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Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.24 no.98 Toluca oct./dic. 2018

https://doi.org/10.22185/24487147.2018.98.35 

Artículos

Migración interna de la población con derecho a votar entre estratos de bienestar social, 2010-2015

Internal migration of the eligible voters by social strata of welfare, 2010-2015

Virgilio Partida-Bush* 

* Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) - Sede México


Resumen:

Con base en la Encuesta Intercensal 2015, de donde se extraen los migrantes, su educación y salarios, y las estimaciones municipales de pobreza del CONEVAL, se construyen cinco estratos de bienestar, para identificar migraciones de población con derecho a votar entre esos estratos durante el periodo 2010-2015. Al conjunto de municipios en que circunscribe una zona metropolitana o conurbación se le considera como una sola unidad geográfica para fines de la migración. Aparte se inspecciona la movilidad intraurbana. Se analizan los flujos totales y para tres etapas del ciclo de vida, asociadas a amplios rangos de edad. Se inspeccionan los diferenciales por sexo, y se exploran las diferencias en cuanto a educación y salarios de los migrantes y no migrantes.

Palabras clave: Migración interna; votantes; bienestar

Abstract:

From the Intercensal Survey 2015, where take the migrants, their education and wages, and from the CONEVAL the municipal estimates of poverty. We make five strata of welfare, to identify migration between these strata, during the period 2010-2015, of population eligible to vote. The set of municipalities that are part of the same metropolitan area or conurbation is considered as a single geographical unit for migration purposes. Also is inspected the intra-urban mobility. We analyze flows for total population and three stages of the life cycle, equaled to broad age-groups. We inspect differentials by sex, and we explore the differences in education and wages of migrants and non-migrants.

Keywords: Internal migration; voters; welfare

Introducción

La pretensión por explicar de los desplazamientos territoriales, esto es, responder a la pegunta ¿por qué la gente migra? o, si se quiere, ¿cuáles son las condiciones o los determinantes que llevan a los individuos a tomar la decisión de migrar?, ha consistido -en buena medida- de la extensión de postulados básicos, extraídos de las teorías desarrolladas en las ciencias sociales, a uno de los procesos sociales específicos como es la migración. Tanto la sociología como la economía, la antropología y la política han hecho importantes aportes para entender mejor la ocurrencia de las migraciones; no obstante, si bien profusa la investigación que analiza el impacto de la migración internacional en los comicios electorales de un país; es escasa la indagación sobre la influencia de la migración interna en las votaciones.

Ha sido ampliamente documentado, que -en su menaje- los migrantes incluyen sus usos y costumbres de sus lugares de origen, y que -conforme pasa el tiempo- los modifican y adaptan a la idiosincrasia del lugar de destino; no obstante, es poco lo que se sabe, si es que se conoce algo, de si en el equipaje también agregan sus preferencias electorales (partidos políticos) del lugar del origen y si los cambian al paso de los años en su nueva residencia.

La escasa evidencia se debe al principio secreto del voto; y, si bien, en las llamadas “encuestas de salida” se pueden conocer las preferencias electorales, e incluso identificar la migración (lugar de nacimiento o residencia previa) del votante, es difícil (seguramente impreciso) indagar por las predilecciones eleccionarias previas en su lugar de origen.

El objetivo de este trabajo no es, de ninguna manera, inspeccionar la prevalencia o cambio de las preferencias electorales de los migrantes o de los no migrantes; tan solo identificar las direcciones de los flujos migratorios dentro de las fronteras de los Estados Unidos Mexicanos, de la población con edad y derecho a votar.

Existen diversas formas de identificar la orientación de los flujos migratorios, las más comunes son dos:

  1. Dividir el territorio nacional en regiones, esto es, territorios contiguos, por lo general mediante el agrupamiento de entidades federativas colindantes.

  2. Dividir en estratos, donde se reúnen las unidades geográficas de acuerdo a cierta característica como, por ejemplo, el tamaño de la localidad, donde claramente solo las de menor tamaño -digamos las rurales- forman un continuo territorial.

En este trabajo usamos el segundo criterio, estratificando los municipios de acuerdo con el porcentaje de población en situación de pobreza, usando las valoraciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) para nuestros fines.

Después de una breve discusión del concepto de migración y de la formación de los estratos de municipios, inspeccionamos los desplazamientos territoriales de la población en edad de votar, sus niveles educativos y sus salarios.

El concepto de migración, la formación de estratos territoriales y la población con derecho a votar

La migración alude a un desplazamiento territorial; sin embargo, no todos los traslados son migraciones, es necesario acotar el concepto para precisar el tipo de movimientos al que nos estamos refiriendo cuando hablamos de migraciones o de migrantes.

El cambio de residencia -definitivo o temporal- es la primera característica aceptada de manera común al definir la migración; no obstante, es conveniente que “la reanudación de la vida (sea) en un lugar nuevo y distinto” (Elizaga y Macisco, 1975: 8). Oberai (1989: 14-18) sugiere tomar en cuenta cuatro aspectos, que incorporan ambas ideas: espacio, residencia, tiempo y cambio de actividad. Los tres primeros criterios quedan de alguna manera comprendidos en el cambio de residencia habitual (temporal o definitiva) de un territorio a otro; no obstante, en el ámbito espacial, el autor propone que se quede fuera del área de influencia de un pueblo o de una ciudad para que el traslado sea efectivamente una migración, es decir, “en un lugar nuevo y distinto”.

La restricción temporal nos permite identificar mejor el cambio en la dirección de los traslados: la modificación del modelo económico, por lo general, modifica la orientación de las mudanzas y las características de los migrantes (Partida, 2006). La inclusión del cambio de actividad puede cuestionarse, ya que es más bien inherente a la migración, a las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales que determinan o propician los desplazamientos territoriales, y no tanto el traslado mismo.

En suma, para los fines de este trabajo, se considera como migración el cambio de residencia habitual de manera individual o colectiva que implica quedar fuera del área de influencia de la unidad geográfica de donde se sale.

Nuestra fuente de datos es la Encuesta Intercensal de 2015 de México. La dimensión temporal se refiere al quinquenio previo al recuento poblacional, es decir, el municipio o país de residencia cinco años antes. El municipio de residencia al momento de la enumeración de habitantes es la unidad geográfica de destino y donde vivían en 2010 la de origen; no obstante, consideramos como no migrantes a quienes se desplazan dentro de una zona metropolitana o conurbación que comprenda dos o más municipios.1 Con el fin de identificar los cambios de residencia dentro de esas metrópolis o conurbaciones, en un análisis aparte inspeccionamos esos “traslados intra urbanos” ya que no son migraciones, en el sentido estricto, porque no quedan fuera del área de influencia de la ciudad, o bien, no cambian a “un lugar nuevo y distinto”.

¿Por qué elegimos estratos en vez de regiones? Nuestra hipótesis es que la situación de bienestar, más que la residencia misma, puede ser más concluyente del voto por determinada corriente política.

De manera más específica, e indudablemente discutible, es que dado la fuerte correlación entre bienestar y educación, si bien no del todo, es más probable que los menos educados voten por quienes les prometan las mejores condiciones de bienestar a futuro. Si este razonamiento fuera cierto, se pudiera suponer, como una burda aproximación, que entre los migrantes prevaleciera la distribución del voto de sus lugares de origen, y se tuviera una idea gruesa del impacto de la migración en las elecciones en los lugares de destino.

Metodología

En la construcción de los estratos, utilizamos el criterio de pobreza multidimensional reportado por el CONEVAL (2014), que incluye la pobreza monetaria, es decir, los recursos financieros que son insuficientes para cubrir las necesidades básicas de la población (alimentarias y no alimentarias)2, y derechos humanos básicos.3 Para simplificar la exposición, consideramos en situación de bienestar a quienes no padecen pobreza multidimensional.

Se clasifican a los municipios de acuerdo al complemento a cien del porcentaje de pobreza multidimensional, bajo la premisa que es más fácil pensar de manera positiva (bienestar) que negativa (pobreza) al inspeccionar las corrientes migratorias.4

Con base en el porcentaje del bienestar, se formaron cinco estratos mediante la técnica de conglomerados de k medias, con la distancia euclidiana como medida de agrupamiento (STATA, 2003). En la Tabla 1 se reproduce la clasificación de los municipios en las cinco categorías y los puntos de corte de los estratos.

Tabla 1: Estratificación de los municipios de acuerdo al porcentaje de personas con bienestar, 2015 

Municipios* Población* Ciudadanos Límites de los
estratos
Estrato de bienestar Número Distribución Número Distribución Número Distribución Mínimo Máximo
Total 2457 100.0 119 530 753 100.0 78 655 405 100.0
Muy alto 89 3.6 29 135 402 24.4 20 176 324 25.7 33.0 66.2
Alto 176 7.2 35 680 254 29.9 24 044 490 30.6 21.3 32.8
Medio 317 12.9 16 075 757 13.4 10 525 235 13.4 12.0 21.2
Bajo 605 24.6 20 361 513 17.0 12 960 541 16.5 4.9 12.0
Muy bajo 1270 51.7 18 277 827 15.3 10 948 815 13.9 0.0 4.9

* Véase la nota de pié 4 del texto.

