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Revista mexicana de investigación educativa

versión impresa ISSN 1405-6666

RMIE vol.28 no.99 Ciudad de México oct./dic. 2023  Epub 26-Ene-2024

 

Dossier

Trazos para el COMIE del futuro desde el presente: Retos y tensiones para la investigación educativa

Outlines for the future COMIE from the present: challenges and strains for educational research

Gabriela de la Cruz Flores* 

*Investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones sobre la Universidad, Ciudad de México. México, email: gabydc@unam.mx


En el marco del trigésimo aniversario del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), reflexionar sobre los retos que enfrenta la investigación educativa en México y el papel del Consejo nos invita a mirarnos como colectivo y a trazar derroteros comunes donde nuestra labor como profesionales permita aportar al conocimiento a través de la investigación. Ello implica reconocer la complejidad de la educación como fenómeno social y derecho humano, así como su trascendencia en la formación de personas autónomas, más aún en contextos signados por desigualdades -algunas de ellas estructurales- y la inmersión acelerada de nuevas tecnologías, mismas que exigen replanteamientos de fondo sobre el qué y para qué de la educación.

Los tiempos que corren y de cara al futuro requieren colocar en el centro un claro sentido ético sobre el quehacer de quienes nos dedicamos al campo de la investigación educativa, donde las actividades que realizamos en múltiples esferas sean motores para aportar sobre aquellas problemáticas que aquejan al sistema educativo y promuevan canales de interlocución frontal con tomadoras(es) de decisiones y con la sociedad en su conjunto. Lo anterior, no limita la generación de conocimiento sino que abre perspectivas que dan cabida a la innovación y a la convergencia del trabajo multi, inter y transdisciplinario.

El COMIE, durante estas tres décadas, ha alcanzado logros relevantes, por ejemplo, la representación de sus asociadas y asociados en gran parte del territorio nacional; la organización de foros regionales donde se reconoce la diversidad de nuestro país a la par que promueven la vinculación y la sinergia entre entidades e instituciones; las celebraciones bianuales del Encuentro Nacional de Estudiantes de Posgrado en Educación (ENEPE) y del Congreso Nacional de Investigación Educativa (CNIE); la producción de estados de conocimiento que, con el paso del tiempo, han dado cabida a distintas áreas temáticas sobre las que también se ha tejido la integración de grupos y redes de trabajo; la publicación de la Revista Mexicana de Investigación Educativa (RMIE), la cual difunde con rigor los resultados de indagaciones nacionales de manera preferente. Todo ello, configura un terreno fértil para impulsar la investigación educativa en nuestro país.

Las siguientes páginas tienen como propósito discurrir sobre algunos de los retos que enfrenta la investigación educativa y el posible liderazgo que el COMIE pudiese asumir como asociación civil. Para ello, se plantean seis grandes tensiones. La primera alude al desarrollo de proyectos de investigación colaborativos para poder indagar problemáticas educativas desde distintos ángulos sin soslayar la relevancia de aquellos de naturaleza individual. La segunda, implica abonar a la solución de problemas educativos nacionales de alta relevancia, en particular, aquellos que vulneran el derecho a la educación a la par que se genera conocimiento desde la investigación. La tercera, subraya la necesaria colaboración entre universidades, escuelas normales, autoridades federales y estatales a fin de afianzar la formación de investigadoras(es) educativos en los entornos escolares con acento en la educación básica. La cuarta tensión se refiere a la creación de canales y espacios para que los resultados de la investigación educativa puedan transitar en circuitos de divulgación donde sectores no especializados tengan acceso al conocimiento generado y puedan convertirse en insumos para la toma de decisiones informadas. La quinta tensión implica ampliar el repertorio de técnicas e instrumentos basados en las nuevas tecnologías incluyendo los alcances de la inteligencia artificial sin demeritar el juicio crítico y la acción razonada de las y los investigadores educativos. Por último, la sexta tensión apunta al reconocimiento de miradas inclusivas en el quehacer de la investigación educativa.

