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Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.9 no.36 Toluca abr./jun. 2003

 

Emigrantes indocumentados y deportados residentes en el estado de México

 

Deported migrants residents of the state of Mexico

 

María Eugenia Anguiano

 

El Colegio de la Frontera Norte.

 

Resumen

Tomando como base información de dos encuestas elaboradas en El Colegio de la Frontera Norte, en el presente trabajo se describen las características de dos grupos de emigrantes internacionales mexiquenses altamente vulnerables: los indocumentados y los devueltos por la patrulla fronteriza estadunidense. En contraste con entidades tradicionalmente expulsoras como Guanajuato, Jalisco, Michoacán o Zacatecas, el conocimiento sobre los emigrantes internacionales procedentes del estado de México es aún limitado, por lo que se requiere desarrollar mayor investigación sobre las llamadas "regiones emergentes".

 

Abstract

In recent years there has been an increase in the proportion of native and resident persons from estado de México in the flow of international labor migrants. The knowledge that we have on them is still limited. In this paper, based on data from two surveys conducted in México, I describe the characteristics of two groups of highly vulnerable "mexiquense" international migrants: the undocumented persons and the persons that have been deported by the U.S. Border Patrol. In order to extend and deepen the knowledge that we have on international migrants coming from the "regiones emergentes", I propose to conduct more research on this topic.

 

Introducción

El estado de México -al igual que el Distrito Federal- es una de las entidades del país que en años recientes ha incrementado su participación en el conjunto de estados cuyos nativos y residentes se dirigen a Estados Unidos con objeto de trabajar o buscar trabajo.

En contraste con entidades tradicionalmente expulsoras de emigrantes internacionales como Guanajuato, Jalisco, Michoacán o Zacatecas, el conocimiento que tenemos sobre las características de los emigrantes internacionales mexiquenses es aún limitado. En este trabajo presentamos las características de dos grupos de emigrantes mexiquenses: los indocumentados y los devueltos por la patrulla fronteriza estadunidense. El análisis está basado en información de dos encuestas realizadas por El Colegio de la Frontera Norte.

Los emigrantes indocumentados y los que son capturados y devueltos por las autoridades migratorias estadunidenses son dos grupos altamente vulnerables.1 De ellos, un sector que pretende internarse de manera irregular por cinco ciudades de la frontera norte mexicana ha sido captado y entrevistado desde 1987 hasta la fecha por la encuesta continua del proyecto Cañón Zapata (PCZ).2 Del flujo de emigrantes devueltos por ciudades fronterizas norteñas mexicanas, la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México (EMIF)3 permite realizar estimaciones sobre su volumen y conocer sus características generales.

Estas encuestas nos permiten conocer la evolución de las características básicas de estos dos flujos de emigrantes, comparar las variaciones que han experimentado en años recientes y formular hipótesis para interpretar esos cambios. La primera encuesta capta un conjunto de emigrantes entrevistados en un momento inmediato anterior al cruce de la frontera sin documentos. De la segunda, seleccionamos el flujo de emigrantes devueltos por las autoridades migratorias de Estados Unidos.

 

Metodología de análisis

La información de los potenciales emigrantes indocumentados que capta la encuesta continua del PCZ fue proporcionada por personas entrevistadas durante los fines de semana en los puntos de cruce irregular de cinco ciudades fronterizas mexicanas. La información de esta encuesta, generada en 12 años de levantamiento continuo en dos periodos, 1988-1993 y 1994-1999, se agrupó considerando que tanto la devaluación del peso mexicano de 1994 como el reforzamiento de la vigilancia de la frontera mexicana con Estados Unidos han influido en el comportamiento del flujo de inmigrantes que intentan cruzar la frontera sin documentos.

