SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.22 número68The Challenge of Urban Solid Waste Management in BrazilEconomic Crisis: Potential Effects on Criminality, Poverty and Mortality Rates -Brazilian Municipalities índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Economía, sociedad y territorio

versión On-line ISSN 2448-6183versión impresa ISSN 1405-8421

Econ. soc. territ vol.22 no.68 Toluca ene./abr. 2022  Epub 02-Mayo-2022

https://doi.org/10.22136/est20221766 

Artículos

Una propuesta para el análisis microrregional de las violencias, las subjetividades y el conflicto

A Proposal for the Micro Regional Analysis of Violence, Subjectivities and Conflict

Evelyn Mejía Carrasco* 

* Universidad Autónoma de Guerrero, correo-e: evelynmeca@gmail.com


Resumen

Este artículo expone la estrategia metodológica y analítica utilizada para explorar los sentidos y significaciones sociales atribuidos a las violencias de represión y resistencia vividas por las y los miembros de las asambleas Ikojt de San Dionisio del Mar y Binnizá de Juchitán de Zaragoza en el marco de los conflictos por los parques de energía eólica en el periodo 2012-2014. Asimismo, comparte los principales resultados obtenidos por el análisis cualitativo comparativo realizado sobre los escenarios de violencia que marcaron las trayectorias de ambos conflictos y detonaron procesos de significación, subjetivación y desubjetivación inherentes al ámbito de lo político.

Palabras clave: violencias; subjetividades; metodología cualitativa comparativa; conflicto

Abstract

The goal of this paper is to share the methodological strategy employed to explore the social meanings and senses attached to violence of repression and resistance lived by the members of the indigenous assemblies Ikojt of San Dionisio del Mar and Binnizá of Juchitán de Zaragoza in the conflicts over wind park projects in the period 2012-2014. Additionally, it presents the main results obtained by the comparative method of qualitative analysis applied over the scenes of violence traced in the trajectories of both conflicts that triggered subjectivation, desubjectivation and meaning inherent in these political processes.

Keywords: violence; subjectivities; comparative qualitative analysis; conflict

Introducción

Recientemente, en el ámbito de las Ciencias Sociales en México inició el proceso de construcción de las violencias como objeto de estudio que ha derivado en la paulatina delimitación de este campo. Diversos son los retos teóricos, metodológicos, analíticos y éticos a los que nos enfrentamos quienes desarrollamos investigaciones empíricas interesadas en desentrañar su complejidad (Gottsbacher y De Boer, 2016) atribuibles a las dificultades que presenta su abordaje y a la carencia de un acervo de conocimiento compartido por la comunidad científica.

En este contexto, desarrollé una investigación interesada en indagar las violencias asociadas a los actuales conflictos por la tierra y la naturaleza en territorios indígenas y rurales en México. A partir de un enfoque teórico que centra su mirada en los sujetos y las subjetividades, estableciendo con ello una distancia frente a las visiones instrumentales y normativas otrora dominantes (Wieviorka, 2003, 2014; Tilly, 2003; Joas, 2005; Collins, 2008; Arteaga Botello y Arzuaga Magnoni, 2017), esta investigación exploró las violencias vividas por los pueblos Ikojt (Huave) y Binnizá (Zapoteco), quienes habitan la microrregión lagunar del Istmo oaxaqueño. Para dar cuenta de las violencias asociadas a la implementación de los proyectos de energía eólica en sus territorios de vida, diseñé una estrategia metodológica de análisis cualitativo comparativo de máxima similitud o variación concomitante.

Buscando aportar elementos para la exploración empírica de las violencias y las subjetividades asociadas al conflicto, en este artículo se comparte la estrategia empleada que articula dos dimensiones: una operacionaliza las proposiciones teóricas y otra recopila el material empírico. Se enfatiza la importancia de la escritura de los resultados obtenidos como un paso central del proceso de investigación que implica la reconstrucción narrativa de las experiencias de los otros, en este caso los miembros de las asambleas Ikojt y Binnizá. Este trabajo contribuye al estudio de las violencias en dos ámbitos. Uno es el metodológico ya que expone una estrategia rigurosa y consistente para su exploración a nivel meso y micro social, cuyos hallazgos basados en evidencia empírica y documental aportan elementos de validez sobre el conocimiento generado mediante metodologías de corte cualitativo. El otro refiere a los debates teórico-conceptuales impulsados por perspectivas contemporáneas para el estudio de las violencias en sociedades no occidentales (Comaroff y Comaroff, 2009; Desmond Arias y Goldstein, 2010; Pansters, 2012). En ellas se reconocen la articulación de estructuras, procesos y sujetos múltiples que intervienen en su configuración local y regional. Esta perspectiva es desarrollada en la investigación para los casos de estudio y con ello reconoce la necesaria historización de las violencias en México como paso necesario para comprenderlas.

El artículo se divide en tres secciones. La primera describe de manera general el contexto de la investigación y las particularidades de cada uno de los conflictos estudiados ocurridos en el periodo 2012-2014, el conflicto por el parque eólico Mareña Renovables en la localidad Ikojt de San Dionisio del Mar y el conflicto por el parque eólico Bií-Hioxo en la localidad Binnizá de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, México. La segunda sección expone la estrategia teórico-metodológica y analítica de estudio cualitativo y comparativo diseñada para abordar los escenarios de violencia más significativos. En la tercera sección, se comparten los principales resultados obtenidos tras el análisis interpretativo de las violencias de represión y resistencia vividas por los miembros de las asambleas opositoras a los parques eólicos. Cabe señalar que no se expondrán de manera puntual los escenarios de violencia propios a cada trayectoria sino únicamente se compartirán las semejanzas y diferencias halladas tras su análisis comparativo. A través de ello se develan los sentidos y significaciones sociales atribuidos a tales violencias, su composición y los procesos de subjetivación y desubjetivación identificados. Para concluir, se presentan algunas reflexiones que sostienen la importancia de contar con estrategias metodológicas consistentes para el análisis sistemático de las violencias actuales que contribuyan al fortalecimiento de este campo de estudios y la generación de conocimiento.

1. El contexto de investigación

El estado de Oaxaca se ubica al sur del territorio mexicano. Se compone por una población mayoritariamente indígena, el 65.7% del total (Inegi, 2016) se considera como tal y perteneciente a alguno de los 18 pueblos originarios, cuyas condiciones de vida presentan altos y muy altos índices de marginación y pobreza. Oaxaca está dividido en 570 municipios que pueden ser gobernados bajo el sistema de partidos políticos o de usos y costumbres. Territorialmente, se divide en 8 regiones: Costa, Sierra Sur, Sierra Norte, Cuenca del Papaloapan, Cañada, Valles Centrales, Mixteca e Istmo.1

El Istmo es legendario por su riqueza cultural y de biodiversidad, así como por su localización estratégica que lo ha posicionado históricamente como punto central para el intercambio comercial en la región sursureste del país. Particularmente la microrregión del sistema lagunar donde se ubican los casos de estudio ha sido habitada desde tiempos ancestrales por el pueblo Ikojt o Mareno, hablante de lengua huave, y Binnizá o Zapotecos. Estos pueblos establecen relaciones interétnicas de expresiones diversas, latentes tanto en la vida cotidiana como en los numerosos episodios de conflictividad por la tierra y la naturaleza vividos en esta región.

Para entender la configuración del orden político y social de la microrregión lagunar es imprescindible atender a la posición dominante de la Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza, de origen Binnizá. Sus habitantes, los juchitecos o tecos como se les conoce, han construido un fuerte discurso étnico “demostrativo y orgulloso”, sustentado en “un sentimiento de colectividad, autonomía e identidad” basado en “la rebeldía y bravura” que les ha caracterizado históricamente. Consideran a su cultura como “la verdadera representante de la cultura zapoteca”, “superior y más elaborada y desarrollada” que la de otros pueblos y la mestiza (Bailón Corres y Zermeno, 1987). Desde mediados del siglo XX se ha producido un proceso de “zapotequización” del Istmo, que implica “la prevalencia de la cultura zapoteca sobre los rasgos culturales de otras etnias y los mestizos” (Miano Borruso, 2002). Juchitán de Zaragoza es el centro económico y político más importante de la región, en donde, a lo largo de la historia, se han establecido relaciones de dominación con otros pueblos y los mareños mediante mecanismos, tales como el intercambio económico desigual, el colonialismo regional, la ocupación y explotación de tierras y salinas, etc. (Castaneira Yee, 2008).

Otra clave para entender la configuración regional está en la historicidad de los conflictos por la tierra y la naturaleza que han sido acompañados por repertorios de la violencia.2 Particularmente, en el proceso de consolidación del estado posrevolucionario mexicano a lo largo del siglo XX se instauró un modo de hacer política en Oaxaca, donde la violencia armada se alternó con reformas institucionales que transformaron a largo plazo las instituciones y formas de acción política local (Smith, 2009). En este marco se erige el antecedente inmediato a los conflictos y violencias asociados con los parques de energía eólica en la década de los años 70 y con la aparición de la Coalición de Obreros, Campesinos y Estudiantes del Istmo (COCEI).3 El origen de sus demandas esta ligado a la superposicion de formas de tenencia de la tierra que, aunados a una creciente desigualdad, el acaparamiento de tierras por parte de caciques y terratenientes y el descontento con el régimen priista dominante, generaron el conflicto regional más significativo de la época.

