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Desacatos

versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.52 Ciudad de México sep./dic. 2016

 

Saberes y razones

Prácticas familiares transnacionales en familias indígenas oaxaqueñas con hijos adultos migrantes en Estados Unidos

Transnational Family Practices in Indigenous Families from Oaxaca with Adult Migrant Children in the United States

Itzel Hernández Lara*  **

*Centro de Investigación y Estudios en Movilidades y Migraciones Internacionales, Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, Estado de México, México, itzelina_hl@yahoo.com.mx


Resumen:

A partir de una investigación cualitativa, en este artículo se analizan las prácticas transnacionales que permiten el mantenimiento de los vínculos paterno-filiales en familias con hijos migrantes asentados en estados Unidos, originarios de una comunidad indígena oaxaqueña. Los resultados indican la existencia de prácticas transnacionales que son comunes a todas las familias, así como una interesante diversidad de prácticas cuya implementación o no está determinada por factores como el ciclo de vida familiar, y en particular, el estatus migratorio de los miembros de la unidad familiar. esto establece importantes diferencias entre las familias analizadas en aspectos como la interacción cara a cara y el trabajo de cuidado hacia los padres adultos mayores.

Palabras clave: migración; transnacionalismo; vínculos familiares; padres; hijos adultos

Abstract:

From a qualitative research, this paper examines the transnational practices that allow the maintenance of parent-child ties in families with adult migrant children from an indigenous community from Oaxaca, Mexico. The findings show that there are common practices shared by all families, as well as an interesting diversity of other practices strongly determined by factors such as the familiar life cycle, and particularly, the legal migratory situation of their members. This brings on important differences among the families in key aspects like the face-to-face contact and care-giving to aged parents.

Keywords: migration; transnationalism; family ties; parents; adult children

Introducción

El objetivo de este artículo es analizar las prácticas familiares transnacionales que permiten el mantenimiento de los vínculos paterno-filiales en familias indígenas que tienen hijos e hijas migrantes asentados en Estados Unidos (EU). Las familias de las que se ocupa este análisis provienen de La Asunción, comunidad zapo-teca ubicada en los Valles Centrales de Oaxaca, una de las principales regiones expulsoras de la entidad. Junto con la Mixteca, la región de los Valles Centrales cuenta con una larga tradición migratoria hacia EU, es un fenómeno que ha estado presente en las comunidades de la región durante generaciones enteras.

En La Asunción, como en muchas comunidades mexicanas con alto índice migratorio hacia EU, "el Norte" se ha convertido en una referencia cotidiana. Es el lugar donde trabajan cientos de paisanos y familiares, donde se ganan dólares y la vida es distinta. Asimismo, entre "el Norte" y "el pueblo" transitan personas, noticias de todo tipo, bienes materiales y simbólicos, remesas monetarias, etc., lo que ha favorecido la construcción de un espacio de relaciones sociales de tipo transnacional.

En consonancia con la tendencia general de la migración mexicana hacia EU, los migrantes de La Asunción tienden a prolongar sus periodos de estancia en ese país, incluso sin documentos migratorios. Un hecho relevante es que esta tendencia al establecimiento con o sin documentos es mucho más marcada entre aquellos que tienen hijos que han llegado a unirse y establecer su propia familia en EU.

Así como sucede con migrantes de distintas nacionalidades, estos hijos migrantes asentados en EU suelen mantener lazos familiares con sus padres, que permanecen en la localidad de origen, a través de las fronteras, lo que permite realizar un análisis desde un enfoque transnacional. El transnacionalismo es una perspectiva que reconoce que las acciones de migrantes y no migrantes construyen un espacio de interacción social caracterizado por una estructura de densas redes de comunicación e intercambio que atraviesan fronteras nacionales (Glick-Schiller, Basch y Blanc-Szanton, 1992; Levitt y Jaworsky, 2007). De tal forma, la migración internacional es conceptualizada no sólo como un movimiento de personas, sino como un proceso que implica múltiples desplazamientos, acompañado de un intercambio intenso de ideas, recursos, discursos y símbolos a través de las fronteras (Rivera, 2007).

Este planteamiento ha resultado fructífero en particular para analizar la dinámica de las familias con miembros migrantes que mantienen sus relaciones a través de las fronteras. El término "familias transnacionales" permite definir a aquellas cuyos miembros viven alguna o la mayor parte del tiempo separados -ubicados en al menos dos países- y que logran mantener un sentimiento colectivo de bienestar y unidad (Bryceson y Vourela, 2002). Así, se reconoce que la vida familiar incluye prácticas que tienen lugar en un espacio social que trasciende los límites de las localidades de origen y las fronteras nacionales.

Desde luego, el mantenimiento de los lazos familiares no se genera de manera automática, pues requiere el desarrollo de estrategias y prácticas deliberadas para contrarrestar la distancia y la ausencia de los miembros. Como se discutirá más adelante, la vida familiar transnacional recibe la influencia de elementos que imprimen complejidad y diversidad a las experiencias de vida familiar transnacional, como las políticas migratorias, los contextos culturales locales, las necesidades de cuidado de los miembros de la familia, etcétera.

Con el interés de contribuir al conocimiento de la dinámica familiar transnacional de las familias con hijos migrantes, este documento se enfoca en el análisis de las prácticas que llevan a cabo estas familias para el mantenimiento de sus vínculos pater-no-filiales. Como se expondrá, estas prácticas están fuertemente influidas por factores como los ordenamientos morales de tipo familiar, el asentamiento de los hijos migrantes, el ciclo de vida familiar y la condición migratoria de sus miembros.

NOTAS METODOLÓGICAS

La información1 sobre la que se basa este análisis fue obtenida en distintos momentos de trabajo de campo en Oaxaca y California.2 En California, realicé entrevistas a hijos migrantes, asentados con y sin documentos, mediante la técnica de bola de nieve; llevé a cabo observación e incluso participé en actividades y celebraciones familiares de estos hijos migrantes asentados en el norte del condado de San Diego.3 En La Asunción, realicé visitas a padres de hijos migrantes, participé en la fiesta patronal y fui invitada a algunas fiestas familiares. Asimismo, entrevisté a informantes clave y fui escucha de charlas informales sobre la situación de los padres con hijos en EU.

