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Espiral (Guadalajara)

versión impresa ISSN 1665-0565

Espiral (Guadalaj.) vol.22 no.62 Guadalajara ene./abr. 2015

 

Sociedad

 

Los comuneros de Mezcala en confrontación con las redes institucionales de poder

 

The struggle of comuneros of Mezcala against the institutional networks of power

 

Inés Durán Matute*

 

* Candidato a Doctora de Artes y Ciencias Sociales, Departamento de Estudios Españoles y Latinoamericanos, Universidad de Sídney (Australia). ines.duran@sydney.edu.au

 

Fecha de recepción: 25 de julio de 2014.
Fecha de aceptación: 18 de septiembre de 2014.

 

Resumen

El objetivo de este artículo es reconstruir los hechos que atravesó la comunidad indígena de Mezcala cuando el gobierno mexicano decidió realizar una de tantas celebraciones del bicentenario de la Independencia en su isla. Es a través de las narrativas de los comuneros y jóvenes en solidaridad que se desenmascaran las redes institucionales de poder que permitieron la apropiación material y simbólica de los festejos y se revelan las distintas acciones gubernamentales con esta mira. Asimismo, se pone en evidencia la complejidad y conexiones (global-nacional-local) de las redes de poder y los puntos de negociación abiertos en donde se confrontan las distintas visiones de "desarrollo" que delinean los proyectos para la comunidad.

Palabras clave: bicentenario, redes de poder, instituciones, pueblos indígenas, desarrollo.

 

Abstract

The aim of this paper is to reconstruct the events underwent by the indigenous community of Mezcala when the Mexican government decided to organize on the Isla de Mezcala one of many celebrations of the Bicentennial of Independence. It is through the narratives of comuneros and young supporters that the institutional networks of power and various governmental actions that allowed the material and symbolic appropriation of the celebrations are unmasked. Likewise, this article proposes to highlight the complexity and connection (global-national-local) of the networks of power and to show the negotiation points opened where different visions of 'development' are confronted that further outline community projects.

Keywords: Bicentennial Anniversary of Mexican Independence, networks of power, institutions, indigenous people, development.

 

Cada 25 de noviembre en nuestra
comunidad nos alegramos y
celebramos la lucha de nuestros
Insurgentes [que] por más de cuatro
años, entre 1812-1816, sostuvieron
una de las más dignas rebeldías
indígenas contra los españoles. El
escenario fue la isla de Mezcala, en
ella pulsa y vive la sangre de nuestros
antepasados, en ella se refugia
la memoria de nuestro pueblo y en
ella reafirmamos nuestra identidad
como pueblo originario.

Comunidad indígena de Mezcala.

 

Con estas palabras, el 25 de noviembre de 2007, la Asamblea de Comuneros junto con varios pobladores de Mezcala, iniciaron una declaratoria para defender su territorio ante las amenazas que llegaban con motivo de la celebración del famoso bicentenario de la Independencia. A partir de este momento se comenzó a divulgar una parte de nuestra historia que había sido borrada de libros de texto y marginada de la historia nacional oficial. En Mezcala se vivió una batalla importante del movimiento de Independencia, en donde el Padre Marcos Castellanos junto con Encarnación Rosas y José Santana lideraron una guerra y resistencia contra los realistas bajo condiciones precarias, enfermedades y hambre.

Después de cuatro años de batalla, el 25 de noviembre de 1816, se negoció la paz y los insurgentes consiguieron que se les devolvieran sus tierras y que se reconstruyeran sus casas; asimismo, se les condonó el pago de impuestos, se les dotó de semillas y bueyes y se declaró a Santana gobernador (Ochoa Serrano, 2006). Así, hasta el día de hoy, esta historia es recordada como una victoria por los mezcalenses pues lograron defender sus tierras una vez más. Bajo este escenario, es importante mencionar que ellos poseen un título virreinal fechado en 1534, que aunque se debate su autenticidad y anacronismo (Castillero, 2005), esto se torna irrelevante, al señalar no solo el reconocimiento como legítimos dueños de aguas, tierras, montes, cerros e islas, tras la compra por mil ducados de plata y doscientos más para gastos de justicia, sino que, asimismo, respalda la historia de defensa de su territorio y posesión de larga data. Estos datos resultan significativos para contextualizar la situación actual en donde el gobierno ambiciona no solo incluir, sino recuperar y apropiarse de esta historia y territorio.

Tan deseable tierra de la comunidad indígena de Mezcala, está ubicada a la orilla del Lago de Chapala en Jalisco, y cuenta con un área de 3602 hectáreas y dos islas. Fue en el año 2002, cuando el gobierno construyó la carretera para conectar a la comunidad con Chapala y otros pueblos vecinos donde las amenazas turísticas aumentaron. Así, Mezcala ahora está a solo una hora de la zona industrial de El Salto, enlazados por una serie de camiones que recogen trabajadores en los tres turnos para que trabajen con bajos salarios en las maquiladoras. Más importante aún, Mezcala está a quince minutos de Chapala y Ajijic donde el turismo residencial estadounidense y canadiense se ha expandido considerablemente, y a una hora y media de Guadalajara de donde sus habitantes salen en busca de casas de fin de semana. Además, la comunidad ha sufrido una serie de transformaciones, como es el caso de su organización política con la conformación de una Asamblea de Bienes Comunales con cuatrocientos seis comuneros en los años cincuenta,1 quienes eligen a sus representantes y deciden los asuntos de la comunidad. De esta manera, Mezcala si bien pudiera ser visto como un típico pueblo mexicano, esconde desde vestigios, petroglifos y pinturas rupestres, hasta una amalgama de tradiciones, costumbres y fiestas; por lo que junto con su historia y territorio, todos estos elementos dan la pauta para que los pobladores usualmente se identifiquen como indígenas y algunos de ellos aludan a su origen como pueblo coca. Ellos han ido redefiniendo el ser indígena, a pesar de haber perdido su lengua y vestimenta desde el siglo XIX.

