SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.43 issue5Structural differences between caldenal patches of the rangeland and its influence on the seed bank, in the province of La Pampa, ArgentinaMéxico's Social accounting matrix 2004 author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Agrociencia

On-line version ISSN 2521-9766Print version ISSN 1405-3195

Agrociencia vol.43 n.5 Texcoco Jul./Aug. 2009

 

Socioeconomía

 

La sostenibilidad de explotaciones campesinas situadas en una reserva natural de Argentina Central

 

Sustainability of peasant's farms located in a natural reserve in Central Argentina

 

Daniel M. Cáceres*

 

CONICET y Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba, CC 509, 5000, Córdoba, Argentina *Autor Responsable: (dcaceres@agro.unc.edu.ar).

 

Recibido: Mayo, 2008.
Aprobado: Enero, 2009.

 

Resumen

Las discusiones vinculadas con la sostenibilidad ocupan casi todos los espacios sociales, pero no abundan las investigaciones que hagan operativo el concepto y la mayoría de las discusiones se mantiene en el campo teórico. Utilizando un marco conceptual y un conjunto de tres indicadores ecológicos y tres socioeconómicos, en este trabajo se analiza la sostenibilidad de granjas asentadas en una reserva natural ubicada en Argentina central. Con una serie de datos de cinco años se analizaron: 1) Las trayectorias socioproductivas de las granjas; 2) las ventajas y desventajas de usar series temporales de datos; 3) los problemas de usar índices que valoran la sostenibilidad de las explotaciones agropecuarias de una manera agregada. No hubo cambios significativos en el Índice de Sostenibilidad Predial (ISP) durante el periodo estudiado, pero hay importantes cambios en el Índice Ecológico y en algunos indicadores primarios (IPs) que integran este último índice (en especial erosión). Prestar escasa atención al comportamiento desagregado de las variables de las que depende la sostenibilidad de los sistemas productivos o considerar de una manera inapropiada las escalas temporales necesarias para su medición, podría conducir a valoraciones erróneas de la sostenibilidad predial. Esto podría incidir erróneamente en la generación de políticas específicas, e impactar negativamente en la conservación de la biodiversidad y la calidad de vida de los campesinos de Argentina central.

Palabras clave: Argentina, campesinos, indicadores de sostenibilidad, índices de sostenibilidad, reserva natural, sostenibilidad.

 

Abstract

Discussions linked to sustainability occupy almost all social spaces, yet there is not much research that makes the concept operative, and most discussions remain theoretical. Using a theoretical framework and a set of three ecological and three socioeconomic indicators, this work analyzes the sustainability of farms located in a natural reserve in central Argentina. With a series of data of five years, an analysis was carried out of: 1) The socio–productive trajectories of the farms; 2) the advantages and disadvantages of using temporary data series; 3) the problems of using indexes that value the sustainability of farms in an aggregated form. There were no significant changes in the Land Sustainability Index (LSI) during the studied period, although there are important changes in the Ecological Index and in some Primary Indicators (PIs) that make up the latter index (especially erosion). Paying little attention to the disaggregated behavior of the variables on which the sustainability of production systems relies, or an inappropriate consideration of the time scales needed for their measurement, could lead to erroneous valuations of land sustainability. This could erroneously lead to the creation of specific policies, and have a negative impact on the conservation of biodiversity and quality of life of farmers in central Argentina.

Key words: Argentina, peasants, sustainability indicators, sustainability indexes, natural reserve, sustainability.

 

INTRODUCCIÓN

A pesar de la escasa precisión del concepto de sostenibilidad (Rigby y Cáceres 2001; Macías Cuéllar et al., 2006; Jollands y Harmswort, 2007), esta temática ha despertado un creciente interés en el ámbito científico y en la sociedad en su conjunto. Se destaca la necesidad de abordar el problema de la sostenibilidad desde una perspectiva interdisciplinaria (Masera et al., 1999; McMichael et al., 2003) y vincularlo con cuestiones ecológicas, económicas y sociales (Figueroa–Bautista et al., 2005, Neri–Noriega et al., 2008; Sánchez–Morales et al. 2008). Hay un amplio consenso en torno a la tridimensionalidad del concepto, pero es necesario considerar una cuarta arista vinculada con las características y el perfil técnico y político de las instituciones donde se inserta la problemática de la sostenibilidad (Anke y Spangenberg, 2000; Spangenberg, 2002; Cáceres, 2005).

Gran parte del debate respecto a la sostenibilidad se ha mantenido en el plano conceptual, por lo que se propone mover el debate de la teoría a la práctica (Reed y Dougill 2003). Es necesario tener instrumentos que permitan evaluar los distintos modos en que las sociedades se vinculan con la naturaleza, para lo cual el desarrollo y la utilización de indicadores son herramientas apropiadas (Rigby et al., 2001; Reed y Dougill, 2003).

