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Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.15 no.60 Toluca abr./jun. 2009

 

Dinámica migratoria y promoción industrial: la inserción ocupacional en Tierra del Fuego después del poblamiento*

 

Migratory dynamics and industrial promotion: occupational insertion in Tierra del Fuego after populating

 

Nancy Elizabeth Carpinetti

 

Universidad Nacional de Luján

 

Resumen

Tierra del Fuego, la provincia más austral de Argentina, ha experimentado un espectacular despliegue demográfico a partir de la década de 1980. El análisis del mismo es inseparable de las políticas de promoción industrial implementadas en la región, las cuales han influido decisivamente en su evolución económica y social. Con datos que parten de la década de 1990 se describirá la composición de la población provincial, con especial énfasis en el análisis del componente migratorio y tomando en cuenta la inserción ocupacional y la antigüedad de la migración. El diseño del presente trabajo se sustenta en un enfoque descriptivo y cuantitativo, utilizándose como fuente de datos las bases originales de la Encuesta Permanente de Hogares pertenecientes a diferentes ondas entre los años 1993 y 2001.

Palabras clave: migración interna, inserción ocupacional, Tierra del Fuego, Argentina.

 

Abstract

As from the 1980's decade, Tierra del Fuego, the southernmost province of Argentina, has experienced a spectacular demographic unfolding; its analysis is inseparable from the policies of industrial promotion implemented in the region, which have decisively influenced its economic and social evolution. With data from the 1990's decade, we will describe the composition of the population of the province, with special attention to the migratory component and taking into account the occupational insertion and the time of migration. The design of the present study is supported upon a descriptive and quantitative approach, using a database the original bases of the Permanent Survey on Households from different times between 1993 and 2001.

Keywords: internal migration, occupational insertion, Tierra del Fuego, Argentina.

 

Introducción

A principios del siglo XX, tomándose como referenda otros modelos de época existentes en el mundo, se propició la colonización de Tierra del Fuego a través de la derivación de presidarios con largas condenas y con inmigración europea, específicamente gallega, que prestaría servicios vinculados a la actividad penal.

El manifiesto interés por el desarrollo demográfico de la región patagónica fue un rasgo distintivo de los sucesivos gobiernos y estrategias de desarrollo que se sucedieron en el país.

En el año 1972, con la ley 19640 que creó la zona Aduanera Especial en Tierra del Fuego, se estableció como objetivo el crecimiento demográfico en el marco de los propósitos geopolíticos de la época. Dicha ley establece dos áreas con tratamiento fiscal diferenciado: el Área Franca, comprendida por la Antártida, Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur, y el Área Aduanera Especial de la Isla Grande de Tierra del Fuego. En la primera se liberó totalmente el comercio internacional, en cambio, en Tierra del Fuego se produjeron liberaciones parciales.

Los regímenes de promoción industrial fueron impulsados por el Estado para asegurar las condiciones económicas e institucionales necesarias para el desarrollo sectorial y regional a lo largo de todo el país.

Estos regímenes favorecieron la inversión y concentración de capitales públicos y privados para promover el desarrollo económico y social de las regiones donde se aplicaban.

Tierra del Fuego es la jurisdicción de mayor dinamismo demográfico a nivel nacional, situación que se explica en gran parte por el acelerado proceso de atracción de mano de obra del resto de las provincias que sobrevino en la década de 1980, lo cual dinamizó los distintos sectores de su economía.

No obstante, en periodos anteriores a las políticas de promoción industrial, cuando la base productiva de la economía provincial se sustentaba en el sector primario de la producción, esencialmente en las actividades agropecuarias y extractivas, el componente migratorio, proveniente en primer término de ultramar y luego de países limítrofes, tuvo también un peso importante en el poblamiento de la región. Recién hacia la década de 1970, cuando se sientan las bases legales de la Promoción Industrial, es cuando se instala la migración interprovincial.

Antes de su implementación en Tierra del Fuego, la economía de la isla estuvo estrechamente vinculada a la Región Patagónica, y podría decirse que asumía las características socioeconómicas propias de la región. La administración pública provincial dependió de las escasas partidas asignadas por el Tesoro Nacional y el limitado grado de desarrollo de la infraestructura regional no resultaba atractivo para la radicación de inversiones.

Durante el transcurso de la década de 1960 irrumpe en la región patagónica el boom petrolero, pero el mismo no impactará sobre Tierra del Fuego, sino recién hacia la siguiente década, cuando actuará sobre el presupuesto mediante la percepción de regalías percibidas de la nación. A partir de aquí comienzan a desarrollarse importantes obras de infraestructura.

