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Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.18 no.73 Toluca jul./sep. 2012

 

Reflexiones metodológicas a partir de los datos e instrumentos de los censos de población y vivienda de 2000 y 2010 para el Estado de México

 

Methodological reflections from data and instruments of the 2000 and 2010 Population and Housing Censuses

 

Juan Gabino González-Becerril y Patricia Román-Reyes

 

Universidad Autónoma del Estado de México

 

Este artículo fue
recibido el 9 de febrero de 2012
aprobado el 10 de agosto de 2012.

 

Resumen

El objetivo de este trabajo es analizar algunos datos estadísticos sobre la migración y los desplazamientos habituales de la población con base en los datos censales de 2000 y 2010, los cuales ofrecen una perspectiva muy valiosa tanto del perfil del fenómeno migratorio como de las principales características sociodemográficas de la población migrante. Para realizar este análisis se utilizaron los datos de las variables y dimensiones sobre desplazamientos de la población según lugar de nacimiento y su lugar de residencia cinco años antes del levantamiento censal. Haciendo uso de las matrices y tasas podremos ubicar a entidades receptoras y expulsoras en torno a la movilidad de su población, así como identificar las características individuales de la población migrante. La muestra censal permite contar con información actualizada sobre los intercambios cotidianos de población laboral entre los municipios y entidades del país.

Palabras clave: población migrante, desplazamientos de la población, movilidad de la población, muestra censal.

 

Abstract

The objective of this work is to analyze some statistical data on migration and the habitual displacements of the population based on censual data for 2000 and 2010, which offer a very valuable perspective both of the profile of the migration phenomenon as well as the main socio-demographic characteristics of the migrant population. In order to carry out this analysis data of the variables and dimensions of displacements of populations according to place of birth and their residence five years before the census. Making use of the matrixes and ratios we will be able to locate the ejecting and recipient states based on the mobility of the population, as well as identify the individual characteristics of the migrant population. The censual sample allows having updated information on the quotidian interchanges of working population between municipalities and states of Mexico.

Key words: migrant population, population displacements, population mobility, censual sample.

 

Introducción

La información estadística sobre migración interna en el país se ubica fundamentalmente en los censos y conteos de población y vivienda que han permitido conocer las tendencias de la dinámica de los flujos entre las distintas entidades y regiones del país, así como las características sociodemográficas de los migrantes. Si bien los datos sobre inmigrantes internacionales al país (personas nacidas en el extranjero y los residentes en otro país que arribaron en el periodo reciente a México) se concentran en los intercambios de población entre Estados Unidos y México comienzan a evidenciar la necesidad de observar también al Estado de México como una entidad de emigración internacional. Asimismo, la riqueza y cobertura censal han permitido por segunda vez contar con información reciente sobre los intercambios cotidianos de población laboral entre los municipios y entidades del país, así como con los países con quienes tenemos frontera, específicamente, al norte con Estados Unidos y al sur con Guatemala.

En los instrumentos del XIII Censo General de Población y Vivienda los reactivos incorporados permiten medir y conocer el fenómeno migratorio desde la perspectiva del lugar de nacimiento, de la residencia en una fecha fija, del lugar de residencia de los hijos sobrevivientes y de los hogares con migrantes internacionales en un periodo determinado. Así, la migración es medida en estos instrumentos mediante las siguientes dimensiones:

• Migración interna (absoluta y reciente);

• Inmigración internacional (absoluta y reciente);

• desplazamientos habituales (lugar de trabajo y lugar de asistencia escolar) y,

• Migración internacional (hogares con migrantes de retorno y hogares con emigrantes).

En este orden de ideas, este ensayo tiene como objetivo abordar la importancia de cada una de estas preguntas y procedimientos en torno a la medición del fenómeno de la movilidad espacial de la población en el Estado de México.

 

Breve recuento de las principales perspectivas y enfoques para entender la migración

En esta sección presentamos una síntesis de algunas de las distintas posiciones teóricas para entender a la migración, ya que consideramos que toda discusión metodológica requiere tener presente el sustento teórico que da soporte al fenómeno bajo estudio.

Consideramos pertinente comenzar este breve recorrido teórico discutiendo los aportes de la teoría de la modernización que se ha preocupado por responder interrogantes vinculadas con las razones por las cuales las personas migran, así como conocer las características de los migrantes y de su proceso de asimilación a los lugares de destino. Los tipos de movilidad territorial que se estudian preferentemente son las migraciones del campo a la ciudad. La perspectiva teórica sociológica dominante, argumenta que el movimiento migratorio implica cambio o pasar de una sociedad tradicional a una moderna. Esta vertiente tiene como unidad de análisis al individuo y como fuente de información las encuestas y entrevistas en los lugares de origen. Las técnicas que mayormente utiliza para desarrollar sus argumentos son los análisis descriptivos y las relaciones multivariadas o de regresión simple.

Por su parte, el enfoque económico se ha centrado en tópicos tales como en la magnitud en que la migración responde a los diferenciales geográfico salariales, oportunidades empleo, costos monetarios de transporte, costos de oportunidad del traslado, etc. Los tipos de movilidad del cual se ocupa son: la migración rural-urbana y la migración entre unidades administrativas fundamentalmente. La perspectiva teórica económica enfatiza en que las personas migran como consecuencia de una decisión racional que toma en cuenta los costos y beneficios entre los lugares de origen y destino. La disciplina dominante de esta perspectiva es la economía neoclásica cuya unidad de análisis son grandes agregados de flujo entre áreas geográficas y de individuos, si bien la nueva economía de la migración también toma en cuenta a la familia. Sus principales fuentes de información han sido datos censales y otras fuentes secundarias, aunque también utilizan, para su análisis, técnicas econométricas de regresión múltiple y ecuaciones simultáneas.