De la información que capta la Emif con objeto de examinar el comportamiento del flujo de emigrantes devueltos, elegimos la primera fase de levantamiento, correspondiente al periodo marzo 1993-marzo 1994 y la fase concluida y realizada entre abril de 2000 y abril de 2001. Los emigrantes devueltos captados por la Emif son personas mayores de doce años de edad, entrevistadas en los puntos de devolución y entrega a las autoridades mexicanas por parte de la Patrulla Fronteriza.4

Una segunda consideración para establecer agrupamientos de la información de las dos encuestas es la participación que históricamente han mostrado las distintas entidades federativas y regiones del país en el flujo de emigrantes a los Estados Unidos. En la región centro -de reciente participación en el flujo y de la que el estado de México forma parte- se incluyó al Distrito Federal y a los estados de Guerrero, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Tlaxcala, excluyendo en este agrupamiento al estado de México para considerarlo por separado. En la región denominada tradicional se agruparon las entidades del centro-occidente del país, varias de ellas consideradas de larga tradición migratoria: Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas. La región norte incluyó a los seis estados fronterizos colindantes con los Estados Unidos además de Baja California Sur y Sinaloa, y en el sureste se agruparon entidades con muy reciente o muy escasa participación en el flujo: Chiapas, Campeche, Tabasco, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán.

A continuación se presenta el análisis de la información de cada encuesta, para lo cual se establecerá una comparación entre los periodos y las regiones de residencia de los emigrantes que nos permita apreciar las variaciones en la evolución del flujo y sus características generales respecto al perfil sociodemográfico y extensión de las redes familiares de los emigrantes mexiquenses.

 

El perfil de los emigrantes irregulares mexiquenses

El cuadro 1 presenta la distribución porcentual según entidad o región de residencia de los emigrantes entrevistados por la encuesta continua del PCZ, diferenciando las zonas de levantamiento, en las que incluimos a las ciudades de Tijuana y Mexicali en el oeste, a Ciudad Juárez en el centro y a Nuevo Laredo y Matamoros en el este.

En el cuadro observamos que la gran mayoría del flujo de mexiquenses potencialmente indocumentados fue captado en la región este, información que puede indicarnos que utilizan principalmente las ciudades de Nuevo Laredo y Matamoros como puntos de cruce hacia Estados Unidos y que posiblemente sus destinos laborales se localizan principalmente en Texas, pues internarse a regiones más distantes les supondría mayores riesgos, o bien, contar con recursos suficientes para aventurarse hacia destinos más lejanos -entre esos recursos, información sobre opciones de empleo, asentamiento de paisanos mexiquenses en otras localidades de Estados Unidos, familiares, amigos o conocidos en destinos distantes, o experiencia migratoria previa en el vecino país del norte.

El cuadro 2 muestra la distribución por sexo de estos emigrantes indocumentados. Aunque en ambos periodos hay una participación mayoritaria de varones, entre los primeros años y los más recientes se observa una disminución de la participación femenina. Con el reforzamiento de la vigilancia fronteriza estadunidense, los riesgos de internarse a ese país sin documentos se han incrementado, por lo que es posible que no sólo la presencia de mujeres haya disminuido en las áreas de cruce subrepticias, sino que ellas estén utilizando otras estrategias para ingresar a Estados Unidos.

El flujo de emigrantes indocumentados mexiquenses al que haremos referencia es entonces mayoritariamente masculino.

La edad es otro factor de selectividad en los flujos migratorios. En el cuadro 3 observamos el comportamiento de esta variable, donde la gran mayoría de los entrevistados se concentra entre los adultos jóvenes, en los grupos de edades entre 19 y 40 años. En un artículo reciente, Bustamante (2000: 35-37) sugiere que se está presentando un patrón de envejecimiento de los emigrantes indocumentados captados por la encuesta PCZ, pues para cruzar la frontera en forma irregular, enfrentando los obstáculos que ocasiona el creciente control fronterizo estadunidense, se requiere mayor capital humano y social, esto es, experiencia, información, redes sociales, etc. Este es también el caso de los mexiquenses, pues entre el primero y el segundo periodos se incrementa notoriamente la participación porcentual de quienes tenían entre 31 y 40 años.