Entre los beneficios principales de la Ley de Promoción Industrial se encuentran las desgravaciones arancelarias a la importación de insumos, bienes de capital y productos finales, las exenciones de impuestos nacionales y la eliminación de restricciones al comercio y movimientos de divisas. Pero entre todas estas medidas hay un factor clave para el despliegue económico regional, y es el conjunto de condiciones que posibilitaron que la producción de la isla pudiera acceder al mercado nacional en condiciones muy favorables.

Ante esta situación, empresas radicadas en otras regiones del país trasladan parte de su actividad a Tierra del Fuego, aprovechando las oportunidades que otorgaba la legislación promocional. Se produjo una importante relocalización de plantas industriales, que ante todo se veían beneficiadas por la no existencia de aranceles a la importación de insumos para la elaboración de productos con alto contenido de material importado, bienes que posteriormente serían vendidos al territorio continental. Tal es la situación que se planteó en la industria electrónica productora de aparatos de televisión, audio y aparatos de uso doméstico, actividad que se benefició con altos márgenes de rentabilidad e inversiones relativamente bajas (Schinelli y Vacca, 1998).

La actividad en la isla ofreció altos márgenes de ganancia, situación que, desde el punto de vista de las inversiones y la demanda de trabajadores, dará un gran impulso a la explosión demográfica caracterizada por el traslado de mano de obra, en su mayor parte argentina, que, atraída por los altos niveles salariales, fluirá hacia la isla desde distintas regiones del país.

 

Consideraciones metodológicas

Las fuentes de datos son las bases de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de los años indicados para el aglomerado Tierra del Fuego, integrado por Ushuaia y Río Grande.1

Los atributos de los migrantes están referidos al conjunto de personas que cambiaron de lugar de residencia por seis meses o más, sin estar predeterminada la fecha de la movilidad. Tal opción es lo que posibilita el tratamiento temporal de la dinámica migratoria al compás de los avatares económicos del enclave industrial provincial.

Los datos analizados parten del año 1993, ya que no se cuenta con datos anteriores, producto de la lamentable suspensión del módulo de migraciones en la Encuesta Permanente de Hogares antes de ese año.

Para analizar la evolución temporal se tomaron centralmente las ondas de 1993 y 2001. Se intenta identificar en el seguimiento corrientes de inmigrantes de similares características asumiéndose que no necesariamente representan al mismo grupo de la captación anterior, debido a la gran movilidad migratoria provincial, a la intervención de la mortalidad y a modificaciones de la muestra en el aglomerado provincial.

El periodo de referencia de la migración es abordado a partir de la llegada al área provincial y fue categorizado de la siguiente forma: a) los migrantes más antiguos, los que llegaron antes de 1979 —mayoritariamente migrantes chilenos—; b) los que llegaron en plena promoción industrial entre los años 1980-1989; c) los que inmigraron en el periodo 1990-1993 —periodo que posibilita una comparación de los contingentes posteriores inmediatos al esplendor industrial que puede observarse en todas las ondas de la fuente a considerar—; y a partir de aquí en periodos que parten del año 1994 hasta el año de realización de la muestra.

Una de las temáticas que no se abordará en este trabajo es la región de procedencia de la migración. De todas formas, al realizarse la apertura por antigüedad de la migración, cuya primera categoría son los que ingresaron al área antes del año 1979, puede aceptarse que se identifica a los migrantes chilenos, ya que en un gran porcentaje representan a los migrantes limítrofes predominantes en dicho periodo.

En función de la comparación de las categorías sociodemográficas y económicas correspondientes a migrantes y no migrantes se realizan tabulaciones especiales referidas a distintos aspectos abordados en el estudio, tanto los de orden sociodemográfico y educativos como las relativas a los patrones de inserción laboral (participación, rama de actividad, categoría ocupacional, calificación, etc.).

 

Crecimiento poblacional provincial

Tierra del Fuego experimentó un gran crecimiento desde mediados del siglo XX: sus tasas medias de crecimiento duplicaron y hasta triplicaron los valores registrados en el país en cada periodo intercensal. Pero dicho ritmo se profundiza con la instauración de la promoción industrial.

El cuadro 1 muestra en el primer periodo analizado el impacto de la crisis económica mundial de los años treinta en el crecimiento demográfico provincial, cuando se deterioró la producción ovina del área. En el periodo 1960-1970 comienza a retomarse el ritmo perdido, hasta llegar al máximo con la implementación de la promoción económica.