La perspectiva estructuralista se centra en los tópicos relacionados con la reconstrucción del cuadro histórico en que ocurren los procesos migratorios, propiedades estructurales del área de origen y destino, de las regiones y países, estilos de desarrollo, formas que adquiere la movilidad territorial, el desarrollo capitalista, estructura de clase, desigualdad social y globalización. Los tipos de movilidad que ha estudiado son: la migración rural urbana, migraciones permanentes, migraciones recientes, migraciones pendulares, migraciones temporales, etc. La perspectiva teórica dominante ha sido la teoría de la dependencia, la centro-periferia, el colonialismo interno, la reestructuración económica y globalización. Las disciplinas preponderantes en esta perspectiva es la sociología, si bien también recibe aportes de la antropología, la economía y la ciencia política. Las unidades de análisis estudiadas por dicha vertiente teórica son la clase social, y los grupos socioeconómicos. En los estudios empíricos la mayor parte trabajan con áreas geográficas, si bien algunos estudios combinan unidades de análisis como individuos y hogares. Sus principales fuentes de información son: datos censales, otras fuentes secundarias, encuestas, entrevistas en profundidad y estudios de campo. Sus técnicas de análisis más usuales son los análisis descriptivos y de causalidad social, análisis multivariados, de trayectoria y análisis histórico.

Dentro de la perspectiva demográfica los tópicos más comunes en el análisis de la migración son: la descripción del fenómeno demográfico, el mejoramiento de los datos básicos y el desarrollo de medidas demográficas y migratorias apropiadas. La movilidad frecuentemente es estudiada desde esta vertiente a través del análisis de: la migración neta derivado de la inmigración y la emigración (bajo los enfoques de lugar de nacimiento, lugar de residencia anterior y lugar de residencia cinco años antes del levantamiento censal) y recientemente ha incorporado a su análisis la migración pendular o desplazamientos habituales los cuales son cada vez más frecuentes en las grandes metrópolis. Su preocupación teórico metodológica se centra en la conceptualización de variables demográficas y la disciplina dominante es la demografía. Sus unidades de análisis son grandes agregados de individuos y áreas geográficas. Recientemente se ha incorporado a los hogares y las familias de migrantes internos e internacionales. Las principales fuentes de información son los censales, la estadísticas vitales, encuestas sociodemográficas, registros administrativos, registros electorales, etcétera.

La demografía se apoya de argumentos de la economía, la sociología, la antropología, la geografía y la ciencia política para entender los procesos migratorios en el tiempo.

 

Causas de la migración interna

Las causas más comunes de la migración, enumeradas en diversas investigaciones, se ubican en factores de índole económica y demográfica, si bien también las redes sociales, los factores ambientales y desastres naturales han demostrado incidir al momento de decidir migrar. Al pensar en las causas que propician la migración queremos enfatizar en algunos elementos (Rodríguez y Busso, 2009):

• Los modelos microeconómicos ortodoxos sostienen que los migrantes están dotados de racionalidad económica para evaluar los costos-beneficios que influye en la toma de decisiones para migrar. Algunos autores de esta corriente sostienen que hay factores de atracción construidos socialmente que constituyen factores subjetivos y simbólicos, como el efecto "imán", "las luces de la ciudad", los mecanismos de circulación de la información, las redes sociales que, en algunos casos ayudan a reducir costos de inserción y aumenta la posibilidad de éxito, entre otros.

• Los diferenciales de la productividad entre territorios; en el marco de modelos de desarrollo basados en la industrialización tendió a generar sistemas duales con dos polos, dos binomios: campo asociado con la agricultura y ciudad vinculado con la industria. En un entorno de salarios competitivos, la mayor productividad debería traducirse en mejores salarios relativos en las ciudades. Sin embrago, otros sostienen que en la actualidad no hay dos polos diferenciados sino múltiples alternativas territoriales que tienen potencialidades. En efecto, la productividad de los territorios se encuentra cada vez más ligada a ventajas competitivas más dinámicas y cambiantes que las de antaño y tienen eslabones de mayor complejidad con generación de empleo -directo e indirecto-, por lo que los flujos migratorios resultan más volátiles y difíciles de predecir. A ello se agregan nuevos diferenciales territoriales como las estrategias de relocalización, expansión o fusión de las empresas e implican traslados, en cierta forma, obligados para determinado grupo de trabajadores profesionales y técnicos. Estas estrategias se vuelven muy atractivas para familias de clase media y alta que buscan mantener sus beneficios del ámbito metropolitano (trabajo, educación, cultura, entretenimiento, servicios), eludiendo sus desventajas (congestión, contaminación, delincuencia e inseguridad, precio del suelo, inhospitalidad); a ello incorporan adultos mayores, jubilados de ingresos medios y altos hacia zonas donde la calidad de vida es mucho mejor que en un conglomerado urbano (ejemplos, Valle de Bravo, Ixtapan de la Sal, etc.).

• Factores de expulsión en ámbitos de pobreza estructural; históricamente este factor ha operado en el sector rural y en ciertas regiones marcadas por el rezago estructural, la vulnerabilidad ambiental o en áreas con desconexión de los principales polos desarrollados. La migración del campo a la ciudad se explica fundamentalmente por factores de expulsión estructural como la concentración de la propiedad agrícola, el rezago productivo de la agricultura familiar y la marginación del campo de los avances tecnológicos. A esto se agregan modelos de desarrollo basados en la exportación de las grandes propiedades agrícolas, al modelo de desarrollo desigual, por guerras, conflictos civiles (ejemplo, el caso de Colombia), desastres ambientales y ecológicos expulsan a grandes contingentes de población. Finalmente, los factores de expulsión más recientes, están asociados al cambio de modelo de desarrollo y en general a las transformaciones globales.

