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Papeles de población

versão On-line ISSN 2448-7147versão impressa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.13 no.51 Toluca Jan./Mar. 2007

 

La nueva emigración de latinoamericanos a España: el caso de los argentinos desde una perspectiva comparada*

 

New emigration of Latin American people to Spain: the case of Argentineans from a compared perspective

 

María Cristina Cacopardo, Alicia Maguid y Rosana Martínez

 

Universidad Nacional de Luján, Argentina

 

Resumen

La emigración de argentinos ha venido aumentando desde mediados del siglo XX, pero durante la reciente década aparecen destinos alternativos a Estados Unidos, como España. El objetivo de este trabajo es comparar las características sociodemográficas y las modalidades de inserción ocupacional de los argentinos con las de ecuatorianos y colombianos. La elección de estos grupos se justifica por su mayor presencia en España y porque ejemplifican distintas dimensiones de los procesos migratorios. Interesa visualizar el papel que juegan estos grupos migratorios en el mercado de trabajo español, identificando los nichos sectoriales de absorción y el grado de subutilización de su fuerza de trabajo asociada a su perfil educativo, considerando el género, la antigüedad migratoria y la ciudadanía.

Palabras clave: migración internacional, migración latinoamericana, migración latinoamericana a España, emigración argentina a España.

 

Abstract

From the mid XX century, Argentinean emigration has increased dramatically, but it is in the last decade when destinations different to the United States have come into scene, such is the case of Spain. The objective of this study is to compare the sociodemographic characteristics as well as the modalities of the migrants' employment patterns of Argentinean emigrants to those of Ecuadorians and Colombians. These three groups were selected due to their representativity in Spain and because they exemplify different dimensions of the migratory processes. It is of our interest to visualize the role these groups play in the Spanish labor market by the identification of main insertion sectors and their occupational qualification use according to their educational achievement, in terms of gender, time of residence and citizenship.

Key words: international emigration, Latin American emigration, Latin American emigration to Spain, Argentinean emigration to Spain.

 

Introducción

Los cambios más importantes en los patrones migratorios de la población latinoamericana que se vislumbran a partir de la década de 1990 son el aumento de los flujos y la diversificación de los destinos, ya que ahora a los Estados Unidos, principal receptor, se suman otros países como España, Japón y Canadá.

Entre los destinos alternativos, en España se verifica la mayor presencia de latinoamericanos, y los incrementos más significativos, al pasar de 210 000 a 840 000 personas entre 1991 y 2001. En este conjunto, los migrantes provenientes de Ecuador, Colombia y Argentina representan 59 por ciento y son los tres primeros contingentes en magnitud, de acuerdo con los datos del último censo español.

La llegada de nuevos flujos de latinoamericanos a España se da en un contexto inmigratorio caracterizado por la aceleración, la diversificación de los orígenes y el aumento de la situación de irregularidad de su residencia. Estos movimientos adquieren relevancia en el marco de un proceso de intensos cambios económicos, sociales y demográficos que se inicia a fines de la década de 1970, donde se destaca el rápido descenso de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vidajunto a la ampliación del sistema educativo, en especial para las mujeres, y la incorporación de éstas al mercado de trabajo. La inmigración pasa a tener importancia tanto para favorecer el crecimiento poblacional como para abastecer un mercado de trabajo segmentado que le asigna a la población extranjera un rol complementario a la movilidad de las jóvenes generaciones españolas más educadas (Domingo, 2005).

A inicios de la década de 1990, los trabajadores marroquíes y las trabajadoras dominicanas predominan en el mercado de trabajo español, pero desde mediados de esa década se agregan importantes flujos provenientes de países latinoamericanos (en particular ecuatorianos) y de Europa del Este. Entre 2000 y 2001, el gobierno español firma acuerdos bilaterales sobre migración con Ecuador, Colombia, Polonia, entre otros, y realiza operaciones de regularización que favorecieron la masividad de los flujos. Muchos de estos acuerdos se encuentran actualmente con limitaciones, entre las cuales se puede mencionar la introducción de la obligatoriedad de visado para los colombianos y ecuatorianos a partir de 2003 (Anguiano, 2002).

Respecto a la presencia de latinoamericanos en España, grupo poblacional más importante en términos absolutos y relativos, Pérez Caramés (2004) señala que no es algo novedoso, sino que en realidad han cambiado los pesos relativos de la composición por continentes de origen.

Según algunos autores, este incremento responde en gran parte a una voluntad política de favorecer el ingreso de latinoamericanos en detrimento de población africana —en especial marroquíes—, y es interpretado en términos de "los preferidos" (Izquierdo et al., 2002) o "substitución étnica" (Domingo, 2003), preferencia que se refleja en el aumento de los permisos concedidos a latinoamericanos en los últimos años, en especial con los procesos de regularización. No obstante, Domingo (2005) plantea la "retórica de la hispanidad", por la franca desigualdad en la inserción laboral y social de los inmigrantes latinoamericanos.

