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Revista mexicana de investigación educativa

versión impresa ISSN 1405-6666

RMIE vol.26 no.89 Ciudad de México abr./jun. 2021  Epub 04-Jun-2021

 

Editorial

El 25° aniversario de la Revista Mexicana de Investigación Educativa

The 25th anniversary of the Revista Mexicana de Investigación Educativa

Guadalupe Ruiz Cuéllar* 

* Investigadora de la Universidad de Aguascalientes, Departamento de Educación. Av. Universidad 940, Ciudad Universitaria, 20131, Aguascalientes, Ags. México. CE: guadalupe.ruiz.cuellar@gmail.com


En junio del presente año la Revista Mexicana de Investigación Educativa (RMIE) cumplirá veinticinco años de publicarse ininterrumpidamente. Más allá de los rituales que nos llevan a festejar en momentos determinados la trayectoria y vida de una persona, institución o, como es el caso, de un proyecto editorial como el de la RMIE, celebrar este aniversario -y los que le han precedido- tiene especial sentido si consideramos un rasgo de singularidad de la revista, esto es, su soporte en el esfuerzo del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE) A.C., por ofrecer un espacio de alto nivel para la difusión de resultados de investigación en el amplio campo del estudio sistemático de los fenómenos educativos. En otros países las asociaciones de investigadores de la educación tienen no una, sino varias revistas; pero, en el país, y en nuestro campo específicamente, la RMIE es la única publicación periódica que tiene esta característica, lo cual, debo decirlo sin ambages, da cuenta de un apoyo sostenido a lo largo de estos veinticinco años, no sin dificultades y teniendo que hacer frente a condiciones contextuales no siempre favorables o, que en todo caso, han representado desafíos puntuales a los que la revista, y quienes han estado al frente de ella en distintos periodos, ha tenido que responder.

Iniciamos los festejos alusivos a este aniversario de la RMIE con una acción que nos pareció de gran significación: entrevistar a las exdirectoras y exdirectores de la revista. Estas entrevistas han sido una fuente rica para trazar, así sea a grandes pinceladas, la historia de la RMIE. Los exdirectores y exdirectoras nos han hablado de tres temas básicos: la experiencia personal y profesional que representó estar a cargo de la dirección de la RMIE y los retos más significativos enfrentados en su periodo de gestión; las cualidades que distinguen a la revista de otras que se publican en el país y sus aportaciones al desarrollo de la investigación educativa con altos estándares de calidad científica; el futuro deseable de la RMIE.

Para cuando aparezca este número habrá empezado ya la transmisión de estas entrevistas a través de diferentes canales y redes sociales del COMIE. Más allá de que quedan en un formato audiovisual las experiencias y reflexiones que las exdirectoras y exdirectores de la RMIE nos compartieron en las entrevistas realizadas, me pareció valioso sistematizar aquí algunas de sus ideas. Pienso que para todos los que de distinta forma estamos vinculados a la revista, la memoria compartida por los destacados académicos que la han dirigido es sumamente relevante para identificar, así sea a varios años de distancia en algunos casos, la vigencia de sus ideas y la pertinencia de sus visiones, puesto que algunos de los retos asociados a un proyecto de la envergadura de la RMIE siguen presentes pese a sus indudables logros. A la vez, estas reflexiones ayudan a releer la situación actual de la revista y sus tensiones de cara al futuro.

En la historia de la RMIE varios son los desafíos enfrentados. Uno de los primeros, como lo refiere Mario Rueda, director fundador de la revista, fue constituirse en un foro para la circulación del conocimiento que se generaba en el país sobre los fenómenos educativos; un foro también para la discusión, para la identificación de los actores involucrados en la tarea de hacer investigación educativa y de los temas y problemáticas que abordaban; para reconocer lo que aún faltaba por estudiar. Siendo en los primeros años de la década de los noventa una comunidad relativamente pequeña, era evidente también su diversidad. En ese contexto, un reto concomitante era definir estándares de calidad aceptados por las diversas tradiciones que estaban ya presentes en el medio.