• Políticas públicas explícitas e implícitas; las políticas de redistribución de la población y el redireccionamiento de los flujos migratorios hasta las décadas de 1980 y 1990 cuyo propósito era desconcentrar la población y las actividades económicas, diversificar los sistemas urbanos, retener población en zonas definidas, promover el desarrollo y ocupar espacios vacíos (en México las zonas costeras). Para lograr tales propósitos se propusieron varios programas como: programas de colonización, medidas de desconcentración política-administrativa, reformas agrarias, programas de desarrollo regional, rural y urbano con enfoques de polos de desarrollo, creación de instituciones para la promoción de regiones prioritarias, ofrecimiento de incentivos y beneficios para la relocalización de empresas y de la población, entre otras.

• Factores individuales que influyen en la migración: el sexo y la edad se consideran atributos de la población que marcan una regularidad y diferencia empírica con la propensión a migrar. La etapa de la juventud se caracteriza por una mayor predisposición a migrar y se asocia con decisiones y eventos que implican puntos de inflexión, como el ingreso a la universidad, al mercado de trabajo, la nupcialidad, así como disposiciones psicosociales (menor aversión al riesgo y mayor interés en experimentar) que promueven o facilitan la migración. En cuanto a la especificidad del género de la migración parece ser un asunto principalmente masculino. Sin embargo, uno de los rasgos sobresalientes es la creciente y constante incorporación de la mujer en espacios ocupacionales en las ciudades, como el sector de servicios doméstico y la informalidad en general.

• Otro factor fuertemente asociado con la migración es la educación de los individuos. Al respecto, múltiples estudios han puesto en evidencia que la propensión a migrar se incrementa ante mayores niveles educativos. Los individuos con una mayor formación académica tienen una movilidad geográfica mayor. El estado civil, para algunos autores, inciden en que los trabajadores casados y con niños tengan una menor propensión a migrar, en cambio otros, sostienen que el formar pareja o tener hijos pueden generar decisiones migratorias a corta distancia (Alberts, 1977, Todaro 1995, Szasz, 1995, Rodríguez 2002, Rodríguez y Bosso, 2009). En cuanto a la situación laboral, los trabajadores desempleados han mostrado una mayor propensión a migrar que los empleados.

• Finalmente, dentro de estos factores, es importante mencionar el elemento étnico. Tradicionalmente, la migración de las poblaciones indígenas se ha clasificado dentro de dos subtipos migratorios: como migración permanente del campo a la ciudad o como migraciones estacionales. Recientemente, en el contexto de la globalización se recupera el valor de la heterogeneidad sociocultural que se manifiesta en hibridación, diáspora cultural y la llamada desterritorialización de las identidades que tiene dos consecuencias: por un lado fácil asimilación en el destino y un menor retorno a sus comunidades de origen.

 

Consecuencias de la migración interna

Las migraciones internas desempeñan un papel de gran importancia en las transformaciones demográficas, económicas y sociales. En el terreno demográfico, tiene impacto directo sobre el crecimiento y estructura de la población, porque redefinen la estructura de la población en los lugares de origen y destino, además, el cambio de residencia habitual puede modificar la fecundidad y la mortalidad.

En el plano económico, da lugar al surgimiento de nuevas clases sociales y aparición de otras (por ejemplo, la proletarización del migrante de origen rural). Desequilibrio entre la oferta y demanda de fuerza de trabajo, problemas de absorción de los migrantes por la economía y la sociedad en los lugares de destino, lo que contribuye a la formación de población marginal en el lugar de destino,1 (Singer 2003).

La migración puede tener implicaciones en el uso de la infraestructura urbana y generar subutilización o saturación. Esto se relaciona con los movimientos pendulares o habituales que afectan el funcionamiento y la gobernabilidad de las ciudades por la migración de carácter centrifuga.2

Pero también dentro de las consecuencias de la migración se pueden mencionar situaciones positivas para las zonas de origen, como por ejemplo: el alivio de algunos problemas de superpoblación, el logro de una mayor homogeneidad cultural o política, una disminución de la presión sobre los recursos disponibles, la inversión de las remesas internas de dinero que envían los emigrantes, la disminución del desempleo; el aumento de la productividad y el aumento de la venta de productos en otras regiones del país.

Claro que entre las principales consecuencias negativas para el lugar de la emigración se pueden mencionar el despoblamiento, aumenta el envejecimiento de la población (porque los que emigran suelen ser jóvenes), sucede un paulatino agotamiento del flujo migratorio entre el campo y la ciudad, aumenta el abandono de las viviendas. Suelen irse las personas más productivas y con mayor afán de superación. Se produce un cambio en la estructuras tradicionales de la familia, y la formación de grupos familiares con alta vulnerabilidad, así se tienen casos de: a) familias con jefatura masculina, y la ausencia prolongada de la madre; b) las familias con jefatura femenina y ausencia prolongada del padre; c) hay familias donde faltan padre y madre a la vez, d) los hijos son criados por los abuelos o uno de ellos; los tíos o uno de ellos o una familia vecina (Rodríguez, 2009).

Para el lugar receptor de la inmigración también se pueden mencionar consecuencias positivas, como el rejuvenecimiento de la estructura de la población, la población se hace más dispuesta a los cambios (sociales, culturales, técnicos). Aportan capital y mano de obra, técnicas (innovación tecnológica), llegan personas ya preparadas sin que haya tenido que invertirse en su preparación y aumenta el consumo.

Entre las consecuencias negativas en los lugares de destino se encuentran la redistribución territorial de la población, flujos intrametropolitanos, asimismo, hay diferentes tipos de migración según su duración, su encadenamiento con desplazamientos previos o previstos, sus motivaciones y la unidad que migra (individual, familiar o colectiva), provocan desequilibrios en cuanto a la estructura por edad y sexo. Introducen una mayor diversidad cultural, política, lingüística, religiosa, llegando a formarse grupos completamente segregados y marginales. Según Rodríguez y Busso (2009), perjudica la conciencia gremial de la clase trabajadora, ya que los inmigrantes suelen aceptar salarios inferiores a los de la población local. Aumentan las necesidades de servicios, sobre todo, asistenciales y educativos; aumentan las importaciones de productos de los lugares de procedencia de los inmigrantes. Las remesas internas de dinero hacia los lugares de procedencia de los inmigrantes suelen ser muy bajas y de poco impacto al desarrollo local. Hay una disminución de los salarios en algunas ramas o sectores por la explotación laboral de los inmigrantes, etc. (Rodríguez, 2009).

