SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.5 número39La representación cinematográfica en la construcción de la identidad subjetiva de género y del quehacer políticoGénero, cuerpo y diversidad cultural: significaciones y prácticas de estudiantes de secundarias públicas en San Luis Potosí índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


La ventana. Revista de estudios de género

versão impressa ISSN 1405-9436

La ventana vol.5 no.39 Guadalajara Jan./Jun. 2014

 

La teoría

 

Trayectorias de mujeres y trabajo de cuidado en el ámbito comunitario: Algunas claves para su estudio

 

Carla Zibecchi

 

Socióloga, Magister en Políticas Sociales y Doctora en Ciencias Sociales. Investigadora Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Directora del Proyecto Interdisciplinario UBACYT en la Facultad de Derecho y en la Facultad de Ciencias Sociales. Correo electrónico: carlazibecchi@yahoo.com.ar

 

Recepción: 15 de enero de 2013.
Aceptación: 26 de noviembre de 2013.

 

Resumen

Este artículo tiene como objetivo analizar las trayectorias de las mujeres que efectúan el trabajo de cuidado en organizaciones comunitarias en contextos de pobreza, desde un enfoque de género. Además, se propone presentar dimensiones, aspectos e hipótesis de trabajo que son fructíferos para el estudio de trayectorias laborales de mujeres. Los resultados que se presentan se basan en el análisis empírico de entrevistas, en profundidad, a mujeres cuidadoras, realizadas en el marco de una investigación más amplia, que aborda la modalidad bajo la cual organizaciones comunitarias proveen de servicios de cuidado a amplios sectores de la población; y explora cómo las mujeres experimentan diferentes aspectos relativos al cuidado infantil, que efectúan en dicho ámbito.

Palabras clave: trayectorias de mujeres, cuidado, pobreza, organizaciones sociales y comunitarias, género.

 

Abstract

This article aims to analyze, from a gender perspective, the trajectories of women carrying out caregiving labor in community-based organizations in contexts of poverty. In addition, it intends to introduce dimensions, aspects and working hypotheses which are fruitful for the study of labor trajectories of women. The results presented are based on empirical analysis of in-depth interviews to women carried out for a wider research purpose, which deals with the mode under which community-based organizations provide care to large sectors of the population and explores how women experience different aspects of child care carried out in this field.

Keywords: women's careers, care, poverty, civil society organizations, gender.

 

Históricamente, en Argentina, diversos estudios han analizado el ámbito comunitario desde sus más diversas aristas: desde sus características y su naturaleza propia, como un espacio donde se generan redes solidarias; desde el vínculo que el ámbito comunitario establece con los programas sociales asistenciales y con el Estado.1 Sin embargo, en los últimos años también se analizó el rol de diversas organizaciones sociales y comunitarias (OSC) como un espacio social donde circulan relaciones, saberes y prácticas asociadas al cuidado, en general, de la primera infancia en contextos de pobreza. Lo cual no significa que en el ámbito comunitario nunca se efectuaron prestaciones de dicho carácter. Muy por el contrario, el ámbito comunitario históricamente ha estado provisto de diversas y variadas funciones relacionadas -en menor o mayor medida- con el cuidado de la primera infancia (comedores, apoyo escolar, "copa de leche"). No obstante, lo particular de los últimos años se vincula con la especificidad que adoptaron algunas organizaciones, exclusivamente dedicadas al cuidado, muchas de ellas transformaron sus formas institucionales preexistentes (nueva infraestructura, estética, organización de los tiempos y del espacio, nuevos actores involucrados); en otras fue el cuidado el motivo fundacional de su creación, ante la demanda creciente de cuidado de niños.2

Dicha especificidad, en parte, se explica porque el sistema educativo inicial se presenta siempre como modelo a seguir, de allí que se intenten adoptar sus formas institucionales y organizativas. Estas iniciativas de cuidado a nivel comunitario pueden adoptar diversas formas según la organización que las haya impulsado: guarderías y jardines, dependientes de movimientos sociales (de desocupados, de ocupantes e inquilinos); jardines comunitarios, dependientes de fundaciones de derechos humanos; jardines comunitarios religiosos; guarderías dependientes de cooperativas, de fábricas recuperadas, etcétera. En este contexto, se han efectuado estudios de caso que destacan cómo estas OSC han surgido frente a una demanda de cuidado insatisfecha, en contextos de pobreza, frente a un contexto signado por la falta de infraestructura de cuidado para la primera infancia (Pautassi y Zibecchi, 2010), y también por su íntima relación con las estrategias de cuidado y alimentarias que llevan adelante las mujeres (Zibecchi y Mouriño, 2012).

No obstante, poco se sabe acerca de las cuidadoras del ámbito comunitario: ¿Quiénes son estas cuidadoras? ¿Cómo llegan al ámbito comunitario? ¿Cómo es valorado su trabajo y bajo qué condiciones materiales se realiza? El presente artículo parte de la idea de que el estudio de las trayectorias de las mujeres resulta ser una estrategia metodológica central, no sólo para conocer sus condiciones de trabajo y expectativas en torno al mismo, sino también porque permite explicar la emergencia de estos espacios, o bien la configuración de los existentes. Como será desarrollado, estas cuidadoras conforman un grupo social que no puede ser considerado -u homologado- como educadoras o maestras, -la gran mayoría de ellas no culminó sus estudios secundarios, o bien tienen otra formación, o inclusive tienen estudios primarios- pero tampoco como "voluntarias", -ya que no se reconocen a sí mismas como tales y sus discursos dan cuenta que se autoperciben como "cuidadoras" y "educadoras". Menos aún pueden ser consideradas inactivas económicamente -de hecho efectúan el trabajo de cuidar tanto en el ámbito comunitario como familiar, o ser estudiadas desde las mismas categorías teórica-analíticas que se analizan las mujeres empleadas en el servicio doméstico remunerado. Ciertamente, son un grupo social que no puede ser homologado a las categorías anteriores que prestan un servicio específico: cuidan a la primera infancia en contextos de pobreza en el ámbito comunitario.

Ahora bien, ¿qué elementos analíticos requiere considerar el estudio de las trayectorias de mujeres cuidadoras? ¿qué nexos pueden establecerse entre el cuidado efectuado en el ámbito familiar y el comunitario? ¿cómo es valorado el trabajo de cuidado en el ámbito comunitario en relación con las experiencias anteriores? ¿qué elementos contextuales favorece el ingreso de las cuidadoras en el ámbito comunitario y qué estrategias ellas implementan para lograrlo? Estas son algunas de las interrogantes que se propone abordar el artículo.

Para ello, en primer lugar, se destacan los aportes de los estudios de género para la explicación de la configuración particular que adoptan los itinerarios laborales femeninos. Si bien existen investigaciones de la más diversa índole sobre itinerarios laborales femeninos, los de trayectorias de cuidadoras son más incipientes y han sido aún menos frecuentados por la producción académica en Argentina. A partir de ello, se destaca el aporte del enfoque de "curso de vida" para el estudio de las trayectorias femeninas. El análisis empírico también propone una reflexión alrededor de la utilidad del enfoque a través del estudio -con base en entrevistas en profundidad- en torno a las trayectorias de las mujeres.3 En este sentido, el artículo parte de una hipótesis central: dada la particularidad que tienen los itinerarios laborales femeninos, y la especificidad y naturaleza que tiene el trabajo de cuidado, las trayectorias de las mujeres cuidadoras no pueden ser homologadas al estudio de ninguna otra trayectoria laboral.

 

El estudio de las trayectorias laborales de las mujeres

Las condicionalidades de género en los itinerarios laborales femeninos Las investigaciones que se han desarrollado, en América Latina y Argentina, demuestran la relevancia del enfoque, basado en las trayectorias para comprender, no sólo los itinerarios laborales de los trabajadores de la región y los factores explicativos de los mismos, sino también para la comprensión de los procesos a nivel macrosocial. Actualmente, la región encuentra una prolífica producción sobre trayectorias laborales vinculadas con los procesos de precarización laboral, trayectorias de trabajadores asalariados formales, trabajadores informales, las carreras laborales de los despedidos por empresas privatizadas, de fábricas recuperadas, de diversos grupos profesionales, itinerarios laborales de los jóvenes, etcétera4.

Sin embargo, gran parte de estas investigaciones han sido efectuadas bajo sesgos androcéntricos, que no permiten la clara visualización de las particularidades de los itinerarios laborales femeninos y sus diversos condicionantes, lo cual ha sido demostrado por diversas corrientes de estudios y enfoques.

