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Desacatos

versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.37 Ciudad de México sep./dic. 2011

 

Reseñas

 

La re–creación de estrategias políticas de los grupos conservadores en el debate por la(s) sexualidad(es)

 

The Re–Imagination of Conservative Groups' Politic Strategies in Debates about Sexualities

 

Josefina L. Brown*

 

Jaris Mujica, 2007. Economía política del cuerpo. La reestructuración de los grupos conservadores y el biopoder. Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, Perú, 290 pp.

 

* Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina. josefinabrown@gmail.com

 

 

Este libro recoge los resultados de una innovadora investigación en torno a los grupos conservadores en Perú. Existen pocas y muy dispersas investigaciones sobre estos grupos vinculados al debate sobre derechos sexuales y reproductivos en América Latina. La mayoría de las indagaciones al respecto han girado alrededor de los fundamentalismos. Es decir, dan por sentada una forma estratégica de actuar de los sectores conservadores a los que se vincula con algunos grupos religiosos en particular. Con ello se pierde la oportunidad de interrogarse quiénes son y cómo actúan hoy en la mayor parte de los países latinoamericanos los grupos que se dedican a obstaculizar las políticas públicas relacionadas con los derechos sexuales y reproductivos.

De este modo, Mujica (2007) analiza con detalle aquello que veníamos percibiendo quienes investigamos en el campo de las políticas sobre derechos sexuales y reproductivos: en contraposición a lo que sucedía en otros periodos históricos —en que la jerarquía católica presionaba sobre las grandes cúpulas de poder procurando colonizar la estructura del Estado—, existe hoy una gran movilización de la sociedad civil liderando la oposición a cualquier clase de avance en relación con una política de derechos en torno de la(s) sexualidad(es). Vale decir, el modo de acción de los grupos conservadores ha variado ostensiblemente y el antropólogo peruano se aboca a delinear ese nuevo mapa. En primer lugar, porque no se trata sólo de grupos religiosos practicantes, sino sobre todo de organizaciones no gubernamentales provida que actúan en red. En segundo lugar, porque ya no lo hacen en el terreno privado o en las grandes cúpulas de poder —en el marco de cierto hermetismo y silencio—: participan activamente de los debates públicos y políticos, movilizaciones, etcétera. Y en tercer lugar, a diferencia del discurso explícitamente religioso que sintetizaba sus demandas, éste se ha acomodado en los últimos tiempos al lenguaje de los derechos y la ciencia. Por tanto, ya no es posible, como antes, simplemente argumentar en torno al dogmatismo de su fe para oponerse a sus demandas.

El antropólogo señala todos esos cambios de configuración, que implican rupturas y continuidades, y los sistematiza con claridad. En primera instancia se encuentra aquello que he advertido previamente y que tiene que ver con los modos de participación en el espacio público y en el político: ya no se trata tanto de colonizar el Estado como de impactar sobre las políticas públicas y su dirección desde el centro mismo de su legalidad. Por ende, el foco de su atención en los nuevos Estados democráticos latinoamericanos es el Congreso y eventualmente la justicia: el ordenamiento jurídico de los diversos países. Así, sus operaciones en este terreno pueden consistir en presentar proyectos de ley de la mano de sus alianzas con diputados o senadores, realizar operatorias de lobby, obstaculizar el debate o la aprobación de leyes que signifiquen la liberalización de algún aspecto de la sexualidad, etc. Eso en el terreno del Parlamento. En cuanto a la justicia, se trata de presentar recursos de amparo, pedidos de inconstitucionalidad o denuncias en torno de la aplicación de alguna ley o una política pública, como ocurrió con el caso de la anticoncepción de emergencia a inicios del milenio.1

En segundo término y en concordancia con el Congreso como sede principal de las deliberaciones en los Estados democráticos se encuentra el lenguaje que anuda las demandas en tales sociedades: vale decir, el discurso de los derechos humanos. Así, los grupos conservadores también se han apropiado de este lenguaje hegemónico para expresar sus demandas. Éstas ya no se expresan en términos de dogmas o preceptos morales y religiosos, sino en términos científicos, legales o sanitarios y siempre bajo el paraguas de los derechos humanos. Dentro de éstos han hecho ancla sobre el derecho a la vida, que es el primer derecho humano consagrado. Claro que se trata de una vida entendida de un modo muy particular —una vida no biológica que trasciende al ser humano y sobre la cual no tiene ninguna potestad—. Aún así, al poner su ancla sobre el derecho a la vida construye a su opositor —los y las defensoras de los derechos sexuales y reproductivos, en este caso— como representante del discurso de la muerte, hecho que comenzó a edificarse en Argentina a instancias del debate por la Cláusula Barra en la reforma de la Constitución de 1994.2

Tercero y vinculado con lo anterior está el quiénes y el cómo. Ya no se trata de un juego de cúpula a cúpula de poder o de un accionar basado en las prácticas privadas de las y los sujetos. El juego de movilizaciones es mucho más complejo. Es una gran red que opera en diversos ámbitos y con distintas estrategias que coordinan algunas organizaciones centrales de la red pero que ya no se concentra en algunos pocos puntos de acción sino que trata de atravesar todos los ámbitos de la sociedad. Mujica les dedica la segunda mitad del libro: describe y analiza el funcionamiento de algunas organizaciones estratégicas que se vinculan con nodos específicos de articulación y formas de acción particulares. Entre ellas están las que mantienen el discurso de la tradición y las formas herméticas propias del funcionamiento conservador clásico: el Opus Dei aparece como la organización clave que dialoga directamente con el Vaticano y da soporte semántico al resto de los discursos de la red.

Tejedoras de telares de cintura de la cooperativa La Flor de Xochistlahuaca, 2010.