En el cuadro se aprecia también que, en todos los casos, los menores de edad han disminuido su participación en el flujo, en mayor proporción entre los mexiquenses. El control fronterizo también ha actuado como factor de selectividad que desalienta la participación de mujeres y menores. Considerando la participación reciente de los mexiquenses en este flujo migratorio internacional, es posible que el decremento de la participación de los menores de 18 años esté asociado a la carencia o escasez de redes familiares en Estados Unidos y a la falta de experiencia migratoria previa hacia destinos estadunidenses, que a su vez limitan la información y el capital social necesarios para incorporarse al flujo de emigrantes internacionales.

En el cuadro 4 se presenta la distribución de los entrevistados según su escolaridad, referida a los años de estudio cursados. Bustamante también ha señalado que los datos del PCZ indican una mejoría significativa en los niveles de escolaridad de los potenciales indocumentados y una disminución de la participación de quienes no han tenido acceso a educación formal, y que el decremento en la participación de quienes tienen estudios que exceden la educación media básica (más allá de secundaria o más de nueve años) sugiere "que la atracción ejercida por las oportunidades de trabajo en Estados Unidos disminuye una vez que la persona ha alcanzado un cierto nivel de educación", el cual posiblemente acrecienta sus oportunidades de empleo en México. Este es también el caso de los mexiquenses, pues se reduce tanto la participación porcentual de quienes no habían tenido acceso a educación formal como la de quienes habían cursado más de siete años de estudios, a la par que aumenta la participación de quienes realizaron estudios básicos de primaria.

 

Vínculos familiares de los emigrantes irregulares

Uno de los factores que propician, facilitan o apoyan la emigración hacia los Estados Unidos son los vínculos y redes familiares con que cuentan los emigrantes. Un indicador que nos permite dar seguimiento a esos vínculos se relaciona con el lugar donde los emigrantes internacionales pasaron la noche previa al intento de cruce de la frontera.

En el cuadro 5 observamos que en el primer periodo la mayoría de los mexiquenses pasaron la noche en un hotel, la vía pública o en una central de transportes (autobús, ferrocarril o aeropuerto; rubro en el que se incluyó también a quienes pasaron la noche viajando en transporte público desde su lugar de origen), mientras que menos de uno de cada 10 lo hizo en casa de familiares o amigos y una proporción mínima había estado detenido. En contraste con este comportamiento, en el segundo periodo se incrementó ampliamente la proporción de quienes pasaron la noche en casa de familiares o amigos y decreció notoriamente la de aquellos que lo hicieron en la central de transportes o viajando y, en menor proporción, la de quienes lo hicieron en hotel o la vía pública. Considerando que las entrevistas fueron realizadas en el momento en que los emigrantes intentaban internarse a Estados Unidos sin documentos, estas cifras pueden indicarnos que los familiares de los indocumentados mexiquenses residían en las ciudades fronterizas donde fueron entrevistados, por lo que habría un cambio en la composición del conjunto de los mexiquenses, incrementándose notoriamente la participación de aquellos que tienen familiares en las ciudades fronterizas mexicanas, en detrimento de quienes no los tienen.

A diferencia de los mexiquenses, entre los emigrantes de los otros estados de la región centro y de la tradicional se incrementó la proporción de quienes pernoctaron en la vía pública y se mantuvo similar la de quienes lo hicieron en casa de familiares y amigos, lo que indicaría que sus vínculos familiares en las ciudades fronterizas mexicanas son limitados.

En todos los casos, llama la atención la escasa proporción de quienes estuvieron detenidos la noche anterior, información que contrastaremos más adelante con el número de intentos de cruce y el número de detenciones en el año de referencia declarados por los entrevistados.