No obstante, actualmente, el problema radica en que estos cinco mil ochocientos setenta y un habitantes, no son reconocidos por el gobierno como indígenas, ya que con la reforma al artículo segundo de la Constitución Mexicana se le otorgó el poder a las constituciones estatales de decidir quién es o no indígena. Así, en 2006, el estado de Jalisco decretó la Ley sobre los Derechos y el Desarrollo de los Pueblos y las Comunidades Indígenas del Estado de Jalisco donde a los pueblos indígenas de la Rivera del Lago de Chapala se les dejó de reconocer argumentando la pérdida de su lengua y vestimenta e ignorando la autoidentificación como criterio fundamental. Esta ley sin duda muestra la falta de respeto al Convenio 169 de la OIT y a los Acuerdos de San Andrés, mientras que se utiliza la antinomia en materia legislativa en contra de las poblaciones indígenas. Han sido numerosos los intentos del gobierno para debilitar a la comunidad, y la narración acerca de los festejos del bicentenario de la Independencia, arrojan los mecanismos utilizados pero también las redes de poder que han permitido tal abuso de las autoridades.

 

Marco teórico-metodológico

Primero, quisiera advertir que este artículo toma como base mi tesis doctoral en proceso, por lo que de ninguna manera es exhaustivo ni conclusivo, por el contrario, busca incitar la conversación para enriquecer tan importante debate sobre el papel de los pueblos originarios, viendo por un lado, la exclusión, marginación y represión por parte del gobierno y, por el otro, los espacios de diálogo abiertos. Sin embargo, para este análisis se parte de mi trabajo de campo desde julio de 20082 y de un marco teórico-metodológico similar basado principalmente en la Etnografía Institucional propuesta por Dorothy E. Smith (2005). Por lo que siguiendo esta línea se busca eliminar la dicotomía entre teoría y práctica, entre investigadores y luchadores sociales, y establecer un sociología para cambiar el mundo (Kinsman, 2006); en breve, se intenta realizar una investigación con y no acerca o de. Así, inspirada en esta metodología primero, reconocí mi lugar de enunciación y pensamiento, ya que no es neutral sino reflexivo.

Segundo, partí desde la posición local diaria de los sujetos y de cómo están inmiscuidos en una red institucional, por lo que esta investigación es guiada por sus narrativas para recuperar su experiencia, y así, establecer un proyecto dialógico. Esto es posible gracias al uso del concepto de "relaciones de dominación" para conectar los niveles micro y macro sociales de cómo el poder está organizado e influencia las realidades locales (Campbell y Gregor, 2004). No hay que olvidar que poder es "una situación estratégica compleja en una sociedad dada", es decir, que no se tratan de instituciones o un sistema de dominación, sino que es constitutivo de todo tipo de relaciones de fuerza, por lo que se encuentra en todas partes (Foucault, 2005). De esta manera, el concepto de relaciones de dominación no debe entenderse como simple dominación desde arriba, sino como una forma de conocimiento y organización de la sociedad (Smith, 2005). Esto es, siguiendo las ideas de Louis Althusser (2001), se argumenta que dentro del Estado existen Aparatos Ideológicos que contienen instituciones que funcionan bajo la ideología de la clase dominante, disponiendo una serie de ideas, representaciones y prácticas. Es así que, estas relaciones de dominación se basan tanto en prácticas como en representaciones simbólicas para organizar las relaciones que nos conectan, para manejar el mundo en distintos contextos de lo local hacia lo global.

Por consiguiente, mi objetivo es realizar un mapeo de las relaciones sociales desde la perspectiva de los subyugados para revelar cómo el poder funciona y su ideología se expresa en las acciones y discurso de los sujetos vinculados a relaciones sociales extendidas, encontrando la conexión entre lo global y lo local, utilizando lo que los actores saben, hacen y dicen. Es decir, se utilizan las narrativas de los comuneros y jóvenes en solidaridad de Mezcala, para reconstruir los hechos, desenmascarar las relaciones institucionales de poder y revelar las distintas acciones gubernamentales que permitieron la apropiación material y simbólica de los festejos. Así, se intenta evidenciar como las personas están organizadas viendo los vínculos, la interacción, los impactos entre las relaciones sociales e institucionales locales y globales con el fin de ubicar los puntos donde es posible un cambio.

