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Desacatos

On-line version ISSN 2448-5144Print version ISSN 1607-050X

Desacatos  n.9 Ciudad de México  2002

 

Presentación

 

Transgresiones

 

En esta ocasión, la revista Desacatos presenta el tema de las transgresiones. Un tema difícil por sus dimensiones: héroes, mártires, revolucionarios, shamanes y brujos han sido transgresores en algún momento; también lo han sido los hombres de empresa y los emprendedores, innovadores, inventores y científicos. Las transgresiones tienen todas un tiempo y un espacio y es dentro de éstos que se las juzga. El tema por supuesto rebasa lo que en este número se presenta; evidentemente no se pudieron tocar todos los posibles temas de transgresión. No se tratan casos como los narcotraficantes, locos, criminales, defraudadores bancarios, la clonación y otros. Las transgresiones que se tratan en este número son aquellas que conciernen a los jóvenes, a las nuevas tecnologías —el Internet, los "cyborgs", máquinas humanoides que ya se encuentran en el arte, en el cine y el erotismo—, a la religión, a la moral burguesa y a lo sobrenatural como la brujería y la hechicería.

La norma y la transgresión han sido dos aspectos en el comportamiento de las sociedades humanas, que existen paralelamente. La norma se hizo y a la vez nació la transgresión, de otra forma no podría ser norma. Hay diferentes tipos de transgresiones: se puede transgredir en la política, en la religión, en la economía, en la ciencia y socialmente.

El tema de las transgresiones está presente también dentro de un mundo que cambia de forma acelerada como el actual. Normas, formas y voluntades de organización social se han topado siempre con lo no establecido por las leyes y que muchas veces es aceptado en una doble moral o en el silencio cómplice, aquello que oficialmente no se acepta pero que subrepticiamente se practica. Cuando el comportamiento humano se sale de los límites, en ese momento se transgrede un orden, se crea otro y se contamina la moral, se pone un mal ejemplo y se rompen los esquemas. Es a estos campos de acción, a veces ocultos, a donde se acercan los investigadores para conocer esa otra realidad.

Ser transgresor o transgresora es romper con las estructuras establecidas y con los intereses creados de quienes dominan la sociedad. Para algunas religiones que creen en la vida después de la muerte, el transgresor es un pecador y sigue siéndolo aún después de la muerte. Según las creencias cristianas, por ejemplo, aquellos que rompen las normas y mueren en pecado serán castigados con el infierno. El sincretismo religioso entre lo cristiano y las creencias de algunos pueblos mesoamericanos llevó a estos últimos a reinterpretar esas concepciones, como narra Johannes Neurath: "Según algunos informantes, los muertos que viven en la costa son aquellos que cometieron muchas transgresiones sexuales durante su vida. La existencia de estos 'pecadores irremediables' no necesariamente es triste, ya que pasan el tiempo bailando mitote y emborrachándose. Sería erróneo pensar que el inframundo es un ámbito negativo o siniestro. Una concepción así no cabría en el pensamiento huichol."1

El trabajo de investigación lleva a descubrir lo inesperado. En las palabras de Miquel Ángel Ruiz Torres: "Toda ciencia es por definición transgresora en un nuevo sentido, no en el de la ruptura regulada de la ley para confirmar las fronteras sociales del orden simbólico, sino en el de la ruptura extrema, aquella que no tiene retorno y que se legitima en el estar más allá de la línea de la transgresión reversible." El adoptar nuevas tecnologías se vuelve un reto continuo para el quehacer científico y las necesidades individuales. Navegar por el Internet es algo más que sumergirse en nuevas formas de comunicación; puede convertirse para algunos en una nueva forma de vida, en la elaboración de fantasías y deseos virtuales.

Tal parece que la ciencia y la tecnología están en vías de transformarnos en otros. En "Sexo inorgánico en el ciberespacio.. .",2 Ruiz Torres plantea cómo se ha transformado el concepto del cuerpo y el deseo a través del Internet y de la computadora. Ahora no estamos frente a un espejo que refleja y devuelve nuestra imagen de modernidad, estamos frente a la pantalla. Como dice Eduardo Subirats: "Pantallas nos informan; pantallas nos ponen en contacto con el mundo; pantallas nos vigilan; pantallas formulan nuestros deseos y extienden nuestros sentidos... Todo, desde nuestros sueños hasta las grandes decisiones que afectan el porvenir de la humanidad parece haberse convertido en un prodigioso efecto de pantalla."3 En este apantallamiento que se vive, el tiempo y el espacio parecen saltar a otras dimensiones virtuales, donde los códigos de cómputo y los códigos genéticos crean nuevos paraísos artificiales, como lo señala Stefan Helmrich.4

