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Desacatos

versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.22 Ciudad de México sep./dic. 2006

 

Saberes y razones

 

Las escrituras que privilegian la imagen: cuatro casos

 

Anne-Marie Vié-Wohrer

 

École du Louvre y Universidad de París VII, París, Francia. Awohrer@aol.com

 

Recepción: 5 de abril de 2006
Aceptación: 3 de julio de 2006

 

Resumen

Este trabajo trata del lugar que pueden ocupar las escrituras del México Central ("aztecas" y mixtecas) dentro del gran conjunto de las escrituras llamadas pictográficas, en oposición a las escrituras alfabéticas. Se presenta brevemente el origen geográfico e histórico, así como los principios generales que rigen cada una de las escrituras pictográficas más conocidas: la cuneiforme sumeria, la ideográfica china y la jeroglífica egipcia. Como conclusión se hablará de las concordancias posibles entre éstas y las escrituras mesoamericanas.

Palabras clave: códices mexicanos, escritura pictográfica, escribas, numerales, fonogramas, ideogramas.

 

Abstract

This essay is about the position that the old writings in Central Mexico (Aztecs and Mixtecs) occupies in the big group of writings systems named as pictographic, in opposition to alphabetical writings. Here is briefly presented the geographic and historical origin, as well as the general principles which rules each one of the most known pictographic writings: Sumerian cuneifoirm, Chinese ideographic and Egiptian hieroglyphic.The possible parallels among these writings and the mesoamerican writings are exposed as a conclusion.

Key words: mexican codex, pictographic writing, escribas, numerals, fonograms, ideograms.

 

Desde hace 100 000 años que el ser humano está capacitado para hablar pero sólo escribe desde hace 5 500 años.1 En la historia de la humanidad, únicamente una pequeña minoría ha practicado la escritura y hoy, a pesar de todo el tiempo transcurrido, todavía mil millones de personas no saben leer ni escribir. Actualmente existen veinticinco sistemas de escritura en el mundo: el sistema chino es el único de aquellos basados en la imagen que ha resistido a las vicisitudes de la historia.2

La escritura es un sistema de signos, al igual que los gestos, los sonidos y las imágenes. Pero, ¿en qué difiere de éstos? Según el concepto occidental de escritura, ésta es, en primer lugar, un medio para registrar la lengua que le precede; y en segundo, un medio para conservar la formulación de una idea. Muy a menudo se cree que la escritura es una transcripción de la lengua; sin embargo, se trata más de una traducción que de una transcripción porque siempre existe un "intervalo" entre lo pronunciado y lo escrito. La escritura se sitúa a mitad de camino en la confluencia del lenguaje (sonido) y de la imagen (grafía): coloca y distribuye en un espacio dado las palabras de la lengua.

Los sistemas de escritura se reparten en dos grandes categorías: una que privilegia el sonido y otra que privilegia la grafía. El objetivo de la primera, a la que pertenece nuestra escritura alfabética, es transcribir, almacenar, "congelar" de manera duradera y lo más fielmente posible los conceptos "puestos en palabras". Aunque la segunda categoría —a la que pertenecen los sistemas cuneiforme, jeroglífico egipcio,3 chino y mesoamericano4— sea el mismo, en este tipo de escritura se pueden dar diferentes lecturas, con posibilidades de interpretación que van mucho más allá del mundo de la palabra (véanse ilustraciones 1, 2, 3, 4 y 5 en pliego de color, pp. XIII-XVI).

El presente trabajo tiene como único objetivo ofrecer una presentación rudimentaria de estos cuatro sistemas de escritura basados en la imagen para contribuir a una mejor comprensión del sistema mesoamericano. No se pretende reemplazar a un epigrafista egiptólogo, sinólogo o especialista de la escritura cuneiforme, sólo se busca aislar los principios más generales que rigen cada uno de estos sistemas, conocimiento que puede aportar una nueva luz a los investigadores en el ámbito de las escrituras mesoamericanas.

Poco se ha hecho hasta hoy en esa dirección: los pocos investigadores mesoamericanistas que han trabajado a partir de la comparación de estos cuatro sistemas de escritura5 se concentraron más en sus funciones y no en los principios que los regían. No se interesaron en la constitución ni en los mecanismos de estos sistemas, sino en su resultado: la comunicación. Nosotros, al contrario, pensamos que se debe comenzar por los principios que rigen las escrituras (y por el método para entender estos principios) y terminar por su función. Sólo así se podrá pretender, disponiendo de ejemplos de los diferentes sistemas de escritura basados en la imagen, avanzar en el conocimiento de la escritura mesoamericana. Esto será de gran ayuda para llegar a descubrir, como lo quería Joaquín Galarza, los principios de la escritura mesoamericana.

El desciframiento de los tres primeros sistemas, aunque a veces incompleto, se ha beneficiado de casi dos siglos de estudios, a diferencia del más reciente de las escrituras mesoamericanas. El estudio del sistema chino empezó hace varios siglos, el de la escritura jeroglífica egipcia y el de la cuneiforme comenzaron en la primera mitad del siglo XIX, mientras que el estudio de las escrituras mesoamericanas, grosso modo, inicia con Alfonso Caso casi un siglo después. Los trabajos de J. M. A. Aubin sobre las escrituras mesoamericanas, aunque interesantes, fueron olvidados. Ya a mediados del siglo XIX, Aubin6 le confiere la calidad de escritura a las "pinturas mexicanas" con una "certidumbre equivalente a aquella de los resultados más irrefutables de los egiptólogos" de esa época. Para llegar a esta conclusión, Aubin utiliza un método inspirado probablemente en el empleado por Champollion para descifrar el sistema jeroglífico egipcio.7

 

ORIGEN DE LOS SISTEMAS DE ESCRITURA BASADOS EN LAS IMÁGENES

¿Cuándo y cómo fueron inventados estos sistemas? En todas las culturas que han desarrollado este tipo de escritura, ésta tiene un origen mítico, relacionado siempre con la religión. Fueron personajes divinizados, dioses o soberanos, particularmente famosos por su inteligencia y sabiduría, los que la inventaron o fueron "patrones" de los escribas. Los dioses se llamaban Enki entre los sumerios, Tot ("escriba divino") e Imhotep (arquitecto supuesto de Saquara, 2 700 años a.C.) entre los egipcios. En China, los creadores de la escritura fueron los emperadores míticos Fuxi,8 Shennong9 y Huangdi10 y algunos de sus ayudantes. Entre los sumerios, el soberano de Uruk inventó la técnica del recado escrito11 hacia el año 3000 a.C. De igual manera, en la escritura japonesa también intervenían fuerzas divinas. En particular, había una fuerza que se manifestaba en el pincel, haciendo que éste se moviera. Asimismo, hay dioses para los escribas, como Nabu entre los asirios de Mesopotamia a comienzos del primer milenio a.C. En la cuarta parte de este trabajo veremos cuáles fueron las entidades divinas que generaron la escritura mesoamericana.

Los sistemas de escritura basados en la imagen que trataremos son los de la escritura cuneiforme sumeria, de la escritura jeroglífica egipcia y de la escritura china, con el objetivo de correlacionarlos con el sistema de escritura mesoamericano, basado al igual que ellos en la imagen. Estos no son los únicos sistemas, pues en el Medio Oriente y en la India occidental hubo otros, pero los que aquí tratamos parecen ser los más importantes.

 

ESCRITURA CUNEIFORME DE SUMER

La escritura cuneiforme de Sumer ha sido considerada como la forma de escritura más antigua del mundo, cuya existencia es datada desde fines del cuarto milenio antes de Cristo. A pesar de ser "un sistema gráfico en el que todas las dificultades de lectura parecen haberse juntado, como por gusto"12 esta escritura tan complicada siguió en uso hasta los inicios de la era cristiana,13 a pesar de tener un rival a partir del comienzo del segundo milenio14 (por ser mucho más fácil su uso): la escritura alfabética de los cananeos. Estudiada desde mediados del siglo XIX por muchos investigadores, sigue sin haber sido totalmente descifrada: algunos de los signos más antiguos continúan en la oscuridad.15

La escritura cuneiforme de Sumer fue la más prestigiosa en aquella parte del mundo. Desde el segundo milenio antes de Cristo, a pesar de no ser la lingua franca inteligible en todo el Medio Oriente, sí era la scriptura franca inteligible que prevalecía desde Egipto hasta Armenia, y desde Capadocia hasta Elam. En el mapa 1 (p. 40) puede verse su difusión a partir del tercer y hasta el primer milenio antes de Cristo. Era utilizada para anotar, en tabletas de arcilla, además de la lengua sumeria, lenguas semíticas como la acadia,16 la cananea y lenguas indoeuropeas como la hitita y otras.

