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Desacatos

versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.9 Ciudad de México  2002

 

Esquinas

 

La pluridisciplinaridad en el análisis del trabajo y del desarrollo: una indisciplina epistemológica

 

Multi-Disciplinary Approach in the Analysis of Work and Development: An Epistemological Indiscipline

 

Abdallah Nouroudine

 

Département d'Ergologie-APST, Université de Provence.

 

Resumen

Dos problemas epistemológicos ligados al tema de la "movilización de la mano de obra" constituyen el objeto de este ensayo. El primer problema es el de saber cómo acceder a las realidades multidimensionales y complejas en las que participa la "mano de obra"; el segundo plantea la pregunta sobre la diversidad de conocimientos necesarios para iluminar el debate sobre un tema que se sitúa en el corazón de la vida social, sin importar el lugar que se reserve para las actividades productivas. Abdallah Nouroudine plantea que una vía de acceso ineludible para comprender la situación de la "mano de obra" así como las condiciones y las modalidades de su "movilización" reside en un esfuerzo de comprensión del trabajo como un conjunto de actividades humanas, histórica y socialmente constituidas. Es decir, el conjunto de actividades que permiten a los grupos humanos satisfacer sus necesidades en su propio medio de existencia. Ello implica, por una parte, que la "obra" a la que se refiere la "mano de obra" pone de relieve un trabajo que va mucho más allá de su dimensión mercantil en términos de empleo, y por otra parte, que el estado y el estatuto de la "mano de obra" sólo se comprenden inscritos en el contexto específico que los produce y moviliza.

 

Abstract

Two epistemological problems related to "work force mobilization" are the subject ofthis essay. The first problem is knowing how to access the multidimensional and complex realities in which the "work force" participates; the second raises the question ofthe necessary diversity ofknowledge to enlighten the debate on a subject at the heart ofsocial life, regardless ofthe place reserved for productive activities. Abdallah Nouroudine suggests that an unavoidable means ofaccess to understand the situation ofthe "work force" and the conditions and modalities ofits "mobility" can be found understanding work as a set ofhuman activities, historically and socially constituted. That is to say, the set ofactivities which allows human groups to satisfy their vital needs in their own milieu. This implies, on the one hand, that the "work" in "work force" emphasizes a task which goes beyond its commercial dimension in terms of employment and, on the other, that the state and statute ofthe "work force" are only understandable within the specific context which produces and mobilizes them.

 

Dos problemas epistemológicos ligados al tema de la "movilización de la mano de obra" constituyen el objeto de este ensayo. El primer problema es el de saber cómo acceder a las realidades multidimensionales y complejas en las que participa la "mano de obra"; el segundo plantea la pregunta sobre la diversidad de conocimientos necesarios para iluminar el debate sobre un tema que se sitúa en el corazón de la vida social, sin importar el lugar que se reserve para las actividades productivas. Una vía de acceso ineludible para comprender la situación de la "mano de obra" así como las condiciones y las modalidades de su "movilización" reside en un esfuerzo de comprensión del trabajo como un conjunto de actividades humanas, histórica y socialmente constituidas. Es decir, el conjunto de actividades que permiten a los grupos humanos satisfacer sus necesidades de vida en su propio medio de existencia. Ello implica, por una parte, que la "obra" a la que se refiere la "mano de obra" pone de relieve un trabajo que va mucho más allá de su dimensión mercantil en términos de empleo, y, por otra parte, que el estado y el estatuto de la "mano de obra" sólo se comprenden inscritos en el contexto específico que los produce y moviliza. La "movilización de la mano de obra", definida como "el conjunto de los medios económicos, sociales e institucionales empleados para la puesta en marcha, la definición de las relaciones de trabajo y la sujeción de la mano de obra", presenta el interés de ser un concepto abierto a la variabilidad de las situaciones existentes en los distintos países y a la dialéctica que se manifiesta en el proceso actual denominado "mundialización". Lo que se propone es inscribir el desarrollo de esta problemática en el examen de un grupo humano a escala de un pueblo en las Comores* para observar: 1) la profunda trama entre el trabajo mercantil y el trabajo no-mercantil en esta sociedad, 2) el entretejido de las dimensiones del trabajo y de las dimensiones de la vida antes de intentar extraer de estas observaciones dos consecuencias epistemológicas que hacen eco a los dos problemas evocados arriba: a) el de las modalidades de acceso a las realidades, y b) el de la variedad de los saberes necesarios para lograr tal propósito.