A partir de las narrativas de hijos migrantes -cuyos testimonios se presentan con seudónimos-, fue posible reconstruir los vínculos familiares de un total de 22 familias. Como será discutido, las prácticas que mantienen los vínculos paterno-filiales pueden englobarse en lo que Di Leonardo (1987) ha denominado "trabajo de parentesco". Sin embargo, no se presentan de manera homogénea a lo largo del tiempo, por lo que en el análisis se utiliza el ciclo de vida familiar de la familia de origen, con el interés de discutir el carácter procesual de la vida familiar. Otro aspecto incluido en el análisis es el estatus migratorio de los miembros de la familia, que muestra el peso de factores estructurales en la dinámica familiar transnacional. Para ubicar al lector respecto a las familias de las que se ocupa este trabajo, a continuación se presentan algunas características de las familias con hijos migrantes de La Asunción, para después exponer la estrategia analítica empleada y los resultados del análisis.

Las familias transnacionales con hijos migrantes en La Asunción

Un primer elemento que consideramos en este análisis es la existencia de una moral familiar que influye de manera sustancial en las acciones encaminadas al mantenimiento de los vínculos paterno-filiales. Como han demostrado varias investigaciones sobre familias con hijos migrantes en otros contextos, las expectativas culturales sobre las relaciones paterno-filiales tienen un papel importante en la implementación de prácticas para mantener dichos vínculos a través de las fronteras (Baldassar, Wilding y Baldock, 2007; Zechner, 2008; Sun, 2012).

Para el contexto mexicano, se ha destacado el "familismo" como un sistema de creencias "que incluye sentimientos de lealtad, reciprocidad, responsabilidad y solidaridad hacia los miembros de la propia familia" (Peterson y Hennon, 2006: 136). En las familias rurales e indígenas, también se ha destacado que la organización familiar está marcada por nociones como el respeto y la obediencia hacia los familiares de mayor jerarquía, por lo que los padres mantienen fuertes relaciones de autoridad sobre sus hijos (González y Valdez, 2007).

Prometeo Lucero ► La fiesta dedicada a la Virgen de Guadalupe en El Espinal, Oaxaca, es una oportunidad para muchos trabajadores migrantes de retornar a su tierra. Enero de 2010. 

En La Asunción, como en otros contextos, las relaciones jerárquicas entre padres e hijos se expresan en una moral familiar en la que destacan dos elementos: el respeto y la reciprocidad. El respeto se refiere al reconocimiento de la autoridad parental mediante demostraciones de consideración y obediencia de los hijos hacia sus padres (Peterson y Hennon, 2006). La reciprocidad se refiere al establecimiento de obligaciones recíprocas entre generaciones: primero los padres cuidan de sus hijos y después los hijos cuidan de sus padres, sobre todo cuando éstos son ancianos.

Esta moral familiar establece una visión normativa de las relaciones paterno-filiales, en la que se construyen expectativas que definen lo que es un buen hijo: aquél que respeta y cuida a sus padres. Esta normatividad impacta a los hijos que viven en La Asunción, así como a aquellos que están en EU, pues a pesar de estar lejos, se espera que "estén pendientes" de sus padres. Como sucede en otros contextos, la influencia de esta normativa tiene mayor peso cuando los padres envejecen y sus necesidades de cuidado son mayores (Baldassar, Wilding y Baldock, 2007; Sun, 2012).

Respecto a su origen étnico, es posible señalar que las familias de La Asunción mantienen importantes semejanzas con familias de otros ámbitos en lo que se refiere a la moral familiar. Sin embargo, existen algunos elementos propios de su contexto cultural que se recrean en las prácticas familiares que serán analizadas, como el uso de la lengua indígena y la participación en celebraciones comunitarias que, a su vez, favorecen el mantenimiento de un espacio social de tipo transnacional.

Otro aspecto relevante de las familias analizadas se refiere al asentamiento de los hijos migrantes en California, aun si no cuentan con documentos migratorios. Este asentamiento ha sido favorecido por la demanda de mano de obra migrante, la concentración geográfica de migrantes de La Asunción, las redes familiares y de paisanaje, y en particular, por la conformación de familias en EU. El hecho de tener hijos nacidos o criados en California influye no sólo en el interés por prolongar la estancia en EU, sino también en el tiempo y recursos disponibles para el mantenimiento de los vínculos con los padres que viven en la localidad de origen.

Aunque estas breves notas pudieran dar la impresión de homogeneidad en las familias analizadas, es importante destacar la importancia del estatus migratorio como un elemento que establece diferencias entre ellas. Tener o no tener "papeles" ejerce un gran peso en la dinámica familiar transnacional, pues influye en la posibilidad de realizar visitas e interactuar cara a cara, y por ende, en el tiempo de separación entre padres e hijos.

En el caso que nos ocupa, las 22 familias muestran diferencias en cuanto a la condición migratoria de sus miembros: en dos familias todos los miembros cuentan con papeles; en siete familias, sólo los padres, y en otras siete, sólo algunos. Por último, hay seis familias en las que ningún miembro tiene documentos migratorios. Como veremos, esta situación establece diferencias importantes en la dinámica familiar transnacional.

Propuesta para el análisis de las prácticas familiares transnacionales

Para estudiar el mantenimiento de los vínculos paterno-filiales en familias con hijos migrantes, se construyó una estrategia de análisis encaminada a explicar su dinámica transnacional. En esta propuesta se utiliza el concepto de "prácticas familiares transnacionales", que abarca las actividades que se llevan a cabo para mantener los vínculos familiares a través de las fronteras: llamadas telefónicas, remesas monetarias, intercambios, visitas, etcétera.

Asimismo, se partió del supuesto de que el tipo y la frecuencia con la que se llevan a cabo o no dichas prácticas están determinados por factores como el estatus migratorio y la moral familiar. En un interés por refinar el análisis y ofrecer una perspectiva que tome en cuenta los procesos en el tiempo, se recurrió al ciclo de vida familiar como una estrategia metodológica para recuperar el dinamismo de la interacción familiar transnacional a lo largo del tiempo (Ariza, 2012). Se trata de una herramienta que permite visualizar a la familia como un sistema dinámico, cuyos recursos y necesidades cambian con el tiempo y cuya capacidad de respuesta ante procesos económicos y sociales son variables (Tuirán, 2001; González, 2006).