Los indicadores de sostenibilidad se usan de maneras muy distintas, considerando escalas de análisis diferentes o para objetivos particulares. Algunos autores valoran cuestiones eminentemente ambientales (Hopmans et al., 2005; Zhen et al., 2006; Aguilar–Amuchastegui y Henebry, 2007), sociales (González–Esquivel et al., 2006), o financieras (Ruíz–Guevara et al., 2008), mientras que otros realizan planteamientos más integrales (Masera et al., 1999; McMichael et al., 2003; Reed y Dougill, 2003). En la escala de trabajo también se observan diferencias: algunos enfocan su análisis a escalas micro (Lefroy et al., 2000); otros se ocupan del problema desde perspectivas más globales (Azar et al., 1996; Yuan et al., 2003). Incluso, algunos realizan análisis multiescalares para los cuales desarrollan marcos conceptuales y herramientas específicas que incluyen indicadores adecuados a distintos niveles jerárquicos (López–Ridaura et al., 2005; van Cauwenbergh et al., 2007).

Algunos trabajos realizados a nivel sistema de producción (van der Werf y Petit 2002, Viglizzo et al. 2006, van Passel et al. 2007) proporcionan información valiosa que se podría usar como insumo básico por quienes se ocupan de la formulación de políticas específicas tendientes a favorecer prácticas sociales más sostenibles (Bouman et al. 1999, Tzilivakis y Lewis 2004). Esta información podría ser especialmente útil si se basara en monitoreos de los sistemas productivos que involucran series de tiempo más o menos prolongadas, y que permiten visualizar las principales tendencias de cambio donde están las explotaciones (Farrow y Winograd, 2001).

En comparación con estudios conceptuales, son menos abundantes los trabajos donde se toma a los sistemas agropecuarios como unidad de análisis del problema de la sostenibilidad (Lefroy et al., 2000; Bastianoni et al., 2001; McMichael et al., 2003). No obstante, en distintos lugares del mundo se han logrado avances significativos para hacer operativo el concepto a escala predial. En Latinoamérica, tal vez las investigaciones basadas en MESMIS (Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo de recursos naturales mediante Indicadores de Sostenibilidad) han acaparado mayor atención. MESMIS es una iniciativa interdisciplinaria e interinstitucional coordinada por la ONG GIRA que propone un marco de referencia sistémico, participativo, interdisciplinario y flexible para evaluar la sostenibilidad de sistemas agropecuarios (Masera et al., 1999; López–Ridaura et al., 2002). Masera y López–Ridaura (2000) compilan y analizan cinco experincias y Astier y Holland (2007) seis. Desde una perspectiva más general y con el objetivo de evaluar MESMIS Speelman et al. (2007) analizan 28 casos. Estas publicaciones permiten constatar que MESMIS ha sido bastante usado en Latinoamérica, en especial en México. En el presente trabajo se enfoca el problema de la valoración de la sostenibilidad desde el análisis de una serie temporal de datos correspondientes a sistemas productivos campesinos. Se analizan sus trayectorias socioproductivas, las ventajas y desventajas de usar series temporales de datos en el análisis de problemas de sostenibilidad, y se indaga los problemas que pueden surgir al usar índices que valoran la sostenibilidad agregada de las granjas. El problema se sitúa en un contexto biofísico crítico, ya que los sistemas estudiados están en una reserva natural importante para la conservación de la biodiversidad y la provisión de servicios ecosistémicos.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

El trabajo de campo se realizó en la Reserva Hídrica Provincial Achala (117.531 ha) que es el área de amortiguamiento del Parque Nacional Quebrada del Condorito (Provincia de Córdoba, Argentina). La región es el núcleo de la cuenca hídrica más importante de la provincia, y abastece de agua potable a la ciudad de Córdoba. Es una meseta de altura situada entre 2000 y 2300 m (Cabido et al., 1987), el clima es típicamente de montaña, con temperaturas bajas en invierno, grandes variaciones térmicas, fuertes vientos, lluvias concentradas en el verano y algunas nevadas (Cabido, 1985). La vegetación es un pastizal determinado climáticamente con uso ganadero (Pucheta et al., 1998) y la principal actividad productiva es la ganadería extensiva (Cabido et al., 1987). En la zona hay unas pocas estancias y alrededor de 60 pequeñas granjas. Además, el área ha registrado un creciente desarrollo turístico (Cáceres 2003).