El cuadro 6 nos presenta información sobre la recurrencia en la ciudad de cruce y sobre la proporción de quienes están intentando cruzar por primera vez. En primer término y con excepción de la región norte, destacamos que decrece ampliamente la proporción de quienes están intentando cruzar por primera vez, lo que indica una notoria disminución de la participación de emigrantes primerizos o no experimentados. Una observación paralela es el notable incremento general de la recurrencia en la elección de la ciudad de cruce, donde destaca la alta proporción de los mexiquenses, la mayor del conjunto. Relacionando esta información con la del cuadro anterior, podemos afirmar que la recurrencia en las ciudades fronterizas que eligen los mexiquenses para internarse a Estados Unidos está vinculada con el apoyo de familiares que residen en esas mismas ciudades y con la adquisición de información y experiencia que obtuvieron en alguna ocasión anterior.

De quienes han cruzado anteriormente a Estados Unidos, el cuadro 7 presenta los motivos de regreso a México. En todos los casos, el motivo principal del retorno es haber sido devuelto por las autoridades migratorias estadunidenses; aquí se observa un notorio incremento entre el primer periodo y el segundo. Esta información puede indicar que, efectivamente, se han incrementado las acciones y detenciones por parte de la Patrulla Fronteriza, pero no que ha decrecido la tenacidad de los indocumentados para intentar ingresar nuevamente al vecino país del norte, puesto que estaban en vías de hacerlo al ser entrevistados. La alta proporción de las devoluciones como motivo involuntario del retorno entre los emigrantes indocumentados señala también su palmaria vulnerabilidad.

Otros dos indicadores de la continuidad de las acciones de la Patrulla Fronteriza y de la vulnerabilidad de los emigrantes es el número de intentos de cruce que realizaron y el número de veces que habían sido detenidos por las autoridades migratorias estadounidenses. Los cuadros 8 y 9 nos muestran el comportamiento de esas variables.

En el cuadro 8 observamos que, en el primer periodo, las proporciones de quienes no habían realizado ningún intento de cruce durante el año de referencia varían entre una tercera parte y más de la mitad, en contraste con el segundo periodo, en el que las variaciones se redujeron ampliamente, llegando a proporciones de aproximadamente una quinta parte y, entre los mexiquenses, apenas de un 11.3 por ciento. Esta reducción puede significar que disminuyó la participación de emigrantes primerizos que intentan cruzar en forma irregular, situación que parecen corroborar los datos del cuadro 9, pues las proporciones de quienes nunca habían cruzado también se redujeron significativamente entre el primer y el segundo periodos.

También en el cuadro 8 se observa que mientras las proporciones en los intentos de cruce se han incrementado en las regiones entre un periodo y otro, los mexiquenses registran el mayor incremento entre quienes habían realizado un intento previo, y decrecen todas las demás proporciones. Es posible que los mexiquenses sean más propensos a desistir conforme se incrementa el número de intentos de cruce, pero también puede suceder que decidan prolongar su estancia en Estados Unidos una vez que han logrado internarse.

El cuadro 9 parece corroborar esa situación, pues aunque en todas las regiones se había reducido notablemente la proporción de quienes no habían sufrido ninguna detención e incrementado las de mayor número de detenciones, entre los mexiquenses se incrementó ampliamente la proporción de quienes sólo habían sufrido una detención en el año de referencia, a la par que decrecieron las proporciones relacionadas con más de una detención.

 

El perfil de los emigrantes devueltos

Como mencionamos, el flujo de emigrantes devueltos se refiere a las personas entregadas por la Patrulla Fronteriza a las autoridades mexicanas en las localidades fronterizas donde se levanta la Emif. Manteniendo la agrupación por entidades y regiones de residencia de los entrevistados, en el cuadro 10 se presenta la participación porcentual de los emigrantes devueltos por la Patrulla Fronteriza según las regiones de muestreo que establece la Emif -que denominamos zonas de levantamiento- en los dos periodos a que hicimos referencia.