A partir de una división general que identifica tres etapas del ciclo de vida familiar -temprana, consolidación o intermedia y avanzada-,4 se considera que las familias con hijos migrantes se encuentran en una etapa avanzada del ciclo de vida familiar. Sin embargo, sus condiciones no son homogéneas, pues hay diferencias según la edad de los padres, en especial por su condición o no de adultos mayores. Dentro de esta etapa se estableció una división en dos subetapas, construidas a partir de la edad de los padres: avanzada temprana -padres de menos de 65 años de edad- y avanzada tardía -padres mayores de 65 años o adultos mayores-.

El uso de la subetapas del ciclo de vida familiar ayudó a determinar las prácticas transnacionales que se llevan a cabo de acuerdo con las necesidades y oportunidades propias de cada subetapa, las cuales están determinadas principalmente por la edad y la fortaleza física de los padres. Este ejercicio posibilitó, al mismo tiempo, la identificación de las prácticas familiares transnacionales que se encuentran presentes en todas las familias con hijos migrantes. En su conjunto, todas estas prácticas transnacionales sirven para mantener los vínculos paterno-filiales en familias con hijos migrantes.

Cabe destacar que estas prácticas entrañan una dosis importante de "trabajo de parentesco", definido por Di Leonardo (1987) como la concepción, el mantenimiento y la celebración ritual de los vínculos de parentesco en y entre los grupos domésticos. Incluye visitas, llamadas telefónicas, regalos, envío de cartas y tarjetas, organización de reuniones de carácter festivo, decisiones para abandonar o intensificar vínculos familiares, el trabajo mental o la reflexión sobre esas actividades, y la creación y comunicación de imágenes de la familia entre los parientes y frente a otros.

En las familias transnacionales, el trabajo de parentesco implicado en el mantenimiento de los vínculos familiares a distancia se traduce en acciones que requieren tiempo y la movilización de recursos a través de las fronteras. Asimismo, es un trabajo en el cual los miembros de la familia depositan numerosas expectativas (Pedone, 2004), sujeto a evaluación y presión social (Di Leonardo, 1987). Como veremos a continuación, el trabajo de parentesco implicado en las prácticas familiares transnacionales analizadas representa una importante movilización de recursos a ambos lados de la frontera, que responde a motivos diversos a lo largo del tiempo y en ciertos momentos del ciclo de vida familiar.

Prácticas comunes a todas las familias: no presenciales

La estrategia analítica permitió registrar prácticas familiares transnacionales que son comunes a todas las familias y se mantienen a largo plazo, es decir, se encuentran presentes en todas las familias independientemente de la subetapa del ciclo de vida familiar. El primer aspecto que destaca es que se trata de prácticas no presenciales: llamadas telefónicas regulares y con motivos especiales, remesas monetarias en fechas especiales, envío de comida de los padres a sus hijos e intercambio de imágenes de los miembros de la unidad familiar.

Como es posible apreciar, estas prácticas no involucran la interacción cara a cara, más bien son estrategias para mantenerse en contacto ante la falta de proximidad física. Baldassar (2008) propone el término "co-presencia" para señalar las actividades que llevan a cabo los miembros de las familias transnacionales para construir un sentido de "presencia" de los ausentes, aliviar la añoranza producida por la separación y sentirse unidos. Según esta propuesta, es posible apuntar que las prácticas que son comunes a todas las familias corresponden a tipos de co-presencia construidos con el uso de medios de comunicación, el intercambio de distintos objetos de valor simbólico y el envío de remesas.

En La Asunción, los hijos migrantes llaman por teléfono a sus padres con regularidad para saber cómo se encuentran. Estas llamadas manifiestan un interés por su bienestar y se convierte en una forma de hacerles saber a los padres que sus hijos se preocupan por ellos. En las conversaciones por teléfono padres e hijos migrantes comentan cómo han estado, qué han hecho últimamente, si se encuentran bien, algunas novedades de los familiares a ambos lados de la frontera, etc., lo que favorece una suerte de convivencia a distancia.

Prometeo Lucero ► Los hijos migrantes envían a su lugar de origen dinero que se traduce en beneficios para la comunidad, como la organización de fiestas patronales, lo cual es motivo de orgullo para los padres que se quedan. El Espinal, Oaxaca, enero de 2010. 

Un elemento propio del origen étnico de estas familias es el uso de lengua originaria -zapoteco- en las conversaciones telefónicas entre hijos migrantes y sus padres. Esta lengua se utiliza de manera cotidiana en La Asunción, sobre todo entre personas adultas, y los hijos migrantes la hablan con fluidez. De esta forma, no resulta extraño que en una plática extensa con los padres -madres, en particular- el zapoteco sea la lengua más utilizada por los hijos migrantes:

Le hablo cada semana o cada 15 días, como uno se acuerda, pues ya le hablo [...]. Pues cómo está, cómo le ha ido y todo eso. Y nosotros también, si estamos bien, cómo vamos, todo eso. Si estamos bien, y así [...]. Hablo dialecto con ella [su madre], porque ella no habla español. Ya ves, como allá antes no iban a la escuela, no saben. Sí, pues es una, como se dice, una palabra que trae uno de allá (entrevista con Claudia, sin documentos).

Cabe señalar que dicha convivencia a distancia no está exenta de contradicciones, pues en las llamadas se pueden comunicar malas noticias, puede haber peleas y malentendidos, se puede ocultar información para no preocupar a los padres, etc. A pesar de esto, las llamadas telefónicas aparecen como un medio para aminorar la añoranza, pues responden a un interés por mantener abiertos los canales de comunicación y cierto nivel de conexión emocional (Baldassar, 2007).