Los campesinos asentados en la reserva crían ovejas y cabras, y a veces vacas. La mayoría son propietarios de las tierras que ocupan, aunque sólo 25 % tiene títulos de propiedad. En general poseen entre 30 y 200 ha, pero los límites de sus campos no son estrictos y a menudo pastorean tierras de vecinos. La propiedad promedio posee 32 ovinos, 24 caprinos y 18 vacunos; en algunos casos hay especies menores, principalmente gallinas (14 en promedio), y una pequeña huerta o invernadero. El manejo del ganado es extensivo, se alimentan de pasturas naturales y se usan muy pocos insumos externos (sólo las vacunas obligatorias y algunos productos veterinarios). La infraestructura productiva de los campos es precaria y los índices productivos son bajos. La deficiente infraestructura (e.g., la falta de cerco perimetrales) y la alta heterogeneidad ambiental no permiten determinar con precisión la carga ganadera; se ha sugerido entre 5 y 10 ha por unidad ganadera. Además, algunos productores elaboran artesanías con materias primas disponibles localmente (lana, cuero y arcilla). La producción se destina en gran parte al autoconsumo y también se comercializan excedentes. En todos los casos la mano de obra es familiar. En general, las familias campesinas no satisfacen de manera adecuada sus necesidades básicas (Cáceres 2003).

Tomando como base un diagnóstico socioeconómico (Cáceres, 2003) y algunas actividades de promoción del desarrollo rural y conservación ecológica, se elaboró un marco conceptual (Cáceres 2003, 2006a) que incluye indicadores ecológicos y socioeconómicos. Los indicadores ecológicos son: 1) Fisonomía (aspecto general de la vegetación en un lugar determinado); 2) erosión (procesos de pérdida de suelo); 3) cobertura vegetal (proporción de suelo cubierta por materia vegetal viva o muerta). Los indicadores socioeconómicos son: 1) Ingreso familiar (ingreso monetario mensual del grupo familiar que vive en el sistema productivo); 2) seguridad alimentaria (la capacidad de cada familia para producir el alimento necesario para cubrir su propio consumo); 3) articulación con el contexto (las condiciones en las cuales cada familia se articula con el contexto). Para cada uno de los seis indicadores primarios (IPs), en el Cuadro 1 se indican las categorías que lo describen y los valores que puede asumir; en cuatro casos se incluyen factores de corrección (FC) que permiten ajustar el valor de los indicadores primarios. Además se detalla el cálculo de los índices ecológicos (IE) y socioeconómicos (IS) y de sostenibilidad predial (ISP) (Cáceres, 2006b).

Para seleccionar los indicadores se usó el concepto de sostenibilidad situada. Enfoque que confronta las ideas que vinculan mecánicamente la idea de sostenibilidad con prácticas productivas específicas (y viceversa), ya que la sostenibilidad no puede ser evaluada en abstracto sin considerar las condiciones ecológicas, económicas, sociales e institucionales en las que ocurren (Cáceres 2005, 2008). Las principales características socioproductivas de los sistemas productivos y las estrategias de reproducción social de los productores fueron descritos por Cáceres (2003). Tomando como base esta información se construyó una lista de 20 posibles indicadores, los cuales fueron analizados, priorizados, integrados y redefinidos en dos talleres donde participaron técnicos y científicos con experiencia de trabajo en la región. En una jornada de campo donde también participaron campesinos, se realizaron los ajustes finales. La idea de sostenibilidad también fue considerada para evaluar el marco institucional, ya que se tuvieron en cuenta las características de los equipos técnicos pertenecientes a las instituciones involucradas en la investigación (en particular, la Agencia Córdoba Ambiente y la Administración de Parques Nacionales). Así, se diseñaron instrumentos que no dependieran de la participación permanente de científicos, ni demandaran el uso de instrumental o métodos de medición no accesibles por técnicos de instituciones no científicas.

El objetivo de este trabajo no fue brindar información detallada acerca del modo de construcción y uso los indicadores e índices (ver detalles y protocolo específico de campo en Cáceres 2006b), pero se incluyen algunos comentarios generales que ayudan a comprender el Cuadro 1, sobre todo la columna correspondiente a los indicadores socioeconómicos. Los valores que asume el IP ingreso familiar son contextualizados según las características propias de estas comunidades. En consecuencia, las referencias a ingresos muy altos o muy bajos deben ser tomadas en términos relativos y vinculadas con los ingresos máximos o mínimos que alcanzan estas familias en la región. La seguridad alimentaria está directamente relacionada con el grado de diversificación productiva en las granjas. Es decir, mientras más rubros se produzcan más probable será para las familias alcanzar su seguridad alimentaria. Se incluyen los rubros producidos específicamente para el autoconsumo (e.g., huerta y aves de corral) y los de doble propósito (e.g., cabras, ovejas y vacas). El valor del indicador surge al asignar un puntaje a cada rubro destinado al consumo interno, ajustado según la magnitud del rubro en cada explotación. El IP articulación con el contexto depende del comportamiento de las variables: Nivel educativo, capacitación no formal, diversificación de su articulación a los mercados, seguridad social, y organización. El valor del indicador se construye con puntajes asignados a cada variable en función de criterios establecidos. Tanto los IPs, como los índices parciales (IE, IS) y el índice final (ISP) son números positivos y varían entre valores mínimos y máximos claramente explicitados.

