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Desacatos

versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.11 Ciudad de México  2003

 

Reseñas

 

Volviendo a una tradición cosmogónica

 

Jorge Pech Casanova*

 

Josep Maria Fericgla, 2001. El hongo y la génesis de las culturas. Los Libros de la Liebre de Marzo, Barcelona, 211 pp.

 

* Escritor

 

El científico social catalán estudia en este volumen, con un enfoque de antropología cultural que no excluye incursiones en la lingüística ni la bioquímica, la forma en que el consumo del hongo europeo Amanita muscaria, de propiedades enteógenas, ha forjado símbolos y otros aspectos culturales en Europa, cuya influencia se extiende a otros continentes.

Además de elucidar el origen de personajes de la cultura en tiempos antiguos que han llegado a la etapa contemporánea, como los gnomos o duendes y las brujas, Fericgla logra con su libro un crisol de conocimientos científicos y de la tradición oculta que ayuda a comprender mejor la actitud moderna frente a las sustancias enteógenas, en especial, las que naturalmente emanan de hongos y otros vegetales.

El investigador catalán está convencido de que el empleo del hongo Amanita muscaria, que en los manuales de micología suele ser identificado como venenoso, es una vía para la modificación de la conciencia que ha sobrevivido en distintos pueblos europeos, a pesar de los tabúes impuestos por la élite, la cual se encargó de impedir la extensión del empleo de este hongo entre la población debido a sus propiedades enteógenas.

El libro cumple el propósito divulgatorio de su autor sin menoscabo de una exposición cuidadosa y atenta a las pruebas corroborables, aun cuando la comprobación de prácticas modificatorias de la conciencia resultan difíciles en una sociedad industrializada que, como la europea, equipara el empleo de los hongos enteógenos al consumo delictivo de drogas.

También resalta en esta investigación una meticulosa exposición de rituales de antiguas culturas europeas —como los que practican los tungús en Siberia—cuyo objetivo es producir la modificación de la conciencia a través del consumo de hongos Muscaria y otras plantas con propiedades enteógenas. Al indicar que los tungús consumen no sólo el hongo sino que también beben la orina de quienes participan en los ritos para aprovechar el elemento enteógeno activo que se concentra en este líquido. Fericgla de hecho registra toda una economía para efectos de prácticas similares en la actualidad. Así, su libro no es sólo una investigación analítica en frío de un fenómeno cultural, sino también un manual para iniciarse en las prácticas de modificación de la conciencia, así como una incitación a recuperar estos usos culturales que con el desarrollo tecnológico y la industrialización de las sociedades se ha convertido en un tabú contemporáneo.

Josep Maria Fericgla dirige la colección "Cogniciones" de la editorial Los Libros de la Liebre de Marzo, especializada en los estados modificados de conciencia. Es antropólogo y originalmente había publicado su investigación en catalán en 1985 con el título El bolet i la gènesi de les cultures. Con adiciones sobre la tradición superviviente del consumo de hongos enteógenos, la obra fue editada en español en 1994 y su reedición en 2001 permite su alcance a un público más amplio.

Fericgla divide su exposición en dos partes —"Ideas" y "Hechos"— que a su vez se subdividen en varios apartados o capítulos. En la primera parte, las ideas incluyen la definición de enteógeno, así como distinciones entre simbolismo y mitos, para finalmente explicitar la relación entre éstos y los estados modificados de conciencia. En el contexto de las conclusiones de esta sección, el investigador catalán inserta una aproximación muy útil al holismo, vocablo que ha servido para disfrazar más de una manifestación fraudulenta en religión, política, ciencia y arte. Por ello, no está de más citar una característica del holismo que el autor señala: "Permite a la conciencia globalizar contenidos con referentes desiguales, aparentemente contradictorios inclusive; es un estado mental de tendencia holística, opuesto a la conciencia analítica ordinaria, con un componente importante de carga emotiva que surge del inconsciente y está en la base de las creencias y patrones de comportamiento y de la creación estética" (p. 60).

La segunda parte del libro de Fericgla presenta los resultados de las investigaciones sobre los efectos de la ingestión de la Amanita muscaria, así como un recorrido por los pueblos micófilos y micófobos del Viejo Mundo. Éste sirve de preámbulo para introducirnos a una muestra estadística sobre la relación de los pueblos europeos con el hongo enteógeno (a través de sus denominaciones populares y otros datos), para enlazar estas informaciones con los mitos, los símbolos y las tradiciones que se conservan sobre las setas y su relación con los gnomos o duendes. Dichas tradiciones presentan más coincidencias que diferencias en los distintos pueblos que las preservan, sea que se trate de los dvärg y nisse suecos, los martinets, follets y menairons catalanes, los gnomon romanos, los kaboutermannekens flamencos, los luchrupan, luchorp y abac celtas, o los duendes castellanos. De paso, Fericgla nos ilustra sobre la procedencia de otros personajes que han sufrido mayor descrédito que los duendes: las brujas, spintrias, lammias o hechiceras, que en su origen debieron designar a chamanas y sabias que se ayudaban con enteógenos en sus rituales de curación y adquisición de conocimiento.