Por último, la diversificación y volatilidad de la migración interna supone que sus consecuencias a escala local son más variados y complejos que en el pasado. Ciertamente estos efectos no se limitan solo al crecimiento, pues está ampliamente demostrado que, por la selectividad de la migración, sus consecuencias a escala local en materia de composición de la población son al menos tan importantes como las relativas a su incremento.

 

Metodología y fuentes de información

La principal problemática metodológica al momento de cuantificar (o estimar) los desplazamientos poblacionales tienen que ver con la dificultad que conlleva considerar tanto los sitios de origen como el destino de los movimientos de población. Por ello, cualquier estudio del fenómeno migratorio debe tomar en cuenta las modalidades migratorias en distintos tiempos y espacios de referencia. Los cambios en la composición y características demográficas de la migración interna e internacional, le imprime una mayor complejidad aún a esta medición. A la dificultad de cuantificar y caracterizar la migración se suma la repetición de sus movimientos lo que implica multiplicidad de tipos de "migraciones".

Algunos comentarios sobre el Censo de Población y Vivienda Mexicano de 2010

Actualmente, la importancia de los censos poblacionales recae en que permiten conocer características sociodemográficas de la población, e identificar las necesidades en materia de vivienda, educación, salud, servicios e infraestructura, así como situaciones de rezago social e identificación de grupos en situación de vulnerabilidad (INEGI, 2011).

En México, del 31 de mayo al 25 de junio del 2010, se realizó el Censo de Población y Vivienda 2010, el cual puede ser considerado el mayor proyecto estadístico del país, ya que la información que recopila permite dar cuenta de la situación demográfica en México, y expone las principales características socioeconómicas de la población (INEGI, 2011a: XIII).

Los objetivos principales de Censo fueron contar a la población residente del país, actualizar la información sobre sus principales características demográfica y socioeconómicas, ubicar su distribución en el territorio nacional; así como enumerar a las viviendas y captar datos sobre sus características básicas; a la vez que se buscó enriquecer la serie histórica de información y generar insumos para la elaboración de proyecciones de población (INEGI, 2011).

La información utilizada en este documento proviene de la muestra del 10 por ciento de viviendas (de cada municipio) del Censo del año 2000 (cuestionario ampliado) y la encuesta por muestreo de viviendas del Censo del año 2010 (cuestionario ampliado), mismos que son importantes para la descripción de los stocks y las variables demográficas que expresan las causas de la migración interna, específicamente, los conceptos y enfoques siguientes:

• Migración interna (lugar de nacimiento y lugar de residencia hace cinco años), según edad, sexo, estado civil y escolaridad.

• Inmigración internacional, emigración y retorno (absoluta y relativa), según edad, sexo, estado civil y escolaridad.

• Desplazamientos habituales (lugar de trabajo y lugar de asistencia escolar), según edad, sexo, estado civil y escolaridad.

A nivel teórico y metodológico, estos enfoques permiten asociar el fenómeno migratorio con factores estructurales y económicos que impulsan la migración de las poblaciones, caracterizarlas demográficamente y en menor medida caracterizar también el uso de redes sociales y familiares que contribuyen a mantener el flujo migratorio. En este trabajo pretendemos discutir metodológicamente la cuantificación y estimación del saldo migratorio, comparar la migración interna por lugar de nacimiento y lugar de residencia cinco años antes del levantamiento censal y los movimientos habituales con base en los dos últimos censos (2000 y 2010), a nivel individual y con especial atención es verificar su comportamiento en el tiempo, la diferencia en los movimientos por sexo, edad, estado civil y nivel de escolaridad, para el Estado de México.

 

Principales datos sobre la migración interna mexiquense a partir de los censos de población

Históricamente, la migración interna ha sido el principal componente de los cambios observados en el tamaño, la estructura y en la distribución territorial de la población de la entidad. En una primera etapa, en el contexto del modelo de desarrollo por sustitución de importaciones, hubo un traslado masivo de población del campo a la Ciudad de México lo que dio lugar al acelerado crecimiento de la población urbana y a una alta concentración espacial en la principal metrópoli del país (Ciudad de México), al tiempo que las localidades rurales experimentaron un crecimiento demográfico menor que está impactando fuertemente en las estructuras poblacionales de muchas de estas localidades, al extremo de hablar en la actualidad de despoblamiento de muchas de ellas.3 Más recientemente, en el contexto del proceso de reestructuración económica y de apertura hacia el exterior, los flujos migratorios se han diversificado y ampliado en el territorio estatal: por un lado algunas ciudades o municipios metropolitanos de mayor tamaño han visto disminuir su poder de atracción, mientras que un número mayor de ciudades medias y pequeñas han venido consolidándose como destinos alternos, no sólo para la población de origen rural, sino cada vez más para la población procedente de otras ciudades.4

El impacto sobre el tamaño, estructura y distribución territorial de la población podrá verificarse con el enfoque de lugar de nacimiento, se ha incluido prácticamente en todos los cuestionarios censales del país. Es una pregunta directa mediante la cual se puede identificar la entidad de nacimiento para los nacidos en México y el país de nacimiento para los nacidos fuera de territorio nacional. Algunos autores lo reconocen como el concepto que mide la migración acumulada, porque registra el movimiento en toda la vida de las personas, y en ocasiones sin haber residido en su entidad de nacimiento.