Esta escritura nació en el Creciente Fértil,17 área ubicada entre los ríos Éufrates y Tigris y el delta formado por éstos. Surgió en pequeñas ciudades-estados gobernadas por los sumerios, entre las cuales la más conocida fue Uruk, considerada tradicionalmente la cuna de la escritura cuneiforme. Antiguamente, estas ciudades-estados eran aldeas de comunidades sedentarias, con agricultura de riego y ya con edificios religiosos (templos de ladrillo), que habían caído en manos de los invasores sumerios.18 Con éstos se desarrolló una economía próspera que generó una administración civil, política y religiosa cada vez más importante. El aumento de las riquezas, y sobre todo su concentración, creó nuevas necesidades, como las de elaborar inventarios, anotar transacciones comerciales, establecer censos, etc. La escritura pudo haber surgido a causa de estas nuevas necesidades... pero se trata sólo de una hipótesis. Parece, más bien, que fue un hallazgo fortuito.19

 

COMIENZO Y DESARROLLO DE LA ESCRITURA

La escritura sumeria "arcaica" nace de la imagen. Es logogramática (transcribe una palabra)20 o ideográfica (transcribe una idea):21 las imágenes ("signos") son realistas, algunas ya estilizadas y simplificadas, eventualmente simbólicas. Se estima su número en 900, entre las cuales muchas (tanto su trazo como su disposición) no sólo obedecen a las leyes de la estética sino que son y "actúan" como elementos ornamentales. En este doble papel —escritural y artístico—, los signos cubren desde grandes estatuas hasta miniaturas y tabletas tan pequeñas como nuestros sellos, expresando una tendencia fuerte de rechazo al espacio vacío. Dentro de su calidad estética, las imágenes designan de manera realista un objeto, una calidad, una acción, que pueden eventualmente estar asociados a una notación numérica.22 No hay relación con la lengua: los elementos abstractos del lenguaje (verbos, indicadores temporales, etc.) quedan subyacentes; sólo se graban los elementos básicos para la comprensión del mensaje que se debe conservar. Sin embargo, se anuncia ya una tendencia hacia el esquematismo: el dibujo es más o menos simplificado o fragmentario. Por ejemplo, se representa una parte para significar el todo, como el triángulo púbico para designar a la mujer (fig. 2), la mano para la intervención o la autoridad, una espiga para los cereales, una cabeza de res para el animal entero, etc. La constancia y normalización del trazo del grabado son la prueba de que se trata de un repertorio reconocido, aceptado por todos y, por consiguiente, de una escritura propiamente dicha. Estas figuras constituyen la base de la escritura cuneiforme.

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Hacia 2700 a.C. los escribas ya podían establecer una lista de empleados, tener una contabilidad de sueldos o de entrega de mercancías (sin oración, sin verbo, sin indicación temporal). También, durante esta época arcaica (3300-2900 a.C.)23 aparecen algunas tabletas con un verdadero repertorio de signos, en su mayoría pictográficos, destinados a la capacitación del maestro y al aprendizaje del alumno. Repertorios como ésos siguen existiendo seis siglos después. Las dificultades son las siguientes: identificar el signo (numerosos son los que no pueden serlo) y encontrar el sentido de su lectura (no están alineados de manera clara sino agrupados en un cuadro).

A finales del tercer milenio (2800 a.C.) se produce un cambio: aparece el fonetismo. Las condiciones políticas, así como las necesidades económicas y burocráticas hicieron adoptar este procedimiento (Labat, 2005 [1963]: 530-31) mientras su complejidad iba creciendo. También forzaron a los escribas a acercar la escritura al lenguaje, a anotar lo que en la lengua no podía ser representado con un simple dibujo figurativo. Finalmente, limitaron la proliferación anárquica de los signos arcaicos disminuyendo su número y haciéndolos entrar en un sistema coherente. Los escribas aprovecharon el hecho de que la escritura fue considerada muy rápido no sólo como una herramienta de tipo práctico, sino como una ciencia que debía ser enseñada.

La transformación de la escritura sigue dos planos paralelos: simplificar y mejorar las posibilidades que ofrece el sistema ideográfico (anotar más información y hacerla más precisa). Para simplificar se esquematiza el grafismo del signo y se pasa del "lineal" original al cuneiforme (escritura en forma de "cuña");24 también se reduce su número, por lo que se empezó a usar el mismo ideograma para transcribir cosas o acciones cercanas. Por ejemplo: boca (KA), nariz (KIR4),25 palabra (INIM) y también la idea de hablar (DU1) o gritar (GU3). El lector debía entonces escoger entre estos diversos significados según el contexto. Para librarse de esta dificultad, en la lectura se inventaron los determinativos de clasificación, signos que se colocaban al principio o al final de la palabra (fig. 2). Éstos probablemente no se leían, sino que ayudaban a precisar a cuál categoría pertenecía el concepto expresado: dios, hombre (para los nombres propios), mujer, astro, pez, país, objeto de piedra o de madera.

Se presentaba también otra dificultad: la lengua sumeria es, en gran medida, monosilábica26 y tonal;27 muchos nombres tenían el mismo sonido (homofónicos) pero significados diferentes (polisemánticos) y los antiguos sumerios probablemente los diferenciaban por los matices de tonos. Había, por ejemplo, 16 signos que se pronunciaban "du". Para transcribirlos y distinguirlos unos de otros, los estudiosos que actualmente los descifran les han atribuido números: así, DU1 significa 'ir'; DU3: 'hacer, construir'; DU6: 'colina', etc. (fig. 3). Para simplificar, los antiguos sumerios anotaron arbitrariamente estas variantes en los sonidos mediante uno solo de estos signos, según el principio de los rebus modernos.

La necesidad de transcribir nombres propios y conjunciones gramaticales les condujo muy rápido a inventar signos cargados de sonidos (fonogramas), despojando a los ideogramas de su significado pero conservando el sonido: así, por ejemplo, el signo de la boca (KA) sirvió para expresar el sonido 'ka' (fig. 4). Estos procedimientos llevaron a una disminución del repertorio de signos que pasó de 900 (antiguamente) a más o menos 500 hacia 2400 a.C., creando así un sistema, en parte silábico, que permitía escribir oraciones, con relaciones entre las palabras y todos los matices de la lengua hablada. En esta época, el sentido de lectura va de izquierda a derecha y en líneas (para la escritura cursiva).

Los progresos de la escritura contribuyeron también a hacer evolucionar la lengua: el contenido de los textos se diversificó y enriqueció. Entre 2800 y 2340 a.C., junto a los documentos de contenido económico aparecen otros de contenido literario28 y, finalmente, al término de ese milenio, otros de contenido religioso. La transcripción se hace por medio de raíces simples que dejan al lector la tarea de completar los elementos ausentes. Los textos pertenecen todavía a una tradición en gran parte oral y a veces las dificultades de su lectura resultan tan grandes que no se les puede vencer.

Hacia la mitad del tercer milenio la escritura se modifica (un giro de 90 grados, no se sabe por qué): se simplifica y los signos empiezan a ser utilizados por su sonido (fonetización) y ya no por su primer significado. Así, pierden parte de su contenido simbólico y su evolución gráfica se acentúa aún más.

Hasta la primera mitad del tercer milenio, la lectura se realizaba de derecha a izquierda y por columnas. Después, los signos se disponen en desorden, dentro de cuadros o rectángulos organizados en hileras, que se leen de derecha a izquierda y, cuando una hilera está completa, empieza otra más abajo (Walker, 1994: 36). Cuando el recto está lleno, se vuelca la tableta de izquierda a derecha y se empieza a escribir de abajo hacia arriba. En cambio, hacia 2000 a.C., las tabletas son por lo general más altas que anchas. Los signos se graban de izquierda a derecha en anchos renglones. La gramática ya está "normalizada" y las oraciones están formadas por una sucesión normal de palabras, provistas de todos sus elementos gramaticales. La escritura cuneiforme puede ya restituir todos los matices del pensamiento. A partir de ese momento, su adaptación a otras lenguas constituirá el factor principal de su evolución.

Hacia 2340 a.C. los nuevos señores de Sumer son los acadios. Éstos utilizan los signos de la escritura sumeria para transcribir su lengua semítica: el acadio. Hacia finales del tercer milenio, los sumerios regresan al poder por un corto periodo. Es entonces que escriben las obras literarias mayores de su historia.29 Hacia 2000 a.C., la lengua sumeria desaparece como lengua hablada y es remplazada por el acadio, que en esa época consta de dos dialectos: el asirio del norte y el babilónico del sur. Sin embargo, el sumerio perduró como lengua de la sabiduría hasta el fin de la historia de la escritura cuneiforme.

A partir del segundo milenio a.C., el movimiento de expansión de la escritura sumeria es irresistible. Se le utiliza en todo el Medio Oriente para transcribir lenguas de familias y estructuras diferentes. Durante el primer milenio la escritura cuneiforme, reservada a un pequeño número de sabios que consideraban la escritura alfabética como inferior, está en regresión.

 

Numeración posicional

La escritura era la base misma de una parte notable de la ciencia mesopotámica. La numeración posicional y la notación del cero (se señalaba por un vacío entre dos numerales; Labat, 2005 [1963]: 535) son dos nociones esenciales de la matemática babilónica. Desde antes de 3000 a.C. hasta 75 d.C., el sistema numérico utilizado por los sumerios, los babilónicos y quienes lo adoptaron es una combinación del sistema decimal y del sexagesimal.

En la época más antigua, existía un ideograma propio para cada valor numérico:

Cuando la escritura se volvió cuneiforme, los numerales tomaron un aspecto más agudo, por ejemplo:

Después, en el sistema babilónico (de 2000 a.C. a 75 d.C.), por diferentes motivos (algunos puramente matemáticos) los numerales fueron anotados según una notación simplificada en la que la posición del numeral en la secuencia determinaba su valor:

Los mismos símbolos se usaban también para escribir las fracciones:30

 

Escribas y escuelas

Hacia la mitad del tercer milenio31 en todo el país hay escuelas de escribas, quienes gozan de mucho prestigio y poder y pertenecen a las familias más ricas. Entre éstos existe una jerarquía y especializaciones. Sus trabajos no son anónimos, ya que ponen su firma en las tabletas. Desempeñan una de las funciones de más renombre en la sociedad de la época, a tal punto que algunos firmaban con un neologismo constituido por las palabras 'escriba' y 'príncipe', lo que daba el equivalente de escribaemperador.