La COCEI contó con un amplio respaldo del campesinado indígena que se movilizó y encontró como respuesta la activación del aparato represivo institucional. En 1977 el gobernador interino de Oaxaca, de origen militar, envió a la región al ejército para tareas de vigilancia, la ejecución de redadas, el desarme de la población campesina, el encarcelamiento y la persecución de los simpatizantes coceistas. La represión violenta, que incluyó asesinatos y desapariciones extrajudiciales, “contribuyo de manera directa al desarrollo de una conciencia de clase y al arraigo de la COCEI en la vida de la gente pues los juchitecos comunes experimentaron y relataron situaciones de acoso, tiroteos y masacres de miembros de sus familias o vecinos” (Rubin, 2001: 179). Sin embargo, la COCEI, fiel a su herencia rebelde, emprendió movilizaciones masivas, toma de carreteras, terrenos, inmuebles y también participó en enfrentamientos con la policía y grupos priístas locales. De este movimiento emergió una subjetividad política beligerante, aún presente en nuestros días, que originó el reacomodo del orden político y la estructura de poder local. Casi una década después, la COCEI sufrió un cambio sustantivo tras su participación en el gobierno municipal en alianza con un partido político en el periodo de 1989-2001, esto significó su institucionalización, la pérdida de legitimidad entre la base campesina y su fragmentación en diversas corrientes.

Tras el declive de la COCEI, no fue sino hasta entrado el siglo XXI que asistimos a la (re)formulación, (re)activación y (re)significación de la movilización y las violencias en el marco de los conflictos por los parques eólicos. En la primera década de ese siglo, el Plan de Desarrollo del Corredor Eólico del Istmo de Tehuantepec, resultado de la colaboración entre el gobierno federal y estatal, impulsó la resignificación de la microrregión lagunar en el marco de la crisis ambiental. Así, la “capitalización de la naturaleza” y la “ecologización de la economía” (Leff, 2004) propia a este periodo atrajeron nuevos intereses sobre la microrregión dado su gran potencial eólico para la generación de energía eléctrica.

Se tiene como telón de fondo la estructura financiera internacional, privada y de organismos extranjeros que buscan invertir en proyectos de energía renovable; y un gobierno proclive a la inversión trasnacional y un conjunto de reformas estructurales que modificaron el marco legal mexicano para favorecer la inversión extranjera en el ámbito energético.4 A partir del 2008, se inició la implementación de los proyectos de energía eólica en el Istmo de Tehuantepec. Una vasta literatura da cuenta de las virtudes y falencias de este proceso, los conflictos derivados del crecimiento exponencial de estos parques, la violación del derecho a la consulta previa, libre e informada del pueblo Binnizá y la reproducción de un modelo extractivo en beneficio de las empresas trasnacionales, principalmente españolas, sobre los intereses y necesidades de las comunidades.5 En este marco, se diseñaron los proyectos eólicos Mareña Renovables, en territorio Ikojt de San Dionisio del Mar,6 y Bií-Hioxo en Juchitán de Zaragoza.7

1.1. El conflicto por el parque eólico Mareña Renovables

El interés de las empresas eólicas por San Dionisio del Mar inicia su historia en el año 2003 cuando la empresa española PRENEAL, especializada en energías renovables, mostró su intención de construir un parque en la Barra de Santa Teresa, brazo natural que divide la Laguna Superior del Golfo de Tehuantepec y donde la calidad del viento es superior a Excelente. En este lugar PRENEAL, a través de sus subsidiarias mexicanas Energía Eólica Mareña y Energía Alterna Istmeña, “esperaba instalar el parque eólico más grande de América Latina: 132 aerogeneradores, seis puertos de atraque, tres subestaciones eléctricas, dos plantas de concreto y otras obras relacionadas” (Diego, 2014).

En marzo de 2011 PRENEAL vendió el proyecto Mareña Renovables al “consorcio integrado por el grupo empresarial mexicano Fomento Económico Mexicano (FEMSA -Coca Cola), el Fondo de Infraestructura Macquaire México (FIMM) y la sociedad Macquaire Capital” por un monto de 89 millones de dólares (cita a Rojas, 2013 en Diego, 2014: 603). Un año después FEMSA vendió su parte en el proyecto a FIMM, PGGM (fondo de pensiones holandés) y Mitsubishi Corporation transacción cuyo monto total no se hizo público. La inversión final en el parque eólico en la Barra de Santa Teresa que también contaba con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), sería de aproximadamente 12 mil millones de pesos, cerca de 1 billón de dólares tal como indica Edith Avila, representante del Consorcio Marena Renovables (Kolektivo KoLibrI 2013, 6’50’’).

La oposición local al proyecto se inicia en el año 2012, cuando empleados de la empresa arriban al pueblo de San Dionisio del Mar para realizar estudios preparativos a las obras de construcción del parque. Entre las razones que confluyeron para que los habitantes se organizaran por primera vez en la Asamblea General del Pueblo de San Dionisio del Mar (AGPSDM) y confrontaran a la empresa destacan: el descontento con el gobierno priista local y la desigualdad en el acceso a recursos y beneficios generada por una estructura clientelar y corporativa; una sensación de agravio, debido a la falta de reconocimiento y consulta previa, libre e informada sobre el proyecto; el riesgo que significaba el parque eólico para la pesca artesanal y la vida tradicional; el aprendizaje obtenido por el intercambio de experiencias con organizaciones de la sociedad civil regionales e internacionales, así como la colaboración con otros pueblos Ikojt y Binnizá vecinos.

Sin duda, la formación del AGPSDM se debió a la oposición de un grupo de habitantes no solo contra la empresa, sino contra la construcción del parque eólico en tierras comunales y el gobierno local. Así, el conflicto por el parque eólico Mareña Renovables se inició. A lo largo del mismo, se vivió la articulación de repertorios contenciosos y de la violencia de represión y resistencia. Mi investigación se centró en estos últimos, pues se consideran significativos en el devenir conflictual y expresan la configuración del orden social y político, así como las subjetividades en pugna.

Mediante la información recabada en la investigación, se identificó que las violencias de resistencia se plasmaron en la toma del Palacio Municipal y el Casino de San Dionisio del Mar, la instalación de la barricada y el campamento de resistencia en el Cuartel del General Charis en la Colonia Álvaro Obregón (agencia municipal de Juchitán de Zaragoza y único acceso terrestre a la Barra de Santa Teresa) y los enfrentamientos con la policía estatal. A través de ellas los pueblos de la microrregión lagunar definieron, expusieron y consolidaron una imagen de sí, que postula una valoración trascendental del mar y la naturaleza opuesta a la racionalidad dominante enmarcada por el modelo económico neoliberal y el capitalismo verde. Construyeron el sentido de pertenencia a una subjetividad política emergente, como miembros apartidistas de las asambleas opositoras al parque eólico, y una identidad regional supra-étnica, como hermanos de un solo pueblo nacido de y reproducido por la mar. Mostraron la fragilidad de un orden político y social sustentado en prácticas autoritarias y corporativas reproductoras de la desigualdad; y la potencia beligerante de su existencia en las sociedades contemporáneas.8

Por otro lado, se detectó que los repertorios de represión se manifestaron por la presencia constante de especialistas de la violencia9 ya sean pistoleros, matones, golpeadores o sicarios en actividades de vigilancia, intimidación o ataques físicos en eventos, como las Asambleas comunitarias o la Caravana Internacional de Solidaridad con San Dionisio del Mar que llevaba víveres a los miembros de la AGPSDM. También, hubo el uso de la coerción en la voz amenazante de las autoridades locales y estatales y el envío de policías estatales para confrontar a los pueblos pescadores en el Cuartel del General Charis. Estas violencias hicieron sentido para los grupos de poder que los practican pues pretenden generar un efecto dramático a ojos de las asambleas y organizaciones de la sociedad civil acompañantes para inhibir el disenso y resguardar el orden social imperante. Se sostienen en la intencionalidad de estos actores que, ocupando una posición de privilegio en una relación asimétrica, buscan instaurar el miedo al exponer la vulnerabilidad humana por medio de acciones físicas o veladas.

El conflicto por el parque eólico culmina el día 7 de diciembre de 2012, tras casi nueve meses, luego de que el Tribunal Unitario Agrario del 22 Distrito con sede en Tuxtepec otorgó un amparo a favor de la AGPSDM, que suspende los permisos de construcción en la Barra de Santa Teresa. Éste ha sido el único parque eólico cancelado en la región oaxaqueña del Istmo de Tehuantepec.

1.2. El conflicto por el parque eólico Bií-Hioxo

La relevancia de este caso de estudio para la investigación se relacionó con el hecho de que la mayor cantidad de parques eólicos en México se ubican en las tierras comunales de Juchitán de Zaragoza y, hasta ese momento, en ninguna de las controversias detonadas se observó con tanta claridad la presencia de repertorios de la violencia.