† Solo aquellos que vivían en México cinco años antes de la Encuesta Intercensal 2015.

‡ Porcentaje de la población que no padece pobreza ni vulnerabilidad social.

Fuente: Microdatos de la Encuesta Intercensal 2015 para la población y CONEVAL (2017) para los porcentajes de no pobres y no vulnerables.

Se aprecia una distribución más equitativa de la población en los cinco estratos que de los municipios, lo cual se debe a que, por lo general, el bienestar es más frecuente en las áreas urbanas, con alta concentración de personas en los municipios y alcaldías, que en las rurales, con baja densidad poblacional. Si bien más de la mitad de las personas residían en municipios de muy alto y alto bienestar (56.3 por ciento), no se debe perder de vista que apenas 32 por ciento de los habitantes de ambos estratos cubrían sus necesidades y derechos humanos básicos.5

Hemos definido el concepto de migración y clasificado a los municipios según su proporción de residentes con bienestar; falta identificar a la población con derecho a votar. De acuerdo con los artículos 34 y 35 de la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (Reforma del 15 de septiembre de 2017), solo los ciudadanos mexicanos, es decir, las personas que hayan cumplido 18 años y tengan un modo honesto de vivir, pueden votar. Para ser ciudadano se requiere tener la nacionalidad mexicana, la cual se define en el artículo 30 de la misma Constitución y, en breve, se refiere, a los mexicanos por nacimiento,6 o por naturalización.7

Conviene aclarar aquí una situación peculiar. Dado que el artículo 30 constitucional otorga la nacionalidad mexicana a nacidos en el extranjero, hijos de padre o madre mexicanos nacidos en territorio nacional o por naturalización, y tienen el derecho a votar aunque residan en otro país, aquí estamos interesados solo en quienes residen en territorio mexicano (contabilizados en la Encuesta Intercensal de 2015), ya que nuestro objetivo no es la votación per se, sino la migración de los ciudadanos mexicanos que viven en México.

En la Encuesta Intercensal de 2015 se incluyó una pregunta explícita sobre la nacionalidad para todos los residentes de la vivienda enumerada. Si bien una persona que carece de documentos para una estadía legal en territorio mexicano pudiera declararse mexicano, pensamos que esa imprecisión debe ser mínima.

En el tercer panel de la Tabla 1, se advierte que -en ambos años-, el reparto de los ciudadanos que vivían en México en 2015, está algo más concentrado que la población total en los dos estratos de bienestar más alto.

Flujos entre y dentro de los estratos

Una primera visión de las migraciones de la población con derecho a votar, entre los cinco estratos de bienestar, la tenemos en la Tabla 2.

Tabla 2: Población con derecho a votar por sexo y migración entre unidades geográficas, 2010-2015 

Estrato de origen (municipio de residencia 5 años antes)
Estrato
de destino
Muy alto Alto Medio Bajo Muy bajo Inmigrantes* No
migrantes
Residencia
2015
Flujos
Hombres
Muy alto 105 199 136 970 40 222 49 738 28 148 360 277 9 252 942 9 613 219
Alto 96 111 147 312 56 553 84 103 62 765 446 844 10 967 345 11 414 189
Medio 32 315 59 326 19 326 35 206 29 943 176 116 4 808 948 4 985 064
Bajo 26 858 57 146 21 978 33 287 33 594 172 863 5 949 195 6 122 058
Muy bajo 15 294 38 479 15 251 26 260 29 906 125 190 5 049 131 5 174 321
Emigrantes 275 777 439 233 153 330 228 594 184 356 1 281 290
Residencia 2010 9 252 942 10 967 345 4 808 948 5 949 195 5 049 131 1 281 290 36 027 561 37 308 851
Mujeres
Muy alto 98 511 135 164 42 080 53 230 29 462 358 447 10 204 658 10 563 105
Alto 92 311 149 051 60 717 91 200 66 308 459 587 12 170 714 12 630 301
Medio 33 368 61 369 21 934 40 980 35 525 193 176 5 346 995 5 540 171
Bajo 27 559 61 822 25 551 39 951 42 832 197 715 6 640 768 6 838 483
Muy bajo 16 964 42 466 18 592 34 164 45 399 157 585 5 616 909 5 774 494
Emigrantes 268 713 449 872 168 874 259 525 219 526 1 366 510
Residencia 2010 10 204 658 12 170 714 5 346 995 6 640 768 5 616 909 1 366 510 39 980 044 41 346 554
Migración neta
Mujeres
Muy alto 0 40 859 7 907 22 880 12 854 84 500
Alto - 40 859 0 - 2 773 26 957 24 286 7 611
Medio - 7 907 2 773 0 13 228 14 692 22 786
Bajo - 22 880 - 26 957 - 13 228 0 7 334 - 55 731
Muy bajo - 12 854 - 24 286 - 14 692 - 7 334 0 - 59 166
Hombres
Muy alto 0 42 853 8 712 25 671 12 498 89 734
Alto - 42 853 0 - 652 29 378 23 842 9 715
Medio - 8 712 652 0 15 429 16 933 24 302
Bajo - 25 671 - 29 378 - 15 429 0 8 668 - 61 810
Muy bajo - 12 498 - 23 842 - 16 933 - 8 668 0 - 61 941

* Total para la migración neta.

† Residentes en la misma unidad geográfica en 2010 y 2015.

Fuente: Micro datos de la Encuesta Intercensal 2015.

Si se atiende al origen (columna), se prefiere más el estrato de bienestar alto para establecer la nueva residencia que los cuatro restantes, excepto en la categoría más alta que optan más por mantenerse ahí

Cabe preguntarse si el patrón de preferencia del destino es independiente del origen. La prueba estadística χ2 de bondad del ajuste (Ostle, 1973: 155-156) indica que -en ambos sexos- se rechaza la hipótesis de independencia cual fuere el nivel de significancia α, consistente por la inclinación por el estrato de alto bienestar.

¿Qué tan distintas son las distribuciones de los flujos migratorios entre los sexos? Con la prueba de Kolmogoroff y Smirnoff (Kolmogoroff, 1941) también se rechaza la hipótesis de independencia, para cualquier coeficiente de confianza, lo cual se debe a que -por lo general- la mayoría de los ciudadanos están consensualmente unidos y migran juntos. Asimismo, el alto coeficiente de correlación entre las veinticinco corrientes migratorias de ambos sexos (0.994) apuntala la semejanza en la orientación de los desplazamientos entre varones y féminas.

Tradicionalmente se acepta que las personas migran para mejorar sus condiciones de vida, siendo las económicas las que -al menos desde la perspectiva teórica- son de mayor importancia.

Esta premisa, sin embargo, no se cumple cabalmente en la Tabla 2; como apuntamos arriba, se opta más por el estrato de alto bienestar que por el de muy alto. Una posible explicación de este patrón, que contradice el postulado clásico de la migración, y sin que sea exhaustiva, es que además de la posibilidad de allegarse los recursos monetarios y la disponibilidad de servicios básicos (agua, drenaje, educación, salud, acceso a la cultura, entre otros), se toma en cuenta la inseguridad y la criminalidad en ciertas zonas del país; así, amén de la posible vulnerabilidad, se debe considerar la integridad física en el lugar de residencia.

Si bien estamos conscientes que una pregunta directa sobre una única causa de la migración ofrece solo una visión parcial de las razones para trasladarse, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica de 2014, entre la batería de causas de la migración del quinquenio previo, 4.5 por ciento de los ciudadanos (nacidos en México de 18 años o más de edad) que se desplazaron eligieron la inseguridad o criminalidad, y para quienes se desplazaron en el año anterior 3.6 por ciento.8

En los dos sexos las llegadas más cuantiosas arriban al estrato de bienestar alto, pero también de ahí parten las salidas más numerosas, como se puede ver en la columna “inmigrantes” y el renglón “emigrantes”, respectivamente, de la Tabla 2. No obstante, al descontar los emigrantes de los inmigrantes, es decir, la migración neta o saldo neto migratorio, no solo el estrato más alto exhibe la mayor ganancia neta por desplazamientos territoriales, sino que además la categoría alta es superada por el grupo de nivel medio, como se puede ver en los paneles inferiores de la Tabla 2.9

Es evidente que uno y solo un estrato puede tener ganancia o pérdida neta migratoria con relación a los demás estratos; aunque se puede dar el caso, como ocurre en los dos paneles inferiores de la Tabla 2, que uno tenga ganancia neta con los demás y el otro acuse pérdida neta con el resto.