Para recabar la información en el campo se seleccionaron 14 sistemas productivos de pequeños productores ubicadas en lugares estratégicos y representativos de la Reserva (representa 23 % de los pequeños productores de la región). El equipo que efectuó esta investigación participaba también de las otras actividades de promoción y desarrollo rural en el área. Durante la elaboración de un diagnóstico socioproductivo (Cáceres 2001) y a partir de varios talleres, se identificaron los productores y sistemas productivos más apropiados desde el punto de vista de los objetivos. Para seleccionar los casos se realizó un muestreo no aleatorio dirigido basado en criterios ambientales (representatividad del ambiente biofísico) y socioproductivos (perfil socioproductivo de la explotación), cuestiones operativas en especial accesibilidad (se descartaron las explotaciones que estaban a más de 3 h de caminata desde el último lugar al que se podía acceder con vehículo), y predisposición de los productores para participar en la investigación (dado que se requería recabar información económica y social de la familia).

Las observaciones ecológicas se realizaron en parcelas de 5×5 m cada una (tres parcelas por campo) y la información socioeconómica fue recabada mediante entrevistas realizadas a los jefes de familia. Las mediciones se tomaron de 2002 a 2006 y para comparar los datos obtenidos, las mediciones y entrevistas se realizaron entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre de cada año. Todas las observaciones se efectuaron siguiendo el protocolo propuesto por Cáceres (2006b). Los datos se ordenaron en matrices por indicador, con las cuales se calcularon los índices específicos. La información sistematizada se ordenó en cuadros que permitieron conocer la evolución de los valores de los indicadores a lo largo del estudio. Las series de datos anuales fueron comparadas utilizando una prueba de t para muestras apareadas.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

No es posible presentar toda la información desagregada por razones de espacio. Se presentan primero las variaciones anuales del ISP, luego los cambios observados entre 2002 y 2006 en los índices parciales (IE e IS) y finalmente se analizan las variaciones de los IPs que componen los índices parciales.

El índice de sostenibilidad predial (ISP)

El ISP es un índice general que permite agregar la información ecológica (sintetizada en el IE) y socioeconómica (sintetizada en el IS); es una medida global que permite valorar y comparar el desempeño integral de los sistemas agropecuarios. Entre 2002 y 2006 el ISP pasó de 61.36 a 59.36 puntos, pero no hubo diferencias significativas (p<0.03). El retroceso en los valores del ISP no fue progresivo, sino que hubo importantes fluctuaciones en el periodo evaluado. Con base al registro correspondiente al 2002, el ISP registra dos descensos anuales consecutivos, repunta en el cuarto año y es estable en el quinto (Cuadro 2).

Este comportamiento permite plantear el problema de la validez de las mediciones que valoran la sostenibilidad de las explotaciones agropecuarias utilizando series de datos cortas (Cáceres, 2005, 2008). Si bien no ha sido un aspecto muy estudiado hasta ahora, la evidencia aquí presentada advierte sobre los errores que se podrían cometer si se usan series de datos demasiado breves. Efectivamente, si en el caso estudiado se considerara sólo los dos o tres primeros años, la tendencia observada hubiera sido francamente declinante (2002–2004). Lo opuesto hubiera ocurrido si se considerara el trienio 2004–2006. Incluso si se considerara el periodo 2002–2004, se hubiera identificado diferencias significativas entre los valores observados al principio y al final del trienio (p<0.03). Estos resultados entrarían en conflicto con los aquí presentados, ya que para el quinquenio 2002–2006 no hubo diferencias significativas entre el comienzo y el final de la serie de datos.

Resulta difícil estimar cuál debiera ser el periodo durante el cual medir los indicadores de sostenibilidad para permitir análisis y valoraciones confiables. Esto depende de las particularidades de los sistemas productivos, de su homogeneidad interna, de situaciones en que los niveles productivos sean muy distintos a los valores históricos, del tipo de estrategias de reproducción social que implementen los productores, de situaciones climáticas poco frecuentes, de fuertes variaciones de precios, de problemas de comercialización, o de cambios en las políticas macroeconómicas que afectan directa o indirectamente a los sistemas en estudio. Para explotaciones ganaderas como las aquí estudiadas, un periodo de cuatro o cinco años podría ser adecuado (Cáceres, 2005). Obviamente, mientras más prolongada sea la serie analizada, más confiable será la evaluación realizada.