A diferencia del comportamiento de las regiones tradicional y sureste en las que la participación del oeste decrece significativamente y la del este se incrementa en forma notable, y de lo observado en los datos de la encuesta PCZ que mostraban que la mayor proporción de emigrantes mexiquenses indocumentados se concentraba en la región este, los residentes del estado de México presentan un descenso de la participación porcentual del oeste y un incremento notorio de la participación del centro y menor del este, en tanto que el oeste mantiene su participación mayoritaria. Es posible que el desplazamiento hacia el centro y el este esté asociado al incremento de los operativos de la Patrulla Fronteriza en el oeste, lo cual ha ocasionado una reorientación general del cauce del flujo de emigrantes indocumentados y devueltos.

En el cuadro 11 observamos la distribución por sexo de los emigrantes devueltos. Aunque en ambos periodos constatamos que se trata de un flujo mayoritariamente masculino, en el conjunto destaca el incremento porcentual de la participación de las mujeres mexiquenses, que duplican su proporción entre los dos periodos. En contraste con los datos de la encuesta PCZ, que mostraban un descenso general de la participación femenina, entre las deportadas su proporción se incrementa o permanece más o menos similar, por lo que es posible que las mujeres estén cambiando de estrategia para ingresar a Estados Unidos, haciendo uso de documentos como la visa de turista, o bien, transitando con menor frecuencia entre los dos países.

 

En un análisis de los datos de las primeras tres fases de levantamiento de la Emif se apreciaba un incremento en la participación de mujeres jóvenes, solteras, con escolaridad semejante a la de los varones, que sin documentos ingresaban a Estados Unidos para trabajar o buscar trabajo, con creciente importancia de aquellas que se incorporan al flujo por primera vez. Este puede ser el caso de las mexiquenses.6

El cuadro 12 muestra la distribución porcentual por grupos de edad de los emigrantes devueltos. De manera similar a lo que mostraban los datos de la encuesta PCZ, para el estado de México y las regiones centro y tradicional, se presenta un patrón de envejecimiento, reduciéndose la participación de los menores de 30 años e incrementándose la de quienes tienen entre 31 y 50 años.

En el cuadro 13 se presenta la escolaridad en años de estudios de los entrevistados. Al igual que lo indicado por los datos de la encuesta PCZ, observamos un incremento en los niveles de escolaridad, pero a diferencia del incremento notorio en el nivel de estudios básicos (seis años) registrado por esa fuente, la Emif registra incrementos significativos en los niveles de educación media, en los que se concentró aproximadamente la mitad de los entrevistados, en todos los casos.

A diferencia de lo señalado por Bustamante (2000) sobre los entrevistados por la encuesta PCZ, entre los emigrantes devueltos el incremento en los niveles de escolaridad no parece mostrar que la atracción ejercida por las opciones de trabajo en Estados Unidos disminuya para ellos, ni tampoco que se inclinen por oportunidades alternativas de empleo en México, escenario que parece confirmar el cuadro 14, donde se presenta la distribución porcentual por sector de ocupación en su lugar de residencia en México. En todos los casos, se incrementó la participación -en el flujo de los emigrantes devueltos- de aquellos que se encontraban inactivos (amas de casa, estudiantes y jubilados) o que no habían trabajado antes en su lugar de residencia (correspondiente al renglón no procede); particularmente, los mexiquenses duplicaron su proporción. Por lo que, a pesar de que aproximadamente la mitad de los mexiquenses devueltos tenían estudios de nivel medio y más, optaron por aventurarse y buscar empleo en Estados Unidos, pues como señalaremos más adelante (cuadro 18), el motivo principal de cruce expresado por los emigrantes entrevistados devueltos fue la búsqueda de trabajo en el vecino país.

Vínculos familiares y redes sociales de los emigrantes devueltos

Para explorar los vínculos familiares y redes sociales de los emigrantes devueltos, elegimos un conjunto de variables relacionadas con las condiciones del desplazamiento inmediato anterior al cruce y devolución y con la estancia en Estados Unidos.

