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Revista mexicana de investigación educativa

versión impresa ISSN 1405-6666

RMIE vol.20 no.66 Ciudad de México jul./sep. 2015

 

Reseña

 

Expectativa, realidad y promesa de la tutoría en secundaria

 

Luis Felipe Gómez López

 

De Ibarrola, María; Remedi, Eduardo y Weiss, Eduardo (coords) (2014).
Tutoría en escuelas secundarias. Un estudio cualitativo, México, DF: INEE/CINVESTAV

 

Investigador en el Departamento de Educación del Instituto ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara. Periférico Sur 8585, 45604, Tlaquepaque, Jalisco, México. CE: lgomez@iteso.mx

 

Texto recibido: 2 de marzo de 2015.
Aceptado: 16 de junio de 2015

 

En 2006 la Secretaría de Educación Pública (SEP) introdujo un espacio curricular en la secundaria denominado Orientación y tutoría; continúa hasta la fecha pero, a partir de 2011, cambió su nombre a Tutoría. Ocho años después de haberse implementado, María de Ibarrola, Eduardo Remedi y Eduardo Weiss hicieron una evaluación comprensiva de este espacio curricular mediante los recursos que brinda la metodología cualitativa y cuyos resultados presentan en el libro Tutoría en escuelas secundarias. Un estudio cualitativo (puede descargarse gratuitamente en: http://publicaciones.inee.edu.mx/buscadorPub/P1/C/229/P1C229.pdf). La obra contribuye a ampliar el diálogo sobre la educación de los adolescentes; a pensar sobre lo que ofrece la secundaria a los alumnos y a identificar lo que hace falta poner en marcha.

Por ser un estudio cualitativo se analizaron con profundidad pocos casos; sin embargo, es muy probable que lo encontrado en esta muestra de escuelas no difiera mucho de lo que ocurre en el resto de las secundarias del país. Un estudio previo, también cualitativo, realizado en secundarias generales y técnicas de la ciudad de Guadalajara (Gómez y Minakata, s.f.), encontró resultados similares. Dada su amplitud y riqueza el libro admite múltiples lecturas como:

• información sistematizada acerca del espacio curricular denominado tutoría;

• una denuncia de la pobreza en la operación de una reforma;

• un análisis de la situación actual de la secundaria en México, de la cual la tutoría es un ejemplo;

• un cuestionamiento a la educación básica y a la tutoría en particular;

• una manera de dar voz a los sectores educativos que intervienen en la tutoría;

• un intento de resaltar lo positivo en la puesta en marcha de una reforma;

• una evaluación comprensiva sobre el funcionamiento de la tutoría en las secundarias, que es el objetivo que plantean los autores y, finalmente,

• una fuente de ideas para avanzar en la institucionalización de este espacio curricular.

Esta reseña pretende interesar al lector para que lea la obra de manera detallada y, como es costumbre, en orden secuencial; por tanto, no se presentará una síntesis del contenido de cada capítulo, sino una versión sintética de algunas de las posibles lecturas presentadas: la información sistematizada acerca de este espacio curricular, la denuncia de la pobreza de implementación de esta reforma, los aspectos positivos, la voz de los actores, la fuente de ideas para la mejora y la evaluación comprensiva.

Antes de iniciar con los temas planteados conviene destacar que el acompañamiento a los estudiantes en diversos ámbitos de la vida escolar es una necesidad percibida por los actores educativos en la secundaria, por lo que la tutoría como respuesta a esta necesidad es de suyo relevante. A diferencia de la asesoría que existía anteriormente y que en algunas escuelas aún coexiste con la tutoría, esta última está incluida en el horario escolar y, por tanto, son horas remuneradas para los profesores. También hay que destacar que el espacio es flexible para que se incluyan actividades pertinentes para los alumnos, de acuerdo con la región, escuela y grupo y con las necesidades que éstos manifiesten.

Los autores señalan que la Secretaría de Educación Pública realizó una inversión importante en términos de recursos presupuestales y humanos para fortalecer esta innovación, pero habría que matizar la afirmación dado que no se cambió el número de horas de clase que tienen los alumnos durante el día. Por tanto, el Estado sigue pagando exactamente el mismo número de horas a los docentes. El gasto no cambió en ese rubro.

 

Información sistematizada acerca de la tutoría

Una de las maneras en que puede leerse esta obra es como información sistematizada sobre la disposición de la SEP acerca de la inclusión del espacio curricular de tutoría en todas las secundarias del país. Los autores hacen una revisión de las distintas propuestas que surgieron en la Secretaría entre 2002 y 2011.