En cuanto al marco teórico, por falta de espacio no puedo ahondar en todas las teorías utilizadas, pero quisiera aclarar que esta investigación toma como referente las discusiones en torno a las teorías de centro-periferia (Prebisch, 1986), dependencia (Cardoso y Faletto, 1977; Gunder Frank, 1989), sistema-mundo (Wallerstein, 1976), desarrollo crítico (Escobar, 1992) y modernidad/colonialidad (Grosfoguel, 2006; Quijano, 1992; Mignolo, 2003). De esta manera, sugiero recuperar, debatir y expandir estas propuestas, al conectar lo micro con lo macro, desafiar la idea europea de un desarrollo lineal mientras se perciben sus dos características -como discurso hegemónico e instrumento económico-, resaltar la relación desigual entre el centro y la periferia reconociendo los puntos medios, corroborar el apoyo de las élites locales y destacar las redes e instituciones que perpetúan el conocimiento y las prácticas establecidas por un sistema-mundo moderno/colonial/capitalista. En breve, se trata de demostrar los múltiples ciclos internos-externos simultáneos e interdependientes, donde se reproduce, imita, impone, pero sobretodo sustenta esta lógica dominante. Lo que se intenta es entender las principales tendencias en la interfaz de poder global-nacional-local y revelar la posición del grupo en cuestión con el fin de encontrar caminos alternativos. Con esta base teórica-metodológica se pone en evidencia la complejidad de las redes de poder y los puntos de negociación abiertos en donde se confrontan las distintas visiones de "desarrollo" y los proyectos para la comunidad, tanto dentro como fuera del modelo neoliberal.

 

La apropiación material y simbólica del bicentenario

En el año 2005, el gobierno puso sus ojos sobre la isla principal de Mezcala, incorrectamente conocida como la Isla del Presidio, para iniciar los trabajos necesarios para llevar acabo ahí una de tantas celebraciones del bicentenario de la Independencia de México. Esta isla ha pertenecido a la comunidad desde tiempos inmemorables, hecho reconocido por el gobierno mexicano en el Acta de Deslinde y Amojonamiento Definitivo (1997), por lo que no es propiedad municipal ni estatal ni federal, es comunal y todo lo concerniente a ella debe de ser ejecutado a través de los comuneros, la máxima autoridad comunitaria. No obstante, fue el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) la institución encargada de restaurar los restos arqueológicos junto con Secretaría de Cultura Jalisco (SCJ) y el Gobierno municipal de Poncitlán. El problema con este proyecto se desató al no consultar a las autoridades comunitarias, percibiendo los comuneros esta acción como una ofensa y con la intención de privatizar su isla:

[...] nos quieren privatizar a nosotros, quieren que para ir a la isla necesitamos pagarles y no. ¿Cómo les vamos a pagar si somos dueños de la isla? ¿Cómo? (Entrevistado 2, 2012).3

El gobierno argumentó que es patrimonio nacional, desconociendo la posesión y el cuidado que le han dado los comuneros durante los pasados quinientos años (Martínez Moreno, 2009, pp. 13-14). Es paradójico como el Gobierno de Jalisco desconoce a Mezcala como comunidad indígena, mientras busca la promoción turística del lugar por su riqueza histórica y cultural (Durán Matute, en prensa). En cambio, el 'Colectivo Mezcala', integrado por jóvenes de la comunidad, desde 2003 comenzó a articular su reconocimiento y defensa. Se enlazaron con los zapatistas, lo que propició que en noviembre de 2006 llevarán a cabo el Foro Nacional en Defensa de la Madre Tierra y la Autonomía de los Pueblos Indígenas, permitiendo la reflexión y discusión en torno a temas como la autonomía, territorio, manejo de recursos naturales, la lucha anticapitalista y antineoliberal, y la Otra Campaña; la vinculación con otras comunidades del país que experimentan situaciones similares, especialmente a través del Congreso Nacional Indígena (CNI) y el reforzamiento de su proceso autonómico (Martínez Moreno, 2008).

Retomando lo sucedido con las obras en la isla, el proyecto no solo negó la autoridad de los comuneros sino que fomentó una forma de turismo cultural donde los habitantes son percibidos como objetos de folclor mientras se intentaba privatizar su tierra y se llevaba a cabo una restauración inapropiada (Alonso, 2010, pp. 320-322). De hecho, la privatización acechó a la comunidad a lo largo del siglo XX, pero más fuertemente a partir de 1994 cuando Carlos Salinas arrancó el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (PROCEDE). Recientemente, en 2005, 2011 y 2013 -bajo el nombre de FANAR, la comunidad ha rechazado su implementación a pesar de los engaños por parte de las autoridades y los esfuerzos que el principal invasor de Mezcala, un empresario tapatío han hecho. Un joven narra estos hechos:

Esta vez llega FANAR con los supuestos programas de reforestación a invadir los bosques [...] y empezaron a aventar el proyecto. Entonces, ya cuando hablaron la concesión de los cerros, pues no... un comunero de la tercer edad... ahorita ellos saben cómo llegar y cómo revolverlo, cómo confundirlo... y pues prácticamente sí los estaban animando [...]. Entonces, por ahí nos fuimos metiendo y fuimos entendiendo que era lo mismo la situación del PROCEDE, pero era la privatización de los cerros, o sea, el programa de FANAR, que ahora representa la situación del bosque, no se viene más que para la protección del susodicho de allá arriba [el invasor], porque está en el bosque. Y él es el primeritito que va a solicitar una concesión de bosque (Entrevistado 14, 2012).

Esta clase de programas son diseñados para proteger y asegurar los intereses de las élites económicas, mientras que los gobiernos obtienen algunos beneficios. Esta invasión de aproximadamente diez hectáreas en el cerro del Pandillo inició en el año de 1998, y conforme ha pasado el tiempo las confrontaciones se han incrementado y radicalizado, al punto de involucrar la creación de una fuerza paramilitar y llevar a cabo la orden de aprehensión en contra de diez comuneros y habitantes de la comunidad. Más aún, hasta la fecha el juicio agrario comenzado en 1999 sigue sin resolverse y se ha visto atestado de irregularidades, debido a la estrecha conexión entre el gobierno y el empresario, sus acciones e intereses. Así, lo relata un habitante:

[...] compra a las autoridades, la corrupción aquí entra el Ministerio Público, un presidente municipal, la misma policía y a nivel estado, pues algún, pues también alguno de ellos también, es lo que, lo que ha hecho por las mismas influencias que tiene en el gobierno, por su poder económico (Entrevistado 18, 2012).