Fericgla considera que los duendes son un símbolo de condensación que da expresión antropomorfa a las visiones producidas por el hongo Amanita muscaria; concretamente, para este investigador los duendes son la traducción antropomorfa de los fosfenos1 (luces o rastros lumínicos aparentes que marcan la experiencia enteógena de los consumidores). Debido a las propiedades de modificación de la conciencia, dichos hongos fueron instrumento frecuente de chamanas que, entre otros medios, utilizaban varas untadas con el alcaloide muscarina (principio psicoactivo del hongo muscaria) para frotárselas en la mucosa de la región púbica; de ahí, la imagen de las "brujas" que vuelan montadas sobre palos de escoba: el vuelo metafórico de la conciencia fue tomado literalmente y se sumó a los elementos condenados como resultado del tabú que la élite impuso sobre el consumo de enteógenos.

El volumen del investigador catalán resulta de gran interés porque presenta una explicación extensa sobre las características de esta especie de hongos que —como el peyote, los hongos alucinógenos americanos y otras sustancias— permiten modificar la conciencia. El libro contiene datos personales sobre las experiencias que la ingestión de la sustancia origina, así como su cotejo con las experiencias de otros consumidores del enteógeno.

El rastreo documental y de campo que Fericgla emprendió para comprobar su teoría sobre la vinculación de la Amanita muscaria con la construcción de los personajes gnómicos se vuelve, en su narración, un interesante recorrido por el nacimiento de mitos, leyendas y consejas muy conocidos en Europa y que se han difundido por el mundo. La repulsión hacia los sapos, por ejemplo, está emparentada con el rechazo al hongo enteógeno debido a que ambas especies producen una sustancia psicoactiva: la bufotenina, que produce la glándula carótida del animal, y la muscarina, en el caso del vegetal. Sobre el consumo de ambos alcaloides se estableció una arcaica prohibición que en nuestros días se expresa como horror o repugnancia por las propiedades tóxicas de estos organismos. Fericgla rastrea las vinculaciones entre esas propiedades y otros alcaloides, como los de otras dos plantas famosas por su toxicidad: la ruda y el estramonio o datura (Datura stramonium). Al comentar su condición de plantas prohibidas, por su asociación con prácticas de magia negra y hechicería, el investigador hace evidente el tabú que recae sobre sustancias capaces de modificar los estados de conciencia.

El autor catalán expone, con estas pruebas, la presencia de un tabú ancestral en Europa, que en su desarrollo se ha convertido en un sistema de mitos, leyendas y exclusiones encaminados a reprimir el empleo de enteógenos. La necesidad social de esta limitación sobre los alcaloides, explica el investigador, reside en "las posibilidades que ofrecen a los individuos de 'viajar' al estado liminar en el cual se abren las posibilidades de especulación y de reconstrucción de la realidad sin un control previo de los elementos más experimentados, centro y control de la sociedad (los más ancianos, los sacerdotes, los científicos, los chamanes)". En un momento imprecisable de la historia, añade Fericgla, la élite se apoderó no sólo del conocimiento que proporcionan los alcaloides, sino de la exclusividad de su empleo. El objeto de esta confiscación cultural, ilustrado en el libro con el mito de Faetón y el carro del Sol, es que ningún individuo impreparado para los estados liminares tenga acceso a ellos, ya que la modificación cognitiva lo conduciría a convertirse en un riesgo para la colectividad: como en la narración mítica, dejar las riendas de un poderoso vehículo de iluminación a un conductor inexperto plantea la amenaza de que a su paso "queme" los panoramas establecidos como normales.

La potencia subversiva de la modificación de la conciencia individual ha sido el factor que ha conducido a la prohibición del uso de sustancias enteógenas. El tema, ya debatido en las décadas de 1960 y 1970, recurre en esta investigación y lleva a discutir la operancia y la validez de los tabúes sobre los enteógenos en el siglo XXI. Fericgla publicó su investigación en un decenio en que los valores de competencia financiera y desprecio por el humanismo de la sociedad industrializada opacaron los debates en torno a la búsqueda de procesos cognitivos no tradicionales. Con el colapso próximo de los pseudovalores económicos, la reaparición en español de este libro amplifica y refresca un debate necesario: ¿debe permanecer prohibido el empleo de alcaloides como modificadores de la conciencia?, ¿debe continuar la antigua clasificación de sustancias modificadoras de la conciencia como "enervantes", "alucinógenos", "drogas ilegales", etcétera?