Los hijos migrantes de La Asunción también procuran "hacerse presentes" en momentos especiales mediante llamadas telefónicas en fechas como cumpleaños de los padres, Día de las Madres y el Padre, Navidad, Año Nuevo y -debido a la importancia de la vida comunitaria y el calendario religioso- la fiesta patronal y el Día de Muertos. Tomarse el tiempo para expresar una felicitación también forma parte de los esfuerzos por mantener los vínculos paterno-filiales. Las llamadas son muy esperadas, no sólo por los padres, sino también por los familiares que viven en proximidad, como una forma de evaluar si los hijos ausentes se acuerdan de sus padres.

En algunos casos, las llamadas telefónicas en fechas especiales se acompañan del aviso del envío de dinero para que los padres se compren algo o cubran los gastos propios de las celebraciones comunitarias: compra de flores y de ingredientes necesarios para la preparación de mole o chocolate, y en el caso de la fiesta patronal, para tomar una nieve, consumo casi obligado en esa fecha.

Les hablo 10 de mayo, le hablo a mi mamá. En el cumpleaños de mi papá, de mi mamá, le hablo. Todas las fiestas, hay veces o cuando hay fiestas allá. A veces les mando dinero. Que vayan a tomar una nieve y todo eso [...]. Mi papá hay veces que le mando, dice mi papá: "no, no mandes". Pero, pues yo quiero, ¿verdad? Yo quiero regalar ese dinero a mi papá o cuando es su cumpleaños, que compre algo (entrevista con Angélica, sin documentos).

El dinero obsequiado en fechas especiales se distingue de las remesas monetarias enviadas para contribuir a la reproducción cotidiana de los padres; en este caso, se convierte en un medio para expresar afecto filial. Esto no implica la monetarización de la relación familiar, pues las remesas son igual de importantes como medio de cuidado, apoyo y responsabilidad sobre los miembros vulnerables de la familia, como indica Singh (2006).

Este dinero aparece como una manera de acordarse de los padres en fechas especiales y hacerles un regalo, es un esfuerzo por fortalecer la relación paterno-filial a pesar de la distancia. Aunque en apariencia no se trata de una práctica obligatoria para los hijos, responde a una moral familiar, pues no es bien visto que un hijo que vive en el Norte no se acuerde de sus padres, es decir, que no les mande dinero como manifestación de afecto.

Aunque en La Asunción se tiene la idea de que en el Norte se gana mucho dinero, es pertinente mencionar que los hijos migrantes asentados tienen gastos propios asociados a la reproducción de su propia unidad familiar en California: pagar servicios, renta o la hipoteca de una casa, gasolina, comida, etc. Si los gastos y necesidades de la unidad familiar son muchos, los migrantes suelen decir que "no tienen dinero", como una forma de expresar que no disponen de capital suficiente para enviar en todas las fechas importantes.

Otra práctica presente en todas las familias analizadas es el intercambio de imágenes y comida. A diferencia de lo que sucede con las remesas monetarias y las llamadas telefónicas, el sentido de estos intercambios no sólo va de los hijos a los padres, sino también al contrario. En esta dinámica, las redes familiares juegan un papel importante, pues parientes, amigos y compadres que van o vienen suelen ser los principales portadores de estos objetos.

Los intercambios incluyen objetos tangibles, disparadores de memoria, que desde luego poseen una carga emocional importante. Aunque parecería que no tienen un valor práctico en sí mismo, los intercambios de objetos son una forma de co-presencia que sirve para contrarrestar la ausencia. Baldassar (2008) señala que la importancia de lo tangible, en estos objetos, es su capacidad para ser "sentidos" o al menos usados como un conducto para demostrar afectividad y sentir cercanía con los familiares que se encuentran lejos.

La "comida"5 es el envío por excelencia de los padres a sus hijos, pues al tratarse de migrantes de primera generación, manifiestan gusto por los platillos regionales. Los padres mandan algunos comestibles preparados en el hogar que responden al gusto y preferencias de los destinatarios en California, por lo que la comida aparece como un medio de manifestar afecto y deferencia hacia los hijos:

Sí, cuando van unos conocidos, cuando va alguien del pueblo, dicen [sus padres]: "hey, llegó tu compadre, tu tío, tu primo", en fin, alguien. [Le preguntan:] "¿quieres algo?". No es gran cosa, ¿verdad? Lo poquito que ellos pueden, ya mandan. Y ellos allá, lo que ellos tienen allá, son cosas que ellos crecen. Ellos no pueden comprar, so, lo que ellos tienen, les sobra. Siete, ocho tortillas, ya lo mandan. Sus cha-pulincitos, su chocolate, te mandan dos o tres chocolates. No es cosa que ellos compran pa' que te manden, sino lo que ellos tienen también [...]. Son cosas que a uno no se le olvidan, pues (entrevista con Usuario, sin documentos).

Las imágenes, principalmente fotografías, también tienen un lugar importante en los intercambios en las familias con hijos migrantes. Aparecen como una forma de "ver" al ser querido que está lejos y permiten recrear los vínculos familiares ante la falta de interacción cara a cara (Carrillo, 2008). Por medio de las fotografías enviadas es posible apreciar las transformaciones en el semblante y el aspecto físico que han experimentado los miembros de la familia que se encuentran lejos y "conocer" a los nuevos parientes, por lo general yernos, nueras, nietos, y promover de cierto modo la continuidad e integración del grupo familiar a pesar de la distancia.

La presentación a los abuelos de los niños nacidos en California por medio de fotografías es una práctica muy común en La Asunción y uno de los mecanismos principales para que los padres de los migrantes conozcan a sus nietos -al menos durante los primeros años de vida- y los reconozcan como parte de la familia. El envío de fotos aparece entonces como una forma de vincular a unos con otros, de conectar a los que se encuentran geográficamente distanciados, y en este caso, a los que todavía no se conocen en persona.

En este punto, es importante evitar visiones románticas sobre las prácticas familiares expuestas, pues a pesar de su evidente papel en el mantenimiento de los vínculos familiares, no sustituyen la presencia y la convivencia cotidiana. Los padres quieren ver a sus hijos "con sus propios ojos", estar cerca de ellos, y añoran convivir con sus nietos. Sin embargo, en aquellas familias en las que los miembros no cuentan con documentos migratorios, estas prácticas se convierten en la principal forma de mantener los vínculos paterno-filiales ante ausencias que se pueden prolongar durante varios lustros.