Debido a la manera como el CONEVAL (2014) estima la proporción de pobres en cada municipio, y las restricciones propias de la información de la Encuesta Intercensal, es difícil saber si, efectivamente, los miembros de hogares específicos mejoraron su nivel de vida al migrar.

En la Tabla 3, reproducimos la movilidad intra urbana, es decir, las personas que se mudaron entre municipios de una misma zona metropolitana o conurbación. Debido al escaso tamaño de la muestra en la Encuesta Intercensal, tuvimos que agrupar los tres estratos de menor bienestar en uno solo, que denominamos “bajo”. Esto se debe a que, si bien hay presencia de pobreza en las áreas urbanas, es mínima la proporción en comparación con el medio no urbano.

Tabla 3: Población con derecho a votar por sexo y movilidad intra urbana, 2010-2015 

Estrato de origen (municipio de residencia 5 años antes)
Estrato de destino Muy alto Alto Bajo Entrantes* No migrantes Residencia en 2015
Flujos
Hombres
Muy alto 268 289 76 784 11 059 356 132 7 101 705 7 457 837
Alto 146 802 113 930 31 819 292 551 8 196 607 8 489 158
Bajo 22 890 107 872 60 686 191 448 5 242 118 5 433 566
Salientes 437 981 298 586 103 564 840 131
Residencia 2010 7 539 686 8 495 193 5 345 682 840 131 20 540 430 21 380 561
Mujeres
Muy alto 275 060 84 448 13 212 372 720 7 923 588 8 296 308
Alto 156 506 125 266 37 916 319 688 9 160 503 9 480 191
Bajo 24 915 120 324 75 954 221 193 5 876 743 6 097 936
Salientes 456 481 330 038 127 082 913 601
Residencia 2010 8 380 069 9 490 541 6 003 825 913 601 22 960 834 23 874 435
Migración neta
Hombres
Muy alto 0 - 70 018 - 11 831 - 81 849
Alto 70 018 0 - 76 053 - 6 035
Bajo 11 831 76 053 0 87 884
Mujeres
Muy alto 0 - 72 058 - 11 703 - 83 761
Alto 72 058 0 - 82 408 - 10 350
Bajo 11 703 82 408 0 94 111

* Total para la migración neta.

† Residentes en la misma unidad geográfica en 2010 y 2015.

Fuente: Micro datos de la Encuesta Intercensal 2015.

El patrón de movilidad es algo distinto al de la migración; ahora los desplazamientos más profusos se tienen dentro de cada uno de los estratos. E igual que en la migración, el estrato de alto bienestar es el que recibe, dentro de la misma zona metropolitana o conurbación, la mayor cantidad de nuevos residentes, pero también el que más expulsa.

En los paneles inferiores de la Tabla 3, se advierte que los estratos de mayor bienestar acusan pérdida neta de habitantes por movilidad intra urbana, con la ganancia neta resultante de bienestar bajo. Grosso modo, este patrón puede ser indicativo de las escasas posibilidades económicas de acceder al suelo urbano de mayor valor al mudar la residencia dentro de la misma urbe, y los hogares deben aceptar alguna pérdida de bienestar. Cabe acotar, que solo conocemos las condiciones de vida de las personas en 2015 pero no en 2010, con lo cual no sabemos si, efectivamente, hubo tal pérdida de bienestar.

Nuevamente, de acuerdo a la prueba estadística χ2 de bondad del ajuste, en ambos sexos se rechaza la hipótesis de independencia, cual fuere el nivel de significancia α; y la prueba de Kolmogoroff y Smirnoff indica que se rechaza la independencia entre los sexos, como también se advierte en el coeficiente de correlación lineal entre hombres y mujeres (0.999).

El ciclo de vida

Las preferencias electorales pueden variar conforme el individuo envejece, esto puede deberse, entre muchos motivos, a que conforme pasa el tiempo, sus responsabilidades aumentan, como las laborales, pero -sobre todo- las familiares y, por tanto, ego puede cambiar su percepción de la manera como las ofertas de los candidatos a puestos de representación popular se adaptan a sus necesidades.

La composición por edad de los migrantes se encuentra estrechamente vinculada al ciclo de vida de las personas y de los hogares.

Generalmente, es en la juventud y las primeras edades adultas cuando los individuos migran porque dejan el hogar paterno, porque van a formar una nueva familia, porque al inicio de su vida laboral requieren desplazarse territorialmente para conseguir el empleo deseado o porque el cambio de residencia les permitirá garantizarse su sustento y el de sus familiares. Conforme avanza la edad, la situación familiar y laboral de los individuos es más estable y, por lo tanto, los desplazamientos espaciales son menos frecuentes. Y, en la fase de fisión, los progenitores son aún menos propensos a migrar, sea por limitaciones físicas propias de esa etapa de la vida, sea porque se han avecindado satisfactoriamente en su lugar de residencia.

De manera general, esos rasgos se advierten en la pirámide de edades para el total de migrantes entre unidades geográficas que se presentan en la Figura 1.

Fuente: Encuesta Intercensal 2015.

Figura 1: Pirámide de la población con derecho a votar migrante entre todos los estratos de bienestar, 2010-2015 

Para nuestros fines, dividimos el rango etario en tres intervalos: 18 a 29 años o adultez temprana, 30 a 59 años o adultez madura, y 60 años o más o adultez tardía. Así por ejemplo, sin ser exhaustivos, los más jóvenes esperarían la oferta educativa en nivel medio superior y superior y un empleo seguro y con prestaciones para su primera inserción laboral; los medianos, seguridad en el empleo y oferta educativa para su descendencia; y los mayores, amén de una pensión digna; y atención a la salud eficiente y completa. La mejor oferta y cumplimiento de los programas de los partidos políticos bien puede mover el fiel en la balanza electoral.

Los desplazamientos espaciales de las personas de esas tres etapas del ciclo de vida se reproducen en la Tabla 4a y en la Tabla 4b. En general, los rasgos anotados arriba para el total de la población (Tabla 2), se repiten en las tres etapas del ciclo de vida. Las contadas excepciones son, en el grupo 18 a 29 años, la corriente masculina más cuantiosa es hacia bienestar muy alto para las salidas de alto, y la femenina de bajo hacia medio que es menor que aquella dentro de bajo; de 30 a 59 años, en ambos sexos el flujo que parte de muy alto, donde el mayor es hacia alto, en los varones que dejan alto para ubicarse en bajo, que es mayor que para establecerse en medio, y en las féminas, ahora es mayor de muy bajo bienestar hacia bajo que dentro de muy bajo. Finalmente, entre los ciudadanos de mayor edad, en los hombres nuevamente la corriente que sale de muy alto es mayor es hacia alto, y los que permanecen en la categoría baja son más que los que de ahí se dirigen hacia media; en las mujeres, otra vez prefieren ascender a bajo que permanecer en muy bajo, y el flujo de alto hacia medio es mayor que de alto hacia bajo.

Tabla 4a: Población con derecho a votar por edad, sexo y migración entre unidades geográficas, 2010-2015 

Estrato de origen (municipio de residencia 5 años antes)
Estrato de destino Muy alto Alto Medio Bajo Muy bajo Inmigrantes No migrantes* Residencia
en 2015
Hombres
18 a 29 años
Muy alto 45 737 68 085 23 135 28 837 18 028 183 822 2 705 007 2 888 829
Alto 34 668 63 412 28 579 45 622 40 576 212 857 3 329 187 3 542 044
Medio 11 086 24 323 8 382 16 651 16 721 77 163 1 467 649 1 544 812
Bajo 9 659 21 622 9 114 15 136 17 430 72 961 1 832 963 1 905 924
Muy bajo 5 741 14 735 6 196 11 527 14 317 52 516 1 591 280 1 643 796
Emigrantes 106 891 192 177 75 406 117 773 107 072 599 319
Residencia 2010 2 705 007 3 329 187 1 467 649 1 832 963 1 591 280 599 319 10 926 086 11 525 405
30 a 59 años
Muy alto 54 358 63 274 14 829 18 560 8 763 159 784 5 154 409 5 314 193
Alto 55 881 76 927 24 778 34 341 19 385 211 312 6 101 610 6 312 922
Medio 18 659 31 113 9 732 16 529 11 659 87 692 2 603 891 2 691 583
Bajo 15 023 31 811 11 459 16 027 14 168 88 488 3 103 952 3 192 440
Muy bajo 8 397 21 021 8 024 13 035 13 673 64 150 2 533 369 2 597 519
Emigrantes 152 318 224 146 68 822 98 492 67 648 611 426
Residencia 2010 5 154 409 6 101 610 2 603 891 3 103 952 2 533 369 611 426 19 497 231 20 108 657
60 años o más
Muy alto 5 104 5 611 2 258 2 341 1 357 16 671 1 393 526 1 410 197
Alto 5 562 6 973 3 196 4 140 2 804 22 675 1 536 548 1 559 223
Medio 2 570 3 890 1 212 2 026 1 563 11 261 737 408 748 669
Bajo 2 176 3 713 1 405 2 124 1 996 11 414 1 012 280 1 023 694
Muy bajo 1 156 2 723 1 031 1 698 1 916 8 524 924 482 933 006
Emigrantes 16 568 22 910 9 102 12 329 9 636 70 545
Residencia 2010 1 393 526 1 536 548 737 408 1 012 280 924 482 70 545 5 604 244 5 674 789

* Residentes en la misma unidad geográfica en 2010 y 2015

Fuente: Micro datos de la Encuesta Intercensal 2015.