Índices parciales e indicadores primarios

En el Cuadro 3 se presenta la variación de los IE e IS entre 2002 y 2006. A diferencia del caso de ISP, el IE muestra un importante retroceso de 33.93 a 30.71 puntos (p<0.01). En contraste, el IS no muestra cambios significativos y registra un ligero aumento de 27.34 a 28.64 puntos (p<0.46).

El objetivo de este trabajo no fue analizar en profundidad por qué los sistemas productivos estudiados observan comportamientos dispares. No obstante, es posible especular que las variaciones se deben a un conjunto de causas relacionadas con cuestiones micro o macro. Entre las primeras se destaca el manejo productivo y los ciclos anuales de variación del clima, y entre las segundas aspectos más globales que contextualizar los ciclos productivos, como las etapas de crisis o crecimiento de la economía nacional, las políticas especificas dirigidas al sector agropecuario, y el accionar de programas privados u oficiales destinados a fomentar el desarrollo rural. Un detalle del comportamiento de los IPs que conforman el IE se presenta en el Cuadro 4. Si se considera los promedios anuales, los tres indicadores muestran al final del periodo un puntaje menor al observado inicialmente. El indicador de erosión muestra el retroceso más importante, lo que revela diferencias altamente significativas entre las mediciones realizadas al inicio y al final del quinquenio (p<0.03). El indicador primario de cobertura muestra un retroceso menor, con diferencias sólo marginal–mente significativas (p<0.09). El indicador de fisonomía presenta una leve disminución (p<0.71).

Estos resultados permiten comprender mejor cómo ocurre el deterioro ecológico de los sistemas estudiados y que ya adelantaban los valores del IE (Cuadro 3). Los valores registrados son consistentes con el modo en que ocurren algunos procesos ecológicos, ya que la erosión y la cobertura miden situaciones altamente dinámicas y directamente vinculadas al manejo productivo o a las variaciones climáticas. En contraste, se esperaba la escasa variación observada en la fisonomía, ya que esta variable está vinculada con procesos más estructurales del sistema productivo y, en consecuencia, su tasa de variación es menor.

Los IPs que componen el IS tienen un comportamiento diferente (Cuadro 5). Al final del quinquenio los tres indicadores muestran incrementos en sus valores medios. El indicador sobre ingreso económico muestra un mayor aumento relativo, mientras que los de seguridad alimentaria y articulación con el contexto presentan mejoras marginales, aunque ninguno de los tres incrementos es significativo.

Es interesante destacar la mayor variabilidad observada en el IS, porque en diciembre de 2001 hubo en Argentina una fuerte crisis debido al agotamiento del modelo económico imperante durante la década de 1990 (Perry y Serven 2002). Esta crisis impactó sistemicamente a toda la economía y, especialmente, a los sectores sociales más vulnerables. No impactó de igual manera a todos los campesinos ya que, a pesar de tener una base estructural similar, han desarrollado estrategias de reproducción social diferentes que se comportaron con mayor o menor grado de resiliencia frente a la crisis. Desde 2004 y acompañando la recuperación de la economía, mejoraron paulatinamente las condiciones socioeconómicas de estos productores. A pesar de que en el quinquenio el ISP no muestra diferencias significativas, el análisis de la información desagregada (índices parciales e IPs), permite observar que los sistemas productivos estudiados sufren un deterioro ecológico ligado a la erosión y en menor grado en la cobertura. En contraste, los indicadores socioeconómicos no registran deterioros y muestran una situación estable. Esto permite destacar la importancia de desagregar los valores que miden la sostenibilidad de los sistemas productivos. La medición de situaciones estables desde el punto de vista de la sostenibilidad predial, puede enmascarar la ocurrencia de procesos ecológicos o socioeconómicos que podrían llegar a comprometer su sostenibilidad. Este tipo de situaciones debe considerarse especialmente, ya que muchos procesos que ocurren al interior de las explotaciones agropecuarias presentan comportamientos no lineales (Canals et al., 2006; Vatn et al., 2006). En consecuencia, aun cuando se observe cierta estabilidad socioproductiva global, podrían estar ocurriendo procesos que comprometan la sostenibilidad de mediano o largo plazo de los sistemas. El análisis desagregado de la información predial puede actuar como un sistema de alerta temprana y prevenir sobre la ocurrencia de desajustes socioproductivos que podrían desencadenar procesos de deterioro no lineal de los sistemas productivos.