Como señalamos, la devaluación del peso mexicano en diciembre de 1994 también tuvo efectos en el comportamiento de los flujos. En el cuadro 15 incluimos el periodo inmediato posterior a esa devaluación, cuyo levantamiento transcurrió precisamente entre diciembre de 1994 y diciembre de 1995, porque muestra un incremento significativo en el uso del avión como medio de transporte utilizado por los emigrantes devueltos para desplazarse a la frontera norte mexicana. Esta información puede indicar que el dinero ahorrado en dólares y destinado por los emigrantes para emprender la travesía les permitió cambiar el medio usual de transporte en ese año, pues al comparar el primero y el último periodos incluidos en el cuadro se advierte que el autobús es el medio de transporte más habitual.

En el último periodo, el uso de avión por una cuarta parte de los mexiquenses entrevistados -y en menor proporción por los emigrantes de los otros estados de la región centro- puede estar asociado a la posibilidad de contar con recursos económicos suficientes para cubrir su costo, en contraste con la situación de los residentes del sureste.

El cuadro 16 registra el lugar donde los emigrantes pasaron la noche anterior al cruce que ocasionó la detención y posterior devolución por la Patrulla Fronteriza. En el primer periodo, la mayoría de los mexiquenses pernoctaron en la vía pública, en un hotel o cruzaron el mismo día que llegaron a la frontera; en el segundo, se observa una declinación de las opciones de cruce inmediato de la frontera y el uso de la vía pública para pasar la noche, duplicándose la proporción de quienes utilizaron hoteles. Es posible que el reforzamiento en la vigilancia por la Patrulla Fronteriza estadunidense haya obligado a los emigrantes a prolongar su estancia en las ciudades fronterizas mexicanas por las que cruzan hacia Estados Unidos, con objeto de planear mejor la estrategia y evaluar las posibilidades de éxito en el intento de ingreso a ese país, o bien, esperando lo necesario para contratar agentes de cruce subrepticio (coyotes, polleros, etcétera).

A diferencia de lo observado en la encuesta PCZ, es muy limitada la proporción de mexiquenses que pasaron la noche en casa de familiares, por lo que suponemos que entre los emigrantes devueltos los vínculos familiares en las ciudades fronterizas son muy exiguos. Adicionalmente, el incremento en el uso de hoteles, la carencia de familiares en las ciudades fronterizas y la prolongación de la estancia en las mismas son condiciones que implican también un incremento en los gastos previos a la internación a Estados Unidos, circunstancias que a la par generan una selectividad asociada a los recursos económicos para financiar esos gastos.

El cuadro 17 muestra la distribución de quienes cruzaron solos hacia Estados Unidos y quienes lo hicieron acompañados. En el primer periodo, la mayoría de los emigrantes cruzaron solos; en el segundo, la tendencia se invierte al incrementarse ampliamente las proporciones de quienes cruzaron acompañados, situación que puede indicar que los emigrantes saben muy bien que se han incrementado los riesgos de cruzar la frontera en forma subrepticia, especialmente sin compañía.

El cuadro 18 presenta el motivo principal de cruce, con un fuerte predominio de motivaciones laborales en todos los casos. En este cuadro, la distinción entre los rubros trabajar y buscar trabajo consiste en que el primero se refiere a una opción conocida y el segundo a una alternativa pretendida. La alta incidencia de emigrantes en búsqueda de trabajo puede indicar que para la mayoría, a pesar de desplazarse por motivos laborales, sus posibilidades de empleo son más bien inciertas que concretas. Por otra parte, el descenso en la participación porcentual de las opciones reunirse con familiares y otro motivo, puede reiterar que los emigrantes saben que se han incrementado los peligros y dificultades para ingresar clandestinamente al vecino país y prefieren evitar la travesía subrepticia.