Con relación a la situación de Argentina, también aparecen destinos alternativos como España y otros países europeos que ahora comparten cuotas similares con Estados Unidos. Así, cerca de 90 000 argentinos residían en Estados Unidos en el año 2000,1 mientras que el Censo de España de 20012 registró una cantidad superior: 103 831. Su presencia también tiene mayor impacto en España, ya que representan 4.8 por ciento de los nacidos en el extranjero, mientras que en Estados Unidos no alcanzan uno por ciento.

La elección de los argentinos por España se explica, en parte, por la posibilidad de muchos emigrantes de adquirir la nacionalidad de sus antepasados protagonistas de la antigua y gran inmigración europea operada entre fines del siglo XIX y a mediados del siglo XX.

La segunda característica es la creciente heterogeneidad del universo de migrantes argentinos: hasta mediados de la década de 1970 predominaban los profesionales y técnicos con un alto nivel educativo, originado en la intervención militar en las universidades. Luego, a estos contingentes se agregaron los exiliados de la generalizada represión política; para el decenio de 1990, el persistente deterioro económico y sus repercusiones en los mercados laborales no sólo contribuyeron a aumentar el volumen de los flujos, sino también a diversificarlos socialmente. No obstante, un patrón que continúa persistiendo es la presencia significativa de una elevada calificación entre el contingente de emigrantes argentinos (Pellegrino, 2003).

En un trabajo reciente, Martínez (2005) señala que, de acuerdo con las Estadísticas de Variaciones Residenciales, la llegada de argentinos se intensifica de tal modo a partir de 2001 que alcanza un total de 226 548 personas nacidas en Argentina residentes en España a inicios de 2004. Esta situación expresa la vigencia y la relevancia de la temática emigratoria para Argentina.

 

La emigración argentina: contexto y perspectivas de análisis

El objetivo de este trabajo es comparar las principales características sociodemográficas y en particular las modalidades de inserción ocupacional de los argentinos con relación a las que presentan los originarios de Ecuador y Colombia, y sus diferencias con la población española.

Interesa visualizar el papel que juegan estos grupos migratorios en el mercado de trabajo español, identificando los nichos sectoriales de absorción y el grado de subutilización de su fuerza de trabajo asociada a su perfil educativo, con control de ciertos atributos como edad, antigüedad y ciudadanía.

La elección de estos tres grupos de latinoamericanos se justifica por varias razones. En primer lugar, por su mayor presencia en España, pero además porque se considera que ejemplifican distintas dimensiones de los procesos migratorios. Así, con relación a la trayectoria y dirección de los flujos, Colombia y Ecuador han sido históricamente países de emigración y mantienen como destino principal a los Estados Unidos, siendo España un destino mucho más reciente.

Mientras que en Argentina coexiste su papel tradicionalmente receptor —de población de países de ultramar, de los países limítrofes y últimamente también de Perú— con otro más cercano, de emigración. Por otra parte, la mayor incidencia de personas con calificación entre los argentinos, implicaría una diferente composición socioeconómica y educativa entre los inmigrantes bajo estudio. Por último, si bien la reforma del Código Civil Español facilita el acceso a la nacionalidad a varios grupos, los argentinos tendrían ventajas relativas para obtener la ciudadanía de países de la Unión Europea.

Este trabajo rescata la importancia de analizar la emigración desde la perspectiva de los países de origen. En este sentido, interesa conocer las características de las poblaciones en estudio de acuerdo con su país de nacimiento, más allá de su ciudadanía. Si bien se reconoce que la posesión de la ciudadanía comunitaria constituye uno de los atributos de los inmigrantes —presuntamente igualitario— que debe ser estudiado.

Para esta investigación se considera que la población en estudio la constituyen todas las personas nacidas en Argentina, Colombia y Ecuador residentes en viviendas familiares en España en el año 2001. La fuente censal utilizada,3 si bien pierde actualidad respecto a una fuente continua como los Padrones, permite una elaboración de datos adecuada a los objetivos del presente estudio. Los resultados que aquí se presentan constituyen el primer avance exploratorio en el marco de un proyecto de investigación sobre la emigración de argentinos.

 

La antigüedad y el perfil sociodemográfico

El impacto migratorio de los inmigrantes de Argentina, Colombia y Ecuador es muy diferenciado en función de su volumen y de la antigüedad de su llegada. Prácticamente 20 por ciento de los argentinos ya había ingresado a España antes de 1971, y presentan una tendencia creciente, que se profundiza a partir de 1991. En cambio, tanto los colombianos como los ecuatorianos tienen una notable presencia en el escenario español a partir de la década de 1990, alcanzando magnitudes de casi o más del doble con relación a los argentinos. En síntesis, 47.1 por ciento de los argentinos censados llegaron entre 1991 y 2001, mientras que en los colombianos y ecuatorianos el valor asciende a 80.2 y 81.2 por ciento, respectivamente.