El avance, la evolución y transformación de la sociedad se da de generación en generación y hay momentos en que este paso es un espacio mudo, deshabitado, oculto, donde al parecer no hay comunicación o inteligibilidad posible; es a ese espacio al que nos acerca Héctor Castillo Berthier con su ensayo.5 La moda que adoptan los jóvenes en las bandas y en las tribus consiste en hacerse agujeros, no sólo en el lóbulo de la oreja sino en la nariz, en la lengua y en cualquier parte del cuerpo para identificarse; en la acción de prenderse alfileres, seguros y clavos o cubrirse de tatuajes más allá del dolor y la emoción que les produce, hay un mensaje por descifrar, tal vez la pregunta y búsqueda de "¿quién soy verdaderamente?" o "¿cómo puedo comunicarte mejor mi individualidad dibujada y perforada en el cuerpo?" Porque "mirar es controlar", y tatuarse es individualizarse.

Los jóvenes de la ciudad de México y los travestíes de Higgins y Coen están en la orilla del mundo conocido y aceptado, perfilándose como transgresores por ser diferentes y crear un mundo donde esas diferencias son la norma.6 Estos mundos negados se acercan a lo que plantean Carlos A. Salamanca y Florencia C. Tola. Para ellos la brujería es el caso de "la expresión de la individualidad" y, aunque parezca contradictorio, "el progreso de la modernidad ha coincidido con el aumento de la brujería". Esta situación sincrónica sucede en el mundo moderno no sólo en el Chaco argentino, sino también en las grandes ciudades como Nueva York, París, Berlín y la ciudad de México. La brujería no es la manifestación contemporánea de la tradición. "Por el contrario, la brujería se constituye como narrativa del cambio de sus contradicciones y del malestar que engendra"7

La brujería de los tobas del Chaco argentino del siglo XX y la de las negras y mulatas de Acapulco del siglo XVII en su relación diacrónica tienen en común la transgresión a la norma y la resistencia como defensa frente a las nuevas imposiciones. Queda claro en el ensayo de Alejandra Cárdenas8 que las batallas de esas acapulqueñas del siglo XVII se dan en la vida cotidiana para continuar viejas tradiciones africanas, como una forma de defensa, protección y empoderamiento, y se presentan justo "...en esta franja de indeterminación donde los poderes y los actores libran la batalla simbólica por la definición del orden social".9

Comprender el peso de lo imaginario en la dinámica social es explorar el mundo de lo subjetivo que transforma acciones, confronta creencias religiosas, sagradas y consagradas y reta al poder establecido con otros poderes amenazadores y ocultos; "esto coadyuvará a poner de manifiesto el vínculo esencial entre las redes de lo imaginario y las redes de las prácticas sociales y culturales", recordando a Weber y su planteamiento de que "los antiguos dioses pasan a la religión dominante en calidad de demonios".10 Las prácticas de esas mujeres de origen africano se vuelven para el sistema un desafío que debe ser castigado y por eso las llevan ante la Santa Inquisición.

Algunos transgresores son adelantados y los adelantados también son castigados. La cárcel para Salomón Nahmad, según su testimonio, es una experiencia que lo marca y le señala un camino distinto al de la política oficial. La lucha por los derechos de los indios contra la política indigenista dominante en el siglo XX trae a la memoria la lucha por la libertad de quienes, durante la colonia, demandaban derechos y un justo trato, finalmente se querían independizar de España. Fueron transgresiones castigadas. Quienes llevaron a cabo estas luchas fueron transgresores, aunque con ello lograron un cambio de política en el país.

Abdallah Nouroudine realiza una reflexión sobre la pluridisciplinaridad en el análisis del trabajo y el desarrollo.11 En su artículo, Nouroudine cuestiona los medios imperativos que prevalecen a través del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial y que intentan la homogenización del mundo a través de —lo que ellos consideran— la economía global, sin tomar en cuenta que los valores económicos son tan importantes como aquellos que dan carne y cuerpo a la cultura y protegen socialmente al individuo más allá de los números fríos. Por tanto, la movilización de la mano de obra no es una acción descarnada de las necesidades sociales de una comunidad.