El cuadro 19 registra los intentos de cruce que realizaron estos emigrantes antes de ingresar y ser devueltos. Entre los mexiquenses decreció la proporción de quienes habían realizado un intento previo al cruce y detención, y se han incrementado las proporciones de quienes realizaban dos y tres intentos, al igual que sucede en las otras regiones.

El cuadro 20 presenta el comportamiento de las detenciones experimentadas por los emigrantes. En el primer periodo, la mayor concentración se presenta entre quienes cruzaron por primera vez y fueron capturados y devueltos por la Patrulla Fronteriza, entre quienes no habían sido detenidos anteriormente y entre quienes habían sido detenidos una vez. En el segundo periodo es notorio el incremento de quienes fueron detenidos al realizar el primer cruce, situación que puede indicar el paralelo incremento de las acciones de la Patrulla Fronteriza estadunidense, pero también el ingreso de nuevos emigrantes en el flujo y la permanencia prolongada en Estados Unidos de quienes lograron internarse.

En el cuadro 21 presentamos el comportamiento de dos variables. En primer término subrayamos la alta incidencia de quienes permanecieron sólo unas horas en Estados Unidos (pues fueron capturados y devueltos casi de inmediato por la Patrulla Fronteriza) cuyas proporciones varían en torno a 80 por ciento en el primer periodo, incrementándose en el segundo a más de 93 por ciento. Esto significa que las proporciones de quienes lograron permanecer por más tiempo se redujeron de aproximadamente 15 por ciento en el primer periodo a seis por ciento en el segundo.

Para los pocos que lograron permanecer en Estados Unidos más de unas horas, los vínculos familiares serían un factor determinante para prolongar su estancia. El mismo cuadro detalla la distribución entre los que tenían y no tenían familiares en la localidad del vecino país en la que estuvieron la mayor parte de tiempo antes de ser devueltos, mostrando una reducción de la ya escasa proporción de quienes tenían familiares y la alta vulnerabilidad del conjunto.

 

Reflexiones finales

La información presentada nos permitió describir el perfil sociodemográfico y explorar las redes familiares de dos flujos de emigrantes internacionales mexiquenses, entrevistados en la frontera norte mexicana al intentar ingresar a Estados Unidos sin documentos migratorios o cuando fueron devueltos por las autoridades de migración de ese país.

En primer término observamos una extensa concentración masculina tanto entre los emigrantes indocumentados como entre los devueltos. Por una parte, esta concentración se debe a las características propias del flujo de trabajadores mexicanos que se dirigen a Estados Unidos, pues históricamente ha sido un flujo mayormente masculino. Por otra, está relacionada con las características de los espacios geográficos y sociales donde son entrevistados los emigrantes irregulares, pues suelen ser sitios de alto riesgo para las mujeres, quienes frecuentemente utilizan otras estrategias para internarse a Estados Unidos en forma irregular.

En el conjunto de mujeres observamos mayor participación de las mexiquenses en el flujo de emigrantes devueltas que en el de las indocumentadas, puesto que las primeras muestran un notorio incremento de su participación entre el primero y el último levantamiento de la Emif, alcanzando casi una cuarta parte del conjunto de mexiquenses devueltos, mientras que las segundas reducen su escasa participación porcentual en el flujo indocumentado captado por la encuesta PCZ.

A diferencia de lo registrado por la encuesta PCZ, donde la mayor proporción de emigrantes mexiquenses indocumentados se concentraba en la región este, los devueltos por la Patrulla Fronteriza captados por la Emif se concentraron en el oeste, información que puede indicarnos la existencia de dos corrientes de emigrantes entre los mexiquenses: los que se internan principalmente por el este y se dirigen hacia Texas, y los que lo hacen por el oeste, en dirección a California o Arizona.