Por último, debe señalarse que estas prácticas transnacionales son relativamente accesibles a todas las familias, pues todos los entrevistados afirmaron que pueden llamar por teléfono y disponer de redes para realizar intercambios a través de la frontera. Es distinto el caso de las prácticas propias de las subetapas del ciclo de vida familiar, analizadas a continuación, en las que aspectos como la edad y fortaleza de los padres definen en gran medida las prácticas familiares que se llevan a cabo.

Prácticas por subetapa del ciclo de vida familiar

La información de las familias de La Asunción muestra que las posibilidades y necesidades propias de cada subetapa del ciclo de vida familiar -determinadas por la condición de salud y bienestar de los padres- influyen fuertemente en la im-plementación de determinadas prácticas familiares transnacionales a lo largo del tiempo. Esto provoca una interesante diversidad de prácticas presenciales y no presenciales asociadas a las subetapas del ciclo de vida familiar.

A continuación, se presenta un breve análisis de las prácticas familiares identificadas en cada subetapa. Se subrayan las diferencias entre ambas. Debido a la importancia de las visitas y la influencia de la condición migratoria en su tipo y frecuencia, en el último apartado se presenta una discusión respecto a las diferencias que surgen en términos de cuidado e interacción cara a cara entre las familias analizadas.

SUBETAPA AVANZADA TEMPRANA: PADRES RELATIVAMENTE FUERTES

A esta etapa corresponden las 14 familias en las que los padres tienen menos de 65 años de edad. En lo que se refiere a la condición de los padres, destaca su relativa fortaleza, bienestar físico y autonomía, así como que se mantengan activos económicamente. La mayoría de los padres y madres reportan que se dedican al campo. La mayoría de las madres cría animales de traspatio para consumo propio y para la venta. En dos familias, las madres cuentan con una tienda de abarrotes. Aunque en algunos casos se reportó la presencia de enfermedades crónico-degenerativas, como diabetes, y alguna situación de emergencia en la que fue necesaria una intervención quirúrgica y hospitalización, cuando realizamos el trabajo de campo ningún padre o madre sufría alguna enfermedad que le impidiera realizar sus actividades cotidianas.

En estas familias encontramos prácticas cuya implementación no sigue un ritmo, pues su frecuencia puede variar de acuerdo con la situación involucrada. Ante la presencia de alguna enfermedad, los hijos migrantes pueden enviar dinero para solventar gastos, como el pago de consultas y medicamentos. En estos casos, los hijos migrantes también suelen llamar con frecuencia para saber cómo va el proceso de restablecimiento de la salud.

En caso de requerir hospitalización, los hijos migrantes en California suelen coordinarse con sus hermanos para organizar una "visita de emergencia" y cuidar a sus padres de manera personal. Cabe señalar que estas visitas se llevan a cabo sólo en una situación evaluada como grave y en la que se considera necesaria la presencia de los hijos, lo que motiva a uno o varios de ellos a emprender el viaje a La Asunción. Volveremos a este punto, por su mayor presencia en familias con padres adultos mayores.

Una práctica distintiva de esta subetapa se refiere al papel que juegan los padres como representantes de sus hijos migrantes en varias situaciones. En algunos casos, los hijos pueden enviar dinero a sus padres con el propósito explícito de comprar un terreno o comenzar la construcción de una casa en La Asunción. Frente a esta petición, los padres son los encargados de negociar precios, encabezar procesos de compraventa, comprar material e incluso supervisar la construcción de la casa de sus hijos migrantes.

En otros casos, los padres y madres pueden abrir cuentas de banco para guardar el dinero que sus hijos envían u optar por meter el dinero en cajas de ahorro. Si los hijos cuentan con casa en La Asunción, los padres suelen ir a abrir las ventanas, limpiarlas o prepararlas para la próxima llegada de los dueños, y en caso de ausencias prolongadas, mantenerlas en buen estado. Algunos padres se destacan por ser hábiles administradores de los bienes de sus hijos, como la madre de Marisela:

La casa [de Marisela] ella [su mamá] la está cuidando [...]. Ya los terrenos, ella está encargada. Por eso dice: "no me mandes, no quiero que me mandes, no nos hace falta, estamos bien. Al contrario, aquí tienes tu dinero, que ya se recogió tanto [cosecha], que este señor compró la otra mitad, ya estás juntando acá" (Marisela, ciudadana, su mamá tiene una tienda).

En esta etapa encontramos dos casos de hijos migrantes -una mujer y un varón- que han fungido como mayordomos de la fiesta patronal y cuyos padres fueron pieza clave para ejercer el cargo. Aunque ambos hijos migrantes volvieron durante las celebraciones, los padres fueron el enlace para solicitar el cargo, recibir o entregar a la Virgen y realizar las actividades propias del mayordomo a lo largo de ese año.

Como por decir, ahora que le dije que yo quería velar a la Virgen. Que yo sé que es algo muy importante y pesado, así. Ya le dije a él, y ya, pues ya empezó con la Virgen. Fue a pedir a la Virgen y ya [...]. Le digo: "gracias a usted, que me está ayudando". Porque, pues, yo me comprometí pero en realidad yo no estoy dando las vueltas, yo no me salgo cansada de estas vueltas, porque pues yo no estoy aquí [La Asunción], yo estoy allá [California] (Laura, sin documentos, mayordoma de la fiesta patronal).

Cabe mencionar que estos apoyos también son motivo de orgullo, pues los envíos monetarios se materializan en bienes o actividades que son evidentes en la comunidad y exhiben a los hijos como migrantes exitosos. Desde luego, no todos los hijos construyen casas, lo que despierta críticas de la comunidad por la falta de inversiones que demuestren el éxito en EU.

Es importante mencionar el papel que juegan los padres de esta subetapa como "anfitriones" de sus nietos nacidos en California, por lo general hijos de migrantes indocumentados. Debido a la imposibilidad de realizar las visitas ellos mismos, algunos migrantes optan por mandar a sus hijos al pueblo con algún familiar, para que convivan con sus abuelos y conozcan cómo son las condiciones de vida en La Asunción, tan distintas a las que disfrutan en EU.