Por un lado, existen ciertos enfoques, de carácter más estructural -si se permite la expresión- que permiten explicar la configuración de los itinerarios laborales femeninos. Ciertamente, los estudios de género sobre el mercado laboral y las investigaciones feministas son las propulsoras de las diversas líneas de investigación, que proporcionan especificaciones útiles en torno a la configuración de los itinerarios laborales femeninos. En primer lugar, se encuentra toda una serie de investigaciones que ha concedido un papel específico al trabajo reproductivo y de cuidado en la determinación del mercado laboral. De allí que algunas autoras adoptaron el término de "autonomía relativa", para señalar que el sistema de reproducción social es relativamente independiente a la esfera de la producción y, a su vez, que la esfera de la reproducción forma parte integrante de la economía (Humphries y Rubery, 1994). En esta misma línea, otras autoras prefirieron hablar de la "doble presencia" en el trabajo productivo y reproductivo, para dar cuenta de la experiencia y comportamiento de las mujeres en el mercado laboral (Balbo, 1994); mientras que otras investigadoras utilizaron el término "doble o triple" jornada, para describir la multiplicidad de roles que han asumido las mujeres en el último período: perceptoras de ingreso en un empleo remunerado, principales responsables de tareas de personas dependientes -menores y mayores-, y como agentes activos en sus propias comunidades realizando trabajo comunitario (Rodríguez Enríquez, 2001). En segundo término, gran parte de los estudios de género han utilizado el enfoque de la segregación ocupacional, que se constituiría por una "segregación horizontal" -entre sectores de la actividad-, y una "segregación vertical" -relacionada con la distribución entre proporciones jerárquicas dentro de un mismo sector, para explicar la concentración de mujeres en determinados sectores, y sus dificultades de ascenso en el interior del mismo. Así, en América Latina se desarrollaron estudios sobre las trabajadoras del sector público (García de Fanelli et al., 1990), del sector salud (Wainerman, 1996, Pautassi, 2006), financiero (Rico y Navarro, 2009), entre otros. Si bien toda esta corriente de investigaciones no ha centrado la mirada en las trayectorias femeninas -en tanto no constituyó su objeto de estudio-, efectuaron un aporte invaluable basado en advertencias epistemológicas y metodológicas que permitieron evitar miradas esencialistas y androcéntricas para el estudio del trabajo femenino.

Las investigaciones que incluyen el enfoque de género al estudio de las trayectorias laborales, destacan que analizar por qué las mujeres se incorporan o no al mercado de trabajo no es sencillo en la medida que no involucra sólo factores coyunturales (por ejemplo, la necesidad urgente de afrontar una crisis económica), sino también determinadas características individuales y la propia historia personal, que pueden hacer más o menos factible que la voluntad de generar ingresos de una mujer se materialice en el desarrollo de un trabajo concreto (Cerrutti, 2003). Además, diversos estudios -empíricamente orientados- que analizan las trayectorias de mujeres destacan que las mismas deben ser analizadas no sólo en conexión con la temporalidad histórica, sino también con la dinámica familiar. En rigor, puede decirse que el examen de estos recorridos ocupacionales permite entender cómo operan los distintos mecanismos que restringen los grados de libertad y autonomía de las mujeres para construir proyectos personales (Guzmán, et al., 2003).

También se encuentra el aporte de investigaciones que demostraron el carácter androcéntrico de los estudios de las trayectorias de los jóvenes varones, en tanto comprenden a los mismos bajo un sesgo masculino. Así, investigaciones centradas en las trayectorias de mujeres jóvenes de sectores populares de Francia destacaron que cierta recurrencia de obstáculos: fracasos escolares, maternidades precoces, complicaciones sentimentales, emergen a las jóvenes en una gran confusión en torno a sus proyectos biográficos. Frente a un contexto laboral adverso, y ante el mejor posicionamiento de otras mujeres, es probable que fracasen en su primera inserción y que esta experiencia marque un futuro donde el vínculo con la actividad laboral sea débil. Para estas mujeres jóvenes que han fracasado en su primera inserción, todo incidente familiar puede ser desestabilizante. De allí que la precariedad de inserción se expresa por un encadenamiento aparente de empleos precarios, pero se enraíza sobre otros procesos: la dependencia con las actividades reproductivas en el seno de la familia (Drancourt, 1994).5

En los últimos años, se realizaron diversas investigaciones en torno a los itinerarios laborales femeninos en América Latina. Por ejemplo, en México se analizaron trayectorias femeninas y se ha demostrado que se caracterizan por ser más discontinuas a largo plazo y más intermitentes a corto plazo (Blanco y Pacheco, 2001). Asimismo, se investigaron las intermitencias de las trayectorias laborales femeninas asociadas a las uniones conyugales (Ariza y De Oliveira, 2005) y cómo la problemática de la articulación familia-trabajo incide en las trayectorias (Blanco y Pacheco, 2003).

Particularmente, en Argentina, se observa un campo de los estudios que analiza trayectorias de mujeres trabajadoras con un amplio alcance: el efecto de género en las mujeres migrantes trabajadoras (Cacopardo, 2004; Pacecca, 2000), la importancia de incorporar la perspectiva de género, en la medida que las trayectorias migratorias suelen interpretarse desde análisis "desgenerizados" (Mallimaci Barral, 2012), el enfoque biográfico aplicado al estudio de las carreras de las investigadoras científicas (Partenio, 2009), trayectorias de obreras de la industria pesquera (Cutuli, 2009), entre otros. Asimismo, existen investigaciones que analizan las representaciones y los valores que las mujeres pobres confieren a sus trabajos según sus trayectorias vitales (Freidin, 1996), y representaciones sociales asociadas a las trayectorias asistidas por programas sociales (Zibecchi, 2008), entre otras.

Como puede observarse, el aporte de los estudios de género al campo clásico de investigaciones sobre itinerarios laborales es invaluable. No sólo han permitido redefinir categorías de análisis clásicas vinculadas con el trabajo y la clara visualización del trabajo de cuidado -efectuado de manera simultánea al trabajo remunerado-, sino que también han dado cuenta de las trayectorias "generizadas", que muestran particularidades de las mismas (con base en abundante sustento empírico), su asociación inmediata con la dinámica familiar, con la vida en pareja, con la fecundidad, entre otros factores que marcan sus trayectorias vitales. Sin embargo, son mucho más recientes en Argentina las investigaciones que se centran en el trabajo de cuidado específicamente, y más aún, en las trayectorias de las cuidadoras.

 

Trayectorias de cuidadoras: un campo de estudio en construcción en Argentina

Ciertamente, el aporte de un corpus bibliográfico amplio internacional, que ha estudiado al cuidado como un conjunto de actividades que involucra relaciones entre sujetos, reside en que permitieron delinear características centrales y definitorias de dichas relaciones de cuidado, despojándolas de miradas esencialistas que adjudicaban un componente per se virtuoso (altruista, moral) al acto de cuidar. Los estudios destacan que las relaciones de cuidado se caracterizan por: (i) el carácter interpersonal e íntimo entre la persona que provee el cuidado y quien lo recibe; (ii) el componente afectivo vinculado con las emociones que se ponen en juego en el acto de cuidar al otro y con el amor hacia quien recibe el cuidado, lo cual dificulta su tratamiento científico como objeto de estudio; (iii) la naturaleza asimétrica de la relación, en tanto se caracteriza por la facultad de mando de una de las partes y la falta de autonomía de la otra; (iv) el carácter intergeneracional, ya que es precisamente en los extremos de la vida (niñez y ancianidad) cuando las personas requieren de mayores cuidados y/o de cuidados especiales (Batthyani, 2004; Himmelweit 2003; Tronto, 2006 y Folbre, 2001). Por otra parte, en los últimos años se observa un renovado esfuerzo por efectuar estudios de casos orientados a superar ciertas visiones esencialistas hacia el trabajo de cuidar6 para no adjudicar atributos y cualidades a priori de manera desarraigada al espacio en el cual se desarrolla dicho trabajo, o a las particularidades de los actores clave (proveedoras de cuidado y receptores de cuidado). Así, por ejemplo, se realizaron estudios sobre el cuidado que efectúan las enfermeras, destacando que si bien experimentan el mismo tipo de tensiones que muchas personas que desarrollan este tipo de trabajo -niñeras, cuidadoras-, se diferencian en la medida en que tienen una profesión y pueden tener cierto control sobre las condiciones de contratación (entrenamiento, títulos, derechos, obligaciones, etcétera) (Zelizer, 2009; Chamblis, 1996).

En este contexto, en Argentina se observa una renovada literatura sobre el tema que analiza las relaciones y el trabajo de cuidado desde diversas aristas. Se efectuaron investigaciones en torno al cuidado como un derecho autónomo y específico, que destacan la importancia de considerar el derecho a ser cuidado, y a cuidarse, como un derecho universal para la persona, siendo necesario para su cumplimiento, no sólo la promoción de una oferta de cuidado, sino también la universalización de la responsabilidad, la tarea y la asignación de los recursos materiales para realizarlo (Pautassi, 2007). Asimismo, la calidad y condición de los cuidados ante los tribunales de justicia también ha sido analizada (Gherardi y Zibecchi, 2011). También se desarrollaron investigaciones del fenómeno de la migración y su vínculo con las cadenas globales de cuidado (Cerrutti y Maguid, 2010). Por otro lado, existen trabajos que dan cuenta de la "distribución societal del cuidado". Estas investigaciones aportan evidencias en torno a la organización familiar y las estrategias de cuidado, en particular señalan que la educación pública es una de las principales estrategias para el cuidado de niños y niñas, que la misma muestra importantes déficits en el nivel inicial (ELA, 2012; Rodríguez Enríquez, 2007) y que la oferta comunitaria se presenta como una posibilidad para los hogares de menores recursos (Pautassi, y Zibecchi, 2010).

