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Desacatos

versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X

Desacatos  no.8 Ciudad de México  2001

 

Reseñas

 

Identidades étnicas y conflicto agrario

 

Patrice Giasson

 

Alejos García, José, 1999 Ch'o/ Kaxlan, identidades étnicas y conflicto agrario en el norte de Chiapas, 1914-1940 UNAM, México, 340 pp., anexos, índice analítico.

 

Universidad de Montreal.

 

Fruto de más de nueve años de trabajo etnográfico y de una intensa labor de archivo en la Sierra Norte de Chiapas, el libro de José Alejos García, Ch'o/ I Kaxlan, identidades étnicas y confido agrario en el norte de Chiapas, 1914-1940, surge como continuación y complemento de su Mosojäntel, etnografia del discurso agrarista entre los ch'oles de Chiapas (México, UNAM, 1994). En el estudio anterior el autor había abordado la tradición oral ch'ol identificando al Mosojäntel como uno de sus géneros discursivos más importantes: un conjunto de enunciados agraristas cuyos principales temas giran alrededor del tiempo de esclavitud, cuando los ch'oles eran aún mozos, y del tiempo de liberación, cuando lograron expulsar a los "patrones" cafetaleros extranjeros en los años treinta. En Ch'o/ I Kaxlan, Alejos amplía el panorama interpretativo y nos ofrece el punto de vista de los kaxlanes,1 dando así cuenta del intenso y complejo diálogo que se desarrolló alrededor del tema agrario en Chiapas desde la primera mitad del siglo XX. Un diálogo que se dio no sólo entre ch'oles y ladinos, sino también con este tercero, el "extranjero" o el "extranacional", aunque no siempre físicamente presente, sí influyente en la interacción.

Ch'ol/ Kaxlan es un estudio que se distingue de la antropología tradicional por no considerar a los indígenas de manera aislada. Alejos pone de manifiesto los límites de la antropología norteamericana, la cual no supo siempre dar cuenta de la presencia e influencia del mundo occidental sobre las sociedades indígenas. Cuestiona por ejemplo las visiones dicotómicas que oponen el indígena al mestizo, donde el segundo aparece como el único responsable de las injusticias del primero, ocultando por lo tanto la fuerte influencia que ha tenido el mundo occidental sobre las dinámicas que se edifican entre ambos grupos. De esta manera, el autor nos ofrece un estudio donde los indígenas ch'oles son percibidos en su relación con los otros, tanto con los ladinos2 como con los extranjeros.

La temática principal del libro gira alrededor de la complicada cuestión de la tierra y del trabajo agrario en el estado de Chiapas durante las primeras décadas del siglo XX, con el principio de la Revolución mexicana, los años de la posrevolución y la llegada a la presidencia de Lázaro Cárdenas. El autor reconoce que los profundos cambios sociales ocurridos en las comunidades indígenas durante los años treinta encuentran parte de su origen en la llegada y la posterior expulsión de las empresas cafetaleras extranjeras. Las empresas, en su mayoría alemanas y norteamericanas, atraídas por las ventajas que ofrecían las nuevas políticas "colonialistas" del régimen porfirista, se instalaron en Chiapas a partir del final del siglo XIX. Sin embargo, con la llegada de la Revolución y en los siguientes años aparecieron diversas reformas políticas que resultaron desastrosas para éstas. La desarticulación de la red de complicidad política que los finqueros extranjeros habían establecido con las autoridades locales, la imposición de nuevas reformas agrarias, la implantación de nuevos impuestos federales sobre las ventas, la creación de nuevas leyes laborales que preveían entre otros la libertad del indígena, la abolición de las tiendas de raya y la supresión del sistema de "enganche" que mantenía al trabajador en una situación de endeudamiento perpetuo, resultaron decisivos para la quiebra de las empresas.

Desde una perspectiva geográfica más amplia, el autor establece también una relación histórica entre Chiapas y Guatemala. De hecho, Guatemala fue la primera región que experimentó la llegada de las grandes fincas cafetaleras extranjeras, desde mediados del siglo XIX, pero en ambos casos el establecimiento de capitales extranjeros significó la entrada de la modernidad y del sistema capitalista mundial. La crisis que estalló con la Revolución fue en parte provocada por una mala distribución de las riquezas; las enormes ganancias realizadas por las empresas entre 1890 y 1910 no se acompañaron de algún beneficio para la población local, participando por lo contrario al avasallamiento de los indígenas.

Con base en una provechosa revisión de los archivos municipales, en específico de la correspondencia del ayuntamiento de Tumbalá, y a través del estudio de la tradición oral de los ladinos, Alejos nos muestra cómo estos últimos supieron utilizar las políticas revolucionarias en su favor: se volvieron importantes comerciantes y ocuparon puestos judiciales y políticos claves como las presidencias municipales. Los ladinos se justificaron además como los herederos legítimos de la Revolución mexicana en la cual habían peleado. Conscientes de representar, como "mestizos", la figura del nuevo ciudadano, los ladinos ocuparon gradualmente el lugar dejado por los antiguos patrones extranjeros, acaparando las mejores tierras y transformando las fincas cafetaleras en fincas ganaderas. Por otra parte, los indígenas que también heredan parcelas de tierra, se vuelven minifundistas cafetaleros, vendiendo su producción a los comerciantes ladinos.