Tabla 4b: Población con derecho a votar por edad, sexo y migración entre unidades geográficas, 2010-2015 

Estrato de origen (municipio de residencia 5 años antes)
Estrato de destino Muy alto Alto Medio Bajo Muy bajo Inmigrantes No migrantes* Residencia en 2010
Mujeres
18 a 29 años
Muy alto 44 218 69 480 23 230 30 799 18 617 186 344 2 742 072 2 928 416
Alto 37 943 70 023 32 359 51 011 42 644 233 980 3 445 973 3 679 953
Medio 13 237 28 062 11 153 20 666 21 924 95 042 1 550 560 1 645 602
Bajo 12 116 28 350 12 708 21 568 26 015 100 757 1 974 371 2 075 128
Muy bajo 7 979 20 598 9 728 19 192 29 088 86 585 1 735 928 1 822 513
Emigrantes 115 493 216 513 89 178 143 236 138 288 702 708
Residencia 2010 2 742 072 3 445 973 1 550 560 1 974 371 1 735 928 702 708 11 448 904 12 151 612
30 a 59 años
Muy alto 47 919 58 039 16 530 19 991 8 819 151 298 5 723 387 5 874 685
Alto 49 007 70 658 24 710 34 902 20 268 199 545 6 876 549 7 076 094
Medio 17 070 29 507 9 691 18 252 11 825 86 345 2 966 161 3 052 506
Bajo 13 455 29 961 11 596 16 456 14 746 86 214 3 555 074 3 641 288
Muy bajo 7 943 19 710 7 965 13 481 14 591 63 690 2 884 181 2 947 871
Emigrantes 135 394 207 875 70 492 103 082 70 249 587 092
Residencia 2010 5 723 387 6 876 549 2 966 161 3 555 074 2 884 181 587 092 22 005 352 22 592 444
60 años o más
Muy alto 6 374 7 645 2 320 2 440 2 026 20 805 1 739 199 1 760 004
Alto 5 361 8 370 3 648 5 287 3 396 26 062 1 848 192 1 874 254
Medio 3 061 3 800 1 090 2 062 1 776 11 789 830 274 842 063
Bajo 1 988 3 511 1 247 1 927 2 071 10 744 1 111 323 1 122 067
Muy bajo 1 042 2 158 899 1 491 1 720 7 310 996 800 1 004 110
Emigrantes 17 826 25 484 9 204 13 207 10 989 76 710
Residencia 2010 1 739 199 1 848 192 830 274 1 111 323 996 800 76 710 6 525 788 6 602 498

* Residentes en la misma unidad geográfica en 2010 y 2015

Fuente: Micro datos de la Encuesta Intercensal 2015.

La prueba estadística χ2 de bondad del ajuste indica que, en ambos sexos, se rechaza la hipótesis de independencia, cual fuere el nivel de significancia α; con la prueba de Kolmogoroff y Smirnoff se rechaza la independencia entre los sexos; y el coeficiente de correlación lineal entre sexos dentro de cada grupo de edad y entre intervalos etarios para sexo es de 0.879 o más.

En las migraciones netas de la Tabla 5 se advierten cambios más significativos respecto del total que en los flujos. Por ejemplo, solo en los más jóvenes en el estrato de más alto bienestar prevalece la ganancia neta con respecto a los otros cuatro estratos; mientras la pérdida generalizada de muy bajo se mantiene, excepto en los adultos maduros varones, donde hubo ganancia con la categoría alta.

Tabla 5: Migración entre unidades de la población con derecho a votar por edad y sexo, 2010-2015 

Estrato de origen (municipio de residencia 5 años antes)
Estrato de destino Muy alto Alto Medio Bajo Muy bajo Total
Hombres
18 a 29 años
Muy alto 0 33 417 12 049 19 178 12 287 76 931
Alto - 33 417 0 4 256 24 000 25 841 20 680
Medio - 12 049 - 4 256 0 7 537 10 525 1 757
Bajo - 19 178 - 24 000 - 7 537 0 5 903 - 44 812
Muy bajo - 12 287 - 25 841 - 10 525 - 5 903 0 - 54 556
30 a 59 años
Muy alto 0 7 393 - 3 830 3 537 366 7 466
Alto - 7 393 0 - 6 335 2 530 - 1 636 - 12 834
Medio 3 830 6 335 0 5 070 3 635 18 870
Bajo - 3 537 - 2 530 - 5 070 0 1 133 - 10 004
Muy bajo - 366 1 636 - 3 635 - 1 133 0 - 3 498
60 años o más
Muy alto 0 49 - 312 165 201 103
Alto - 49 0 - 694 427 81 - 235
Medio 312 694 0 621 532 2 159
Bajo - 165 - 427 - 621 0 298 - 915
Muy bajo - 201 - 81 - 532 - 298 0 - 1 112
Mujeres
18 a 29 años
Muy alto 0 31 537 9 993 18 683 10 638 70 851
Alto - 31 537 0 4 297 22 661 22 046 17 467
Medio - 9 993 - 4 297 0 7 958 12 196 5 864
Bajo - 18 683 - 22 661 - 7 958 0 6 823 - 42 479
Muy bajo - 10 638 - 22 046 - 12 196 - 6 823 0 - 51 703
30 a 59 años
Muy alto 0 9 032 - 540 6 536 876 15 904
Alto - 9 032 0 - 4 797 4 941 558 - 8 330
Medio 540 4 797 0 6 656 3 860 15 853
Bajo - 6 536 - 4 941 - 6 656 0 1 265 - 16 868
Muy bajo - 876 - 558 - 3 860 - 1 265 0 - 6 559
60 años o más
Muy alto 0 2 284 - 741 452 984 2 979
Alto - 2 284 0 - 152 1 776 1 238 578
Medio 741 152 0 815 877 2 585
Bajo - 452 - 1 776 - 815 0 580 - 2 463
Muy bajo - 984 - 1 238 - 877 - 580 0 - 3 679

Fuente: Tabla 4.

Al inspeccionar el saldo neto migratorio total, en la última columna de la Tabla 5, en ambos sexos, se advierte en los más jóvenes un acrecentamiento poblacional mayor en alto que en bienestar medio, y decremento en alto entre los adultos maduros. Finalmente, se tiene la pérdida de los hombres de mayor edad en la categoría alta.

La Tabla 6 contiene la movilidad intraurbana de las tres etapas del ciclo de vida. Hemos juntado los dos sexos, debido a que la precisión de las estimaciones disminuye al separar en varones y féminas, dada la menor proporción de la muestra de la Encuesta Intercensal en zonas metropolitanas y conurbaciones.

Tabla 6: Población con derecho a votar por edad y movilidad intra urbana, 2005-2015 

Estrato de origen (municipio de residencia 5 años antes)
Estrato de destino Muy alto Alto Bajo Entrantes* No migrantes Residencia en 2015
Flujos
18 a 29 años
Muy alto 190 147 56 879 10 629 257 655 4 084 838 4 342 493
Alto 101 574 85 519 28 551 215 644 5 025 361 5 241 005
Bajo 15 711 80 692 57 251 153 654 3 389 401 3 543 055
Salientes 307 432 223 090 96 431 626 953
Residencia 2005 4 392 270 5 248 451 3 485 832 626 953 12 499 600 13 126 553
30 a 59 años
Muy alto 320 972 94 542 12 129 427 643 8 358 038 8 785 681
Alto 181 128 140 926 38 181 360 235 9 752 214 10 112 449
Bajo 28 633 133 624 72 994 235 251 6 099 758 6 335 009
Salientes 530 733 369 092 123 304 1 023 129
Residencia 2005 8 888 771 10 121 306 6 223 062 1 023 129 24 210 010 25 233 139
60 años o más
Muy alto 32 230 9 811 1 513 43 554 2 582 417 2 625 971
Alto 20 606 12 751 3 003 36 360 2 579 535 2 615 895
Bajo 3 461 13 880 6 395 23 736 1 629 702 1 653 438
Salientes 56 297 36 442 10 911 103 650
Residencia 2005 2 638 714 2 615 977 1 640 613 103 650 6 791 654 6 895 304
Migración neta
18 a 29 años
Muy alto 0 - 44 695 - 5 082 - 49 777
Alto 44 695 0 - 52 141 - 7 446
Bajo 5 082 52 141 0 57 223
30 a 59 años
Muy alto 0 - 86 586 - 16 504 - 103 090
Alto 86 586 0 - 95 443 - 8 857
Bajo 16 504 95 443 0 111 947
60 años o más
Muy alto 0 - 10 795 - 1 948 - 12 743
Alto 10 795 0 - 10 877 - 82
Bajo 1 948 10 877 0 12 825

* Total para la migración neta.