Según indica la página web de la empresa española Gas Natural Fenosa, el parque eólico Bií-Hioxo (viento fuerte) sería el tercero más grande de América Latina en dimensión y capacidad de generación de electricidad. El parque se ubica a 3 kilómetros de la ciudad de Juchitán de Zaragoza, abarca 2 mil hectáreas con 117 aerogeneradores y con una potencia instalada de 234 Megwatts. De acuerdo con Código DH, los principales socios comerciales son Alucaps Mexicana S.A. de C.V., Cementos Moctezuma S.A. de C.V., Tiendas Chedrahui, Saint Gobain México S.A. de C.V., S-G Sekurit y el permiso otorgado tiene una “duración indefinida” y su producción anual se calcula en 645.619 GWh (24). Además, se calcula que la inversión total es $386,750,000.00 USD, con un costo de recuperación a 15 años (24).

El 26 de enero de 2013 se realiza un bloqueo sobre la carretera a Playa Vicente y se instala un campamento de vigilancia. Con estas acciones, se inicia formalmente la oposición al parque eólico y fueron emprendidas por habitantes de la Séptima Sección de Juchitán de Zaragoza -considerada por los habitantes de Juchitán como “la zona más atrasada y conflictiva de la ciudad”, donde se ubica el “núcleo duro de la zapotequitud” y “rige una condición permanente de violencia, pobreza y marginación” (Miano Borruso, 2002). Viven en esta zona pescadores, campesinos, artesanos, muxes y la antigua base de la COCEI. El descontento por el proyecto Bií-Hioxo se inspira en la ola beligerante desencadenada por el triunfo de los pueblos Ikojt y Binnizá sobre el proyecto Mareña Renovables. Por lo anterior, los habitantes de la Septima Seccion se organizaron en la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco (APPJ) para oponerse a la construcción de parque eólico. Un conjunto de motivos confluye en este proceso: el agravio vivido al ver limitado su acceso al mar por empleados de la empresa eólica y el riesgo que supondría la construcción del parque para el desarrollo de sus actividades productivas, tales como la pesca y la agricultura; así como las reproductivas de la vida ritual y la medicina tradicional que se practican. Además, hay un sentimiento de traición y alejamiento de los líderes de la COCEI y una historia compartida de rebeldía y movilización, claro sin olvidar la creciente diferenciación y desigualdad generadas por los parques eólicos existentes en las comunidades y la inconformidad con el acaparamiento de tierras generado por su construcción en la región.

De acuerdo con la información recopilada en mi estudio, se identificó que en el conflicto por el parque Bií-Hioxose reactivaron los repertorios contenciosos y violentos, de resistencia y represión -ambos constituyen arraigadas prácticas de interlocución entre los actores políticos locales. Su alternancia revela su historicidad como mecanismos de control interno en las controversias por la tierra y la naturaleza, expresados en la vida local como tiempos de violencia y paz relativa; ambos, se actualizan y resignifican con relación al complejo ideológico y discursivo prevaleciente.

Las violencias de resistencia identificadas en el marco del conflicto que evocan el componente beligerante del pueblo Binnizá fueron: el bloqueo de la carretera a Playa Vicente, la instalación del campamento de resistencia y el enfrentamiento con la policía estatal. Estas acciones actualizan el conocimiento compartido de estos repertorios, a la vez que exponen una imagen de sí como miembros de la APPJ -por su medio adquirieron elementos narrativos para construir su historia de lucha y resistencia, exponer una subjetividad política emergente e interpelar un modelo de desarrollo reproductor de la desigualdad.

Por su parte, los repertorios de represión que predominaron en este conflicto quedan plasmados en un conjunto de imágenes que muestran la lógica de su escalamiento. De la mano de diversos especialistas de la violencia, las amenazas vía telefónica, ataques aleatorios con arma de fuego, intentos de secuestro y un posible asesinato son significativos, pues exponen un campo de fuerzas en el que distintos actores se disputan el territorio juchiteco más allá de la oposición Gas Natural Fenosa-APPJ.10 Estos profesionales representan intereses particulares de actores que buscan mantener su posición privilegiada en el orden social juchiteco e igualmente, exponen la debilidad institucional permisiva y tolerante ante tales prácticas. Asimismo, estos repertorios, los cuales pretendían generar un efecto dramático capaz de detonar en los receptores tensión emocional suficiente para inhibir su participación en el conflicto, no fueron efectivos. El proceso introspectivo vivido por sus receptores y el componente colectivo que le acompañan, expresado en la solidaridad y un conjunto de estrategias de seguridad y cuidado, afianzaron el sentido trascendental de la lucha y con ello fortalecieron su compromiso.

Frente a ello, la APPJ, habiéndose apropiado del discurso de derechos como principal herramienta de interpelación y protección, desplazó la lucha en contra del parque eólico al ámbito jurídico, desactivando con ello los repertorios de resistencia. Ante un aparato de justicia plagado de falencias y una estructura agraria inhabilitada, sujetos a intereses superlativos y lejanos a aquellos postulados por la asamblea, este desplazamiento derivó en la construcción del parque eólico Bií-Hioxo, el cual actualmente se encuentra en operación.

2. Enfoque teórico, estrategia metodológica y analítica

Para abordar los casos de estudio expuestos en el apartado anterior, en la investigación realizada se articularon las proposiciones de la ecología política con la sociología interpretativa para comprender los sentidos y significaciones sociales atribuidos a las violencias asociadas a tales conflictos. Haciendo una lectura de estos procesos como controversias derivadas de formas diversas e incluso antagónicas de significación, apropiación y valoración de la naturaleza se buscó indagar las violencias que les acompañan. Éstas se entienden como acciones insertas en marcos relacionales de sentido y significación compuestas por mecanismos, lógicas y patrones de interacción desplegados en su dinámica colectiva y situacional. En esta sección del artículo se describirán las estrategias teórico-metodológica y analíticas que son utilizadas para el ejercicio interpretativo de las violencias de represión y resistencia más significativas para las asambleas opositoras a los parques eólicos.

2.1. Enfoque teórico

Para explorar los temas centrales de la investigación se articularon dos componentes teóricos, uno sociológico y otro de alcance medio. El componente de la teoría sociológica contemporánea proviene de las propuestas de Wieviorka (2003; 2014), Tilly (2003), Joas (2005) y Collins (2008) quienes invitan a recuperar la subjetividad desplazada de los marcos analíticos tradicionales. Estas propuestas para el estudio de la violencia comparten una postura crítica frente a las miradas que enfatizan las condiciones estructurales que la generan, considerándola como consecuencia de la crisis y la desorganización social o política. También se distancian de la acción racional que entiende la violencia de manera instrumental -es decir, como un medio que está orientado a fines específicos-; y de la visión que la asume como parte de una cultura que predispone a miembros de una familia, grupo, comunidad o sociedad más que a otras para actuar con violencia. Si bien estos autores provienen de diversas tradiciones del pensamiento sociológico, coinciden en la necesaria construcción de un enfoque alternativo de la violencia que, centrado en la interacción, devele su carácter relacional, los patrones y mecanismos propios a su dinámica colectiva, el carácter subjetivo y simbólico que reviste.

En concordancia con esta postura, en esta investigación se recuperaron elementos particulares de cada propuesta para conformar un enfoque propio, teniendo como eje central el trabajo de Charles Tilly (2003). Este autor, desde la sociología histórica y la teoría de movilización de recursos, sostiene que: “La violencia colectiva, es una forma de política contenciosa. Cuenta como contenciosa porque los participantes están haciendo reclamos que afectan los intereses de cada uno. Cuenta como política porque las relaciones de los participantes con los gobiernos están siempre en juego” (26).11 A partir de ello se conformó un corpus teórico para indagar las particularidades de la violencia en el marco de los conflictos por los parques eólicos a nivel microsocial y explorar su dimensión experiencial, subjetiva y situacional.

De Hans Joas (2005) se adoptó como premisa el carácter creativo de la acción humana de donde se sostiene que las experiencias de violencia conllevan un efecto creador de identidad.12 Tales experiencias generan un cambio identitario en los actores pues transforman la “imagen de si” en el plano de los valores y sus límites trazados simbólicamente pues “como todas las experiencias extraordinarias, las experiencias de la guerra y de la violencia van per definitionem más allá de los marcos interpretativos de la vida cotidiana. Las experiencias necesitan, no obstante, ser reintegradas en el patrón de la interpretación cotidiana” (Joas, 2005: 37). Lo anterior se complementó con los postulados de Michel Wieviorka quien precisa los procesos de subjetivación y desubjetivación, la pérdida y reconstitución de sentido asociados a las experiencias de violencia. Su planteamiento reformula la noción contemporánea de sujeto que lo asume como uno liberado, emancipado, en resistencia, autoconstruido y beligerante pues para Wieviorka13 “el sujeto de la violencia no es en si mismo una figura que pueda ser necesariamente estabilizada o controlada” (2014: 61) por lo que no es posible definir una idea de sujeto “de una vez y para siempre” (61). De manera más adecuada, para este autor se debe precisar la “idea de un proceso en el que el significado inherente o contenido en la violencia, cambia tal como la subjetividad del actor” (Wieviorka, 2014).14 Finalmente, el enfoque de la investigación se complementa con la propuesta de Randall Collins (2008) quien inserta el componente emocional inherente a la violencia, pues desde el interaccionismo simbólico la asume como un proceso situacional conformado por un campo emocional de tensión y miedo. Para él, dentro de los contornos de las situaciones violentas se da forma a las emociones y actos de los individuos lo que determina que tipos de violencia pasarán, cómo y cuándo.