En periodos anteriores, la provincia tuvo poca población y ésta fue preponderantemente masculina, fenómeno que afectó su nivel de natalidad. En la última mitad del siglo, la evolución del crecimiento vegetativo provincial evidencia un elevado potencial de crecimiento. Aunque con fluctuaciones, a partir de la década de 1960 la tasa de natalidad experimenta un paulatino ascenso, proceso que se conjuga con la disminución de la mortalidad que viniera operándose desde la década de 1950. Sin embargo, desde principios de los años noventa, la natalidad evidencia una tendencia declinante. Más allá de esta desaceleración de los aproximadamente últimos diez años del siglo pasado, el crecimiento vegetativo provincial es aún elevado, y en ello intervino de manera fundamental —aunque indirecta— la dinámica migratoria provincial, toda vez que fueron indudablemente los migrantes los que hicieron repuntar la natalidad en la provincia.

Gráfica 1

El papel de las migraciones en el poblamiento

La provincia analizada es un caso emblemático en cuanto a la incidencia de los movimientos inmigratorios en el perfil demográfico, el crecimiento y la estructura de la población por sexo y edad; más aun, en gran medida estos movimientos son promotores del proceso de inercia demográfica que se revela cuando las tasas de migración se estancan o comienzan a desacelerarse y cuando las pautas reproductivas de los contingentes de inmigrantes ya se han generalizado en el área receptora y han contribuido al rejuvenecimiento de su población.

Los resultados de los distintos censos de población evidencian la importante participación de los migrantes en la población provincial, en un primer momento los no nativos de ultramar y luego los limítrofes, y a partir de la década de 1970, los nativos de otras provincias. El censo de población del año 1991 indica que 60 por ciento de la población provincial está conformado por nativos de otras provincias.

Evolución de la estructura de la población

La estructura etaria de la provincia muestra una gran concentración de población adulta joven, la cual se caracteriza por poseer mayor movilidad y grado de inserción en la actividad económica. Como contrapartida, la población mayor de 65 años es muy baja. A partir de la década de 1960 se produce un incremento de los menores de 14 años, fenómeno asociado al aumento de la natalidad.

 

Migrantes y no migrantes en el periodo 1993-2001

A través de las gráficas 2 y 3 puede verse la fuerte incidencia de la población migrante en la composición de la población provincial. Se observa que los no migrantes representan al año 1993 sólo 34 por ciento de la población provincial, mientras que 55 por ciento proviene de alguna provincia argentina y 11 por ciento de otro país, distribución que prácticamente se mantiene hacia el año 2001.

En este apartado se describirán las características de las poblaciones de no migrantes y migrantes en su conjunto, analizándose la edad, sexo, nivel educativo y participación en la actividad económica.

Con base en la comparación de las estructuras del cuadro 3 se advierte que las diferencias en las estructuras poblacionales por grandes grupos de edad al año 1993 son realmente muy escasas. En el año 2001 se observa cómo el factor dinámico migratorio interviene en la estructura poblacional provincial, y cómo cada subpoblación adquiere una nueva estructura por grandes grupos de edad, alejándose de los patrones del año 1993, cuando registraban estructuras muy similares. En efecto, se reconfigura el mapa poblacional provincial cuando el aporte inmigratorio, a través de su descendencia, interviene en el rejuvenecimiento de la población, aumentando el grupo de no migrantes de 0 a 13 años y diferenciando las estructuras subpoblacionales.

La población no migrante se rejuvenece extraordinariamente —70.5 por ciento de menores de 14 años en 2001, frente a 38.4 por ciento en 1993—, ante una población migrante que se concentra en las edades activas. Entre los no migrantes no se registran mayores de 65 años, en tanto que entre los migrantes este grupo aumenta de 1.8 a 4.2 por ciento en el periodo.

La masculinidad del año 2001 se caracteriza por una merma respecto al año 1993, descendiendo de 105.3 a 98.9 varones por cada cien mujeres. No obstante, el nivel de descenso de este indicador no es igual para cada grupo, ya que desciende más entre los migrantes, a partir de lo cual podría suponerse que a diferencia de las décadas anteriores, cuando el componente migratorio fue casi exclusivamente masculino, la participación femenina en la dinámica migratoria tendería a equilibrar la diferencia entre sexos. Al tratarse de stocks, también puede pensarse en un proceso de retorno de inmigrantes y que éstos sean varones en mayor proporción.

A continuación se presenta en el cuadro 5 el cambio relativo del peso de los migrantes y no migrantes en la población total y de 14 años y más por sexo.

A través del análisis de las diferencias porcentuales en la población total surge claramente que el único sector que crece son los no migrantes, y en mayor medida lo hacen las mujeres: 15.5 por ciento contra 10.4 por ciento en los varones.

