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Desacatos

versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.24 Ciudad de México may./ago. 2007

 

Legados

 

Carmen Castañeda (1941-2007): mentora y formadora de jóvenes generaciones de historiadores*

 

María Teresa Fernández Aceves

 

Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Occidente, Guadalajara, México. mferna1@mail.udg.mx

 

En 1982 conocí a Carmen en una excursión a la ciudad de México que organizó Francisco Ayón Zester, profesor de la licenciatura en historia de la Universidad de Guadalajara. Esta visita fue para que los estudiantes de historia visitáramos el Museo de Antropología e Historia y varias zonas arqueológicas del centro de México. Durante este paseo, Carmen explicaba con gran erudición, a los estudiantes que se le acercaban, las influencias del sistema colonial en la vida de los indígenas después de la Conquista, qué elementos se habían conservado y cuáles se habían transformado. Esta experiencia resultó doblemente enriquecedora porque fue un puente para entender el mundo prehispánico y el periodo colonial. Este viaje con Carmen me permitió expresarle mi gran interés por trabajar en los archivos. Carmen indicó que estas actividades eran básicas y formativas para cualquier historiador. Amablemente, Carmen sirvió de vínculo para que yo empezara a trabajar primero en el Archivo del Supremo Tribunal de Justicia y después en el Archivo Histórico de Jalisco (AHJ).

Al interior de los archivos de Carmen aprendí habilidades básicas que resultaron muy útiles para mis futuras investigaciones: clasificar, inventariar, catalogar, reseñar libros y elaborar índices temáticos y cronológicos. Gracias a mi trabajo en los archivos entendí su estructura, funciones y organización. En especial, durante la gestión de Carmen como directora del AHJ (1978-1985), el archivo se convirtió en una especie de laboratorio donde, quienes trabajábamos cotidianamente en diferentes puestos, practicábamos la selección y la organización de los diversos documentos y también aprendíamos sobre la historia de Jalisco, de Guadalajara y del occidente del país.

Carmen impartía la clase de América Latina del periodo colonial en la licenciatura en historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara. Este curso fue clave porque nos brindó un panorama general para identificar las características del sistema colonial español. Con su excelencia como conocedora del estado de la cuestión en este periodo, nos introdujo al vocabulario colonial para entender sus prácticas, instituciones y legislación. Estas herramientas nos ayudarían a evitar interpretaciones erróneas. Por ejemplo, resaltaba que no era lo mismo una encomienda que una merced de tierras. Igualmente, nos indicó cuáles textos hacían una discusión historiográfica sobre el papel de la Colonia en el desarrollo capitalista de América Latina.

En sus clases, invitaba a sus alumnos a pensar en temas novedosos para desarrollar en nuestras tesis de licenciatura. Aunque Carmen no fue mi asesora de tesis, sí influyó para que seleccionara un tema que había sido muy poco trabajado: el caso de las mujeres en la industria del nixtamal y sus sindicatos en Guadalajara.

La vida de Carmen y la perspectiva que ella tenía de la historia, según sus propias palabras, cambiaron cuando realizó sus estudios de doctorado en El Colegio de México. El ejemplo de Carmen me inspiró. Decidí estudiar un posgrado en Estados Unidos pero no sabía exactamente en qué universidad. Busqué en distintos programas de estudios acerca de América Latina y contacté a historiadores estadounidenses muy reconocidos en los estudios mexicanos. A cada universidad e historiador que seleccionaba, les explicaba que estaba interesada en realizar estudios de posgrado, anexaba mi curriculum y una carta de apoyo que Carmen me escribió. Historiadores como John Coastworth, Asunción Lavrín, Silvia Arrom, William Beezley y Ana Macías respondieron inmediatamente al saber que una ex alumna de Carmen tenía interés en trabajar con ellos.