En 1992 se estableció la federalización de la educación básica, mediante la cual la secundaria pasó a formar parte los servicios educativos descentralizados. En 2002 se elaboró una ambiciosa propuesta para la Reforma Integral de la Educación Secundaria (RIES). Después de muchas negociaciones y rechazos, en 2006, la autoridad educativa modificó la propuesta original, que fue reducida a una reforma curricular denominada RES (Reforma de la Educación Secundaria). Desde la primera propuesta, en 2002, se introdujo el espacio curricular de la tutoría, independiente de los contenidos disciplinarios del resto de las asignaturas y se le asignó una hora a la semana para cada uno de los tres grados de la secundaria, como parte de las 35 horas semanales de programación curricular. Este espacio se denominó Orientación y tutoría, se echó a andar masivamente en 2006 y continúa con el nombre acotado de Tutoría.

La obra presenta de manera detallada la argumentación y justificación de la propuesta de 2006 así como los ajustes y adecuaciones que se le hicieron en los años posteriores. Esta información es necesaria, por una parte, para entender las razones y la lógica de su inclusión en la programación curricular y, por otra, para contar con elementos de evaluación de su eficacia a ocho años de su inicio, pues solo conociendo los motivos que le dieron origen y los objetivos que se proponían cumplir con ella, se pueden evaluar sus resultados.

 

Denuncia de la pobreza en la operación de una reforma

Si se lee la obra como una denuncia de la pobreza en la puesta en marcha de una reforma, se encuentra que hay una demanda excesiva a los tutores; fallas en la capacitación y entrega de materiales, en la gestión directiva y en el traslape de la tutoría con otras funciones en la escuela; condiciones inadecuadas para su operación y que, en algunos casos, se pervierte el sentido de este espacio curricular.

Se pide a los tutores que acompañen al grupo en el proceso de inserción en la dinámica de la secundaria; que contribuyan al reconocimiento de las necesidades e intereses de los adolescentes en su proceso académico; que les ayuden a formular un proyecto de vida viable y que favorezcan el diálogo, la solución no violenta a los conflictos, el respeto a la diversidad y la valoración positiva del trabajo colectivo (SEP, 2006). Además, se le pide que estén en comunicación con los otros profesores para definir conjuntamente el contenido curricular y los casos que requieran de una atención individualizada; es decir, asumir la tutoría como una función compartida por todos los actores educativos de la institución y con los padres de familia (SEP, 2006). Se pide al tutor que realice un diagnóstico del grupo para que reconozca las características, necesidades, inquietudes, intereses y propuestas de los adolescentes (SEP, 2012) y que planee formalmente en diversos niveles.

El tutor debe hacer lo anterior en 45 o 50 minutos. De ese tamaño es el reto. El planteamiento de la tutoría pide demasiado y, como se verá más adelante, sin que se establezcan las condiciones para que lo hagan. El planteamiento parece una planeación desde el centro para que se ejecute en la periferia.

Para esta reforma curricular la capacitación no fue cuidada. De los 35 tutores entrevistados 18 (51.4%) nunca recibieron capacitación para desempeñar su función, uno de ellos dice de manera elocuente: "nos mandaron a la guerra sin fusil" (p. 238). Esa falta de capacitación hace que no siempre haya una buena comprensión del objetivo de la tutoría, lo que lleva a uno de ellos a decir que solo es un nuevo nombre para una función que ya existía.

Por otra parte, a pesar de que la Secretaría hizo enormes tirajes de ciertos materiales de apoyo: la guía y la antología, muchos de los tutores no cuentan con ellos. Solo 25% obtuvo la antología y el programa de la SEP, mientras que 19% recibió de la Dirección de la escuela cuadernillos o libros de editoriales privadas. La Secretaría, quizá sin intención, está dejando que estas últimas llenen este vacío y, con ello, la posibilidad de que determinen el sentido de la formación en este espacio curricular.

El equipo directivo de la secundarias visitadas por los investigadores, salvo un caso, no hacen un trabajo de gestión apropiada para apoyar la tutoría. Encontraron que la mayoría de los directores otorga prioridad al cumplimiento de los lineamientos y requisitos administrativos sobre el trabajo pedagógico y que, además, para el equipo directivo la tutoría no es prioridad. En otros casos la tutoría solamente tiene sentido en la medida en que contribuye a mejorar las calificaciones y reducir la reprobación y la vinculan con las evaluaciones externas como ENLACE (Evaluación Nacional del Logro Académico en Centros Escolares) y las calificaciones reportadas por la propia escuela con el desempeño de la tutoría.