Proyectos de investigación colaborativos e individuales

Durante décadas, la lógica de los sistemas de estímulos en las instituciones de educación superior ha privilegiado la actividad y producción académica individual, lo cual ha generado ciertos efectos no deseados que con frecuencia diluyen los esfuerzos colaborativos (Bensusán y Valenti, 2018; Buendía, García Salord, Grediaga, Landesmann et al., 2017; Rondero, 2007). Ello contrasta con las dinámicas de trabajo que la investigación educativa exige para aproximarse a problemáticas de alta complejidad, donde son fundamentales la multi, inter y transdisciplina. Lo anterior no solo alienta la generación de conocimiento sino que promueve el intercambio de ideas, el diálogo intersaberes, así como la construcción de redes en torno a la indagación de múltiples realidades y contextos en donde tiene lugar la educación, que difícilmente pudiesen ser objeto de estudio con una sola parcela disciplinar.

Empero, la investigación de corte individual puede articularse con proyectos colaborativos y a su vez, estos pueden fortalecer a la primera. Por ello, la dicotomía entre trabajo individual y colaborativo se vuelve aparente cuando se establecen puentes que permiten compaginar y orientar la labor investigativa en educación, en una suerte de espiral donde la investigación individual confluye con la colaborativa y viceversa.

De cara al futuro, reconociendo la amplitud de perfiles, trayectorias, enfoques metodológicos y proyectos de investigación que cultivan las y los asociados del COMIE, es imprescindible concebir al Consejo como una bisagra que permita establecer vínculos entre sus integrantes y con ello, potenciar el desarrollo de proyectos colaborativos sabiendo que el diálogo y la construcción conjunta pueden derivar en nuevas preguntas que alienten la configuración de proyectos tanto individuales como colaborativos. Así, algunas acciones por emprender pueden ser las siguientes: dar a conocer los diferentes temas y proyectos de investigación que realizan las y los asociados; convocar a través de las y los coordinadores de las áreas temáticas a las y los asociados que compartan temas y proyectos comunes a fin de delinear posibles colaboraciones e incluso, avizorar problemáticas emergentes donde la investigación educativa tenga cabida; estimular la puesta en marcha de proyectos colaborativos y abrir los canales necesarios para su promoción y difusión; partiendo de los resultados de los proyectos de investigación nacidos en el seno del Consejo, identificar nuevas problemáticas para incorporarlas a la agenda de investigación educativa. Lo anterior, implica coadyuvar en la gestión de la investigación, en la colaboración interinstitucional y en la sistematización de prácticas que alienten el trabajo común en torno a problemáticas del campo educativo.

Generación de conocimiento y solución de problemas educativos nacionales

Nuestro país de tiempo atrás arrastra debilidades en su sistema educativo, lo cual ha mermado la construcción de sociedades más justas y equitativas. Pese a las múltiples reformas educativas, programas focalizados y acciones afirmativas, las brechas son persistentes más aún cuando la interseccionalidad se hace presente. Este panorama abre vetas para la reflexión sobre el quehacer ético de quienes nos dedicamos a la investigación educativa en aras de orquestar proyectos que atiendan problemas nacionales de alto calado donde además se ofrezcan soluciones. De manera que la investigación sea un espacio para mirar hacia el futuro y la innovación sea un principio que nos permita construir múltiples posibilidades que velen por el bien común.

Los tiempos que corren tras la pandemia por COVID-19 redoblan la urgencia de configurar proyectos de investigación con un claro compromiso y responsabilidad social que integren tanto la generación de conocimiento como alternativas para atajar las dificultades que enfrenta nuestro sistema educativo a la vez que abran nuevas posibilidades para la educación. Así, los debates estériles entre quienes sostienen que la labor de las y los investigadores educativos debe restringirse al quehacer científico se vuelven insostenibles cuando a la par se requiere aportar soluciones, mantener diálogos constantes con quienes toman decisiones en los diferentes niveles de gobierno y estrechar lazos con diversos sectores de la sociedad, asumiendo cierto estado de corresponsabilidad que permita mayor incidencia en la mejora de la educación, tal como lo refieren Ademar y Blanas:

[…] la producción de conocimiento desde las Universidades requiere de una nueva racionalidad que cree las condiciones que permitan una mayor incidencia en la mejora de la educación. En concreto, implica pensar la investigación de un modo diferente: una investigación que ayude a construir el futuro (el mejor de los futuros posibles, decimos nosotros) en el contexto latinoamericano, porque estamos convencidos de que nuestras Universidades cuentan con capacidad instalada suficiente como para provocar un impacto significativo y sensible al respecto (Ademar y Blanas, 2011:48).