No obstante, son mucho más escasos -pero no por ello menos fructíferos-, los estudios de las trayectorias de las cuidadoras en Argentina, al punto tal de poder considerarse un campo de estudio en construcción. En general, se observan investigaciones basadas en las trayectorias de las mujeres de servicio doméstico -muchas de las cuales efectúan trabajo de cuidado- y su vínculo con la migración (Courtis y Pacecca, 2010), las posibilidades de movilidad ocupacional horizontal de las carreras asociadas al servicio doméstico (Tizziani, 2011)7 o bien trabajos que se centran en el estudio de las trayectorias de migrantes que se han desempeñado en el cuidado domiciliario de ancianos bajo la modalidad sin retiro (Borgeaud-Garciandía, 2011).

En este contexto, los resultados -exploratorios- de la investigación que aquí se presenta, proponen delinear algunas características centrales de las trayectorias de las cuidadoras del ámbito comunitario: quiénes son, cómo llegan al ámbito comunitario, qué percepción tienen de su trabajo, etcétera. A continuación, entonces, se desarrolla una argumentación en torno a la relevancia del enfoque del curso de vida, para el estudio de trayectorias, para luego demostrar el modo en que puede ser utilizado para el caso de las cuidadoras.

 

La relevancia del enfoque de curso de vida en el estudio de las trayectorias femeninas

Los itinerarios o recorridos laborales han constituido un objeto de estudio clásico en las Ciencias Sociales y, en particular, para la Sociología.8 Más allá de las particularidades y de las diversidades que muestran algunos abordajes (por ejemplo, al privilegiar aspectos objetivos o subjetivos de las carreras laborales, diversas temporalidades en las trayectorias, métodos cuantitativos o cualitativos para su estudio), las investigaciones sobre trayectorias laborales en el campo de las Ciencias Sociales han dejado antecedentes valiosos, que permiten el desarrollo de una perspectiva de análisis que se centra en la interpretación de la vida laboral de los sujetos a lo largo de un período determinado, al relacionar las características individuales con los condicionantes estructurales. Más allá de la diversidad de enfoques, puede destacarse que la riqueza y potencialidad de la noción de trayectoria o carrera laboral reside en que, en tanto instrumento heurístico, permite indagar los recorridos laborales, considerar la dimensión experiencial -prácticas y estrategias que los actores llevan adelante- y aspectos subjetivos -valorizaciones y percepciones en torno a los procesos vividos y construcción de identidades-, atender a la interrelación con la estructura social en la cual se enmarcan, considerar un proceso de tiempo, entre otras ventajas.

En líneas generales, el presente artículo hará uso del concepto de trayectoria laboral apoyándose en el enfoque de curso de vida desarrollado por Elder: "El concepto de trayectoria se refiere a una línea de vida o carrera, a un camino a lo largo de toda la vida, que puede variar y cambiar en dirección, grado y proporción" (Elder, 1991: 63). Como destaca Blanco (2011: 12), dicha conceptualización presenta particularidades a tener en cuenta.

• Desde el enfoque del curso de vida, la trayectoria no supone alguna secuencia en particular ni determinada velocidad en el proceso del propio tránsito, aunque sí existen mayores o menores probabilidades en el desarrollo de ciertas trayectorias vitales.

• Las trayectorias abarcan una variedad de ámbitos o dominios (trabajo, escolaridad, vida reproductiva, migración, etcétera) que son interdependientes.

• El análisis del entrelazamiento de las trayectorias vitales tanto en un mismo individuo como en su relación con otros individuos o conglomerados (de manera muy importante, con la familia de origen y la procreación) es central para el enfoque del curso de vida.

En consecuencia, el enfoque de curso de vida parece adecuado en tanto permite considerar que las trayectorias abarcan varios ámbitos y permite poner en juego una cuestión central: la articulación familia y trabajo. Blanco destaca que es notable que a comienzos de la década de los setenta, cuando los "estudios de la mujer" aún estaban luchando por el reconocimiento de la invisibilidad de la esfera doméstica, Elder ya había rescatado otra relación central -conflictiva, por cierto-: la de la familia y el trabajo (idem). A continuación se enumeran los principios sobre los cuales se sustenta el enfoque de curso de vida lo cual brindará elementos analíticos para efectuar el análisis empírico, con base en el sistematizado por Blanco (ibidem: 13-15):

1) El principio del desarrollo a lo largo del tiempo: refiere a la necesidad de tener una perspectiva de largo plazo.

2) El principio de tiempo y lugar: apunta directamente a la importancia de lo contextual, considerando que el curso de vida de los individuos está "incrustado en" (embedded) y es moldeado por los tiempos históricos y los lugares que le toca experimentar a cada persona (Elder, Kirkpatrick y Crosnoe, 2006: 12, citado en Blanco, 2011: I4).

3) El principio del timing: refiere al momento en la vida de una persona en el cual sucede un evento. No obstante, hay que considerar que un mismo acontecimiento repercutirá de manera muy diferente en la vida de un individuo dependiendo de la edad, el género, clase social o estrato de pertenencia y la situación que tenga al ocurrir dicho suceso (por ejemplo, la maternidad adolescente puede marcar fuertemente no sólo otras trayectorias propias -como la escolar y la laboral-, sino la dinámica de la familia de origen e incluso las futuras trayectorias del propio hijo de la madre adolescente). De allí que pueden analizarse procesos de acumulación de ventajas y desventajas a lo largo del curso de la vida.

4) El principio de "vidas interconectadas" (linked lives). Este principio afirma que las vidas humanas siempre se viven en interdependencia; o sea, en redes de relaciones compartidas, y que es precisamente en estas redes donde se expresan las influencias histórico-sociales (Elder, 2002 citado en Blanco, 2011: 14).

5) El principio del "libre albedrío" (agency). Según Blanco (2011:15) este principio deriva de la clásica discusión sobre los nexos y la causalidad entre lo individual y lo estructural. De ahí que ejercen su "libre albedrío" dentro de una estructura de oportunidades que también implica, por supuesto, limitaciones, y que proviene de las circunstancias históricas y sociales.

 

Las trayectorias de las cuidadoras del ámbito comunitario

"Yo siempre cuidé": trayectorias asociadas al cuidado

El análisis de las trayectorias de las mujeres cuidadoras entrevistadas arroja un dato central: las ocupaciones previas al trabajo comunitario se vinculan con el trabajo de cuidado (en diversos ámbitos) y el servicio doméstico remunerado. En primer lugar, se observa una importante proporción de trabajadoras de servicio doméstico, niñeras y cuidadoras remuneradas en los hogares; en segundo término, se hallan empleadas de sector de la limpieza de empresas y comercios (maestranza). También en algunos casos, y de manera simultánea a estas actividades, algunas trayectorias se asocian con trabajos informales efectuados en la calle (vendedoras ambulantes.). Las más jóvenes, en cambio, efectuaron el trabajo del cuidado exclusivamente en el hogar, cuidando a hermanos, primos, vecinos, sobrinos, etcétera. Pero lo particularmente significativo de sus relatos, es que en todos los casos siempre el trabajo de cuidado (remunerado en el mercado laboral, en el interior de las familias, así como también en el ámbito barrial y a través de redes de ayuda mutua) atraviesa sus trayectorias vitales: "yo siempre cuidé".

Ahora bien, ¿La experiencia previa vinculada con el cuidado en el ámbito familiar, la maternidad o barrial permite ser un capital de experiencias que puede validarse en otros ámbitos? ¿Es esta experiencia la que les permitió trabajar en las organizaciones comunitarias? ¿En qué medida los saberes incorporados en sus trayectorias son valorados por las organizaciones? ¿Existen otros factores que explican la llegada a las organizaciones?

Como ya ha sido documentado, el tratamiento naturalizador y emocional que recibe el cuidado se traduce en que las funciones de cuidar, así como los conocimientos que implica, no tengan igual reconocimiento social y simbólico que otros trabajos y saberes. A su vez, la división sexual del trabajo que explica esta especialización femenina en el cuidado, implica una distribución desigual y discriminatoria de los recursos materiales y económicos esenciales, entre varones y mujeres, entre ellos, el dinero y el tiempo (Esteban, 2003). La familia es el lugar, por excelencia, donde se inaugura el aprendizaje, y también el recinto donde se asiste a ser testigo de las primeras formas de cuidado (Murillo, 2003). Entonces, como ya se señaló, no es casual que "ser mamá" o haber cuidado de otros, en dicho espacio (hermanos, sobrinos), sea un primer elemento a favor para llegar a ser cuidadora del ámbito comunitario. En rigor, puede decirse que las entrevistadas son portadoras de un conjunto de disposiciones duraderas, habitus (maneras de hacer, pensar, actuar, productos de los procesos de socialización recibidos) que las vincula íntimamente con el cuidado del otro y las "ubica" en dicho espacio de cuidado.9

Por ejemplo, en el caso de las mujeres que ya venían desempeñándose en una organización vinculada al movimiento de desocupados, para cumplir con la contraprestación que exigía un programa social y/o por compromiso social, el hecho de tener cierto "saber" vinculado con el cuidado -de los propios hijos, de sobrinos, etcétera-, les permitió efectuar un cambio de roles dentro de la organización y estar al frente del cuidado de niños en una sala. En la mayor parte de estos casos, anteriormente desempeñaban funciones de limpieza, cocina, atención en el comedor. Sin embargo, el ser portadoras de ciertas características ("que te guste los chicos", "tener hijos") las habilitó para transformarse y efectuar este pasaje a "cuidadoras". Generalmente, esta nueva tarea desempeñada es valorizada por las mujeres como una mejora, como una instancia superior o más jerarquizada por su complejidad ("es más difícil cuidar nenes que limpiar un piso") a la actividad anterior, en general asociada con el servicio doméstico en el mercado laboral10 o tareas de limpieza en la OSC.