 

1. ENTRAMADO DEL TRABAJO MERCANTIL Y EL TRABAJO NO-MERCANTIL

¿Cómo satisface sus necesidades de vida una comunidad de pescadores en un pueblo de las Comores? Sin querer homogeneizar las necesidades básicas para la vida de los grupos humanos, uno puede detenerse en las actividades efectuadas en esta comunidad para procurar a sus habitantes los alimentos, la vivienda y la infraestructura para sus cuidados y su educación.

Para la comunidad de pescadores, la pesca es la actividad principal mediante la cual las familias tratan de reunir las condiciones y los medios para satisfacer sus necesidades de vida. En el oficio de pescador se desarrollan y transmiten competencias, saberes y valores de generación en generación. Ciertos conocimientos en las técnicas de captura se valoran en relación con otros: habilidades de búsqueda, de rastreo y de captura. Las habilidades técnicas limitadas a la simple captura se consideran como secundarias, léase que pierden valor, si la actividad de búsqueda se neutraliza. Esta discriminación de las competencias tiene incidencia sobre las técnicas empleadas de manera prioritaria y sobre aquellas que encuentran un terreno de apropiación favorable o desfavorable dependiendo de las formas de pesca que inducen. Más allá de las competencias técnicas, es necesario poseer una cultura del oficio: saber, por ejemplo, leer en el cielo, el mar y el viento los indicadores meteorológicos. Se considera necesaria una cierta actitud ante la vida para perfeccionar las habilidades técnicas y la cultura del oficio: ser suficientemente paciente para merecer el apoyo de Dios, etcétera. En esta sociedad, ser pescador no es solamente ser capaz de capturar pescado. El pescador es aquel que domina aquellas técnicas de búsqueda y de captura que corresponden a los criterios y al perfil socialmente constituidos de buen pescador. Ahora bien, estos criterios desbordan el marco técnico para extenderse a todo el campo social. Ser pescador es particularmente estar inscrito en una comunidad socio-profesional que se concreta en diferentes tipos de actividad: la consagración al oficio mediante la realización de un conjunto de ritos sociales a iniciativa de los jóvenes aprendices y en presencia del conjunto de la comunidad de pescadores; la transmisión de habilidades en la relación de compañerismo entre el aprendiz de pescador y su maestro; el reparto de una porción de la pesca entre diferentes personas de la familia y de la comunidad (primordialmente las mujeres encintas, el tío, el jefe del pueblo, etcétera); la presencia activa de los pescadores en el "yiko", el espacio que hace las funciones de embarcadero, de plaza pública, de mercado, de espacio de juego, etcétera. Plantear la pregunta sobre la situación de la movilización de la mano de obra debe forzosamente integrar el conjunto de estos elementos que constituyen el perfil socio-económico del pescador así como la totalidad de sus ocupaciones que no se limitan a la captura de pescado.