La obtención de otra ciudadanía (en su gran mayoría europea, en particular española e italiana) está visiblemente asociada a la antigüedad, aunque en el caso de los argentinos esto se refuerza con el derecho de jus sanguis. En el conjunto, menos de la mitad de los argentinos tienen sólo su nacionalidad de nacimiento, proporción que se reduce a 16.3 por ciento en los llegados antes de 1971 y que va ascendiendo paulatinamente, hasta alcanzar a 72.8 por ciento entre los que llegaron en 2001.

Sin olvidar que los datos refieren al stock al año 2001 (resultado de ingresos, retornos y defunciones), la evolución de acuerdo al año de llegada, al comparar a colombianos y ecuatorianos, es muy similar a través del tiempo, existiendo una mayor incidencia de ecuatorianos sin posesión de la ciudadanía comunitaria. Además, debe notarse que entre los pocos colombianos que llegaron antes de 1991, existe cierta correspondencia entre la antigüedad y la posesión de dicha ciudadanía, lo cual no ocurre entre los ecuatorianos, que siempre han mantenido una cuota muy baja de acceso a la misma. En su conjunto, 90.3 por ciento de los colombianos y 97.4 por ciento de los ecuatorianos carece de ciudadanía comunitaria.

Con relación a la composición por sexo, también existen matices para destacar. Los argentinos muestran haber tenido mayoría femenina antes de 1971 y luego un ligero predominio masculino, que se resume en un índice de masculinidad total casi parejo. En los ecuatorianos y los colombianos, en cambio, la presencia femenina es siempre predominante, aunque con mucha mayor fuerza entre los colombianos, cuyo índice es de 72.4 varones cada 100 mujeres.

En suma, en el stock de estos grupos se observa la gran concentración de colombianos y ecuatorianos que llegaron en la última década, con mayor incidencia de mujeres y un escaso acceso a la ciudadanía comunitaria. Por su parte, los argentinos tienen mayor dispersión en el tiempo, con más incidencia de varones y un fuerte acceso a la doble ciudadanía (cuadro 1).

Estas características indican que tanto el control de la antigüedad como la ciudadanía son más relevantes para los argentinos, que para los inmigrantes de los otros dos países estudiados.

Estas poblaciones muestran una estructura etaria de fuerte concentración en las edades más jóvenes potencialmente activas, es decir, entre 15 y 49 años, y con baja incidencia de los mayores de 64 años, lo cual es propio de las migraciones laborales. Esto es manifiesto entre colombianos y ecuatorianos, de más reciente migración (con sólo 1.2 y 0.5 por ciento, respectivamente, en ese grupo de edad), mientras que los argentinos presentan una situación intermedia con 10.6 por ciento de personas de 65 años y más, frente a 17.3 por ciento de los españoles. La mayor similitud en el peso del grupo de 15 a 49 años en las poblaciones en estudio conduce a seleccionarlo para efectuar comparaciones a lo largo del trabajo, eliminando de este modo la distorsión del peso tan desigual de los menores y de los adultos mayores. Además, es en estas edades de mayor incorporación al mercado de trabajo donde se profundiza la diferenciación por sexo: más varones entre los argentinos y más mujeres en ecuatorianos y colombianos (cuadro 2).

El nivel educativo es una característica fundamental para inferir el posicionamiento de los migrantes respecto a su inserción laboral. En la gráfica 1 se puede observar la distribución del nivel educativo alcanzado por la población de 15 años y más, y para los grupos de 15 a 29 y de 30 a 49 años. Se pueden señalar las cuestiones más importantes. Es claro que entre los más jóvenes las estructuras educativas tienden a disminuir sus diferencias, lo cual implica que los nuevos contingentes migratorios tienen un mayor acceso a la educación.

De todos modos, siempre los perfiles de colombianos y ecuatorianos son más desfavorables respecto a los españoles, existiendo una brecha más profunda con los ecuatorianos.

En el caso de los argentinos se da la situación opuesta, en la medida que sus niveles de instrucción son claramente superiores, tanto respecto a los colombianos y ecuatorianos como a los españoles. Los argentinos de 30 a 49 años tienen una notable concentración en el nivel superior de estudios, lo cual es reflejo de la emigración de población argentina altamente calificada.

En todos los casos, siempre son las mujeres las que presentan el perfil educativo más elevado, fenómeno creciente y muy extendido en gran parte de los países del mundo.

Estas consideraciones reflejan dos fenómenos que se entrelazan entre sí, por un lado, una fuerte selectividad con relación a quiénes son las personas que emigran, y por otro, un mejoramiento general en el acceso a la educación—más pronunciado entre las mujeres— por parte de muchos de los países latinoamericanos.

 

Acceso e inserción en el mercado de trabajo

Varios autores, entre ellos Domingo (2005), han señalado el papel complementario de los migrantes latinoamericanos —definidos como aquéllos que no tienen la nacionalidad española— tanto para ocupar puestos de trabajo no cubiertos por los españoles como para facilitar la creciente incorporación laboral de las mujeres nativas, especialmente las que tienen o desean tener hijos. También abren el debate acerca de la coexistencia de patrones de complementariedad y de exclusión entre los migrantes.

