Prefacio

Francisco J. Vega*

* Instituto de Geología, UNAM, Ciudad Universitaria, Coyoacán, México DF 04510, México. *Email: vegver@servidor.unam.mx.

El presente número especial es el resultado del apoyo brindado principalmente por participantes en el XI Congreso Nacional de Paleontología, celebrado en el Campus del la UNAM en Juriquilla, Querétaro, en febrero de 2009, al someter versiones en extenso de los trabajos presentados en dicho foro. Los trabajos publicados abarcan una amplia gama de temas, que incluyen contribuciones sistemáticas, reportes de nuevas localidades y propuestas de técnicas y métodos para el estudio de los fósiles. Se anexan contribuciones sometidas por invitación previa, las que aunadas a las del propio congreso, suman 15 trabajos originales, con implicaciones tanto regionales como a nivel mundial. En el proceso de arbitraje participaron numerosos especialistas, tanto nacionales como del extranjero, cuyas observaciones, sugerencias y responsabilidad en la entrega puntual de revisiones, fueron determinantes para garantizar la calidad de los trabajos publicados y la publicación oportuna de este número. Agradecemos las revisiones efectuadas por Federico Agnolin, Steve Cumbaa, Daryl P. Domning, Luis Espinosa-Arrubarrena, Rodney Feldmann, Marta S. Fernández, Alessandro Garassino, Terry Gates, Rodolfo Gozalo, Eduardo Jiménez-Hidalgo, Hiroaki Karasawa, Thomas M. Lehman, Judy A. Massare, Jim I. Mead, Marisol Montellano-Ballesteros, Greg McDonald, Alison Murray, Daniel Perea, María del Carmen Perrilliat, Roger W. Por-tell, Francisco Juan Prevosti, Luis Rodríguez-Fernández, Claudia Inés Serrano-Brañas, Francisco J. Vega, Fernando J. Zeballo, y Alfredo Eduardo Zurita, además de varios revisores que escogieron permanecer anónimos.

El ingreso de una importante colección paleontológica al registro del INAH, es documentado en el trabajo sobre la colección paleontológica de Múzquiz, Coahuila. Nuevos datos sobre la estratigrafía, ambiente de depósito y composición faunística, son presentados en la contribución sobre la Cantera Muhi, Hidalgo. Información de diversa índole es obtenida a partir del uso de biomarcadores en el campo de la geología; en particular, el uso de las propiedades fisicoquímicas de los oligonucleótidos aporta información relevante sobre su posible aplicación en fósiles con preservación de material genético. Algunos fósiles de la Cantera Tlayúa son estudiados con técnicas de fluorescencia y espectroscopia, a fin de obtener información que permita entender los procesos de fosilización de esta importante localidad. Se reporta un nuevo afloramiento del Jurásico Inferior de Hidalgo, aportando información paleobiológica y estratigráfica, derivada del estudio de la fauna de amonoideos y bivalvos. Se presenta la descripción de un nuevo género de cangrejo ranínido para el Mioceno de Japón. Una nueva especie de Costacopluma, género extinto de cangrejo, es presentada para el Paleoceno de California, representando el primer registro del género en la vertiente del Pacífico de Norteamérica. Una nueva especie de cangrejo ermitaño es descrita para el Cretácico medio de Navarra, España. Las implicaciones paleobiogeográficas y paleoecológicas de la presencia de una especie de pez en las canteras de Múzquiz, Coahuila, son presentadas en la novena contribución de este número. El estudio de dos especies de tortugas terrestres del Pleistoceno de Oaxaca aporta información sistemática y paleoambiental. El segundo género de ictiosaurio es reportado para el Jurásico Superior de la región del Golfo de México, con base en restos encontrados en Coahuila, que indican un individuo de gran talla. Una asociación faunística de vertebrados es reportada por vez primera para el Cratácico Superior en el noroeste de Coahuila, con base en restos de peces, tortugas, cocodrilos y dinosaurios. Se describe un nuevo género y especie de delfín del Plioceno de Baja California Sur, y con base en su análisis morfológico detallado se derivan importantes conclusiones evolutivas para el grupo. El género de gliptodonte Glyptotherium es reportado por vez primera para el Pleistoceno tardío de Hidalgo. Rinocerontes del Plioceno de Jalisco son documentados con base en numerosos elementos morfológicos, aportando información de morfología comparada, paleo-ecológica y paleoambiental.

No me resta más que agradecer a todos los que hicieron posible este número especial, en particular al editor en jefe del Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana, Toni Camprubi y al editor técnico, León Felipe Álvarez, quienes ofrecieron su apoyo en todo momento. Hago votos porque este número sea de utilidad para la comunidad paleontológica nacional e internacional, y porque marque el inicio de una serie de publicaciones especiales, editadas en conjunto con la realización de los próximos congresos nacionales de paleontología.

Francisco J. Vega