No obstante que los indígenas ejidatarios vivieron esta violenta imposición extranjera, las fuentes revelan una manifiesta resistencia indígena que inició con su negación a trabajar en las fincas extranjeras y en las obras públicas no remuneradas. Posteriormente esta resistencia se manifestó en las presiones que ejercieron en contra de las autoridades municipales dirigidas por los ladinos. La victoria electoral en 1925 del Partido Socialista Chiapaneco (PSC) bajo el gobierno estatal de Vidal,3 constituyó una esperanza para los ch'oles que por primera vez vieron que sus demandas legales eran tomadas en cuenta. Pero es a partir del cardenismo que se representó sin duda el mayor progreso social para los indígenas con la adopción de una actitud autoritaria de parte del gobierno nacional hacia los finqueros, forzando así las expropiaciones de sus fincas cafetaleras. A partir de entonces los indígenas, conscientes de sus derechos, dirigieron sus quejas y reclamaciones de tierras directamente a las autoridades nacionales que les eran más favorables. Sin embargo, las maniobras entre los diferentes niveles políticos, primero del gobierno nacional y estatal, y posteriormente de los ayuntamientos, combinado con la complicidad entre el poder municipal y los terratenientes, hicieron abortar gran parte de los esfuerzos de los ch'oles por mejorar su condición social. Los ladinos lograron ocupar de manera simultánea el poder político, jurídico y económico; la desaparición de las tiendas de raya manipuladas por los extranjeros favoreció mucho su actividad comercial. Por medio de la implantación de leyes que prohibían la producción casera del licor, los ladinos se apoderaron por ejemplo del rentable comercio del alcohol. En este contexto histórico Alejos tiende a matizar la visión elaborada por la tradición oral indígena, donde los ch'oles se presentan como victoriosos en las luchas agrarias contra los extranjeros, ya que en los hechos, si bien sus acciones fueron decisivas en la quiebra de las fincas cafetaleras, no pudieron impedir que los ladinos ocuparan el puesto dejado por sus antiguos patrones alemanes. La emancipación de un nuevo héroe local llamado Juan Sol, símbolo por excelencia de resistencia indígena contra los finqueros en los relatos orales ch'oles, es en realidad, según revelan los archivos, rápidamente neutralizado por los ladinos, quienes logran su encarcelamiento. Sin embargo, no podemos ignorar la importancia de la vigencia ideológica de Juan Sol en el discurso ch'ol, ya que fue él quien despertó el movimiento agrario al enfrentarse con los patrones alemanes.

Tal como en su libro anterior, Alejos maneja varios conceptos teóricos claves inspirados en las ideas de Mijaíl Bajtín, como el "género discursivo" y la "identidad". El acercamiento bajtiniano le permite abordar los relatos de manera dialógica, como respuestas a otros enunciados. La novedad de Ch'o/ Kaxlan se asienta en el hecho de que el autor logra intuir los matices del diálogo que se establece entre los ch'oles, los ladinos y los extranjeros alrededor de la delicada cuestión agraria a principios del siglo XX en Chiapas. La casi ausencia de las voces indígenas en los documentos oficiales no significa su ausencia en el debate, puesto que todo gira alrededor de ellos. La figura del ladino atestigua una larga interacción con los indígenas, se puede por lo tanto decir que el indígena está también presente en el ladino. Sin embargo, los ladinos comportan también algo del extranjero en la misma actitud de poder que adoptan frente a los indígenas. Pero si bien los alemanes y posteriormente los ladinos gozaron de ventajas políticas, económicas, educativas y lingüísticas frente a los ch'oles, la respuesta de estos últimos queda inscrita en su capacidad de movilización, en las varias ocupaciones de tierras que realizaron por medio de diferentes estrategias y, en suma, en las constantes resistencias que siempre manifestaron y que aún siguen manifestando.

Este nuevo libro de Alejos constituye, por lo tanto, una rica fuente de información no sólo para quienes desean tomar en cuenta el tipo de debate social que se organiza alrededor de cuestiones tan delicadas y complejas como la agraria, sino también para todos los que se interesan en los problemas que vive Chiapas en la actualidad, ya que, como nos hace comprender el autor, mucho de lo que viven los indígenas se debe a la falta de resolución de viejos problemas: un justo entendimiento del presente impone necesariamente un acercamiento al pasado.

 

Notas

1 Por kaxlan los indígenas ch'oles califican al "otro", al no-indígena, al que viene de afuera.

2 El ladino es comparable al mestizo o al indígena que se identifica culturalmente con los hispanohablantes. Alejos identifica dos tipos de ladinos: los antiguos y los migrantes. Mientras los primeros se encuentran allí desde la época colonial, los ladinos migrantes, mucho más numerosos, llegaron a principios del siglo XX, atraídos por las empresas cafetaleras.

3 Vidal, político socialista, ocupó el puesto de gobernador de Chiapas desde el año 1925 hasta su asesinato en 1927.

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