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Revista mexicana de investigación educativa

Print version ISSN 1405-6666

RMIE vol.25 n.84 Ciudad de México Jan./Mar. 2020  Epub June 19, 2020

 

Editorial

Desigualdad, diversidad y heterogeneidad en la formación de los jóvenes para el trabajo

Inequality, Diversity, and Heterogeneity in Job Training for Young People

Guadalupe Ruiz Cuéllar1 

1 Investigadora de la Universidad de Aguascalientes, Departamento de Educación, Aguascalientes, Ags., México, email: guadalupe.ruiz.cuellar@gmail.com.


La Revista Mexicana de Investigación Educativa (RMIE) alcanza, a partir del presente número, su volumen XXV, si bien, cumplirá veinticinco años de publicarse hasta junio de 2021. A lo largo de este tiempo y conforme a las expectativas con las que surgió, la RMIE fue progresivamente consolidando su posición y aportes a la difusión del conocimiento generado en torno a la educación, tanto a nivel nacional como internacional. Hoy en día, de hecho, recibe más propuestas de contribuciones de España y varios países de América Latina que de México; este dato puede ser visto desde distintos ángulos y dar lugar a varias reflexiones, e incluso suscitar preocupaciones específicas; por lo pronto, viene a cuento aquí como un indicador de la diversidad internacional de la RMIE, no solo de sus órganos editoriales, sino también de sus autores.

Poco antes de que en el equipo editorial determináramos la conveniencia de convocar a números temáticos para 2020 y 2021, María de Ibarrola nos propuso integrar uno sobre la formación para el trabajo en la educación media superior, que incluyese artículos escritos por los especialistas que formaron parte del equipo que, bajo su coordinación, elaboró para la Subsecretaría de Educación Media Superior en los últimos meses de la administración federal pasada el informe Los desafíos que enfrenta la formación para el trabajo del siglo XXI. Las escuelas de nivel medio superior y otras alternativas.

No dudamos en aceptar la propuesta considerando que, la trayectoria y reconocimiento de quien fungiría como coordinadora, ahora del número de la RMIE, y lo que -estábamos seguras-, habría sido su indudable cuidado en la integración de un equipo de trabajo conocedor de la temática, serían garantía de calidad y aporte de los trabajos que se incluyesen. Desde luego, aun con esa certidumbre, y como cualquier otro número de la revista, las contribuciones serían sometidas al proceso de evaluación por pares que la RMIE tiene establecido. El resultado es el número que ahora inaugura el año 2020.

La presentación escrita por María de Ibarrola toca varios temas necesarios para comprender el origen, el contenido y los alcances y aportes de este monográfico, así como los desafíos que, tan solo en materia de investigación -no se diga de política educativa- quedan abiertos. Es interesante y sugestivo para procesos de investigación análogos, donde debe ser convocado un equipo amplio de investigadores familiarizados con una determinada temática, la dinámica de trabajo seguida en este caso; la necesidad de acuerdos previos en torno, al menos, a las posiciones teóricas que asumiría el equipo para sustentar la investigación, así como a las decisiones metodológicas que habrían de guiarla; la revisión colectiva de avances, nuevamente en este caso, a través de cinco seminarios de investigación, dato destacable si se considera que el equipo contó con apenas seis meses para realizar los estudios.

Sin ánimo de repetir aquí contenidos expuestos con detalle en la presentación del número, destacaríamos -junto con la relevancia del tema de la formación para el trabajo y la necesidad de generar mayor conocimiento sobre este- la evidente complejidad que supone como ámbito de estudio. De esto dan cuenta, tan solo como ejemplo, las definiciones teóricas asumidas, de las que se siguen ejes de encuadre de la aproximación realizada, en concreto, diversidad, desigualdad y heterogeneidad, del campo laboral mismo, de sus estructuras y condiciones, de los diferentes niveles de desarrollo que caracterizan las distintas áreas de trabajo; de los jóvenes -la demanda de la educación media superior- y las oportunidades reales de acceso a la educación que tienen según su origen socioeconómico y cultural; y de las instituciones escolares -y no escolares- dedicadas a la formación para el trabajo, con todo lo que conlleva cada tipo en términos curriculares, organizativos, normativos, financieros, entre otros. La diversidad, desigualdad y heterogeneidad son punto de partida y a la vez de llegada, por cuanto las conclusiones reiteran problemáticas como la segmentación institucional, la desigual cobertura geográfica de crecimiento de la matrícula, el contraste entre entidades e instituciones en las condiciones de los planteles, las trayectorias escolares de los alumnos atendidos o los resultados de aprendizaje.