... en realidad yo vine a trabajar de limpieza: no vine precisamente a trabajar en una sala... Cuando la coordinadora me tomó, me preguntó (...) si tenía chicos y si me gustaban. En ese tiempo tenía dos, ¡y adoro los chicos! Entonces, me dijo: "Bueno, te quedas en la sala de bebés" (Adela, cuidadora educadora de un jardín dependiente de una Fundación Comunitaria).

... cuando me llamaron (de la OSC) pensé que me iban a poner a lavar o a limpiar los pisos... ¡pero me metieron de cabeza a cuidar niños! Y como viste que es más difícil cuidar nenes que limpiar un piso, o lavar la ropa. Y bueno, tuve que aprender a estar con muchos nenes viste, si yo sabía estar con muchos nenes porque de hecho tengo 7 hijos y tengo II sobrinos y tengo un montón de sobrinos nietos... ¡pero no es lo mismo tu familia que otros chicos! Y bueno entré y empecé a trabajar aplicando lo que ya sabía y aprendiendo, nos ayudaron con el equipo técnico, la psicóloga, el director, las que ya estaban, así que fui aprendiendo. (Dominga, cuidadora de una organización comunitaria religiosa).

... antes había trabajado de niñera, también estuve trabajando en el Hospital Rivadavia de limpieza: siempre en contacto con chicos (Gladis, cuidadora de una guardería dependiente del movimiento de desocupados).

... yo siempre laburé de eso, por hora, de niñera, a mí me gustan los chicos ya de por sí (Marina, cuidadora de una guardería dependiente del movimiento de desocupados).

... porque mi hija era chiquita entonces yo la traía acá. Empecé a hablar y faltaba alguien para trabajar y yo estaba sin trabajo: entonces me ofrecieron (...) yo siempre trabajé de niñera y desde los nueve años: cuidaba a chicos en casa de vecinos, a mis primos, así... a mis hermanitos, a todos cuidaba yo (Alicia, cuidadora educadora de una guardería comunitaria religiosa).

La inserción en el ámbito comunitario: ¿oportunidades de un contexto?

Más allá del capital de experiencias y de las estrategias de las cuidadoras para hacerlo valer, lo cierto es que -siguiendo uno de los principios del enfoque de curso de vida- tal capital de experiencias de las cuidadoras está "incrustado en" (embedded) un determinado contexto y en tiempos históricos particulares. En rigor, puede decirse que este principio remite a la idea fundamental de la relación individuo- sociedad (Hagestad y Vaughn, 2007, citado en Blanco, 2011:14). En este sentido, resulta central enumerar una serie de factores contextuales -que claramente se observan en los relatos de las entrevistadas- que permiten también explicar el hecho de que el ámbito comunitario se configure como un espacio en el cual ellas pueden desarrollar -y en algunos casos inclusive profesionalizar y jerarquizar- sus saberes de cuidadoras.

En primer lugar, existen factores vinculados con la falta de infraestructura y servicios de cuidado en Argentina que permite explicar la reconfiguración del espacio comunitario y la proliferación de nuevos dispositivos vinculados con el cuidado en la primera infancia en dicho ámbito, inclusive muchos de ellos impulsados por mamás cuidadoras (Pautassi y Zibecchi, 2010). A grandes rasgos, el fenómeno se explica porque existe una limitada cobertura de los establecimientos escolares de doble jornada, y la presencia de la gestión privada en este tipo de oferta es notoriamente mayor a la pública (Rodríguez Enríquez, 2007). Por otra parte, existe déficit de una oferta educativa estatal para niños y niñas más pequeños (en particular de 0 a 4 años), lo cual afecta fuertemente el acceso a servicios de cuidado a las familias más desaventajadas económicamente y sobrecarga el trabajo de las mujeres pobres. En concordancia con lo señalado, si se analizan las estrategias de cuidado implementadas por las familias se observa que el sistema educativo ocupa una función primordial (ELA, 2012).

En segundo lugar, no debe escapar del análisis el hecho de que históricamente, en Argentina como en otros países, el nivel inicial se ha desarrollado como un ámbito de desarrollo profesional e inserción laboral "típicamente femenino".11 El hecho de que estas OSC tomen como referencia y modelo a seguir al sistema educativo formal, da la pauta de cómo se reproducen las segregaciones genéricas en dicho espacio. De hecho, en ninguna de las entrevistas efectuadas se detectaron varones que efectúen el rol de cuidadores, auxiliares o maestros, sólo en algunos casos se desempeñan, en calidad de referentes de las organizaciones, con un vínculo indirecto con la prestación del servicio de cuidado, o bien en los casos que los jardines comunitarios incorporan materias o talleres específicos, se desempeñan como profesores de educación física.

En tercer término, es importante señalar que varias mujeres entrevistadas encuentran sus cursos de vida signados por el asistencialismo estatal. Es decir, un significativo grupo de entrevistadas fueron beneficiarias de programas sociales de transferencia condicionados (PTC) implementados en Argentina durante los últimos años. En efecto, el análisis de entrevistas y fuentes secundarias 12 permite establecer la fuerte presencia de mujeres beneficiarias de PTC (PJJHD) y otros programas asistenciales, ha contribuido a la reconfiguración de ámbito comunitario como un espacio de cuidado, y en la proliferación de nuevos dispositivos al exigir el trabajo de cuidado en el ámbito comunitario como modalidad de contraprestación. Asimismo, en algunos casos, las cuidadoras poseen la pensión por madre de siete o más hijos.13 En consecuencia, sus trayectorias también se encuentran signadas por el asistencialismo estatal.

Ahora bien, más allá de estos factores propios del contexto social y de la dinámica de la política social asistencial en Argentina, lo cierto es que la inserción de las mujeres cuidadoras en dicho ámbito también debe explicarse a través de otro grupo de factores, íntimamente relacionados con otro principio del enfoque de curso de vida: el de las vidas interconectadas, y parte de este principio se vincula con la articulación familia y trabajo y la interdependencia que existe entre ambas (Blanco, 20II). Claramente, el análisis empírico demuestra que existen razones vinculadas con las estrategias de cuidado desarrolladas por las mujeres a la hora de insertarse. Paradójicamente, las mujeres buscan un lugar donde sus hijos también puedan ser cuidados mientras ellas cuidan de otros. De hecho, algunas cuidadoras vieron "egresar" a sus propios hijos de los jardines comunitarios donde trabajan:

[Jardín] empezó en una casa y empezó con la problemática de los padres que no tenían donde dejar a los chicos. Y bueno, empezamos las mismas mamás a cuidar chicos dentro del lugar, y después empezamos a separar a los nenes por edad y a organizamos más (...) yo empecé a frecuentar lo que era el lugar porque traía a mi nene y porque me gustaba colaborar en lo que era el jardín... Hoy mi hijo tiene 23 años y pasaron mis dos hijos por acá (Patricia, coordinadora de un jardín dependiente de una Fundación comunitaria).

El uso del concepto "estrategias" para explicar la articulación entre familia y trabajo, responde a que no se puede hablar -bajo ningún punto de vista- de una "conciliación" o "compatibilización" de responsabilidades de cuidado. Las razones son contundentes: son precisamente las madres de sectores de bajos recursos quienes realizan -valiéndose de los deteriorados servicios públicos, asistenciales y familiares- esa articulación. Son las entrevistadas quienes diagraman las estrategias y las llevan adelante, pues, son ellas el "espacio de ajuste"14 entre las responsabilidades familiares, laborales e inclusive asistenciales. Dicho de otro modo, articulan estratégicamente responsabilidades que corresponden a estos tres mundos (el asistencial y comunitario, el familiar y el laboral).15

Además, el hecho de que en el ámbito comunitario se lleven adelante prácticas de cuidado menos estructuradas (escasamente profesionalizadas, jerarquizadas e institucionalizadas) que en el sistema educativo formal, les permite experimentarlo como cierta continuidad. En este contexto, el ámbito comunitario se presenta no sólo como un espacio comprensivo, sino también familiar, sin que esto signifique que sean prácticas teñidas por concepciones asistencialistas en torno al cuidado.16

Por otra parte, el estudio de los cursos de vida de las mujeres cuidadoras da cuenta de otra cuestión central: la inserción en el ámbito comunitario, en algunos casos, se explica por acontecimientos de la dinámica familiar. Con cierta frecuencia, el hecho de "quedarse solas" fue el motivo que las empujó a acercarse a las OSC en búsqueda de contención y ayuda. Es decir, se registran situaciones de sus dinámicas familiares -marcadas por separaciones, abandonos de pareja, violencia de género- que constituyen razones que las conducen a vincularse con estas organizaciones en búsqueda de apoyo, contención y cuidado también para sus hijos. Entonces, si de paradojas se trata, muchas de ellas buscan "cuidar" para ser "cuidadas".