De igual forma, son varias las instituciones conectadas por intereses económicos en las obras en la isla para convertir el lugar en una atracción turística, visto en el contexto del avance del turismo residencial en la región. El gobierno no ha sido indiferente y ha colaborado a través de la ya mencionada reforma legal y construcción de la carretera, con el fin de limpiar el camino al capital extranjero y establecer zonas residenciales y turísticas. De hecho, en una entrevista el presidente municipal Carlos Rodolfo García Becerra (2004-2006), declaró que se tenían planeado cinco o seis complejos habitacionales en las tierras previas a Mezcala, por lo que durante su gobierno se ejecutaron los planes para bienvenir al capital (Martínez Moreno, 2008, p. 43-45). Los habitantes de Mezcala, de esta manera, identifican que el neoliberalismo los está forzando a despoblar el campo y vender sus tierras (Alonso, 2010, p. 318). Un comunero identifica el engaño que el gobierno quiere acometer para supuestamente fomentar el "desarrollo" de la comunidad:

El gobierno aquí no nos ha dado nada, nada, ni Poncitlán nada, ni nadie para acabar pronto y yo no sé a qué se debe algunas gentes creen que con meter ricos en la tierra que tenemos nos vamos a beneficiar y no. No, nos vamos a perjudicar porque esos ricos vienen a chingarnos la tierra hablando con perdón suyo, si y eso es lo que no queremos (Entrevistado 6, 2012).

Debido a estos intereses la forma en cómo se llevó la restauración fue sin preservar ni proteger los restos arqueológicos. Tal como lo denuncia un joven de la comunidad:

[...] ellos quieren o quisieron reconstruir este tipo de historia porque es más bien el turismo que les deja económicamente más dinero, ¿no? Ellos no reconstruyen la historia como es, porque la verdadera historia no les favorece, así como no les propicia unos edificios chingones para que atraiga a la gente y vaya a conocer la historia (Entrevistado 16, 2012).

No solo se ha intentado poner en marcha un fideicomiso para controlar y cobrar la entrada a la isla, buscando el cambio de uso de suelo, sino que también los métodos y técnicas utilizados fueron inadecuados y hubo poca seriedad por parte de las autoridades. La rehabilitación de los edificios no obedece a la restauración del fuerte en donde lucharon los insurgentes, por el contrario se reconstruyó la prisión que posteriormente los españoles erigieron como venganza simbólica, lo que fue considerado como un ataque a su identidad, historia y valores comunitarios (Durán Matute, en prensa). Por consiguiente, desde 2007 los comuneros comenzaron un proceso de oposición a través de diversas actividades y declaratorias donde denunciaban la incorrecta restauración y los intentos de convertir su isla en un destino turístico, de mercantilizar su historia y apropiarse de sus festividades (Alonso, 2012). Ellos no están de acuerdo con convertir su isla en un espacio turístico y no histórico (Durán Matute, en prensa). Así, en enero de 2008 los comuneros entregaron una carta al INAH solicitando una reunión con ellos para que se les informe sobre las acciones llevadas a cabo por dicha institución (Torres, 2008b). En vista de los pobres resultados, en febrero de 2008 los comuneros organizaron una asamblea a las afueras de la finca del invasor para denunciar al invasor y la "creciente especulación inmobiliaria y turística" (Colectivo Sacco y Vanzetti, 2008). En esta reunión asistieron los pueblos wixaritari y purhépecha, gracias a su enlace con el CNI, así como un conjunto de organizaciones y movimientos sociales. Precisamente, aquí se redactó una declaratoria donde estos pueblos se solidarizaron y denunciaron la incompatibilidad con la visión de "desarrollo" desplegada por el gobierno:

[...] manifestamos nuestro total rechazo a las pretensiones de los malos gobiernos federal, estatal y municipal, en contubernio con empresarios y caciques de despojar a nuestros hermanos cocas de Mezcala de sus recursos, patrimonio histórico y territorio. Sabemos por nuestra propia experiencia, que escondidos detrás de supuestos objetivos de "progreso", "protección ambiental y arqueológica" o "desarrollo", se encuentran las ambiciones de los poderosos de explotar para su beneficio los recursos aún preservados por nuestros pueblos y comunidades gracias a nuestra resistencia de siglos (Comunidades Wixaritari y Comunidad Purhépecha Ireta, 2008).

Asimismo, los jóvenes y comuneros habían entablado lazos con académicos para buscar su apoyo, quienes solidarizados con su causa no solo han realizado manifestaciones y declaraciones, sino que los han provisto de fondos y ase-soramiento, siempre aprendiendo unos de otros. De esta manera, las acciones de los comuneros fueron secundadas por parte de trabajadores del INAH quienes cómo es el caso del arquitecto Cuauhtémoc De Regil (2009) denunciaron la falta de respeto hacia nuestro patrimonio:

Actualmente se continúan los trabajos bajo criterios poco claros y en donde el protagonista central es el deseo de llevar a cabo las celebraciones del bicentenario de la Independencia, celebraciones que tienen un presupuesto jugoso para muchos empresarios que en la etapa histórica que vivimos es estímulo para medrar con los recursos del Estado como benefactor, no de la sociedad, sino sobre todo de los particulares, contratistas, proyectistas, constructoras y otros que con una visión mercantil aprovechan el patrimonio para su beneficio y no en el de la sociedad.