Desde la mirada de los países expulsores, además de estos aspectos, interesa conocer los niveles de actividad y desocupación, así como las modalidades de inserción ocupacional del total de los nacidos en los países seleccionados, independientemente de su nacionalidad, si bien se procura distinguir esta característica en el caso de los argentinos.

Para visualizar las formas y calidad de la inserción y el papel que juegan estos grupos migratorios en el mercado de trabajo español, se busca identificar los nichos sectoriales de absorción; las ocupaciones desempeñadas, teniendo en cuenta la calificación que suponen, y la incidencia de la precariedad.

Por último, se profundiza el análisis del grado de subutilización de su fuerza de trabajo en términos de la vinculación entre la calificación ocupacional y el perfil educativo, controlando la antigüedad de la migración, la edad y la ciudadanía en los argentinos.4 Conviene aclarar que este ejercicio, que incorpora las principales variables asociadas con la calidad de la inserción laboral, constituye un primer avance que servirá como antecedente para definir la metodología a seguir en el proyecto que enmarca este estudio.

Respecto a la participación en el mercado de trabajo, es esperable, como muestra el cuadro 3, que en este grupo etario los varones tengan tasas de actividad superiores a 80 por ciento en todos los orígenes; lo que llama la atención es el elevado nivel de participación femenina, en particular entre colombianas y ecuatorianas.

Los migrantes presentan, aunque con distinta intensidad, niveles más elevados de participación en el mercado de trabajo que los españoles, y esto se mantiene para los dos sexos, expresando el carácter laboral de las migraciones.

Se destacan los ecuatorianos, entre quienes 92 por ciento de los varones y 79 por ciento de las mujeres son activos, valores superiores al del resto de los migrantes que resultan en mayores brechas respecto a los españoles de igual sexo, que alcanzan su máxima expresión en la distancia entre las mujeres ecuatorianas y españolas.

Las colombianas también presentan una brecha significativa respecto a las españolas, mientras que las tasas de los argentinos son bastante similares, tanto para las mujeres como para los varones. Son justamente los argentinos y españoles quienes mantienen diferencias de género más marcadas, ya que los varones logran niveles 30 por ciento superiores a los de las mujeres de su mismo origen.

En la gráfica 2 aparece claramente reflejado el comportamiento diferencial por edades en los varones y mujeres de cada grupo. Así, los mayores niveles verificados para el conjunto de varones ecuatorianos y colombianos se explica por su ingreso más temprano al mercado laboral acompañado por elevadas tasas entre los jóvenes, desapareciendo prácticamente las diferencias a partir de 30 años. Entre las mujeres migrantes, en cambio, se mantienen las diferencias en todos los grupos de edad y se estabilizan a partir de 25 años en los tres orígenes, sugiriendo su permanencia en el mercado independientemente del ciclo de vida por el que atraviesan. Lo contrario sucede con las españolas que muestran una curva descendente después de 25 años.

Dentro de la población económicamente activa de 16 a 49 años, las mujeres argentinas y los colombianos de ambos sexos son los que sufren con mayor intensidad la desocupación, aunque las españolas casi llegan a igualar esos niveles. Los ecuatorianos resaltan nuevamente por mostrar los menores niveles entre los migrantes e, incluso, lograr una menor cuota femenina desempleada que sus congéneres españolas (cuadro 3). Esta ventaja la mantienen las mujeres en todas las edades (gráfica 2) y los varones jóvenes.

Los varones colombianos ostentan los mayores niveles de desempleo, independientemente de la edad, a diferencia de sus compatriotas mujeres, que logran niveles levemente inferiores al de las argentinas y casi similares al de las españolas mayores de 20 años.

Al igual que sucedía con la participación en el mercado laboral, también son los argentinos y españoles los que denotan mayores diferencias entre sexos, en detrimento de las mujeres.

De esta manera, pareciera que la capacidad del mercado español para absorber la importante oferta de trabajo ecuatoriana abonaría la hipótesis de su flexibilidad para desempeñar un papel complementario, situación que se refuerza cuando se observan los sectores y ocupaciones que desempeñan.

La gráfica 3 refleja que, entre los argentinos, el hecho de tener la nacionalidad española incide en sus posibilidades de acceso al mercado de trabajo, favoreciendo una mayor participación y mejores probabilidades de obtener empleo; siendo más marcado su efecto sobre la actividad de las mujeres.

En el cuadro 4 se presenta la distribución según grupos ocupacionales para el total de ocupados y para los dos grupos de edad centralmente activos de cada origen.

Los argentinos, al igual que los españoles, tienen una inserción ocupacional más diversificada que los ecuatorianos y colombianos.

