Editorial

En esta ventana exploramos el cuerpo, cómo se percibe y es vivido: como arma de guerra, espacio de confrontación, caleidoscopio de sensaciones, reino de las apariencias. El cuerpo en su materialidad —ese body that matter al que alude Judith Butler— es también lo que apuntala y trastoca a la vez las identidades —incluida la de género— y arrastra a los médanos del erotismo. El cuerpo es el punto de referencia a través del cual se articula el mundo, en donde se pone en juego toda la constelación de las relaciones subjetivas e intersubjetivas del ser humano en la sociedad, es el campo primordial donde confluyen y se condicionan todas las experiencias y las situaciones vividas.

Nuestro tiempo se caracteriza por el culto a la apariencia del cuerpo, a su fachada, a la imagen corporal, a la búsqueda de la silueta perfecta y, al mismo tiempo, a la imposibilidad de conseguirla. Se atribuye un valor a los aspectos exteriores del cuerpo y, sin embargo, éstos tienen un significado altamente subjetivo en la construcción de identidades. El cuerpo es esa ventana a través de la cual se estructuran las identidades, las desigualdades y la diversidad. Nos permitimos ofrecer una discusión sobre la significación del cuerpo. Michel Foucault planteó que las disciplinas modulan el cuerpo tomando como paradigma la máquina cartesiana, incrementando en forma proporcional su utilidad y sometimiento, en tanto que las biopolíticas de la población reducen el cuerpo al nivel de organismo —movimiento que implica la expulsión de la subjetividad propiamente humana. Las estrategias del biopoder establecen lo que es la vida y cómo debemos vivirla; problemas tales como el aborto, la clonación y la eutanasia se singularizan por poner de relieve la imbricación entre el poder y el cuerpo, y sobre todo por emplazarnos a discutir lo que habremos de entender por “vida digna”.

El conocimiento del cuerpo es el conocimiento de los dispositivos de poder que lo construyen y que enfatizan los marcadores de género, definidos como los límites impuestos verbal o simbólicamente al comportamiento “adecuado”. Mostrar los modos en los que el cuerpo es construido mediante prácticas de disciplinamiento particulares y redes de poder institucional.

Por ello , en esta ventana se exploran las técnicas corporales modernas, el arraigo de las identidades de género en la materialidad del cuerpo, el erotismo, la norma y su trasgresión —lo que nos encamina también al tema de las sexualidades disidentes.

Les invitamos a explorar esta ventana en todo su cuerpo.

Ma. Candelaria Ochoa Avalos