Otro de los problemas que señalan los investigadores es la confusión y el traslape de las responsabilidades del tutor, trabajo social y asistencia educativa. Al tutor, además de las funciones que tiene asignadas también le tocan las que heredó de la figura del asesor como los convivios, la relación con padres de familia y las actividades cívicas. Como no se está cubriendo el puesto de orientador, en algunas escuelas la función la asume el tutor. En dos de los estados en que se analizó la tutoría se encontró que el asesor es la figura importante para la escuela. El tutor es un docente más que imparte la tutoría como una asignatura.

El complejo encargo que hace la autoridad educativa a los tutores se lleva a cabo bajo las condiciones de: escaso liderazgo académico por parte de los directivos, falta de comprensión del espacio de tutoría por algunos tutores, poca o insuficiente capacitación, ausencia de trabajo colegiado, falta de materiales y tiempo limitado. Los autores señalan que "el docente que tiene la responsabilidad de ser tutor afronta este reto con un escaso o nulo respaldo institucional y dentro de un contexto escolar fuertemente caracterizado por la falta de planeación, de trabajo colegiado y de mecanismos de evaluación para la tutoría" (p. 125).

El estudio también encontró que hay casos de perversión del sentido de la tutoría, lo que imposibilita que se cumpla con los objetivos para la cual fue creada. Entre ellos que el tiempo se utiliza para trabajar contenidos de la otra asignatura que imparte el tutor (10% de las sesiones observadas); que se trata como una asignatura más, con temas determinados e incluso con calificación y que, en ocasiones, este espacio curricular solo se utiliza para diversión y descanso de los estudiantes.

 

Los aspectos positivos

La obra destaca los aspectos positivos de la inclusión de la tutoría como espacio curricular. Entre ellos, que la propuesta tiene como "argumento fundamental atender las características de los adolescentes de secundaria e impulsar el currículo como dispositivo de cambio en la organización de la vida escolar, con base en una estrategia libre, flexible, relevante e innovadora que reconocería la realidad y las necesidades concretas de los adolescente en su grupo escolar" (p. 339). Además, parte de "estudios cuantitativos y cualitativos en torno a las escuelas secundarias mexicanas generados en las dos últimas décadas del siglo XX" (p. 25). También puntualiza lo positivo de la operación y gestión que los investigadores encontraron en las secundarias estudiadas:

• En varias escuelas hay tutores con sólida formación y fuertemente comprometidos con su trabajo, quienes han creado redes informales esporádicas como alternativa ante la falta de capacitación y buscan materiales que puedan utilizar para enriquecer la tutoría.

• Algunos profesores han ensayado dispositivos interesantes y prometedores para el seguimiento académico como las patrullas y el marcaje personal en que se pide a ciertos estudiantes que acompañen a otros para que mejoren su desempeño académico.

• Una escuela, cuyo director es líder académico, logró una gestión adecuada de la tutoría en que se hizo una planeación que se tradujo en un programa de acción que denominaron "trayecto formativo" (p. 309) con una coordinación y líneas de acción.

• Los alumnos, aunque con diferencias, tienden a valorar positivamente la tutoría y a partir de sus comentarios se puede comprender que atiende una necesidad sentida por ellos.

La ventaja de una evaluación comprensiva como ésta es que no solo señala las deficiencias de la operación de una reforma, sino que también destaca los aspectos positivos de la misma, interesándose en presentar la situación estudiada desde distintos ángulos.

 

La voz de los actores

Esta obra da voz a los distintos actores educativos que intervienen en la tutoría: estudiantes, tutores, profesores, personal directivo y padres de familia. A todos se les preguntó acerca de su percepción, descripción y valoración de la tutoría, por lo que el lector tiene la posibilidad de conocer lo que dice cada uno de ellos.

Los estudiantes valoran positivamente que en la tutoría se aborden temas inagotables como la sexualidad, el noviazgo, la amistad y la adolescencia, así como aquellos relacionados con la convivencia y las situaciones de riesgo para los jóvenes de su edad como el consumo de drogas y sus consecuencias. También la posibilidad de expresarse, de recapacitar, de reflexionar, de incrementar su conocimiento personal y de tener con quien hablar.

Los tutores narran cómo fueron capacitados o cómo "los mandaron a la guerra sin fusil", cómo hacen para suplir esa falta, qué materiales utilizan, cómo los consiguen, qué hacen durante las sesiones, qué aspectos enfatizan, qué aspectos novedosos introducen e incluso cómo desvirtúan el espacio curricular de la tutoría.