En estos casos, hay una suerte de presencia encarnada en estos menores -"es como si me vieran a mí"- que hace a las visitas significativas. Al manifestar interés en que sus hijos conozcan a sus abuelos y convivan con ellos, estos migrantes sin documentos expresan un reconocimiento a sus padres, lo que contribuye al mantenimiento de las relaciones paterno-filiales. En los casos de endogamia entre migrantes en California, los niños que protagonizan estas visitas pueden convivir con sus abuelos paternos y maternos.

Estos padres pueden ser "representantes" y "anfitriones" por su edad y relativa fortaleza, que les permiten apoyar a sus hijos en situaciones diversas. Por lo tanto, en esta subetapa los padres asumen un papel activo en la implementación de las prácticas transnacionales y en el mantenimiento de las relaciones paterno-filiales. Este papel sufre modificaciones conforme pasa el tiempo, pues la condición de fragilidad y las necesidades asociadas a la condición de adultos mayores marcan la pauta de los intercambios en la siguiente subetapa del ciclo de vida familiar.

Prometeo Lucero ► Los migrantes con documentos pueden volver a su lugar de origen durante las fiestas patronales, ocasión para reforzar las relaciones con los familiares que se quedaron. El Espinal, Oaxaca, enero de 2010. 

SUBETAPA AVANZADA TARDÍA: NECESIDADES DE CUIDADO DE ADULTOS MAYORES

En esta subetapa se encuentran las ocho familias cuyos padres tienen más de 65 años de edad. Algunos de estos padres han presentado problemas de salud asociados a la edad: recurrencia de infecciones respiratorias y estomacales, dificultad para caminar, mayor incidencia de caídas y fracturas, dolor en las rodillas, presión alta, etc., por lo que requieren mayor atención y cuidado. En una familia, encontramos un padre invidente, y en otra, el padre tiene un padecimiento renal crónico.

En estas familias, los padres ya no son reportados como activos. Si bien en tres familias los padres todavía se dedican al campo, en las cinco restantes ya no trabajan debido su edad. En algunos casos, los adultos mayores reciben una ayuda monetaria del gobierno federal. En cuanto a la residencia de los padres, llama la atención que en la mayoría de las familias -siete- los padres viven solos, es decir, sin la presencia de algún hijo en la misma casa. En cinco familias, la totalidad de hijos se encuentra en EU.

Quizá el elemento que más destaca en el análisis de las prácticas familiares transnacionales de esta subetapa se refiera a las obligaciones que los hijos migrantes sienten hacia sus padres adultos mayores. En La Asunción, como sucede en otros contextos, los valores culturales y normas sobre el cuidado familiar establecen que los padres adultos mayores deben ser cuidados dentro del seno familiar. Esta moral familiar se asocia a un sentido de reciprocidad: los hijos se sienten en la obligación de retribuir a sus padres ancianos los cuidados que recibieron de ellos, así como los sacrificios que los padres tuvieron que hacer para criarlos, aun si se encuentran viviendo en otro país (Baldassar, Wilding y Baldock, 2007; Reynolds y Zontini, 2006; Sun, 2012). Debido a la condición de adultos mayores de los padres y el incremento de sus necesidades de cuidado, en esta subetapa el protagonismo de los hijos es mayor en las prácticas familiares transnacionales:

Tiene 72 años pero es muy activa, muy activa mi mamá. Pero siempre estamos pendientes pues, hablando. Por ejemplo, como hijos tenemos que responder a ellos. Preocupar por ellos y más que nada, es un motivo grande, ¿no? Para mí es un motivo grande, es una, ¿cómo te digo?, estoy dichoso de tener mi mamá, me preocupo mucho por ella. Ella es el motivo y darle. echándole ganas para superarte y ser mejor hijo (Gerardo, ciudadano).

En primer lugar, destaca la tendencia a enviar dinero para contribuir a cubrir los gastos de los padres, pues debido a su edad ha disminuido su actividad laboral, y por ende, su independencia económica. A excepción de una familia cuyo padre recibe una pensión del gobierno estadounidense, en todas las demás los hijos migrantes mandan remesas monetarias ya sea de manera regular entre los hermanos migrantes -con un calendario establecido- o irregular de manera individual, de acuerdo con sus posibilidades financieras.

Desde luego, no todo es terso en este proceso. Entre hermanos no siempre es fácil llegar a acuerdos sobre los envíos monetarios y es posible que éstos no lleguen con la frecuencia deseada. Asimismo, resulta difícil saber si las remesas enviadas permiten a los padres cubrir todas sus necesidades económicas. Sin embargo, se trata de una práctica frecuente en esta subetapa, que contribuye al mantenimiento de los vínculos paterno-filiales.

El tema de la salud de los padres tiene gran relevancia en estas familias. Incluso en situaciones en las cuales se encuentran bien, el riesgo de sufrir alguna situación de fragilidad o discapacidad se eleva con la edad (Huenchuan, 2011). Ante problemas de salud de alguno de sus padres, según la gravedad de la situación, los hijos migrantes pueden desarrollar estrategias de cuidado a distancia.

Cuando el padre o la madre se encuentran enfermos de gravedad, requieren una intervención quirúrgica, hospitalización o están en riesgo de morir, los hijos migrantes suelen establecer una estrategia en conjunto para apoyar a sus padres, lo que implica negociaciones y acuerdos, atravesados por un sentido de obligación filial:

Me fui de emergencia a México porque mi papá se enfermó bastantísimo. Daban por hecho que iba a fallecer [...]. Nos fuimos y nos dijeron que la única opción era un trasplante de riñón, hasta la Ciudad de México. Le dije a mi hermano: "mira, si nos vamos a México, no conocemos a nadie allá, tan siquiera en EU trabajamos. Llévalo allá, aplicamos a Medi-Cal6 allá". Le digo: "tú al día siguiente regrésate y yo a ver cuándo me regreso". Y se regresó al día siguiente con mi papá. Yo duré unos cinco días (Ángel, ciudadano, su padre tiene papeles).