Por medio de los planteamientos señalados fue posible contar con un marco teórico consistente para atender la configuración situacional de la violencia en procesos de conflicto y abordar los procesos de subjetivación y desubjetivación que los acompañan. Lo anterior se complementó con propuestas de alcance medio que sitúan los fenómenos de la violencia en espacios locales y regionales históricamente constituidos, insertos en dinámicas y procesos globales.

Para ello, se recuperaron los trabajos de Comaroff y Comaroff (2009), Desmond Arias y Goldstein (2010) y Pansters (2012) que discuten aspectos inherentes a la modernidad, la democracia, lo legal/ilegal y el orden económico mundial en su asociación con las violencias en lo local. En concordancia con las teorías sociológicas señaladas, estos autores provenientes de diversos campos disciplinares, dirigen una crítica a la visión normativa dominante que interpreta las violencias en países en “vías de desarrollo” como un fallo inherente a los mismos. Para estos autores, tales violencias se articulan con formas de desigualdad social y económica, relaciones de poder y dominación insertas en procesos globales que adquieren características particulares a nivel local. Postulan la necesaria aplicación de un enfoque histórico para desentrañar la presencia de distintas formas de la violencia en los procesos de conformación e instauración de los regímenes políticos. También, las asumen como prácticas disímiles que trascienden la dicotomía legal/ilegal pues se vinculan con condiciones particulares del orden local configurado por subjetividades políticas, patrones de interacción, relaciones causales y mecanismos relacionales.

Desde el pensamiento poscolonial, Comaroff y Comaroff (2009: 18) sostienen que a la actual paradoja compuesta por la “geografía de la violencia” y las “cartografías del desorden” subyace una relación de “compleja colaboración” entre actores e intereses de países del Norte con los del Sur. En este sentido indican que “resulta evidente que la liberalización y la democratización no han eliminado las oligarquías a la antigua usanza. Simplemente han modificado los recursos y la retórica a su disposición”. Enfatizan la estrecha articulación entre las economías del norte basadas en la extracción y las “economías en vías de desarrollo” a las que recurren aprovechando sus flaquezas y de manera concomitante, condenan desde una visión normativa. El trabajo de estos autores expone por medio de diversos ejemplos “cómo el respetable comercio metropolitano obtiene ganancias evitando los riesgos y la mácula moral del comercio ilegal “al sur de la frontera”” (29).

En este tenor, Desmond Arias y Goldstein (2010: 4) elaboran su propuesta de “pluralismo violento” como una conceptualización alternativa de la política en América Latina que reconoce “la naturaleza plural de sus regímenes de gobierno actuales” y busca “entender cómo la violencia afecta la práctica política y la subjetividad, y la forma en que sigue siendo un instrumento de dominio político y resistencia.” Esta perspectiva se asume como histórica y dialéctica e indaga las múltiples conexiones entre violencia y política, gobierno y acción política, en el marco de los regímenes democráticos considerando la gama de actores que intervienen en estos procesos quienes operan tanto dentro como fuera del marco de la ley.

La propuesta de Wil G. Pansters, elaborada para el caso de México, fue relevante para esta investigación. Coincide con la necesaria historización de las violencias en el proceso de construcción del Estado a nivel local y regional, pues supone imprescindible atender su articulación con la coerción, la inseguridad y el crimen. Desde el pensamiento neogramsciano, el autor realiza una propuesta analítica que combina zonas de coerción y hegemonía en un diagrama con cuatro ejes que crea campos que comprenden formas de violencia particulares y en cuyo centro encontramos, las zonas grises de la violencia en México15. Para la investigación desarrollada, se recuperó esta visión sobre el proceso de construcción del estado posrevolucionario en lo local y regional pues ello configura los órdenes políticos y sociales donde se montan los conflictos por los proyectos de energía eólica.

Del corpus teórico descrito en esta sección, se conformó la mirada de esta investigación para indagar las violencias asociadas a los actuales conflictos por los parques eólicos insertos en regímenes políticos históricamente constituidos.

2.2. Estrategia metodológica

El enfoque teórico anteriormente señalado se complementa con una estrategia metodológica para abordar los casos de estudio compuesta por dos dimensiones: una de aproximación a la información documental; y otra para la recolección y análisis de material empírico. Esta estrategia tiene como núcleo central el método de análisis cualitativo comparativo que asume los procesos como totalidades socialmente significativas y cuenta con tres preceptos básicos: 1) la cuidadosa selección de los casos, 2) contrastación sistemática de diferencias y similitudes, 3) necesidad de equivalencia entre las variables (Ariza, 2009). Este método permite atribuir un peso significativo al contexto de comparación, combinar distintos niveles analíticos y de observación pues “procura rastrear un conjunto de condiciones particulares que deben combinarse para que se produzca el efecto en cuestión”. Siguiendo estas consideraciones, para la investigación se diseñó un modelo de máxima similitud o variación concomitante que “contempla una serie de factores intersistémicos comunes que fungen como elementos de control y un conjunto reducido de variables disímiles o desconocidas que constituirán las diferencias intersistémicas” (Ariza, 2009: 59). Dadas sus características y potencialidades, este enfoque metodológico fue apropiado para los objetivos trazados, pues permitió definir un conjunto de variables comunes a ambos casos de estudio en el plano conceptual y socio-histórico a nivel regional. Igualmente permitió indagar en las particularidades experienciales, socialmente significativas y empíricamente diferenciadas que fueron rastreadas por medio de la información recabada.

La estrategia metodológica se integró por dos dimensiones (Figura 1), la primera operacionalizó las proposiciones teóricas y recuperó las semejanzas entre los casos de estudio a través de tres ejes: marco socio-histórico, conflictividad eólica y violencias. Si bien en distintos momentos de la investigación se hizo énfasis en uno u otro estos ejes únicamente adquieren sentido en su complementariedad. A continuación, se precisan sus principales elementos.

Fuente: elaboración propia.

Figura 1 Estrategia metodológica de análisis cualitativo comparativo de máxima similitud o variación concomitante 

Por marco socio-histórico se entiende la articulación entre historias, procesos y patrones relacionales en el contexto de un régimen político y social particular. Para su reconstrucción, fue necesario recabar datos historiográficos provenientes de la literatura especializada por lo que se compone principalmente por información documental. Sin embargo, dicho eje estuvo presente en las indagatorias en campo pues se buscó obtener en voz de los informantes los momentos más significativos en su historicidad como pueblos. El eje estuvo constituido por tres variables: subjetividad étnica, territorialidad y régimen político, las cuales se descomponen en un conjunto de sub-variables que aportaron densidad a sus contenidos. Para su reconstrucción se realizaron tres aproximaciones sucesivas observando la relación entre repertorios de la violencia y conflictos por la tierra y la naturaleza en la microrregión de estudio. Estas aproximaciones comprenden tres periodos, donde se identificaron los repertorios de rebelión, resistencia y represión: el periodo colonial, del México independiente y el posrevolucionario. Por este medio se realizó un bosquejo histórico del contexto que constituye una matriz de sentido y significación, define subjetividades políticas y repertorios de la violencia a la vez que configura las condiciones de posibilidad para los actuales conflictos por los parques eólicos.

El segundo eje es la conflictividad eólica. Se define como las controversias derivadas por las formas de apropiación y acceso de la tierra y la naturaleza en las sociedades contemporáneas. Remite a la confrontación de significaciones y valoraciones sobre las mismas e igualmente a procesos de política contenciosa. Este eje que caracteriza los conflictos por los parques eólicos en San Dionisio del Mar y en Juchitán de Zaragoza se compone por seis variables: proyecto eólico (características), actores del conflicto, trayectoria del conflicto (fases), interpretaciones sobre el conflicto (narrativas) y discursos sobre el conflicto (público y oculto).

En el último eje, violencias, se propuso una definición operativa para indagar las experiencias de represión y resistencia vividas en los conflictos estudiados, que se han definido como: aquéllas que emergen en el marco de una relación conflictual entre colectividades; consisten en la posibilidad, real o sentida, de hacer daño a personas o bienes materiales diversos mediante el uso de la fuerza. Esta definición operativa establece elementos mínimos para indagar repertorios de la violencia que implican el plano físico (como enfrentamientos, golpizas, bloqueos, etc.); así como esas acciones que, sin llegar a lo físico, generan tensión emocional y consecuencias reales en sus receptores (amenazas, vigilancia, acoso, etc.). Al interior de este eje se distinguen tres variables, con sus correspondientes sub-variables: repertorios de resistencia y represión (tipos, recursos, actores, recursos); experiencias de violencia (tipo, reconstrucción de eventos, sentimientos y emociones, corporalidad); y procesos de subjetivación y/o desubjetivación (discursos, prácticas, sentimientos y emociones, reinterpretaciones y cambios).