Este hecho no solo demostró los problemas internos del INAH por sus prácticas burocráticas y corruptas, sino que reveló como se favorecieron a los contratistas, quienes han permanecido en la sombra, mientras que la comunidad y su historia quedaron relegadas. Como otras obras públicas en México, se denunció también el desvío de fondos y mal manejo de dinero. Curiosamente, se reportó que debido a un error técnico las obras en la isla perdieron 20 millones de pesos que fueron retenidos por Secretaria de Hacienda (Pérez Vega, 2008). Como lo sintetiza un habitante de la comunidad:

[...] entonces ellos como concesión han manipulado las cosas a su manera, han politizado las obras, ha habido desvío de fondos, ha habido despilfarro de dinero y solamente se han beneficiado, como nos dice Cuauhtémoc del Regil en su artículo que escribió. Por eso le llamó en su título "Mezcala. Patrimonio Desprotegido", porque solamente se han beneficiado los políticos, los proveedores de materiales a la Isla, clasificados entonces de cuates y de amigos, 'es de la gallana, es de mi partido' y de esa manera es cómo han hecho sus obras ellos ahí y dónde la comunidad no ha tenido mucha participación (Entrevistado 18, 2012).

Ante esta situación en abril de 2009 los comuneros exigieron la rendición de cuentas por parte del INAH, Secretaría de Cultura Jalisco y el Gobierno de Poncitlán para aclarar que se hubiera respetado el patrimonio y los rumores sobre la creación de un fideicomiso; al igual que conocer el impacto ambiental y cultural, el futuro de la isla y el manejo de fondos. Se les invitó a una asamblea para entablar un diálogo, pero solo dos representantes jurídicos asistieron a entregar unos documentos. La respuesta de las autoridades era un reporte en conjunto donde no solo rechazaron el diálogo sino que no aclararon las preguntas hechas desenmascarando la corrupción y relaciones de poder entre estos organismos, quienes delegan uno a otro toda responsabilidad (Martín, 2009), desconocen la autoridad comunitaria y favorecen a quienes puedan fungir como sus aliados políticos y económicos. De esta manera, mientras que a unas familias se les intentó impedir que llevaran a cabo sus actividades de subsistencia, como son la pesca y el cultivo del chayote en la isla (Martínez Moreno, 2012), se buscaron facciones interesadas en la comunidad que apoyaran el proyecto. Los lancheros fueron unos de ellos, por lo que actualmente se denuncia la ganancia de unos cuantos a expensas del resto de la población:

Cuando quisieron hacer la famosa asociación de lancheros y que querían hacer la famosa cuota de cobro ahí en la isla, ¿para quién iba a ser el turismo realmente? La cuota, la caseta esa de cobro, ¿para quién iba a ser realmente? Única y exclusivamente, si somos un poquito lógicos, iba a ser para el equipo de lancheros, nada más. ¿Y los demás? Luego de ahí se tenían que repartir para el ayuntamiento. Entonces empezamos a entender que sí es un turismo, pero es un turismo de particulares (Entrevistado 14, 2012).

Igualmente, la participación del Padre de la comunidad, tuvo también un gran peso, que aunque ha tenido un papel lleno de contradicciones, en esta ocasión fungió como mediador entre el gobierno y la comunidad, difundiendo las obras y permitiendo poco tiempo después, en junio de 2009, sostener una reunión informativa en el templo en lugar de en la Casa Comunal. Asimismo, es importante señalar las intenciones de la ONG (Organización No Gubernamental) 'Idea' de elaborar en 2008 un proyecto ambiental con fondos gubernamentales (Alonso, 2010) para favorecer sus planes y otra vez excluyendo la participación de la comunidad. Es decir, se buscaba obtener el control del territorio mientras, paradójicamente, se entrenaba a los habitantes sobre el manejo de sus recursos, la promoción turística y la defensa de su territorio (Torres, 2008a). Así, han sido varios los sujetos conectados a través de redes de poder quienes han favorecido la apropiación material de la isla y el despojo histórico y cultural, ayudados a concretar este proceso por algunos sujetos locales. La fragmentación vivida en la comunidad por este contexto de transformaciones se vio reforzada por el invasor, quién logró adentrarse por el lado de la necesidad al ofrecer trabajo a parte de los habitantes. Un ama de casa así lo relata:

Lo que pasa es que ese señor no es tan... sabe por dónde llegar, sabe la necesidad de la persona y ahorita básicamente se ha agarrado de mujeres solteras, viudas, personas que no tienen trabajo. Se agarra sobre de ellos, "yo les ofrezco trabajo". [...] Así que, por ese lado, pues si hay gente de acuerdo con él, pero más bien es gente que le ha dado trabajo, que le ha dado trabajo y que les ha soltado un buen dinero (Entrevistado 13, 2012).