... Yo comencé hace dos años, empecé porque había fallecido mi marido y estaba sola con los chicos y no tenía trabajo. Empecé a participar, estuve en la biblioteca (...) Después pasé al comedor (...) Estar acá para mí es como muy importante porque siempre, cuando estuve en momentos difíciles, siempre tuve ayuda acá, nunca me negaron nada a mí y a mis hijos (Gladis, cuidadora de una guardería dependiente de un movimiento de desocupados).

... [a la organización] Yo llegué por falta de trabajo, estaba separada en ese tiempo y tenía a los chicos conmigo, y, bueno, no tenía a nadie y no tenía medios. Vivía así de copa de leche en copa leche, y yo digo "¡pero no puede ser así, a mí me gusta trabajar y criar a mis hijos dignamente!" (...) entonces hablamos con una compañera y decidimos armar una guardería un par de mujeres, un par de mamás que cuidemos a nuestros chicos, y que las demás salgan a vender, cocinar y hacer cosas... (Marina, cuidadora de una guardería dependiente de un movimiento de desocupados).

... y me separé, o sea: estaba mal con el papá de mis hijas, entonces no me pasaba para la mantención [sic] o me pasaba muy poco y no me alcanzaba (...) una asistente social de Cáritas me ofreció trabajo, me dijo: "Vos ¿querés trabajar? Y yo le dije "Sí, yo quiero trabajar pero no quiero separarme de mi hija". Y ella me dijo "¿No querés trabajar en una guardería que necesitamos personas?"(Sandra cuidadora de una guardería comunitaria religiosa).

 

Estrategias de inserción y expectativas de profesionalización

Ciertamente, la inserción -llegar a ser cuidadora, dejar de ser cocinera y pasar a ser cuidadora- y, en algunos casos, cierta movilidad o mejora en la posición de cuidadora (por ejemplo, asumir más responsabilidades en una sala, acceder a capacitaciones, convertirse en la auxiliar de una maestra y poder constituirse como "pareja pedagógica"), se explica en la medida que son portadoras de cierto capital de relaciones sociales acumulado y desarrollan estrategias que permiten ponerlo en juego,17 lo cual nos conduce a otro principio del enfoque de curso de vida: los sujetos no son entes pasivos, sino que hacen elecciones y llevan adelante prácticas y estrategias que explican también su curso de vida.

En lo que refiere a las estrategias desplegadas por las mujeres para insertarse en las diversas OSC, los testimonios -tanto de las cuidadoras como de los referentes de las OSC- dan cuenta que los vínculos personales derivados de las relaciones cotidianas en el barrio, también explican la posibilidad de acceder a las organizaciones vinculadas al cuidado. El hecho de vivir en el barrio, "ser de la zona", conocida de alguien, que es el referente del lugar, las habilita para acceder a la organización o generar la iniciativa de armar nuevos espacios de cuidado. La proximidad social y geográfica son centrales a la hora de definir en qué organización participar y/o en dónde efectuar la contraprestación, para el caso de las beneficiarias de los PTC. También la familia es un ámbito donde se heredan relaciones y prácticas vinculadas con la participación social y el cuidado del otro. Generalmente, los vínculos personales establecidos con las mujeres de las familias (cuñadas, suegras, hermanas, madres, tías) habilitan información, contactos, recomendaciones y también una experiencia vivida vinculada con el cuidado y la participación social. En el caso siguiente, la coordinadora de un jardín comunitario dependiente de un movimiento de desocupados, relata cómo algunas cuidadoras jóvenes de la organización, comenzaron a participar en las organizaciones porque acompañaban a sus madres beneficiarias de los programas sociales transitorios de empleo de la década de los años 90.

... Hay otras chicas que son chicas jóvenes, de dieciséis años, para ellas no hay plan social porque tienen que tener dieciocho años.

¿Y ellas no cobran nada?

No, lo hacen a voluntad, lo hacen a voluntad porque les gusta. Muchas de esas son compañeras que han venido con la mamá, de la mano de la mamá a buscar un plan social acá y se encariñaron y se quedaron... porque de chiquita fue mamando todo esto, ¿no? X bueno, y se quedaron... (Coordinadora de un jardín comunitario de un movimiento de desocupados).

También se encuentran las historias de las hijas de integrantes de movimientos sociales (de desocupados, de inquilinos), o hijas de operarios de las fábricas recuperadas. En todas las situaciones, el ser "conocidas" y estar siempre en vínculo con la organización, también les permite comenzar a trabajar en los jardines comunitarios.

Yo soy hija de cooperativistas, mi vieja es socia cooperativista, a través de ellos siempre estuve participando pero muy esporádicamente. A través de esto fue que, después, cuando se habló de la propuesta de abrir el jardincito, me llegó por la coordinadora que me dijo "bueno, se necesitan manos ¿Te gustaría venir?" Y a mí me pareció bien, y empecé a venir. (Carolina, cuidadora de un jardín comunitario dependiente del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos).

Asimismo, para las mujeres jóvenes (que no cuentan aún con los "créditos" y buenos atributos que ofrece la maternidad), el hecho de querer seguir estudiando maestra jardinera es un elemento que refuerza la recomendación. Para ellas, la participación en el jardín comunitario se presenta como un "trampolín" para acceder -tal vez en un futuro no muy lejano- a otros trabajos.

¿Cómo empezaste a trabajar aquí en el jardín de la organización?

Bueno, fue a través de una tía que estaba acá y que ahora (gracias a Dios) ya consiguió trabajo. Ella trabajaba acá y entonces me dijo, porque a mí me gustan los chicos y yo quería estudiar y todo (ahora me estoy por anotar a estudiar maestra jardinera). Y ella me dijo que si quería ir, que las chicas necesitaban ayuda porque algunas habían dejado (...) entonces estuve de ayudanta y recién este año empecé a estar sola en la sala. (Rocío, cuidadora de un jardín comunitario de un movimiento de desocupados).

Sea que estas mujeres reúnan ciertas características personales (mujeres "madres", "pacientes", "afectuosas", que "les gustan los chicos"), sea que hayan efectuado trabajos de niñeras, empleadas de servicio doméstico, ellas condensan las cualidades evaluadas como necesarias para poder desempeñarse como cuidadoras de este ámbito comunitario. En efecto, estas mujeres son portadoras de un capital de experiencia acumulado en su curso de vida, que pueden transferirlo al espacio de las organizaciones y allí hacerlo valer. Esto es particularmente relevante en el caso de las mujeres en plena edad reproductiva: el saber que les brinda la "experiencia de vida", "el saber de ser mamá". En efecto, en estos casos, el hecho de tener cierta edad les brinda la posibilidad de contar con cierto capital de experiencia -"los años vividos"- que les permite seguridad en el desarrollo cotidiano del trabajo de cuidar y la atención de lo que implica esa demanda permanente (el posible "caos", el siempre temido "desborde"). Pero, además, el capital de la experiencia les permite distinguirse de las otras mujeres de la organización que, por más que estén capacitadas, son "chicas jovencitas y con menos experiencia"

Partimos de la base de que todos podemos enseñar, y que todos podemos aprender. Yo capaz que tengo mi experiencia porque crié a mis hijos, la vida, los años vividos. Capaz otra chica más jovencita, no lo tiene. Y capaz yo sé salvar su situación en la que ella está, por su corta edad. Por ejemplo, capaz ella se "abatata" y yo no, y la desborda a la situación cuando todos lloran (Silvina, "educadora" de un jardín dependiente del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos).

Una, ya siendo madre, son cosas que ya lo sabemos, y las chicas que no lo saben, tratamos de decirle cómo es. Pero creo que siendo mujer ya es distinto. Ya saben cómo es: lo tenés grabado en la piel (Adela, cuidadora de un jardín dependiente de una Fundación comunitaria).

De las entrevistas analizadas, surge claramente que las mujeres transitan "un pasaje" que les permite transformarse -dependiendo del caso analizado- de "beneficiarias de programas sociales", "mamás", "operarias", "empleadas de servicio doméstico" o simplemente jóvenes que cuidaban de otros en el ámbito familiar a "cuidadoras del ámbito comunitario". Para algunas este pasaje implicó una capacitación de asistentes maternales, para otras simplemente el hecho de ser mamás, que les gusten los chicos y/o tengan expectativas de profesionalizarse (estudiar maestra jardinera, auxiliar) las habilitó hacerlo. Lo cierto es que ellas hacen uso de ese saber -del cual son portadoras- y lo adaptan al nuevo contexto: el ámbito comunitario.

Yo sabía cuidar e hice el curso de asistente materno infantil y bárbaro. Yo sabía cuidar a una criatura, y hasta ahora muchas cosas tuve que aprender y muchas cosas también me equivoqué. Pero, bueno, yo siempre digo que se puede..." (Carmen, directora de jardín dependiente de una fábrica recuperada).