 

SISTEMA DE ESCRITURA CHINA

Según la tradición china, el invento de la escritura (alrededor de 2500 a.C.32) es el fruto de tres grandes antepasados, emperadores legendarios y hombres santos que serán venerados como dioses pequeños de la escritura.33 El primero de ellos, Fuxi, además de enseñar a los hombres la caza, la pesca, el pastoreo y de instituir el matrimonio, estableció las bases de la adivinación y de la escritura. Inventó los ocho trigramas, que eran símbolos gráficos obtenidos por la combinación de tres líneas horizontales dispuestas en círculo como para formar un octágono: las líneas son continuas o interrumpidas al medio, según representaran los principios masculino (yang) o femenino (yin) que rigen el universo. Duplicados, los trigramas generaron los 64 hexagramas que aparecen en un tratado de adivinación,34 capaces estos últimos de representar todos los objetos y fenómenos del cielo, la tierra y el hombre. Al reino de Fuxi le sucedió el de Shennong, quien enseñó la agricultura, el uso de las plantas medicinales e inventó un sistema de nudos (parecido a los quipus incaicos) para anotar los acontecimientos y las cuentas. Luego reinó el emperador Huangdi (de 2697 a 2599 a.C.), aconsejado por su adivino-escriba Cang Jie.

Este último creó los caracteres inspirándose en las huellas de las patas de las aves y de otros animales. Cang Jie y su asistente fueron venerados como "espíritus de los caracteres de la escritura". Al dibujar los primeros caracteres, el cielo y la tierra temblaron y los dioses se inquietaron de ver al hombre descubrir los secretos de la creación.

La escritura en China siempre ha desempeñado un papel esencial, estrechamente relacionado con el pensamiento "filosófico" y con la política después. Antiguamente, la escritura era una de las seis artes:35 ritos, música, arquería, conducción de carros, escritura y ciencia de los numerales (ciencia adivinatoria). Estas disciplinas (de acuerdo con la tradición confuciana) estaban destinadas a la formación de la élite y parecen haber sido inicialmente artes nobles de carácter mágico. Implicaban una maestría (equilibrio) psicosomática, prueba de sabiduría, que habilitaba al mando. En la actualidad aún conservan su prestigio gracias, en gran parte, a su papel de instrumento eficaz de dominación política y al desarrollo del arte de la caligrafía.36

 

Los primeros testimonios

Fuera de la leyenda y según estudios arqueológicos, los primeros testimonios existentes de la escritura china están relacionados con la religión. Aparecen hacia 1500 a.C.,37 en forma de inscripciones oraculares.38 Los especialistas de la adivinación inventaron esta escritura como un instrumento auxiliar de la ciencia adivinatoria, confirmando así el carácter sagrado que ya se había manifestado en sus orígenes míticos.

Las inscripciones figuran en forma de logogramas grabados directamente sobre las piezas divinatorias de hueso o de caparazón de tortuga, repartidos en columnas verticales. Están dispuestos al lado de grietas mágicas causadas por quemaduras de una tea encendida y que debían ser interpretadas como signos reveladores de lo que se quería saber.39 Esta proximidad por contagio otorgaba a los logogramas el carácter mágico de las grietas. El texto del oráculo es corto y su forma es convencional. Incluye la fecha, los nombres del adivino y del beneficiario, el objeto de la adivinación y la respuesta.

En esta época (1400 a 1100 a.C.),40 para un corpus de 40 000 documentos se estableció un léxico de 4 672 grafías, de las cuales dos tercios no han sido descifradas. También se aislaron aproximadamente trescientos pictogramas que forman el núcleo primitivo del léxico de la ideografía china.41 Esas grafías todavía no están "normalizadas" y de una inscripción a otra aparecen numerosas variantes pictográficas, pero ya se trata de un sistema coherente de escritura.

Después de estas inscripciones oraculares se han encontrado otras en vasijas de bronce a partir del siglo XII a.C.42 Se trata de inscripciones dedicatorias al antepasado o de relaciones explícitas de las circunstancias de la fabricación del objeto ritual43 (fecha y nombre del comanditario). Aunque el número de los caracteres de este corpus no sea más importante que el de las inscripciones oraculares, las variantes gráficas de un mismo carácter son muy numerosas. Luego, a medida que evoluciona la escritura, su carácter realista se atenúa poco a poco y se transforma con el trabajo de los letrados y de los calígrafos. Poco a poco traspasa el campo de la adivinación al que está adscrito para extenderse primero a todo el ámbito ritual y profano (administrativo) y después, desde Confucio (551-471 a.C.), al campo de la literatura.

Durante la dinastía Han44 (206 a.C. a 220 d.C.) se estableció la escritura "clásica", con uso de pincel y tinta sobre papel, y se escribieron los primeros tratados sobre ella. Esta escritura "normalizada" en el siglo III d.C. perdura con pocos cambios hasta ahora. Remitimos a la lámina I para ver la evolución de los caracteres.

 

Principios

Si toda escritura es, para nosotros, una transcripción más o menos exacta de los sonidos de la lengua, no es el caso de la escritura china. Dicha escritura, como en sus inicios, sigue siendo fundamentalmente un repertorio de signos en el que cada uno corresponde a un semantema, es decir, a una unidad semántica y no a una unidad fonética. Este sistema de signos ha sido, con el transcurso del tiempo, tan profundamente reestructurado en relación con el de las palabras de la lengua natural (la lengua hablada) que transcribía, que alcanzó una gran autonomía respecto a ésta,45 a tal punto que es posible hablar de una lengua gráfica, distinta de la lengua natural, aunque elaborada evidentemente con base en ella.46 Por lo tanto, en el idioma que aquí nos atañe se pasa de la lengua hablada a la gráfica y viceversa por medio de una verdadera operación de traducción.

Desde los primeros testimonios (hacia 1400 a.C.47) y pese a contar con pictogramas (lám. I), la escritura china tiende a la estilización y a la austeridad.48 Los signos evolucionan rápidamente y se ven más como "letras" que como dibujos. Además, en su constitución misma abundan las formas abstractas (signos girados, opuestos, rayas que marcan una u otra parte de un signo) y las combinaciones de signos simples que sirven para crear nuevos símbolos. Es así como, según los primeros testimonios, parece haber tomado, más que cualquier otra escritura, el camino de la anotación ideográfica. Es cierto que, poco a poco y en cierta medida, comenzó a recurrir a préstamos fonéticos, a la lengua monosilábica china antigua, empleando algunos signos por su sonido independientemente de su significado original, pero este uso fonético nunca llegó a ser tan importante como para alterar el fundamento mismo de la escritura china y hacerle tomar el camino de la anotación fonética.

La constitución49 del sistema gráfico está estrechamente relacionada con el sistema de la lengua; su persistencia y estabilidad corresponden a su marcado conservadurismo y desde épocas lejanas las variaciones en su funcionamiento parecen haber sido mínimas. Como rasgo fundamental se puede decir que las palabras tienen una sola sílaba: el radical es monosilábico, sin alternancia50 vocálica o consonántica, y no es posible agregar ningún afijo (prefijo, sufijo o infijo). Para expresar la modificación de una idea en chino clásico se utilizan palabras accesorias que se agregan a las principales. Las relaciones gramaticales, por su parte, se expresan principalmente mediante la posición de las palabras unas con respecto a otras.

 

Caracteres51

Los trazos de los caracteres en la escritura "de los escribas" y después en la escritura "regular" obedecen a reglas muy estrictas. Los trazos que se deben utilizar son ocho:

Están determinados por su forma y dirección. El carácter yong'eterno' (fig. 6) los contiene todos: el punto, la líneahorizontal (que se debe trazar de izquierda a derecha), la línea vertical (que se debe trazar de arriba a abajo), el gancho, el trazo oblicuo que sube de izquierda a derecha, el trazo alargado que baja de derecha a izquierda, el trazo oblicuo que baja de derecha a izquierda y el trazo alargado que baja de izquierda a derecha. El carácter más simple tiene un solo trazo (yi, 'uno'); el más complejo, sesenta y cuatro (zhe, 'el que habla mucho', constituido por cuatro dragones). Cada carácter, del más simple al más complejo, debe inscribirse en un cuadro virtual de igual dimensión. Dispuesto en columnas verticales de derecha a izquierda, los caracteres tienen un mismo espacio de separación y forman un texto sin puntuación. Se lee de arriba a abajo, empezando por el lado derecho de la página. Cuando no se puede escribir verticalmente, es posible hacerlo de manera horizontal.

El orden para dibujar los trazos es riguroso. Va de arriba a abajo y de izquierda a derecha, y cuando los trazos se cruzan siempre se termina por la vertical. En la composición de un carácter, cada subconjunto permanece como entidad gráfica, pero puede ser objeto de modificaciones formales relacionadas con el espacio asignado al nuevo carácter. Por ejemplo: el fuego (huo) tomará formas diferentes según se encuentre a la izquierda o en la base de un carácter.

Los caracteres se clasifican en "figuras simples" (wen) y "figuras derivadas" (zi, cuyo sentido literal es 'proliferar'; está compuesto por la figura de un niño bajo un techo):

- Las figuras simples, cuya evolución desde la pictografía del número 1 hasta la escritura posterior a la dinastía Han (200 d.C.) aparece en la lámina I (p. 47). Se dividen en 'imágenes' xiang o pictogramas (formados por rebus52 directo) que inicialmente representaban objetos o seres animados y símbolos, como por ejemplo, el sol (I-12), luna ojo (I-4). Estos ideogramas con frecuencia poseen varios valores de significado (polisemánticos) según el uso que se hace de ellos para expresar ideas cercanas a un objeto y en las cuales es posible ignorar el sentido propio. Para representar los 'símbolos' zhishi (cualidades, situaciones, cantidades) se emplean ideogramas que son trazados simbólicos con un valor intelectual, como por ejemplo, en la lámina I-3 (p. 47) la vasija trípode que significa 'adivinación, pureza ritual'. Al final del primer siglo de nuestra era las figuras simples (pictogramas o símbolos) sólo constituían una pequeña parte del corpus de caracteres53 y prácticamente ya no se crean nuevas.