Estas mujeres se han autodenominado 'Las Águilas del Pandillo' y junto con algunos hombres y jóvenes viajan armados para vigilar el territorio del invasor, conformando una fuerza paramilitar. Más importante aún, como lo mencioné, debido a su estrecha relación con el gobierno, se han llevado acciones conjuntas. De esta forma, en 2008, ante la oposición de los comuneros de las obras en la isla, las instituciones involucradas, es decir, el INAH, Secretaría de Cultura Jalisco (SCJ) y el Gobierno de Poncitlán aliados con el invasor intervinieron en las elecciones comunitarias con acciones tales como el acarreo y el soborno. Así, la nueva mesa directiva "electa" estaba afiliada con ellos y permitió que se involucraran en las decisiones comunitarias, tales como juicios, proyectos y manejo de la tierra. Los comuneros se han dividido, entre aquellos que defienden su tierra y quienes apoyan el proyecto de la isla y la invasión de su cerro, lo que ha servido para paralizarlos y debilitarlos. No obstante, en 2009 la Asamblea de Comuneros logró destituir a sus autoridades debido a sus prácticas corruptas y realizar una nueva elección. Por supuesto, que este triunfo no fue bien recibido por el gobierno y el invasor, y siguieron trabajando con ellos ignorando que este hecho hubiera ocurrido, lo cual carecía obviamente de legalidad. Además, en octubre, apoyados por la policía allanaron la casa comunal destruyendo varios documentos; posiblemente con la intención de robar la documentación del juicio y las pruebas de las irregularidades (Hipólito Hernández, 2012, p. 102). Un habitante en una entrevista para un periódico los denunció:

[...] no sólo están vendiendo su cuerpo y dignidad, sino que quieren vender el cuerpo de otros y nuestro territorio, dentro del cual está el corazón de nuestro pueblo: la isla de Mezcala. Ellos tienen nombre, su alcahuete es el presidente de Poncitlán, Ramón Romo, pero están también Baltazar, delegado de Mezcala, Quintín Claro, Pablo Claro, Marcelo González, Mario Cruz y Guillermo Rojas [en ese entonces presidente de Bienes Comunales y algunos comuneros]; personajes que no representan a la comunidad ni defienden los intereses comunales (Del Castillo, 2009).

Ante estos hechos, se realizó un plantón a fuera de la Casa Comunal y se acusó al Gobierno municipal de colusión, pero el Ministerio Público, se negó a llevar a cabo la investigación (Hipólito Hernández, 2012, p. 102). Supuestamente, el nuevo presidente municipal, Carlos Maldonado Guerrero (2010-2012), cambió su postura terminando sus relaciones con el INAH, SCJ y trabajando junto con los comuneros (Bastos, 2011, p. 110-111), pero la verdad es que la corrupción, ilegalidad y violencia persistieron. Curiosamente, llegó septiembre de 2010 y las obras no se habían concluido, entre conflictos y mal manejo de fondos hicieron que la celebración no se llevara a cabo. Es más los rumores de la supuesta visita del presidente Felipe Calderón ya se habían disipado, y la fecha pasó inadvertida. Sin embargo, en noviembre los comuneros para conmemorar a sus insurgentes organizaron un acto de memoria y defensa en la isla y la presentación del libro Mezcala ¡se querían llevar la isla! escrito y dibujado por los niños de la comunidad, en la plaza de la comunidad. Lamentablemente, las cosas no terminaron ahí y las autoridades continuaron intentando cambiar el uso del suelo para apropiarse de la tierra comunal y privarlos de su organización social y política. En este sentido, en las elecciones de 2011 otra vez se interfirió en ellas, tal como un comunero denuncia a la representante de la Procuraduría Agraria:

No, no fueron con normalidad, porque la que vino, la comisionada que vino, era una licenciada, y no, no estuvo bien la... con fundamentos, ¿verdad?, porque hizo la elección, porque se hizo en mayoría, pero que como vio que la cosa estaba mal, vio como que traía... , algo así como intervención de que la asamblea saliera a favor, como que... nosotros le notamos como que la licenciada esa, venía de acuerdo con el señor del Pandillo (Entrevistado 2).

Nuevamente, una mesa directiva favoreciendo los intereses del gobierno y del invasor tomó el cargo. Los comuneros en está ocasión decidieron no ejercer acción legal ante el fraude pues solo retrasaría más el juicio, y si bien lograron que se votará en favor de seguirlo, no ha podido retomar su curso con normalidad debido a las trabas, lentitud y corrupción. En cuanto a la isla, se instauraron vigilantes los cuales han venido a representar la apropiación por parte del gobierno del territorio comunal (Durán Matute, en prensa). El gobierno también procuró la usurpación de las festividades comunitarias al organizar la celebración del bicentenario de la Lucha y Defensa de la isla de Mezcala en noviembre de 2012. Esta intención se reveló cuando a través de los medios de comunicación se comenzó a difundir un programa de cinco días con actividades organizadas principalmente por el ayuntamiento de Poncitlán y SCJ, excluyendo una vez más a los comuneros. Uno de tales eventos era la llamada 'Copa Gobernador', que tan solo por su nombre revelaba a quién buscaba enaltecer y congratular, era una imposición y celebración desde arriba. Comuneros se organizaron y acudieron al gobierno municipal, estatal y a SCJ a denunciar y rechazar tal celebración. Con el apoyo de sus redes y la divulgación en medios de comunicación, se logró que el gobernador del estado no asistiera al acto cívico militar organizado en la isla, aunque este si se llevó a cabo con un presídium elitista. Los comuneros junto con otros habitantes se vieron impedidos de llevar más allá su descontento, pues el lugar fue plagado por más de una centena de militares. Asimismo, el gobierno aprovechó para a través de dádivas (bebidas, comida y dulces) y un gran espectáculo crear una imagen favorable a ellos y fragmentar aún más a la comunidad.