† Residentes en la misma unidad geográfica en 2010 y 2015.

Fuente: Micro datos de la Encuesta Intercensal 2015.

A diferencia de la migración, casi no hay las disimilitudes en los desplazamientos dentro de las ciudades de los tres intervalos etarios con respecto al total; la única diferencia se tiene en los adultos mayores, donde los traslados de alta hacia baja son más voluminosos que dentro de alta, cuando se advierte la relación opuesta en los otros intervalos etarios.

Igual que en para el total de la población, en los tres grupos de edad se rechaza la hipótesis de independencia al aplicar las prueba estadística χ2 de bondad del ajuste en la orientación de los flujos, la de Kolmogoroff y Smirnoff entre intervalos etarios, para todo nivel de significancia α, y cualquiera sea el vínculo de sexos, total y grupos de edad, el coeficiente de correlación lineal es de 0.982 o más.

La intensidad de la migración

¿Quiénes son más propensos a migrar en las diversas edades? La respuesta la tenemos en la Figura 2. Como mencionamos arriba, el patrón se encuentra estrechamente vinculado al ciclo de vida de las personas y de los hogares.

Fuente: Encuesta Intercensal 2015.

Figura 2: México: Tasas de migración de personas con nacionalidad mexicana, entre unidades geográficas por edad y sexo, 2010-2015 

Generalmente, es en la juventud y las primeras edades adultas cuando los individuos migran porque dejan el hogar paterno, porque van a formar una nueva familia, porque al inicio de su vida laboral requieren desplazarse territorialmente para conseguir el empleo deseado o porque el cambio de residencia les permitirá garantizarse su sustento y el de sus familiares.

En las etapas iniciales de la constitución de la familia predominan los hijos pequeños, debido a que la duración de la unión aún es corta. Así, las altas tasas en la niñez indican que los infantes migran con sus padres dentro de un esquema -presumiblemente profuso- de migración familiar. Conforme avanza la edad, la situación familiar y laboral de los individuos es más estable y, por lo tanto, los desplazamientos espaciales son menos frecuentes. En la etapa de la expansión de la familia, la menor migración se advierte también en los hijos, quienes se encuentran todavía en edades escolares y permanecen en el hogar paterno.

En la fase de fisión-reemplazo, los progenitores son aún menos propensos a migrar, pero sus hijos comienzan a dejar el hogar, repitiéndose el ciclo de formación-expansión de nuevas familias.

Los movimientos territoriales en las etapas de disolución del hogar y de envejecimiento son de menor monto e intensidad que en las fases anteriores, y se asocian fuertemente al retiro de la actividad económica, sea para dejar la vida agitada de las ciudades buscando lugares más tranquilos para pasar los últimos años, sea para reunificarse con los hijos en búsqueda del sostén económico y afectivo del que carecen los adultos mayores.

De las funciones biométricas representadas por las curvas de la Figura 2, solo estamos interesados en las edades con derecho a votar, es decir, las tasas correspondientes a las líneas continuas de ambos sexos.

La movilidad entre estratos per cápita se reproduce en las Tabla 7a y Tabla 7b. Se aprecia que la pauta general delineada en la Figura 2 se verifica en los tres grupos de edad y ambos sexos, en el sentido que la intensidad de la migración disminuye conforme la población envejece.

Tabla 7a: Tasas de emigración de la población masculina con derecho a votar por sexo, grupos de edad y condición migratoria, 2010-2015 

(Desplazamientos por cada mil habitantes)
Estrato de
destino
Estrato de origen (residencia en 2010)
Muy alto Alto Medio Bajo Muy bajo Inmigración
Total
Muy alto 2.22 2.44 1.64 1.63 1.08 7.53
Alto 2.05 2.60 2.32 2.78 2.45 7.83
Medio 0.69 1.06 0.78 1.16 1.17 7.08
Bajo 0.57 1.02 0.90 1.08 1.31 5.62
Muy bajo 0.32 0.69 0.63 0.87 1.15 4.81
Emigración 5.85 7.82 6.27 7.52 7.15 6.87
18 a 29 años
Muy alto 3.28 3.96 3.05 3.00 2.13 12.90
Alto 2.52 3.63 3.81 4.85 4.95 12.05
Medio 0.80 1.42 1.09 1.76 2.04 10.00
Bajo 0.70 1.27 1.22 1.56 2.14 7.57
Muy bajo 0.42 0.87 0.83 1.23 1.69 6.29
Emigración 7.72 11.15 10.00 12.40 12.95 10.40
30 a 59 años
Muy alto 2.06 2.04 1.12 1.17 0.67 6.02
Alto 2.14 2.45 1.88 2.18 1.51 6.69
Medio 0.71 1.00 0.73 1.05 0.91 6.54
Bajo 0.57 1.02 0.87 1.00 1.11 5.53
Muy bajo 0.32 0.67 0.61 0.83 1.05 4.94
Emigración 5.80 7.18 5.21 6.23 5.25 6.08
60 años o más
Muy alto 0.73 0.72 0.61 0.46 0.29 2.36
Alto 0.79 0.90 0.86 0.81 0.60 2.91
Medio 0.37 0.50 0.32 0.40 0.34 3.01
Bajo 0.31 0.48 0.38 0.42 0.43 2.23
Muy bajo 0.16 0.35 0.28 0.33 0.41 1.83
Emigración 2.36 2.95 2.45 2.42 2.07 2.49

Fuente: tablas 2 y 4.

Tabla 7b: Tasas de emigración de la población femenina con derecho a votar por sexo, grupos de edad y condición migratoria, 2010-2015 

(Desplazamientos por cada mil habitantes)
Estrato de destino Estrato de origen (residencia en 2010)
Muy alto Alto Medio Bajo Muy bajo Inmigración
Total
Muy alto 1.89 2.18 1.54 1.56 1.01 6.82
Alto 1.79 2.38 2.24 2.70 2.31 7.28
Medio 0.64 0.99 0.80 1.21 1.24 6.99
Bajo 0.53 1.00 0.94 1.16 1.50 5.76
Muy bajo 0.33 0.69 0.69 1.01 1.56 5.43
Emigración 5.18 7.23 6.21 7.64 7.63 6.61
18 a 29 años
Muy alto 3.12 3.89 2.88 2.96 1.99 12.88
Alto 2.72 3.86 4.07 5.00 4.71 12.75
Medio 0.94 1.58 1.36 2.02 2.43 11.57
Bajo 0.87 1.60 1.60 2.05 2.91 9.61
Muy bajo 0.57 1.16 1.23 1.90 3.13 9.37
Emigración 8.21 12.10 11.15 13.93 15.17 11.57
30 a 59 años
Muy alto 1.64 1.66 1.10 1.10 0.60 5.16
Alto 1.70 2.00 1.65 1.94 1.39 5.64
Medio 0.59 0.84 0.64 1.01 0.81 5.67
Bajo 0.46 0.86 0.77 0.90 1.01 4.72
Muy bajo 0.27 0.56 0.53 0.75 0.99 4.32
Emigración 4.66 5.93 4.69 5.70 4.80 5.20
60 años o más
Muy alto 0.73 0.82 0.55 0.43 0.40 2.37
Alto 0.61 0.90 0.88 0.95 0.68 2.78
Medio 0.35 0.41 0.26 0.37 0.35 2.80
Bajo 0.23 0.38 0.30 0.34 0.41 1.91
Muy bajo 0.12 0.23 0.22 0.27 0.34 1.45
Emigración 2.04 2.73 2.20 2.36 2.19 2.32

Fuente: tablas 2 y 4.

Bajo la hipótesis que la migración es un medio para mejorar las condiciones de vida, nuestra premisa es que la migración debe ser más intensa, en términos relativos, cuando se sube de estrato de bienestar, que -saliendo de una unidad geográfica- se permanece en el mismo estrato o se desciende. Y, en la emigración total, debe ser inversa, es decir, las tasas deben aumentar conforme disminuye el bienestar.

