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Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.9 no.35 Toluca ene./mar. 2003

 

Presentación

 

La cuestión demográfica actual reviste una gran complejidad. Los cambios económicos y sociales producidos durante la segunda mitad del siglo pasado han promovido modificaciones sustanciales en el perfil demográfico de la región. El escenario demográfico es nuevo. La transición demográfica obedece a causas múltiples, entre las que figuran las transformaciones económicas, la urbanización, la ampliación de los sistemas de educación y las mejoras en la salud pública. Quizá nunca antes existió una época de tantas transformaciones, múltiples y generalizadas, con efectos directos sobre las condiciones generales de la población. En cierto modo, el comportamiento demográfico ha cambiado a favor de la sociedad, mostrándose en una baja de la mortalidad, el descenso de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida de la población. No obstante, los cambios demográficos, y sus consecuencias en la estructura de la población, han determinado nuevos y quizá más complejos desafíos.

Los cambios en la estructura de edades de la población tienen consecuencias económicas y sociales diversas: en el mediano y largo plazo afectan la proporción de la población activa, modifican el perfil de demanda en los sistemas educativos, amplían las necesidades de viviendas, y, particularmente, plantean nuevas exigencias a los sistemas de seguridad, atención médica y previsión social. El envejecimiento demográfico pone particularmente en cuestión la sustentabilidad futura de los sistemas de seguridad social. El incremento de la población adulta, y la consecuente disminución relativa de la población infantil, conlleva cambios en el perfil de atención y demanda de servicios de la población. En perspectiva global, el mundo envejece, pero particularmente en los países no desarrollados los sistemas de pensiones, los laborales ni los de salud están preparados para ello. Los cambios en las estructuras de edad están determinando nuevas demandas sociales por parte de la población y las familias, y, en ese sentido, imponen cambios en los conceptos y aplicación de las nuevas políticas de población.

El crecimiento de la población es más lento, no obstante, ha incrementado los segmentos de la población privada de los recursos para solventar sus necesidades básicas. En el nuevo contexto, de achicamiento del estado, privatización y desrregulación de los servicios públicos, son mayores los riesgos de la pobreza y la desprotección social. El retiro del Estado de las actividades productivas y particularmente de las funciones anteriormente sustantivas de protección social ha promovido un estado de mayor indefensión, desigualdad, pobreza, vulnerabilidad, exclusión e inseguridad social. En sentido amplio, la situación de «vulnerabilidad natural» de la población adulta, hasta cierto punto inherente a las condiciones cronológicas, se ve afectada por los déficit en la cobertura y calidad de atención de los sistemas de seguridad prevalecientes.

En el ámbito de la investigación, las transformaciones han promovido ciertos desplazamientos de los temas de interés: de los más demográficos hacia perspectivas sociodemográficas. El descenso de la fecundidad genera importantes impactos sobre el tamaño de la familia y, por consiguiente, en el debilitamiento de las redes de solidaridad, en una sociedad donde los apoyos familiares operan como importantes estrategias de vida. El envejecimiento demográfico y sus consecuencias en las demandas de seguridad para la vejez resulta coincidentemente con el "envejecimiento social", asociado con los cambios en las estructuras de los mercados de trabajo, y el hecho de privilegiar a la fuerza de trabajo joven, lo cual complica la situación para aquellos trabajadores de mayor edad.

El impacto de las transformaciones sobre la estructura de la sociedad es grande y compleja. Con el descenso de la mortalidad y la caída de la fecundidad, el aumento en la esperanza de vida y los desplazamientos en la estructura de edad, tienen efectos directos sobre el tamaño y estructura de la familia, la composición de la mano de obra, los mercados laborales, la distribución del ingreso, las nuevas pautas de pobreza. Las repercusiones sobre el incremento de la población activa no sólo corresponde con el achicamiento de la base de la pirámide demográfica, sino también con el abandono masivo de la función de madre y la incorporación al mercado de trabajo. El envejecimiento afecta todas las dimensiones sociales. La vejez o la cualidad de "viejo" supone una percepción socialmente construida. El envejecimiento trae consigo sus propios problemas, entre otros, la soledad, comprensión, rechazo y miedo.