Fericgla propone la reconsideración sobre el empleo de sustancias modificadoras de la conciencia como la muscarina y la bufotenina, y de entrada cuestiona la pertinencia de los términos con que dichos alcaloides se han designado. "Alucinógeno", "psicodélico", "psicomimético" le parecen inconvenientes y hasta peyorativos, por la implicación de engaño o espejismo que conlleva la alucinación y por las sugestiones de psicosis que implican las palabras derivadas de la raíz griega psyche (una consideración que podría calificarse de over-reaction: el vocablo psicología también está compuesto por esa raíz griega). Por razones de operatividad lingüística y por entender que una descripción más adecuada de la modificación de conciencia producida por alcaloides como la muscarina la ofrece la voz enteógeno ("Dios en mí'), el especialista catalán recomienda el empleo de dicho término e inclusive propone la denominación "conciencia holorénica" para los estados liminares a que la ingestión del hongo y otros organismos conducen: "El holismo —explicita— es la tentativa de globalización de doctrinas y cosmovisiones diferentes, y ésta es una de las cualidades más inequívocas de dicho estado" (p. 60).

A propósito del ámbito de la creación estética que engloba el holismo, Fericgla refiere los casos del escritor inglés Lewis Carroll y del arquitecto catalán Antoni Gaudí para rastrear efectos de la ingestión de Amanita muscaria en la creación artística. En el caso de la obra Alicia en el país de las maravillas, le parece más que probable la referencia velada a experiencias enteógenas por parte del reverendo Lewis L. Dogson a través de sus personajes literarios. En el segundo caso, su conclusión es negativa, y pese a la fantasía barroca de las construcciones gaudianas, el investigador concluye que las formas diseñadas por el gran arquitecto no están relacionadas con el alcaloide fúngico. Si acaso, le concede la sospecha de que el consumo de electuario (una especie de lechuga silvestre) pudo inducir estados de hipnosis en el artista, pero expone esta posibilidad con toda clase de consideraciones escépticas. En cambio, al referirse a la obra más famosa de Carroll, Alicia en el país de las maravillas, Fericgla aduce el pasaje de la oruga y su conversación con Alicia para demostrar que en realidad estamos ante la descripción de una modificación de la conciencia inducida por el consumo del hongo. Alicia, reducida de tamaño por comer un pastelito, halla encaramada en una seta a una oruga con la cual sostiene una conversación que parece describir las alteraciones perceptivas que se experimentan durante los estados modificados de la conciencia. Al terminar este episodio, y por recomendación de la oruga que ha estado todo el tiempo fumando de un narguile, Alicia come de la seta y experimenta cambios de tamaño controlados: una metáfora que expresa las alteraciones de la conciencia conseguidas a partir de enteógenos como la Amanita muscaria.

El interés de Fericgla por las expresiones estéticas derivadas del hongo lo lleva a desplegar, inclusive, una iconografía extraída de las más diversas procedencias. Si bien su colección de imágenes no discrimina estilos, alcances ni patrones estéticos, por las reproducciones que presenta su atracción por el icono fúngico puede inscribirse dentro del kitsch, aunque no por ello deja de lado representaciones con mayor elaboración artística. Quizá su rescate mayor lo constituye la reproducción de obras de Apelles Mestres, dibujante y poeta catalán que vivió y trabajó entre el siglo XIX y el XX. Los dibujos de duendes y gnomos realizados por este artista son típicos del gusto finisecular, próximos a la caricatura pero con manierismos definitorios que los apartan de la entonces naciente expresión gráfica que hoy denominamos comic o historieta.