La premisa se cumple solo de manera parcial. Si se omite la etapa del ciclo de vida, en ambos sexos, igual que en los flujos, la migración es más intensa hacia el estrato de bienestar alto que hacia el más alto, excepto en este último donde es dentro del estrato que se tiene la tasa más alta. Asimismo, en los hombres, es más alta la tasa hacia bajo que hacia medio cuando se sale de medio y muy alto; y en las mujeres, además cuando se deja alto y se prefiere bajo a medio, y cuando se opta por permanecer en muy bajo en lugar de ascender a bajo. La hipótesis tampoco se verifica en las tasas totales de inmigración y emigración.

Si atendemos a las tres etapas del ciclo de vida, nuestra presunción solo se verifica en casos similares al total de flujos, en ambos sexos; incluso se aprecian apenas algunas diferencias entre los tres intervalos etarios.

En la Tabla 8 se reproducen las tasas para la movilidad intraurbana. El acrecentamiento de la mudanza conforme se es más joven se cumple en todos los desplazamientos.

Tabla 8: Tasas de emigración de la población con derecho a votar según movilidad intraurbana, 2010-2015 

(Desplazamientos por cada mil habitantes)
Estrato de origen (residencia en 2010)
Estrato de destino Muy alto Alto Bajo Entrada
Hombres
Muy alto 7.25 1.85 0.41 9.50
Alto 3.98 2.70 1.20 6.89
Bajo 0.59 2.58 2.28 7.10
Salida 11.82 7.12 3.90 7.86
Mujeres
Muy alto 6.67 1.82 0.44 8.94
Alto 3.82 2.66 1.28 6.74
Bajo 0.58 2.57 2.55 7.31
Salida 11.07 7.05 4.27 7.65
Total
Muy alto 6.95 1.83 0.43 9.20
Alto 3.89 2.68 1.24 6.81
Bajo 0.58 2.57 2.42 7.21
Salida 11.42 7.08 4.09 7.75
18 a 29 años
Muy alto 8.85 2.22 0.61 11.80
Alto 4.75 3.29 1.66 8.22
Bajo 0.69 3.13 3.31 8.74
Salida 14.29 8.64 5.59 9.55
30 a 59 años
Muy alto 7.36 1.91 0.39 9.68
Alto 4.17 2.80 1.24 7.12
Bajo 0.63 2.68 2.36 7.49
Salida 12.15 7.39 3.99 8.11
60 años o más
Muy alto 2.46 0.76 0.18 3.31
Alto 1.58 0.98 0.37 2.78
Bajo 0.26 1.07 0.78 2.88
Salida 4.29 2.80 1.33 3.01

Fuente: tablas 3 y 6.

Nuestra hipótesis general no se cumple cabalmente; sin embargo, la mayor migración dentro del estrato es común a ambo sexos y en las tres etapas del ciclo de vida. Si en todos los casos se omiten los movimientos dentro del estrato, mientras quienes dejan el bienestar muy alto, logran mudarse más a alto que a bajo, en los otros dos grupos, encuentran mayor acomodo al descender de categoría de bienestar.

No podemos ahora aplicar las pruebas χ2 para independencia, porque no tenemos un conteo, ni de Kolmogoroff y Smirnoff, pues no contamos con distribuciones. No obstante, los altos coeficientes de correlación lineal, indican que hay alta correspondencia entre las tasas de migración de las distintas orientaciones de los flujos. En la migración entre estratos de unidades geográficas:

  1. Entre sexos del mismo grupo de edad 0.965 para 18-29 años, 0.991 de 30-59 años y 0.953 de 60 años o más.

  2. Del mismo sexo entre grupos de edad en los hombres, 0.830 de 18-29 años respecto de 30-59 y 0.821 en relación con 60 o más, y 0.965 de 30-59 con 60 o más.

  3. Del mismo sexo entre grupos de edad en las mujeres, 0.885 de 18-29 años respecto de 30-59 y 0.889 en relación con 60 o más, y 0.954 de 30-59 con 60 o más.

En la migración entre municipios dentro de la misma zona metropolitana o conurbación, todos los coeficientes de correlación son de 0.990 o más, excepto el vínculo entre 18-29 años y 60 o más años de edad que es 0.982.

Migración y educación

Arriba propusimos y reconocemos debatible que, del vínculo -si bien no total ni estricto- entre bienestar y educación, se puede presumir que aquellos con menor educación formal voten por quienes les prometan mejores condiciones de bienestar a futuro, y quienes han aprobado más años en el sistema escolar, tienen una visión más amplia de la oferta política. Si esta premisa se cumpliera, al menos parcialmente, podemos suponer que en los ciudadanos que mudan su residencia se mantuviera la distribución del voto reciente de sus lugares de origen, lo cual daría una idea gruesa del impacto de la movilidad territorial en las elecciones en los lugares de destino.

En la Tabla 9 se presenta el promedio de años aprobados por los miembros de los flujos entre unidades geográficas. Un primer rasgo que salta a la vista es la mayor educación entre los hombres que en las mujeres, lo cual pone de manifiesto la ancestral discriminación hacia las mujeres al ofrecerles menores oportunidades de adiestrarse; solo en el flujo de muy bajo bienestar a alto es apenas mayor la educación media de las féminas.

Tabla 9: Años promedio de educación e índice de Gini de la educación de la población con derecho a votar por sexo y condición migratoria entre unidades geográficas, 2010-2015 

Estrato de origen (municipio de residencia 5 años antes)
Estrato de destino Muy
alto
Alto Medio Bajo Muy
bajo
Inmigrantes No
migrantes
Residencia 2015
Años promedio
Hombres
Muy alto 12.7 12.3 11.5 11.1 9.6 11.9 10.9 11.0
Alto 12.2 11.3 11.0 10.6 9.5 11.1 10.0 10.1
Medio 11.2 11.0 10.4 10.2 9.3 10.5 9.0 9.0
Bajo 10.5 10.2 10.0 9.5 8.8 9.8 7.8 7.9
Muy bajo 9.0 9.4 9.4 9.1 8.6 9.1 6.4 6.4
Emigrantes 11.9 11.2 10.7 10.3 9.2 10.9
Residencia 2010 11.0 10.1 9.0 7.9 6.5 10.9 9.2 9.3
Mujeres
Muy alto 12.3 11.7 11.3 10.8 9.5 11.5 10.5 10.5
Alto 11.7 10.9 10.7 10.3 9.7 10.7 9.6 9.7
Medio 10.8 10.6 10.3 9.9 9.3 10.2 8.7 8.7
Bajo 10.3 10.1 9.8 9.3 8.8 9.7 7.6 7.7
Muy bajo 8.9 9.3 9.4 9.1 8.6 9.0 5.9 6.0
Emigrantes 11.5 10.9 10.5 10.0 9.2 10.5
Residencia 2010 10.5 9.7 8.7 7.7 6.1 10.5 8.9 8.9
Índice de Gini
Hombres
Muy alto 0.18 0.19 0.20 0.21 0.23 0.20 0.23 0.23
Alto 0.20 0.21 0.22 0.22 0.24 0.22 0.24 0.24
Medio 0.23 0.23 0.24 0.24 0.27 0.24 0.28 0.28
Bajo 0.25 0.25 0.26 0.27 0.29 0.27 0.33 0.32
Muy bajo 0.27 0.28 0.30 0.29 0.32 0.29 0.38 0.38
Emigrantes 0.21 0.22 0.23 0.24 0.27 0.23
Residencia 2010 0.23 0.24 0.28 0.32 0.38 0.23 0.29 0.28
Mujeres
Muy alto 0.19 0.20 0.21 0.21 0.23 0.20 0.24 0.24
Alto 0.20 0.22 0.23 0.23 0.24 0.22 0.26 0.26
Medio 0.24 0.23 0.23 0.25 0.27 0.24 0.30 0.30
Bajo 0.24 0.25 0.25 0.26 0.28 0.26 0.34 0.34
Muy bajo 0.26 0.27 0.28 0.28 0.28 0.28 0.42 0.42
Emigrantes 0.21 0.23 0.23 0.24 0.26 0.24
Residencia 2010 0.24 0.26 0.30 0.33 0.42 0.24 0.30 0.30

† Residentes en la misma unidad geográfica en 2010 y 2015.

Fuente: Micro datos de la Encuesta Intercensal 2015.