La segunda dimensión de la estrategia metodológica utilizada se orientó a la recopilación de material empírico por medio de una estrategia de triangulación intramétodo (Denzin y Lincoln, 2012), que combinó las siguientes herramientas: entrevista semi-estructurada (tres cuestionarios, uno por tipo de actor), observación etnográfica y análisis de material audiovisual. La integración de estas fuentes de información permitió reconstruir imágenes evocativas de las experiencias de violencia más significativas para los integrantes de las asambleas en ambos conflictos que se oponen a los parques eólicos. Por medio de estos instrumentos, se obtuvo un total de 28 entrevistas con actores clave de ambas localidades, 14 en Juchitan de Zaragoza y 14 en San Dionisio del Mar;16 un diario de campo con notas sobre las visitas a ambas localidades; 3 películas documentales y 32 videos de YouTube.

El trabajo de campo que llevé a cabo en las localidades de Juchitán de Zaragoza y San Dionisio del Mar fueron 3 visitas, realizadas entre el 1 julio del 2014 y el 15 de agosto del 2015. Busqué, primero, recuperar eventos y escenarios de violencia significativos para los actores en conflicto, y posteriormente, identificar las transformaciones generadas a nivel de la subjetividad individual y colectiva. La información obtenida es resultado de mi acceso al espacio político local y su composición cualitativamente distinta. Mi acceso a informantes claves en Juchitán de Zaragoza se caracterizó por ser más flexible, en cambio tuve que llegar acompañada por aliados de la APPJ a San Dionisio del Mar. Por características propias a su composición urbana, Juchitán de Zaragoza ofrece mayores posibilidades para el establecimiento de vínculos, deliberados o fortuitos, con actores claves que se refleja en las diferentes adscripciones políticas de los entrevistados. En San Dionisio del Mar, por razones ya mencionadas, las personas entrevistadas pertenecían en su mayoría a la red de la AGPSDM. Las condiciones disímiles entre ambas localidades presentaron caminos diferenciados de acceso a informantes, pues en cada una de las visitas a campo encontré escenarios que marcaron posibilidades y limitaciones para la obtención de información.

Por otro lado, la información audiovisual referente a los conflictos y eventos de violencia ocurridos fueron mayoritariamente registrados in situ y “subidos” en sitios web por actores del conflicto. Este material registra su visión sobre estos procesos en función de la posición que ocupan en la trama conflictual, por lo que son relevantes para un trabajo interpretativo.17 En este sentido, YouTube es un repositorio de información sobre los conflictos analizados y contiene películas documentales y videos testimoniales significativos. Esta información fue obtenida y recolectada principalmente a través de trabajo de escritorio.

2.3. Estrategia analítica

El análisis de la información recopilada por medio de las herramientas aplicadas partió de un conjunto de consideraciones derivadas del enfoque teórico de la investigación. La primera consideración remite a la temporalidad de los eventos de violencia, pues ocurren dentro de un continuo que se extiende a lo largo del conflicto, encadenándose también con eventos contenciosos. La segunda reconoce el carácter político de la violencia en estos procesos al insertarse en el curso de la acción política, no ocurren fuera de ella o la niegan (Tilly, 2003), por lo que entrañan mensajes, discursos y significados que los actores desde sus posiciones diferenciales interpretan a través de un diálogo simbólico. La tercera consideración identifica la “intersección de la biografía y la historia”, esto es, las “interconexiones” entre las “experiencias vividas” a nivel individual y colectivo. Desde esta perspectiva, se exploró “la variedad de relaciones y significados” creados en torno a la violencia que irrumpe el continuo de la vida cotidiana y la experiencia conflictual (Auyero, 2004). La última se refiere a los “receptores” y “ejecutores” de la violencia, pues ambos se asumen como sujetos que construyen sentidos y significaciones a partir de las experiencias vividas así; como también pasan por procesos de subjetivación a nivel individual y colectivo, tal como Wieviorka (2014) sostiene.

A partir de estas consideraciones, realicé un ejercicio interpretativo de la información obtenida, con el fin de reconstruir las trayectorias de los conflictos por los parques eólicos en San Dionisio del Mar y Juchitán de Zaragoza. En él se buscó generar un meta-relato de los escenarios de violencia, que emergieron en el marco de cada conflicto recuperando la voz de quienes los vivieron como integrantes de las asambleas opositoras a los parques eólicos y fueron a la vez receptores de la violencia de represión y ejecutantes de la violencia de resistencia. Esta dualidad experiencial a lo largo del conflicto remite a la articulación de repertorios, contenciosos y violentos. Cabe señalar que los casos analizados se mantuvieron predominantemente en el plano de la negociación por medios relativamente pacíficos, antes que los eventos de violencia acaecieran. Sin embargo, éstos fueron el objeto central de esta investigación, pues condensan múltiples planos de significación que debían ser explorados.

Para trazar las trayectorias de los conflictos se recurrió a la “unidad narrativa” de escenario (Coffey y Atkinson, 2003). Esto requirió identificar aquellos eventos de violencia recurrentes y relevantes para quienes lo vivieron y reconstruirlos mediante la información obtenida. Previo a la exposición de los escenarios de violencia en ambos conflictos, se definió un conjunto de elementos explicativos de su emergencia que funcionaron como puentes entre el marco socio-histórico y el ámbito de la subjetividad. Éstos fueron: subjetividades políticas y desigualdad, opacidad en la implementación de los proyectos eólicos, procesos organizativos locales y repertorios de la violencia. A partir de ellos, se reconstruyó la trayectoria de cada conflicto, recuperando los escenarios más significativos en cada una de las etapas en las que fueron divididos. Cada etapa contiene escenarios de violencia ocurridos en cada caso de estudio que respondieron a cambios estratégicos en la posición de las asambleas opositoras a los parques eólicos. Se ilustró su articulación con repertorios contenciosos o no violentos en la trayectoria del conflicto por medio de una representación gráfica, con el fin de visibilizar su diálogo constante (Gráfica 1).

Fuente: elaboración propia con base en la información recabada.

Gráfica 1 Articulación de repertorios violentos y contenciosos en la trayectoria del conflicto por el parque eólico Mareña Renovables 

Tras el análisis de la información, inició el siguiente momento del proceso investigativo, la escritura de los escenarios. Este paso crucial requiere “ejercer un grado de selección y control sobre la forma en que escribimos y que representamos” (Coffey y Atkinson, 2003). Para representar las experiencias de violencia y recuperar la voz de los sujetos que las vivieron, seguí la invitación de Cristina Rivera Garza (2013) para reconocer el carácter relacional y colectivo del texto final que las articula. Por ello, en la escritura de los escenarios de violencia de cada uno de los conflictos realicé un intento de desapropiacion de la narrativa final, que resulta ser un documento colectivo que “genera, distribuye y archiva la voz alterada: la voz del otro”. Así practique una curaduría textual en la que enlacé frases individuales y/o fragmentos para conformar una narrativa del nosotros. Tal como Rivera refiere, este trabajo de reescritura “es el tiempo del hacer sobre todo con y en el trabajo colectivo, digamos, comunitario e históricamente determinado, que implica volver atrás y volver adelante al mismo tiempo: actualizar: producir presente” (Rivera Garza, 2013: 267).

3. Experiencias en contraste

En esta sección del artículo expondré los principales resultados, que se obtuvieron tras el análisis cualitativo comparativo de la información recopilada. La reconstrucción de los escenarios y experiencias de violencia en los conflictos eólicos analizados requirió de un minucioso proceso para generar un meta-relato colectivo, que fuera lo suficientemente revelador y evocativo de los elementos que los configuran. En las próximas páginas se muestra en la voz de las asambleas Ikojt y Binnizá componentes centrales del orden político, social y relacional donde se insertan; así como las significaciones y los sentidos sociales atribuidos a la violencia que detonan procesos de constitución de subjetividades políticas individuales y colectivas.

Mediante el análisis interpretativo fue posible identificar algunas semejanzas sustantivas entre los dos casos de estudio, en términos de la composición de las experiencias y escenarios de violencia. La primera de ellas es la dualidad experiencial de los sujetos que las vivieron durante el trayecto del conflicto como integrantes de las asambleas opositoras, las cuales fueron tanto ejecutores de la violencia de resistencia como receptores de la represiva. Para los miembros de la AGPSDM y de la APPJ haber participado en las experiencias colectivas, reales y situacionales, de la lucha por medio de los repertorios de resistencia -ya sean enfrentamientos, piedradas (enfrentamientos con el uso de piedras), retención de maquinaria o bloqueo de caminos- fueron fundamentales para la definición de su subjetividad beligerante, la construcción y expresión de una imagen de sí. Igualmente, la sensación de miedo generada por los repertorios de represión recibidos de parte de distintos actores y profesionales de la violencia contribuyó a afianzar esa subjetividad a nivel individual y colectivo. El hilo conector de estas experiencias opuestas es la sensación de fortaleza, que detonan desde donde se confirma y refuerza el compromiso y sentido de la lucha. Para los miembros de las asambleas Ikojt y Binnizá, esta dualidad experiencial generó un proceso de subjetivación que derivó en una forma distinta de entenderse a sí mismos como pueblos, actores políticos individuales y colectivos.