- Las figuras derivadas son caracteres creados por medio de la agrupación de varios caracteres simples. Pueden ser 'agregados lógicos', huiyi, en los cuales los significados se conjugan. Ejemplos de ocho grafías: 1) sol = 'sol' (ri); 2) duplicación del sol = 'brillante' (chang); 3) triplicación del sol = 'centella de luz' (jing); 4) sol dispuesto debajo del árbol (mu) = 'oscuridad' (yao); 5) sol encima del árbol = 'luz' (gao); 6) sol que se levanta en medio del árbol = 'oriente' (dong); 7) 'árbol' (mu); 8) duplicación del árbol = 'bosque'54 (fig. 7).

- Los complejos fónicos (xingshen), literalmente 'forma y sonido': a partir de un mismo pictograma, como por ejemplo el del 'sol' (ri), se puede colocar otro a su derecha, el de 'brillante' (wang). Este último carácter (wang), que aislado designa al rey, sólo tiene aquí un valor fonético por analogía.55 Este procedimiento se llama rebus de transferencia y consiste en emplear el signo de un objeto para evocar otro diferente, cuya designación se pronuncia de la misma manera. De este modo se crearon familias de palabras con una doble función: semántica y fonética, visual y auditiva, porque un mismo carácter simple podía formar parte de otro complejo, ya sea por el valor semántico o por el fonético. Los complejos fónicos representan la mayoría de los caracteres y es con ese procedimiento que se ha enriquecido el léxico hasta alcanzar casi 55 000 signos en 1991.56

Se distinguieron57 además otras dos categorías de caracteres. La primera se llama zhuanzhu, literalmente 'transferencia de significado'; y la segunda, jiajie, 'préstamo'. En la primera no se trata de una creación de caracteres, sino de una ampliación del uso léxico de una grafía existente, en general hacia la abstracción de una palabra concreta.58 En la segunda categoría, la de préstamo, se usa un carácter que ha sido vaciado de su significado, pero que es un homófono (mismo sonido) de la noción que se desea transcribir.59

Para evitar confusiones entre los numerosos homófonos60 en las que se produce la transferencia descrita más arriba, se completa el procedimiento fonético con un procedimiento intelectual. Esto consiste en agregar a los conjuntos antes descritos un ideograma de categoría61 (llamado también ideograma vacío) que no se pronuncia en la lectura en voz alta, pero que el lector identifica y que indica la categoría de significado a la que pertenece la palabra representada por el fonograma. Los sinólogos franceses llaman al ideograma de categoría clave, y al signo fundamental una fonética.

 

Notación numérica

En el sistema común se usan signos-palabras que son nombres de numerales. Los trece caracteres más usados representan "uno, dos tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, cien, mil, diez mil". A éstos se suman (lo que atestigua del alto desarrollo intelectual chino) términos para "cien mil, un millón, diez millones, cien millones, un billón, diez billones, cien billones, un trillón, diez trillones, cien trillones".

Los diez primeros numerales poseen una doble representación: una simple, que consiste en combinaciones de barras de unidad (representación de marcas u objetos simbólicos); y otra compleja, con signos de palabras comunes. Para 20, 30, 40, se escribe 2 x 10, 3 x 10, 4 x 10, etcétera.

 

ESCRITURA JEROGLÍFICA EGIPCIA

Las escrituras cuneiforme y jeroglífica parecen tener mucho62 en común. En efecto, nacen casi en la misma época: a fines del IV milenio antes de Cristo y desaparecen apenas a unos pocos siglos de intervalo. La evolución de cada una de ellas finaliza con un alfabeto. Ambas parecen haber nacido de una necesidad práctica: contable en Mesopotamia y catastral en Egipto, donde las crecidas del Nilo borraban los hitos de propiedad de los campos agrícolas y obligaban a hacer un trabajo de agrimensor. Igualmente, a orillas del Nilo, como entre el Tigris y el Eufrates, se desarrolló la escritura al servicio de un poder político y religioso muy centralizado, como instrumento de reflexión y cultura, porque estas dos escrituras utilizaron rápidamente un sistema de anotación mixta, ideográfica y fonográfica.

Pero hasta ahí llega la similitud. Si bien la escritura cuneiforme se orienta espectacularmente hacia la abstracción, la escritura jeroglífica cambia poco en sus tres milenios y medio de existencia. La segunda conserva un carácter figurativo y estético, y no renuncia al poder expresivo de la imagen. La llegada de la anotación fonética no suprime la anotación ideográfica sino que la fortalece.

Este sistema de escritura apareció en una época bastante tardía,63 cuando diversos grupos instalados en el valle del Nilo ya se habían constituido en pequeños estados (probablemente en pequeños reinos) en los que las técnicas de grabado sobre piedra y marfil habían alcanzado un alto grado de perfección. Surgen así dos jeroglíficos: uno es un logograma (palabra), el otro un fonograma (sonido).

 

Primeros testimonios

La escritura jeroglífica64 surgió al final de la época predinástica (alrededor de 3100-3000 a.C.), en el Alto Egipto, como lo atestiguan la existencia de signos en objetos votivos de piedra o alfarería descubiertos en Abidos (nombres de soberanos, símbolos de poder). Los jeroglíficos se usan hasta la segunda dinastía para anotaciones cortas, nombres propios, nombres geográficos, títulos, medidas, fechas, etc. Pero durante la época de Djoser (hacia 2600 a.C.), fundador de la tercera dinastía, aparecen los primeros textos con oraciones completas. Desde entonces se difunde la escritura en todos los campos de la civilización faraónica, en la vida cotidiana y en las obras ideológicas. Como no era cómodo emplear los jeroglíficos para un uso común, se crearon paralelamente dos tipos más fáciles de escritura "cursiva", basados en trazos simplificados de los jeroglíficos (semejantes a aquellos de nuestra taquigrafía): la escritura hierática y la demótica.65

La primera —que aparece ya en el Antiguo Imperio (2778-2420 a.C.)66 y que dura hasta la época romana— se usa para documentos de carácter múltiple: religioso, profano, literario, científico, administrativo. La escritura demótica, por su parte, apareció a finales del siglo VII a.C. Era aún más simplificada que la hierática y existió hasta el siglo V d.C., en un Egipto ya cristianizado (en la liturgia copta). Inicialmente de uso profano, fue utilizada para archivar textos religiosos. Estas dos escrituras se "dibujan" de derecha a izquierda.

 

Principios

La escritura egipcia es figurativa en la medida en que los signos que la componen son imágenes inmediatamente identificables, estilizadas y cuidadosamente dibujadas. Se distinguen de las demás imágenes porque cumplen con tres tipos de condiciones.

La primera es poner las imágenes a un mismo tamaño, independientemente de su escala real: las proporciones de los signos entre sí no corresponden a las de los seres u objetos que representan. Por ejemplo, el saltamontes ocupa el mismo espacio que el hipopótamo. No era posible respetar sus proporciones.

La segunda es una ocupación densa y armoniosa del espacio reservado a la inscripción. Los jeroglífícos están agrupados y dispuestos según su morfología en cuadrados virtuales que segmentan la superficie disponible. Es necesario ocupar la mayor parte del espacio, pero disponiendo los signos de manera tal que éstos queden bien separados.

La tercera es la de ceñirse a una orientación determinada. Muchos jeroglíficos son disimétricos y los que representan hombres o animales tienen una dirección intrínseca. En una inscripción todos estos signos deben estar orientados de la misma manera, mirando hacia el inicio del texto, es decir, hacia el lugar en que se comienza la lectura.

Existen cuatro sentidos de lectura: horizontal de derecha a izquierda; horizontal de izquierda a derecha; de arriba a abajo en columna vertical, en el que las columnas y los signos al interior del "cuadrado" se leen de derecha a izquierda; de arriba a abajo en columna vertical, en el que las columnas y los signos al interior de un "cuadrado" se leen de izquierda a derecha (fig. 9). Además, existe una manera particular de orientar los signos llamada "orientación retrógrada". Los signos disimétricos dan la espalda al punto de partida de la inscripción y vienen en sentido opuesto al de la lectura de columna a columna; pero al interior del "cuadrado", la lectura se hace comenzando por la dirección hacia la que éstos están mirando. Este tipo de orientación se usa en caso de conflicto entre el punto de referencia y la orientación usual de los signos. Los jeroglíficos tienen tres funciones,67 a saber:

1. La primera es la de ser ideograma:68 la imagen traduce a la vez una idea y una palabra. Sugiere, por visión directa, un concepto determinado y, al mismo tiempo, evoca el nombre del ser, del objeto o de la acción que representa (hay signos objetos y signos acciones).

2. La segunda es la de ser fonograma: la imagen indica uno o varios sonidos y no un significado. El valor fonético del fonograma está basado en el procedimiento de rebus por transferencia: el jeroglífico así utilizado sirve de vehículo no para el significado sino para el valor fonético de lo representado. La lengua del antiguo Egipto es consonántica, los fonogramas sólo anotan las consonantes (simples o múltiples) y no las vocales, como ocurre en la escritura de las lenguas semíticas contemporáneas (hebreo, árabe). Existen fonogramas que representan una sola consonante, llamados también signos alfabéticos (véase lám. II, p. 54). Estos fonogramas anotan 23 (o 25) consonantes de la lengua egipcia.69

3. La tercera función es la de ser un determinativo: se trata de un signo sin valor fonético que se coloca al final de la palabra escrita (con fonogramas y/o ideogramas) para indicar la categoría semántica a la que pertenece esta palabra. Por ejemplo, una palabra que designa una actividad que implica la fuerza física puede ser determinada por el signo del antebrazo (lám. II f, p. 54). El papel más importante del determinativo es evitar toda confusión entre las palabras homófonas, es decir, las palabras con un mismo consonantismo.