Con base en este concepto podemos apreciar que el Estado de México presentó tres principales cambios de la migración interna (González 1998):

1. De 1950 a 1970 se transformó de una entidad receptora a una expulsora, pues de tener una saldo migratorio acumulado desfavorable de 343 mil en 1950, pasó a uno de 587 mil personas. Vale decir que en 1950 los inmigrantes representaban cinco por ciento de la población de la entidad que ascendió a 27 por ciento del total poblacional en 1970. Esto sucedió en el contexto del modelo de desarrollo hacia adentro en donde grandes masas de población se desplazaron desde zonas agrícolas hacia los principales centro urbanos.

2. Los grandes problemas estructurales de la economía se agudizaron con la crisis económica de los ochenta y el sismo de 1985, situaciones ambas que se combinaron para recibir grandes contingentes de población provenientes desde el Distrito Federal. Así, en el periodo de 1970 y 1980, los inmigrantes representaron 29 por ciento y casi 40 por ciento de la población total en los años citados. Esto implicó una expansión de la población hacia los municipios pertenecientes a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México y Toluca.

3. De 1990 a 2010, periodo caracterizado por crecimiento económico moderado, crisis económicas recurrentes (en 1995 y 2008) y contraurbanización,5 la inmigración en términos relativos sigue siendo muy grande al representar en 1990, 40 por ciento y en 2010, 38 por ciento de la población estatal. También en términos absolutos los inmigrantes acumulados del Estado de México en 2010, era cercano a la población estimada por Naciones Unidas a julio de 2010 a la de Dinamarca (cinco millones 550 mil), Nicaragua cinco millones 788 mil y Eritrea (cinco millones 254 mil personas).6 Es por ello que el Consejo Nacional de Población (CONAPO, 1998) la ha ubicado como entidad de alta intensidad en la inmigración.

En otros términos, el censo de población de 2000 registró 5 059 089 personas que declararon haber nacido en otra entidad, lo que representaba 38.6 por ciento del total de la población de nuestro estado. Para 2010, el censo registró 5 566 585 personas (lo que representó 30 por ciento de los más de 15 millones de habitantes mexiquenses) lo que implicó un aumento de 507 496 personas en los últimos diez años. En 2000, 57.7 por ciento de las personas que declararon haber nacido en otra entidad fueron mujeres en tanto este dato para 2010, representaba 52.2 por ciento. Asimismo, en 2000, los nacidos en otra entidad, 40.4 por ciento tenían entre 20 y 39 años de edad cumplidos, es decir, estaban en edad productiva o lo que es lo mismo en edad de trabajar. Para el año 2000, en este mismo tramo de edades representaban 36.6 por ciento aumentando el de las edades superiores (véase gráfica 1).

Además de las características descritas anteriormente, consideramos relevante presentar algunos datos sobre el capital humano de los inmigrantes internos mayores de cinco años, en tanto que algunos autores sostienen que existe fuga de capital humano altamente calificado hacia otras entidades. Esto se puede verificar a través del nivel de escolaridad de los inmigrantes y de quienes han nacido en la entidad. En una primera aproximación podemos observar que en los últimos diez años el nivel educativo de los nacidos en otra entidad aumentó en números absolutos. Las personas sin escolaridad aumentaron en 37 mil, aquellos con educación básica se incrementaron en 27 mil, los de media superior en 184 mil y los de superior 143 mil personas (véase cuadro 1). Para el caso de los nativos también se incrementó el tamaño absoluto en todos los niveles educativos. Con estas cifras podemos aventurar la hipótesis que los migrantes internos son cada vez más educados similar a los nativos o posiblemente ligeramente más educados. Esto es porque en el Distrito Federal el grado promedio de escolaridad de sus habitantes es de 10.5 y la de la entidad de 9.1 grados de escolaridad.7 Los mayormente educados son los más propensos a migrar internamente, en donde destaca el caso de las mujeres que llegan a la entidad.

En cuanto al estado civil, de los inmigrantes a la entidad la mayoría son casados, los cuales en 2000 representaban 48.3 por ciento de la población de 12 años o más y en 2010, 45.3 por ciento. Mientras que los solteros son quienes le siguen en cuanto al porcentaje condición o estado civil de las personas nacidos en otra entidad; en 2000 estos representaban 31 por ciento y en 2010, 27.7 por ciento. Los porcentajes restantes se distribuyeron en las otras situaciones como unión libre que aumentó de 11.9 por ciento en 2000, 16.8 por ciento en 2010, los separados se ubicaron en 3.4 por ciento en 2000 y 5.1 por ciento en 2010; disminuyó el porcentaje de divorciados inmigrantes de 1.6 a 1.2 en el lapso de 2000 a 2010, y la situación de viudez aumentó de 4 a 4.8 por ciento. Con esto nos aproximamos a poder corroborar la hipótesis de que hay una mayor migración de personas casadas y solteras.

El saldo migratorio representa el componente migratorio del crecimiento total de una población. La magnitud de este saldo se mide calculando la diferencia media anual entre los inmigrantes y los emigrantes de una población.8

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) las entidades con mayor porcentaje de población nacida en otra entidad o país son: Quintana Roo, con 54 por ciento de sus residentes; Baja California, con 45.1 por ciento; Baja California Sur, con 39.7 por ciento; y el Estado de México, con 37 por ciento.

Esto también se puede ver reflejado en los saldos migratorios. En el cuadro 2, tenemos que las entidades que presentan un saldo positivo son: el Estado de México con 4.8 millones de personas, Baja California con 1.1 millones, Nuevo León con 790 mil personas, Tamaulipas con 592 mil, Veracruz con 582 mil y Quintana Roo con 549 mil.

Por otra parte, tenemos a entidades perdedoras de población producto de una mayor emigración de sus habitantes: el Distrito Federal, Yucatán, Guanajuato, Querétaro, Guerrero, Michoacán, Puebla, Sinaloa entre otros (véase cuadro 2).