Sin embargo, al realizar el mismo análisis sobre la población de 14 años y más, los no migrantes reducen en el año 2001 su participación en aproximadamente 50 por ciento, evidenciándose la importancia que tienen entre los no migrantes los menores de 14 años. De acuerdo con el descenso de la masculinidad migratoria al año 2001 señalado en el apartado anterior, se observa que las mujeres aumentan su peso en la estructura provincial más que los varones —27.5 por ciento frente a 21.4 por ciento—, siendo la subpoblación que más crece.

Cuadro 6

En función del nivel educativo alcanzado se seleccionó como universo a la población de 25 y más años de edad con el fin de dar un adecuado margen de edad para la finalización del nivel. Para 1993 se aprecia un porcentaje elevado, superior a 11 por ciento, del nivel educativo más bajo, correspondiente a los que nunca asistieron o no completaron el nivel primario. Esta situación es más desventajosa para los no migrantes, que representan 14.4 por ciento en esta categoría educacional.

El 75 por ciento de la población no migrante no alcanzó a completar el nivel secundario, y apenas 25.8 por ciento cursó estudios secundarios y más, lo que viene a confirmar su menor nivel de instrucción. Los migrantes que alcanzaron el nivel secundario o más representan 34.7 por ciento.

En el año 2001 se produce un gran avance respecto a los valores del nivel educativo más bajo que de niveles superiores: de 11 por ciento en 1993, descienden a menos de nueve por ciento. Las ganancias del periodo son mucho más importantes para los no migrantes, que descienden hasta aproximadamente cinco por ciento en 2001, lo cual muestra un importante proceso de escolarización. Complementando este proceso en la categoría superior del nivel educativo se producen también importantes incrementos, 41.5 por ciento de no migrantes y 46.1 por ciento de migrantes completaron el nivel secundario o más.

Resulta evidente que al inicio de los años 1990 la promoción industrial atrajo mano de obra inmigrante con un nivel de calificación elevado, lo cual se refleja en un perfil educativo más alto entre los migrantes. Esta ventaja se diluye en el año 2001, cuando en la población no migrante se producen importantes avances en su escolarización.

Se pasará a analizar los niveles y la calidad de la inserción en la actividad económica a través de las tasas de actividad, desocupación y subocupación.

Hacia 1993, las tasas de actividad de la población migrante son superiores a las de los no migrantes, pero mientras entre los varones es ligeramente superior, en las mujeres representa casi una diferencia de 25 por ciento en favor de las migrantes.

En el año 1993 aún no había estallado masivamente la desocupación en el país, mucho menos en la provincia donde una situación muy particular reconfiguraba su mercado de trabajo. Para contextualizar el análisis en la situación provincial es necesario tener en cuenta que en 1992 se eliminaron los reintegros por las ventas del territorio continental al área aduanera, limitándose los reembolsos a las exportaciones de productos elaborados en Tierra del Fuego. A partir del año 1993 se irá reduciendo progresivamente el porcentaje de crédito fiscal que favoreciera a las empresas, en el siguiente orden: 75 por ciento en 1993; 50 por ciento en 1994 hasta desaparecer en 1996 (Mastrocello, 1997).

A pesar de las grandes desventajas que esto ocasionó en la región, hay acontecimientos que atenuaron el reflujo producido por la retracción de la promoción industrial, como son los efectos de la provincialización de su territorio, los pactos fiscales celebrados con la nación, la Ley Federal de Hidrocarburos y la desregularización energética, hechos que han contribuido a obtener una mayor autonomía provincial. Cabe pensar que estos sucesos habrían intervenido atenuando los niveles de desocupación y subocupación provincial.

Si se analizan las tasas de desocupación por sexo, las diferencias más notorias se registran en cuanto a la comparación entre migrantes y no migrantes varones. Efectivamente, los migrantes varones están 17.7 por ciento más desocupados que sus pares no migrantes. En cambio, entre las mujeres las diferencias son poco significativas, oscilando ambas subpoblaciones en torno a 5.5 por ciento de desocupadas.

En cuanto a la subocupación, aparece como especialmente alta entre las mujeres, aún más en las migrantes, que poseen un nivel 35.7 por ciento más alto que las no migrantes. En cambio, en los varones la situación es al revés, siendo los no migrantes los más afectados por la incidencia de este indicador.

La situación cambia completamente hacia el año 2001. En función de la actividad, los no migrantes reducen drásticamente sus niveles, probablemente a causa del profundo cambio que se opera en la estructura poblacional en dicho periodo que está marcado por la carencia de población en las edades avanzadas y el gran aumento de población joven no migrante. La brecha entre no migrantes y migrantes se aleja muchísimo de los niveles marcados en 1993. La actividad es notoriamente mayor para los migrantes, especialmente en los varones, que poseen un nivel de participación de 82.6, frente a 52 por ciento en los no migrantes.

