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La ventana. Revista de estudios de género

versão impressa ISSN 1405-9436

La ventana vol.4 no.34 Guadalajara Jul./Dez. 2011

 

En la mira

 

Mujeres de arena y mucho más...

 

Anna María Fernández Poncela

 

Martha Estela Pérez García. Luchas de arena: las mujeres en Ciudad Juárez. Ciudad Juárez, UACJ, 2011.

 

Recepción: 15 de septiembre de 2011
Aceptación: 14 de noviembre de 2011

 

En nuestros días nadie duda1 de la importancia de la presencia y participación política de las mujeres, pues como ha señalado la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet, hoy directora ejecutiva de la Unifem, en un discurso durante el centenario del Día Internacional de la mujer el 8 de marzo del 2011: "La fortaleza, laboriosidad y sabiduría de las mujeres sigue siendo el recurso más desaprovechado de la humanidad"2. Y es que no sólo se limita a las mujeres su colaboración social y política, entre otras cosas, sino que sobre todo se priva a la sociedad en general del beneficio y aprovechamiento al máximo del talento y aportes de la mitad de la población del planeta.

Otra cosa importante es que cuando hay acción e interacción femenina, se visibilice y reconozca, y qué mejor que se estudie como hace Martha Estela Pérez García en Luchas de arena: las mujeres en Ciudad Juárez, un excelente análisis en torno a tres experiencias de movimientos de mujeres en la frontera. Se trata de un trabajo que rescata vivencias y perspectivas, ideas y sentimientos, formas de hacer y estrategias de lucha, todo el universo que envuelve a organizaciones y movimientos de mujeres, para destacar su presencia, importancia y perspectivas.

En un inicio parte de la pregunta "¿Cómo han construido las mujeres juarenses la cultura política femenina local?". Su hipótesis es que las mujeres que participan en el espacio público adquieren signos de emancipación que las dirigen hacia la construcción de una cultura política femenina diferente a la cultura política general (p. 17). Su objetivo principal es

conocer la viabilidad de una transformación de la cultura política general expresada en la emergencia de la cultura política femenina local.

Informa en la misma página. Son propósitos importantes, interesantes, sobre todo necesarios, ya que la cultura política es el contexto social sobre el que se inscribe la participación política de actores y actoras, instituciones, organizaciones y movimientos sociales. La cultura política es origen, envoltorio y final de muchos de los problemas que aquejan a la política hoy en nuestro país, sobre la cual se reiteran las viejas actitudes y prácticas, y desde la cual quisiéramos creer que es posible edificar nuevas ideas y experiencias. Para ello entreteje y esculpe poco a poco el análisis de tres experiencias de movimientos sociales de mujeres en Ciudad Juárez, en tres periodos distintos, con diferentes mujeres y acciones que, agrupadas en redes políticas, con formas distintas de movilizarse y con objetivos diversos, constituyen un testimonio de la interacción social femenina en movimientos sociales, con sus opiniones, actitudes y valores, creando y recreando, cambiando o innovando maneras de hacer política e intenciones de transformar su realidad social, su vivienda y barrio, la cultura política del país y la violencia extrema contra las mujeres, hasta su muerte.

La primera experiencia, el grupo de mujeres de sectores populares que busca un espacio para vivir, funda la colonia Felipe Ángeles a finales de los años 1960 y como parte del clientelismo político priista persigue sus objetivos que pueden ser calificados de necesidades prácticas de las mujeres3 y de la sociedad en su conjunto. La segunda experiencia, ya desde una política ciudadana que organiza supuestamente una nueva cultura política democrática, es una revuelta política de un grupo de mujeres en desobediencia y resistencia civil en defensa del voto abanderadas por el Partido Acción Nacional (PAN), tras las elecciones de 1986. Y el tercer movimiento es la emergencia de organizaciones de mujeres como respuesta a los asesinatos de mujeres jóvenes en los inicios del último decenio del siglo XX, en este caso, ejemplo de cultura ciudadana de mujeres organizadas en ONG contra la violencia de género y en lucha por los derechos y los intereses de género (ibidem).

Partiendo de definiciones y reflexiones de carácter teórico, aterriza en un extenso y profundo estudio de casos, con revisión documental amplia. Pero lo que es más importante y aquí deseamos enfatizar es el acercamiento a través de técnicas de investigación social aplicadas, de elaboración propia, como las entrevistas que no sólo dan voz a las protagonistas de los hechos narrados sino que ilustran el análisis realizado, en un ir y venir entre las ideas de la investigadora, las obras consultadas y los testimonios de primera mano de quienes protagonizaron los movimientos estudiados, entretejiendo miradas, afirmaciones, interpretaciones y enfoques.

El resultado de la investigación o uno de los más destacados, pues aporta diferentes conclusiones sobre el análisis realizado, es mostrar y demostrar los cambios de cultura política que experimentan las mujeres al ser actoras sociales y políticas en su participación organizada y activa en estos tres movimientos sociales. Además, Pérez García señala que si bien no se desarrolló o construyó una cultura política femenina local o se transformó la cultura política existente, sí es posible afirmar que se observan rasgos de emancipación y conciencia. La autora señala específicamente:

Se encontró que la emergencia de una cultura política femenina local no fue posible, sólo se hallaron algunos signos de emancipación y de conciencia política que abonaron a la cultura política general; también se observó la preservación de ciertos signos de conservadurismo y continuidad asociados principalmente a la clase social a la que pertenecían las mujeres (p. 244).