De manera espontánea, Carmen se convirtió en mi mentora, pues su apoyo fue fundamental. Gracias a ello decidí lo que quería estudiar y solicité la beca Fulbright-García Robles-LASPAU. En 1993 obtuve esta beca para realizar mis estudios de maestría en la Universidad de Illinois en Chicago. En esta nueva etapa también conté con el apoyo incondicional de Carmen, quien me aconsejó cómo salir adelante y cómo organizarme para cumplir con los requisitos de los diferentes seminarios. Carmen estaba convencida de que un estudiante de posgrado debía ser tenaz y organizado, dos cualidades que ella siempre practicó al pie de la letra. Carmen tampoco formó parte de mis comités de tesis de maestría y doctorado, pero estuvo presente con sus consejos, me orientó acerca de las fuentes de archivo que yo podía utilizar. Varias veces vine a Guadalajara a realizar trabajo de archivo y entrevistas, y en esas ocasiones platicaba con Carmen acerca de mis hallazgos. Curiosamente, muchas de las mujeres que yo estudiaba en mi tesis de doctorado fueron profesoras de Carmen en la Normal de Maestros. Entonces conocí la otra cara —que no me revelaron los documentos— de estas mujeres a través de las palabras de Carmen. Recuerdo una noche en Chicago, cuando hablábamos de Jacinta Curiel (la segunda médica de Guadalajara) y de Guadalupe Martínez (líder de la CTM y del PRI), Carmen atinadamente puntualizó que aunque Jacinta Curiel nunca se declaró feminista como Guadalupe Martínez, su trabajo constante en el primer centro para la detección de cáncer de la mujer en la Secretaría de Salud Pública mostró que eran acciones de una médica que dio su vida para salvar las vidas de otras mujeres. Carmen concluyó que el trabajo de la doctora Curiel no recibió gran difusión pública en la prensa, pero su trabajo profesional constante sí influyó significativamente en diversas mujeres de distintas partes del occidente de México por más de quince años. Esta reflexión de Carmen me ayudó a ver a las mujeres de mi tesis de doctorado más allá de ciertas etiquetas y estereotipos.

Regresé a México en 2000 y me dio mucho gusto saber que Carmen, incansable, continuaba formando nuevas generaciones de historiadores en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y en la Universidad de Guadalajara. Pero Carmen no sólo formó historiadores; también abrió nuevas líneas de investigación en el CIESAS: el estudio de la lectura, del libro y de la cultura escrita. Desde mi ingreso al CIESAS-Occidente en 2001, trabajamos colectivamente en los seminarios de investigación de historia social y cultural del programa de doctorado en ciencias sociales, así como en la maestría en antropología social. Cuando Carmen les comentaba a los estudiantes sobre sus proyectos, siempre fue enriquecedor escucharla sobre cómo elaborar el proyecto de investigación, cómo escribir fichas de lectura, cómo organizar el material de fuentes primarias, y sus recomendaciones para redactar la introducción final de una tesis. Asimismo, planteaba la importancia de las variedades entre la historia social, la historia de las mentalidades y la nueva historia cultural; las relaciones entre la historia y la antropología y las diferencias entre la microhistoria mexicana y la italiana.

En varias ocasiones, Carmen organizó seminarios permanentes de investigación, a los que invitaba a colegas de otras instituciones para que discutiéramos a profundidad una pregunta de investigación y propusiéramos un tema en torno a ésta para escribir un artículo o capítulo de libro. Carmen fungía como líder y coordinadora de los seminarios, de los coloquios de avance de investigación y de las publicaciones colectivas que logró editar. En cada sesión siempre mostró gran entusiasmo y fascinación por lo que todos aprendíamos. Yo participé en dos: en el de "Universidad y reproducción social" (1989-1990)1 y en el de "Cultura escrita" (2005-2007). En estos espacios, Carmen también compartió con los participantes su enorme experiencia en la investigación y edición de publicaciones.