Un postulado clásico de la migración interna es el de “selectividad”, el cual se refiere a ciertas características individuales, principalmente la educación, comunes a los migrantes pero que los diferencian marcadamente de aquellos que han decidido permanecer en el lugar de origen. En su trabajo pionero sobre Estados Unidos, Blau y Duncan (1967) confirmaron empíricamente el postulado teórico de la selectividad positiva de los migrantes, es decir, que tienen mayores niveles de educación y mayor movilidad social que los no migrantes.10

Esta premisa se cumple, cabalmente, en los dos paneles superiores de la Tabla 9. Si se comparan cada una de las primeras cinco columnas con los no migrantes del mismo estrato, se puede ver que en casi todos los casos los años aprobados, en promedio, son mayores en los migrantes que entre aquellos que permanecen en la unidad geográfica, e incluso en la emigración total. Las excepciones en ambos sexos se advierten entre quienes dejan muy alto para asentarse en bajo (10.5 años en hombres y 10.3 años en mujeres) y muy bajo (9.0 y 8.9 años, respectivamente), que poseen menor adiestramiento que los no migrantes (10.9 y 10.5 años, respectivamente); y aquellos que se mudan de alto a muy bajo (9.4 años en hombres y 9.3 años en mujeres), cuya educación formal es inferior a quienes permanecen en alto (10.0 y 9.6 años, respectivamente).

Otro hecho que sobresale en los dos primeros paneles de la Tabla 9 es que la educación promedio aumenta conforme sube el nivel de bienestar de la unidad geográfica de origen (síganse las columnas para cada renglón) o de destino (véanse los renglones para cada columna). Apenas se perciben seis excepciones: bajo la óptica del origen, es mayor la formación de las mujeres que se establecen en alto bienestar que en muy alto cuando salen de muy bajo; y, desde la perspectiva del destino, quienes arriban a muy bajo, en ambos sexos es mayor la educación de aquellos que proceden de alto que de muy alto, y en las mujeres también quienes dejan medio bienestar respecto de aquellas que emigran de alto y de muy alto, y las que salen de bajo con más años aprobados que las que se mudan de muy alto.

Los índices de Gini para los flujos migratorios entre estratos se muestran en los paneles inferiores de la Tabla 9. Este indicador resumen la desigualdad en la oferta educativa: si vale cero, se tiene la perfecta distribución de la educación; cuando es igual a uno señala que la concentración es total.

En general, conforme aumenta el nivel de bienestar de la unidad geográfica, sube la equidad en la educación (disminuye el índice de Gini), tanto en los flujos específicos como en los totales, bajo la óptica de origen o de destino, y entre los no migrantes. Las excepciones se tienen solo bajo la óptica del destino; el eventual lector las puede constatar en los arribos a los estratos de medio y muy bajo bienestar.

Dejamos de lado la inspección para la movilidad intra urbana, pues al mantenerse en la misma zona metropolitana o conurbación, más que selectividad de quienes se desplazan, se vería el nivel de bienestar vinculado al nivel educativo, ya que este es una de las variables consideradas por el CONEVAL en el cálculo de la pobreza multidimensional.

Migración y salarios

Varias décadas antes que Blau y Duncan propusieran la selectividad, Ravenstein (1885, 1889) postuló que el deseo de vivir mejor era la razón principal para migrar, hipótesis que actualmente se considera evidenciada y se traduce en allegarse más recursos monetarios, sea para escapar de la pobreza, sea para recuperar el estatus perdido.

En la Tabla 10 se presentan los ingresos laborales para nuestro esquema migratorio. Tomamos salarios mínimos, en lugar de pesos corrientes, bajo la premisa que la diferencia regional en los salarios mínimos equipara el poder de compra de bienes y servicios en todos los municipios.

Tabla 10: Salarios mínimos promedio e índice de Gini de las percepciones de la población con derecho a votar por sexo y condición migratoria entre unidades geográficas, 2010-2015 

Estrato de origen (municipio de residencia 5 años antes)
Estrato de destino Muy alto Alto Medio Bajo Muy bajo Inmigrantes No migrantes Residencia 2015
Salarios mínimos
Hombres
Muy alto 6.4 5.4 4.2 3.8 3.1 5.2 4.4 4.4
Alto 5.6 4.6 3.8 3.5 2.8 4.3 3.6 3.6
Medio 4.4 4.5 3.4 3.1 2.7 3.8 2.9 3.0
Bajo 3.6 3.4 3.3 3.0 2.5 3.2 2.4 2.4
Muy bajo 2.3 2.5 2.5 2.4 2.2 2.4 1.6 1.6
Emigrantes 5.4 4.5 3.7 3.3 2.7 4.1
Residencia 2010 4.5 3.6 3.0 2.4 1.6 4.1 3.3 3.3
Mujeres
Muy alto 4.8 3.8 3.0 3.0 2.4 3.7 3.5 3.5
Alto 3.9 3.4 2.8 2.7 2.3 3.1 2.9 2.9
Medio 3.2 3.2 2.7 2.6 2.3 2.8 2.4 2.4
Bajo 2.8 2.6 2.5 2.4 2.0 2.5 2.0 2.0
Muy bajo 2.1 2.2 2.4 2.3 2.2 2.2 1.6 1.6
Emigrantes 4.0 3.3 2.8 2.7 2.3 3.1
Residencia 2010 3.5 2.9 2.4 2.1 1.6 3.1 2.8 2.8
Índice de Gini
Hombres
Muy alto 0.46 0.47 0.46 0.44 0.38 0.47 0.45 0.46
Alto 0.46 0.44 0.41 0.40 0.37 0.45 0.43 0.44
Medio 0.48 0.46 0.42 0.40 0.40 0.45 0.43 0.43
Bajo 0.48 0.48 0.46 0.45 0.42 0.47 0.46 0.46
Muy bajo 0.54 0.51 0.49 0.48 0.49 0.50 0.58 0.58
Emigrantes 0.48 0.47 0.44 0.43 0.41 0.47
Residencia 2010 0.46 0.44 0.43 0.46 0.57 0.47 0.48 0.48
Mujeres
Muy alto 0.48 0.47 0.43 0.46 0.38 0.48 0.48 0.48
Alto 0.48 0.48 0.45 0.45 0.40 0.47 0.47 0.47
Medio 0.51 0.50 0.48 0.47 0.45 0.49 0.49 0.49
Bajo 0.52 0.51 0.48 0.49 0.47 0.50 0.51 0.51
Muy bajo 0.55 0.54 0.49 0.52 0.53 0.53 0.60 0.60
Emigrantes 0.50 0.49 0.46 0.47 0.44 0.49
Residencia 2010 0.48 0.47 0.49 0.51 0.59 0.49 0.50 0.50

† Residentes en la misma unidad geográfica en 2010 y 2015.

Fuente: Micro datos de la Encuesta Intercensal 2015.

Se advierte un pago mayor a los hombres que a las mujeres, excepto en los traslados dentro del estrato de más bajo bienestar y entre los no migrantes del mismo conjunto de unidades geográficas. Debido a que, inexplicablemente, en la Encuesta Intercensal de 2015 no se preguntó por las horas trabajadas en la semana anterior, no se pueden estandarizar los salarios por hora y así tener una inspección más precisa del distanciamiento en las remuneraciones entre los sexos.

Dada la manera como construimos los estratos, se espera que el pago al trabajo aumente conforme sube el nivel de bienestar. Igual que en el caso de la educación, la propuesta se satisface bajo la óptica de la emigración en los cinco estratos en ambos sexos, excepto en las salidas femeninas de muy bajo bienestar, donde la retribución media es mayor entre quienes se mudan dentro del estrato que en aquellas que se dirigen a bajo bienestar.

Bajo el enfoque de la inmigración, se advierten las mismas excepciones para ambos sexos: en las llegadas hacia medio bienestar, donde es mayor el salario para quienes proceden de alto bienestar que para los que dejaron muy alto, y las entradas en unidades territoriales de muy bajo bienestar, donde las percepciones monetarias son mayores en los procedentes de alto, medio y bajo bienestar que los que se marchan de muy alto; y ahí mismo, en las mujeres también aquellas que parten de muy bajo bienestar.

Los índices de Gini para la concentración de los ingresos por trabajo en los flujos migratorios entre estratos se muestran en los paneles inferiores de la Tabla 10. Se aprecia cierto patrón claro bajo la óptica de la emigración masculina: para los cinco orígenes y no migrantes, una desigualdad mayor entre quienes se dirigen al estrato muy alto que los que llegan al alto, solo para luego aumentar en las corrientes que van hacia los estratos de menor bienestar, excepto en los que salen de baja, donde el descenso del índice de Gini avanza hasta el bienestar medio. En las mujeres, en cambio, el acrecentamiento en la desigualdad de las retribuciones aumenta conforme disminuye el nivel de bienestar, excepto en las que dejan medio bienestar para irse a bajo, y las que salen de bajo, con menor inequidad al arribar a alto que a muy alto bienestar.

De acuerdo con la perspectiva de la inmigración, en los varones se advierte un patrón más nítido que en las féminas: la concentración de las remuneraciones disminuye conforme desciende el nivel de bienestar de origen, siendo las excepciones las mudanzas dentro de las categorías extremas de bienestar, y las llegadas hacia medio procedentes de muy bajo. En las mujeres, la pauta masculina se rompe al contrastar los orígenes de bienestar medio y bajo, excepto en las llegadas a bienestar medio donde el patrón femenil se cumple de manera cabal.

