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Agrociencia

On-line version ISSN 2521-9766Print version ISSN 1405-3195

Agrociencia vol.42 n.2 Texcoco Feb./Mar. 2008

 

Socioeconomía

 

Organización social en la gestión de una fuente de agua: los jagüeyes

 

Social organization in the administration of a water source: jagüeyes (water tanks)

 

Emmanuel Galindo–Escamilla1, Jacinta Palerm–Viqueira1, Jorge L. Tovar–Salinas2 y Raúl Rodarte–García3

 

1 Desarrollo Rural.

2 Edafología. Campus Montecillo. Colegio de Postgraduados. 56230. Montecillo Estado de México. (galindoesc@yahoo.com.mx).

3 Centro de Estudios de Población, UAEH–Pachuca Hidalgo, México.

 

Recibido: Noviembre, 2006.
Aprobado: Octubre, 2007.

 

Resumen

Esta investigación tuvo como objetivos identificar y describir la organización social que genera el uso y manejo del jagüey como fuente de agua en comunidades rurales del norte de los Llanos de Apan, Hidalgo, México; además, determinar cómo funciona este sistema tradicional para retener y almacenar el agua que escurre durante y después de la lluvia. Para identificar y describir la organización social se adecuaron las propuestas metodológicas de Kelly (1983) y Hunt (1988), quienes indican que el estudio de los sistemas hídricos se debe hacer a partir de sus componentes técnico y social; además, es necesario considerar quién, cuándo y cómo se ejecutan las tareas siempre presentes: construcción del sistema; reparto o distribución del agua; mantenimiento, ampliación y rehabilitación; drenado de agua sobrante; y resolución de conflictos. Los nueve casos estudiados permiten concluir que en la región existe organización social para la gestión de los jagüeyes, y según Ostrom (1999), tanto el sistema tradicional estudiado como el agua almacenada toman el carácter de recurso común.

Palabras clave: Llanos de Apan, recursos de uso común, riego y organización, sistemas de captación de lluvia.

 

Abstract

This research had the objectives of identifying and describing the social organization generated by the use and management of the jagüey (water tank) as a water source in rural communities of the northern Apan plains, Hidalgo, México; as well as to determine how this traditional system captures and stores runoff water during and after rainfall. In order to identify and to describe the social organization, Kelly's (1983) and Hunt's (1988) methodological proposals were adapted. These authors state that study of irrigation systems must be done from the standpoint of their technical and social components; besides, it is necessary to consider how, when, and by whom the ever present tasks should be carried out: construction of the system; water distribution or sharing; maintenance; enlargement, and repair; surplus water drainage; and conflict resolution. The conclusion based on nine case studies is that in the region there is a social organization for management of the jagüeyes and, according to Ostrom (1999), the traditional system as well as the stored water, have common pool resource characteristics.

Key words: Apan plain, common pool resources, irrigation and social organization, rainwater collection system.

 

Introducción

La región Llanos de Apan se localiza entre los 20° 04' 48"–19° 27' 00" N y los 98° 38' 24"–98° 12' 36" O. Está conformada por ocho municipios del sureste del Estado de Hidalgo (Almoloya, Apan, Emiliano Zapata, Epazoyucan, Singuilucan, Tlanalapa, Tepeapulco y Zempoala) y por Calpulalpan y Otumba, de los Estados de Tlaxcala y México. Tiene 2184.83 km2 (DINA, 1985), una precipitación de 500 a 600 mm año–1, y un coeficiente de escurrimiento (Ce) con valores máximos de 10% a 20% (INEGI, 2003 a).

En la región hay 397 jagüeyes (INEGI, 2003 a), uno por cada 5.5 km2, una relación entre el sistema tradicional para el abasto de agua y el paisaje local, con una población agrupada en pequeños poblados, rancherías y viviendas aisladas. Este sistema de jagüeyes antes de la introducción de agua entubada, era la fuente de abasto para consumo humano, animal, y uso doméstico.