Llama la atención la concentración de argentinos en las ocupaciones de mayor calificación —directivos de empresas, técnicos y profesionales científicos y de apoyo— con porcentajes que superan aún a los españoles en el total y en cada grupo de edad: 43 por ciento de los argentinos frente a 32 por ciento entre los españoles, 15 por ciento de los colombianos y siete por ciento de ecuatorianos. La ventaja de los argentinos con relación a los españoles es más pronunciada entre los que desempeñan ocupaciones de carácter científico (19 por ciento de argentinos frente a 12 por ciento de españoles) y se explica fundamentalmente por la contribución de los que tienen mayor edad, que lógicamente tienen mayor antigüedad en su migración y, como se viera, mayor nivel educativo.

En tanto, los ecuatorianos en primer lugar y luego los colombianos se concentran mayoritariamente en trabajos no calificados: 47 por ciento entre ecuatorianos y 36 por ciento entre colombianos, cifras que triplican la proporción de argentinos y españoles en esa situación. En segundo lugar, se insertan como trabajadores calificados, con cuotas superiores a los argentinos, pero inferiores a la de los españoles.

En todos los grupos el porcentaje que trabaja como empleado de los servicios o como vendedor de comercio es significativa. Entre los jóvenes argentinos alcanza la mayor representación, superando a los científicos y técnicos y, entre los jóvenes colombianos supera a los trabajadores calificados.

Las mujeres contribuyen al hecho de que los argentinos sean el grupo con la mayor cuota de profesionales y técnicos de calificación científica, y de apoyo. En efecto, 22 por ciento de ellas desarrolla esas actividades frente a 18 por ciento de sus compatriotas varones. En el total de ocupados de 16 años y más, la distancia respecto a las españolas es menor que la que denotan los argentinos varones frente a los españoles. Las diferencias se atenúan en el grupo de edad más joven.

Otra diferencia a resaltar es que las mujeres argentinas tienen una mayor concentración como empleadas de los servicios y vendedoras de comercio, que en este caso se acentúa entre los jóvenes de 16 a 29 años.

La distinción por sexo pone de manifiesto que la alta proporción de ecuatorianos y colombianos como trabajadores no calificados se explica fundamentalmente por la incidencia de las mujeres. Esta situación se agudiza entre las de mayor edad, en particular las ecuatorianas, ya que 63 por ciento de las que tienen entre 30 y 49 años se concentra en este grupo ocupacional. Además, la diferencia generacional en favor de las más jóvenes adquiere mayor importancia entre las colombianas que entre las ecuatorianas.

En cambio, los varones se concentran mayoritariamente como trabajadores calificados, situación que comparten con argentinos y españoles.

Con relación a las ramas de actividad que absorben la mano de obra originaria de los países bajo estudio, el cuadro 5 refleja que los argentinos tienen un espectro sectorial más amplio que los otros migrantes e incluso que los españoles, tanto varones como mujeres, si bien la distribución presenta diferencias significativas entre sexos y según la edad.

Los varones nacidos en Argentina, y los españoles con mayor intensidad, participan en mayores proporciones en la industria,5 en segundo lugar, en la construcción y luego en el comercio. Estos tres sectores absorben a 62 por ciento de los varones españoles y a la mitad de los argentinos que logran una mayor participación en otros sectores como las actividades financieras e inmobiliarias, la hostelería, educación y salud, en orden de importancia.

El efecto de la edad, vinculada con la antigüedad de la migración, se traduce en un patrón diferente entre los argentinos más jóvenes. Si bien en la industria, la construcción, el comercio y las actividades financieras mantienen proporciones casi similares a las que tienen los de 30 a 49 años, se destaca su mayor participación en la hostelería, que involucra a 16 por ciento, superando la cuota correspondiente a los migrantes y españoles. En cambio, se reduce su acceso a las actividades de educación y salud frente a sus compatriotas varones de mayor edad.

Las mujeres argentinas también denotan una amplia diversificación sectorial, pero con una distribución diferente. Ellas tienen un mayor porcentaje en la rama educación y salud, similar al de las españolas pero que supera a la de los varones del mismo origen y a las demás mujeres migrantes. En segundo lugar, se insertan en el comercio, la hostelería y las actividades financieras con porcentajes más altos que los varones argentinos.

Parecería que el sector hotelero ha venido teniendo una importancia creciente para absorber a la migración más reciente, ya que aproximadamente 20 por ciento de las jóvenes argentinas y colombianas participan en esa actividad, denotando los mayores porcentajes con relación a los demás grupos cualquiera sea su edad.

También las mujeres jóvenes tienen una cuota menor en educación y salud que sus compatriotas de mayor edad. Esta situación se verifica en todos los grupos bajo estudio, sugiriendo que el perfil para estas actividades requiere experiencia y una formación educativa más alta.

El mercado se estrecha para los colombianos y en mayor medida para los ecuatorianos de ambos sexos, como lo refleja su inserción notablemente segmentada. Esta situación es más marcada entre las mujeres.