 

Migración reciente

La pregunta sobre lugar de residencia en una fecha fija previa al levantamiento censal se ha incluido en los cuestionarios del censo de 1990, 2000, el conteo de 2005 y el censo de 2010. Si bien existe una continuidad en este diseño conceptual se puede decir que existen algunas diferencias mínimas.

La pregunta utilizada es sencilla y directa, mediante ella se logra identificar el lugar de residencia de las personas en una fecha fija previa al evento censal, en este caso cinco años antes, por lo cual sólo se ha aplicado a las personas que al momento del censo tenían cinco años cumplidos o más. En estricto sentido este procedimiento ofrece información sobre la migración en un periodo que se considera suficiente para informar el impacto del fenómeno tanto en el lugar de origen como el de destino.

El INEGI sostiene que el censo de 2010 registró que 3.3 millones de personas de cinco o más años de edad vivían en junio de 2005 en una entidad diferente a la de su residencia en junio de 2010.

El saldo neto migratorio reciente, al interior del país para 2010, reportó que las entidades que ganaron población y que son catalogadas como de fuerte atracción de población son Baja California Sur, con una ganancia neta de 10 por ciento y Quintana Roo, con 8.1 por ciento, Colima cuatro por ciento, Nayarit 3.4 por ciento, lo mismo que Querétaro, Hidalgo 2.3 por ciento, Morelos 2.1 por ciento y el Estado de México con 1.8 por ciento. Por el contrario, el Distrito Federal, pierde población al registrar un saldo negativo de 6.3 por ciento, Guerreo 1.8, Tabasco 1.4, Chiapas 1.3 y Sinaloa 1.1 por ciento.

En los últimos cinco años, 583 mil 607 personas llegaron al Estado de México contra 332 mil 627 abandonaron el estado en el mismo periodo, lo que arroja un saldo positivo de 250 mil 980 personas; de las cuales la mayoría son mujeres.

Mención especial merece la inmigración reciente que procede del norte del país (la que se refiere en los últimos cinco años) ha presentado tasas de crecimiento altos. Principalmente de Baja California, Baja California Sur, Sonora, Nayarit, Nuevo León, Durango, Querétaro y Tamaulipas. La hipótesis de su incremento en los últimos diez años obedece a los problemas de violencia e inseguridad que priva en estas entidades (véase cuadro 3).

Entre las principales características individuales que causan o motivan la migración interna reciente de la población de cinco años o más, destacan:

1. Con este enfoque del lugar de residencia los cinco años previos al levantamiento del censo, podemos decir que disminuyó la inmigración reciente al ser en 2000, 688 200 personas y 2010, 583 607 personas. Esto implica que han llegado a la entidad en los últimos cinco años (de 2005 a 2010), 116 mil personas anuales y 319 personas diarias (esta cifra en 2000, era de 377 personas diarias en promedio).

2. Destacamos la presencia femenina en la migración reciente ya que representan alrededor de 52 por ciento del total de estos inmigrantes.

3. El 60 por ciento de esta migración reciente tenía entre 19 y 39 años de edad en 2000, cifra que disminuye a 57 por ciento en 2010.

4. En el año 2000, 67.3 por ciento de inmigrantes recientes contaban con educación básica, 17.3 por ciento media superior, 10.3 por ciento con nivel superior, 4.2 sin escolaridad y 0.9 por ciento no especificaron su nivel de escolaridad. Para 2010, estos mismos rubros fueron de 58 por ciento, 21.2 por ciento, 17.9 por ciento, 2.5 por ciento y 0.4 por ciento. Estos porcentajes son mayores al de los nativos en los niveles medio superior y superior, lo cual implica mayor calificación que la de los originarios de la entidad.

5. En cuanto a su estado civil, alrededor del 40 por ciento son casados, 30 por ciento son solteros, 24 por ciento en condición de unión libre, este porcentaje es mayor en relación al año 2000. Otros rubros que han marcado un aumento son la condición de separado, divorciado y viudo.

Sin duda estos elementos constituyen factores de movilidad que son apoyados por factores económicos del contexto nacional y local en relación a la migración reciente de la entidad.

 

Desplazamientos habituales

En nuestro país se han hecho algunos esfuerzos para estudiar los desplazamientos habituales de la población en la zona metropolitana, por considerar que es el espacio donde estos movimientos ocurren con mayor densidad y volumen. Dichos estudios pueden enumerarse como sigue (López, 2008):

• Encuesta origen-destino de 1994, INEGI, Departamento del Distrito Federal y el Gobierno del Estado de México.

• Encuesta de movilidad México-Cuautla-México del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la metodología se destaca la importancia de la relación entre el desplazamiento y los individuos.

• Encuesta en cuatro Delegaciones del Sur del Distrito Federal de El Colegio de México.

• Encuesta origen-destino 2007 del Gobierno del Distrito Federal e INEGI.

De esta manera se considera siempre a la movilidad como un desplazamiento habitual, que se puede definir como los desplazamientos que las personas efectúan para poder ejecutar todas sus actividades y que ponen en relación distintos lugares en forma de un sistema espacial. Este tipo de movilidad liga el lugar de residencia habitual (división político-administrativa de menor tamaño) con el lugar de trabajo o estudio, entendido como la división político-administrativa dónde éste se localiza (López, 2008).

La movilidad habitual de los mexiquenses se da principalmente entre los municipios de la entidad y el Distrito Federal. Esto es porque la mayoría de los mexiquenses tienen como lugar de trabajo o bien su mismo municipio, u otro municipio del estado o la ciudad capital del país (véase cuadro 4). Respecto a esta movilidad espacial laboral podemos decir que la misma también va asociada al ciclo de vida y ciclo familiar en ambos casos. Así, la mayor probabilidad de salida de su municipio o del estado suele producirse en hombres casados, mientras en el caso de las mujeres son las solteras las que suelen presentar mayor probabilidad de salir. Esto sugeriría que en ambos casos la jefatura de hogar podría estar presionando sobre la movilidad. Paralelo a esto destacamos que las variables que más fuertemente definen la movilidad espacial laboral son la edad y el salario (Salazar, 2010).