Yo estuve en fábrica hasta que me pasaron acá, soy auxiliar, hice cursos y todo. Supongo que será por mi carácter, no sé. Bueno me encantan los chicos. Yo hice un tratamiento para tener un bebé, pero después adopté: tengo un nene de nueve años (María, cuidadora auxiliar de jardín dependiente de una fábrica recuperada).

Este encuentro entre factores estructurales -demanda urgente de cuidado en contextos de carencia- y subjetivos -las mujeres son portadoras de atributos y disposiciones que son favorablemente valorados- contribuye a la configuración del ámbito comunitario como espacio de cuidado. Como puede observarse, de una u otra manera, el cuidado hacia los otros marca sus trayectorias previas y permite que sean portadoras de un "saber" que es ampliamente valorado en el ámbito comunitario y garantiza su acceso y permanencia.

Claramente, quienes brindan cuidados en las OSC -con mayor o menor intensidad según el caso- enfrentan exigencias que a veces se entrecruzan y entran en conflicto. En primer lugar, el amor hacia el sujeto receptor del cuidado, sentimiento muchas veces intensificado por el contexto de pobreza en el cual se encuentran estos niños. Las cuidadoras perciben -con mayor o menor intensidad- que el vínculo afectivo debe fortificarse en un contexto signado por la escasez material. En segundo término, se encuentra el compromiso social solidario con la organización y sus compañeras, algunas veces preexistente al acto de cuidar y legitimado por "ser del barrio" y conocer las necesidades de la gente. En tercer lugar, la urgencia de tener un ingreso económico para mantener a sus familias -que puede poner en peligro la participación comunitaria para la búsqueda de un trabajo remunerado que pueda satisfacer necesidades urgentes- y, al mismo tiempo, concretar el deseo de formarse como docentes o auxiliares de maestras jardineras para así poder fortalecer y legitimar más su rol como cuidadoras. Seguir apostando a esta participación que les permite tener esta relación de cuidado y en algún momento ser reconocidas económicamente o dejarlo todo en búsqueda de un ingreso inmediato, son sólo algunos de los dilemas que ellas enfrentan.

Yo tengo una familia, estoy separada, también soy como jefa de hogar digamos. Y no es nada fácil teniendo chicos, capacitarse. Pero la idea es esa: ir capacitándome y, bueno, todas las posibilidades que nos dan acá aprovecharlas (...) Me gustaría poder capacitarme, poder estudiar, poder hacer la carrera (...) Pero yo creo que sí hay que estudiar. Yo creo que sí, nunca separo lo que son las docentes del trabajo nuestro. (Cuidadora educadora del Jardín comunitario).

 

Palabras finales

A lo largo de este artículo se plantearon factores explicativos que permiten comprender la inserción de las mujeres cuidadoras en el ámbito comunitario, al enfocar la mirada en sus trayectos biográficos con base en principios vinculados al enfoque de curso de vida. El análisis da cuenta de que estas trayectorias no pueden explicarse desde lógicas típicas de movilidad ocupacional, como tampoco puede hacerse desde las concepciones de trayectorias "exitosas" o "errantes". Sus trayectorias tampoco son lineales, presentan puntos de inflexión.

Ciertamente, el conjunto de atributos y propiedades que reúnen estas mujeres expresan criterios de selección -informal, por cierto- que caracterizan la demanda de mujeres en actividades típicamente femeninas y reproductivas: una inmensa mayoría son mamás -lo cual está "bien visto"-, "les gustan los chicos", "tienen experiencia de estar con chicos". A tales atributos se suman otros, propios de su origen social y de la fuerte lógica territorial que atraviesa la dinámica de la pobreza: ellas "son del barrio", "conocidas de los referentes", "saben de los problemas de la gente". No obstante, las entrevistadas también han sabido poner en juego estos atributos y hacerlos valer en ese nuevo espacio para transitar el pasaje de "ser mamá", "voluntaria", "empleada doméstica", "niñera", a "cuidadora de la organización".

El estudio de las trayectorias da cuenta de que, más allá del contexto socioeconómico adverso que permitió la emergencia de nuevos espacios comunitarios -reforzados por la política pública asistencial-, las entrevistadas implementaron estrategias de inserción y de valorización de su trabajo como cuidadoras. Si bien es cierto que muchas mujeres ingresaron por motivos vinculados a la satisfacción de necesidades inmediatas -como ya se señaló, las estrategias de cuidado y alimentarias se encuentran en clara sintonía con la inserción en las OSC-, también han logrado el desarrollo de su trabajo de cuidado, inclusive en algunos casos han tenido un virtual ascenso (cambio de sala, asumir más responsabilidades) y lo han valorado intensamente.

Evidentemente, ninguna de sus expectativas de profesionalización y de valorización de la actividad efectuada puede comprenderse sin considerar los múltiples condicionamientos de género: son mujeres que, o bien han pasado por largos años de la mal llamada "inactividad económica" -y, en consecuencia, haciendo trabajo reproductivo y de cuidado de los hijos en el interior del hogar-, o bien han trabajado como empleadas de servicio doméstico o personal de maestranza. Indudablemente, para el caso de las mujeres cuya trayectoria previa estuvo vinculada al servicio doméstico, la valoración actual del trabajo de cuidadora del ámbito comunitario es particularmente intensa. Además, las expectativas de profesionalización también se fundan en cierta conciencia de la necesidad de legitimar y/o jerarquizar su trabajo de cuidado y así poder continuar en el ámbito comunitario y, de este modo, evitar (o escapar) de la inserción laboral que el mercado de trabajo les reserva a las mujeres pobres de la región: el servicio doméstico.

Asimismo, no faltan casos en los cuales la inserción en las OSC aparece en sus biografías conjugándose con etapas de transición críticas: separaciones y crisis conyugales, violencia conyugal, enfermedades crónicas de ellas o de sus hijos. Para ellas, la posibilidad de efectuar el trabajo de cuidado en el ámbito comunitario no sólo significó un espacio de contención y/o una manera de articular las estrategias de cuidado y las alimentarias, sino también un momento donde comienza a favorecerse el desarrollo de sus expectativas, de exploración de distintos caminos, la búsqueda de oportunidades e inclusive -en algunos casos- el encuentro de una nueva vocación. Pese a todas las limitaciones estructurales que se les imponen -malas condiciones materiales de trabajo, ingresos inexistentes (un programa social, un viático, etcétera)- su trabajo de cuidado y sus expectativas de profesionalización aparecen integradas para ellas en un plan mayor.

Evidentemente, como lo demuestran las trayectorias revisadas, gran parte de las mujeres que conforman la población estudiada han brindado sus servicios de cuidado remunerado a mujeres de clase media, porque se desempeñaban como empleadas de servicio doméstico y/o niñeras. otras, en cambio, formaron parte de las redes de cuidado al cuidar hijos de familiares y allegados. En la actualidad, estas mujeres cuidan niños y niñas en el ámbito comunitario para que los progenitores de los mismos puedan desarrollar alguna actividad laboral (en general, precaria y/o informal). Como puede observarse, el cuidado de otros marca sus trayectorias vitales, siendo importante considerar que es precisamente el trabajo de cuidado que efectúan estas mujeres, en los diversos ámbitos en los cuales transcurren sus vidas (familiar, comunitario, laboral), lo que permite la "reproducción social de la fuerza de trabajo".

 

Bibliografía

Acuña, C.; Jelín, E. y Kessler, G. "Repensando las relaciones sociales locales", en Acuña, C.; Jelín, E. y Kessler, G. (comps.). Políticas sociales y acción local: 10 estudios de caso. Buenos Aires: IDES-UNGS-CLASPO, 2006.         [ Links ]

Arcidiácono, P. y Zibecchi, C. "Programas sociales desde una perspectiva de derechos". Una mirada sobre el rol de la sociedad civil y las estrategias de resistencia de los 'beneficiarios'. Revista ASET (34). Buenos Aires, 2007.         [ Links ]

Ariza, M. y De Oliveira, M. "Unión conyugal e interrupción de la trayectoria laboral de las trabajadoras urbanas en México", en Coubés, M. L.; Zavala de Cosío, M. E. & Zenteno, R. (coords.). Cambio demográfico y social en el México del siglo XX. Una perspectiva de historias de vida. Tijuana (Baja California, México): El Colegio de la Frontera Norte, 2005.         [ Links ]

Balbo, L. "La doble presencia", en Borderías et al. Las mujeres y el trabajo: rupturas conceptuales. Madrid: FUHUEM-ICARIA, 1994.         [ Links ]

Batthyány, K. Cuidado infantil y trabajo ¿un desafío exclusivamente femenino? Montevideo: CONTERFOR, OIT, 2004.         [ Links ]

Blanco, Mercedes "El enfoque del curso de vida: orígenes y desarrollo", en Revista Latinoamericana de Población, 8 (5), 2011, pp. 5-31.         [ Links ]

---------- y Pacheco, E. "Trayectorias laborales en la Ciudad de México: un acercamiento exploratorio a la articulación de las perspectivas cualitativa y cuantitativa", en Revista Latinoamericana de Estudios del Trabajo, 7 (13), Buenos Aires: Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo, 2001.         [ Links ]