La segunda semejanza se encuentra en la conformación situacional de los repertorios de resistencia y represión. Sobre los primeros, vale decir que emergen en el aquí y ahora conflictual como quiebres situacionales en la composición de las interacciones entre los actores presentes en el escenario. En ellos, acciones contingentes, sensaciones, emociones, torpezas o incomunicación se instituyen como potenciales detonantes de la violencia. Su carácter irruptor en escenarios donde confluyen el sentido de pertenencia, la actitud beligerante y el componente performativo de este tipo de repertorios representan elementos sustantivos que le atribuyen sentido y significación a la violencia colectiva.

Con respecto a los repertorios de represión, es fundamental atender al perfil de los actores que las ejecutan, pues en función de ello adquieren matices relevantes. En el caso de la microrregión lagunar, los miembros de las asambleas identifican, principalmente, los siguientes ejecutores: la empresa (ya sea Mareña Renovables o Gas Natural Fenosa), los profesionales de la violencia contratados a sueldo (pistoleros, golpeadores o sicarios), el Estado, (entendido como el gobierno local y la policía estatal) y grupos de poder (priistas en el caso de San Dionisio del Mar y caciques o lí́deres polí́ticos en el caso de Juchitán de Zaragoza). En el caso de las empresas eólicas, destaco que, tal como sostuvo en entrevista el abogado juchiteco quien trabaja para ellas, su intervención es guiada por “un código de conducta” -éste en lo formal delimita su acción bajo criterios morales y normativos. Lo anterior obedece a que, en el ámbito empresarial internacional, el uso de los repertorios de la violencia como mecanismo para facilitar la inversión es “moralmente” condenado, pues están en el negocio de ganar dinero no de asesinar personas. Así, es posible comprender que la amenaza, coerción e intimidación prevalecen como los principales repertorios de represión, en lugar de otros como el asesinato. Esto otorga centralidad a la capacidad dramática de tales repertorios como inhibidores del disenso. En contraste con este discurso público empresarial, en lo local es posible identificar expresiones de un discurso oculto que guía su intervención por otros caminos, tales como la corrupción, el soborno y la violencia.

La presencia de especialistas encargados de ejecutarlos tiene como principal objetivo exacerbar este sentido dramático a ojos de los receptores. Especialmente cuando son asociados a grupos del crimen organizado, como los sicarios. Al conducir sus acciones por medio de códigos de conducta ajenos al ámbito moral y normativo de lo “legal”, estos profesionales despiertan entre los receptores un sentimiento de vulnerabilidad y desprotección institucional. El hecho de que las amenazas dirigidas en contra de los miembros de las asambleas opositoras a los parques eólicos no se hayan concretado en homicidios o desapariciones, con excepción del caso del señor Regalado sobre cuya muerte existen versiones encontradas, refuerza la idea de la participación oculta de los grupos empresariales.18

Por otro lado, la ejecución de la violencia de parte del Estado y los grupos tradicionales de poder se expone como parte constitutiva del orden político y económico local, siendo una violencia institucionalizada con patrones de interacción e interlocución claramente definidos. De ello se desprende otro elemento común a ambas experiencias conflictuales pues exponen la debilidad institucional, municipal y estatal, que se muestra permisiva a la ejecución de los repertorios de la violencia venidos de otros actores armados. Lo anterior revela su inhabilitación como instancia reguladora y resolutiva de las controversias por la tierra y la naturaleza derivadas de la implementación de los megaproyectos eólicos en territorios indígenas. Igualmente exponen cómo este entramado institucional, operado bajo una lógica autoritaria de gobierno reproductora de la desigualdad, favorece tanto la emergencia de los conflictos como su conducción por caminos ajenos a ese ámbito, como son los de la violencia.

Como resultado de este análisis comparativo, es importante apuntar algunas diferencias encontradas en las experiencias y escenarios de violencia propios a cada conflicto. La primera diferencia sustantiva entre ambos casos de estudio se relaciona con la configuración del orden político local, que remite a la estructura de poder subyacente y deriva en una composición particular de los repertorios de la violencia. Si bien tanto en San Dionisio del Mar como en Juchitán de Zaragoza, la violencia de resistencia con la que ambos conflictos iniciaron manifestó la existencia de subjetividades políticas no dominantes, que reclamaban ser reconocidas e interpelaron a la estructura particular del poder local. En el caso de San Dionisio del Mar, existe una élite política priista que activó sus mecanismos de control ante la emergencia del disenso, que no lograron tener efectividad alguna ante el sentimiento colectivo de agravio y la identidad beligerante conformada en la lucha. En Juchitán de Zaragoza, la subjetividad emergente no se consolidó, porque la estructura de poder local en la que se insertan actores de diverso perfil con posibilidades de acción coercitiva activaron sus mecanismos de control para pulverizarla. De tal suerte, la APPJ quedó atrapada en un fuego cruzado que poco a poco minó su potencial beligerante.

Otro elemento diferencial se relaciona con el componente mítico asociado a las violencias vividas. En el caso de San Dionisio del Mar es determinante en su significación e interpretación entre los miembros de la AGPSM. En su mayoría consideran que el Santo Patrono del pueblo, San Dionisio Aeropagita, les acompanó en los momentos más difíciles de la lucha contra el proyecto eólico. Esta relación entre lucha y religiosidad emerge en los escenarios de violencia en el marco del conflicto como rememoración de la historia Ikojt de resistencia. Asimismo, esta dimensión mítica estuvo presente en distintos testimonios y es fundamental para la fortaleza que los integrantes de la AGPSDM refirieron sentir en la lucha gracias a la protección que este santo otorgo al pueblo en resistencia pues: “Gracias a Dios y Patrón San Dionisio, nos ha apoyado miles de veces que hemos estado en fuertes problemas ¡piedradas, a machetazos, a palizas!” (05_SD_ASD_H, 2014). Este componente, en el caso de Juchitán de Zaragoza no emergió de manera tan clara en la información obtenida; no obstante, el pueblo Binnizá tiene una fuerte relación con la religión católica. Sin embargo, las interpretaciones de la violencia expuestas por los relatos de los miembros de la APPJ se configuran por medio de otros elementos discursivos elaborados a través de conceptos políticos e ideológicos bastante sofisticados.

Igualmente, emergen diferencias importantes entre ambos casos de estudio con relación a la cualidad liminal de las experiencias de conflicto y violencia vividas. En el caso de San Dionisio del Mar tanto el interés de una empresa trasnacional por invertir en su territorio como el conflicto que le siguió, la experiencia organizativa de la sociedad civil y las violencias fueron eventos atípicos. Se instituyeron como experiencias desubjetivantes en tanto que desestructuraron la imagen que de sí mismo tenía el pueblo Ikojt, a la vez que detonaron un proceso de subjetivación. Esto es, la constitución de una imagen distinta de sí. En este sentido, las experiencias vividas en el marco del conflicto fueron liminales pues desbordaron los límites de lo posible en este orden social, a través de ellas los miembros de la AGPSD devinieron en un sujeto otro, beligerante y trasgresor, que redefinió las nociones de lo moral, lo legítimo y lo colectivo a nivel local. Así se instauró otro modo de ser, de nombrarse y pensarse como sujetos.

Por otro lado, en Juchitán de Zaragoza este proceso de desubjetivación y subjetivación partió de la rememoración de un pasado rebelde vivido intensamente en el marco del movimiento de la COCEI. De algún modo, la beligerancia de los habitantes de la Séptima Sección no derivó necesariamente del conflicto por el parque eólico, sino de procesos de larga data que conformaron subjetividades políticas históricamente constituidas y repertorios compartidos de acción colectiva. En este sentido, las experiencias organizativas y de violencia vividas por los miembros de la APPJ en el conflicto eólico se mantuvieron dentro de los límites trazados por el marco de sentido y de acción política establecidos. Sin embargo, destaca que la forma de vida de los habitantes de la Séptima Sección sigue siendo profundamente contestataria y beligerante en el marco de las sociedades contemporáneas.

Conclusiones

El objetivo de este artículo fue compartir una experiencia de investigación sobre el estudio cualitativo de las violencias actuales en México. En él, se expuso la estrategia teórico-metodológica y analítica, empleada para el análisis comparativo de las violencias de represión y resistencia vividas por los miembros de las asambleas Ikojt y Binnizá opositoras a la construcción de parques de energía eólica en sus territorios. También, se compartió la estrategia escritural empleada para reconstruir los escenarios de violencia y realizar su análisis interpretativo. Por este medio fue posible develar la configuración del orden político y social que les otorga sentido y significación, así como los procesos de subjetivación y desubjetivación derivados de su experiencia.

Como reflexión final, se plantea que, ante la creciente necesidad por explicar y comprender las violencias en el México contemporáneo, es imperativo generar planteamientos teórico-metodológicos que permitan desentrañar los diversos planos y niveles que las componen. Intercambiar experiencias metodológicas y de investigación entre las y los interesados propicia la acumulación de conocimientos y herramientas que paulatinamente favorecerán la consolidación de este campo de estudios. A diferencia de otros, el de las violencias es uno en ciernes que requiere de enfoques innovadores, sujetos a criterios de validez rigurosos, contrastables empíricamente y con resultados consistentes. En este sentido, los planteamientos expuestos en el trabajo buscan contribuir con esta tarea y en especial a los estudios de corte cualitativo.