El modelo de abasto de agua en los Llanos de Apan se basa en la perforación de pozos pero tiende a agotarse por el abatimiento de los dos acuíferos de la región. Hay un déficit de 280.368 Mm3 año–1 para el acuífero Cuahutitlan–Pachuca (CNA, 2002 a), y para Tecocomulco hay un balance favorable de 14.141 Mm3 año–1. (CNA, 2002 b).

Dado que el primer acuífero se abate, que el de Tecocomulco no cubre los requerimientos en la región, y que el Cuahutitlan–Pachuca abastece a Pachuca, Hidalgo, y al norte de la Ciudad de México, se debe reconsiderar la importancia de los jagüeyes y las acciones de los pobladores locales para almacenar agua de lluvia. En la zona el jagüey es una fuente de agua para comunidades rurales donde el abasto de agua entubada es deficiente, y es la fuente principal para el ganado.

Según Wittfogel (1957), cualquier intento de controlar el agua requiere de organización social. En México, Palerm y Wolf (1972) relacionan al regadío con la organización social y documentan más de 200 obras prehispánicas de riego. Con diferentes valores, probablemente en todos los sistemas de riego hay metas comunes como la resolución ordenada de conflictos, la participación popular, el control local, elevar los ingresos, la justicia en la distribución de los ingresos y la equidad (Maass y Anderson, 1976). La propuesta teórica de la relación riego–organización social, de Maass y Anderson (1976), es importante para estudiar los sistemas de riego modernos; además explica la organización comunitaria basada en el riego o el manejo de alguna fuente de agua (Palerm, 1997). Las obras hidráulicas detonan procesos de organización social, la cual es el conjunto de acuerdos y reglas, que guían las acciones individuales o colectivas respecto al uso, manejo, aprovechamiento o gestión de recursos, con la presencia de autoridades y garantías para el cumplimiento de estos acuerdos. Así, para la gestión de los jagüeyes es necesaria la organización social.

Hay recursos o bienes comunes cuyo aprovechamiento individual resulta difícil o imposible por lo que es necesaria su gestión comunitaria, como los sistemas de riego, sistemas de agua entubada, bosques, agostaderos, playas para pescar (Ostrom, 1990). Sólo con acuerdos y cumplimiento se asegura el acceso y uso de un recurso es decir, su sostenibilidad; el éxito en la gestión de los recursos comunes se debe a que las instituciones se diseñan con reglas y principios para situaciones concretas, considerando atributos específicos de los sistemas físicos, de las visiones culturales, y de las relaciones económicas y políticas (Ostrom, 1990).

La comunidad organizada es una respuesta cultural de un grupo humano para aprovechar el medio donde vive mediante la cohesión y cooperación; el mecanismo organizativo tiene mayor fuerza si el recurso a administrar es crítico o escaso, pero es más débil si el recurso es abundante (Wade, 1988).

Según Kelly (1983) y Hunt (1988), el estudio de la relación entre la estructura física de un sistema de riego y su administración se debe abordar a través de las tareas presentes. En sistemas de riego por canales se incluye la construcción del sistema físico, la captura y el reparto del agua, el mantenimiento, la solución de conflictos, la contabilidad, drenaje y tareas rituales (Hunt, 1988). La metodología de las tareas siempre presentes se adaptó para identificar y describir la organización social que genera el uso y manejo de los jagüeyes en el presente estudio.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

El área de estudio fue el norte de los Llanos de Apan en tres municipios del Estado de Hidalgo (Epazoyucan, Singuilucan y Zempoala) donde hay nueve localidades: Jalapilla, Escobillas, Los Corrales, Santa Mónica, San Cristóbal el Grande, San Cristóbal el Chico, Cerro Colorado, San Martín y Buenavista. La información de campo se recabó de enero a mayo de 2006 usando entrevistas estructuradas, recorridos de campo y observación participante. Se usaron mapas, fotografías aéreas y estereoscopio para determinar el tamaño del sistema, y sus componentes se identificaron en recorridos de campo con la ayuda de los pobladores locales.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Descripción del sistema tradicional para almacenar agua de lluvia

El sistema está integrado por una zona de captación, obras de conducción y por la obra de almacenamiento (Figuras 1 y 2) e información de entrevistas.