Desde ese pilar central, el Opus Dei, que sostiene la tradición hermética más ligada al Vaticano, se desprenden y cruzan otras redes que actúan en diversos espacios y con distintas estrategias, nutriéndose, complementándose y formando una compleja red. Para el caso del Perú, Mujica menciona el Centro de Promoción Familiar y Regulación de la Natalidad (Ceprofarena), la filial nacional de Vida Humana Internacional, como la encargada de operar en el campo médico, como el nodo "científico" que liga las acciones cotidianas y el disciplinamiento del cuerpo a partir de preceptos médicos. Particularmente, tiene como población objetivo a los y las jóvenes, a quienes —se dice— hay que "salvar" de las tentaciones.

La pata más política del triedro Iglesia–ciencia–política es la que sostiene el Population Research Institute. En estrecha articulación con las políticas que sigue la matriz central de este instituto de investigación con sede en Estados Unidos, la sede peruana y latinoamericana apunta sus dardos fundamentalmente a la búsqueda de mecanismos que permitan obstaculizar, bloquear o sabotear el financiamiento o movilización de fondos y apoyo institucional de organizaciones internacionales para estos temas, tales como United States Agency for International Development (USAID), United Nations Population Fund (UNFPA), International Planned Parenthood Federation (IPPF), etc. Su modo de acción es básicamente el lobby y la presión a organizaciones internacionales. Así, se

transforma en un espacio eminentemente político: una tecnología política del cuerpo planteada a través de su crítica a la regulación de la natalidad y la demografía. Gracias a ella se politiza el cuerpo y se busca articular su disposición social desde las leyes y el Estado (p. 150).

Finalmente, Alianza Latinoamericana para la Familia (Alafa) es la organización responsable de articular las políticas provida en el espacio local junto con el Sodalicio. Dentro de una política secular, se dedica a la implantación de la educación provida en los colegios de nivel primario y secundario. Alafa actúa intensamente sobre la educación sexual a partir de una política editorial de amplia distribución. Sus materiales buscan luchar contra el aborto y la educación sexual laica, promueven los métodos de abstinencia periódica y, sobre todo, ponen en relieve los discursos sobre la familia desde la perspectiva provida. En cambio, ya no desde un brazo secular sino ligado a las y los laicos estrechamente relacionados con la Iglesia católica, el Sodalicio es el otro bastión fuerte en el espacio más horizontal de la sociedad.

Para cerrar, unas palabras sobre el cuerpo y el biopoder, que es el tema que va hilando como en una trama secreta, sutil, discreta, y por eso mismo eficaz, los argumentos del libro. El cuerpo ha sido históricamente sito de control y disciplina. Sin embargo, sus modos se han modificado al mismo tiempo que las técnicas empleadas. Bajo el capitalismo tardío el disciplinamiento no puede operar directamente sobre el cuerpo, pero tampoco bajo el discurso de los derechos humanos y las libertades individuales sobre el cuerpo propio. El campo de acción en los tiempos que corren, señala Mujica, se encuentra sobre eso que emana del cuerpo: la vida. Así:

los conservadores representan, en consecuencia, no sólo las ideas clásicas de la regulación y el control disciplinario (que siguen utilizando en sus espacios locales, escuelas, etcétera), sino, al mismo tiempo, un sistema de biopoder, una lógica de acción que regula el cuerpo desde la disciplina, pero también desde la disposición de la vida, de aquello que puede generar. Vida que atrapa al sujeto y que no le permite la decisión sobre sí mismo. Y aquí reside este sistema de saber: pone en entredicho en el tema en el que se construye la libertad de decisión, que es precisamente el de los derechos de los sujetos. La vida como derecho se constituye como la principal herramienta discursiva para cuestionar la decisión y la libertad del sujeto del fin de la modernidad (pp. 280–281).

 

Bibliografía

Brown, Josefina, 2001, "Los derechos reproductivos como derechos ciudadanos. Debates. 1985–2000", tesina de licenciatura, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales–Universidad Nacional de Cuyo, Argentina.         [ Links ]

––––––––––, 2008, "Los derechos (no) reproductivos en Argentina: encrucijadas teóricas y políticas", en Cadernos Pagu, núm. 30, pp. 269–300, en línea: <http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S0104–83332008000100015&script=sci_arttext>         [ Links ].

Mujica, Jaris, 2007, Economía política del cuerpo: la reestructuración de los grupos conservadores y el biopoder, Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos, Perú         [ Links ].

 

Notas

1 Sobre la diversificación del accionar de los grupos conservadores en Argentina véase Brown (2009).

2 Acerca del modo en cómo se construyó el discurso político en torno al debate por el aborto a raíz de la reforma constitucional de 1994 en Argentina véase Brown (2001).

 

Información sobre el autor

Josefina L. Brown es doctora en ciencias sociales por la Universidad de Buenos Aires (UBA), institución en la que es docente e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas con sede el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la uba, donde participa regularmente en el Grupo de Estudios sobre Sexualidades y del Área de Salud y Población. Indaga sobre sexualidad, salud y derechos humanos, subjetividad y política.

Información sobre el fotógrafo

Prometeo Lucero es fotoperiodista independiente. Estudió periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. En 2011 fue becario de la fundación Prensa y Democracia de la Universidad Iberoamericana. Su trabajo ha sido publicado en importantes medios impresos de comunicación de México: La Jornada, El Universal, Milenio, Reforma, El Economista, Proceso, CNN México. Ha colaborado con las agencias Reuters, AFP, AP, Xinhua, EFE, Cuartoscuro y Notimex y en publicaciones impresas y electrónicas extranjeras, como el Washington Post, Los Angeles Times y Welt–Sichten. Actualmente realiza cobertura fotográfica para la organización ambientalista Greenpeace México. <www.prometeolucero.com>.

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