En 2001 le sorprendió la enfermedad a Carmen. A pesar de su súbita gravedad, atendió a todos sus estudiantes. El 16 de noviembre de 2001, el CIESAS, el Departamento de Historia del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades y la Coordinación Editorial de la Universidad de Guadalajara (UdeG) le organizaron un homenaje para alentarla a seguir adelante. Se organizó el seminario "Historia cultural, social y de la educación en Guadalajara: reconocimiento a las aportaciones historiográficas y trayectoria académica de la doctora Carmen Castañeda"2. La misma trayectoria académica de Carmen definió el perfil del programa. En este homenaje, el doctor Rafael Loyola Díaz, entonces director del CIESAS, propuso ponerle su nombre a la biblioteca del CIESAS-Occidente, como reconocimiento a su labor en la conformación de ésta. Asimismo, el doctor Jesús Gómez Fragoso sugirió reeditar las obras de Carmen que estaban agotadas3. El 23 de abril de 2002 se llevó a cabo la ceremonia en la que se le otorgó el nombre "Doctora Carmen Castañeda" a la biblioteca. En ese evento, Carmen expresó su deseo de donar su biblioteca particular a la biblioteca del CIESAS-Occidente.

Carmen nunca fue oficialmente mi asesora de tesis, pero influyó bastante en mi formación como historiadora: fue mi mentora, mi maestra y mi amiga. Me guió y me enseñó. Para Carmen, ser mentora era parte de su vocación; fui testigo de su gran influencia en otros y otras estudiantes. En su trabajo profesional hizo aportaciones al conocimiento histórico en distintas líneas de investigación: mujeres, educación, historia social y cultural, historia del libro, la lectura y la cultura escrita.

A veinticinco años de distancia de haber conocido a Carmen en aquel viaje, no olvido la importancia que siempre le dio al estudio de la historia. Su dedicación personal y constante hacia los estudiantes mostraron no sólo su amor por la enseñanza, sino también su integridad y honestidad. Fue una guía en mi proceso de formación académica: me enseñó, ayudó y fue testigo de mi desarrollo profesional y personal. Puedo decir que gracias a sus consejos y enseñanzas terminé mis estudios de maestría y doctorado.

Mientras escribo estas palabras pienso, a modo de propuesta, que el CIESAS instituya el premio de mentor, tal como lo hacen otras organizaciones profesionales e instituciones académicas internacionales, para otorgar el reconocimiento a Carmen como alguien que fue más allá de las funciones de asesor y de director de tesis. Sería una forma de que ella esté presente entre los estudiantes que ya no tuvieron la oportunidad de conocerla, y para quienes recibimos sus enseñanzas sería una forma de decirle: ¡gracias Carmen!

Guadalajara, 5 de mayo de 2007

 

Notas

* Agradezco a Julia Preciado las sugerencias pertinentes que realizó a este texto.

1 Carmen Castañeda (comp.), Historia social de la Universidad de Guadalajara, Universidad de Guadalajara, CIESAS, Guadalajara, 1995 (Premio CIESAS 1993 en la categoría de libro colectivo).

2 Las organizadoras de este evento fueron Luz Ayala (CUCEA-UdeG), Alma Dorantes (INAH-Jalisco), María Teresa Fernández Aceves (CIESAS-Occidente), Gladys Lizama (CUCSH-UdeG) y Raquel Moreno Pérez (CUCSH-UdeG).

3 Las obras agotadas son las siguientes: La educación en Guadalajara en la época colonial, 1552-1821, El Colegio de Jalisco, El Colegio de México, Guadalajara, 1988; Violación, estupro y sexualidad en la Nueva Galicia, 1792-1821, Hexágono, Guadalajara, 1989; Historia social de la Universidad de Guadalajara —libro colectivo premiado por el CIESAS en 1993—, CIESAS, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 1995; Círculos de poder en la Nueva España, CIESAS, Miguel Ángel Porrúa, México, 1998.

 

Información sobre la autora:

María Teresa Fernández Aceves. Doctora en Historia (2000) y maestra en Estudios Latinoamericanos (1995) por la Universidad de Illinois, Chicago. Profesora-investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Occidente y docente en la Universidad de Guadalajara. Dirigió el Archivo Histórico de Jalisco de 1992 a 1993. Actualmente lleva a cabo una investigación sobre narrativas y representaciones sobre la clase obrera en perspectiva de género en Guadalajara, 1920-1940. Ha publicado artículos en libros y revistas nacionales e internacionales.

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