Así, 74 por ciento de los varones colombianos se concentra en cuatro ramas, que en orden de importancia son: la construcción (32 por ciento), la industria (20 por ciento), la hostelería (11 por ciento) y el comercio (11 por ciento). Las proporciones varían por edad en el caso de la construcción, donde los de 30 a 49 años alcanzan una cuota más alta que los más jóvenes, y en la hostelería, que privilegia en general al grupo menor de 30 años.

Los varones ecuatorianos constituyen el único grupo que participa en actividades agrícolas. Entre ellos la concentración es todavía más marcada, ya que 81 por ciento es absorbido por cuatro ramas principales: construcción (33 por ciento), las actividades primarias (21 por ciento), la industria (19 por ciento y hostelería (nueve por ciento). Las diferencias por edad se dan en las mismas ramas y en el mismo sentido que las señaladas para los colombianos.

Como se dijo, la inserción segmentada se agudiza para las mujeres de estos dos grupos, quienes tienen como nicho de absorción "las actividades en los hogares", que corresponden fundamentalmente al servicio doméstico o al cuidado de miembros del hogar. 47 por ciento de las ecuatorianas y 38 por ciento de las colombianas se ubican en esta actividad, porcentaje que sube a 52 y a 42 por ciento, respectivamente entre las que tienen de 30 a 49 años. Las mujeres originarias de Colombia presentan ventajas relativas frente a las de Ecuador: ellas tienen una participación más significativa en la hostelería (17 por ciento), particularmente las más jóvenes, y logran cuotas de alrededor de nueve por ciento en la construcción, el comercio, las actividades financieras y en educación y salud. Las ecuatorianas también tienen participación en esos sectores pero con cuotas muy inferiores. Al igual que los varones, son las únicas que desempeñan actividades primarias.

En síntesis, el alto porcentaje de trabajadores calificados y no calificados entre los ecuatorianos y, en menor medida entre los colombianos, tiene su correlato en su participación en ramas que requieren trabajo manual de ese carácter. Esta asociación es evidente en el caso de las mujeres, cuyo nicho principal de absorción se caracteriza por no demandar mano de obra especializada.

Se ha señalado que más de la mitad de los argentinos tiene la ciudadanía comunitaria, de los cuales casi la totalidad posee la española. A fin de indagar el efecto de la ciudadanía en las características laborales, en el cuadro 6 se presenta su distribución por ocupación y rama de actividad.

Es evidente que la ausencia de la ciudadanía española actúa negativamente sobre la calidad de la inserción, provocando una disminución de la cuota que se desempeña en las ocupaciones de más alta calificación y un aumento de los que trabajan en aquellas que suponen tareas de menor complejidad.

El grupo de directivos, técnicos y profesionales, muy igualado por sexo, alcanza valores superiores a 50 por ciento entre los que poseen la ciudadanía, reduciéndose a alrededor de un tercio entre los que no la tienen. No obstante, los varones de este último grupo mantienen un peso superior al que denotan los españoles y en las mujeres es levemente inferior. Resulta notable el aumento de la proporción de trabajadoras no calificadas entre las mujeres sin nacionalidad española, que alcanza 22 por ciento, casi duplicando el peso que muestran las españolas.

En su distribución por rama de actividad, los argentinos mantienen una inserción diversificada, aun con ausencia de ciudadanía española. Sin embargo, los cambios que manifiestan los no nacionalizados los aproximan a los otros grupos migrantes.

En ese sentido se destaca la mayor inserción en la construcción para los varones; en actividades de los hogares para las mujeres y en la hostelería para ambos sexos.

Esta situación se asocia con la antigüedad de la migración, ya que justamente los no nacionalizados tienen mayor presencia entre los que llegaron en años recientes.

Las modalidades de inserción ocupacional y sectorial descritas se asocian con la precariedad del empleo en términos de su estabilidad y garantías sociales. El porcentaje de 'trabajadores eventuales', definidos como aquellos asalariados que no tienen un contrato fijo o definido, muestra claramente la situación desfavorable de los ecuatorianos, tanto varones como mujeres, en el total de ocupados y en los dos grupos de edad: 63 por ciento de los varones y 57 por ciento de las mujeres son trabajadores eventuales. También la precariedad de los colombianos, toda vez que más de la mitad de ellos en los dos sexos comparten esta situación. Los argentinos presentan cuotas levemente superiores a la de los españoles. Merece destacarse que los jóvenes de 16 a 29 años aparecen como los más vulnerables, en la medida que aumenta su precariedad, con independencia de su país de nacimiento. Esta situación es más acentuada entre las mujeres (gráfica 4).

Las marcadas diferencias en la inserción sectorial y en las ocupaciones de acuerdo a sus requerimientos de calificación, así como en la precariedad del empleo plantean interrogantes acerca del papel que juega el perfil educativo de cada grupo y en qué medida son aprovechadas las capacidades adquiridas mediante la educación formal.