Así, uno de los grandes retos que enfrenta el COMIE en el mediano plazo es asumir un verdadero liderazgo nacional y convocar al desarrollo de megaproyectos, más aún cuando un número importante de las y los asociados están adscritos a los principales institutos y centros de investigación educativa de nuestro país. Ello puede devenir en un gran entramado interinstitucional, cuya confluencia potencialice sinergias virtuosas que propicien la interlocución efectiva con tomadoras(es) de decisiones, autoridades y representantes clave de la sociedad. Además, como colectivo podría ser una oportunidad para cuestionarnos sobre el para qué de la investigación educativa y movilizar referentes sobre nuestra labor profesional.

Colaboración entre distintas instancias y formación de investigadores educativos

De acuerdo con el artículo cuarto del Estatuto del COMIE, aprobado en 2017, uno de los objetivos específicos de la Asociación es: “Promover las acciones tendientes a la formación de investigadores, su perfeccionamiento y actualización” (COMIE, 2017). Así, las actividades de formación son inherentes a nuestra labor. En los últimos años estas han fructificado en distintas iniciativas como la Escuela de Investigación Educativa y sus múltiples ediciones, además de una amplia gama de cursos y talleres, los cuales han gozado de mayor alcance gracias a la generosidad de las y los asociados que han colaborado como ponentes y a la mediación de la tecnología. Ello, nos ha permitido llegar a un mayor número de personas interesadas en la investigación educativa, en particular, profesionales de la educación ubicados en distintos puntos de nuestro país.

Si bien los esfuerzos han sido consistentes, se advierten flancos por cubrir. Tal vez uno de los más imponderables se relaciona con extender las actividades de formación en investigación educativa en entornos escolares, de manera particular, de la educación básica. Es decir, coadyuvar en los procesos de formación situados de las y los docentes y con ello, entrelazar la investigación educativa con la problematización del quehacer docente y los procesos educativos que tienen lugar en los espacios escolares, más aún cuando resulta impostergable hacer uso del conocimiento y de la investigación ante las múltiples realidades de nuestro sistema educativo, reconociendo los contextos y el valor de la investigación basada en diseño entre otras aproximaciones metodológicas.

Así, una de las grandes tensiones que enfrenta el COMIE es extender sus acciones de formación en investigación educativa fuera de los formatos tradicionales y apostar por procesos de formación situados en los entornos escolares. Al respecto, caben dos precisiones. La amplitud de los perfiles de las y los asociados, así como las líneas de investigación que cultivan alientan la posibilidad de conjuntar esfuerzos en la formación en investigación de las y los docentes de educación básica. Sin embargo, dichos esfuerzos requieren la colaboración institucional de escuelas normales, universidades, autoridades federales y estatales y es ahí donde el COMIE puede articular y establecer nodos de colaboración. Lo anterior podría estimular de manera paralela el desarrollo de macroproyectos en torno a la educación básica e incidir en la solución de problemáticas donde las y los docentes asuman mayor agencia, participación y autonomía.

Canales y espacios para la difusión y divulgación de los resultados de la investigación educativa

El COMIE ha incursionado de manera acelerada en el uso de las redes socio digitales y adquirido mayor proyección nacional e internacional. Muestras de ello son el número de seguidores a través de Facebook el cual asciende a 28 mil y la cantidad de reproducciones de los eventos transmitidos por su canal de YouTube. Sin duda, las redes socio digitales han marcado un parteaguas en la difusión de las actividades y eventos que organiza el Consejo.

Hoy vivimos en un mundo mediado por la virtualidad, donde la instantaneidad y la fugacidad con frecuencia norman los criterios, juicios e incluso, decisiones de la población. Asimismo, el crecimiento del sistema educativo y de las instituciones universitarias alienta el debate constante de múltiples temas desde diferentes enfoques y perspectivas. Por ello, es necesario explorar nuevas vías donde el quehacer de las y los investigadores educativos, así como los resultados de su labor se divulguen y lleguen a sectores sociales no especializados. Para el COMIE, dicha acción debiese ser fundamental no solo por el alcance sino por su contribución a la sociedad, lo cual podría alentar el posicionamiento del COMIE como un interlocutor público en la agenda educativa.