La liga entre inequidad y migración se puede ver también mediante el concepto de privación relativa propuesto por Stark (1983), en el sentido que, al compararse con sus pares, el individuo o el hogar percibe la situación de desigualdad social y, a través de la migración, busca equilibrar su posición económica y social. Bajo este principio, Stark y Wang (2000) sugieren que a mayor grado de inequidad, mayor movilidad territorial. Para ver si se cumple esa hipótesis en nuestro caso, contrastamos las tasas (Tabla 7a y Tabla 7b) con los cocientes del índice de Gini (Tabla 10). Sea Mij la tasa de migración del estrato i hacia el estrato j y Gi y Gj los índices de Gini en los estratos de origen (renglón residencia 2010 en la Tabla 10) y destino (columna residencia 2015 en la Tabla 10), respectivamente.

Cabe, sin embargo, hacer una precisión. El individuo o su familia pueden identificar el grado de desigualdad reinante en el estrato i donde viven, pero es difícil argumentar que tengan una idea precisa de la situación en los posibles destinos j; no obstante, si pensamos que pueden tener alguna información de las condiciones en otras realidades, mediante redes sociales, medios impresos o electrónicos, etc., se puede aceptar que el cociente de alguna manera refleja la decisión racional individual, familiar o comunitaria para seleccionar el estrato j sobre cualquier otro. Así, relacionamos Mij con Gj/Gi.

El vínculo es muy débil: los coeficientes de correlación lineal son 0.398 para hombres y 0.554 para mujeres.

Conclusiones

En este trabajo inspeccionamos la migración interna de los ciudadanos mexicanos, es decir, aquellos que pueden votar. En vez de regiones territoriales contiguas e independientes, elegimos el criterio de estratos de bienestar, bajo la premisa que dado el vínculo entre bienestar y educación, es factible que los menos educados voten por quienes les prometan las mejores condiciones de bienestar a futuro, mientras aquellos con más años aprobados visualizan más la oferta global de los contendientes políticos.

Nuestras fuentes de datos son la Encuesta Intercensal 2015, de donde extrajimos los migrantes, su educación y salarios, y las estimaciones municipales de pobreza del CONEVAL.

Bajo el criterio que la migración implica quedar fuera del área de influencia de una ciudad, y dado que en la Encuesta Intercensal 2015 se capta la residencia anterior por municipio, consideramos como unidades geográficas a todos los municipios del país, excepto aquellos que formaban parte de una zona metropolitana o conurbación, circunscritas a dos o más municipios, donde tomamos como una sola unidad geográfica a cada una de esas zonas metropolitanas o conurbaciones. A las mudanzas entre unidades geográficas las llamamos migraciones; a los desplazamientos entre municipios dentro de una misma zona metropolitana o conurbación específica los denominamos movimientos intra urbanos.

En cuanto a la migración, el patrón general, tanto en los totales como en los tres grupos de edad considerados, se advirtió que los mayores traslados se dirigieron al estrato de alto bienestar, igual sucedió como las tasas de emigración entre y dentro de los estratos, excepto en el grupo de más alto bienestar, cuyo monto y tasa más alta se observó en la migración al interior del estrato.

La movilidad intra urbana mostró que el volumen más alto de desplazamientos se da dentro del mismo estrato, pauta que se replicó en las tasas de migración.

La contribución de la movilidad al crecimiento de la ciudadanía, esto es, la migración neta o saldo neto migratorio, exhibió -sin embargo- un escenario distinto. En la migración, los saldos más cuantiosos correspondieron al estrato de muy alto bienestar, seguido de la categoría intermedia, con voluminosas pérdidas en los dos estratos de menor bienestar. Sin embargo, el comportamiento difirió según la etapa del ciclo de vida, en ambos sexos.

Del lado de la movilidad intra urbana, el escenario se invirtió en los tres grupos de edad: la mayor pérdida de población, por el cambio de la residencia, se observó en el estrato de muy alto bienestar, de mucha menor cuantía pero aún con decremento en el de alto, con la consecuente ganancia en el conjunto de bienestar bajo. Presumimos que este comportamiento, propio del medio urbano, se pudo deber al difícil acceso al suelo habitacional de mayor precio (vinculado a los municipios de más alto bienestar) en zonas metropolitanas y conurbaciones.

En la educación de los ciudadanos migrantes, constatamos el viejo postulado de la selectividad, en el sentido que, efectivamente, poseen más años aprobados en el sistema escolar formal quienes se desplazan que aquellos que no lo hacen; y bajo el criterio del índice de Gini, que la concentración del capital humano aumenta conforme disminuye el nivel de bienestar.

La ancestral premisa, que la causa principal de la migración es la búsqueda de mayores ingresos monetarios, se satisfizo, pues los salarios medios de los emigrantes excedieron a las retribuciones de los no migrantes.

Espero que los resultados de esta inspección despierten el interés por analizar la movilidad territorial de la población con derecho a votar; quizás algún eventual lector examine el posible impacto de la migración en el voto de una unidad geográfica específica.

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1 De SAGARPA, CONAPO e INEGI (2018) tomamos la delimitación territorial de las 58 zonas metropolitanas de 2015 y dejamos de lado 16 que se componen de un solo municipio, porque la Encuesta Intercensal de 2015 no capta movilidad territorial dentro del municipio. Asimismo, agregamos 25 conurbaciones identificadas por SEDESOL y CONAPO (2012) para 2010 que se circunscribían a dos municipios.

2 Las no alimentarias incluyen el gasto en transporte público; limpieza, cuidados, servicios de conservación y mantenimiento de la vivienda; cuidados personales; educación, cultura y recreación; comunicaciones y servicios para vehículos; prendas de vestir, calzado y accesorios; cristalería, blancos y utensilios domésticos; cuidados de la salud; enseres domésticos; y artículos de esparcimiento.

3 Rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación y grado de cohesión social.

4 Debido a problemas en el levantamiento de la Encuesta Intercensal de 2015, no fue posible cubrir el mínimo de viviendas seleccionadas para garantizar la precisión deseada en el diseño muestral en once municipios del país: Buenaventura, Carichí, Santa Isabel, Temósachic y Urique en Chihuahua; Matías Romero Avendaño, San Francisco Chindúa, Santa María Chimalapa y Santa María Petapa en Oaxaca; San Nicolás de los Ranchos en Puebla; y General Plutarco Elías Calles en Sonora. A la población ponderada de la base de microdatos, se asoció el porcentaje de bienestar (o complemento a cien del de pobreza multidimensional) de 2010.

5 El último porcentaje se extrae de la base de CONEVAL (2017), no de la Tabla 1.

6 Nacidos en territorio mexicano o embarcaciones o aeronaves mexicanas, o en el extranjero de padres mexicanos.

7 Extranjeros que obtienen carta de naturalización de la Secretaría de Relaciones Exteriores o que contraen nupcias con un ciudadano mexicano y cubren ciertos requisitos de legales.

8 De acuerdo con Martínez (2017), el coeficiente de variación de 14.2 por ciento del quinquenio previo indica que el porcentaje es de buena calidad; y para el año previo de 23.9 por ciento señala que la valoración es aceptable.

9La simetría de las migraciones netas con respecto a la diagonal principal, en los dos paneles inferiores del cuadro 2, se debe a que inmigrantes y emigrantes se intercambian según el estrato de referencia. Por ejemplo, de acuerdo con el panel superior, 136,970 hombres llegan al estrato muy alto del alto (inmigrantes) y 96,111 lo hacen en dirección opuesta (emigrantes); desde la perspectiva del estrato alto, en relación con muy alto, los inmigrantes son 96,111 y los emigrantes 136,970. Así, muy alto gana 40,859 ciudadanos con alto, misma cifra que este estrato pierde respecto de aquél.

10 Chiswick (2000) cita varios estudios sobre migración interna en Estados Unidos y Canadá que corroboran el hallazgo, e incluso que, aunque la selectividad disminuye conforma aumenta el número de traslados, los migrantes siguen siendo positivamente más selectos que aquellos que nunca se movieron.

Recibido: 28 de Mayo de 2018; Aprobado: 13 de Agosto de 2018

Virgilio Partida Bush Actuario y Doctor en Ciencias Políticas y Sociales con orientación en Sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México y Maestro en Demografía por El Colegio de México. Profesor en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, El Colegio de México, El Colegio de la Frontera Norte, Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social (ciess), Instituto Tecnológico Autónomo de México y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, donde actualmente se desempeña como profesor e investigador. Es autor o coautor de 22 libros y más de cien artículos, capítulos en libros y colaboraciones periodísticas. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel III y Profesor Honorífico del ciess. Dirección electrónica: vpartida@prodigy.net.mx

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