La desocupación, que respecto al año 1993 asciende a valores muy superiores, es, de acuerdo con la condición migratoria, más elevada para los no migrantes. Pero tanto en migrantes como en no migrantes, las mujeres tienen las tasas de desocupación más altas, en particular las no migrantes, con 18.7 por ciento.

Por último, en relación con la subocupación, son las mujeres migrantes las que aparecen más afectadas, con una tasa de 25.5 por ciento frente a 18.8 por ciento en las no migrantes, lo cual implica que en 35.7 por ciento están más subocupadas que las no migrantes. En cambio, los varones no migrantes están en peores condiciones que los migrantes, con 15.4 frente a 10 por ciento.

En la comparación 1993-2001 surge que aunque disminuyen los niveles de participación en la población no migrante, en cuanto a la desocupación, los nuevos niveles más que duplican los del año 1993, triplicándolos para el caso de los no migrantes, y también casi en la misma situación están las mujeres migrantes. Los no migrantes hacia el año 2001, a diferencia de 1993, registran los peores niveles de desocupación. Con respecto a la subocupación, los aumentos son también espectaculares, profundizándose en las mujeres, que presentan tasas cercanas a 25 por ciento.

De la comparación de las tasas que se derivan de cada medición podría inferirse, como una tendencia general, que los migrantes son poseedores de un perfil educativo más adecuado para su mejor inserción y reacomodamiento en el mercado de trabajo.

 

Periodo de llegada y evolución de la PEA

En este punto se describe la composición de la población económicamente activa entre los años 1993 y 2001, según condición migratoria y periodo de llegada al área, cuyo seguimiento se realizará por intervalos bienales.

La gráfica 4 denota cómo a lo largo del periodo en cuestión los no migrantes van perdiendo paulatinamente su peso en la estructura poblacional activa, de un nivel de 30.7 por ciento al año 1993 llegan al año 2001 con 11.2 por ciento. De todos modos, resulta llamativo que en el año 1995, cuando estalla la desocupación en la provincia y hacen eclosión los indicadores macroeconómicos nacionales bajo el trasfondo del efecto tequila, son los no migrantes el sector que aparece con mayor peso en la estructura provincial. Ante tal situación se plantea el siguiente interrogante ¿será realmente que se posicionan mejor para insertarse en el mapa productivo provincial o, como parecería ser más probable en virtud de los indicadores analizados, salen más a la luz por la emigración de los contingentes de migrantes interprovinciales que, poseedores de un perfil ocupacional más calificado y ante la emergencia de la crisis, buscarían otros destinos más acordes?

De manera similar, los migrantes más antiguos, los cuales en gran parte son chilenos que habrían llegado a la isla antes de la promoción industrial, ofrecen un comportamiento semejante al de los no migrantes duplicando su peso al año 1995 (13.2 por ciento en 1993, contra 26.7 por ciento en 1995).

Si se analiza el comportamiento de estas dos categorías (no migrantes y migrantes que llegaron antes del año 1979) entre las ondas de 1997 y 2001 se observa que paulatinamente van perdiendo su peso hasta obtener, al año 2001, menor preeminencia que en 1993.

Sin perder de vista que la encuesta analizada aporta datos sobre stocks migratorios, la manifestación más relevante de este análisis parecería ser la gran movilidad de la fuerza de trabajo en la provincia que, ante cambios en el mercado de trabajo, reorienta sus estrategias —en el caso de los migrantes cambiando el destino residencial—, a la vez que la provincia se mantiene como un polo de atracción hacia nuevos contingentes de trabajadores, tal como lo demuestra el grupo de migrantes recientes que llegaron a la provincia a partir de 1993 y que de forma persistente van ganando peso en la estructura provincial.

Sin lugar a dudas, lo más llamativo de este seguimiento bienal es el salto que se da en el año 1999 en los migrantes que llegaron a la isla con la promoción industrial, que aumentan espectacularmente su peso en la población activa, representando 45.3 por ciento en 1999 y 42 por ciento en el año 2001. Queda abierto el gran interrogante acerca de las causas por las que este grupo tan singular adquiere tal relevancia en dicho periodo, y la indagación acerca de las relaciones entre los atributos ocupacionales y la movilidad espacial.

 

Inserción ocupacional

Antes de analizar las características ocupacionales de la población se presentan las tasas de desocupación por periodo de llegada al área mediante un seguimiento con intervalos bienales de la EPH.