 

Mecanismo

Grafías fonéticas. La mayoría de las palabras se escriben con fonogramas acompañados, muy a menudo, por uno o varios determinativos.

Complementos fonéticos. Los fonogramas se utilizan no sólo en su función primaria (con valor completo para escribir las consonantes que entran en el radical de la palabra), sino en su función secundaria, como complementos fonéticos. Esta función consiste en confirmar o duplicar de manera redundante, parcial o total70 el valor fonético ya escrito por otro fonograma (o ideograma).

Grafías ideográficas. El uso de ideogramas no es tan frecuente. Generalmente, las palabras escritas ideográficamente pertenecen al vocabulario básico: nombres de divinidades, partes del cuerpo humano, animales, plantas, objetos de la vida cotidiana. Se puede utilizar un jeroglífico solo, como ideograma, pero en la mayoría de los casos está acompañado por un trazo que confirma esta función ideográfica. Cuando el ideograma designa una palabra de género femenino se combina el trazo que indica su función ideográfica con el fonograma (t) que representa el sufijo del género femenino. El ideograma solo, o el grupo que éste forma con el trazo indicador de la función ideográfica y, eventualmente, con el fonograma del sufijo femenino, puede también recibir un determinativo.

Un ideograma, al igual que un fonograma, puede estar acompañado de complementos fonéticos que explicitan total o parcialmente su valor. Además, los complementos que confirman el valor del ideograma pueden, a su vez, estar explicitados parcial o totalmente por otros complementos fonéticos. El empleo de complementos fonéticos con ideogramas se debe a la necesidad de diferenciar palabras de raíces diferentes, escritas con el mismo signo. Se prefiere las grafías más explícitas. Sin embargo, existen otras razones, como la necesidad de facilitar la interpretación de un ideograma, al sugerir parcial o totalmente su lectura.

Subsistema fonético: escritura silábica. Para transcribir las palabras extranjeras y también en el caso del vocabulario común, los escribas crearon un sistema de escritura esencialmente fonético: la escritura silábica. En este sistema, que ya existía durante el Antiguo Imperio (2278-2420 a.C.), no hay ideogramas. Se conservan los determinativos, pero las palabras, sobre todo, están recortadas en sílabas escritas por medio de signos o de grupos de signos cuya lectura global es diferente de aquella que se hubiese hecho en el sistema clásico. En general, estas sílabas tienen la estructura consonante + vocal o consonante + vocal + consonante.

Una función suplementaria de la escritura.71 En tres milenios y medio de existencia la escritura egipcia nunca renunció a la representación simbólica de las cosas y de los seres porque los egipcios creían en la eficiencia mágica de los jeroglíficos.72 Pensaban que podían hacer revivir lo que pintaban por medio de su imagen, del mismo modo como lo podían hacer con la palabra creadora. Así, el apellido de un hombre inscrito en caracteres jeroglíficos contenía su identidad. Destruir estos caracteres era regresarlo a la nada.

Se atribuía a las figuras de seres animados de determinadas inscripciones el poder de causar daño y de llevar una vida independiente. Se temía que consumieran las ofrendas alimenticias destinadas al difunto o que atacaran su cuerpo mismo. Por esta razón no se representaban deliberadamente las cabezas de serpiente y se truncaba el cuerpo de las aves. Pero se suponía que otros jeroglíficos eran benéficos y podían servir de amuleto y dar suerte a sus dueños. Por ejemplo, el signo 'horizonte', en el que se veía salir el sol de una montaña, permitía al difunto asociarse con el renacimiento del astro y de esta manera renacer.

Así, para los egipcios la escritura no era una simple herramienta de comunicación lingüística, sino una manera de tener acceso a la eternidad. Ella manifestaba los misterios del universo ocultos en la imagen y en el nombre. Podía ayudar a los muertos a vencer los peligros del viaje en el más allá y servirles de guía, como lo atestiguan muchas inscripciones religiosas pintadas en los apartamentos funerarios de las tumbas y en las vendas que envolvían a las momias.

 

Escribas

Sólo una élite restringida tenía acceso a la lectura de los textos y a la práctica de la escritura. Según estimaciones recientes, menos de 1%73 de la población era letrada. El hecho de saber leer y escribir otorgaba un estatuto codiciado y conducía a los más altos cargos. El cargo de escriba era difícil de obtener: se necesitaban doce años para llegar a serlo. Escritor y contable, el escriba estaba encargado de los registros catastrales, de la percepción fiscal y de la prestación de jornadas de trabajo obligatorio de servicio. Pero, gracias a la escritura, aseguraba su inmortalidad.

 

LAS ESCRITURAS MESOAMERICANAS74 A LA LUZ DE LAS DE SUMER, CHINA Y EGIPTO

Este apartado, como el resto del presente estudio, no pretende de ninguna manera presentar una lista exhaustiva de las características comunes de los cuatro sistemas de escritura. Para establecer esta lista son necesarias investigaciones más profundas. Tampoco se trata aquí de dar cuenta de todas las reglas a las que obedece la escritura mesoamericana. Nos ceñiremos únicamente a presentar algunas de las características comunes que llamaremos concordancias. Éstas tienen que ver con las circunstancias de aparición, el aspecto y la forma, el mecanismo y el papel que desempeñaron estas escrituras en la sociedad.

 

Orígenes

Como ya lo hemos mencionado, en las cuatro culturas la escritura tiene un origen mítico y divino: es creada por dioses o soberanos particularmente sabios. En Mesoamérica se atribuye su origen a Quetzalcóatl, dios benéfico, inventor del calendario y de otras artes. Los escribas parecen haber tenido un dios tutelar, Ozomatli, y los que nacían el día ce ozomatli75 estaban destinados a ser pintores. Entre los mexicas la escritura está presente desde los tiempos míticos de sus orígenes: los que los guían en el largo camino hacia el valle de México son los amoxhuaque, 'los que poseen los libros'.

Los cuatro tipos de escritura surgen en culturas de ciudades-estados que gozan de una próspera economía, capaz de mantener especialistas que no están obligados a contribuir a la producción de alimentos. Como en Sumer,76 las escrituras mesoamericanas son autóctonas; son el fruto de una búsqueda original en respuesta a una necesidad social propia de esta área cultural; no hay imitación, sino creación generada por un verdadero pensamiento conceptual.

 

Aspecto

En estas escrituras las imágenes pueden ser utilizadas como representaciones plásticas y/o signos de escritura. En cada una de ellas las imágenes están relacionadas con el arte (el tipo de arte que cada una produce). Esta relación constituye uno de sus parámetros más importantes. En particular, la escritura china (caligrafiada o no) siempre fue considerada no sólo como un arte mayor sino como la más sublime de las artes plásticas.

Los que escriben son artistas: grabadores sobre arcilla, piedra, hueso o concha; pintores sobre papel, cuero, tela, bambú, pared (frescos). En cuanto a la forma de los documentos, al igual que entre los mesoamericanos, la forma de rollo existía en China (horizontales o verticales), así como la forma "en acordeón" en Japón. Muchos de estos documentos se conservaban, como los códices mesoamericanos, en cajas de madera. La escritura desempeña, además, un papel ornamental: textos en caracteres cuneiformes, jeroglíficos o chinos aparecen sobre trajes de soberanos sumerios o egipcios, sobre vasijas, sobre monumentos conmemorativos y todo tipo de construcción.

Entre los mesoamericanos la escritura también está relacionada con el arte, el tlacuilo que dibuja, pinta o graba relatos es un artista. Por ejemplo, no olvidemos los textos que fueron grabados sobre el cuerpo del adolescente de Tamuin o los que conmemoraban las conquistas del tlatoani en la "piedra de Tizoc". Tampoco olvidemos los relatos que aparecen en los frescos de Las Higueras, de Cacaxtla, ni aquellos transcritos por las extraordinarias imágenes de los manuscritos de contenido calendárico-religioso.

Los signos de la escritura cuneiforme (en su inicio), los de la escritura egipcia (durante toda su evolución) y los de la escritura china (aún hoy algunos de sus signos) han estado sujetos a modificaciones. Las imágenes fueron sometidas a una estilización que no suprimió su carácter figurativo y las dejó, en su mayoría, inmediatamente identificables.77 Esta constatación puede aplicarse también a las imágenes mesoamericanas. En todos los casos, los signos representan al hombre (en sus diferentes posturas y partes de su cuerpo), la fauna (necesariamente diferente en cada continente), la flora, las construcciones, los objetos de culto o los objetos profanos. Sólo las escrituras mesoamericanas parecen haber representado elementos del paisaje natural (cerros, ríos, islas, cuevas, etc.).

Las reglas de perspectiva son necesariamente diferentes de aquellas heredadas del Renacimiento europeo, imperantes hoy en día. En una representación de tres de estos sistemas (egipcio, cuneiforme y mesoamericano) se combinan diferentes puntos de vista. En lo que concierne a las representaciones de seres vivos (hombres o animales), en la escritura egipcia la cabeza de los personajes siempre aparece de perfil (la de las aves puede estar representada de frente), el busto de perfil o de frente (cuando el personaje está de pie), la cadera de tres cuartos, al igual que las piernas. En el equipo del escriba egipcio (fig. 10, p. 55) la paleta de colores está representada desde arriba mientras que el estuche con los pinceles y la bolsa de pigmentos están representados de frente.