En el debate sobre la evolución de la Zona Metropolitana de Valle de México se reconoce como una estructura monocéntrica que ha pasado a una estructura policéntrica, es decir, se han modificado los destinos preferenciales de los desplazamientos cotidianos, lo que tiende a confirmar esta afirmación. Si bien la importancia porcentual de los viajes metropolitanos (entre el Distrito Federal y los municipios conurbados del Estado de México) se incrementó de 1983 a 1994 de 17.4 a 20.6 por ciento, las proyecciones para 2020 estiman que dicho porcentaje disminuirá ligeramente a 19.7 por ciento (SETRAVI-GDF, 2002:11), aunque ciertas críticas sobre estas proyecciones han sido realizadas al suponer un decremento en el número de tramos de viaje y viajes per cápita y no plantear ninguna alteración de la distribución modal (Gakenheimer et al, 2002: 225). No obstante, estas críticas y de acuerdo con la EOD 2007, el porcentaje de viajes metropolitanos se sitúa en torno al 20 por ciento (de un total de 21.9 millones de viajes), indicativo de un mantenimiento en este tipo de viajes aunque esta afirmación debe matizarse si se considera el incremento en el número de municipios mexiquenses encuestados (40 en 2007 frente a únicamente 29 en 1994) (Casado, 2008).

Sobre las características individuales de los movimientos pendulares de la entidad mexiquense es importante destacar:

• Quienes se mueven más son los hombres que representan alrededor de 60 por ciento de estos movimientos mientras que las mujeres se ubican en torno de 40 por ciento.

• En su mayoría tienen edades de entre 12 y 39 años de edad,

• En su mayoría se mueve en su mismo municipio (60 por ciento), otra entidad (21 por ciento, principalmente al Distrito Federal) y otro municipio de la entidad (16 por ciento) (EMMEU 2009).

• El 58 por ciento de los inmigrantes recientes a la entidad, 58.5 por ciento se mueven en su municipio de residencia, 28.97 por ciento a otra entidad y 12.8 por ciento en otro municipio de la entidad mexiquense (EMMEU 2009) (veáse cuadro 4).

Estas cifras han sido retomadas de la Encuesta sobre Migración de mexiquenses a Estados Unidos 2009 (EMMEU 2009) ya que no cambia substancialmente en relación al censo de 2010, porque además es comparable con el censo de 2000 y también porque el censo de 2010 eliminó la pregunta sobre el lugar donde estudian las personas, considerando solamente el lugar de trabajo.

 

Migración internacional

Las causas macroeconómicas que impulsan la migración hacia Estados Unidos son múltiples. Las recurrentes crisis económicas sexenales, la aguda crisis rural, la fallida reconversión industrial, la alta dependencia de la industria maquiladora, son algunos de los factores económicos que explican cómo a pesar de los altos costos que implica el entrar ilegalmente a un territorio hostil, ante la falta de alternativas miles y miles de mexicanos y mexiquenses ven en la migración internacional su estrategia de sobrevivencia y buscan mejorar sus niveles de vida.

A nivel microeconómico la causa principal de la migración de México a Estados Unidos se genera por motivos laborales. Datos de INEGI (2002) revelaron que 92 de cada 100 connacionales varones migraron en busca de empleo. En el caso de las mujeres la necesidad de emplearse predomina en la mitad de los casos. De esta forma, las migraciones están condicionadas principalmente por asuntos de trabajo. La segunda causa que motiva la migración es la unión familiar. En el caso de los hombres representa 9.8 por ciento de los migrantes. En el caso de las mujeres representa 39 por ciento. Mientras el imaginario colectivo de los migrantes conciba al vecino país del norte como la fuente inagotable de empleos y el país de las maravillas, aunado a la incapacidad de la economía mexicana para generar anualmente un millón de empleos permanentes y bien remunerados (y la entidad mexiquense debería crear 15 por ciento), las principales causas de la emigración de nuestros connacionales serán por oportunidades laborales.

La población que migró al extranjero en el quinquenio anterior al Censo 2010 fue 1.1 millones, de los cuales permanecían en el extranjero 723 mil al momento de la entrevista y 351 mil ya habían regresado. Al comparar estas cifras con el Censo 2000 se observa que el número de migrantes internacionales se redujo en 31.9 por ciento, probablemente como resultado de las dificultades de acceso a Estados Unidos (principal destino de los migrantes internacionales del país) y de la crisis económica en ese país. Se observa un mayor retorno comparado con años anteriores y que sin embargo no es masiva como se había pronosticado.

El Estado de México ha venido ocupando el cuarto lugar en cuanto a la expulsión de su población al extranjero desde finales de los ochenta (véase cuadro 5).

Específicamente a Estados Unidos y se ha diversificado al interior de sus municipios en donde sobresalen los municipios del Sur de la entidad reconocido por gran tradición migratoria, las zonas metropolitanas de la Ciudad de México y Toluca, pero a la vez acrecentando la participación de la población indígena del norte del estado (mazahuas y otomíes).

Además, las características de los migrantes mexiquenses a Estados Unidos según datos del censo de 2010 se expresan en lo siguiente:

• 58 por ciento del total de migrantes mexiquenses tienen entre 20 y 39 años de edad.

• 69 por ciento de los migrantes cuentan con educación básica.

• 10 por ciento con educación superior.

• 39 por ciento son casados.

• 25 por ciento solteros.

• 70 por ciento son de origen urbano.

• El porcentaje de mujeres mexiquenses que buscan migrar de forma clandestina al vecino país del norte, aumentó considerablemente y en la actualidad representan 30 por ciento de los migrantes.

