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Economía, sociedad y territorio

versión On-line ISSN 2448-6183versión impresa ISSN 1405-8421

Econ. soc. territ vol.11 no.35 Toluca ene./abr. 2011

 

Presentación

 

En la edición número 35 de la revista Economía, Sociedad y Territorio (EST) publicamos ocho trabajos de investigación y dos reseñas de libros. Cuatro artículos abordan temas relacionados con el bienestar social; tres son investigaciones de carácter económico y, uno más, aborda el tema de la vivienda en el municipio de Zinacantepec, Estado de México. Una de las reseñas que acompañan al cuerpo de artículos trata el fenómeno de la urbanización en el noreste mexicano; mientras que la otra, en el ámbito territorial, contempla el tema del crecimiento económico y el desarrollo social, este último muy a tono con el contenido de este número de la revista.

El primer trabajo que presentamos fue elaborado por Dinora Tereza Zuchetti (UFRGS), Eliana Perez Gonçalves de Moura (coordinadora del Grupo de Pesquisa Educação, Cultura e Trábalo–Feevale) y Magali Mendes de Menezes (vicepresidente de asafti), quienes exponen uno de los fenómenos de vinculación social y económica en el que participan amplios sectores de la población trabajadora brasileña, marginados del modelo de economía liberal que fue aplicado en aquel país a finales de la década de los años ochenta, como ocurrió en la mayoría de los países de América Latina, identificado como economía solidaria. Se trata de una forma de acción solidaria, autogestionaria y emprendedora, permeada por formas democráticas de toma de decisiones y la organización de tipo horizontal. En estas experiencias, cuestionadas por algunos intelectuales –afirman sus autoras–, se coloca al sujeto humano como el objetivo y finalidad de la actividad productiva, busca eliminar las desigualdades humanas y difundir los valores de la solidaridad, evitando los mecanismos de exclusión social.

El trabajo "Economia Solidária: uma experiência intercultural" abona el terreno de experiencias novedosas que se llevan a cabo en diferentes lugares de nuestro continente y que, como se confirma en otros artículos que se publican en esta edición de Economía, Sociedad y Territorio, buscan convertir al sujeto humano no solamente en actor sometido a los valores sociales y económicos, dependiente de ellos, sino también entendido como un actor capaz de concebir creativamente sus ideas y de controlar los procesos económicos y orientarlos para mejorar su bienestar personal.

Acerca de la temática del desarrollo humano, presentamos la investigación realizada por José Antonio Rodríguez Martín (Universidad de Granada, España) quien, a partir de los ocho criterios definidos por la Declaración del Milenio de la ONU, que buscan mejorar el destino de la humanidad en el siglo XXI y que forman parte de la agenda que establecieron los 191 países que forman parte de dicha organización mundial para el año 2015, se propone elaborar un indicador que le permita medir el cumplimiento de esos propósitos en países menos adelantados del continente africano, mediante la utilización de un indicador que proporcione una visión conjunta de la situación que guardan las personas en relación con su bienestar. Los índices considerados son la erradicación de la pobreza, educación primaria universal, igualdad entre géneros, mortalidad infantil, salud materna, avance del SIDA, el medio ambiente sustentable, así como fomentar la asociación mundial para el desarrollo. De cada uno de ellos el autor presenta sus conclusiones, refiriendo para ello los avances y limitaciones de lo alcanzado, señalando el peligro que representan las crisis económicas que pueden barrer los esfuerzos realizados por las naciones africanas más pobres.

El tema de la pobreza, en la región norte de México, lo aborda un grupo de investigadores: Joaquín Bracamontes Nevarez, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD); José David Ledezma Torres, de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y Mario Camberos Castro, profesor del posgrado en el CIAD y de asignatura en la Universidad de Sonora (Unison). Los autores se proponen conocer la situación de pobreza y, mediante el método de líneas de pobreza, analizar los resultados de los recursos que provienen del Programa Oportunidades del gobierno federal, en el periodo 2002–2006, que se aplican en la región norte. El trabajo se concentra en la pobreza alimentaria, de capacidades y patrimonial de los hogares e intenta superar los estudios que describen el cumplimiento de metas y olvidan el efecto social. Una de las observaciones que se establecen es que los recursos destinados en el ámbito federal al combate a la pobreza en las ocho entidades que integran la región norte es inferior a las necesidades reales, lo que arroja como resultado la exclusión social.

El siguiente estudio fue elaborado por Sergio Enrique Hernández Loeza, de la Universidad del Desarrollo del Estado de Puebla, en el que se analiza el surgimiento, evolución y situación actual de cuatro organizaciones, dos coadyuvantes y dos reconocidas como de acción directa. El autor considera el concepto desarrollo como un término que va más allá de la mera satisfacción de alguna necesidad de carácter económico de parte de la sociedad. Lo ubica como una práctica social, que contiene estrategias que se constituyen en palancas impulsoras de las habilidades físicas e intelectuales de los sujetos sociales, indispensables para generar bienestar social. El análisis destaca la experiencia desarrollada por dos organizaciones que surgieron en la sierra norte del estado de Puebla y que han aprovechado el turismo que se genera en ese lugar, que tradicionalmente se había sostenido con la producción de café y el aguardiente, así como de la caña de azúcar. La experiencia obtenida por estas organizaciones es muy importante debido a que muestra la viabilidad de los proyectos turísticos alternativos al turismo comercial, que se imponen respetar los recursos naturales y culturales de las regiones.