Fericgla reproduce en su libro un breve cuestionario con el que llevó a cabo su investigación de campo por las regiones de Cataluña donde exploró la vigencia o el rechazo a la micofilia, un concepto fundamental para este trabajo. Con la aclaración de que la micofagia (es decir, el consumo gastronómico de hongos) no implica la micofilia (el apreciar y preservar prácticas rituales que permiten, entre otras cosas, la modificación de los estados de conciencia por medio del consumo de hongos), el investigador, al tiempo que explicita las interrogantes que planteó a sus informantes, comenta en extenso las tendencias y los resultados que arrojaron sus cuestionarios. Como modelo para investigaciones similares en otras regiones del mundo donde se practican y preservan los ritos derivados del consumo de hongos enteógenos, el cuestionario de Fericgla es un vehículo sugerente para ahondar en un extenso estudio sobre estas cuestiones en territorios como el de Oaxaca. Si bien es necesario meditar sobre las posibilidades efectivas que un cuestionario semejante pudiera arrojar a un estudio en esta materia, no deja de ser estimulante la referencia a un método sencillo y accesible a cualquier investigador empeñoso para emprender una investigación tan necesaria como aportadora en el campo de la antropología cultural americana.

Fericgla indaga no sólo en fuentes testimoniales sino hasta en documentos antiguos que en apariencia nada tienen que ver con su materia de estudio para extraer conclusiones reveladoras. Por ejemplo, cita el Llibre del coch (Libro del cocinero) publicado en 1520 por el Maestre Robert, cocinero del rey Fernando de Nápoles, para señalar que en sus páginas ni un solo platillo preparado con hongos aparece, aunque sí una mayoría de recetas con huevos y frutos secos; cuando mucho, se admiten las trufas en ocho de las 229 recetas del cocinero real. Esta desproporción la explica Fericgla como ilustrativa de las prácticas gastronómicas determinadas por la necesidad de suministrar calorías para el trabajo físico intenso de la época, elementos abundantes en los huevos y los frutos secos pero escasos en los hongos. De ahí que la población desdeñara o ignorara a los hongos como parte de su dieta, e inclusive que, con el tiempo y la satanización de ciertos hongos, el consumo de setas adquiriese visos de fatalidad (comer hongos = envenenamiento). Feracgla insiste en la ausencia de propiedades ponzoñosas en el Amanita muscaria, cuya imagen se ha vuelto universalmente popular (cfr. el Pequeño Larrousse Ilustrado y otros diccionarios de pretensiones enciclopédicas) como la de "seta venenosa".

El interés de Fericgla por los hongos enteógenos (y por la variedad muscaria en particular) rebasa los propósitos de un mero estudio científico. El hongo y la génesis de las culturas es la obra de un apasionado lúcido y por lo mismo puede mover a irritación e inclusive a sospecha a quienes no comparten su fervor por el bolet, oriol foll, oronja falsa u oropéndola loca. Sin embargo, el entusiasmo esclarecedor con que el autor catalán indaga en el tema permite leer su libro, inclusive con escepticismo, desde una perspectiva atenta a sus planteamientos, datos, razonamientos y conclusiones. Trabajo científico despojado de frialdad, aderezado con intuiciones sugerentes, no exento de erudición y ni siquiera de humorismo en algunos momentos, el libro de Joseph Maria Fericgla permite abarcar en una lectura amena un caso que insta a profundizar y ampliar las investigaciones en la materia: los vehículos naturales por los cuales el ser humano puede alcanzar estados de modificación de la conciencia. La perspectiva aparece, en un momento histórico de confusión y declive de las explicaciones racionales del mundo, como una posibilidad de avance cultural y material en medio de un flujo de retrocesos sociales, políticos, intelectuales y éticos como el que nos toca afrontar en este principio del nuevo milenio.

 

Nota

1 Sobre el papel de los fosfenos en construcciones imaginarias puede cotejarse El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, de Oliver Sacks, capítulo "Las visiones de Hildegard", Muchnik Editores-Océano, México, 1998, pp. 208-212.         [ Links ]

 

Información sobre el autor

Jorge Pech Casanova. Ensayista, poeta y traductor. Ha publicado, entre otros libros, el de ensayos La sabiduría de la emoción. Vida y literatura de Ermilio Abreu Gómez (Fondo Editorial Tierra Adentro, 1998), así como los poemarios Contra la lluvia insumisa (La Tinta del Alcatraz, Toluca, 1999) y Noticias del vencido (La Tinta del Alcatraz, Toluca, 1994). Ha traducido y publicado diversos ensayos, entre los más recientes: Art from Oaxaca. Imagination & Reality, original en español de Fernando Solana Olivares; Testigo silencioso; Graphicstudio en Oaxaca; La camisa del cazador; Conquistas de la imagnación. Reino e imperio en Chichen Itzá; Monte Albán. Ciudad de los dioses y hombres. Entre sus reconocimientos se encuentran el Premio Iberoamericano de Poesía "Luis Rosado Vega" del Instituto de Cultura de Yucatán en 2000 y el Premio Estatal de Ensayo "Carlos Echánove Trujillo", Yucatán, 1999.

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