En la perspectiva mesoamericana, sobre todo mexica, la cabeza de los personajes siempre aparece de perfil, el busto muy a menudo de tres cuartos, la cadera de frente (o de perfil), las piernas de perfil (o de tres cuartos). En los manuscritos mixtecos, las cabezas de los individuos aparecen siempre de perfil.78

 

Las representaciones de construcciones, elementos del paisaje, del ajuar, etc., también están sometidas a esta multiplicidad de puntos de vista, como por ejemplo, en la representación del recinto sagrado,79 en la que se muestran desde arriba la piedra del "sacrificio gladiatorio" o el juego de pelota, mientras que las murallas del recinto o las fachadas de los 58 i templos se representan de frente (fig. 12, p. 57).

El papel que desempeña la perspectiva en el sistema de escritura mesoamericano es el más importante de todos los que se encuentran en las escrituras basadas en la imagen. Joaquín Galarza lo explicó de un modo magistral en su análisis del folio 2r del Códice Mendoza,80 en el que explica cómo los diferentes planos que aparecen en el espacio dan cada uno un orden de sentido de lectura. Así, se combina el uso de diferentes puntos de vista para representar elementos del paisaje: mar, olas y barcos vistos en corte; personajes y animales acuáticos vistos de frente (fig. 13).

Las imágenes fueron sometidas a un cambio de escala para que ocuparan espacios de igual dimensión, con la elección deliberada de no tomar en cuenta las proporciones de los seres u objetos representados: un saltamontes ocupa el mismo espacio que un hipopótamo en un texto egipcio, una olla tiene casi el mismo tamaño que un personaje de un topónimo en un texto mesoamericano colonial en Yopico (fig. 14).81

La escala de un elemento en una composición también tiene un valor semántico: en las escrituras sumeria, egipcia y mesoamericana la mayor o menor dimensión de un personaje u objeto indica su importancia dentro del relato. Además de este valor semántico, en la escritura mesoamericana esta diferencia de escala entre las imágenes desempeña un papel respecto al sentido de la lectura: la imagen de mayor dimensión indica el punto inicial de la lectura en el conjunto.

La diferencia de escala entre las imágenes genera también (entre otros efectos) planos diferentes en el espacio pictural egipcio o mesoamericano. Las imágenes que tienen la misma escala se sitúan en un mismo plano. El plano con la representación de mayor dimensión es aquel que está más cerca del lector (por ejemplo, la imagen del águila sobre el nopal, en la fig. 15).

Al igual que algunos signos de las escrituras egipcia, cuneiforme y china, ciertos signos82 de la escritura mesoamericana (sobre todo mexica) han sido agrupados y dispuestos (de acuerdo con su morfología) en casillas (para las cronologías), en columnas o en hileras (véanse figs. 11, p. 57, y 15). Esta distribución responde probablemente (como en la escritura cuneiforme)83 a una necesidad de claridad de la expresión y equivale a una sintaxis escrita del relato.

La orientación de los personajes o animales desempeña un papel en la lectura de las escrituras egipcia y mesoamericana. En la primera, la lectura empieza en el lado hacia el cual miran los personajes, mientras que en la segunda se sigue la orientación de los personajes que ostentan ofrendas (fig. 16).

 

En la escritura egipcia, un mismo texto puede tener cuatro sentidos diferentes de lectura (dos horizontales, dos verticales) que aportan niveles de lectura distintos. En la escritura china el sentido de la lectura también puede variar: en columnas o en líneas. En cuanto a la escritura mesoamericana, no se ha reflexionado todavía sobre la posibilidad de encontrar varios sentidos de lectura para un mismo texto, quizás sea interesante investigar este campo.

 

Mecanismo

Pese a que siempre conservan su significado de origen (como en Sumer y Egipto) y los valores fonéticos correspondientes, muchas de las imágenes mesoamericanas han sido sometidas al procedimiento del rebus por transferencia: se abandonó su significado primario y sólo se conservó su valor fonético. Este valor fonético es la condición necesaria para que un sistema gráfico pueda ser llamado escritura.

Como en las escrituras antes citadas, en Mesoamérica, entre los mexicas, un signo que representa originalmente una palabra (logograma) o un concepto (ideograma) puede volverse polisemántico (adquirir otro significado). Como ejemplo podemos citar los logogramas pantli 'bandera', tzontli 'cabello', quipilli 'bolsa' que, según el contexto, se transforman en los ideogramas que representan a las unidades de medida pantli '20', tzontli '400', quipilli'8000' (fig. 17, p. 59).

Igualmente, ciertos signos mesoamericanos, como en las escrituras citadas, pueden transformarse en fonogramas perdiendo su significado de origen pero conservando total o parcialmente su valor fonético. Citemos como ejemplo el signo comitl, inicialmente logograma de 'olla'(fig. 18, p. 59). Este signo, en asociación con el sufijo locativo -tlan, da el nombre de la ciudad Comitlan ('donde hay ollas'), en cuyo caso es usado como radical. Pero también, parte de este logograma (su última silaba, -co 'en') puede ser usado como sufijo locativo, por ejemplo en Atotonilco ('en las aguas termales').

Lo mismo se podría decir del logograma tlantli 'diente': su primera sílaba tlan-, asociada a un radical como tepetl, actúa como sufijo locativo ('donde') en la formación de un glifo toponímico: Tepetitlan ('entre los cerros') (fig. 19). En esta función, tlantli perdió su contenido semántico, sólo conservó su valor fonético y se transformó en un fonograma.

También existen otros tipos de signos, sobre todo fonogramas (y de manera menos frecuente ideogramas), que tienen un papel "complementario". Se usaron mucho en Egipto, Sumer y China. No todos estos fonogramas se pronunciaban, pero ayudaban al lector a evitar confusiones provocadas por la homofonía o la polisemia de las imágenes o para hacer hincapié en su significado. Se dibujaban al lado de la imagen principal. En el sistema jeroglífico egipcio, los determinativos fonéticos indicaban, sin ser pronunciados, la categoría semántica a la que pertenecía la palabra "escrita". También este sistema disponía de complementos fonéticos, que eran fonogramas cuya función consistía en confirmar de manera redundante, parcial o total, otro ideograma o fonograma.

El sistema cuneiforme también utilizaba determinativos y complementos fonéticos. Los primeros indicaban la categoría general de la palabra a la que se agregaba, los segundos precisaban la terminación de una palabra. En China se usaban las llamadas claves, que no se pronunciaban pero que servían para indicar la categoría de significado a la que pertenecía el ideograma (muy a menudo homófono).

De cierta manera, estos componentes de la escritura que acabamos de ver y que ayudan a la lectura (claves, determinativos, complementos fonéticos) pueden recordar otros componentes que Alfonso Caso84 y Mary Elizabeth Smith habían encontrado en la escritura mixteca. En efecto, Caso habla de "determinativos", mientras que Smith menciona "modificadores de sustantivos geográficos":85 signos que preceden a los que designan el nombre del lugar, para precisarlos. Se usan más en relación con nombres de límites que con nombres de ciudades. En general, representan partes del cuerpo humano (pies, vientre, cabeza, hombro, etc.) y son homónimos de las palabras que se refieren a estas partes. Presentamos un ejemplo de una localidad llamada Sachio, ubicada en el valle de Yanhuitlan, con las representaciones de un pie (saha) y un cerro (siqui o cuite):86 'abajo del cerro' (fig. 20).

Smith también habla de "indicador fonético"87 a propósito del glifo toponímico del importante reino de Tututepec, en mixteco yucu dzaa 'cerro del ave'. Este indicador, que actúa como el "complemento fonético" de los antiguos egipcios del que ya hemos hablado, precisa la lectura del glifo toponímico. Generalmente está representado por una montaña y un águila (fig. 21a).

Pero en los códices Bodley y Nuttall aparece de manera diferente (Smith, 1973: fig. 49b, c, d). Allí el glifo tiene un elemento suplementario: una mandíbula humana cuya lectura dzaa en mixteco es un homófono de dzaa 'ave' en general. Según Smith, este elemento suplementario indica que el ave debe leerse 'ave' (dzaa, 'ave' en general) y no 'águila', que se dice yaha en mixteco. Smith (1973: 57-58 y figs. 25 y 28) proporciona otro ejemplo de indicador fonético a propósito del glifo toponímico de otro reino importante, el de Teozacoalco, cuyo nombre mixteco Chiyo Ca'nu significa en castellano 'fundación grande'. Chiyo significa 'fundación' (representado por una muralla), Ca'nu 'grande', concepto difícil de transcribir en una imagen. La palabra Ca'nu es también homófona de 'quebrar' o 'doblar'. La acción del pequeño personaje que parece quebrar o doblar la muralla transcribe este sonido 'grande' (fig. 22).

En las escrituras citadas y, en particular, en los primeros tiempos de la escritura cuneiforme, los documentos parecen no comportar oraciones complejas ni narraciones acabadas y construidas según las reglas y la gramática de la lengua oral, sino que han tomado la forma de sintagmas nominales. Las informaciones contenidas están segmentadas en relatos cortos, su comprensión depende, en gran parte, del contexto. Como se ha visto, la distribución de signos en casillas, hileras o columnas actúa como una sintaxis escrita. Es posible que todo esto se aplique a la escritura mesoamericana.