Debido a que la crisis económica recurrente ha obligado a una parte de la población de la entidad a la búsqueda de mejorar sus condiciones de vida, la presión demográfica, la creciente contaminación ambiental y la inseguridad han tenido efectos inmediatos sobre el fenómeno de la migración, incidiendo en la disminución de la emigración y en el aumento de los retornos de los mexiquenses desde Estados Unidos.

 

Comentarios finales

Independientemente de los cuestionamientos realizados tanto a los censos de población como a las encuestas realizadas, no se puede negar su importancia para el conocimiento y la planeación de nuestro país y la entidad. Esto es porque no hay otras fuentes de información que ofrezcan una fotografía completa de nuestra población y de la migración hoy en día. México es uno de los países de América Latina con mayor riqueza en información y producción en lo que a estadísticas se refiere. Una riqueza poco explotada y en muchos casos subutilizadas.

La experiencia censal y de las encuestas sociodemográficas en nuestro país para los estudios de la migración interna, los movimientos cotidianos, la migración reciente e internacional también tienen limitaciones que muchas veces implica la imposibilidad de realizar una comparabilidad de preguntas y dimensiones a través de tiempo. Sin embargo, podemos conocer la información con bastante actualidad sobre el tamaño, el saldo neto de la migración acumulada, las características individuales que son factor de migración reciente, la migración internacional y la movilidad habitual.

Con estos conceptos, el estado de México se considera que es una entidad que sigue recibiendo una cantidad importante de la inmigración nacional e internacional, también se puede apreciar que la emigración internacional, específicamente a Estados Unidos es relevante, ya que ocupa el cuarto lugar desde finales de los ochenta. Y, que por ser una entidad que comparte su historia, su economía, sus problemas urbanos y demográficos con el Distrito Federal tiene una gran dinamismo en su movilidad habitual. Con ello sostenemos que debido a la movilidad de su población se está viviendo en algunos municipios y localidades rurales de la entidad un despoblamiento sobre el que habrá que poner atención para fines de la política demográfica. Así como habrá que dedicar más recursos y más investigación para la identificación y actualización de los diversos problemas sociodemográficos y sociales que vinculan a la migración con mira a enriquecer los diseños de políticas sociales en esta materia.

 

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Notas

1 La marginalidad es conceptuada como no integración a la economía capitalista y no participación en organizaciones sociales y en el usufructo de ciertos servicios urbanos (Singer, 2003: 66).

2 La concentración de las actividades económicas y servicios genera un efecto de difusión en el espacio circundante al que se extiende una serie de funciones y actividades estrechamente vinculadas con el centro de la ciudad o metrópoli, pero, que dan lugar al crecimiento y desarrollo multifuncional de áreas próximas que sin llegar a formar un continuo físico uniforme con la ciudad está vinculado a ella (fenómeno centrifugo o de explosión). Se entiende por movimiento pendular todo desplazamiento diario o semanal desde el lugar de residencia al trabajo. En general de corta distancia, pero que puede implicar el traslado a otro municipio o bien a otra entidad federativa (Rodríguez Espinosa, 1991; Chávez, 1999).

3 En el caso del Estado de México el decrecimiento poblacional que ha empezado a verse en el periodo 2000-2005 incorpora a municipios tanto del ámbito rural como del urbano, Zacualpan, Amatepec, Coatepec Harinas, Almoloya de Alquisiras, Otzoloapan, Sultepec, Jilotzino, Tlatlaya, Valle de Bravo, Atlautla, Temascalcingo, Tonatico, Tejupilco, Chapa de Mota, Amalaco, Texcaltilán, Nezahualcóyotl, Tlanepantla de Baz, Naucalpan de Juárez, entre otros.

4 Véase Migración interna, recuperado de: http://conapo.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=7&Itemid=247.

5 Se refiere a que las áreas metropolitanas están experimentando pérdidas de población que se van a establecer en áreas no metropolitanas, pérdidas que tienen mucho que ver con el declive de las ciudades centrales (Arroyo, 2001).

6 Véase World Population Prospects, the 2010 Revision, recuperado de: http://esa.un.org/unpd/wpp/Excel-Data/population.htm. Fecha de consulta: marzo de 2012.

7 Véase Escolaridad, recuperado de: http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/escolaridad.aspx?tema=P.

8 Véase "Definición de algunos indicadores demográficos", en CEPAL América Latina y el Caribe, en Observatorio demográfico, núm. 2, recuperado de: http://www.eclac.org/publicaciones/xml/9/29499/OD-2-Definiciones.pdf.

Información sobre los autores:

Juan Gabino González Becerril. Economista egresado de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Maestro en Estudios de Población por El Colegio de la Frontera Norte (COLEF). Actualmente labora como profesor investigador en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la población (CIEAP) de la UAEM. Ha sido articulista de El Financiero y revistas académicas con temas de empleo, urbanización y migración. Dentro de sus últimas publicaciones destaca La industrizalización y urbanización del Estado de México. Dirección electrónica: cieap@coatepec.uaemex.mx

Patricia Román Reyes. Doctora en Estudios de Población por El Colegio de México. Actualmente se desempeña como profesora investigadora del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población de la Universidad Autónoma del Estado de México. Experiencia docente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Entre sus publicaciones recientes se encuentran ¿Qué significa ser trabajador en un micronegocio en México?, v Congreso Latinoamericano de Sociología del Trabajo, Montevideo, Uruguay, 2007; Encuesta Nacional de Lectura, Flores. J. (coordinadora) Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), México, 2006, y Los hogares de los jóvenes mexicanos a principios del siglo XXI, en coautoría con M. Padrón, en la VII Reunión Nacional de la Sociedad Mexicana de Demografía, México, 2006. Dirección electrónica: promanreyes@yahoo.com.mx

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