Este carácter íntegro del oficio se encuentra en las formas en las que se utilizan los productos del trabajo. En el entorno global, el pescado que el pescador captura está destinado a tres tipos de uso: el reparto (una porción del pescado se comparte con otros desde la llegada del pescador al embarcadero): el consumo (una segunda porción de pescado se reserva efectivamente para el consumo dentro de la familia); la venta (una tercera porción de pescado será vendida en el embarcadero o en los mercados). Si se aplica un razonamiento puramente contable y financiero a este esquema socioeconómico de producción y de intercambio, el trabajo de los pescadores comorinos será considerado no solamente como no rentable, sino incluso como deficitario. En efecto, se advierte que en el trabajo de los pescadores, sólo una pequeña parte entra en el circuito del intercambio comercial y participa en la creación de relaciones mercantiles (se trata de la tercera porción destinada a la venta a cambio de dinero o de otros productos). Sin embargo, si la segunda porción de la captura reservada para el consumo familiar no entra en el circuito mercantil, ella permite, de todas formas, la salvaguarda de la vida y de las relaciones familiares. La primera porción, destinada al reparto, a su vez, crea y desarrolla las relaciones de sociabilidad que van más allá de la familia y la comunidad de pescadores al mismo tiempo que sitúan al pescador en un espacio político más amplio de cohesión y de confrontación entre pescadores y no-pescadores.

Monumentos derribados; Sarajevo, Bosnia-Herzegovina, 2000 / Ricardo Ramírez Arriola

Este entramado fuerte entre la dimensión mercantil y la dimensión no-mercantil del oficio de pescador adquiere todo su sentido y su coherencia cuando se le inscribe en un entorno aún más global, pero también más complejo, de las relaciones socio-económicas a escala de la comunidad. La parte no-mercantil del trabajo del pescador entra en relación con la parte no mercantil del trabajo en otros oficios (agricultor, carpintero, costurero, etcétera). No obstante, ese vínculo es indirecto puesto que no existe ni reciprocidad exacta entre los actores de oficios diferentes que donan una parte de sus productos del trabajo (dicho de otra manera, aquel que dona productos de su trabajo no es automáticamente beneficiario del donativo de productos de trabajo de otro). Tampoco existe equivalencia en los productos donados puesto que lo que cuenta no es el valor económico de los productos donados, sino el acto del donativo, lo que representa y las relaciones sociales que provoca. Si el producto del trabajo del pescador no entra en su totalidad en un circuito de intercambio mercantil, eso limita considerablemente su poder monetario de compra. Eso obliga a preguntarse sobre la satisfacción de las otras necesidades. Como el pescador no se alimenta sólo de pescado, una parte de la yuca del campesino se intercambiará por pescado. Puesto que debe ofrecer un techo a su familia, va a movilizar no sólo una "mano de obra", sino todo un conjunto de competencias técnicas socialmente organizadas por medio de instituciones colectivas. Las habilidades del leñador, del carpintero, del albañil... serán empleadas mediante canales institucionales como los grupos de edad de la comunidad. Cortarán la madera en el bosque, la medirán, la labrarán; cortarán las hojas de palma, las secarán y las trenzarán; recogerán las piedras, las dispondrán y constituirán los cimientos, etcétera. La casa del pescador podrá ser construida de cabo a rabo por una mano de obra comunitaria no asalariada. Las personas movilizadas para construir la casa no esperan más que una cosa de parte de aquel a quien se le hizo el servicio de construcción: que ofrezca la comida para todo el mundo. Cuando uno de los participantes quiera, a su vez, construir su casa, se pondrá en marcha el mismo dispositivo social de movilización de competencias técnicas fuera del circuito mercantil.

Este mismo dispositivo social de movilización de mano de obra y de competencias se emplea para la realización de proyectos colectivos en el ámbito de la comunidad. Para construir un dispensario, una escuela; para electrificar al pueblo, asfaltar el camino., todo el mundo, en el pueblo, debe contribuir. Los dispositivos tradicionales de ahorro (los mtsango o tontinas: agrupamientos mutualistas) se emplean para las necesidades financieras; las competencias técnicas se movilizan de la misma manera que para la realización de los proyectos individuales que requieren de la movilización de la red comunitaria.