En todas las ciudades importantes del imperio mexica (y sin duda alguna, en las ciudades-estados mixtecas) existían bibliotecas, como en Sumer, Egipto o China. También existían escuelas donde los escribas enseñaban la escritura a los niños. En las cuatro culturas, el escriba parece haber sido un personaje importante. Acompañaba a los gobernantes en la administración religiosa, política y militar de sus reinos. Como en Sumer y Egipto, en Mesoamérica los tlacuiloque llevaban cuentas de sus "transacciones" comerciales a la vez que escribían y reescribían la historia. Entre los mixtecos, las epopeyas de sus reyes88 aparecen en varias versiones (códices Vindobonensis, Colombino, Becker I, Nuttall, etc.). Los orígenes míticos y las hazañas de los mexicas también figuran en numerosas versiones de sus escritos (códices Mexicanus, Aubin, Cruz, Boturini, Azcatitlan, etc.). Pero el lugar que ocupaba el tlacuilo en Mesoamérica no puede compararse con su equivalente en China o Egipto. Sólo en China los escribas tuvieron una importancia máxima y, en particular, los calígrafos, quienes llegaron a dejar su nombre a la posteridad (ponían su firma en sus producciones).89 Por otra parte, en Egipto, un escriba, por el solo ejercicio de su oficio, aseguraba su inmortalidad.90

 

CONCLUSIONES

Después de haber dado una vuelta al mundo, regresemos al área mesoamericana, la única que en el Nuevo Mundo conocía la escritura. Si su desciframiento ha progresado mucho, a pesar de su juventud (comenzó hace apenas más de un siglo), permanecen algunas zonas de oscuro entendimiento91 que nos impiden todavía formular una verdadera teoría de las escrituras mesoamericanas.

Las causas son varias;92 la principal es la escasez de documentos precortesianos —hoy en día sólo se dispone de una veintena— y la ausencia de un equivalente de la Piedra Rossette de Champollion. En el momento de la conquista, como lo cuenta Bernal Díaz del Castillo, había en todas las ciudades importantes del imperio mexica bibliotecas llenas de "libros" de diferente contenido: histórico-genealógico, catastral, geográfico, calendárico-religioso, económico. A la violencia contra los bienes materiales y culturales de los indígenas (con la destrucción de los edificios públicos también perecieron las bibliotecas) que acompañó a la conquista española, se sumó el celo iconoclasta de los religiosos, quienes no tardaron en quemar en la hoguera los libros indígenas, acusados de ser "obras del demonio". Se tuvo que esperar hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XVI para que se calmara este celo y los españoles se dieran cuenta del papel que podía desempeñar en su propio beneficio la escritura indígena. Entonces, en cierta medida, ésta "renació" y no sólo para beneficio de los españoles.

A partir de esa época y hasta fines del siglo XVIII, miles de documentos fueron escritos por los descendientes de los antiguos escribanos, los tlacuiloque,93 con lo que se conservó en gran parte la tradición indígena.94 Las nuevas necesidades impulsaron a los indígenas a crear otro tipo de documentos para hacer valer sus derechos (proteger sus propiedades, conservar sus privilegios) o quejarse a las nuevas autoridades de los maltratos de que eran víctimas por parte de los colonos españoles; para esto tuvieron también que crear nuevas pictografías. Asimismo, las autoridades civiles españolas utilizaron los talentos de los tlacuiloque coloniales para elaborar muchos documentos, en particular los mapas que aparecen en las Relaciones geográficas creadas por Felipe II. Por su parte, los religiosos emplearon a los tlacuiloque en la realización de verdaderas enciclopedias sobre la sociedad indígena precortesiana (como el Códice Florentino) y en tareas evangelizadoras: les hicieron pintar frescos en las iglesias y elaborar catecismos en pictografías (los Códices Testerianos).

Estas producciones coloniales han sido descifradas, en particular, gracias a los estudios iniciados por el equipo del doctor Joaquín Galarza y ampliados por el de la doctora Luz María Mohar en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), así como de otros muchos investigadores en México y en otros países, que por falta de espacio no podemos citar. También progresó mucho el descifre del corpus de los documentos mixtecos95 de contenido histórico-genealógico. Este éxito se debe, en gran parte, a los trabajos que Alfonso Caso emprendió después de su análisis del Mapa de Teozacoalco hecho en 1580,96 documento que le sirvió, en cierto modo, de Piedra Rosette97 para estudiar las genealogías de los diferentes reinos mixtecos.

Aunque se ha avanzado mucho en la lectura de los documentos de contenido cartográfico, histórico, económico o histórico-genealógico, se ha progresado mucho menos en la de los documentos precortesianos de contenido calendárico-religioso. La lectura de los códices del grupo Borgia, compuesto por el Códice Borgia y los códices Laud, Vaticano 3773, Cospi y Féjerváry Mayer, sigue estando, en gran parte, inspirada en los estudios que hizo el sabio alemán Eduard Seler a fines del siglo XIX y principios del XX. Esta lectura es incompleta y muy interpretativa: las pictografías son consideradas más que nada como símbolos religiosos, sin relación alguna con la expresión de un relato y con una lengua. Hace falta estudiar estos documentos con un método sistemático que pudiera inspirarse en aquel elaborado por Joaquín Galarza y proseguido por sus discípulos en el análisis de los manuscritos mexicas.

Para avanzar en descifrar este tipo de manuscritos es necesario establecer nuevas herramientas metodológicas y de reflexión que, a mi juicio, sólo podrán ser encontradas gracias a un conocimiento más amplio de otros sistemas no alfabéticos de escritura. Sería probablemente útil recordar los avances que tuvieron lugar en el desciframiento de la escritura maya. Éstos se debieron, en mayor medida, al gran investigador ruso Vladimir Knorosov, quien poseía, antes de emprender sus trabajos relativos a la escritura maya, conocimientos profundos sobre las escrituras del Medio Oriente, Egipto y China. Estos conocimientos seguramente lo ayudaron a iniciar el verdadero descifre (contradiciendo así a Eric Thompson) de la escritura maya.

Para terminar, esperamos que este breve ensayo sea de provecho para los estudiosos de las escrituras mesoamericanas y que éstos sigan ahodando en las perspectivas que les he presentado.

 

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Notas

1 "L'aventure des écritures", Actualités de la Bibliothèque Nationale de France, núm. 8, París,1997, p. 11.

2 La lengua japonesa usa el sistema chino en su escritura.

3 Y otros de las culturas antiguas del Mediterráneo: minoense, linear B, hitita...

4 Nos referimos a lo que Joaquín Galarza calificó de "escritura indígena tradicional", que incluye las llamadas "aztecas" (mexica), mixteca, zapoteca y maya. Sin embargo, la autora de este artículo no tratará la escritura maya, por no ser competente en el campo de estudio de esa escritura.

5 Marcus, 1992: 17-26.

6 En 1885, pero ese texto parece ser una reedición de otro publicado en 1849,25 años después de aparecido el Précis du système hiéroglyphe y pocos años antes de la edición del Dictionnaire égyptien en écriture hiéroglyphique (1841-1843).

7 Los trabajos tan importantes de Eduard Seler a fines del siglo XIX y principios del XX sobre el mundo mesoamericano, y particularmente sobre su iconografía, nunca evocan la hipótesis de un sistema de escritura en Mesoamérica.

8 Cohen, 1997: 43. Fuxi inventó primero los ocho trigramas (símbolos gráficos logrados con la combinación de tres líneas horizontales, rectas o quebradas en su medio según representen el principio masculino o femenino que rigen el universo).

9 Cohen, 1997: 44. Shennong inventó un sistema de nudos en cuerdas para anotar los acontecimientos y las cuentas, algo parecido a los quipus peruanos.

10 Ibidem. Se dice que Huangdi (reinó de 2697 a 2599 a.C.), inspirándose en las huellas de los pasos de aves y otros animales, concibió los caracteres de la escritura. Tenía a Cang Jie de adivino-escriba.

11 André-Salvini, 1997: 224.

12 Labat, 2005 [1963]: 527.

13 Algunos textos jurídicos o literarios fueron escritos con caracteres cuneiformes hasta los años 40 a.C.; se conoce un texto astronómico escrito en esta forma en el año 75 a.C.

14 Labat, 2005 [1963]: 537-538. Las escrituras alfabéticas más antiguas aparecen a principios del segundo milenio a.C. en la parte occidental del Medio Oriente, en Líbano y Jordania y sobre todo en el Sinaí (proto-sinaítico) y en Palestina (proto-cananeo). Los cananeos manejaban la escritura alfabética en el siglo XIV.

15 André-Salvini, 1997: 29.

16 Los acadios, nuevos dueños de Mesopotamia después de los sumerios, utilizaron a partir de la mitad del tercer milenio a.C. la escritura cuneiforme de sus predecesores para transcribir su lengua semítica, el acadio (formada por el dialecto asirio en el norte y el babilónico en el sur). Es en gran medida gracias a los textos bilingües que dejaron que se pudo entender la escritura sumeria.

17 En hallazgos arqueológicos recientes aparecieron en la meseta iraní restos de escritos de igual antigüedad.

18 Se desconoce el origen de los sumerios; sólo se sabe que hablaban una lengua monosilábica, de origen no semítico, que no puede relacionarse con ninguna otra conocida .

19 Labat, 2005 [1963]: 546.

20 André-Salvini, 1997: 29.

21 Labat, 2005 [1963]: 527.

22 Una de las tabletas más antiguas contiene dos barras y una cabeza de vaca: es un pedido transmitido por escrito.

23 85% de las tabletas de los niveles más antiguos de Uruk tiene que ver con la economía (ingresos y gastos de los templos); 15% son listas de léxico con los nombres de los diferentes productos, animales, dignatarios (Walker, 1994: 32).

24 Las limitaciones que impone el soporte de arcilla hacen que poco a poco los signos pierdan semejanza con el trazado figurativo primitivo: es más fácil trazar líneas rectas en la arcilla que curvas e impresas en lugar de grabadas.