Los alumnos destacan ciertos atributos del tutor que les parecen deseables: paciencia, discreción, escucha, apertura a las sugerencias del alumno, apoyo, confiabilidad, compromiso, firmeza, cumplimiento, equidad, comprensión y cariño. También señalan los que menos valoran como la falta de cumplimiento y de comprensión así como la cerrazón al diálogo y la laxitud.

En el estudio también los padres de los estudiantes manifiestan su voz, pero la mayoría de los entrevistados no conocen la figura del tutor, quienes están enterados hacen una distinción entre los "buenos" tutores que dan consejos a sus hijos o que los conocen, y los "malos" quienes "traen traumas y [...] se desquitan con los alumnos" (p. 227).

 

Fuente de ideas para la mejora

Como se mencionó al inicio, la obra también puede verse como una fuente de ideas para la mejora pues los autores presentan enfáticamente tres acciones que pueden ayudar a mejorar la tutoría en la secundaria: a) explorar posibilidades de trabajo con la estrategia de seguimiento académico en que se incluya a los alumnos como apoyo para sus compañeros; b) instalar una coordinación como instancia de apoyo a los tutores en cada escuela; y c) tomar como ejemplos las buenas prácticas que lograron documentar mediante este estudio.

 

La evaluación comprensiva

La intención de los autores fue hacer una evaluación comprensiva de la tutoría en secundaria a ocho años de su inicio. Dicha evaluación en síntesis dice que se ha logrado una incipiente institucionalización de este espacio curricular; que la tutoría es una reforma con potencial para contribuir a la formación integral de los estudiantes, pero ha estado pobremente operada, por lo que no se ha traducido en una innovación en todos los casos; aún hace falta construir consenso en torno a la tutoría como responsabilidad sustantiva de la escuela. A pesar de ello, los estudiantes muestran una valoración variada pero, en general positiva, enfatizando sobre todo la atención que se les brinda, la posibilidad de diálogo y la información acerca de temas relevantes para ellos. Hay algunos casos notables de buen desempeño de los tutores y en un plantel, incluso, una buena gestión directiva.

 

Invitación a la lectura

Cuando una persona se interesa por un libro es porque tiene ciertas interrogantes implícitas o explícitas y supone que éste podrá respondérselas. Si el lector de esta reseña tiene una de las siguientes preguntas, esta obra le dará una respuesta:

• ¿Qué criterios emplean las escuelas para decidir la asignación de los tutores a los grupos de estudiantes?

• ¿Cómo se usa el espacio curricular asignado a la tutoría?

• ¿Cuál es la historia profesional de los tutores, su carga de trabajo y la formación específica para el desempeño de la tutoría?

• ¿Cómo se están implementando las sesiones de tutoría en las escuelas?

• ¿Se pone o no atención a los lineamientos recomendados por la SEP?

• ¿Hasta qué punto mejora la atención a las necesidades e intereses de los alumnos?

• ¿Qué necesidades identifican los alumnos y qué opinan de la inserción del espacio de tutoría?

• ¿Qué cometido fundamental le asignan y cómo comprenden y valoran el espacio de tutoría los distintos actores de la escuela?

• ¿Qué elementos facilitan o dificultan la implementación de la tutoría?

La descripción valoración comprensiva sobre el funcionamiento de la tutoría en secundaria que hacen María de Ibarrola, Eduardo Remedi y Eduardo Weiss está presentada de manera inusualmente clara y bien estructurada, por lo que resultará accesible para cualquier actor educativo: profesores, tutores y directivos, por tanto, conviene hacer el esfuerzo de que llegue a las escuelas. También debe ser una lectura obligada para la autoridad educativa que atiende este nivel. A partir de esta valoración, es posible pensar mejores maneras de fomentar la formación de los adolescentes en las escuelas secundarias.

 

Referencias

Minakata, A. y Gómez, L. (s.f.). Descripción del programa de tutorías en las secundarias de Jalisco y evaluación de su impacto a través de la percepción de los actores educativos involucrados, Informe a CONACYT, en: http://portal.iteso.mx/portal/page/Sinecta/diagnóstico.pdf        [ Links ]

SEP (2006). La orientación y la tutoría en la escuela secundaria. Lineamientos para la formación y la atención de los adolescentes, México, DF: SEP.         [ Links ]

SEP (2011). Lineamientos para la formación y atención de los adolescentes 2010. Guía para el maestro. Educación Básica. Secundaria. Tutoría, México, DF: SEP.         [ Links ]

SEP (2012). Fortalecimiento de la Educación Secundaria. 10 estrategias para la mejora del Logro Educativo, México, DF: SEP.         [ Links ]

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