Aprovechando la capacidad institucional de las y los asociados, algunas acciones por emprender son: participar en programas de radio o televisión universitaria con breves cápsulas sobre temas de interés o de coyuntura; organizar foros de diálogo con comunidades no académicas; incorporar en los eventos académicos algunas reflexiones que interpelen a un mayor número de personas utilizando un lenguaje claro y accesible.

Repertorio de técnicas e instrumentos basados en las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial

El desarrollo de la tecnología, la inmersión a realidades virtuales, así como el auge de la inteligencia artificial abren oportunidades inimaginables para la investigación educativa a la par que desafíos para el diseño de técnicas e instrumentos congruentes con la naturaleza de estos nuevos entornos.

De cara al futuro, una tensión permanente será ajustar o, en su caso, desarrollar y pilotear nuevas técnicas e instrumentos sensibles a los entornos ya referidos al mismo tiempo que respondan a enfoques metodológicos y referentes epistemológicos. El COMIE puede ser un espacio ideal para discutir estos temas y en una especie de laboratorio compartido, probar la fiabilidad y validez de estos. Además, pudiese alentar la reflexión ética, el juicio crítico y la acción razonada de las y los investigadores educativos como basamentos del uso de cualquier tecnología y extensión de las capacidades humanas.

Construcción de miradas inclusivas en el quehacer de la investigación educativa

En las últimas décadas la investigación educativa ha aportado a la comprensión de problemáticas que aquejan a sectores que históricamente han sido marginados e incluso, invisibilizados. Por ejemplo, estudios focalizados en las experiencias educativas y condiciones de las personas con discapacidad; indagaciones que recuperan las vivencias de mujeres en múltiples contextos y situaciones de vulnerabilidad o investigaciones con grupos originarios de nuestro país.

Ante este escenario, el COMIE, reconociendo a la inclusión como eje clave en la investigación educativa, podría ser un vector de alta relevancia para el impulso de proyectos y líneas de investigación que den cabida a otras miradas que reconozcan la diferencia. Al respecto, las aproximaciones metodológicas feministas abrigan esperanzas para perfilar acercamientos alternos y con ello, desde la investigación aportar a la justicia social.

Epílogo

Lo expuesto en estas páginas son notas que pretenden avivar reflexiones sobre la labor del COMIE. Entretejen tensiones futuras, pero ya presentes en el campo de la investigación educativa. Pensar en el futuro se convierte en una apuesta por un porvenir compartido capaz de movilizar voluntades y responsabilidades. El COMIE del futuro debe colocar en el centro un alto sentido ético de la investigación educativa. Solo así podremos aportar como colectivo y afianzar nuestra actividad como profesionales.

Referencias

Ademar, Horacio y Blanas, Georgina (2011). “La investigación educativa: un compromiso ético para la promoción de la calidad de vida y el respeto por la dignidad humana”, Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, vol. 9, núm. 2, pp. 45-60. [ Links ]

Bensusán, Graciela y Valenti, Giovanna (2018). La evaluación de los académicos. Instituciones y Sistema Nacional de Investigadores, aciertos y controversias, Ciudad de México: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales/Universidad Autónoma Metropolitana. [ Links ]

Buendía, Angélica; García Salord, Susana; Grediaga, Rocío; Landesmann, Monique; Rodríguez, Roberto; Rondero, Norma; Rueda, Mario y Vera, Héctor (2017). “Queríamos evaluar y terminamos contando: alternativas para la evaluación del trabajo académico”, Perfiles Educativos, vol. 39, núm. 157, pp. 200-219. [ Links ]

COMIE (2017). Estatuto del Consejo Mexicano de Investigación Educativa A. C., Ciudad de México: Consejo Mexicano de Investigación Educativa. [ Links ]

Rondero, Norma (2007). “Impacto de las becas y estímulos en la producción del trabajo académico: el caso de la Universidad Autónoma Metropolitana”, Sociológica, vol. 22, núm. 65, pp. 103-128. [ Links ]

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