El filósofo, el sociólogo, el antropólogo, el investigador de la ciencia, no pueden sustraerse de sus investigaciones, no pueden dejar de reconsiderar sus deficiencias y su pertenencia a la especie humana que estudian. La autorreflexión, el autoanálisis y la autocrítica dentro del quehacer científico son cada día más necesarias para el análisis crítico de nuestros propios discursos. Se podría considerar así mismo, dentro del campo de estudio del trabajo a las investigaciones pluridisciplinarias como una transgresión: la indisciplina epistemológica, como dice Abdallah.12 "La liberización entre las disciplinas y la investigación de lo político en el proceso de producción de los saberes sobre el trabajo y sobre las condiciones de movilización de la mano de obra no pueden ser ellas mismas sino los efectos de una serie de infracciones al esquema del funcionamiento disciplinario clásico... renuncia a la pureza de los conceptos y de los métodos disciplinarios (lo cual supone la aceptación de la contaminación conceptual y metodológica en una perspectiva interdisciplinaria que no suprime las disciplinas sino que las coloca en una nueva posición) y el abandono de la mentalidad de los saberes (es decir, la aceptación del desarrollo de un nuevo saber comprometido que no sacrifica sin embargo el rigor científico."13

Son los mixes quienes dan a conocer a James B. Greenberg una nueva forma de catalogar, clasificar y construir el mundo de la subjetividad y los rituales.14 En este ensayo, el antropólogo hace un análisis de las prácticas mixes en relación con el dinero y su forma de definirlo como bueno o malo de acuerdo con su procedencia. Este valor del dinero va más allá de la simple economía.

Un novedoso enfoque sobre la Guerra de Castas es el que presenta Piedad Peniche.15 Analiza a las poblaciones mayas ocultas, su proceder y la relación que tuvieron éstas con la recaudación de impuestos a mediados del siglo XIX. Describe cómo se van conformando las resistencias y los cambios en el proceso que va de la colonia a la independencia. Lo que sucede con las autoridades mayas al romperse el tejido de viejos privilegios es que pierden poder. La Guerra de Castas puede deberse a las necesidades de un gobierno ávido de recursos y carente de sensibilidad para entender las estructuras previas. La persecución a la población para que pague impuestos obliga a los mayas a emigrar al monte, a refugiarse y, al sentirse amenazados, unirse a quienes se atreven a iniciar la famosa Guerra de Castas.

Por distintas razones, el monte se vuelve una referencia obligada de la transgresión; esa frontera entre lo permitido y aceptado y lo que no es tanto encuentra espacios que coinciden a través del tiempo. Lugares que tienen que ver con la naturaleza para las negras de Acapulco que recuerdan tradiciones africanas, para los tobas que lo asocian con el poder de los brujos y shamanes, para los cruzoob y batabes mayas que lo toman como un refugio. Y por otra parte, el monte también aparece entre los mixes cuando hablan de cómo el mal dinero llegó a la gente por hacer contratos con el demonio, representado por "un ladino gordo y codicioso que tiene una necesidad constante de trabajadores para sus enormes ranchos de ganado ubicados dentro de las montañas".16

Margarita Dalton

 

Notas

1 Johannes Neurath, "El don de ver. El proceso de iniciación y sus implicaciones para la cosmovisión huichola", en La cosmovisión de los actuales grupos indígenas de México, Desacatos, núm. 5, invierno de 2000.

2 Miquel Ángel Luis Torres, "Sexo inorgánico en el ciberespacio: relaciones entre ciencia y pornografía", en Desacatos, núm. 9,pp. 23-56.

3 Eduardo Subirats, Culturas virtuales, Ediciones Coyoacán, México, 2001.

4 Stefan Helmrich,"La vida artificial", en La cosmovisión de los actuales grupos indígenas de México, Desacatos, núm. 5, invierno de 2000.

5 Héctor Castillo Berthier, "De las bandas a las tribus urbanas. De la transgresión a la nueva identidad social", Desacatos, núm. 9,pp. 57-71.

6 Michael J. Higgins y Tanya L. Coen, "Rompiendo los esquemas. Un retrato etnográfico de una familia de travestíes en el Oaxaca urbano", Desacatos, núm. 9,pp. 89-95.

7 Carlos A. Salamanca y Florencia C. Tola, "La brujería como discurso político entre los tobas del Chaco argentino", Desacatos, núm. 9, pp. 96-114.

8 Luz Alejandra Cárdenas Santana, "Lo maravilloso y la vida cotidiana. Mujeres de origen africano en Acapulco, siglo XVII", Desacatos, núm. 9,pp. 72-88.

9 Ibidem.

10 Ibidem

11 Abdallah Nouroudine,"La pluridisciplinaridad en el análisis del trabajo y del desarrollo: una indisciplina epistemológica", Desacatos, núm. 9,pp. 125-131.

12 Ibidem.

13 Ibidem.

14 James B. Greenberg, "El capital y los rituales y las fronteras de la comunidad corporativa cerrada", Desacatos, núm. 9,pp. 132-147.

15 Piedad Peniche Rivero, "Oponiéndose al capitalismo en Yucatán. La causa de los rebeldes de la guerra de Castas (1847-1850)", Desacatos, núm. 9,pp. 148-160.

16 Greenberg, op. cit.

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