La recuperación del PGB que se observó en épocas de la Ley de Convertibilidad empezó a revertirse a partir de 1994, cuando comenzaron a sentirse los impactos del denominado efecto tequila. La apertura de la economía y la consiguiente reducción arancelaria, en un marco profundamente recesivo, afectaron duramente la economía fueguina (Schinelli y Vacca, 1998). Si se observa la tasa de desocupación surge a primera vista el gran incremento que se produce a partir del año 1995, cuando la situación provincial se revierte y el crédito fiscal se acerca a la eliminación total.

A fines de 1994 y comienzos de 1995 comienza un proceso de cierre de plantas, suspensiones y despidos de personal, generándose un incremento de la tasa de desempleo y una baja generalizada de los ingresos de los trabajadores de las industrias promocionadas, lo que conducirá a una irrupción de los conflictos sociales en 1995.

A la vez que un sector de trabajadores inicia un proceso de reconversión productiva, invirtiendo parte de sus indemnizaciones en actividades vinculadas al cuentapropismo y los servicios, se incrementaron de manera significativa los subsidios estatales por parte de los municipios fueguinos. Las plantas de personal estatal absorbieron buena parte de la mano de obra afectada por la desocupación, y el sector público se transformó en un actor económico fundamental, tanto por su participación como empleador como por la influencia de la inversión pública en infraestructura y servicios conexos, convirtiéndose en refugio ante el creciente desempleo.

El sector comercial también se vio afectado ante la crisis generalizada, a pesar de mantener condiciones ventajosas para la importación de productos.

En el marco de la mencionada situación se duplican notablemente los niveles de desocupación. Si se observa la onda del año 1995 aparecen con más desocupación los migrantes que llegaron entre 1990 y 1993, con un nivel de 13.7 por ciento. En 1997 hay una especie de nivelación de alrededor de 10 por ciento en las tasas de desocupación y los no migrantes se sitúan por encima de los demás grupos.

Es hacia finales del periodo en cuestión que se amplía notablemente la brecha entre migrantes y no migrantes. Al año 2001 los no migrantes alcanzan un nivel de desocupación de 17.4 por ciento, más del doble que los migrantes más antiguos, llegados antes de la década de 1990, y superior al de los últimos contingentes migratorios. En la gráfica 5 se observa que para la onda del año 2001 surge una sugerente asociación entre antigüedad migratoria y desocupación, aunque llamativamente son los no migrantes los que resultan más afectados.

En función de la categoría ocupacional se observa que al año 1993 las estructuras de las dos subpoblaciones son similares. Al intervenir la antigüedad de la migración saltan a la vista algunos datos curiosos, por ejemplo, los migrantes de la promoción industrial poseen, en comparación con los otros grupos de migrantes y con los no migrantes, el peso más alto en la categoría de cuentapropistas, quizás esta novedad esté reflejando el cambio de estrategias que según analistas de la cuestión tuvieron los trabajadores del ramo de la industria que invirtieron sus indemnizaciones en actividades vinculadas a los servicios.

En el año 1993, los que están más representados en la categoría de obreros y empleados son los migrantes más antiguos (84.5 por ciento), quienes llegaron al área antes de 1979.

Al 2001, la categoría de obreros y empleados sube en relación con los niveles del año 1993, de 80.7 a 83.6 por ciento. Aquí es preciso subrayar algunas cuestiones relativas a hechos que se produjeron en la provincia y que habrían amortiguado el impacto de la crisis de mediados de los 90 en la región, cuando se produjeron cierres masivos de plantas industriales y los indicadores de desempleo ascendieron. Algunos hechos vinculados a la situación provincial, en parte, atemperan la situación social. Entre ellos son sumamente importantes los pactos fiscales celebrados con la nación, que redefinieron el reparto de los impuestos coparticipados e incluyeron la posibilidad de percibir los montos provenientes de las regalías gasíferas y petroleras mal liquidadas que se sumaron a la desregulación energética de principios de la década, con lo cual la provincia engrandeció ampliamente sus recursos. Ante esta situación, el Estado adquirió un rol protagónico y sus plantas absorbieron buena parte de la mano de obra afectada por la desocupación. Esto ayudaría a entender por qué aumentan los empleados al año 2001, aunque seguramente la composición de 'obreros' no es la misma que al año 1993, y mucho más alejada todavía está de los niveles de la década de 1980.

Al año 2001, como tendencia general aumentan los obreros y empleados, y en particular se observa que los migrantes más antiguos que llegaron antes de la promoción industrial duplican su peso en la categoría de cuentapropistas (10.9 por ciento en 1993 a 21.5 por ciento en 2001).