Como es evidente y así lo subrayan varios entrevistados, la calidad de la revista ha descansado en buena medida en la propia calidad de los procesos de evaluación de las propuestas recibidas para su publicación. Ello es así porque, “A pesar de sus defectos, la revisión por pares es de vital importancia para sostener los altos estándares de las comunicaciones académicas, para mantener la calidad de las revistas individuales y para el apoyo de los investigadores que han escrito los artículos”.1 En relación con este último punto, siempre ha estado presente la expectativa de contribuir realmente a la mejora de los trabajos recibidos; de lograr dictámenes que ofrezcan retroalimentación puntual y constructiva que ayude a desarrollar mejor los argumentos, atender posibles vacíos en la revisión de literatura, comunicar de forma clara y precisa la metodología al igual que los hallazgos…, la participación del Comité Editorial de la RMIE en la selección de árbitros idóneos para la dictaminación de los textos que se envían a la revista ha sido y seguirá siendo fundamental para lograr los propósitos asociados a la revisión por pares. No obstante, en el orden de los asuntos a atender en el futuro inmediato parecería valioso indagar con nuestros autores el aporte que han representado para la mejoría de sus propuestas, los comentarios y recomendaciones que han recibido de los pares y sus posibles sugerencias para asegurar un carácter didáctico que permita a la revista contribuir, desde su nicho específico, a la formación de mejores investigadores y al desarrollo de nuestro campo.

La definición del enfoque y alcance de la RMIE no ha sido un reto como tal, como se desprende de las entrevistas realizadas. Desde su inicio, la revista se concibió como uno de los pilares fundamentales del COMIE; como un espacio para la difusión de los resultados de la investigación que se hacía en el país, reconociendo que se articulaba a un esfuerzo mayor por contribuir a desarrollar y consolidar la generación de conocimientos en torno a los problemas educativos, bajo condiciones contextuales de una gran heterogeneidad, con la expectativa de ofrecer un paraguas amplio donde cupiesen las diferentes disciplinas, perspectivas teóricas y enfoques metodológicos que desde siempre han caracterizado un campo donde predomina la diversidad.

La RMIE ha cumplido con este propósito; la gama de temas abordados a lo largo de estos 25 años lo evidencia; las diferentes tradiciones disciplinares, teóricas y metodológicas desde las que se estudian los vastos problemas educativos también son patentes en los números de la revista. Hay aquí, sin embargo, un área de necesaria reflexión según se advierte en las ideas expresadas por las exdirectoras y exdirectores: el amplio espectro de contribuciones que tienen cabida en la revista -sin ninguna limitación más que ser textos efectivamente de investigación educativa que cumplen con los criterios de calidad establecidos- es a la vez, una fortaleza y una debilidad. Es fortaleza porque gracias a esta definición de su enfoque y alcance, la revista ha sido y es un espacio abierto y plural; pero es, o puede ser una debilidad en la medida en que su público lector es tan extenso y diverso como el espectro de sus contribuciones, lo que puede restar impacto a la unidad básica de una publicación -el artículo de investigación-, en comparación con el que se logra en revistas especializadas (en disciplinas, temas, niveles educativos o cualquier otro criterio de acotación).

Ahora bien, tan sólo a juzgar por el número de contribuciones que recibe anualmente la RMIE, este rasgo no desestimula el interés por publicar en ella; parecería entonces conveniente ver este asunto desde una óptica que no suponga contemplar la posible transformación del perfil generalista de la revista, que sigue siendo pertinente y valioso, pero sí quizá, ligado a un tema que también surgió en varias entrevistas como un asunto aún no atendido suficientemente, el de la difusión de la RMIE. Sin ser una publicación electrónica en pleno sentido, la revista va transitando hacia este formato y de hecho está disponible desde hace años en la web, hoy en día con su propio dominio, aún en construcción. Habrá que aprovechar las inmensas posibilidades que ofrece la internet para difundir mejor la RMIE y, más que la revista en su conjunto, cada una de las contribuciones que integran cada número, es decir, los artículos individuales como lo subrayaba Pedro Flores Crespo. El desafío de fondo, en todo caso, es avanzar hacia la reconceptualización de la revista; reconociendo sus circunstancias desde luego, pero también el contexto actual que obliga a ajustes de mayor o menor calado, que le impriman mayor dinamismo y, deseablemente, una mayor y más pronta capacidad de respuesta a las contribuciones cuya calidad científica sea validada, so riesgo como decía Wietse de Vries en una afirmación fuerte pero no exenta de realismo, de convertirse en una “reliquia”.