Hace falta sin embargo señalar que la introducción de nuevas tecnologías en las actividades de pesca y en las de otros oficios y el empleo cada vez más importante de nuevas herramientas y materiales importados incrementa el campo de los intercambios mercantiles al mismo tiempo que reduce el de los intercambios no mercantiles. La tendencia actual es hacia las construcciones de fábrica, lo cual modifica sensiblemente las realidades socioeconómicas que hacían posible la movilización colectiva y no mercantil de la mano de obra para realizar los proyectos individuales y colectivos. Se requieren nuevas habilidades técnicas que no necesariamente están siempre disponibles en el circuito tradicional de movilización de la mano de obra; se requieren nuevas herramientas y materiales (fierro, cemento, lámina acanalada, etcétera) que no son accesibles más que por la vía de la importación y el comercio. Dicho de otro modo, allí donde las relaciones de sociabilidad permitían satisfacer globalmente las necesidades vitales esenciales, las relaciones mercantiles se imponen cada vez más. Pero como el poder de compra de las familias en los pueblos no registra mejorías significativas al mismo tiempo que el proceso de mercantilización se acentúa, las desigualdades de nivel de vida se incrementan entre una población mayoritariamente pobre y un pequeño grupo de grandes comerciantes ricos. En esta situación, existen necesidades esenciales insatisfechas al mismo tiempo que surgen otras. Los habitantes de los pueblos se vuelcan sobre sí mismos frente a la pobreza puesto que el poder de regulación del Estado se debilita por el embate simultáneo de la inestabilidad política y los Programas de Ajuste Estructural.

A partir de estos ejemplos, se puede intentar hacer extrapolaciones y despejar los ejes de movilización de la mano de obra en la sociedad tradicional comorina. El crisol de movilización de la mano de obra se encuentra en la familia, los grupos de edad, las asociaciones en el seno de la comunidad. En una sociedad en la cual el espíritu comunitario es aún importante, el trabajo (mercantil y no mercantil) es uno de los medios por los cuales se construye la cohesión del grupo. La lógica según la cual se despliega el trabajo adopta entonces reglas que hacen posible el surgimiento de relaciones sociales que refuerzan y garantizan la existencia del grupo. Esta apuesta colectiva, y omnipresente en las actividades sociales, da lugar a lo que sugerimos llamar una "lógica de sociabilidad" combinada con una "lógica de aproximación" en las condiciones y las modalidades de realización del trabajo. Una "lógica de sociabilidad" porque en toda actividad de trabajo efectuada, se apunta, aunque sea parcialmente, a un objetivo de consolidación de las relaciones entre las personas mediante formas de donativos o de servicios. Esta "consolidación de las relaciones entre las personas", lejos de conducir a relaciones asépticas en la convergencia y la unanimidad, integra a la vez la cohesión y el conflicto en la confrontación. En este sentido el acto de donar (a partir del momento en que el pescador comparte una parte de su captura) reviste ya un carácter dual y dialéctico de la cohesión y el conflicto. Una "lógica de aproximación" puesto que la exactitud contable y financiera es frecuentemente neutralizada bajo el efecto de las relaciones de intersubjetividad, de los valores morales y éticos, etcétera. El carácter "aproximativo" del valor dado a los productos del trabajo a partir de su puesta en circulación dentro de la red social condiciona casi siempre un espacio en el cual se introducen las relaciones de sociabilidad y de insociabilidad. La práctica del "mercadeo" en el momento en el cual los productos entran en el circuito de intercambio es muy significativa para este propósito. La combinación de estas dos lógicas ha demostrado su pertinencia y su eficacia en relación con su finalidad que es la de favorecer, habida cuenta de los medios existentes, la satisfacción de las necesidades de vida en un contexto económico precario en el cual el estado es casi inexistente.