Cuadro 9

Cuadro 10

En cuanto al nivel de calificación (cuadro 11) de la fuerza de trabajo provincial, se observa que al año 1993, 27.2 por ciento de los ocupados provinciales no son calificados, porcentaje que, como es esperable, se incrementa en los no migrantes, situándose los mismos en 30.6 por ciento (cinco puntos porcentuales por encima de los migrantes, que poseen 25.6 por ciento).

En cuanto a la categoría 'profesionales', los no migrantes, a pesar de registrar valores que no son pasibles de interpretación por la alta variación de la estimación muestral, se posicionan muy por debajo de los migrantes, estos últimos tienen 9.5 por ciento de profesionales, situación asociada a los perfiles requeridos por la promoción industrial.

Al hacer intervenir el periodo de llegada al área se detecta que al año 93 se encuentra el porcentaje más elevado de la categoría de calificados/ semicalificados en el contingente que arribó en el periodo de promoción industrial, que posee 65.8 por ciento en dicha categoría (cuadro 11). También es destacable que los migrantes más recientes, que llegaron entre 1990 y 1993 aparecen con el porcentaje más alto de no calificados, situándose apenas por encima de los grupos de migrantes más antiguos. No sería desacertado inferir que en dicho periodo los trabajadores que arribaron en pleno auge promocional a "hacerse la América" —por los altos salarios y beneficios obtenidos en esa situación— al comenzar a revertirse dichas ventajas habrían retornado hacia sus provincias. De todas formas, no es en 1993 cuando se revierten los grandes niveles de actividad y ocupación provinciales, sino que esa situación es particular de las empresas del ramo industrial.

Hacia 2001 mejora notablemente el nivel de calificación de la población, disminuyendo la proporción de trabajadores no calificados. Pero lo hacen con mucha mayor intensidad los migrantes, que tienen 22.8 por ciento de no calificados ante 31 por ciento en los no migrantes. Las mayores ventajas en comparación al año 1993 son para los migrantes, en tanto que los no migrantes están prácticamente igual.

Si se toma en cuenta la categoría de técnicos/operativos, se nota un interesante aumento respecto a 1993, de aproximadamente tres puntos porcentuales, pero a diferencia de los no calificados, donde las ventajas eran claras hacia los migrantes, aquí se da una distribución pareja entre las dos subpoblaciones.

Al analizarse la antigüedad de la migración se ve que quienes llegaron en la promoción industrial tienen, en comparación con los otros grupos de migrantes, una mayor proporción de trabajadores en la categoría de calificación técnico-operativa, con 70.3 por ciento de los ocupados.

Llama la atención el grupo de los migrantes más recientes que están muy polarizados en cuanto a los niveles de calificación, con porcentajes importantes en los extremos del nivel, con 24.9 por ciento de no calificados y 15.2 por ciento de profesionales.

Podría sintetizarse lo ocurrido en el periodo 1993-2001 como un periodo de mejoramiento de los niveles de calificación de la población, lo cual es coherente con el proceso de escolarización operado en dicho lapso, pero vuelve una vez más a inclinarse la balanza para el lado de los migrantes, ya que la población no migrante en la categoría de no calificados no obtiene ningún avance respecto al año 1993. Las mejorías en cuanto a los niveles de calificación en la población migrante podrían estar vinculadas a un posible fenómeno de retorno de los trabajadores de la promoción industrial, cuestión que debería ser investigada con otras fuentes.

Al analizar la rama de actividad económica para el año 1993, los ocupados vinculados a la categoría de industrias dinámicas2 representaban 15 por ciento, siendo por condición migratoria la diferencia a favor de los no migrantes (17.2 por ciento contra 14 por ciento en los migrantes). Las industrias tradicionales ocupaban para esa fecha apenas 3.6 por ciento de los ocupados. En los sectores industriales dinámicos los no migrantes están mejor representados que los migrantes, a pesar de su menor calificación, como se observó en el cuadro 11, y en la administración pública y defensa, que a nivel provincial alberga a 18.9 por ciento de los ocupados, curiosamente los que preponderan son los migrantes (21.1 por ciento frente a 13.9 por ciento de los nos migrantes). Los servicios absorben a la mayor proporción de ocupados y su comportamiento es muy similar entre migrantes y no migrantes.

En función de la antigüedad de la migración no se manifiestan grandes cambios, tal vez el más importante pareciera ser, en 1993, el descenso de los migrantes en su participación en las industrias dinámicas a medida que disminuye la antigüedad.