Zona de captación

Se integra por laderas de cerros y lomeríos cubiertos por la vegetación característica de la región (matorral xerófilo, magueyes, nopales, palmas) o con cultivo de cebada, y por parcelas localizadas en planicies con pendientes suaves que al saturarse de agua drenan los sobrantes hacia otras parcelas o hacia las obras de conducción.

Obras de conducción

Son naturales o lechos de arroyos secos y artificiales o atarjeas hechas por los pobladores locales. La atarjea es un canal excavado entre la ladera de un lomerío y la primera parcela cerro abajo o entre parcelas. Su finalidad es concentrar y transportar la escorrentía hacia un solo punto (en la mayoría de casos es un arroyo seco o la obra de almacenamiento); además se evita que la escorrentía se introduzca dentro de las parcelas y arrastre el suelo. La atarjea se excava con pala y pico, con dimensiones entre 1.0 y 1.5 m. de anchura, por 0.30 ó 1.0 m. de profundidad, y su longitud es variable.

Obra de almacenamiento o jagüey

Todos los jagüeyes se localizan sobre lechos de arroyos secos. Su forma, tamaño y material de construcción son variables. (Cuadro 1). Cinco jagüeyes tienen una estructura entre el vaso de almacenamiento y la obra de conducción; su nombre técnico es trampa de sedimentos o desarenador, pero en la zona se le denomina cedazo. El desarenador atrapa los sedimentos evitando que se azolve el vaso principal, disminuye la velocidad de la escorrentía y su impacto sobre la cortina que impide su paso (Figura 3). Los jagüeyes tienen un vertedor o sangría para desalojar los excedentes de escorrentía del vaso de almacenamiento, lo cual disminuye la presión del agua sobre el centro de la cortina.

Al norte de los Llanos de Apan, el principal uso del agua de los jagüeyes es para abrevadero, principalmente para ovejas y cabras, y en menor medida burros, caballos y bovinos. En rancherías o viviendas aisladas sin agua entubada, o en localidades donde su suministro es deficiente, el agua de los jagüeyes se usa para quehaceres domésticos.

Tareas siempre presentes en la gestión del sistema

Zona de captación

Las tareas siempre presentes son propiciar el libre escurrimiento y la construcción de atarjeas cuando se abren nuevas tierras al cultivo. Esta última tarea no siempre se realiza ya que algunos propietarios de las parcelas no radican en la región, no tienen ganado por tanto no necesitan el agua de los jagüeyes porque, y no son usuarios de éstos.

Obras de conducción

La construcción de atarjeas, su mantenimiento y rehabilitación, y la resolución de conflictos son las tareas presentes en esta parte del sistema. Como un acuerdo no escrito, la construcción y conservación de las atarjeas en una zona de captación es responsabilidad de los propietarios de las parcelas por donde pasan; ellos deciden hacer o no la atarjea. No hacer esta tarea significa que la escorrentía entre a la parcela y arrastre el suelo y el cultivo. Por tanto, según los entrevistados, son pocos quienes no tienen en buenas condiciones la atarjea que pasa por su parcela.

El mantenimiento o rehabilitación de las obras de conducción depende del azolve o del deterioro. Los entrevistados señalan que las atarjeas se limpian cada año, cada cinco y hay sistemas donde no se ha realizado en los últimos diez años. De acuerdo con la observación en campo, esta tarea se hace sólo en las partes más azolvadas, y cuando la escorrentía desborda la obra de conducción y entra a las parcelas.