Otras cuestiones que vale la pena destacar es:

que en los tres grupos de mujeres se encontraron, en mayor o menor grado, limitaciones para la participación pública relacionada con el cumplimiento obligatorio del rol de género, una autodesvalorización ocasionada por un sentimiento de culpabilidad concerniente a su participación, así como el desarrollo de relaciones interpersonales problemáticas causadas por sus actividades públicas (p. 251).

Y es que más allá de cumplir con hipótesis y objetivos y responder la pregunta que se hiciera inicialmente, lo cierto es que Martha Estela Pérez García reflexiona sobre el tema, encuentra y destaca diversos aspectos y aportaciones que son también hallazgos resultantes de su estudio, como el anterior, o como el hecho que se lleva a cabo

un esfuerzo por reivindicar aquellos movimientos que se han generado a través de la historia de la participación de las mujeres en México y sus repercusiones políticas, sociales y personales... en los espacios regionales, éstos son los que comúnmente se pierden en la invisibilidad al percibírseles como luchas intrascendentes que no abonan al rescate de la historia nacional o los intereses generales del país, sin embargo, se ha visto que ha sido bajo este tipo de participaciones que las mexicanas se han vuelto sujetos visibles, se han instituido como una especie de agregado social con una carga de poder significativo que ha ayudado al desarrollo de nuestra cultura política participativa (p. 241).

En conclusión y como dice citando a Mouffe4, las mujeres presentan características enmarcadas dentro de la cultura política hegemónica de la que forman parte, hacen esfuerzos por organizarse y deslindarse en la medida de lo posible de la misma, transformando la relación mundo público y privado y cambiando sus propias vidas, así como influenciando de alguna manera algo de la cultura política. Y continúa:

Los hallazgos no sólo muestran que la discriminación la padecen todas y cada una de las mujeres sin importar la clase social, el grado de educación o sus intereses privados y públicos refieren también que existe un grado de sometimiento distinto entre las mujeres, provocado precisamente por estos condicionamientos; además explica cómo dichos condicionamientos inducen las características de las disputas que ellas entablan en los ámbitos donde se desenvuelven. Este trabajo expone también cómo se da la aparición de signos de emancipación y conciencia, mismos que lograron acumular con sus participaciones algunas mujeres, además de que identifica aquellas ideas con las que todavía no han podido romper (p. 273).

Así, cuando Beck y Beck-Gernsheim5 hablan de que la población femenina está pasando de "vivir para los demás" a "vivir la propia vida", lo que también se conceptualizó en cierto momento y de cierta manera como la democratización de la vida personal y la emancipación política6; y de una nueva mujer, "la tercera mujer", con la voluntad femenina de ser reconocidas como iguales toda vez que expresa su diferencia7. Hoy podemos decir que con todas las diferencias, y salvando las distancias, en nuestro país también las mujeres parecen manifestarse, ser actoras de reivindicaciones, posicionarse políticamente, visibilizar y reivindicar sus derechos, organizadas y luchando por sus necesidades e intereses, sociales y prácticos, político-ideológicos, y de género. En alguna medida estos cambios se han observado en muchas latitudes y las mujeres, su presencia y quehacer político hacen presencia y se investiga y reflexiona quizá como nunca antes, como decíamos desde un inicio. Es por ello que estos estudios de caso son más que bienvenidos, son la prueba empírica y fehaciente que si bien los cambios son lentos y parciales, podíamos decir como el astrónomo: "sin embargo, se mueven"8.

Se dice que una buena investigación debe concluir con más preguntas, y hasta con más preguntas que respuestas. Y esto es lo que a la autora le pasa, confesando su necesidad de seguir abordando y ahondando sobre el tema y, como dice textualmente, "habrá que hablar de los retos de las mujeres juarenses tenemos en el futuro" (p. 273). Y qué bueno que haya insatisfacción, nuevos interrogantes, necesidad de seguir conociendo y reflexionando, porque es el motor que nos hace avanzar para crecer profesionalmente, social y personalmente.

 

Notas

1 Conscientes de la exageración de estas palabras, pero con la esperanza de que algún día sean una realidad.

2 Bachelet, Michelle. "Mensaje de la Directora Ejecutiva Michelle Bachelet. Día Internacional de la Mujer 2011: Momento de convertir la igualdad de género en realidad", disponible en: www.unwomen.org/es/news.../international-womens-day, consultado el 11/4/2011.         [ Links ]

3 Moser, Carolyne. "Las mujeres en la planificación del desarrollo: Necesidades prácticas y estratégicas de género", en Hegoa, Políticas de cooperación para el desarrollo y participación de las mujeres. Bilbao, Hegoa, 1991.         [ Links ]

4 Mouffe, Chantal. "Feminismo, ciudadanía y política democrática radical", Debate feminista, año 4, vol. 1, marzo. México, 1993.         [ Links ]

5 Beck, Ulrich y Elisabeth Beck-Gernsheim. La individuación. El individuo institucionalizado y sus consecuencias sociales y políticas. Barcelona, Paidós, 2003.         [ Links ]

6 Giddens, Anthony. La transformación de la intimidad. Madrid, Cátedra, 2000.         [ Links ]

7 Lipovetsky, Gilles. La tercera mujer. Barcelona, Anagrama, 2000.         [ Links ]

8 Nos permitimos el plural de la frase para ajustarla al tema que nos interesa aquí.

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