No es posible comparar esta metodología con otras usadas en la región, ya que no existen otros estudios que evalúen la sostenibilidad de sistemas productivos en la Provincia de Córdoba. No obstante, puede ser interesante contrastarla en relación al principal marco conceptual usado en Latinoamérica: MESMIS. Si bien fueron concebidos en contextos distintos y con finalidades diferentes, ambos marcos conceptuales comparten criterios conceptuales y metodológicos claves: 1) La necesidad de referir la sostenibilidad a un contexto geográfico e histórico determinado; 2) la construcción de indicadores con un marco referencial y atributos claves; 3) el abordaje interdisciplinario y la concepción de la sostenibilidad como un concepto tridimensional; 4) el valor comparativo de la sostenibilidad (entre sistemas); 5) la necesidad de considerar los resultados de las evaluaciones como un punto de partida para la transformación socioproductiva y la generación de políticas ambientales y socioproductivas. Tal vez las principales diferencias radiquen en que la metodología aquí propuesta enfatiza la simplicidad del método y la importancia de estudiar las trayectorias socioproductivas mediante series de tiempo relativamente prolongadas, mientras que el MESMIS aparece como un marco más flexible y con mayor capacidad de dar respuestas metodológicas a distintas escalas espaciales y sociales.

 

CONCLUSIONES

El ISP no mostró cambios significativos en el quinquenio 2002–2006, pero si se analiza el subperíodo 2002–2004, existe un deterioro significativo del índice, seguido por una marcada recuperación (2004–2006). Entonces, se debe considerar periodos de medición relativamente largos para disminuir la probabilidad de errores vinculados a factores de variación internos o externos, que respondan a cuestiones coyunturales o extraordinarias (por ejemplo, climáticas, productivas, o económicas).

La estabilidad del ISP no implica que no ocurran cambios importantes en los sistemas productivos. Si se desagrega este índice es posible observar deterioros significativos en el IE y en algunos de los IPs que lo componen (erosión y cobertura), lo que podría desencadenar comportamientos no lineales que afectarían negativamente al ISP. Esto sugiere que el uso de índices prediales agregados puede enmascarar la ocurrencia de procesos críticos del funcionamiento sistémico. En síntesis, considerar inapropiadamente las escalas temporales necesarias para medir la sostenibilidad, o prestar escasa atención al comportamiento desagregado de las variables de las que depende, puede conducir a valoraciones erróneas de la sostenibilidad predial. Ignorar estas cuestiones podría incidir en la generación de políticas específicas y afectar negativamente la conservación de la biodiversidad y la calidad de vida de las comunidades campesinas.

 

AGRADECIMIENTOS

Mi reconocimiento a la Administración de Parques Nacionales (APN), al Global Environmental Facility (GRF), a la Agencia Córdoba Ambiente (ACA), a la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). También agradezco el apoyo financiero del Instituto Interamericano sobre el Cambio Global (IAI) CRN 2015 mediante el Fondo GEO–0452325 de la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) de los EE.UU.

 

LITERATURA CITADA

Aguilar–Amuchastegui N., and G. M. Henebry. 2007. Assessing sustainability indicators for tropical forest: spatio–temporal heterogeneity, logging intensity, and dung beetle communities. For. Ecol. Manage. 253: 56–67.         [ Links ]

Anke V., and J. H. Spangenberg. 2000. A guide to community sustainability indicators. Environ. Impact Assessment Rev. 20: 381–392.         [ Links ]

Astier M., y J. Hollands. 2007. Sustentabilidad y Campesinado. Seis Experiencias Agroecológicas en Latinoamérica. Mundiprensa–GIRA–ILEIA, México D.F. 262 p.         [ Links ]

Azar C., J. Holmberg, and K. Lindgren. 1996. Socio–ecological indicators for sustainability. Ecol. Econ. 18: 89–112.         [ Links ]

Bastianoni S., N. Marchettini, M. Panzieri, and E. Tiezzi. 2001. Sustainability assessment of a farm in the Chianti area (Italy). J. Cleaner Prod. 9: 365–373.         [ Links ]

Bouman B. A. M., H. G. P. Jansen, A. Schipper, A. Nieuwenhuyse, H. Hengsdijk, and J. Bouma. 1999. A framework for integrated biophysical and economic land use analysis at different scales. Agric. Ecosystems & Environ. 75: 55–73.         [ Links ]

Cabido M. 1985. Las comunidades vegetales de la pampa de Achala. Sierras de Córdoba, Argentina. Documents Phytosociologiques 9: 431–443.         [ Links ]

Cabido M., R. Breimer, and G. Vega. 1987. Plant communities and associated soil types in a high plateau of the Córdoba mountains, Central Argentina. Mountain Res. Develop. 7: 25–42.         [ Links ]