Agradecimientos

Con profundo agradecimiento a las y los miembros de la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco (APPJ) y la Asamblea General del Pueblo de San Dionisio del Mar (AGPSD), cuyas experiencias inspiran este documento. Al Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (FCPY-UNAM) y al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por los recursos aportados para la realización de esta investigación.

Fuentes consultadas

Ariza, Marina (2009), “Una mirada comparativa a la relacion entre migracion y mercados de trabajo femeninos en el contexto de la globalizacion: el caso del servicio domestico. Notas metodologicas”, en Liliana Rivera Sánchez y Fernando Lozano Ascencio (coords.), Encuentros disciplinarios y debates metodologicos. La practica de la investigacion sobre migraciones y movilidades, Ciudad de México, Porrua, pp. 55-90. [ Links ]

Arteaga Botello, Nelson y Arzuaga Magnoni, Javier (2017), Sociologí́as de la violencia. Estructuras, sujetos, interacciones y acción simbólica, Ciudad de México, FLACSO México, doi: 10.2307/j.ctt21kk19s [ Links ]

Auyero, Javier (2004), Vidas beligerantes. Dos mujeres argentinas, dos protestas y la búsqueda de reconocimiento, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes. [ Links ]

Bailón Corres, J. Moises y Zermeno, Sergio (1987), Juchitan: límites de una experiencia democratica, Cuaderno de Investigacion Social, num. 15, Ciudad de Mexico, UNAM-IIS (Universidad Nacional Autonoma de Mexico-Instituto de Investigaciones Sociales). [ Links ]

Borja Díaz, Marco Antonio (2008), “Oportunidades y retos para el desarrollo eoloeléctrico en México”, Boletí́n IIE, (2), Ciudad de México, Instituto de Investigaciones Eléctricas, pp. 65-72. [ Links ]

Castaneira Yee Ben, Alejandro (2008), “La Ruta Marena. Los Huaves en la Costa del Istmo Sur De Tehuantepec, Oaxaca (Siglo XIII-XXI). Territorios fluidos, adaptacion ecologica, division del trabajo, jerarquizaciones interetnicas y geopolitica huave- zapoteca”, tesis de doctorado, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, Ciudad de México. [ Links ]

Código DH (Comité de Defensa Integral de Derechos Humanos “Gobixha” A. C.) (2014), Rostros de la Impunidad en Oaxaca Perspectivas desde la Defensa Integral de los Derechos Humanos, Oaxaca de Juárez, Código DH. [ Links ]

Coffey, Amanda y Atkinson, Paul (2003), “Escribir y representar”, en Amanda Coffey y Paul Atkinston, Encontrar el sentido a los datos cualitativos. Estrategias complementarias de investigación, Antioquia, Universidad de Antioquia, pp. 128-165. [ Links ]

Collins, Randall (2008), Violence. A Micro-Sociological Theory, New Jersey, Princeton University Press. [ Links ]

Comaroff, Jean y Comaroff, John (2009), Violencia y Ley en la Poscolonia: una reflexión sobre las complicidades Norte-Sur, Barcelona, Katz. [ Links ]

CDI (Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas) (2010a), “Indicadores sociodemograficos de la poblacion total y la poblacion indigena, 2010”, Cédula 130 San Dionisio del Mar, Ciudad de México, CDI. [ Links ]

CDI (Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas) (2010b), “Indicadores sociodemográficos de la población total y la población indígena, 2010”, Cédula 043 Juchitán de Zaragoza, Ciudad de México, CDI. [ Links ]

De la Cruz, Víctor (1983), “Rebeliones indígenas en el Istmo de Tehuantepec”, Cuadernos Polí́ticos, (38), Ciudad de México, Editorial Era, pp. 55-71. [ Links ]

Denzin, Norman y Lincoln, Yvonna (2012), “Introducción general. La investigación cualitativa como disciplina y como práctica”, en Norman Denzin e Yvonna Lincoln (comps.), Manual de Investigación Cualitativa, vol. 1, El campo de la investigación cualitativa, Barcelona, Gedisa, pp. 43-101. [ Links ]

Desmond Arias, Enrique y Goldstein, Daniel M. (2010), “Violent Pluralism: Understanding The New Democracies of Latin America”, en Enrique Desmond Arias y Daniel Goldstein (eds.), Violent Democracies in Latin America, Durham, Duke University Press, pp.1-34, doi: 10.1215/9780822392033 [ Links ]

Diego, Roberto (2014) “Enfoques institucionales y sociales para comprender la lucha de San Dionisio del Mar en la defensa de su territorialidad y autonomia”, en Federico Novelo Urdanivia (coord.), Instituciones y desarrollo, Ciudad de México, Excelencia Gráfica/UAM-X CSH, pp. 589-621. [ Links ]

Gottsbacher, Markus y De Boer John (2016), Vulnerabilidad y violencia en América Latina y el Caribe, Ciudad de México, Siglo XXI/ Universidad de las Naciones Unidas (UNU)/Proyectos Estratégicos Consultoría (PEC)/Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC) de Canadá. [ Links ]

Howe, Cymene y Boyer, Dominic (2016), “Aeolian Extractivism and Community Wind in Southern Mexico”, Public Culture, 28 (2), Durham, Duke University Press, pp.215-235. [ Links ]

Howe, Cymene; Boyer, Dominic y Barrera Edith (2015), “Los márgenes del Estado al viento: autonomía y desarrollo de energías renova-bles en el sur de México”, The Journal of Latin American and Caribbean Anthropology, 20 (2), Nueva Jersey, John Wiley & Sons Inc, pp. 285-307. [ Links ]

Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) (2016), “Principales resultados de la Encuesta Intercensal 2015 Oaxaca”, Aguascalientes, Inegi, <https://acortar.link/us6VU0 >, 25 de octubre de 2016. [ Links ]

Joas, Hans (2005), Guerra y Modernidad. Estudios sobre la historia de la violencia en el siglo XX, Barcelona, Paidos. [ Links ]

Juárez-Hernández, Sergio y León, Gabriel (2014), “Energía eólica en el istmo de Tehuantepec: desarrollo, actores y oposición social”, Revista Problemas del Desarrollo, 45 (178), Ámsterdam, Elsevier, pp. 139-162, doi: 10.1016/S0301-7036(14)70879-X [ Links ]

Kolektivo KoLibrI (2013), Somos Vientos. Resistencia en el Istmo de Tehuantepec, YouTube, 9 de abril de 2013, <https://acortar.link/62JCzw >, 6 de noviembre de 2021. [ Links ]

Leff, Enrique (2004), Racionalidad ambiental, la reapropiación social de la naturaleza, Ciudad de México, Siglo XXI. [ Links ]

Mejía, Carrasco Evelyn (2017), “Violencia y sociedad civil en conflictos por la naturaleza en territorios indígenas”, en Carlos Chavez Becker y Bruno Lutz (coords.), Sociedad Civil Rural en Mexico, Ciudad de México, UAM-X, pp. 311-334. [ Links ]

Miano Borruso, Marinella (2002), Hombre, mujer y muxe’ en el Istmo de Tehuantepec, Ciudad de México, PyV / Conaculta / INAH (Plaza y Valdés/Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Instituto Nacional de Antropología e Historia). [ Links ]

Pansters, Wil G. (2012), “Zones of State Making: Violence, Coertion and Hegemony in Twentieth-Century Mexico”, en Wil G. Pansters, Violence, Coertion, and State-Making in Twentieth-Century Mexico. The Other Half of the Centaur, Stanford, Stanford University Press, pp. 3-39. [ Links ]

PNUD México (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) (2010), Informe sobre Desarrollo Humano de los Pueblos Indí́genas en Mexico. El reto de la desigualdad de oportunidades, Ciudad de México, PNUD-México/Producción creativa. [ Links ]

Rivera Garza, Cristina (2013), Los Muertos Indóciles: necroescrituras y desapropiación, Ciudad de México, Tusquets. [ Links ]

Rubin, Jeffrey (2001), “Ambigüedad y contradicción en un movimiento radical popular”, en Arturo Escobar, Sonia Álvarez y Evelina Dagnino (eds.), Polí́tica cultural y cultura polí́tica. Una nueva mirada sobre los movimientos sociales latinoamericanos, Bogotá, Taurus/ICANH. [ Links ]

Smith, Benjamin (2009), Pistoleros and Popular Movements. The Politics of State Formation in Postrevolutionary Oaxaca, Londres, University of Nebraska Press. [ Links ]

Tilly, Charles (2003), The Politics of Collective Violence, Nueva York, Cambridge University Press. [ Links ]

Tutino, John (1980), “Rebelión indígena en Tehuantepec”, Cuadernos Polí́ticos, (24), Ciudad de México, Editorial Era, pp. 89-101. [ Links ]

Wieviorka, Michel (2014), “The Sociological Analysis of Violence: New Perspectives”, The Sociological Review, 62 (2 suppl.), Lancaster, Sage Publications, pp. 50-64, doi: 10.1111/1467-954X.12191 [ Links ]

Wieviorka, Michel (2003), “Violence and the Subject”, Thesis Eleven, 73 (1), Lancaster, Sage Publications, pp. 42-50, doi: 10.1177/0725513603073001003 [ Links ]

Entrevista

05_SD_ASD_H (2014), “Guía de entrevista a miembros de la asamblea”, [Presencial], San Dionisio del Mar, 23 julio de 2014. [ Links ]

1En la región del Istmo de Tehuantepec confluyen municipios de diversos estados del sureste mexicano: 33 del sur de Veracruz, 5 de Tabasco, 10 del norponiente de Chiapas y 40 del sureste de Oaxaca. La subregionalización mas basica la divide en: norte (sur de Veracruz), centro (selvas mixes y zoques) y sur (planicie de Juchitan y Sistema Lagunar Huave). La investigación se realizó en esta última.