El conflicto entre usuarios del jagüey y propietarios de parcelas ocurre cuando: 1) en laderas se abren nuevas tierras al cultivo y no se construye atarjea; 2) sobre laderas o planicie se abren nuevas tierras al cultivo y, desconociendo el paso de agua, los propietarios de estas parcelas tapan las atarjeas con la vegetación que retiran del terreno; 3) algunos propietarios de parcelas en la planicie destruyen la atarjea que pasa por su parcela para sembrar. Para resolver estos conflictos los usuarios se reúnen y solicitan a los propietarios de parcelas que respeten los pasos de agua y no obstruyan las atarjeas. El jagüey Santiago, donde se destruyeron dos atarjeas, ilustra una situación de no cumplimiento del acuerdo, pero los informantes coinciden en que no se demandó reabrir las atarjeas porque con las restantes el jagüey almacena agua suficiente.

Obra de almacenamiento

Seis de los jagüeyes son de propiedad comunitaria; la responsabilidad de cada obra recae en el Delegado Municipal o el Comisariado Ejidal. Además hay dos de propiedad privada y el responsable es el propietario del terreno. Las tareas identificadas son: mantenimiento y rehabilitación, distribución del agua, drenado de excedentes de escorrentía, y resolución de conflictos.

El mantenimiento de los jagüeyes comunitarios o privados consiste en retirar el azolve; cada año, cada dos o cada tres, dependiendo de la cantidad de agua almacenada y de cuan azolvada esté. La rehabilitación de la cortina o bordo se hace con el azolve retirado del vaso de almacenamiento. El mantenimiento se hace en las obras comunitarias con maquinaria pesada por ser más grandes, y con el trabajo manual de los usuarios en las obras propiedad privada de menor tamaño.

Para el mantenimiento de las obras comunitarias el responsable del jagüey convoca a una asamblea y de usuarios, se programa la fecha del desazolve, se calcula el costo de mantenimiento con base en el combustible que requerirá la maquinaria y el costo de los alimentos del operador; el alquiler de la maquinaria y el sueldo del operador los cubre el Ayuntamiento. Además se determina si el Delegado Municipal, el Comisariado Ejidal o un comité de usuarios realizará las actividades para el desazolve (solicitar la maquinaria al Ayuntamiento, recolectar la cuota de cada usuario, y coordinar los trabajos). La cuota de cada usuario está en función del número de animales que abreva en el jagüey

En los jagüeyes de propiedad privada el azolve se retira con carretilla, pero si la cantidad es considerable se usa una camioneta, y todos los usuarios cooperan para el combustible. El propietario del jagüey o una persona que él comisiona comunica a los usuarios cuando se hará el desazolve; en esa fecha se reúnen los usuarios en el jagüey y se asigna a cada uno el tramo que debe limpiar.

Los usuarios de los jagüeyes (Cuadro 1) son de diferentes comunidades, pero el acceso y uso del agua almacenada no es exclusivo de los propietarios. Así, quienes abrevan sus animales en un jagüey tienen los mismos derechos de disponibilidad de agua, y las mismas obligaciones. En los jagüeyes comunitarios y en los privados se participa con cuotas monetarias o con trabajo manual. Cumplidos los requisitos cada usuario tiene acceso al agua almacenada hasta que se agote (Figura 4).

Aun cuando el agua es poca no hay impedimento para abrevar los animales, y cuando se termina el agua en un jagüey los usuarios pueden abrevar su ganado en el más cercano. Este acuerdo no escrito es posible porque en todos los jagüeyes, al menos en una ocasión, se ha terminado el agua. Esta situación se acentúa porque el área de captura de agua de los jagüeyes comunitarios o privados rebasa los límites territoriales de una comunidad. Por tanto, el funcionamiento de estos sistemas requiere que las comunidades o propietarios de parcelas en la parte alta de la zona de captación dejen fluir libremente la escorrentía.