25 Muchas palabras sumerias tienen el mismo sonido pero significados diferentes. Para transcribirlos y distinguirlos los epigrafistas contemporáneos les pusieron un número (André-Salvini, 1997: 30).

26 Se dice de una lengua cuyas palabras están constituidas de una sola sílaba.

27 Se dice de una lengua cuyos niveles de altura (alto, mediano, bajo) o variaciones melódicas tienen funciones semejantes a las de los fonemas (elemento mínimo que no se puede recortar en la representación fonológica de un relato).

28 Con la misma relevancia, hacia 2600 a.C., documentos de notaría (contratos de venta y de compra); y hacia 2400 a.C., de derecho (juicio, leyes) y de historia (inscripciones conmemorativas...).

29 Labat,2005 [1963]: 531-532. En la primera mitad del segundo milenio se desarrolla una literatura de leyendas, epopeyas y fábulas.

30 Walker, 1994: 44-45. La utilización de la numeración sexagesimal por los babilónicos les dio una gran ventaja sobre los astrónomos griegos, sus contemporáneos. Los cálculos astronómicos babilónicos fueron utilizados por los griegos en la antigüedad y por los árabes en la Edad Media. La usanza de dividir el minuto en 60 segundos, la hora en 60 minutos y el círculo en 360 grados viene de las matemáticas babilónicas. Los numerales aquí expuestos están tomados de Walker, 1944: 44.

31 Labat,2005 [1963]: 527-528.

32 Neolítico anterior (Cohen, 1997: 43).

33 Cohen, 2005: 55.

34 Cohen, 1997: 43: El Clásico de las mutaciones. I Ching.

35 Gernet, 2005: 487.

36 No nos extenderemos aquí sobre este amplio tópico y tampoco sobre los cuatro estilos de escritura (escritura de sello, escritura de los escribas, escritura regular, escritura cursiva. Los interesados en la caligrafía china pueden consultar los trabajos de Monique Cohen (1997: 54-59), Marcel Cohen (2005), Léon Vandermeersch (2001:73-84) y Jacques Gernet (2005: 483-497).

37 Gernet, 2005: 484-485. El gran número de grafías, al igual que el más reducido de pictogramas, nos lleva a pensar que la escritura era mucho más antigua.

38 Se han encontrado un poco más de 40 000 de estas inscripciones.

39 Se trata de la forma de adivinación llamada piroscapulomancia u osteomancia, procedimiento mediante el cual se aplica una tea encendida sobre omóplatos de bovinos o caparazón de tortuga para provocar grietas en forma de T, interpretadas como signos reveladores de lo que uno quiere saber (Vandermeersch, 2001: 69-70).

40 Cohen, 1997: 45.

41 Vandermeersch, 2001: 70.

42 La metalurgia del bronce surge en China hacia la mitad del tercer milenio.

43 Las vasijas de bronce terminaban sepultadas con sus dueños cuando éstos fallecían.

44 Cohen, 2005: 55.

45 Vandermeersch, 2001: 69.

46 Ibidem. Ya muy tarde, en el siglo IX, aparece una literatura de la lengua hablada, iniciada a partir de la propagación de la fe budista.

47 Gernet, 2005:484. Según Cohen, 2005 [1963]:"no quedan restos de la etapa propiamente jeroglífica, pero sí se pueden reconstituir los dibujos primitivos gracias a los trazados más antiguos y al conocimiento que se tiene de los significados de la cosas representadas".

48 De manera contraria al lujo de detalles de las escrituras jeroglíficas y mayas, por ejemplo (Gernet, 2005: 484).

49 Cohen, 2005: 57.

50 Ibidem. Sin la posibilidad de cambio de acuerdo con el valor gramatical o la posición.

51 Según Xu Shen (330-124), el fundador de la filología china (en Cohen, 1997:47). De acuerdo con Marcel Cohen (2005 [1958]: 57), hacia el año 100 había un diccionario de 9 353 signos; otro en el siglo VI de 24 000 caracteres; en 1716 uno de 50 000 caracteres. Se han consignado hasta 80 000 signos. Para el uso común se necesitan de 6 000 a 8 000 caracteres. Hay tantos signos como palabras.

52 El rebus es un procedimiento que consiste en expresar las palabras o frases por medio de objetos cuyos nombres ofrecen al oído una semejanza con las palabras o frases que se quieren expresar. A manera de ejemplo, el planeta Marte se podría indicar por una imagen del mar ('mar-') seguida de la de una taza de té ('-te').

53 Menos de 500 de un total de 76 970.

54 Cohen, 1997: 48.

55 Ibidem.

56 Hay 18 150 caracteres en el siglo III, más de 30 000 a principios del siglo XI y más de 47 000 en el siglo XVIII (Cohen, 1997).

57 El mismo filólogo Xu Shen (330-124).

58 Por ejemplo, el norte, bei, es una figura de dos hombres parados, de espalda, y por transferencia de significado, designa al punto cardinal al que se da la espalda (Cohen, 1997).

59 Así wan, 'diez mil, figuraba y designaba un escorpión, palabra para la cual existían otras grafías.

60 Cohen, 2005 [1958]: 60. Por ejemplo, en pekinés, a la sílaba 'i' corresponden 69 significados, de los cuales 38 son de tono descendente (el chino es una lengua tonal).

61 Cohen, 2005 [1958]: 59.

62 Zali, 1997: 35.

63 Sainte Fare Garnot, 2005: 513.

64 Vernus, 2001: 45; Davies, 1994 : 109.

65 Jean-François Champollion descubre los principios de la escritura jeroglífica en gran parte por su estudio de la Piedra Rosette (196 a.C.) que lleva escrita el mismo texto (de arriba a abajo) en jeroglífico, en demótico y en griego.

66 Se encontraron manuscritos fechados en 2400 a.C. (Cohen, 2005 [1958]: 81).

67 Vernus, 2001: 56-57.

68 La noción de ideograma también se designa bajo el término de "signo palabra" o de logograma.

69 La 'l' no tiene signo específico.

70 En caso de que el fonograma esté constituido por varias consonantes.

71 Vernus, 2001: 62-63 y Zali, 1997: 38.

72 Zali, 1997: 38-39.

73 Zali, 1997: 39-40.

74 Sólo hemos tomado en cuenta las escrituras mexicas (antiguamente llamadas "aztecas") y las mixtecas.

75 Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de la Nueva España, lib. IV, cap. XII, 1969, p. 349.

76 Glassner, 2000: 14.

77 Aunque algunas no han podido ser identificadas.

78 Salvo contadas excepciones en las que los personajes se ven de frente: en el sacrificio del tlacacaliliztli (Códice Becker I, p. 10); la diosa Teteoinan del Códice Borbonicus;en el Códice de Huamantla, fragmento 5-2, casilla 16.

79 Códice Matritense del Real Palacio, en Vié-Wohrer, 1999: II, A 61.

80 Galarza, 1992: 108-139.

81 Memorial de los Indios de Tepetlaoztoc (pliego 210), en Vié-Wohrer, 1999: II, A 51.

82 Estos signos están relacionados con series cronológicas (fechas), nombres de personas o lugares.

83 Glassner, 2000: 132.

84 Caso, 1960: 14-16, a propósito del glifo de Teozacoalco.

85 Smith, 1973: 50. Indica el equivalente en náhuatl. Éstos siempre representan una parte del cuerpo humano, el más común es saha, 'a los pies de. Smith dice que su uso se extendió aún más en la época colonial (1973: 54).

86 El lector perdonará los errores que hubiere podido cometer en las etimologías de una lengua que desconozco.

87 Smith, 1973:67 y fig. 49 c, d.

88 Como, por ejemplo, entre los mixtecos la epopeya del héroe 8 Venado Garra de Tigre.

89 Dos mil grandes calígrafos dejaron su nombre en la historia de China (Vandermeersch, 2001: 77).

90 Zali, 1997: 39.

91 No todo ha podido ser descifrado en las escrituras sumerias, chinas y jeroglíficas egipcias.

92 Muchas se deben al carácter heterogéneo del corpus mismo de documentos: éstos proceden de diferentes épocas, de diferentes lugares, tienen diferentes contenidos, la ausencia de continuidad temporal entre los manuscritos impide juzgar la evolución de éstos, etcétera.

93 Plural de tlacuilo, sustantivo del verbo cuiloa, que significa 'escribir', y tla-, 'cosa'.

94 Se conservaron muchos parámetros característicos de la escritura precortesiana como la orientación, la perspectiva, el sentido de la lectura, el uso de las pictografías (en lo que toca en particular a la iconografía cristiana).

95 Los manuscritos mixtecos precortesianos son los códices Becker I, Bodley, Colombino, Vindobonensis, Nuttall y Selden.

96 Caso, 1989: 29-49.

97 Mary Elizabeth Smith, Maarten Jansen, Cecilia Rossell, Manuel Hermann Lejarazu, Sebastian van Doesburg y muchos otros trabajan en este desciframiento.

 

Información sobre la autora:

Anne-Marie Vié-Wohrer. Profesora en la École du Louvre y en la Universidad de París VIII. Estudió en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y fue investigadora en la Misión Arqueológica Francesa en México, cuando la dirigía Guy Stresser-Péan. Obtuvo un doctorado en etnología y antropología social por la École des Hautes Etudes en Sciences Sociales, París. Su director de tesis doctoral fue el doctor Joaquín Galarza. En 2001 obtuvo el premio Duc de Loubat, otorgado por la Académie des Inscriptions et Belles Lettres, con su libro Xipe Totec Notre Seigneur l’Ecorché. Étude glyphique d’une divinité aztèque, recompensa dada cada tres años a un trabajo americanista realizado en Francia.

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