María de Ibarrola finaliza la presentación del número con un conjunto de preguntas que, como bien dice, son “preguntas por resolver, que conllevan un mayor grado de complejidad”. Desde una perspectiva de calidad de la educación, al menos tres dimensiones pueden ser traídas a colación al examinar esa agenda: pertinencia, relevancia y equidad. A partir de algunas de estas, ¿cómo conciliar, por ejemplo, en la formación para el trabajo, los intereses de los jóvenes, las potencialidades del desarrollo local y las oportunidades que podría proveer el mercado de trabajo? ¿Cómo responder de forma pertinente y con flexibilidad a las “necesidades del trabajo” dada la heterogeneidad -y dinamismo de las economías- ¿Cómo hacerlo desde estructuras escolares que enfrentan desafíos puntuales para responder con oportunidad a las cambiantes condiciones que les presenta el contexto en que se enmarca su labor? ¿Qué respuestas habría que adelantar cuando ese contexto se caracteriza por la marginación? ¿Cómo tendría que ser en este caso la formación para el trabajo, y ¿qué sentido tendría para los jóvenes?

Esperamos que este número sea de interés para nuestros lectores, tanto los que se especializan en la educación media superior -y específicamente en la formación para el trabajo-, como quienes, desde intereses de investigación diferentes, pero preocupados por las problemáticas del sistema educativo nacional en su conjunto, reconocen la ineludible relación entre todos sus componentes. Los hallazgos, por lo demás, aun cuando deriven del estudio del caso mexicano, son transferibles en algún grado a otros contextos y realidades. Es decir, la relación entre educación y trabajo toma forma concreta en las modalidades aquí abordadas; pero, los problemas y desafíos que plantea, así como los aportes al conocimiento sobre el tema, producto de los estudios que conforman este temático, claramente trascienden fronteras.

Desde la dirección de la RMIE

Hemos dicho antes que la propuesta de temático sobre formación para el trabajo en la educación media superior fue recibida con gran entusiasmo por parte del equipo editorial de la RMIE. Los motivos sustantivos están expuestos ya, y el conjunto de trabajos que ahora compartimos con nuestros lectores nos hace ver la razón de la decisión tomada en su momento.

Pero, ello no es suficiente ni justifica un proceder que no siguió las pautas que orientan la publicación de temáticos en la RMIE. En este sentido, es preciso decir también que la propuesta llegó en un momento en que nos preocupaba que, pese a la gran cantidad de colaboraciones recibidas, enfrentábamos dificultades para integrar los números de la revista con la cantidad habitual de artículos, debido al rechazo, en el primer filtro implementado, de un número significativo de textos por varias razones: 1) ausencia de un objeto de estudio claramente delimitado; 2) fundamentos teóricos insuficientes o no pertinentes; 3) diseños metodológicos inconsistentes; 4) análisis elemental de los datos con énfasis en la descripción simple de resultados; y 5) aporte limitado al conocimiento sobre la temática en la que se hallaban inscritos. A ello se sumó, en algunos casos, la detección de problemas de originalidad de los textos.

Esta situación, junto con la ya referida recepción de un número notoriamente bajo de contribuciones de investigadores del país fueron factores que determinaron, en buena medida, la orientación que dimos a la conversación educativa que tuvo lugar en el marco del XV Congreso Nacional de Investigación Educativa y a la que invitamos a directores de cinco revistas de investigación educativa del país: CPU-e, Perfiles Educativos, Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, Revista Electrónica de Investigación Educativa -cuya participación finalmente no pudo concretarse- y Sinéctica.

Bajo el título, El contexto de las revistas científicas: tensiones, desafíos y perspectivas para contribuir al conocimiento y mejora de la educación y la investigación educativa, se plantearon dos grandes ejes para guiar la conversación: 1) ¿Qué desafíos nos presenta el contexto actual para conciliar, en el trabajo editorial, calidad, reconocimiento, contribución al conocimiento y a la mejora de la educación?; 2) ¿Qué nos ha enseñado la publicación de revistas científicas sobre la calidad de la investigación educativa que se realiza en México? ¿Se puede contribuir desde las revistas a elevarla? Si es así, ¿cómo?

Estos ejes fueron solo el detonante o encuadre para un conjunto amplio de aportaciones y reflexiones que pusieron sobre la mesa los participantes en la conversación, a partir de sus propias experiencias, de la perspectiva con que cada quien ve, desde su propia revista, desde su trayectoria, definiciones, expectativas y desafíos, aristas diversas de las problemáticas que enfrentamos en común. La rica reflexión que ahí tuvo lugar da referentes puntuales para un proyecto de revisión y actualización de la RMIE, de su política y procesos editoriales, pero también, en un sentido más amplio, de su concepción y aspiraciones, como decíamos ya al inicio de este editorial, a 25 años de haber surgido como uno de los ejes estratégicos de nuestra asociación profesional de investigadores educativos en el país. En ese contexto iremos trayendo a colación contenidos puntuales de esa conversación. Cabe reiterar aquí el agradecimiento a los directores de las revistas mencionadas, Raquel Aparicio, Alejandro Canales, Mercedes Ruiz y Luis Felipe Gómez, por sus aportaciones a una reflexión que tiende puentes por cuanto nos deja ver que las problemáticas y desafíos son comunes, y que las respuestas ante las circunstancias y condiciones que nos plantea el contexto en el que buscamos contribuir a la difusión del conocimiento generado en materia de investigación educativa, así como a la mejora de la educación, pueden ser comunes o bien, que puede aprenderse de las experiencias de todas las revistas.

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