De acuerdo con la información de las familias analizadas, en cinco de ocho se han vivido situaciones de gravedad asociadas a la salud de los padres. La presencia de los hijos migrantes varía. En algunos casos, todos volvieron a La Asunción, mientras que en otros, sólo uno o dos hijos con documentos migratorios pudieron regresar a la localidad de origen. En todos los casos, una vez que el enfermo ha recuperado la salud, o en casos más graves, ha fallecido y se han cumplido con los rituales funerarios, los hijos migrantes regresan a California.

La condición de vejez o viudez de los padres también causa la búsqueda de alternativas por parte de los hijos migrantes para procurar su cuidado, sobre todo si viven solos. Se puede solicitar a familiares y vecinos que estén pendientes de los padres o que los auxilien en caso de necesidad. En una familia, una ahijada acompaña a los padres de manera cotidiana.

En ninguna de las familias analizadas los hijos migrantes reportaron el pago a un tercero para que se ocupara de los padres que viven solos. Sin embargo, en La Asunción ya se reporta la práctica de "pagar a alguien" para que pase la noche en casa de los padres, les ayude a "hacer mandados" o les lleve de comer. Aunque se reconoce que "no es lo mismo", pagar a alguien es una alternativa de cuidado viable cuando todos los hijos "están fuera" y no es posible procurar a los padres cuidado cotidiano de manera personalizada.

La imposibilidad de regresar a La Asunción de manera regular para ver a los padres y cuidar de ellos en persona, ya sea de manera cotidiana o en situaciones de emergencia, no sólo está determinada por la distancia física, sino principalmente por la falta de documentos migratorios. Como veremos a continuación, la condición migratoria, entendida como tener o no papeles, es un elemento que define el tipo y la frecuencia de visita que permiten la interacción cara a cara en estas familias con hijos migrantes.

El peso del estatus migratorio: "no poder salir"

Las políticas migratorias aparecen como el principal factor macrosocial que influye en la dinámica familiar transnacional, pues determinan en gran medida la posibilidad de la interacción cara a cara, así como el tiempo de separación entre los miembros de las familias transnacionales (Ariza, 2012). En el caso de la migración México-EU, las políticas migratorias estadounidenses tienen un gran peso en la dinámica familiar transnacional, al marcar la pauta de la movilidad de los migrantes y sus familiares a través de las fronteras.

Tener papeles -visa, residencia legal o ciudadanía- para estar legalmente en EU permite atravesar la frontera sin impedimentos, es decir, regresar a territorio estadounidense sin problemas. Es distinto el caso de las personas indocumentadas, quienes definen su propia situación como "no poder salir", pues debido al aumento de los controles fronterizos y el peligro de cruzar la frontera de manera indocumentada, prefieren prolongar su estancia en EU, lo que se traduce en largos periodos sin regresar a su lugar de origen.

Entre las familias analizadas, la condición migratoria de los miembros de las familias con hijos migrantes de La Asunción configura una interesante diversidad de situaciones. La diferencia entre tener o no papeles -incluso dentro de una misma familia- se evidencia en la posibilidad de realizar visitas en un sentido u otro, define quién viaja, la frecuencia y los motivos para realizarlas.

De las 22 familias analizadas, tanto padres como hijos migrantes tienen papeles sólo en dos casos. Para ellos, se facilita llevar a cabo visitas de manera regular en ambos sentidos e interactuar cara a cara con cierta frecuencia. En siete familias, los padres, o al menos uno de ellos, cuentan con documentos migratorios, ya sea porque el padre fue migrante y logró obtener la residencia legal para él y su esposa, o porque alguno de los hijos obtuvo la ciudadanía y les "arregló papeles".

En estos casos, los padres suelen emprender el viaje hacia California para ver a sus hijos y nietos. El boleto de avión suelen costearlo los hijos migrantes. Si bien implica un gasto adicional, se realiza para que los padres puedan ir a ver a sus hijos a EU:

Me hice ciudadana, porque ya sabía que quería arreglar a mis papás, quería tener para de este lado. Nomás de visita que vinieran. Y sí, ahorita ya tienen los papeles. Vienen a visitarnos y se van para México. Así ya. Pero está difícil, nosotros, todo mundo tiene sus gastos, y dice [su hermano]: "oye, papá viene a vernos, le mandamos para el boleto". Ay. sí. Hasta a veces se nos hace difícil, pero como dicen los hermanos: "pues no vamos a verlos" (María, ciudadana).

Cabe señalar que dicha movilidad propicia que los encuentros cara a cara abarquen a casi todos los miembros de la familia, y que los hijos sin documentos se vean particularmente beneficiados, pues pueden convivir con sus padres a pesar de su situación migratoria. La visita de los padres a California les permite ser partícipes de las celebraciones que se llevan a cabo en California: bodas, bautizos, 15 años, primeras comuniones y cumpleaños. El hecho de que los padres tengan documentos abre la posibilidad de que, en caso de enfermedad, el padre o la madre sean hospitalizados y atendidos en California, lo que facilita el cuidado en persona por parte de sus hijos migrantes.

En otras siete familias, algunos hijos cuentan con documentos migratorios, por lo que el sentido de las visitas es sólo de California a Oaxaca. La interacción cara a cara entre padres e hijos migrantes es regular sólo con los hijos que tienen papeles y regresan cada cierto tiempo a La Asunción, principalmente durante la fiesta patronal y las fiestas de fin de año.

Prometeo Lucero ► En varios pueblos mixtecos, la fiesta de la Virgen de Guadalupe es el 12 de enero y constituye una oportunidad de reunión para las familias separadas por la migración. El Espinal, Oaxaca, enero de 2010. 

Podemos suponer que el estatus migratorio se torna particularmente relevante en casos de emergencia. Ante una situación de enfermedad grave de los padres, los hijos con documentos son quienes tienen la posibilidad de viajar a La Asunción, pues saben que pueden volver a EU sin impedimentos. Incluso es posible ir varias veces, dependiendo de la situación:

Mi mamá me dijo: "¿sabes qué? No sé, ¿te quieres venir? Porque tu papá está enfermo, quiere hablar contigo". "Oh, sí, está bien, tal día llego allá". Y fui. Ya lo dejé, pues ya ve que nos dan una semana para ir como de vacaciones. Ya lo dejé [...]. ¿Qué será? A los dos días o a la semana me hablaron, me habló mi mamá: "¿sabes qué? Si te quieres venir". "¿Por qué?", le digo. "Tu papá ya se murió". "¿A poco? Si apenas regresé". "Yo sé que ya viniste, pero si te quieres venir, está bien". Y le dije: "¿sabes qué? Sí". A medianoche busqué a una persona, no sé, que me llevara a Tijuana, ahí agarré el boleto, ahí mismo, en el aeropuerto, ahí mismo. Ya fueron por mí, ya llegué, pues ya tenían todo preparado (Iván, residente legal).