Varios otros temas susceptibles de abordarse como desafíos de la RMIE surgieron en las entrevistas; sin duda el financiamiento, su internacionalización -presente en la visión a futuro que esbozaron Lorenza Villa Lever y Rocío Grediaga-, a la vez que la importancia de mantener su presencia como un referente clave en la producción científica nacional en ciertos campos de la investigación educativa, según lo expresó Susana Quintanilla.

Por todo lo dicho, y más aún, por lo que falta por decir y porque nada mejor que escucharlos de viva voz, invito a nuestros lectores a ver las entrevistas de la serie “Exdirectores RMIE”, realizada en conjunto con el área de Comunicación y Difusión del COMIE, que se encuentra disponible en el canal institucional de éste en YouTube y compartida a través de las redes sociales del Consejo.

* * * * * * *

Este segundo número de 2021 está integrado en su mayor parte por las contribuciones recibidas y evaluadas favorablemente en torno al tema Políticas docentes en América Latina: diseño, implementación y experiencias, coordinado por Yazmín Cuevas y Catalina Inclán, académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Este temático fue uno de los elegidos entre las varias propuestas que recibió el Comité Editorial cuando se difundió la convocatoria en 2019 para cuatro números de esta naturaleza, a publicarse entre 2020 y 2021. En el pasado de la RMIE ha habido más de un número dedicado si no expresamente al tema, sí a otros relacionados con los docentes de educación básica. Sin duda, esto no es casual; deriva de la enorme importancia de estos actores en los procesos educativos. A la calidad del trabajo docente tiende a asociarse la calidad de los sistemas educativos, y así lo señalan varios de los textos incluidos en este número; si bien, como lo documenta la investigación en la materia y los propios autores, no puede ser soslayada la influencia de otros factores que matizan o condicionan el impacto del trabajo de los docentes, tanto en los aprendizajes de sus estudiantes, como en las expectativas de mayor amplitud asociadas al quehacer educativo. Por ello, son relevantes los estudios sobre la formación inicial y continua de los docentes, al igual que sobre las políticas, experiencias y condiciones que configuran su trayectoria profesional, y las variables contextuales que influyen en ella. El número integra contribuciones de autores nacionales y extranjeros que, en conjunto, cubren una significativa porción de experiencias latinoamericanas, con una perspectiva que, como señalan Yazmín Cuevas y Catalina Inclán, avanza hacia el estudio comparativo de los sistemas educativos en la región, a la vez que se atienden rasgos singulares de las políticas docentes, propios de cada país.

La presentación del número es con todo derecho un artículo más que encuadra el tema; lo sitúa en una perspectiva histórica; expone sucintamente los antecedentes de investigación; aporta elementos de conceptualización de las políticas docentes; introduce una muy pertinente reflexión sobre el efecto de la pandemia actual en la vida de los sistemas educativos y cómo ha hecho visible la relevancia de los docentes en los procesos formativos; da cuenta de los lineamientos de política internacional que han tenido un impacto profundo en las políticas nacionales relacionadas con los docentes de educación básica, subrayando la importancia que se ha dado a la instauración de sistemas de evaluación del desempeño docente, e invita a la lectura de los artículos incluidos en el número llamando su atención sobre sus aportes, a la vez que hace referencia a los retos persistentes en materia de investigación sobre el tema y a la necesidad de que nuevos investigadores se sumen al trabajo que se realiza en el país y en general en la región de América Latina desde hace varios años. Esperamos que las plumas reunidas en este número contribuyan no sólo a aumentar el conocimiento de nuestros lectores sobre las temáticas específicamente abordadas, sino que den pie, también, al planteamiento de nuevas preguntas de investigación en el amplio campo de estudio de las políticas docentes.