Blanco, M. y Pacheco, E. "Trabajo y familia desde el enfoque del curso de vida: dos subcohortes de mujeres mexicanas" en Revista Papeles de Población, Nueva Época, 9 (38), México D.F.: Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población, Universidad Autónoma del Estado de México, octubre-diciembre, 2003.         [ Links ]

Borgeadu-Garciandía, N. "La cuidadora domiciliaria de ancianos: de la poca visibilidad de su desempeño laboral", Ponencia presentada en el 10° Congreso de la Asociación Argentina de Especialistas de Estudios de Trabajo, ASET-Buenos Aires, 2011.         [ Links ]

Bourdieu, P. Cosas dichas. Barcelona: Gedisa editorial, 1987.         [ Links ]

Cacopardo, M. C. "Crisis y mujeres migrantes en la Argentina", II Seminario de la Red de Estudios de Población ALFAPOPII, Centre d'Estudis Demográfics, 2004.         [ Links ]

CEPAL "Género, trabajo remunerado y no remunerado: eslabones en la discriminación y la desigualdad y políticas públicas y crisis de cuidado" en América Latina: alternativas e iniciativas, en CEPAL. Panorama social en América Latina 2009. Santiago de Chile: CEPAL, 2009.         [ Links ]

Cerruti, M. "Trabajo, organización familiar y relaciones de género en Buenos Aires", en Wainerman, C. (Comp.). Familia, trabajo y género: un mundo de nuevas relaciones. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2003.         [ Links ]

---------- y Maguid, A. "Familias divididas y cadenas globales de cuidado: la migración sudamericana a España", en Serie Políticas Sociales 163. Santiago de Chile: CEPAL, 2010.         [ Links ]

Chamblis, D. Beyond Caring: Hospital, Nurses and the Social Organization of Ethics. Chicago: University of Chicago Press, 1996.         [ Links ]

Courtis, C. y Pacecca, M. I. "Género y trayectoria migratoria: mujeres migrantes y trabajo doméstico en el Área Metropolitana de Buenos Aires", Papeles de Población, 16 (63), 2010, pp. 155-185.         [ Links ]

Cutuli, R. Trayectorias laborales precarizadas. Mujeres de la industria pesquera marplatense. 1980-2008. Encuentro del Observatorio de Género y Pobreza, 2, 3 diciembre 2009, Paraná, 2009.         [ Links ]

Drancourt, C. N. "Mesure l' inserción professionnel", Revue Française de Sociologie, XXXV, (37-68) París, 1994.         [ Links ]

ELA De eso no se habla: el cuidado en la agenda pública. Estudio de Opinión sobre la organización de cuidado. Buenos Aires: Equipo Latinoamericano de Justicia y Género, 2012.         [ Links ]

Elder, G. "Lives and Social Change", en Heinz, W. (ed.). Theoretical Advances in Life Course Research. Status Passages and the Life Course, vol. I. Weinheim: Deutscher Studien Verlag, 1991.         [ Links ]

---------- "Historical Times and Lives: a Journey Through Time and Space", en Phelps, E.; Furstenberg, F. F. & Colby, A. (ed.). Looking at Lives: American Longitudinal Studies of the 20 th Century. Nueva York: Russell Sage, 2002.         [ Links ]

England, P. "Emerging Theories at Carework", Annual Review of Sociology, 31, 2005.         [ Links ]

Esteban, M. L. "Cuidado y salud: costes en la salud de las mujeres y beneficios sociales". Ponencia presentada, en el Congreso Internaiconal SARE2003 "Cuidar cuesta: costos y beneficios de cuidado". Donostia-San Sebastián: SARE-EMAKUNDE, 2003.         [ Links ]

Folbre, N. The Invisible Heart, Economics and Family Values. New York: The New Press, 2001.         [ Links ]

Forni, P. "Las Redes Inter-Organizacionales y sus implicancias en el desarrollo de las Organizaciones Comunitarias de los Pobres y Excluidos. Estudios de Caso en el Gran Buenos Aires", Ponencia presentada en Primer Congreso Nacional de Políticas Sociales. Bernal, Quilmes, Argentina: Universidad Nacional de Quilmes-Asociación Argentina de Políticas Sociales, mayo 2002.         [ Links ]

Freidin, B. "Trayectorias laborales, conceptos y valores sobre el trabajo de mujeres migrantes pobres". Ponencia presentada en el XX Congreso Internacional de la Latin American Studies Association, Buenos Aires, 1996.         [ Links ]

García de Fanelli, A. M.; Gogna, M. y Jelín, E. "El empleo femenino en el sector público nacional", Documento del cedes núm. 33, Buenos Aires, 1990.         [ Links ]

Gherardi, N. y Zibecchi, C. "El derecho al cuidado: ¿una nueva cuestión social ante los tribunales de justicia de Argentina?", en Revista de Ciencia Política de la Universidad de Chile, 49 (1) Dossier "Derecho, justicia y política", 2011, pp. 107-138.         [ Links ]

Guzmán, V; Mauro, A. y Araujo, K. Trayectorias laborales de mujeres, Santiago de Chile: Ediciones CEM, 2003.         [ Links ]

Himmelweit, S. "La economía de la atención", Ponencia presentada en el Ponencia presentada, en el Congreso Internaiconal SARE 2003 "Cuidar cuesta: costos y beneficios de cuidado". Donostia-San Sebastián: SARE-EMAKUNDE, 2003.         [ Links ]

Humphries, J. y Rubery, J. "La autonomía relativa de la reproducción social: su relación con el sistema de producción", en Borderías et al. Las mujeres y el trabajo: rupturas conceptuales, Madrid: FUHUEM-ICARIA, 1994.         [ Links ]

Jelin, E. Migration and Labor Force Participation of Latin American Women: the Domestic Servants in the Cities. Buenos Aires: CEDES, 1976.         [ Links ]

Kessler, G. "Redefinición del mundo social en tiempos de cambios", en Svampa, M. (edit.). Desde abajo. Buenos Aires: Biblos, 2003.         [ Links ]

Mallimaci, A. I. "Revisitando la relación entre géneros y migraciones: Resultados de una investigación en Argentina", en Revista Mora, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 18 (2), 2012.         [ Links ]

Mallimaci, F. & Grafigna, M. L. "Constitución de redes y movimientos sociales solidarios como estrategia para la satisfacción de necesidades", en Forni, F. (comp.). De la exclusión a la organización. Buenos Aires: CICCUS, 2002.         [ Links ]

Marco, F. "El cuidado de la niñez en Bolivia y Ecuador: cuidado de algunos, obligaciones de todas", en CEPAL. Unidad Mujer y Desarrollo Santiago de Chile: CEPAL. Documento preparado para ser presentado en la X Conferencia Regional de la Mujer. Quito, Ecuador, 2007.         [ Links ]

Millenaar, V "Vínculos con el trabajo e identificaciones de género. La relación con la actividad en el análisis de trayectorias laborales de mujeres jóvenes". Cuaderno del IDEES 25, Buenos Aires, 2012.         [ Links ]

Ministerio Púbico Tutelar La descentralización del Ministerio Público Tutelar de la Ciudad de Buenos Aires. Experiencias y desafíos de los barrios de la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires (Período 2009-2011). Buenos Aires: Ministerio Público Tutelar, 2011.         [ Links ]

Muñiz, L. "Carreras y trayectorias laborales: una revisión crítica de las principales aproximaciones teórico metodológicas para su abordaje", en Revista Latinoamericana de Metodología en Ciencias Sociales, RELMECS, 2 (1), 2012.         [ Links ]

Murillo, S. "Cara y cruz del cuidado que donan las mujeres", Ponencia presentada, en el Congreso Internaiconal SARE2003 "Cuidar cuesta: costos y beneficios de cuidado". Donostia-San Sebastián: SARE-EMAKUNDE, 2003.         [ Links ]

Pacecca, M. I. "Género, situación familiar y trayectoria laboral en mujeres migrantes", en Mujeres en escena, Universidad Nacional de La Pampa, 2000.         [ Links ]

Partenio, F. "Es difícil hacer ciencia y mantener una casa, pero...: Reflexiones a partir de las narrativas de mujeres sobre el trabajo en el sistema científico y tecnológico", 9° Congreso de la Asociación Argentina de Especialistas de Estudios de Trabajo, Buenos Aires: ASET, 2009.         [ Links ]

Pautassi, L. "El empleo en salud en la Argentina. La sinergia entre calidad de empleo y calidad de atención", en Rico, M. y Marco, F. (coord.) Mujer y Empleo. La reforma de la salud y la salud de la reforma en Argentina. Buenos Aires: CEPAL y Siglo XXI editores, 2006.         [ Links ]

---------- "El cuidado como cuestión social: una aproximación desde el enfoque de derechos", en Serie Mujer y Desarrollo 87, Santiago de Chile: CEPAL, 2007.         [ Links ]

---------- y Zibecchi, C. "La provisión de cuidado y la superación de la pobreza infantil. Programas de transferencias condicionadas en Argentina y el papel de las organizaciones sociales y comunitarias", en Serie Políticas Sociales 159. Santiago de Chile: CEPAL, 2010.         [ Links ]

Rico, Nieves y Navarro, Flavia (editoras) Privilegiadas y discriminadas. Las trabajadoras del sector financiero. Cuadernos de la CEPAL 93; Naciones Unidas, CEPAL, GTZ, julio 2009.         [ Links ]

