Producción de maíz bajo sistema de traspatio y cría de ganado vacuno, ovino, aves de corral y cerdos paa el consumo familiar

Estrategia reconocida y percibida como vía de ascenso social. Se destina gran cantidad de tiempo y recursos en la educación formal.

San Francisco Coapa

Altamente diversificada. La migración internacional (actividad principal) se combina con la agricultura de temporal dentro de la localidad y/o fuera de la localidad (como jornaleros)

Uso moderado de la fuerza de trabajo familiar, debido que la agricultura de temporal demanda la concurrencia de mano de obra sólo en determinadas épocas del año

Producción de maíz y frijol a cielo abierto bajo sistema de temporal y cría de ganado vacuno, ovino, aves de corral y cerdos para el consumo familiar

Poco desarrollada. Los agentes perfieren apostar a la migración como instrumento de reproducción. La escuela únicamente hasta el nivel primario o secundario

San Gregorio Zacapechpan

Altamente diversificada. La producción y comercialización de hortalizas (actividad principal) se combina con la migración internacional

Uso intensivo de la fuerza de trabajo acorde con la agricultura comercial que se desarrolla todo el año

Producción de hortalizasa cielo abierto bajo sistema de riego que se destina al mercado. Producción de maiz y cría de ganado vacuno, ovino, aves de corral y cerdos para el consumo familiar

Poco desarrollada. Los agentes perfieren apostar a la migración como instrumento de reproducción. La escuela únicamente hasta el nivel primario o secundario

CAMPO CULTURAL (Estrategias educativas)

CAMPO SOCIAL (Estrategias de inversión social)

De transmisión de capital cultural incorporado

Éticas

De corresidencia

De unilocalidad

De cooperación y reciprocidad

Incluye conocmientos, destrezas, competencias y habilidades vinculadas con la producción de tabique, y en menor medida, la agricultura de temporal

Observables en obligaciones simbólicas como: heredar a los hijos un terreno o cuidar a los padres en la vejez; y en la naturalización de la sumisión de las mujeres que se traduce en dobles y triples jornadas

Muy extendida. Asume un patrón patrivirilocal

Poco extendida

Verificable a partir de instituciones como el compadrazgo, el padrinazgo, el convite y la cooperación comunitaria

Incluye conocimientos, destrezas, competencias y habilidades vinculadas con la agricultura de temporal y las prácticas migratorias

Observables en obligaciones simbólicas como: heredar a los hijos un terreno o cuidar a los padres en la vejez; y en la naturalización de la sumisión de las mujeres que se traduce en dobles y triples jornadas

Poco extendida. Estrategia actualmente en desuso

Muy extendida. Desarrollada sobre todo por los grupos domésticos de reciente formación. Vinculada a la migración

Verificable a partir de instituciones como el compadrazgo, el padrinazgo, el convite y la cooperación comunitaria

Incluye conocimientos, destrezas, competencias y habilidades vinculadas con la agricultura comercial y las prácticas migratorias

Observables en obligaciones simbólicas como: heredar a los hijos un terreno o cuidar a los padres en la vejez; y en la naturalización de la sumisión de las mujeres que se traduce en dobles y triples jornadas

Poco extendida. Estrategia actualmente en desuso

Muy extendida. Desarrollada sobre todo por los grupos domésticos de reciente formación. Vinculada a la migración

Verificable a partir de instituciones como el compadrazgo, el padrinazgo, el convite y la cooperación comunitaria

Localidades

CAMPO FAMILIAR (Estrategias de inversión biológica)

De fecundidad

Matrimoniales

Testamentarias

San Diego Cuachayotla

Predominio de grupos domésticos numerosos (tasa de fecundidad por encima de la media municipal)

Predominio de sistema de herencia bilateral

San Francisco Coapa

Predominio de grupos domésticos numerosos (tasa de fecundidad por encima de la media municipal)

Predominio de matrimonio precoz

Predominio de sistema de herencia bilateral

San Gregorio Zacapechpan

Predominio de grupos domésticos numerosos (tasa de fecundidad por encima de la media municipal)

Predominio de sistema de herencia preferencial hacia los hijos varones. Vinculado al mantenimiento de la propiedad agrícola en escalas rentables

CAMPO SIMBÓLICO (Estrategias de inversión simbólica)

TODOS LOS CAMPOS

De acumulación de capital simbólico

De reconversión

De ortodoxia

De herejía

Mediada por el sistema de cargos tradicionales

Ejemplo: capital social (familiar) que se reconvierte en capital económico, a partir de la participación del grupo doméstico de reciente formación en los talleres de ladrillo del grupo doméstico de origen

Verificables a partir de las sanciones religiosas y civiles a quienes incumplen con la cooperación comunitaria

Ejemplo: las expresiones recurrentes de hartazgo y cuestionamiento hacia el gasto suntuario y la cooperación comunitaria

Mediada por el sistema de cargos tradicionales

Ejemplo: capital económico convertido en capital social a partir de las estrategias de cooperación y reciprocidad, se vuelve a reconvertir en capital económico, cuando un miembro de la comunidad recurre a las redes migratorias

Verificables a partir de las sanciones religiosas y civiles a quienes incumplen con la cooperación comunitaria. También en la resistencia a vender la tierra a personas ajenas a la comunidad

Ejemplo: adopción de prácticas que trastocan la estructura y forma de organización tradicional del grupo doméstico (uso de técnicas de control natal o cambios en roles de género)

Mediada por el sistema de cargos tradicionales

Ejemplo: el capital económico que implica el cumplimiento de los servicios y obligaciones inherentes al sistema de cargos tradicionales, se convierte en capital simbólico y éste a su vez en otras especies de capital

Verificables a partir de las sanciones religiosas y civiles a quienes incumplen con la cooperación comunitaria. También en la actitud hostil hacia agentes urbanos

Ejemplo: el crecimiento de la iglesia de los Testigos de Jeovhá, los cuales están exentos de la participación de el sistema de cargos y del gasto que implica

Recibido: 20 de Febrero de 2019; Aprobado: 07 de Noviembre de 2019

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