Cáceres, D. 2003. Using sustainability indicators from a situated perspective. A case study from the Highlands of Central Argentina. In: Koutsouris, A. (ed). Innovative Structures for the Sustainable Development of Mountainous Areas. National and Kapodistrian University of Athens, Thessaloniki. pp: 54– 60.         [ Links ]

Cáceres, D. 2005. Tecnología, sustentabilidad y trayectorias productivas. In: Benencia, R., y C. Flood (eds). Trayectorias y Contextos. Organizaciones Rurales en la Argentina de los Noventa. La Colmena, Buenos Aires. pp: 105–136.         [ Links ]

Cáceres, D. 2008. La sustentabilidad de los sistemas campesinos analizada desde dos enfoques: estados versus procesos. Interciencia 33 (8): 578–585.         [ Links ]

Cáceres, D. 2006a. Sostenibilidad como concepto situado. Un marco conceptual para la construcción de indicadores. Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario 8: 165–178.         [ Links ]

Cáceres, D. 2006b. Indicadores de sostenibilidad para el monitoreo de sistemas campesinos de Argentina Central. Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario 8: 179–196.         [ Links ]

Canals L. M., R. Clift, L. Basson, Y. Hansen, and M. Brandão. 2006. State–of–the–Art: Land Use in LCA. Int. J. Life Cycle Assessment 11 363–368.         [ Links ]

Farrow A., and M. Winograd. 2001. Land use modelling at the regional scale: an input to rural sustainability indicators for Central America. Agric., Ecosystems & Environ. 85: 249–268.        [ Links ]

Figueroa–Bautista P., P. R. W. Garritsen, V. M. Villalvazo–López, y G. Cruz–Sandoval. 2005. Articulando la sostenibilidad ecológica, económica y social: el caso del cacahuate orgánico. Econ. Soc. y Territorio 19: 477–497.        [ Links ]

González–Esquivel C. E., H. Ríos–Granados, L. Brunett–Pérez, S. Zamorano–Camiro, y C. I. Villa–Méndez. 2006. ¿Es posible evaluar la dimensión social de la sustentabilidad? Aplicación de una metodología en dos comunidades campesinas del valle de Toluca, México. Convergencia 13, 40: 107–139.        [ Links ]

Hopmans P., J. Bauhus, P. Khanna, and C. Weston. 2005. Carbon and nitrogen in forest soils: potential indicators for sustainable management of eucalyptus forests in south–eastern Australia. Forest Ecol. Manage. 220: 75–85.        [ Links ]

Jollands N., and G. Harmsworth. 2007. Participation of indigenous groups in sustainable development monitoring: rationale and examples from New Zealand. Ecol. Econ. 62: 716–726.        [ Links ]

Lefroy R. D. B., H. D. Bechstedt, and M. Rais. 2000. Indicators for sustainable land management based on farmer surveys in Vietnam, Indonesia, and Thailand. Agric. Ecosystems & Environ. 81: 137–146.        [ Links ]

López–Ridaura S., M. K van Ittersum, O. Masera, P. A. Leffelaar, M. Astier, and H. van Keulen. 2005. Sustainability evaluation; applying ecological principles and tools to natural resourse managements systems. In: Maples, A. D. (ed). Sustainable Development: New Research. Nova Science Publishers, Inc. New York. pp: 139–167.        [ Links ]

López–Ridaura S., O. Masera, and M. Astier. 2000. Evaluating the sustainability of integrated peasantry systems. The MES MIS framework. LEISA Newsletter 16,4: 28–30.        [ Links ]

López–Ridaura S., O. Masera, and M. Astier. 2002. Evaluating the sustainability of complex socioenvironmental systems. The MESMIS framework. Ecol. Indicators 2: 135–148.        [ Links ]

Macías–Cuellar, H., O. Tellez–Valdez, P. Dávila–Aranda, y A. Casas–Fernández. 2006. Los estudios de sustentabilidad. Ciencias 81: 20–31.        [ Links ]

Massera, O., M. Astier, y S. López–Ridaura. 1999. Sustentabilidad y Manejo de Recursos Naturales. El Marco de Evaluación MESMIS. Mundiprensa – GIRA – UNAM. México D.F. 124 p.        [ Links ]

McMichael, A. J., C. D. Butler, and C. Folke. 2003. New visions for addressing sustainability. Science 302: 1919–1920.         [ Links ]

Neri–Noriega, R., I. Ocampo–Fletes, J. F. Escobedo–Castillo, A. Pérez–Magaña, y S. E. Rappo–Miguez. 2008. La sustentabilidad de los sistemas agrícolas con pequeña irrigación. El caso de San Pablo Actipan. Ra Ximhai 4, 2: 139–163.         [ Links ]