 

2. DE LA MULTIDIMENSIONALIDAD DEL TRABAJO A LA INDISCIPLINA EPISTEMOLÓGICA

En un contexto como el presentado, se observa un entramado estrecho de las dimensiones del trabajo y de las dimensiones de la vida en general. El oficio de pescador en las comunidades comorinas se inscribe en un espacio de economía de subsistencia, que emplea técnicas artesanales y donde la mano de obra es principalmente familiar antes de extenderse a los niveles del barrio y del conjunto del pueblo. El ejercicio del oficio se rige por reglas y preceptos que competen a la vez a los tres tipos de derechos en vigor en la sociedad comorina: el derecho consuetudinario, el derecho francés (herencia de la colonización) y el derecho musulmán. La dificultad de lograr una síntesis de estas tres fuentes jurídicas se traduce en contradicciones que la comunidad de pescadores se afana en manejar en la vida diaria. Un cierto número de técnicas de pesca, variables según los pueblos, están prohibidas; algunos productos del mar, aun cuando son comestibles, son sujeto de tabú o simplemente ignorados. La inexistencia de medios materiales para lograr la seguridad de los pescadores provoca desapariciones recurrentes en el mar. En el nivel sociológico dos aspectos son particularmente significativos: a) la descalificación social del pescador puesto que ser pescador significa estar situado en el ámbito más bajo de la jerarquía social; y b) la división sexual del trabajo: en general la captura de pescado se hace por hombres mientras que las mujeres toman a su cargo la reventa en los mercados. Todas estas dimensiones así como las otras (artísticas, religiosas, etcétera) se encuentran en el oficio y el profesionalismo de los pescadores y tienen incidencia sobre el perfil técnico y social de la mano de obra disponible. Actualmente, la mayoría de los pescadores no ha pasado por la escuela; el oficio se transmite generalmente del padre a los hijos, de los tíos a los sobrinos en el perímetro de la comunidad de los pescadores. La renovación de la mano de obra es reducida porque los jóvenes vacilan ante el ejercicio de un oficio que al mismo tiempo que presenta grandes riesgos es menospreciado socialmente.

El conjunto de las dimensiones del hombre en sociedad (lo económico, lo jurídico, lo ético, etcétera) se entrelazan. Las fronteras entre el trabajo mercantil (empleo) y el trabajo no mercantil son más que nunca borrosas. En consecuencia, reflexionar sobre las condiciones y los medios para movilizar la mano de obra disponible y estructurada en un medio determinado plantea el problema de la postura del investigador en relación con su propia disciplina y con la de los demás, habida cuenta de la complejidad de la realidad que examina.

El apretado entramado entre las dimensiones del trabajo y las dimensiones de la vida tiene por consecuencia epistemológica hacer estallar la postura disciplinaria exclusiva del investigador. El posicionamiento unidisciplinario frente a la realidad compleja del trabajo es tanto más difícil de sostener cuando su multidimensionalidad, se encuentra cruzada por el tríptico "valores, saberes y actividades". Y. Schwartz (1966) dice que está presente en todas las actividades humanas. La dimensión económica del trabajo en el contexto que acabamos de describir, donde los aspectos mercantiles y no mercantiles se funden por la combinación de una "lógica de sociabilidad" y de una "lógica de aproximación" con la finalidad de garantizar la creación continua del colectivo social que integra su unidad y sus conflictos, es muestra de una economía política que integra a la vez las finalidades y los medios del trabajo así como las relaciones sociales que teje. Pero en verdad, al mismo tiempo que todas las disciplinas de las ciencias del hombre colectivo se convocan por la naturaleza de los problemas que plantea el trabajo, éstas se encuentran presas en una doble tensión: por una parte, salir de ellas mismas para dialogar, de suerte que los conocimientos producidos sobre el trabajo no sacrifiquen la complejidad de su objeto, y por otra parte, integrar la dimensión política global del medio analizado, sin lo cual, las modalidades de movilización de la mano de obra desarrolladas localmente perderían su sentido. La liberalización entre las disciplinas y la integración de lo político en el proceso de producción de los saberes sobre el trabajo y sobre las condiciones de movilización de la mano de obra no pueden ser ellas mismas sino los efectos de una serie de infracciones al esquema de funcionamiento disciplinario clásico: renuncia a la "pureza" de los conceptos y de los métodos disciplinarios (lo cual supone la aceptación de la contaminación conceptual y metodológica en una perspectiva interdisciplinaria que no suprime las disciplinas sino que las coloca en una nueva posición) y el abandono de la "neutralidad" de los saberes (es decir la aceptación del desarrollo de un saber comprometido que no sacrifica sin embargo el rigor científico). Es en este sentido que, inspirándome en un texto de Renato di Ruzza, hablo de una "indisciplina epistemológica" suscitada por la complejidad de los problemas del trabajo.