Para acercarnos a esta problemática se utilizan dos indicadores de subcalificación ocupacional, que procuran reflejar las formas más notorias o extremas de subutilización (cuadro 7).

En ese sentido, los resultados sólo constituyen una primera aproximación y no dan cuenta exhaustivamente de la complejidad y magnitud de este fenómeno. Conviene tener presente esta limitación, en especial al considerar los niveles de subocupación de tipo b, ya que únicamente se considera a los universitarios que se insertan en ocupaciones no calificadas

En primer lugar surge que en todas las subpoblaciones bajo estudio, los universitarios o con estudios superiores sufren con menor intensidad problemas de subocupación, en particular los argentinos y españoles.

Para el conjunto de los ocupados son notables las diferencias entre los grupos en el nivel de subocupación de ambos tipos. En el caso de los que tienen estudios secundarios, los que desempeñan tareas no calificadas ascienden a 45 por ciento en los ecuatorianos, 37 por ciento en los colombianos y 13 por ciento en los argentinos; entre estos últimos, los que tienen la nacionalidad española muestran un porcentaje inferior (9.2 por ciento), que es similar al de los españoles.

Las distancias según el origen se acentúan cuando se trata de los que tienen los niveles de educación más altos: la proporción de ecuatorianos subcalificados duplica a la de los colombianos y es diez veces superior a la correspondiente de los argentinos. Una vez más, la posesión de la nacionalidad española favorece notoriamente a los argentinos, al punto de que igualan a los españoles con una cuota que no supera dos por ciento.

Entre los migrantes, la antigüedad contribuye a una más adecuada utilización de sus capacidades adquiridas mediante la educación formal y esta tendencia se verifica para los dos grupos de edad. La ventaja de los más antiguos se profundiza en el caso de la subocupación de los que tienen estudios superiores o universitarios.

Los ecuatorianos, que como se señalara anteriormente presentan peores condiciones de empleo, son también los que sufren con mayor intensidad la subocupación de ambos tipos. Entre ellos los más desfavorecidos son los que tienen entre 30 y 49 años que llegaron en el periodo más reciente.

 

Conclusiones

Este trabajo busca situarse en el escenario de los cambios producidos en los patrones migratorios de muchas regiones del mundo: diversificación y reorientación de los flujos, y mutaciones en el papel de país emisor-receptor. Dichos cambios se dan en un marco de interdependencia de los mercados y la producción, donde se intensifica la movilidad de los capitales y las diferencias de vida entre los países, y al mismo tiempo se regula la movilidad del factor trabajo, con una creciente imposición de barreras a las migraciones internacionales.

España es uno de los países que se ha convertido en destino relevante para los emigrantes latinoamericanos, entre los cuales ecuatorianos, colombianos y argentinos representan a la mayoría de los originarios de la región. Además, constituyen grupos migrantes con historia y perfil diferenciado, lo cual resulta más enriquecedor para la perspectiva comparada con la cual se aborda el trabajo.

Desde la óptica de los países emisores y pensando en una contribución para sus políticas migratorias se analizan un conjunto de factores, que, en forma comprobada, juegan una función importante en la inserción de los migrantes en sus países de destino.

Los resultados de esta etapa exploratoria muestran un perfil de migrante con un nivel educativo que excede o se encuentra muy poco por debajo del promedio de la población española y con un franco carácter laboral de la movilidad, tanto en varones como en mujeres, quienes al superar la tasa de actividad de las españolas reflejan un rol ajeno al de acompañante familiar.

La inserción laboral de los migrantes denota la existencia de nichos sectoriales como son la hostelería en el caso de los argentinos jóvenes sin nacionalidad comunitaria, en especial las mujeres, y el servicio doméstico y cuidado de personas para las mujeres colombianas y en forma más acentuada para las ecuatorianas.

Si bien no todos los factores interactúan en la misma forma en cada una de las poblaciones en estudio, en términos generales se desprende que un nivel educativo bajo, un tiempo de residencia de pocos años y no contar con la ciudadanía comunitaria se vinculan a una mayor segmentación, precariedad y subcalificación laboral. Cuando se controlan estos aspectos para medir la subutilización, la peor situación que denotan los ecuatorianos y luego los colombianos, sugiere que junto con su papel complementario en el mercado de trabajo coexisten mecanismos de exclusión, que seguramente comparten con otros inmigrantes no cubiertos en este estudio.

Conocer los pesos determinantes de cada variable requerirá, en un próximo paso, la aplicación de un modelo estadístico que incluya éstas y otras variables. Por otra parte, la realización de entrevistas en profundidad a los migrantes permitirá avanzar no solamente en aspectos relativos a su historia migratoria, la presencia de redes, la vinculación con su país de origen y la probabilidad de retorno, sino también abordar dimensiones que permitan visualizar, desde la subjetividad de los propios migrantes, su relación con el mercado laboral y con la sociedad receptora.

 

Bibliografía

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Notas

* Este trabajo ha sido realizado con base en la ponencia presentada en el II Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, realizado en Guadalajara, México, del 3 al 5 de septiembre de 2006.