Perry, G., y L. Serven. 2002. La anatomía de una crisis múltiple: qué tenía Argentina de especial y qué podemos aprender de ella. Desarrollo Econ. 42, 167: 323–375.         [ Links ]

Pucheta, E., F. Vendramini, M. Cabido, y S. Díaz. 1998. Estructura y funcionamiento de un pastizal de montaña bajo pastoreo y su respuesta luego de su exclusión. Rev. Fac. Agron. de la UNLP 103: 77–92.         [ Links ]

Reed, M. S., and A. J. Dougill. 2003. Facilitating grass–roots sustainable development through sustainability indicators: a Kalahari case study. In: Proceedings of Frontiers 2: European Applications in Ecological Economics. Tenerife, Canary Islands. pp: 1–19.         [ Links ]

Rigby, D., and D. Cáceres. 2001. Organic farming and the sustainability of agricultural systems. Agric. Systems 68: 21–40.         [ Links ]

Rigby, D., P. Woodhouse, T. Young, and M. Burton. 2001. Constructing a farm level indicator of agricultural practice. Ecol. Econ. 39: 463–478.         [ Links ]

Ruíz–Gevara, C., C. H. Avila–Bello, L. A. García–Hernández, y L. Brunett–Pérez. 2008. Sustentabilidad financiera: el caso de una empresa ganadera de bovino de doble propósito. Rev. Mex. Agronegocios, 22: 503–515.         [ Links ]

Sánchez–Morales P., I. Ocampo–Fletes, M. Sánchez–Hernández, y T. Martínez–Saldaña. 2008. Proceso autogestivo para la conservación del suelo y agua en sistema campesinos sustentables. Los casos de Vicente Guerrero y La Reforma, Tlaxala. Ra Ximhai 4, 2: 165–181.         [ Links ]

Spangenberg, J. H. 2002. Environmental space and the prism of sustainability: framework for indicators measuring sustainable development. Ecol. Indicators 2: 295–309.        [ Links ]

Speelman, E. N., S. López–Ridaura, N. A. Colomer, M. Astier, and O. R. Masera. 2007. Ten years of sustainability evaluation using MESMIS framework: lessons learned from its application in 28 Latin American case studies. The Int. J. Sustainable Devel. World Ecol. 14 (4): 345–361.        [ Links ]

Tzilivakis, J., and K. A. Lewis. 2004. The development and use of farm–level indicators in England. Sustainable Develop. 12: 107–120.        [ Links ]

van Cauwenbergh N., K. Biala, C. Bielders, V. Brouckaert, L. Franchois, V. Garcia C.,. M. Hermy, E. Mathijs, B. Muys, J. Reijnders, X. Sauvenier, J. Valckx, M. Vanclooster, B. van der Veken, E. Wauters, and A. Peeters. 2007. SAFE – A hierarchical framework for assessing the sustainability of agricultural systems. Agric. Ecosystems & Environ. 120: 229–242.        [ Links ]

van der Werf, H. M. G., and J. Petit. 2002. Evaluation of the environmental impact of agriculture at the farm level: a comparison and analysis of 12 indicator–based methods. Agric. Ecosystems & Environ. 93: 131–145.        [ Links ]

van Passel, S., F. Nevens, E. Mathijs, and G. van Huylenbroeck. 2007. Measuring farm sustainability and explaining differences in sustainable efficiency. Ecol. Econ. 62: 149–161.        [ Links ]

Vatn, A., L. Bakken, M. A. Bleken, O. H. Baadshaug, H. Fykse, L. E. Haugen, H. Lundekvam, J. Morken, E. Romstad, P. K. Rorstad, A. O. Skjelvag, and T. Sogn. 2006. A methodology for integrated economic and environmental analysis of pollution from agriculture. Agric. Systems 88: 270–293.        [ Links ]

Viglizzo, E. F., F. Frank, J. Bernardos, D. E. Buschiazzo, and S. Cabo. 2006. A rapid method for assessing the environmental performance of commercial farms in the pampas of Argentina. Environ. Monitoring and Assessment 117: 109–134.        [ Links ]

Yuan, W., P. James, K. Hudgson, S. M. Hutchinson, and C. Shi. 2003. Development of sustainability indicators by communities in China: a case study of Chongming County, Shangai. J. Environ. Manage. 68: 253–261.        [ Links ]

Zhen L., M. A. Zoebisch, G. Chen, and Z. Feng. 2006. Sustainability of farmers' soil fertility management practices: a case study in the North China Plain. J. Environ. Manage. 79: 409–419.        [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License