La complejidad del trabajo impone la exigencia de la pluridisciplinaridad; pero ésta corre el riesgo de no ser más que una compilación inoperante de diferentes disciplinas si el asunto de las finalidades de los saberes producidos no se resuelve. El problema de la "movilización de la mano de obra", en un contexto internacional de mundialización de la economía, podría permitir la producción de los saberes susceptibles de esclarecer las condiciones y las modalidades según las cuales el trabajo va a reconfigurarse y adoptar nuevos perfiles. Pero si uno se detiene en este punto, el asunto fundamental de las finalidades como ejes de transformación de los modos de producción, de acumulación y de satisfacción de las necesidades, permanecería sin solución puesto que el conocimiento de los cambios del trabajo y las modalidades de movilización de la mano de obra estaría siempre suspendido en una profunda indeterminación. Este indicaría una desconexión aunque fuera de manera parcial de la "mano de obra", tomada como objeto de reflexión, en relación con los proyectos de vida individuales y colectivos que la estructuran. Ahora bien, parece difícil comprender y evaluar la eficacia de las modalidades de gestión singular de la mano de obra disponible y de la forma en la cual se moviliza, si se ignora en qué proyectos de vida se inscriben y hacia qué finalidades tienden esta gestión y esta movilización.

Pero, a su vez las finalidades y los proyectos de vida podrían no ser sino una simple construcción del espíritu si no se relacionan con el imperativo de satisfacción de las necesidades de la vida. La distinción que efectúa G. Destanne De Bernis entre "desarrollo de los pueblos" y "desarrollo del capital" teniendo cuenta el destino reservado a la satisfacción de las necesidades retiene nuestra atención. Para este autor, el desarrollo de los pueblos "significa el crecimiento del nivel de satisfacción de las necesidades en el seno de cada uno de los grupos sociales constitutivos de la nación, según el orden y la jerarquía de estas necesidades", mientras que el desarrollo del capital "significa el crecimiento del capital invertido en un país y del producto resultante, cualesquiera que sean las consecuencias sobre el conjunto de las estructuras sociopolíticas y económicas, y sin poner atención al nivel de satisfacción de las necesidades de la población" (1983: 215). Si admitimos, suscribiendo esta orientación, que el trabajo y la movilización de la mano de obra tienen la vocación de favorecer la satisfacción de las necesidades de las poblaciones, estaremos de hecho inmersos en un proceso de reducción de la indeterminación de los saberes para la producción. ¿Pero, cómo integrar entonces las necesidades sin proceder a una definición normativa y a priori ? En este punto, las formas de concertación y de colaboración entre las poblaciones analizadas parecen ser necesarias.

Una postura de investigación y de acción que combine a la vez las exigencias epistemológicas y éticas podría consistir en pensar en un dispositivo de producción de saberes sobre los cambios del trabajo y las condiciones de movilización de la mano de obra que asocie a los actores del trabajo de los países involucrados de suerte que estén en situación de "co-producir" los saberes y de apropiárselos. Ello permitiría inscribir estos saberes en las iniciativas de transformación respetuosas de los fines de mejoramiento de las condiciones de vida y de perfeccionamiento de los medios de existencia para los cuales el trabajo, la mano de obra, las instituciones., no son en definitiva más que medios. Esto podría permitir hacer coincidir las transformaciones del trabajo y los modos de movilización de la mano de obra con la satisfacción de las necesidades socialmente constituidas. A partir de allí, se estaría en posibilidad de hablar de un proceso de desarrollo inscrito en las realidades locales.