En ambos flujos, los datos indican que los operativos de la Patrulla Fronteriza han desplazado el flujo del oeste hacia el este -y, como es sabido, hacia regiones más peligrosas-, al tiempo que el incremento del control fronterizo ha funcionado más como un factor de selectividad de los emigrantes que como una solución para detener el movimiento de trabajadores irregulares.

Otro factor de selectividad es la edad. En ambos flujos, entre los mexiquenses observamos una reducción en la participación de los jóvenes menores de edad y jóvenes adultos, patrón de envejecimiento asociado a una selección creciente de emigrantes más experimentados.

Los emigrantes internacionales más experimentados y que cuentan con redes familiares que apoyan su desplazamiento tienen más posibilidades de internarse a Estados Unidos exitosamente. En general, y en particular en el caso de los mexiquenses, es posible que quienes forman parte de los potenciales emigrantes indocumentados y de los devueltos captados por las dos encuestas sean más susceptibles de ser capturados por la Patrulla Fronteriza y devueltos a México por proceder de localidades o pertenecer a familias con poca o nula tradición migratoria hacia Estados Unidos; por poseer poca o nula experiencia en el desplazamiento, cruce y búsqueda de empleo en el vecino país o porque su redes familiares y sociales vinculadas con la migración a ese país son limitadas; restricciones que hacen de ellos emigrantes sumamente vulnerables.

Así lo muestra la proporción creciente de indocumentados mexiquenses captados por la encuesta PCZ, cuyo principal motivo de retorno a México fue la captura y devolución por parte de la Patrulla Fronteriza, pues aunque parece incrementarse la proporción de aquellos que contaban con familiares en las ciudades fronterizas, es probable que no los tuvieran en los Estados Unidos. Por su parte, entre los emigrantes mexiquenses devueltos y captados por la Emif, se observó un notorio incremento de quienes cruzaron la frontera internacional acompañados por familiares, amigos, conocidos o alguna otra persona, atenuando en alguna medida el riego de hacerlo solos; sin embargo, sus redes familiares tanto en las ciudades fronterizas mexicanas como en el vecino país del norte eran muy limitadas.

Finalmente, el número de intentos de cruce realizados y el número de detenciones sufridas por los mexiquenses parecen indicar el ingreso de nuevos emigrantes en ambos flujos, pero también que una vez que han logrado internarse en Estados Unidos prolongan su estancia en ese país el mayor tiempo posible.

No está de más sugerir que se requiere desarrollar mayor investigación para precisar, ampliar y profundizar el conocimiento que tenemos sobre los emigrantes internacionales mexiquenses indocumentados y devueltos.

 

Bibliografía

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Notas

1 En el universo de los emigrantes mexicanos que se dirigen a Estados Unidos, aquellos que carecen de documentos, experiencia migratoria y redes familiares están más expuestos a ser capturados y devueltos por las autoridades migratorias y a enfrentar más riesgos al intentar cruzar la frontera hacia el norte en forma irregular. A diferencia de ellos, quienes poseen documentos migratorios o permisos de trabajo, o tienen familiares que residen o trabajan en Estados Unidos, o provienen de comunidades de larga tradición migratoria hacia ese país, o por lo menos han tenido experiencia de cruce o laboral en el vecino país, cuentan con mejores condiciones para desplazarse, cruzar la frontera, internarse y trabajar en el vecino territorio del norte de México.

2 Así llamado por haber dado inicio en el lugar conocido como Cañón Zapata en la ciudad de Tijuana, Baja California. Las ciudades de levantamiento de la encuesta son: Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros.

3 Iniciada en marzo de 1993 con levantamientos anuales, la Emif se encuentra en su 8° periodo de levantamiento.

4 Para ampliar la información sobre esta encuesta pueden consultarse los volúmenes editados por las instituciones participantes, publicados en 1997, 1998, 1999 y 2002 así como la página electrónica del CONAPO: www.conapo.gob.mx.

6 "Migración no autorizada a Estados Unidos: devoluciones realizadas por la Patrulla Fronteriza", en Tuirán, 2000(b).

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