Editorial

En esta Ventana les presentamos una variedad de textos que apuntan hacia un debate multidisciplinar que va desde los significados de lo subalterno en una figura indígena del México colonial como la Malinche, hasta poner en evidencia los conceptos de macho, machista y machismo. Se trata, pues, en este número, de ofrecer una discusión teórica en donde el concepto de género es parte sustantiva para revisar la construcción de identidades; analizar las acciones del Estado en referencia a la protección de los derechos sexuales y reproductivos, así como estudiar la configuración de redes sociales que las mujeres que han vivido cáncer construyen como formas de organización que les permitan resolver sus vidas privadas.

En el 2008, Anna María Fernández Poncela abrió otra ventana donde descubrimos a la Malinche en los relatos históricos, poéticos o de novela, en los que su figura se debate entre un pasado colonial, como anclaje de origen, en contraposición con un discurso que elogia lo autóctono de los héroes masculinos. Ella, sin embargo, siempre es sancionada, considerada traidora y en la mayoría de las ocasiones como «mala», por lo que nunca es considerada como sujeto, aunque es una figura ampliamente estudiada y debatida. El propio Octavio Paz en El laberinto de la soledad, habla de la Malinche como la chingada, la abierta, la mancillada y por ello es culpable. Me atrevo a plantear que esta perspectiva es la misma que enfrenta hoy una víctima de violación, considerada culpable, cuando ha sido víctima. Nos dice Ishita Banerjee, en el texto que nos presenta, que se habla de la Malinche, está siendo hablada, está siendo presentada y, en ese sentido, existe en la figura de la Malinche una producción de significado activo que se origina en una conquista y en una derrota. En esta ventana, entonces, tenemos lo que Serret (2006) denomina "la distinción primaria por género".

Ma. Candelaria Ochoa Avalos