Víctor Manuel Cuevas Ahumada, de la Universidad Autónoma Metropolitana–Unidad Azcapotzalco (UAM–A), hace un estudio comparativo de las exportaciones manufactureras que realizan Argentina y México, a través de métodos econométricos, en el contexto de dos economías que han llevado a cabo ajustes en sus estructuras productivas, al pasar de modelos proteccionistas a otro reconocido como de libre mercado. Para el autor, uno de los descubrimientos más importantes es la productividad laboral, como uno de los factores que influyen en las exportaciones manufactureras de los países en cuestión, independientemente de que, como en el caso de México, se considere que los ajustes monetarios frente al dólar es el factor más importante. En el caso de Argentina el tipo de cambio no es un aspecto determinante. Se establece que para responder a las recesiones económicas internacionales, la capacitación y el aliento a la productividad son elementos más eficaces que la depreciación del tipo de cambio. En el caso de México la modificación del tipo de cambio a favor del dólar repercute negativamente porque encarece los insumos y bienes que se exportan del exterior. Para Argentina, estimular la productividad laboral se entiende como el instrumento económico más eficaz para las empresas.

Fabiola Galicia Bretón Mora e Isaac Leobardo Sánchez Juárez, ambos estudiantes de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), analizan el caso de la Ford Motor Company (FMC) en Hermosillo, en el estado mexicano de Sonora, empresa estadounidense que a partir de la década de los años ochenta, y como resultado de la crisis mundial, instrumentó nuevas políticas que se reflejaron en el ámbito de la organización, producción y relocalización de las plantas para la producción de autos. En este contexto se instaló esta empresa en Hermosillo, lugar que le permitiría disminuir costos de transportación, encontrar personal capacitado y mano de obra barata con el fin de producir para el mercado estadounidense. Entre los hallazgos de los autores se encuentra que en la región, sobre todo los empresarios, no se ha sabido reaccionar ante las oportunidades que estas empresas abren a los prestadores de servicios y que sólo recientemente, por medio de instituciones gubernamentales y empresariales, se ha empezado a crear una cultura a favor de capitalizar los beneficios que empresas como Ford ofrecen a una región.

El tema de la comercialización de maíz, en las comunidades de Cuendó y Mavoró, de los municipios de Atlacomulco y Jocotitlán, respectivamente, después de la desaparición de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), en México, lo abordan Guadalupe Maximiliano Martínez, estudiante del posgrado en Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), María Gladys Rivera Herrejón y Ana Laura Franco Malvaíz, de la misma universidad, y Jesús Soria Ruiz, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). La Conasupo, establecen los autores, fue creada por el gobierno federal con el propósito, por un lado, de regular el mercado de productos básicos producidos para la mayoría de la población y, por el otro, para proteger a los campesinos ubicados en la agricultura de subsistencia y a consumidores de bajos recursos. Su desaparición trajo como consecuencia la reorganización del mercado de maíz al que se enfrentan los productores, ya que son los grandes compradores quienes determinan los precios de la semilla. Los productores de Mavoró se encuentran mejor organizados y han procurado y obtenido los beneficios de los programas federales para mejorar la producción y comercialización de su producto, situación inversa que se observa en Cuendó. En ambos casos, la reorganización del mercado no resulta igual para todas las regiones y, en lo que se refiere a los campesinos ubicados al norte de la entidad, intentan aprovechar opciones para aumentar los beneficios de la producción maicera, mediante el uso de la planta para la engorda de ganado, entre otras alternativas.

José de Jesús Salazar Cantú, del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Monterrey, Bryan W. Husted, de la Universidad de York en Toronto, Esthela Gutiérrez Garza y Karim Acuña Askar, ambos de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), investigaron el programa Patrimonio Hoy promovido por la empresa Cementos Mexicanos (Cemex) en el municipio de Zinacantepec, Estado de México. Los autores encontraron que entre la población de escasos recursos existe un amplio sector que, por medio de la autoconstrucción, de manera progresiva va edificando su vivienda, lo que representa una oportunidad para obtener ganancias, fortaleciendo una actividad que los mismos habitantes llevan a cabo de manera cotidiana. El estudio realiza una valoración de la aplicación de ese proyecto mediante la alianza entre Cemex y la población local de escasos recursos, no adscrita a los programas de vivienda de las instituciones oficiales. Se establece que este tipo de programas son importantes para incrementar el patrimonio de las familias, que sin este tipo de apoyos, no habrían podido cubrir un déficit de vivienda a corto plazo.

Después de esta presentación, queremos destacar y dar la bienvenida al nuevo Presidente de El Colegio Mexiquense, institución responsable de la edición de est, el doctor José Alejandro Vargas Castro.

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