El número 89 de la RMIE da cabida a dos artículos de temática libre; uno sobre un tema añejo, pero no por ello menos pertinente en la actualidad, a la luz de los persistentes desafíos en materia de formación de lectores competentes en la educación secundaria; un texto particularmente interesante que documenta los efectos de una intervención con alcances y limitaciones claramente referidos, pero que dibuja con claridad rutas posibles de prueba e indagación más profunda sobre el tema. Otro, sobre los escenarios de educación virtual en la educación superior en Colombia, modalidad cuya relevancia ha quedado manifiesta en los tiempos actuales, en los que, como bien sabemos, y a raíz del confinamiento de los actores educativos en los hogares, la educación en línea ha sido un recurso fundamental, sobre todo ahí donde las brechas de acceso a la tecnología que también han quedado bien documentadas, no lo han impedido.

* * * * * * *

Este 2021, el tiempo transcurrido hasta el momento, ha sido de eventos significativos para la RMIE. Por un lado, la renovación de sus órganos editoriales, Comité y Consejo. Con base en dos convocatorias emitidas en enero pasado, el Comité Editorial de la RMIE (órgano facultado para esta importante tarea según la normatividad del COMIE) seleccionó, de entre 34 postulaciones recibidas, a 13 nuevos integrantes del propio Comité y a cinco para el Consejo Editorial. Las propuestas fueron enviadas al Comité Consultivo del COMIE para su consideración y la emisión de los nombramientos correspondientes. Si bien no es fácil lograr los equilibrios que plantea el Reglamento de la RMIE en cuanto a la composición de estos órganos (miembros del COMIE y externos; nacionales y extranjeros; cobertura de las distintas áreas temáticas del propio COMIE), creo que con las elecciones realizadas lograremos claramente el fortalecimiento de ambos.

Desde aquí extiendo nuestro reconocimiento al Comité Editorial por su participación en todo el proceso, empezando por la formulación de propuestas y culminando con la elección -con un método de votación acorde a los nuevos tiempos- de los académicos que habrían de sumarse tanto al Consejo como al Comité editoriales de la RMIE. El Comité Directivo, a través de su presidencia, y la Secretaría Técnica nos apoyaron de manera fundamental para implementarlo; nuestra editora, por su parte, mantuvo comunicación permanente con los integrantes del Comité Editorial para hacerles llegar la información pertinente, y orientarlos en el proceso.

Agradezco también profundamente el apoyo que durante varios años brindaron a la RMIE los integrantes del Comité y Consejo editoriales que, habiéndose sumado a su conducción desde 2014, hoy dejan su lugar a nuevos académicos de distintas instituciones y centros de investigación tanto de México como del extranjero. Como lo refieren exdirectoras y exdirectores, la revista no podría haber cristalizado sin el apoyo que desde uno u otro órgano se ha brindado a lo largo del tiempo para la construcción de un espacio colegiado y plural de trabajo.

El otro evento significativo, de orden más personal, fue la designación que recibí, también por votación del Comité Editorial, para un nuevo periodo al frente de la dirección de la RMIE, 2021-2023. Como señalé en el plan de trabajo que elaboré para participar en este otro proceso, hoy en día, habiendo recuperado la regularidad que por razones ajenas a la propia revista se había perdido, y con los números de 2021 prácticamente integrados, se abre un espacio de oportunidad para pensar hacia adelante. Para pensar en las mejoras y cambios que, sin desconocer las peculiaridades de la RMIE, parecen necesarios en un contexto lejano ya del que la vio nacer. Contar con un nuevo Comité y Consejo editoriales representa también una coyuntura que es preciso aprovechar, a través de un proceso incluyente que capitalice para bien de la revista, sus saberes y experiencias.

1“Understanding peer review. A guide for authors”, https://authorservices.taylorandfrancis.com/publishing-your-research/peer-review/

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