1 Con base en la Encuesta Corriente de Población (Current Population Survey).

2 Tomado del Instituto Nacional de Estadística (INE), en www.ine.es

3 Se han realizado procesamientos especiales con la base del Censo de Población y Viviendas de España de 2001, disponible en www.ine.es.

4 No fue posible obtener el cruce de todas estas variables por sexo, debido a restricciones en el procesamiento requerido para controlar la nacionalidad.

5 Dentro de "Industrias", la industria manufacturera representa 70 por ciento del total, el transporte algo menos de 30 por ciento y los servicios básicos no superan 0.6 por ciento.

 

Información sobre las autoras

María Cristina Cacopardo. Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de Buenos Aires; especialista en Demografía por el Centro Latinoamericano de Demografía (Naciones Unidas); investigadora de posgrado por el Population Council en la Università degli Studi di Roma. Es profesora titular de la Universidad Nacional de Luján, miembro investigadora categoría I del Programa Nacional de Incentivos a la Investigación y directora de la Maestría en Demografía Social de dicha universidad desde 1986. Su área principal de investigación está orientada hacia las migraciones internacionales en la Argentina, donde —desde una perspectiva histórica y contemporánea— encara aspectos como familia, mujer, endogamia y participación laboral. En estos temas ha publicado en diversas revistas especializadas y sus publicaciones más recientes son "Mujeres migrantes y trabajadoras en distintos contextos regionales urbanos", en Papeles de Población, 34,2002, Toluca; "Migrantes limítrofes y desigualdad de género en el mercado laboral del Área Metropolitana de Buenos Aires" (en coautoría con Alicia Maguid), en Desarrollo Económico, 170, 2003, Buenos Aires; "Crisis y mujeres migrantes en Argentina", en Papers de Demografìa, 242, Centro de Estudios Demográficos, Universidad Autónoma de Barcelona, 2004; "Acerca de las mujeres migrantes en la Argentina: tendencias y mercado de trabajo", en Migraciones, globalización y género en Argentina y Chile, Cecym, 2005, Buenos Aires. Correo electrónico: cacopard@mail.unlu.edu.ar

Alicia Mirta Maguid. Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de Buenos Aires; especialista en Demografía por el Centro Latinoamericano de Demografía (CEPAL- Naciones Unidas). Es investigadora independiente de la Carrera de Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet); Directora de Estadísticas Sectoriales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y profesora asociada dela Maestría en Demografía Social de la Universidad Nacional de Luján. Entre 2002 y 2003 se desempeñó como Coordinadora del Proyecto Regional "Sistema Estadístico de Información sobre las migraciones internacionales en Centroamérica y México", con sede en Costa Rica y ejecutado por la Organización Internacional para las Migraciones (ΟIΜ) y el Centro Latinoamericano de Demografía (Celade/Cepal). Sus investigaciones se centran en el análisis de la migración internacional en Argentina y América Latina, y sus vinculaciones con los mercados de trabajo y las condiciones de vida. Sus publicaciones más recientes son: "El impacto de la crisis en la inmigración limítrofe y del Perú hacia el Área Metropolitana de Buenos Aires" (coautora con Verónica Arruñada) en revista Estudios del Trabajo No. 30, 2005, Buenos Aires; "La migración internacional en el escenario del Mercosur: cambios recientes, asimetrías socioeconómicas y políticas migratorias" en revista Estudios Migratorios Latinoamericanos, núm.57,2005. Buenos Aires; "Immigration and the labor market in Metropolitan Buenos Aires" en International migration. Prospects and policies in a global market. Massey y Taylor editores. Oxford University Press. 2004, Nueva York. "Migrantes limítrofes y desigualdad de género en el mercado laboral del Área Metropolitana de Buenos Aires" (coautora con Cristina Cacopardo), en Desarrollo Económico, 170, 2003, Buenos Aires. Correo electrónico: amagu@indec.mecon.gov.ar y amaguid@yahoo.es

Rosana Martínez. Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires; cursó la Maestría en Demografía Social en la Universidad Nacional de Luján; Diploma de Estudios Avanzados en Geografía Humana con orientación en Demografía por la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente es profesora en el posgrado de Planificación Urbanística y Regional en la Universidad de Buenos Aires y en la carrera de Trabajo Social en la Universidad del Museo Social Argentino. Lleva a cabo una consultoria para el Fondo de Población de Naciones Unidas en un convenio con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos en el marco del Programa SIEL (Sistema de Información Estadística Local). El tema de su memoria de investigación se orientó a las migraciones internacionales: "Inmigración y relación con la actividad de la población argentina en España, 1988-2003", dirigida por el Dr. Andreu Domingo Valls. Publicó como coautora junto a éste el artículo "La población latinoamericana censada en España en 2001: un retrato sociodemográfico", en Notas de Población No 81. Celade, Chile, 2006. Correo electrónico: rosana_m6@yahoo.com.ar

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