Al 2001 se reconfiguran las ramas en el nivel provincial por el descenso de las industrias dinámicas y el aumento de las ramas vinculadas a los servicios, en donde aumenta particularmente el peso de los migrantes. El ramo de la construcción también se incrementa considerablemente, de 6.8 en 1993 a 9.1 por ciento. Es necesario advertir que muchas de estas aperturas no tienen la validez estadística necesaria, no obstante lo cual las grandes tendencias muestran la pérdida de importancia de ciertas industrias en el desarrollo de Tierra del Fuego.

Cuadro 13

Cuadro 14

Para concluir esta exposición se ha seleccionado un conjunto de indicadores ocupacionales con el objetivo de tener una aproximación a la calidad de la inserción laboral, incluyendo algunos indicadores de precarización, como el porcentaje de ocupados no calificados y subcalificados y de asalariados sin descuento jubilatorio.

En el análisis se destacan algunas cuestiones que ya venían perfilándose en los apartados anteriores, como el bajo nivel de calificación de los no migrantes y su alto porcentaje de subcalificación laboral. En relación al porcentaje de asalariados sin beneficio social jubilatorio, la provincia presenta valores altos que se atenúan si se los comparan con los valores de otras provincias y del total del país. Hay una tendencia clara que se observa en la evolución del porcentaje de asalariados sin aporte jubilatorio y es que pese a que los no migrantes están en el año 1993 peor que los migrantes, con un nivel más alto de población sin cobertura previsional, al 2001 empeora la situación para ambos grupos y son los migrantes los que desmejoran con mucha mayor intensidad al comparárseles con 1993. Concordando con la característica que poseen como subpoblación, los migrantes que llegaron a la provincia en el periodo de promoción industrial registran al año 2001 el nivel más elevado en cuanto a la subcalificación laboral.

 

Conclusiones

Las políticas de promoción industrial fueron refugio para la actividad industrial en un marco de profundo estancamiento y desprotección ante una apertura comercial indiscriminada. No respondieron a una política industrial nacional establecida y su alto costo fiscal no se vinculaba con objetivos explícitos de política industrial ni con una efectiva industrialización regional. Tampoco la estructura industrial lograda fue producto de un proceso evolutivo de maduración y aprendizaje tecnológico. Pese a ello, desde la perspectiva del crecimiento sociodemográfico esas políticas han sido coyunturalmente exitosas, y esto fue una preocupación que desde épocas muy tempranas estuvo presente en las distintas estrategias de desarrollo y gobiernos de turno.

El gran aporte migratorio al desarrollo y consolidación poblacional amerita una indagación sobre sus características y las condiciones en que se incorpora a la población provincial. A lo largo del periodo analizado, la situación ocupacional de la provincia va asemejándose a los indicadores imperantes en el conjunto del país. No obstante las diferencias por sexo, la desocupación al año 2001 es más elevada para los no migrantes, aunque las mujeres migrantes también están muy afectadas por la subocupación.

De la comparación mediante los indicadores seleccionados en cada medición podría inferirse como tendencia general que los migrantes son poseedores de un perfil más adecuado para su mejor adaptación en el mercado de trabajo, aunque hay diferenciación según la época en que arriban a la provincia. En cambio, los no migrantes que a lo largo del periodo analizado transitaron por su proceso de escolarización, no han podido plasmarlo en los niveles y en la calidad de su inserción en la actividad económica y más bien han retrocedido en la misma, en función del cambio operado en las condiciones socioeconómicas generales del país y de la provincia en particular.

 

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Notas

* El presente artículo se enmarca en el trabajo Perfil sociodemográfico de los migrantes a Tierra del Fuego en el marco regresivo de la evolución económica provincial, elaborado bajo la dirección de María Cristina Cacopardo para acceder al título de Magister en Demografía Social de la Universidad Nacional de Luján.

1 Cabe aclarar que este aglomerado representa 97 por ciento de la población provincial respecto al censo del año 1991.

2 Para analizar la rama de actividad económica se han agrupado como industrias tradicionales a las industrias alimenticias, bebidas, tabaco, textiles, confecciones, calzado y otras industrias manufactureras no incluidas en la categoría de dinámicas. Como dinámicas se incluyeron a las vinculadas a productos químicos, refinación de petróleo, combustible nuclear, productos metálicos, maquinarias y equipos; esta última categoría es la que se identifica con la que tuvo un gran despliegue con la promoción industrial.

 

Información sobre la autora

Nancy Elizabeth CARPINETTI Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires. Maestra en Demografía Social por la Universidad Nacional de Luján. Intervención en el proyecto de investigación Migrantes de países limítrofes en áreas urbanas y rurales: familia, trabajo y feminización. Proyecto acreditado por la Universidad Nacional de Luján. Correo electrónico: lizcarpinetti@yahoo.com.ar

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