 

Conclusión: siguiendo la retórica, desafiando las formas

Para concluir, con el fin de aclarar mi objetivo de desenmascarar las relaciones institucionales de poder que permitieron la apropiación material y simbólica de los festejos y revelar las distintas acciones gubernamentales con esta mira, resumo esta red de poder señalando los sujetos involucrados global y localmente, explicita e implícitamente y las distintas operaciones llevadas acabo (véase Gráfica 1). El Gobierno estadounidense desde los años ochenta promovió el neoliberalismo en México a través de instituciones financieras y capital. Estas instituciones trabajaron junto con tecnócratas mexicanos, entrenados en Estados Unidos bajo una estrecha relación con empresarios, y quienes diseñaron las políticas (p. ej. privatización de la tierra) para implementar por el gobierno mexicano. De igual forma, se llevó el asentamiento de industrias estadounidenses, lo cual involucró la presencia de sus ciudadanos, quienes han ambicionado conseguir un pedazo de tierra, fomentando el turismo residencial; paralelamente al establecimiento de casas de veraneo de los tapatíos. Este escenario se ha visto favorecido por el vacío legal del artículo segundo de la Constitución Mexicana y la reforma a la Ley Estatal, que, de igual forma, ha ayudado al asentamiento del invasor en uno de los cerros de la comunidad, el cual se piensa es con miras a construir un fraccionamiento para bienvenir a estos sectores. Es decir, que existe una estrecha relación entre el empresario invasor y estos ciudadanos estadounidenses y clases medias altas tapatías al buscar la privatización de la rivera del lago de Chapala y el establecimiento de complejos turísticos y residenciales que pudieran ser financiados por capital nacional y extranjero y son secundados por los programas neoliberales gubernamentales, como es PROCEDE y FANAR.

Al explicar las obras de la isla, se hace evidente el mismo objetivo, el turismo de la región; lo que ha establecido una alianza entre el Gobierno municipal, el INAH y SCJ, la cual no puede ser aislada de los intereses del Gobierno estatal y federal. Se busca el cambio de uso de suelo, y se fomenta una forma de turismo depredador (Bastos, 2012), pues a través de acciones corruptas y violentas no se respetan lineamientos arqueológicos y ambientales; mientras que se favorecen a contratistas y se expulsa a la población nativa. Sujetos conectados en esta red de poder aprovechan para beneficiarse, por lo que han interferido con el fin de privatizar la tierra en Mezcala, como es el caso del invasor. Existen puntos locales favorecidos en una estructura global desigual que crean múltiples ciclos internos-externos simultáneos e interdependientes que legitiman y dan fuerza al propio sistema. Asimismo, estos intermediarios en las localidades juegan un papel esencial en la política nacional (Selee, 2011), mientras que a través de diversas acciones emprendidas, como son los proyectos ambientales, las intervenciones en las elecciones, el allanamiento de la casa comunal, las órdenes de aprehensión, y la militarización de la isla, se revela la complicidad de instituciones: 'Idea' (ONG), el Ministerio Público, la Procuraduría Agraria, la milicia y la policía. No obstante, también existe la participación de sujetos concretos de la comunidad, sostenidos gracias a un sistema legal corrupto. Así, algunos comuneros han sido atraídos por dádivas y logrado su cooptación y apoyo. No solo aliados políticos y económicos son esenciales, sino que también aquellos con una fuerte presencia en la vida cotidiana como es el Padre, al igual que sectores de la población en general, tal es el caso de los lancheros y de 'Las Águilas del Pandillo'.

Ante esto surge la pregunta de si esta situación es el resultado de los intereses que se disputan en este juego de poder, o de si es directamente el objetivo de esa ideología reinante. Como lo mencioné anteriormente, las relaciones de dominación hacen referencia a cómo se organiza la sociedad, y estas pueden ser informales, tales como el caciquismo y el corporativismo; las cuales no son menos institucionalizadas que las formales (Selee, 2011), ni son cuestiones del pasado (Knight, 2005), sino que han sido readaptadas (Pansters, 2005) y se encuentran inmersas por prácticas clientelares y corruptas en las que se oscurece a los sujetos involucrados. Tal como lo expone Gabriela Coronado (2008), se habla de la cultura de corrupción como parte del "discurso administrativo postcolonial" utilizado por la élites en donde se culpa a la "gente común" por esta práctica y por impedir el buen funcionamiento en la economía global, mientras se desatiende el problema institucional.

Justamente por esto es la importancia de ubicar en esta red de poder al grupo de comuneros y de jóvenes con los que trabajo para lograr comenzar a desmontar y transformar esta estructura institucional. Los experimentos para conseguirlo han comenzado; así, otros movimientos sociales los han cobijado y apoyado, tal es el caso de los zapatistas y del CNI y su continua alianza demostrada en la organización de una de las reuniones en febrero de 2011 y su asistencia y solidaridad en múltiples foros.4 Además, han contado con el apoyo de maestros, reporteros, trabajadores y académicos, quienes en ocasiones han movilizado sus redes para buscar entablar un diálogo entre comuneros y el gobierno. Aunque en general, este ha sido rechazado y el gobierno continúa ignorándolos y violentándolos, en otras ocasiones se han abierto ciertos espacios. Vale la pena destacar que recientemente, con el conflicto de las celebraciones del bicentenario, se intentó a través de la organización Selva Negra entablar un diálogo con el Gobierno estatal con el fin de solucionar los problemas que atravesaba la comunidad. Asimismo, en agosto de 2013 Esteban Garaiz promovió que diputados integrantes de la Comisión de Asuntos Indígenas se reunieran con los comuneros en el comedor comunitario5 para resolver el problema del reconocimiento legal, y donde también se expusieron diferentes conflictos vividos en la comunidad.6 Estamos a la espera de resultados positivos, pero sabemos que estos espacios son insuficientes, pues no se lleva un seguimiento mientras la comunidad se fragmenta más y más revelando contradicciones entre ellos.