2La definición de repertorio es parte de la propuesta de Charles Tilly (2003), que estudia la acción colectiva en procesos de política contenciosa. Este concepto refiere que en el marco de los regímenes políticos los actores disponen de un número limitado de actuaciones que proveen a la acción política de escenarios aproximados para la interacción; y constituyen registros de la memoria y puntos de quiebre para la lucha colectiva que ocasionalmente pueden toman un giro violento. En la sección metodológica de este artículo se precisa cómo se operacionalizó este concepto para el estudio de las violencias en el marco de los conflictos estudiados. Vale decir que uno de los ejes de investigación, marco socio-histórico, recuperó la historicidad de los conflictos por la tierra y la naturaleza en la región, así como los repertorios de la violencia que les acompañaron. Por medio de la literatura se identificó que tales eventos ocurrieron en Juchitán de Zaragoza impulsados por la disputa sobre la grana cochinilla, la sal, los bosques y la tierra y se acompañaron por repertorios de la violencia de rebelión, represión y resistencia. Estos conflictos se remontan a los años 1834, 1870, 1881, 1931 y 1981 (véase a De la Cruz (1983) y Tutino (1980)).

3La COCEI nació en Juchitán de Zaragoza en el año de 1974. Surgió de la mano de un grupo estudiantil, inspirado por el pensamiento marxista de la época. La COCEI enarbolaba la lucha por la tierra y encontraba en el campesinado local, los trabajadores y el magisterio sus principales aliados.

4En 1992, se reformaron el artículo 27 constitucional y la Ley Agraria, esto es el comienzo de la desarticulación del ejido y su privatización Las reformas a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (1992), su Reglamento (1993 y 1997) y la aprobación de la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética (LAERFTE) (2008) establecieron las pautas para el ingreso de particulares en la generación de energía. Estas modificaciones se instrumentaron por medio de la Secretaría de la Reforma Agraria y la Procuraduría Agraria, a través del Programa de Fomento a la Inversión Pública y Privada en la Propiedad Rural (FIPP) y el Programa de Certificación de Derechos Agrarios (PROCEDE) y la Secretaría de Energía (SENER).

6San Dionisio del Mar es uno de los municipios Mareños. Constituido por 6 localidades con un total de 5098 personas, 50.6% hombres y 49.4% mujeres. El 78.4% del total de la población se considera indígena y presenta un grado de marginación muy alto (CDI, 2010a). La propiedad de la tierra es comunal y la mayor parte de la población vive de la pesca artesanal.

7Es habitado por 74,825 personas, de los cuales el 51.6% son mujeres y el resto (48.4%) hombres. Poco más del 57% de la población mayor de 5 años es hablante de lengua indígena y tiene un grado de marginación medio. El 12.67% de la población mayor de 15 años es analfabeta y el grado promedio de escolaridad es de 8.13 años (CDI, 2010b). Cuenta con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0.6987 (PNUD México, 2010), el más alto en comparación con el resto de los pueblos indígenas mexicanos. Las tierras comunales de Juchitán abarcan los municipios de Unión Hidalgo, Espinal y Santa María Xadani y de las agencias de Chicapa de Castro y La Ventosa con un total de 68,112.54 hectáreas. Administrativamente, comprende cinco Agencias municipales, La Ventosa, La Venta, Chicapa de Castro, Álvaro Obregón y Santa María del Mar, y dos agencias de policía, Emiliano Zapata y Playa San Vicente.

8Para más información sobre la trayectoria del conflicto desde la perspectiva aquí planteada, consúltese a Mejía Carrasco (2017).

9 Tilly (2003) define a estos actores como aquellos que controlan los medios para infligir daño en personas y objetos, cuentan con habilidades para utilizarlos, operan bajo una dinámica propia y desempeñan su labor fuera del espacio gubernamental, aunque muchas veces gozan de su protección. En el texto se hará referencia a los especialistas o profesionistas de la violencia bajo este entendido.

10Los miembros de la APPJ reconocen a diversos especialistas de la violencia que tienen distintos niveles: sicarios asociados a grupos criminales que operan en otros estados y ocasionalmente trabajan en la zona del Istmo, sicarios que operan a nivel regional y los golpeadores o porros con presencia local.

11La cita a Tilly ha sido traducida por la autora (N. del E.).

12A partir del enfoque creativo, sostiene Joas que “[…]se debe analizar el carácter intencional de la acción humana, la corporeidad específica y la socialidad originaria de la capacidad humana para la acción. Las tres dimensiones […] son esenciales para la comprensión de la multiplicidad de las acciones individuales, y con más razón aún para una reconstrucción adecuada de los procesos dinámicos de la acción colectiva” (2005: 256).

13Las citas a Wieviorka que aparecen en el artículo han sido traducidas por la autora (N. del E.).

14A partir de ello Wieviorka propone una tipologia que combina sujetos, subjetividades y formas específicas de la violencia: el sujeto flotante, el hiper-sujeto, el no-sujeto y el anti-sujeto, entre otros; en ellos se observan distintas combinaciones y procesos de subjetivacion/desubjetivacion por lo que un sujeto puede transitar entre distintos tipos de violencia.

15Para Pansters la noción de hegemonía permite superar el debate entre fuerza y violencia de dos formas: “[…] primero, la hegemonía opera como una concepción “expandida” del (campo de) el estado, y segundo, la hegemonía efectiva negocia precisamente con la construcción del consentimiento a la coerción estatal” (2012: 26). Entre las zonas de hegemonía y coerción se ubica la “zona gris” que refiere a espacios “oscuros” donde las “fronteras normativas se disuelven” por lo que se constituyen como zonas de contacto entre actores estatales y no estatales que han tenido “un rol en la formación del estado” a través del uso de prácticas disímiles de violencia y coerción.

16Las entrevistas fueron transcritas en su totalidad y posteriormente analizadas en una base de datos, cada una con el identificador correspondiente compuesto de la siguiente manera: No_Lugar_Organización_Sexo.

17Como parte de su propuesta micro situacional para el estudio de la violencia, Randal Collins (2008) nos invita a explorar las tecnologías actuales como un camino de observación directa de dinámica de las situaciones violentas.

18El 21 de julio de 2013 murio Hector Regalado Jimenez, habitante de Playa Vicente y miembro de la APPJ. La causa de su muerte fue por disparos recibidos en lo que parece ser un enfrentamiento con miembros de la Policia Auxiliar, Bancaria, Industrial y Comercial (PABIC), quienes fueron acompanados por presuntos sicarios. En la investigación se identificaron otras versiones detrás de su muerte por lo que no se pudo constatar si estuvo vinculada con el conflicto por el parque eólico.

Recibido: 09 de Noviembre de 2020; Aprobado: 02 de Agosto de 2021

Evelyn Mejía Carrasco. Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México, México. Actualmente es Investigadora Posdoctoral Conacyt de la Maestría en Ciencia Política en el Instituto de Estudios Políticos Avanzados “Ignacio Manuel Altamirano” (IIEPA-IMA) de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGRO). Pertenece al núcleo académico de la Maestría en Estudios de las Violencias y Gestión de Conflictos de reciente creación de Conacyt, Facultad de Derecho Acapulco, UAGRO. Es Candidata del Sistema Nacional de Investigadores. Sus líneas de investigación son: violencias y subjetividades; pueblos indígenas, etnicidad y relaciones interétnicas; ecología política; metodologías de investigación cualitativa e investigación aplicada; políticas públicas con perspectiva de género. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran: como coautora, “Introducción”, en Gabino Solano Ramírez y Margarita Jiménez Badillo, Sociedad, polí́tica y violencia. Lecciones y desafí́os desde el Pací́fico mexicano, Ciudad de México, Grañen-Porrúa, UAGro (2020); como autora, “Violencia y sociedad civil en conflictos por la naturaleza en territorios indígenas”, en Carlos Chávez Becker y Bruno Lutz (coords.), Sociedad Civil Rural en México, Ciudad de México, UAM-X, pp. 311-334 (2017); en coautoría Cuando leo… cuando escribo… Encuesta sobre prácticas de lectura y escritura de la comunidad estudiantil de la UNAM, Ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México-Coordinación de Difusión Cultural (2019).

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons