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Papeles de población

versão On-line ISSN 2448-7147versão impressa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.16 no.63 Toluca Jan./Mar. 2010

 

Presentación

 

Crear una cultura demográfica actualizada en el contexto de la globalización, que incluya la comprensión de los procesos demográficos y la desigualdad que se está dando en México, en América Latina y otras regiones del mundo, como parte del conocimiento necesario para explicarnos al ser humano y su historia, así como los grandes procesos de cambio que se están produciendo en el mundo, todo ello desde una perspectiva universal, ha sido uno de los objetivos sustantivos de la revista Pape les de Población en estos 16 años que lleva de editarse.

Creemos que ha contribuido al conocimiento que se obtiene de procedimientos rigurosos de aproximación a los objetos o sujetos de estudio. Se trata precisamente de la transmisión del conocimiento adquirido con la práctica de la Demografía y de otras ciencias como disciplinas científicas modernas que, con subjetividad y siguiendo procesos culturales, forman un sistema abierto, con configuraciones científico–culturales que caracterizan una época. Entendemos a la ciencia demográfica y a la cultura como resultado de procesos de construcción social.

Este número, para seguir en la contribución de la cultura demográfica, se divide encuato secciones: la primerase refiere a la migración internacional; la segunda, al tema de la transición demográfica y la vejez; la tercera, al género y el trabajo, y la cuarta, a la mortalidad y al tema de los homicidios, que ha puesto en jaque a la sociedad mexicana actual.

La migración internacional es un proceso demográfico que en mayor o en menor grado afecta a la identidad cultural de los pueblos, que difícilmente podemos tapar bajo pretextos de desarrollo, bajo afanes de la búsqueda de más capital económico; aunque en muchos casos también se puede ver con ojo de sus nuevos perfiles en el contexto del modelo de desarrollo actual. Jesús Arroyo Alejandre, Salvador Berumen Sandoval y David Rodríguez Alvarez, investigadores de la Universidad de Guadalajara y del Instituto

Nacional de Migración, muestran en su artículo evidencias de un cambio de fondo en la emigración mexicana a Estados Unidos, tanto en lo referente al número y perfil de las personas que emigran, como en las remesas que envían a sus familiares en México. Dicho cambio responde fundamentalmente al endurecimiento de la política migratoria, así como a la profunda crisis estructural de ese país y a transformaciones en el desarrollo de México en sus distintas regiones. Jéssica Natalia Nájera Aguirre, investigadora del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, utiliza la Encuesta sobre Migración en la Frontera Guatemala–México (EMIF Guamex) para dimensionar las características sociodemográficas, migratorias y laborales de guatemaltecos que trabajan en Chiapas y de aquéllos que utilizan a México como país de tránsito para llegar a Estados Unidos. Asimismo, la autora expone la metodología, los alcances y limitaciones de la EMIF Guamex.

En cuanto a la transición demográfica como enfoque teórico, aunque cuestionado, ha ayudado a entender procesos demográficos como la disminución de la fecundidad y la mortalidad, al igual que a entender la estructura de edades y los procesos de envejecimiento. En la segunda sección, Enrique Peláez y Jafmary Féliz Ferreras, de la Universidad Nacional de Córdoba y de la Oficina Nacional de Estadísticas de la República Dominicana, respectivamente, contribuyen a ampliar el conocimiento de tal enfoque analizando los arreglos residenciales de los adultos mayores en dos países de América Latina que se encuentran en distintas etapas de transición demográfica: Argentina y República Dominicana. A decir de los autores, el envejecimiento de la población constituye un desafío impostergable para los formuladores de las políticas sociales en América Latina, ya que en este proceso coexiste con muchas desigualdades y con problemas sociales sin resolver. En esta misma lógica, Mariana Madrigal Martínez, de la Universidad Autónoma del Estado de México, bajo la perspectiva de seguridad económica de la población adulta mayor, explora las fuentes de ingreso y bienes a las que tiene acceso la población mexiquense de 60 años y más. La autora afirma que la seguridad económica está fuertemente relacionada con el perfil sociodemográfico del adulto mayor y concluye que hay desventajas para los grupos que presentan características asociadas con mayores niveles de exclusión.

El espectro de los estudios de género se torna cada vez más amplio, dado que ya no sólo implica el estudio de las condiciones de vida de las mujeres, sino también las de los hombres y, en suma, el análisis de la construcción social de la diferencia sexual. En la tercera sección, Corina Courtis y María Inés Pacecca, de la Universidad de Buenos Aires, analizan una serie de entrevistas a mujeres migrantes provenientes de Bolivia, Paraguay y Perú, que se desempeñan en trabajo doméstico en el Área Metropolitana de Buenos Aires, Argentina. Las autoras sostienen que el género interviene como categoría estructurante en el proceso migratorio, y observan su incidencia en las etapas de premigración, migración y posmigración. Particularmente, enfatizan en las implicaciones sobre la calidad y las condiciones de trabajo en el lugar de destino. Por su parte, Carola Mick de la Universidad de Luxemburgo, analiza hogares de migrantes, considerando su experiencia migratoria, particularmente su situación social y profesional precaria como problema social con aspecto semiótico desde una perspectiva crítica. Combinando métodos del análisis de la conversación y del discurso, con enfoque en procesos conversacionales de categorización social, investiga cómo las trabajadoras construyen a la vez su identidad y realidad social, haciendo referencia a estructuras ideológicas básicas y escogiendo estrategias discursivas individuales frente a ellas.

En la última sección, el trabajo de Mario Piscoya Díaz y Bernardo L. Queiroz, de la Universidade Federal de Minas Gerais, estiman las tasas de mortalidad para la población peruana de cinco años y más, por sexo. Su estudio evalúa el grado de cobertura, y corrige el nivel de mortalidad, utilizando diferentes metodologías. Los autores sostienen que en la literatura no se indica el mejor método para investigar los datos de la mortalidad. Sin embargo, el método aplicado por los autores busca una comprensión sobre los niveles de mortalidad y sus tendencias en el Perú de décadas recientes. Finalmente, la mortalidad por homicidios en México constituye un reflejo de los profundos problemas sociales, económicos, culturales y políticos que afectan al país. Se parte del hecho de que el homicidio es un fenómeno estructural que afecta a las personas e instituciones sociales; tiene una historia asociada a eventos complejos, tales como la distribución de la riqueza, el narcotráfico, la delincuencia y, en especial, la construcción de una cultura para la convivencia con ella. Este complejo panorama crea una espiral que genera más y más violencia. Héctor Hernández Bringas y José Narro Robles, de la Universidad Nacional Autónoma de México, revisan la ocurrencia de homicidios en México para el periodo que va del año 2000 al 2008, con base en datos de estadísticas vitales del Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática y del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Los autores argumentan que las dos fuentes presentan diferencias significativas entre sí: el monto difiere, en promedio, en dos mil muertes anuales, lo que representa entre 15 y 20 porciento de la cifra anual de homicidios; sin embargo, los datos de ambas muestran coincidentemente que el año 2008 es un momento de repunte de este tipo de delitos en la república mexicana, particularmente en cinco entidades federativas: Baja California, Chihuahua, Durango, Guerrero y Sinaloa. Los autores también destacan el hecho de que el incremento de homicidios se da luego de la aplicación de una estrategia gubernamental de lucha frontal contra el crimen organizado iniciada en el año 2007. El estudio de la inseguridad reclama contar con un sistema de información único sobre delitos, indispensable para los delitos en general, pero incluso más acuciante para los homicidios en particular. A pesar de la importancia de este delito, en México no se ha podido superar la divergencia de estadísticas sobre el tema. Las dos principales fuentes oficiales que generan datos sobre homicidios provienen de los sectores de procuración de justicia y salud, que suelen presentar diferencias notables que impiden tener un diagnóstico preciso. No obstante y a pesar de metodologías y criterios distintos para la clasificación de los homicidios, es de fundamental importancia analizar ambas, ya que cada una proporciona información complementaria, y en el caso de las estadísticas del sector salud, datos sumamente útiles para el diseño de políticas.

 

Juan Gabino González Becerril
Director

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