Esto va acompañado por la visión discriminatoria de nuestros gobernantes, es decir, que las prácticas mencionadas tienen de fondo ese conocimiento, esas ideas, que coordinan la organización de nuestras vidas. Así, el discurso del "desarrollo" y el "progreso" resalta lo malo de la comunidad para fragmentarla y debilitarla. Como ejemplo, se puede citar la narrativa de uno de los antiguos presidentes municipales:

En lo que corresponde a Mezcala de la Asunción, ha sido una manera muy peculiar, muy controversial, dada la circunstancia de que es una comunidad muy tradicional, no ha querido integrase al desarrollo que ha tenido el país los últimos años (Bastos, 2009).

Las autoridades reproducen el discurso hegemónico de "progreso" y "desarrollo" y perciben a la comunidad como un obstáculo. Se ignora, siguiendo las ideas de Arturo Escobar (1992, p. 25), que el desarrollo originó "anormalidades" (p. ej. los pobres) y busca reformar a esta "gente necesitada", mientras paradójicamente los reproduce. Tal como lo describe la Asamblea de Comuneros:

Nosotros estamos contentos que se esté trabajando para cuidar de ella [la isla], pues como decimos es el corazón de la comunidad, solo que no vemos bien que quieran convertir nuestra historia en un negocio. Negocio que quieren disfrazar con la declaratoria del INAH como monumento histórico cultural y que este lo utilizan para justificar el desalojo de los chayoteros que siembran en la isla. Los funcionarios del INAH, Secretaria de Cultura y Turismo junto con el Ayuntamiento de Poncitlán, informaron que a raíz de la restauración de la Isla, el progreso va llegar a Mezcala, pues vamos a poder vender agüitas o refresquitos. ¡Ah, pero eso sí!, aclararon que a los chayoteros o pescadores que trabajen en la isla van a poder ser jardineros o vigilantes; el INAH, secretaria de Cultura y Turismo y Ayuntamiento de Poncitlán pues estarán en la mejor disposición de administrarlo através de un fideicomiso (Asamblea General de Comuneros de la Comunidad Indígena de Mezcala, 2008).

Aunque confrontan los intereses económicos dominantes, los comuneros y los jóvenes son constitutivos de esta red de poder y no escapan el discurso hegemónico de desarrollo, anhelando "progreso", tal como se percibe en la narrativa de un joven:

[...] estamos en la lucha, hay mucho, hay mucha gente que ya nos miró y ya nos tiene fichados que, que, pues, estamos en contra de... no del progreso, sino que del progreso del modo que ellos lo quieren [...] (Entrevistado 1, 2012).

Se perpetúa el conocimiento establecido por un sistema-mundo moderno/colonial/capitalista, pero lo importante es reconocer que su posición en esta red de poder nos ayuda a entender, por un lado, cómo sus acciones se ven limitadas por el juego político, mientras que, por otro lado, logran articular sus demandas y propuestas alternativas, pues sin duda la esperanza radica en la propia comunidad. De esta manera, el objetivo ha sido ubicar a estos sujetos para conocer el potencial de su lucha considerando tanto sus alianzas como conflictos y puntos débiles, pues así, podrán ser desafiadas y transformadas estas relaciones. El ser conscientes de esta lógica operacional provee las herramientas para exponer los procesos diarios, y poder cambiar la forma en cómo nos relacionamos con estas instituciones. Ya se están llevando varias acciones por barrios, comuneros, jóvenes y migrantes, y saben que con la unión pueden lograr muchas cosas, al punto de que aunque impregnados de contradicciones y en un ambiente fragmentario, en ellos está el debate del futuro de la comunidad y deberán buscar en conjunto una manera de organizarse para conseguir sus propósitos.

 

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Notas

1. Martínez Moreno (2012) menciona que quedan ciento treinta y siete comuneros con vida, sin embargo, he observado que su participación no los setenta. La sucesión se ha buscado por parte de los comuneros pero hasta la fecha por las diversas trabas burocráticas, solo siete viudas la han obtenido.

2. El trabajo de campo consta de observación participante, treinta y dos entrevistas semiestructuradas a profundidad y recolección de datos, y está organizada en tres etapas: una fase previa, de julio de 2008 a enero de 2011, para entender a la comunidad y diseñar la investigación acorde; primera fase, de julio de 2012 hasta enero de 2013, llevada a cabo en la comunidad, con comuneros y jóvenes en solidaridad movilizados en la defensa de su tierra; y la segunda fase, de julio de 2013 a enero de 2014, en Los Angeles con migrantes afiliados al 'Club Mezcala' o que a través de caminos autónomos buscan mejorar las condiciones en su comunidad. En este trabajo las experiencias de los migrantes no están integradas.

3. Las citas respetan las expresiones, léxico y sintaxis de los entrevistados, y el subrayado es para facilitar al lector la conexión entre las narrativas y el argumento.

4. El dato más reciente es el Pronunciamiento de la cátedra "TataJuan Chávez Alonso" en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el 18 de agosto de 2013. Aquí el CNI se solidariza por la recuperación del territorio de Mezcala y exige la cancelación de las órdenes de aprehensión en contra de los comuneros.

5. Este comedor fue creado como proyecto independiente integrado por habitantes de la comunidad, exhibiendo que no necesitan inversiones de fuera para alcanzar sus objetivos y aspiraciones.

6. Agradezco al Dr. Jorge Alonso la narración de los hechos ocurridos en esta reunión.

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