La problemática del envejecimiento tiene un componente simbólico. Al respecto, en la apreciación de Lenoir, la edad no es un dato natural, inmediato de la conciencia universal. El análisis del envejecimiento debe tener en cuenta "relaciones de fuerza entre las generaciones y entre las clases sociales y las representaciones dominantes de prácticas legítimas asociadas a la definición de una edad". En otras palabras, "la 'vejez', no más que la 'juventud', tampoco es una especie de propiedad sustancial que llega con la edad". El envejecimiento implica las relaciones de fuerza entre generaciones y la distribución del poder y los privilegios entre ellas. El envejecimiento demográfico supone también un «envejecimiento social».

En este número Papeles de POBLACION incorpora un conjunto de trabajos que, desde distintas perspectivas, analizan los impactos de la llamada "transición demográfica" asociados con los cambios en la estructura de edades y el envejecimiento. En términos generales, los trabajos —particularmente los que conforman la temática central— coinciden en señalar las consecuencias de dichos cambios y los retos sociales y políticos que enfrenta la agenda de las políticas sociales.

La primera sección la integran cuatro artículos sobre el envejecimiento demográfico: el primero, de Carmen Miró, miembro del Consejo Directivo del Centro de Estudios Latinoamericanos, "Justo Arosemena", Panamá, ampliamente reconocida por sus contribuciones a la investigación demográfica en América Latina, analiza las tendencias diferenciales de la transición demográfica en la región y sus consecuentes efectos sobre el envejecimiento de la población; el segundo, de Moema Fígoli y Laura Rodríguez Wong, investigadoras de la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil, interesante en términos metodológicos, analiza con base en modelos de simulación el proceso de estabilización demográfica y las tendencias del envejecimiento en la región; el tercer estudio, de Iñaki de la Peña Esteban, investigador del Instituto de Estudios Financieros Actuariales, España, expone los impactos del envejecimiento de la población sobre la situación de los sistemas públicos y privados en algunos de los países europeos. Finalmente, el trabajo de Verónica Montes de Oca, Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México hace una revisión y seguimiento de la discusión en los foros internacionales respecto de la problemática del envejecimiento y sus consecuencias diferenciales en los países en desarrollo. Los cuatro artículos coinciden en destacar los desafíos que imponen los cambios en la estructura de edad, particularmente el envejecimiento respecto de los sistemas de seguridad y protección social de dicha población.

La segunda sección contiene cuatro artículos sobre desigualdad social y pobreza. El trabajo de Julio Boltvinik, investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, ampliamente reconocido por sus aportes a la investigación sobre la temática, y Araceli Damián, investigadora del Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano de El Colegio de México, conjuga tres aspectos de la problemática de la pobreza, la relacionada con los derechos humanos sociales y económicos, el reconocimiento legal y los procedimientos oficiales para su medición en México. El siguiente artículo, de Fernando Cortés, investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, describe el comportamiento de los ingresos de los hogares y su distribución durante los últimos 25 años en México, e identifica los componentes más importantes de los cambios en los niveles de desigualdad. El trabajo de Tabaré Fernández Aguerre, profesor investigador de la Universidad de la República, Uruguay, analiza los determinantes de la pobreza de ingresos en el contexto de ajuste estructural implementado en Uruguay. Finalmente, el estudio de Juan Campos Alanís, profesor investigador de la Universidad Autónoma del estado de México, estudia los mecanismos de aplicación del Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa) y señala sus efectos negativos en cuanto a la cohesión de los grupos sociales en el municipio de San Felipe del Progreso, estado de México.

La cuarta sección sobre anticoncepción, sexualidad y embarazo, incluye los trabajos de Irene Cacique, Investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México, analízala relación entre dos indicadores del empoderamiento femenino, el poder de decisión de las mujeres y su autonomía, y el uso de métodos anticonceptivos entre las mujeres mexicanas; y de manera complementaria, el artículo de Catherine Menkes y Leticia Suárez, la primera, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México, y segunda, investigadora del Centro de Investigación en Salud Poblacional del Instituto Nacional de Salud Pública, presenta la situación general de la problemática de la sexualidad y el embarazo adolescente, mostrando que un bajo nivel de escolaridad femenino se asocia con un menor conocimiento y uso de métodos anticonceptivos, una menor planeación en la primera relación sexual y una edad más temprana en la iniciación sexual, lo que hace que estas adolescentes sean más vulnerables al embarazo y a las enfermedades de transmisión sexual en México.

 

Dídimo Castillo F.
Director

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