En dos casos, cuando se termina el agua de sus jagüeyes los pastores de las comunidades de Jalapilla y San Martín, pueden abrevar el ganado en los jagüeyes, Escobillas y Santiago (propiedad de las comunidades Escobillas y San Cristóbal). Este acuerdo no escrito se da porque parte del sistema de captación de agua de los jagüeyes Escobillas y Santiago pertenecen a las comunidades Jalipillas y San Martín. Esto se entiende como una forma de compensar a los pobladores por dejar fluir la escorrentía sin restricción.

Otro acuerdo no escrito prohíbe nadar y lavar ropa dentro del jagüey. El encargado de resolver los conflictos es el responsable de la obra de almacenamiento, pero los usuarios pueden llamar la atención a quien hace mal uso del agua. La sanción más severa para quien no cumple con los acuerdos y reglas es no tener acceso al agua.

Dado que quienes tienen ganado necesitan el agua, y que ellos se encargan de gestionar los jagüeyes, la cohesión entre usuarios es marcada, y no es común el conflicto por incumplir con las tareas de mantenimiento, por el acceso o mal uso del agua. El desalojo de excedentes de escorrentía se hace automáticamente a través del vertedor de demasías. La escorrentía que sale del jagüey fluye sobre las parcelas cercanas o sigue su trayecto en arroyos secos. Los entrevistados señalan que no hay conflicto por el señalan que no hay uso dado a las demasías.

Organización social para la gestión de jagüeyes

Aunque no se requiere personal de tiempo completo para el funcionamiento del sistema tradicional y que la organización social para la gestión es visible sólo cuando se hacen las tareas, es posible identificar y describir la organización que genera el uso y manejo de esta fuente de agua.

La presencia de la organización social es evidente sólo cuando se hacen los trabajos de mantenimiento o rehabilitación (1, 2 o 3 días) y es una vez por año, cada dos, o tres años. Terminadas las tareas de mantenimiento o rehabilitación, la cohesión y organización se diluyen y surgen nuevamente cuando las tareas se hacen de nuevo o en situaciones críticas. Así a mediados de la década de 1990, se intentó destruir el jagüey Santiago por el propietario de las parcelas que lo circundan, lo que se evitó los usuarios.

Con la información de campo se corrobora la existencia de tareas presentes para la gestión del sistema; de acuerdos no escritos para el flujo de escorrentía, el acceso y la disponibilidad del agua almacenada, así como la presencia de sanciones y autoridades para su conservación. El conflicto indica la presencia de organización social, así como de la función e importancia de los usuarios en la gestión del sistema, de su capacidad de negociación frente a la población no usuaria de los jagüeyes y a las autoridades municipales.

 

CONCLUSIONES

Al norte de los Llanos de Apan existe organización social para la gestión de los jagüeyes. Sin acuerdos, reglas, sanciones y tareas presentes, la permanencia y uso del sistema es difícil o imposible a largo plazo, ya que se requiere la participación coordinada de los usuarios.

Por tanto, las teorías que señalan que el manejo del agua por un conjunto de personas obliga a una organización social cohesiva donde el individuo se sujeta a la colectividad, explican de manera favorable la presencia y el uso de jagüeyes en los Llanos de Apan. Así, el sistema en su conjunto y el agua almacenada en el jagüey caben dentro de los recursos o usos comunes. Pero, el abandono y destrucción de algunos jagüeyes u obras de conducción indican que en algunos casos tanto el agua de escorrentía como el sistema tradicional para almacenarla dejan de ser recursos críticos.

La captación de lluvia es importante frente a la crisis del agua. Por tanto, en el diseño de planes y programas de captación de lluvia donde participen una o más comunidades, se debe considerar que en los Llanos de Apan los usuarios de este sistema poseen una organización social y un conocimiento tradicional del manejo de su territorio que les permite cubrir parte de sus requerimientos de agua con la escorrentía almacenada en la temporada de lluvia.

 

LITERATURA CITADA

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