En una aproximación de este tipo de razonamiento, el problema de la movilización de la mano de obra no se resuelve automáticamente de acuerdo con los preceptos de la economía de mercado que pretenden los programas de ajuste estructural del FMI y del Banco Mundial. Henri Bartoli observa que "lo que pretende el FMI a través del ajuste, es un dominio sobre los países en desarrollo que tiene como consecuencia una 'normalización' de las estructuras económicas y sociales, de manera de ajustarlas a los imperativos de funcionamiento de la economía mundial, lo 'normal' definiéndose no como la generalidad del caso, sino como aquello que 'debe ser' a los ojos de la doctrina del FMI"(1999: 45). La pretensión hegemónica de una norma como esa querría que los grupos humanos, sus realidades sociales y sus proyectos de vida se transformen y se reestructuren para volverse compatibles con las reglas y las formas de funcionamiento de la economía de mercado. En el ejemplo expuesto, el sólido entrelazamiento del trabajo mercantil y del trabajo no mercantil, los dispositivos de movilización colectiva de la mano de obra para realizar los proyectos individuales y los colectivos, el funcionamiento del trabajo de acuerdo con la doble lógica de la sociabilidad y la aproximación serán percibidos como impurezas y obstáculos que es necesario eliminar. Es por ello que sería útil, a través de la problemática global del desarrollo, que las consideraciones relativas a las finalidades y a los proyectos de vida de los grupos humanos, se articulen a la reflexión sobre la "movilización de la mano de obra".

 

Referencias bibliográficas

Bartoli, H., 1999, Repenser le Développement. En finir avec la pauvreté, Editions UNESCO, Economica.         [ Links ]

Destanne De Bernis, G., 1983, "De l'existence de points de passage obligatoires pour une politique de développement", en Economies et Sociétés, Cahiers de l'lSMEA, núm. 29.         [ Links ]

Nouroudine, A., 1997, "Techniques et cultures", thèse de philosophie, Université de Provence.         [ Links ]

Schwartz, Y., 1997, "Ergonomie, philosophie et exterritorialité", en F. Daniellou (ss. Dir.), L'ergonomie en quête de ses principes, Octarès Editions.         [ Links ]

 

Notas

* Estado de África en el océano Índico; 1 750 km2 y con cerca de medio millón de habitantes. Constituye un archipiélago volcánico de cuatro islas mayores: Grande Comore, Mayotle, Anjouan y Moheli. La población es mestiza fruto de la convivencia de árabes, malgaches, africanos y asiáticos. Viven principalmente de la agricultura basada en la exportación de vainilla y copra, y también de la ganadería y pesca. [N. de E.]

 

Información sobre el autor

Abdallah Nouroudine es originario de las Islas Comores, en África. Doctor en filosofía y titular del DESS (Diploma de Estudios Superiores Especializados) en Análisis Pluridisciplinario en Situaciones de Trabajo (APST, por sus siglas en francés), colabora en las actividades de enseñanza e investigación en el Departamento de Ergología-APST de la Universidad de Provenza, en Francia. En sus conferencias, coloquios y seminarios, ha presentado ponencias sobre temas del trabajo, del desarrollo, de las transferencias de tecnologías, etcétera. Es autor o coautor de investigaciones y estudios realizados en Francia y las Islas Comores en materia de carga/intensidad del trabajo, actividades/cambios tecnológicos, apropiación de las cajas de ahorro para la salud en las Islas Comores, y la pesca artesanal comorense, entre otros. Es autor del libro Techniques et cultures. Comment s'approprie-t-on des technologies transférées? (Ediciones Octarès, 2001). Artículos en obras colectivas: "La dimension culturelle des transferts de technologies", en Démarcations, contacts (Universidad de Provenza); "Études paralléles entre le Brésil et la France", en Langage et Travail (dirigida por Cecilia P. de Souza-e-Silva y Daniel Faïta, se publicará en Brasil a fines del 2002), y publicó, entre otras revistas francesas, en Les Territoires du Travail, "L'argent dans la société comorienne" (2000).

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