La situación cambia en las seis familias en las que ningún miembro cuenta con documentos migratorios. En estos casos, los reencuentros son muy esporádicos y responden a situaciones casi extraordinarias. La relevancia de las visitas salta a la vista, esto las hace muy significativas tanto para los padres como para los hijos, pues pueden verse en persona y aliviar -al menos por el momento- la nostalgia producida por la distancia.

En cuatro familias, las hijas migrantes indocumentadas han vuelto una sola vez por motivos especiales. En dos casos, regresaron para cuidar a uno de los padres, que se encontraba gravemente enfermo. En las otras dos familias, para celebrar un acontecimiento religioso relevante -mayordomía y boda religiosa-. En todos los casos, una vez que se ha cumplido el objetivo de la visita, las hijas migrantes regresaron a California y no han vuelto desde entonces.

Sin duda, el caso más grave corresponde a aquellas familias en las que los hijos no han vuelto a La Asunción desde que se fueron a EU. Esta situación se presentó en dos familias. El caso de Norma es el más notable, pues al momento de la entrevista llevaba 18 años sin ver a sus padres. Debido a esto, ha procurado enviar a sus hijos a visitar a sus abuelos a La Asunción en al menos dos ocasiones, como una forma alternativa de presencia.

En las familias sin papeles destaca el hecho de que la oportunidad de los reencuentros cara a cara es significativamente menor comparada con la de las familias en las que los miembros cuentan con papeles. Esta situación se agrava en emergencias y en las familias con padres adultos mayores, pues las posibilidades de recibir cuidado personal de sus hijos migrantes son escasas. En el caso de que haya hijos viviendo en La Asunción, esto se traduce en una sobrecarga de trabajo para ellos y en mayor pesadumbre en aquellos que no pueden volver para "ver" a sus padres.

La condición migratoria establece diferencias importantes entre las familias analizadas en aspectos como la interacción cara a cara y la posibilidad de ofrecer cuidado, sobre todo en las familias con padres adultos mayores. Aunque en estas familias se llevan a cabo prácticas familiares transnacionales a distancia que mantienen los vínculos paterno-filiales -no sin contradicciones-, también es cierto que las condiciones estructurales, traducidas en este caso en la condición migratoria, son un punto que establece diferencias en la dinámica transnacional de las familias analizadas.

Consideraciones finales

El ejercicio realizado muestra la complejidad e importancia del análisis de la dinámica familiar transnacional en familias con hijos migrantes. Elementos como los ordenamientos morales familiares, el uso del ciclo de vida familiar como recurso metodológico y la identificación de factores estructurales que inciden en la posibilidad de implementar las prácticas familiares transnacionales a lo largo del tiempo permiten destacar el carácter social de la dinámica familiar transnacional.

En estas familias, resulta de particular relevancia la condición de salud de los padres para la llevar a cabo determinadas prácticas familiares transnacionales a ambos lados de la frontera y a lo largo del tiempo. Si bien el análisis muestra importantes semejanzas con familias transnacionales de diversos grupos sociales, es necesario señalar que por medio

de estas prácticas transnacionales se mantienen elementos culturales particulares, como el uso de la lengua y la participación comunitaria. De igual forma, es posible destacar el papel del trabajo de parentesco implicado en estas prácticas para el mantenimiento de una comunidad de tipo transnacional.

Como fue posible apreciar, la condición migratoria de los miembros de estas familias establece diferencias relevantes en la posibilidad de interacción cara a cara, el tiempo de separación entre padres e hijos y la oportunidad de brindar cuidado en persona, sobre todo en familias con padres adultos mayores. En ese sentido, una reforma migratoria en EU tendría repercusiones profundas en la dinámica familiar transnacional de estas familias, pues abriría la posibilidad de que los hijos migrantes permanecieran legalmente en ese país y cruzaran la frontera sin dificultades para poner fin a largos periodos sin volver a su tierra y sin ver a sus padres.

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1Este artículo es un subproducto de mi tesis doctoral, la cual tuvo como objetivo el análisis de las prácticas familiares transnacionales que llevan a cabo padres e hijos migrantes en EU para mantener sus vínculos paterno-filiales.

2En La Asunción, durante el verano de 2010 y en distintos momentos entre 2011 y 2013. En California se realizó trabajo de campo a finales de 2010 y durante el verano de 2011.

3Al igual que sucede con el resto de los flujos migratorios de origen oaxaqueño, California es el principal estado receptor de los migrantes de La Asunción. Dentro de ese estado, el norte del condado de San Diego ha sido durante décadas una de las principales zonas de llegada y concentración de migrantes originarios de La Asunción.

4Se trata de una simplificación de la propuesta de Hill (1964), quien establece 11 etapas del ciclo de vida familiar a partir de la consideración de periodos temporales y acontecimientos vitales.

5Incluye chapulines, tlayudas -tostadas-, quesillo, tasajo -carne-, polvo para preparar atole blanco, pan, chiles de agua y chocolate, todos productos típicos de la región.

6Programa que provee servicios médicos gratuitos o de bajo costo, para niños y adultos con ingresos y recursos limitados en el estado de California, Estados Unidos, operado por Covered California y el California Department of Health Care Services.

Recibido: 13 de Julio de 2015; Aprobado: 15 de Enero de 2016

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ITZEL HERNÁNDEZ LARA es socióloga egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es maestra en estudios regionales por el Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora y doctora en ciencia social con especialidad en sociología por El Colegio de México. En la actualidad, forma parte del Centro de Investigación y Estudios en Movilidadades y Migraciones Internacionales de la Universidad Autónoma del Estado de México. Sus intereses académicos y líneas de investigación son migración internacional, transnacionalismo, vida familiar y emociones.

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