Rodríguez, C. "La organización del cuidado de niños y niñas en Argentina y Uruguay", en Serie Mujer y Desarrollo 90. Santiago de Chile: CEPAL, 2007.         [ Links ]

---------- "Todo por 2 pesos (o menos): empleo femenino remunerado y trabajo doméstico en tiempos de precarización laboral", en Documento de Trabajo 31, Buenos Aires: CIEPP, 2001.         [ Links ]

Tizziani, A. "De la movilidad ocupacional a las condiciones de trabajo: Algunas reflexiones en torno a diferentes carreras laborales dentro del servicio doméstico en la ciudad de Buenos Aires", en Revista Trabajo y Sociedad (17), Santiago del Estero, 2011.         [ Links ]

Tronto, J. "Vicious and Virtuous Circles of Care: When Decent Caring Privileges Social Irresponsibility", Socializing Care, Hamington, M. y Miller, D. (ed.) (Lanham, MD: Rowman y Littlefield), 2006.         [ Links ]

Wainerman, C. "¿Segregación o discriminación? El mito de la igualdad de oportunidades", en Boletín Techint (285), Buenos Aires, 1996.         [ Links ]

Zelizer, V Las relaciones de cuidado. La negociación de la intimidad. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2009.         [ Links ]

Zibecchi, C. "Desafíos y Límites de los programas de empleo y sostenimientos de ingresos para promover equidad social y de género" (Argentina 1992-2006), Tesis de Doctorado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires (mimeo), 2008.         [ Links ]

---------- y Mouriño, C. "Estrategias alimentarias, económicas y provisión de cuidado", en Pautassi, L. y Gamallo, G. (dir.) ¿Más derechos, menos marginaciones? Políticas Sociales y Bienestar en Argentina. Buenos Aires: Editorial Biblos, 2012.         [ Links ]

 

Notas

1 Cf. Forni, 2002; Mallimaci y Grafigna, 2002; Arcidiácono y Zibecchi, 2007 y Acuña et al., 2006, para nombrar sólo algunos de la amplia literatura del tema. En la medida que este artículo se basa en una reflexión teórica-metodológica acerca de las trayectorias de las cuidadoras, no se avanza en una caracterización de las OSC como espacio de cuidado. Para dicho tema véase Pautassi y Zibecchi, 2010.

2 Un fenómeno similar sucede con relación a los distintos centros asistenciales vinculados al cuidado, impulsados por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que "...intentan aplicar algunos lineamientos del diseño curricular definido para el nivel inicial, se esfuerzan por elaborar un proyecto educativo institucional" (PEI), promueven la creación de asociaciones cooperadoras, procuran vestir a las cuidadoras y a los niños/as atendidos/as con los típicos guardapolvos que identifican a maestras jardineras y alumnos/as del sistema educativo formal, etcétera. (Ministerio Público Tutelar, 2011: 30).

3 Se presentan algunos resultados del trabajo de campo, en curso, que se realizó a partir de una selección de OSC de la ciudad de Buenos Aires y Conurbano bonaerense, ubicadas en las zonas de mayor concentración de pobreza. Se entrevistaron a sus referentes (en calidad de informantes clave), y a las mujeres cuidadoras.

4 Para un análisis sistematizado de los usos y alcances de los estudios los estudios empíricos sobre carreras y trayectorias laborales en Argentina véase Muñiz Terra (2012) y en México véase Blanco (2011).

5 A similares resultados han arribado investigaciones centradas en las trayectorias laborales de mujeres jóvenes pobres, que desertaron del sistema educativo formal en Argentina (Millenaar, 2012).

6 Asimismo, otra línea de avances se vincula con la conceptualización del cuidado como un trabajo (England, 2005). Como destaca el Informe de CEPAL (2009) el acto de cuidar se considera un trabajo porque implica tiempo, desgaste de energía y genera valor. Todo el trabajo que las personas (en su gran mayoría mujeres) realizan en los hogares como tareas de cocina, de limpieza y cuidado de otras personas del hogar, se efectúa sin remuneración y sin que medie un contrato que establezca un valor, y las responsabilidades y beneficios que conllevan dichas tareas. Sin embargo, tenga o no valor monetario, estos trabajos generan valor para la sociedad en gran escala y para quienes se benefician en forma directa.

7 Como destaca Tizziani (2011: 310), los primeros análisis sobre el tema demuestran cómo la inserción en el servicio doméstico ha sido interpretada como una primera ocupación, de carácter transitorio, que permitiría la adaptación a la vida y al mercado de trabajo urbanos de mujeres provenientes de sectores rurales, se consideraba una primera inserción que debía desembocar en la búsqueda de otro tipo de empleo. Un estudio pionero del tema es el de Elizabeth Jelin, Migration and Labor Force Participation of Latin American women: the Domestic Servants in the Cities.

8 En rigor, puede decirse que mientras en Inglaterra y Estados Unidos se presenta una tradición de estudios enmarcados en la corriente teórica denominada "curso de vida" (con un fuerte uso del término "carrera"), en Francia tuvieron mayor desarrollo los conceptos "recorrido" y "trayectoria", que fueron usados como una línea de investigación específica del enfoque biográfico. En Alemania, en cambio, se hizo uso de la noción de "historia de vida laboral", "trayectoria" y "proyecto biográfico laboral" (Muñiz Terra, 2012). Por limitaciones de espacio el presente artículo no se detiene en el análisis de estas diferencias, considerando útil el aporte del enfoque de curso de vida para el estudio de las trayectorias o carreras.

9 De manera esquemática se puede decir que el habitus son las formas de obrar, pensar y sentir que están originadas por la posición que una persona ocupa en la estructura social. La teoría del habitus de Bourdieu (1987) brinda pistas interesantes, al dar cuenta que frecuentemente las conductas toman la forma de secuencias objetivamente orientadas por referencia a un fin, sin ser necesariamente el producto de una estrategia consciente, ni una determinación mecánica. Los agentes "caen" de alguna manera "en" la práctica que es la suya y no tanto la eligen en un libre proyecto o se ven obligados a ella por una coacción mecánica.

10 Claramente, esta percepción de mejora en la posición se vincula con los resultados que han arrojado las investigaciones sobre trayectorias de servicio doméstico: la movilidad hacia otros sectores de actividad es escasa entre las mujeres que se insertan en el servicio doméstico, lo que daría lugar a una movilidad estrictamente horizontal. Según Tizziani: Los relatos que las empleadas entrevistadas construyen sobre el trabajo en el servicio doméstico están poblados de referencias a experiencias -propias, cercanas o lejanas, pasadas o actuales- que han sido "la muerte" (Tizziani, 2011: 327).

11 Por ejemplo, según datos de la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa para el año 2010, se estimaba que el cuerpo docente que lleva a cabo la prestación del servicio educativo en el nivel inicial se caracteriza por el alto porcentaje de mujeres: más del 95% del total.

12 Asimismo, datos oficiales que han analizado los nuevos dispositivos llevados adelante por el Gobierno de la ciudad destacan que los Centros de Desarrollo Infantil dependientes del Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires están a cargo de cuidadoras que reciben la denominación de "asistentes de la primera infancia". Son mujeres de "la comunidad" que recibían el PJJHD (Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados) e ingresaron a los Centros para cumplir con la contraprestación laboral exigida, pasando posteriormente a formar parte de la planta de personal del programa (Ministerio Público Tutelar, 2011).

13 Se trata de una pensión no contributiva destinada a mujeres que cumplan con los siguientes requisitos: ser o haber sido madre de siete o más hijos nacidos vivos, propios o adoptados, no estar amparada por ningún tipo de beneficio provisional de retiro (jubilación, pensión), no encontrarse trabajando en relación de dependencia, entre otras. Para más información véase: http://www.desarrollosocial.gob.ar.

14 Se siguen los argumentos de Marco, 2007.

15 Asimismo, las estrategias de cuidado se vinculan íntimamente con otras estrategias de supervivencia (como las alimentarias): el hecho de participar en un jardín o guardería comunitaria las habilita para tener acceso al comedor, vianda, obtener algún excedente de mercadería. Para un análisis de este tema, véase Zibecchi y Mouriño, 2012.

16 Los relatos analizados dan cuenta de que las concepciones en torno al cuidado trascienden a las visiones asistencialistas. Manifiestan la importancia -y urgencia- de proveer un servicio de cuidado integral que aborde todas las necesidades de los niños (nutricionales, físicas, intelectuales, psicológicas, afectivas, lúdicas y didácticas), mediante la dotación de más salas, maestras, recursos y mejores salarios. Los testimonios demuestran la importancia que este período tiene para la trayectoria educativa posterior, en contextos de pobreza e indigencia.

17 Dependiendo de su posición en el espacio de las clases sociales, todos los grupos son portadores de cierto capital social y cultural, aunque los contextos de pobreza marquen el alcance de los mismos: "La nueva pobreza pone en evidencia la incertidumbre sobre el valor de eventuales recursos, cuya utilidad y, por ende, su definición como capital, no se verificará hasta la realización de una operación determinada" (Kessler, 2003: 31).

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons