Introducción
De un conjunto de investigaciones sobre el comercio practicado en y desde el complejo portuario rioplatense entre fines del siglo xvii y fines del xviii, que en diversa medida abordan tanto la circulación hacia el interior americano como hacia ultramar, se desprende –entre otras– una hipótesis de trabajo que propone que de modo gradual, y desde el siglo xvii, cobra cada vez mayor importancia la ruta que vincula Río de la Plata con el Bajo Perú por tierra hasta Valparaíso (con la mediación cuyana) y de allí por agua hasta El Callao. Esta ruta, que desde el complejo portuario rioplatense partía hacia el Oeste, parece haber llegado a ser la más significativa para el comercio practicado en o desde Río de la Plata hacia el interior americano y se habría articulado en torno al comercio de esclavizados y de yerba mate al tiempo que dinamiza la economía de Cuyo con las demandas del tráfico y la posibilidad de dar salida a sus excedentes en el litoral.1
Una de las investigaciones aludidas analiza en general la salida de bienes debidamente registrados en la Aduana de Buenos Aires desde que comienza sus actividades en marzo de 1779 y hasta diciembre de 1783 (Jumar, 2019a)2 y otra se concentra en la ruta mencionada (Sovarzo, 2019). En cuanto a la representatividad de los datos, sobre todo en función del comercio ilegal desde el punto de vista español, se aborda el problema desde la capacidad de consumo de las sociedades involucradas. Se concluye que dicho tráfico no puede tener las proporciones que habitualmente se le asignan y que tornarían ilusorios los análisis realizados desde la circulación legal. De este modo, los datos recabados no solo servirían para observar el entramado de rutas y la composición de la oferta, sino también la intensidad3 y densidad4 de los flujos con las mismas prevenciones que se deben tomar para cualquier circuito mercantil anterior o posterior, en el mundo observado u otro, en el que desde los poderes constituidos se busca obtener recursos del comercio por la vía fiscal (Jumar, en prensa).
El periodo observado, 1779-1783, es una de las tantas coyunturas en las que la circulación mercantil se ve afectada por conflictos armados y que forman parte de los escenarios habituales que enfrentaban los actores involucrados en el comercio del mundo hispánico durante el Antiguo Régimen. En el caso particular de Río de la Plata, su condición de frontera, tanto con los pueblos originarios no conquistados como con el mundo luso, más el atractivo que presentaba como puerta trasera de acceso a los circuitos de los metales preciosos producidos en Sudamérica, derivaron en que el conflicto o su amenaza haya formado parte de la cotidianidad de los tratos.5 En los años 1779-1783 la circulación anudada en Río de la Plata se debió adaptar a dos perturbaciones: las rebeliones altoperuanas de 1780-1781 y los efectos de la intervención de la monarquía hispánica en la guerra de independencia de los dominios británicos en América del Norte, con mayor intensidad entre 1780 y 1782.6 Ello a su vez está contenido dentro de un proceso más amplio dentro de la monarquía hispánica en el que desde la corona se busca reforzar un cambio institucional en dirección de la centralización y homogeneización de la dominación en el conjunto de los dominios europeos, americanos y asiáticos.7 En el caso de Río de la Plata, ello se traduce en la intensificación de cambios que desde los años de 1730 buscaban por la vía administrativa reducir los márgenes de autonomía local, que se intensifican desde 1776-1777 con la creación del virreinato del Río de la Plata. Esta intensificación a su vez debe ser observada en un contexto en el que cualquier conjunto de intenciones de largo aliento8 se ve truncado por las variables de contexto general que derivan en que, más que plasmar esas intenciones, se actúe para dar respuesta a las sucesivas coyunturas críticas que terminan en el estallido de la monarquía hispánica en 1808-1810 y en el inicio de la formación de Estados-nación de sus despojos, incluido el español.
En tal contexto, el objetivo de este texto es simple, del conjunto de datos generados para el periodo 1779-1783, a partir de las notas de salida de la Aduana de Buenos Aires, presentar en detalle los de la circulación de esclavizados y los de una de las tantas transacciones que contienen relacionada con la ruta que hacia el Oeste ponía en contacto Río de la Plata con Chile y el Bajo Perú.9 Con ello me propongo presentar algunos datos y enriquecer preguntas relacionadas con el lugar de la ruta del Oeste para el comercio practicado en o desde el complejo portuario rioplatense hacia el interior americano. En el camino, se intenta una descripción detallada que las fuentes permiten con el cruzamiento y extracción de informaciones contenidas en Registros de Aduana de Antiguo Régimen (base de datos 1779-1783) (en adelante, RegAduAR), lo que tal vez aporte datos útiles a otras investigaciones. En síntesis, se trata ante todo de un trabajo de base.
Para el seguimiento de la trata en Río de la Plata en el periodo abordado se toma como marco general trabajos de Alex Borucki (2011), que a su vez contienen densos estados del arte sobre el problema y se remite a ellos a quienes se interesen en este tráfico tan particular.10 En su periodización de la trata, Borucki sostiene que los años observados (1779-1783) quedan dentro de un lapso (1777-1791) que puede ser entendido como de reacomodamientos del tráfico tras la expulsión de los portugueses de Colonia del Sacramento (Borucki, 2016) y mientras la corona española ensaya nuevas vías legales de aprovisionamiento (Borucki, 2017).
Tal vez la función mediadora de Colonia en manos portuguesas ya languidecía en los años 1770, aunque sin que se cortara.11 En una correspondencia que se extiende entre 1768 y 1798 entre dos individuos, uno instalado en La Plata (Juan Antonio Ruiz Tagle) y el otro en Buenos Aires (Francisco de Prieto y Pulido), se muestra que el contrabando por la vía portuguesa hasta la expulsión (1777) estaba naturalizado y a diferencia de otros temas peligrosos, se lo aborda de modo abierto en la correspondencia firmada12 (Jumar, 2016a). Entre los favores que el altoperuano le pide al porteño en diversos momentos está la compra de esclavizados, para él o terceros, enviándole instrucciones precisas. Por ejemplo, en algunas cartas de 1773 y 1774 es cuestión del pedido de una esclavizada y Ruiz Tagle no se conforma con cualquier cosa.13 A Prieto y Pulido le cuesta satisfacer lo encargado por su amigo, quien reconoce desde La Plata: "Ya tenemos por acá noticia de que el Contrabando de la Colonia se halla extinguido casi enteramente".14 Esta imagen es coherente con el análisis de los decomisos, que parecen señalar un relativo éxito en la represión en el río y sus orillas por las autoridades españolas desde los años 1760 (Jumar y Paredes, 2008).
Más allá de ello, sin duda la expedición de Cevallos de 1776-1777 cortocircuitó por lo menos durante algún tiempo el flujo del contrabando en general y en particular el de esclavizados por el circuito portugués, languideciera o no con anterioridad, al tiempo que parece tardar el fruto de las reacomodaciones subsiguientes, resultado del traslado de las redes portuguesas a Montevideo, conociéndose la operatoria de algunos individuos, entre los que destaca Manuel Cipriano de Melo (Bentancur, 1985; Borucki, 2011; Prado, 2012).
Otra variable que Borucki (2016) hace intervenir en su análisis a partir de 1785, y sobre todo de 1792 gracias al permiso de comercio con neutrales, es que la corona intenta que la trata se lleve adelante por empresarios españoles. Un resultado es que ahora son ellos, y no ella quien negocia con proveedores extranjeros. Se puede sumar que ya desde antes de esos años se promueve el tráfico en manos de españoles que necesariamente dependerán de extranjeros, tras el abandono de la política de provisión mediante contratos o tratados en los que la corona intervenía como parte interesada15 y tras el cese efectivo de las operaciones de la South Sea Company en 1739.16 Durante el periodo abordado en este trabajo la corona promueve la trata en o desde Río de la Plata al proyectar incluir en el nuevo virreinato las islas de Fernando Poo y Annobon en 1778 (Crespi, 2010), mediante una fallida expedición que salió de Montevideo y que finalmente reportó 60 esclavizados (26 en 177917 y 24 en 1783).
De este modo, por los datos y análisis que aporta A. Borucki (2015), entre 1779 y 1783, el contrabando de esclavizados por las redes portuguesas ha menguado y no llegan muchas piezas por el circuito legal español. Aunque sus explicaciones sintetizan características esenciales de la trata desde años posteriores, las informaciones que se presentan en este trabajo colaboran al momento de observar cómo se monta el escenario para que A. Borucki proponga que desde 1791 una parte importante del crecimiento del tráfico se relaciona con que:
es posible visualizar un tráfico de esclavos en el periodo virreinal desarrollándose en tándem en Montevideo y Buenos Aires, en tanto que los mercaderes de la capital virreinal tenían el control sobre las rutas que llevaban a los mercados interiores hasta Lima, y los mercaderes de Montevideo proveían sus redes con el mundo portugués tanto de Brasil como de África. En ese sentido, Buenos Aires y Montevideo eran interdependientes en lo concerniente a esta nueva operativa de la trata Borucki, 2015.
En la gráfica 1, la curva de los esclavizados ingresados al complejo portuario rioplatense muestra algo curioso.18 Entre 1779 y 1783 la monarquía hispánica está en guerra con Gran Bretaña y aunque las opiniones están divididas sobre la intensidad del impacto de esa guerra en el comercio ultramarino rioplatense,19 hay coincidencia en reconocer que al menos una perturbación hubo.20 En el momento más álgido de la contienda y sus posibles perturbaciones, la entrada de esclavizados en el complejo portuario rioplatense conoce un momento de esplendor. Alex Borucki (2016), para los años 1777-1791 –en cuyo análisis corresponden a una etapa morosa de la trata de esclavizados en Río de la Plata–, informa que se desembarcaron 10 998 esclavizados en los puertos rioplatenses (785 en promedio anual). En los años abordados en este trabajo, 1779-1783, se desembarcaron al menos 7 092 esclavizados en el complejo portuario rioplatense, que representan 64.48% del total para 1777-1791.
Fuente: Viajes esclavistas, Tráfico transatlántico de esclavos-base de datos (https://slavevoyages.org/voyage/database) y Tráfico intraamericano de esclavos-base de datos (https://slavevoyages.org/american/database).
Las notas de aduana de Buenos Aires registran la salida de 5 415 esclavizados entre 1779 y 1783. De ellos 3 997 son registrados para su venta en los lugares de destino. El resto, 1 418 esclavizados, se registran para el uso del declarante de la nota de aduana (966 casos), para uso del destinatario de lo registrado (412 casos) o para el de terceros (40 casos).21 No es posible precisar en qué medida los esclavizados distribuidos habían sido desembarcados de modo reciente, pero se señala que residuos de información recogidos en la fuente muestran que no hay que hacer una relación directa entre esclavizados distribuidos desde Buenos Aires e introducidos en el complejo portuario rioplatense. En primer lugar, porque no se ha procesado la distribución desde Montevideo (que se dirige sobre todo a su traspaís), ni las ventas para el uso de esclavizados en las propias ciudades de Buenos Aires y Montevideo. En segundo lugar, porque a partir de diversas informaciones recogidas en las notas de aduana se observa que, aunque debieron ser mayoría, no solo se ponen en circulación esclavizados recién desembarcados.22 De allí que no se pongan en relación ahora las series de esclavizados desembarcados en el complejo portuario rioplatense y el total de distribuidos desde Buenos Aires. Aun así, no se puede dejar de señalar el desfasaje entre ambas series, ya que por las prevenciones señaladas sobre la diversidad de casos de figura que contiene la serie de distribución desde Buenos Aires, hay un saldo sin ver salir de Río de la Plata que es mayor a los 1 677 esclavizados que resultan de simplemente restar los redistribuidos (5 415) a los desembarcados (7 092).
Una explicación posible es un vacío de información. Las notas de aduana procesadas no muestran la distribución desde Montevideo hacia su traspaís ni la venta para el consumo en las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. De modo que el desfasaje impone que se traten con mucha cautela las cifras obtenidas, sobre todo al momento de establecer comparaciones entre los circuitos intra y extrarregionales, así como la circulación intrarregional en sí. La operatoria de la trata sostiene la idea de que la laguna en la información no afecta la observación de la circulación extrarregional rioplatense; por más que algún esclavizado se remitiese directamente desde Montevideo hacia los espacios interiores –por la vía fluvial– y exteriores –marítima hacia el Bajo Perú por el Cabo de Hornos–, la mayoría sale desde Buenos Aires, tras haber sido transferida desde Montevideo.
De modo que, al menos para comparar ritmos, lo apropiado parece ser solo tomar las cifras de la circulación extrarregional para relacionarlas con las de desembarcados. Como se verá más adelante, la esfera extrarregional cuenta con 4 559 esclavizados, 84.19% de un total de 5 415.
La gráfica 2 muestra dos microcoyunturas. La primera, de marzo de 1779 a mediados de 1781, muestra un desplazamiento temporal en la salida de los esclavizados desembarcados. Se observa el impacto de la doble perturbación en los circuitos que entorpecen y retrasan las operaciones. La segunda, de mediados de 1781 a fines de 1783, parece retomar el crecimiento allí donde había quedado en 1779. Sugiere que, si se mantienen las tendencias de tan breve periodo, y se recuerda la crítica de los datos en relación con la circulación intrarregional, esta esfera cobraría cada vez mayor importancia y que Río de la Plata se pudo convertir en un mercado atractivo en sí aunado a su función redistribuidora, que es lo que se muestra para el periodo observado, puesto que la esfera extrarregional se lleva al menos 84.19% de los esclavizados desembarcados.
Fuente: Viajes Esclavistas, Tráfico transatlántico de esclavos-base de datos, https://slavevoyages.org/voyage/database; Tráfico intraamericano de esclavos-base de datos, https://slavevoyages.org/american/database y RegAduAR, base de datos 1779-1783.
En el conjunto de las operaciones, este comercio, integrado a los otros con los que se entrelaza en los registros aduaneros, colabora a crear una tendencia general en los mercados hacia los que se ve salir a los esclavizados en la que, a pesar de la guerra en el Atlántico y las rebeliones altoperuanas de 1780-1781, se mantiene un nivel de negocios que si bien acusa el doble impacto, no es tan fuerte como para generar problemas serios ni para proponer la existencia de una crisis en la circulación (Jumar, 2019a).
En el resto del trabajo se presenta, en primer término, el detalle de las cifras de la circulación de esclavizados vista desde la Aduana de Buenos Aires entre 1779 y 1783, y a continuación, los detalles de uno de los negocios que contienen llevado adelante en 1783.
La salida de esclavizados desde Buenos Aires entre 1779 y 1783
Según las notas de aduana registradas en la Aduana de Buenos Aires, entre marzo de 1779 y diciembre de 1783, 783 declarantes consignan la salida de 5 415 esclavizados de Buenos Aires.23 De esos declarantes, 531 (67.87%), aparecen una vez, lo que registra en total 906 esclavizados (16.73%). Otros aparecen dos24 o tres veces,25 mayormente registrando pocos esclavizados cada vez. El cuadro 1 muestra que a pesar de ver a muchas personas circulando con esclavizados o enviándolos a otros, hay algunos declarantes más activos que otros, ya sea porque aparecen muchas veces o porque mueven más esclavizados. Son los que con mayor seguridad pueden ser considerados como tratantes o al menos comerciantes con intereses particulares en la trata, además de los otros que pudieran tener. Pero las cifras no invitan a pensar en un mercado concentrado en pocas manos, aunque sí controlado por hombres. La participación femenina entre los declarantes (87 casos con 185 esclavizados en total) muestra ante todo mujeres que se desplazan con esclavizados de su servicio (155 esclavizados, de los que 94 eran mujeres) o que los remiten para el de terceros (trece esclavizados, cinco mujeres), ya que solo diez mujeres registran en total 17 esclavizados para su venta (once eran mujeres).
Declarantes | Esclavizados | |||
---|---|---|---|---|
Apariciones | Cantidad | Porcentaje | Cantidad | Porcentaje |
1 | 531 | 67.82 | 906 | 16.73 |
2 | 131 | 16.73 | 752 | 13.89 |
3 | 49 | 6.26 | 395 | 7.29 |
4 | 30 | 3.83 | 531 | 9.81 |
5 | 10 | 1.28 | 79 | 1.46 |
6 | 8 | 1.02 | 87 | 1.61 |
7 | 3 | 0.38 | 141 | 2.60 |
8 | 2 | 0.26 | 100 | 1.85 |
9 | 4 | 0.51 | 896 | 16.55 |
10 | 4 | 0.51 | 165 | 3.05 |
11 | 1 | 0.13 | 90 | 1.66 |
12 | 3 | 0.38 | 292 | 5.39 |
13 | 2 | 0.26 | 759 | 14.02 |
14 | 2 | 0.26 | 50 | 0.92 |
15 | 2 | 0.26 | 103 | 1.90 |
21 | 1 | 0.13 | 69 | 1.27 |
Totales | 783 | 100.00 | 5 415 | 100.00 |
Fuente: RegAduAR, base de datos 1779-1783.
El cuadro 2 muestra la información organizada en función de los circuitos principales anudados en Buenos Aires (véanse cuadros 3 y 4) y de los motivos por los cuales se pudo saber que los esclavizados fueron puestos en movimiento. Así, 966 esclavizados son registrados como para ser usados por el declarante, quien además se mueve con ellos.26 En otros casos, se ve que el declarante registra el envío para el uso del destinatario de lo registrado en la nota (412 esclavizados) y en 40 casos se sabe que el usuario final es alguien distinto del declarante y del destinatario. Quedan 3 997 esclavizados que se registran para la venta.
Circulación extrarregional | Subtotal extrarregional. | Circulación. intrarregional. | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Centro | Norte | Oeste | Paraguay | Río de la Plata | Total | Porcentaje | |||
Esclavizado registrado para uso del declarante | 1779 | 3 | 17 | 13 | 1 | 34 | 38 | 72 | - |
1780 | 22 | 19 | 21 | - | 62 | 109 | 171 | - | |
1781 | 11 | 12 | 25 | 1 | 49 | 68 | 117 | - | |
1782 | 12 | 39 | 35 | 7 | 93 | 203 | 296 | - | |
1783 | 45 | 41 | 52 | 1 | 139 | 171 | 310 | - | |
Subtotal | 93 | 128 | 146 | 10 | 377 | 589 | 966 | 17.84 | |
Porcentaje | 24.67 | 33.95 | 38.73 | 2.65 | 39.03 | 60.97 | - | - | |
Esclavizado registrado para uso del destinatario | 1779 | - | 4 | 1 | - | 5 | 3 | 8 | - |
1780 | 4 | 18 | 23 | - | 45 | 34 | 79 | - | |
1781 | 7 | 9 | 17 | - | 33 | 9 | 42 | - | |
1782 | 13 | 33 | 62 | - | 108 | 25 | 133 | - | |
1783 | 27 | 42 | 44 | 5 | 118 | 32 | 150 | - | |
Subtotal | 51 | 106 | 147 | 5 | 309 | 103 | 412 | 7.61 | |
Porcentaje | 16.50 | 34.30 | 47.57 | 1.62 | 75 | 25 | - | - | |
Esclavizado registrado para uso de terceros | 1779 | - | - | - | - | 0 | 3 | 3 | - |
1780 | - | - | - | - | 0 | 4 | 4 | - | |
1781 | - | - | 3 | - | 3 | 4 | 7 | - | |
1782 | 2 | 7 | 1 | - | 10 | 4 | 14 | - | |
1783 | 1 | 8 | 2 | - | 11 | 1 | 12 | - | |
Subtotal | 3 | 15 | 6 | - | 24 | 16 | 40 | 0.74 | |
Porcentaje | 12.50 | 62.50 | 25 | 0 | 60 | 40 | - | - | |
Esclavizado registrado para venta | 1779 | 2 | 14 | 6 | - | 22 | 12 | 34 | - |
1780 | 14 | 120 | 31 | - | 165 | 39 | 204 | - | |
1781 | 1 | 26 | 82 | - | 109 | 14 | 123 | - | |
1782 | 23 | 112 | 1 266 | - | 1 401 | 30 | 1 431 | - | |
1783 | 66 | 209 | 1 875 | 2 | 2 152 | 53 | 2 205 | - | |
Subtotal | 106 | 481 | 3 260 | 2 | 3 849 | 148 | 3 997 | 7.61 | |
Porcentaje | 2.75 | 12.50 | 84.70 | 0.05 | 96.30 | 3.70 | - | - | |
Total | 253 | 730 | 3 559 | 17 | 4 559 | 856 | 5 415 | ||
Porcentaje | 5.55 | 16.01 | 78.07 | 0.37 | 84.19 | 15.81 | - | - |
Fuente: RegAduAR, base de datos 1779-1783.
1. Centro | |
---|---|
Región | Esclavizados |
Centro Córdoba (Córdoba) | 72 |
Centro Córdoba (Río Cuarto) | 4 |
Centro Córdoba (Río Tercero) | 3 |
Centro Norte (Santiago del Estero) | 54 |
Centro Norte (San Miguel de Tucumán) | 111 |
Centro Oeste (Catamarca) | 9 |
Total | 253 |
2. Norte | |
Norte (Jujuy) | 58 |
Norte (Salta) | 209 |
Norte Alto Perú | 77 |
Norte Alto Perú (Azángaro) | 1 |
Norte Alto Perú (Chayanta) | 1 |
Norte Alto Perú (Chucuito) | 1 |
Norte Alto Perú (Cochabamba) | 4 |
Norte Alto Perú (La Paz) | 97 |
Norte Alto Perú (La Plata) | 51 |
Norte Alto Perú (Oruro) | 3 |
Norte Alto Perú (Potosí) | 226 |
Norte Alto Perú (Puno) | 2 |
Total | 730 |
3. Oeste | |
Bajo Perú (Arequipa) | 74 |
Bajo Perú (Lima) | 1 776 |
Bajo Perú (Tarapacá) | 7 |
Chile | 86 |
Chile (Copiapó) | 9 |
Chile (Santiago de Chile) | 477 |
Chile (Valparaíso) | 18 |
Cuyo (Mendoza) | 943 |
Cuyo (San Juan) | 165 |
Cuyo (San Luis) | 2 |
Cuyo (Tunuyán) | 2 |
Total | 3 559 |
4. Paraguay | |
Paraguay (Asunción) | 16 |
Paraguay (Villa Rica) | 1 |
Total | 17 |
Total general | 4 559 |
Fuente: RegAduAR, base de datos 1779-1783.
Espacios intrarregionales | Cantidad de esclavizados |
---|---|
Río de la Plata Banda Norte | 3 |
Río de la Plata Banda Norte Canelones | 2 |
Río de la Plata Banda Norte El Espinillo | 4 |
Río de la Plata Banda Norte Partido del Rosario | 6 |
Río de la Plata Banda Norte San Salvador | 9 |
Río de la Plata Banda Norte Soriano | 40 |
Río de la Plata Litoral Arroyo de la China | 5 |
Río de la Plata Litoral Bajada del Paraná | 1 |
Río de la Plata Litoral Corrientes | 14 |
Río de la Plata Litoral Gualeguay Grande | 8 |
Río de la Plata Litoral Gualeguaychú | 3 |
Río de la Plata Litoral Ibicuy | 1 |
Río de la Plata Litoral Paysandú | 4 |
Río de la Plata Litoral Pueblos de las Misiones | 2 |
Río de la Plata Litoral Pueblos de las Misiones San Borja | 3 |
Río de la Plata Litoral Santa Fe | 34 |
Río de la Plata Banda Sur Campaña de Buenos Aires Norte Areco | 2 |
Río de la Plata Banda Sur Campaña de Buenos Aires Norte Arrecifes | 5 |
Río de la Plata Banda Sur Campaña de Buenos Aires Norte Fontezuelas | 4 |
Río de la Plata Banda Sur Campaña de Buenos Aires Norte Luján | 4 |
Río de la Plata Banda Sur Campaña de Buenos Aires Norte Melincué | 2 |
Río de la Plata Banda Sur Campaña de Buenos Aires Norte San Nicolás | 2 |
Río de la Plata Banda Sur Campaña de Buenos Aires Norte San Pedro | 1 |
Río de la Plata Complejo Portuario Rioplatense Colonia | 29 |
Río de la Plata Complejo Portuario Rioplatense Las Vacas | 6 |
Río de la Plata Complejo Portuario Rioplatense Maldonado | 14 |
Río de la Plata Complejo Portuario Rioplatense Montevideo | 593 |
Río de la Plata Complejo Portuario Rioplatense Navío | 25 |
Río de la Plata Complejo Portuario Rioplatense Víboras | 25 |
Río de la Plata Sur Costa Patagónica | 3 |
Río de la Plata Sur Malvinas | 2 |
Total | 856 |
Fuente: RegAduAR, base de datos 1779-1783.
En los casos de esclavizados para el uso personal de declarantes que están regresando a sus moradas no se puede saber en cuántos casos el esclavizado ya había sido llevado en el viaje de ida, pero el caso de figura existe por consignárselo en algunas notas.27 Sin embargo, parece razonable imaginar que en su mayor parte fueron comprados en Río de la Plata para ser llevados al lugar de residencia del declarante o que acompañan a un rioplatense en un viaje. Cuando se remiten esclavizados para el uso del destinatario de lo contenido en la nota o de terceros, se deduce sobre la base de varias notas que fueron comprados por encargue aunque también en las notas destinadas a la circulación intrarregional hay algunas que dejan sospechar que se puede estar también ante el préstamo o alquiler de esclavizados para tareas puntuales.28
Para ponderar las cifras del cuadro 2, hay que tener en cuenta las prevenciones ya señaladas respecto a las lagunas de información. El primer sondeo de las notas de Montevideo muestra que sus datos impactan sobre todo en la circulación intrarregional y de la extrarregional, en la ultramarina. De modo que cabe esperar que las cifras totales emergentes de las receptorías de todo el complejo portuario rioplatense aumenten el desbalance en favor de la circulación intrarregional (véase mapa 1).
Fuente: elaborado con base en la dispersión general de los envíos registrados en la Aduana de Buenos Aires. RegAduAR, base de datos, 1779-1783. Cartografía: Tomás Guzmán, en Jumar (2019a).
Del circuito intrarregional, requiere alguna explicación el número de esclavizados enviados desde Buenos Aires a Montevideo (593, 69.28%) (véase cuadro 3). En su mayor parte (479 unidades, 79.6%) se trata de esclavizados que se mueven con sus amos (418, 70.49%),29 o que son registrados para ser utilizados por el destinatario (46, 7.76%) o por un tercero (8, 1.35%). Los 121 esclavizados (20.40%) que se remiten a Montevideo para su venta muestran al mismo tiempo que hay expediciones esclavistas que atracan en la banda sur del río y la atracción del mercado regional, ya que no tendría sentido que los esclavizados se envíen de Buenos Aires a Montevideo para luego ser reexpedidos hacia el interior americano. Otra característica de esta circulación es que en el circuito intrarregional es donde existe mayor presencia de mujeres registrando esclavizados, 70 declarantes con 157 unidades, que en su mayoría (140 esclavizados) acompaña a sus amas para servirlas.
Si se sumasen los faltantes provenientes de las notas de aduana de Montevideo y las receptorías menores, así como de las ventas en esa ciudad y la de Buenos Aires (entre los que podrían estar la mayor parte del saldo entre esclavizados desembarcados y distribuidos desde Buenos Aires), solo podría aumentar la participación proporcional de la circulación intrarregional rioplatense en todos los rubros, con lo que se estaría viendo un fenómeno sobre el que llama la atención Borucki (2015) para los años finales del siglo xviii y los datos expuestos parecen mostrar cómo se va gestando, lo que puede interesar a los estudiosos de la composición de la mano de obra a nivel regional. Al tomar como base un memorial del Gremio de Hacendados de 1794 como eje,30 Borucki (2015) propone que los poderosos rioplatenses de fines del siglo xviii tienen una marcada preferencia por la mano de obra esclavizada y que de un modo ciertamente muy extraño, los ven como colonos preferibles a la mano de obra libre. El cuadro 1 podría mostrar que tal vez ya tenían esa preferencia desde antes. En la circulación intrarregional se observa, por un lado, que los consumidores, sea en persona o a través de terceros hacen sus encargues en Buenos Aires (para uso del declarante, para uso del destinatario, para uso de terceros). Por otro lado, la venta también muestra que el mercado regional es atractivo para que se envíen esclavizados para encontrar comprador. Así, se vería ya en los años observados (1779-1783) la importancia que tenía en la región esa mano de obra esclavizada que se dice querer aumentar en la última década del siglo. Puede ser interesante notar que investigaciones paralelas muestran lo mismo desde distintos puntos de observación. Alex Borucki (2011) desde la trata esclavista en particular y Maximiliano Camarda (2015) desde la perspectiva de los flujos ultramarinos, resaltan y analizan la complementariedad y compenetración entre empresarios ganaderos y tratantes de esclavizados ya a fines del siglo xviii.
Si se comparan las curvas intra y extrarregionales (véase gráfica 3), resalta el crecimiento abrupto de la segunda en 1781-1783. Según se observa en la gráfica 1, en el resto del periodo que cubre (1779-1812) participan ambos grandes circuitos en la formación de la tendencia general. No sería racional esperar que la distribución intrarregional domine en algún momento, pero si se mantuviese la tendencia al crecimiento en este circuito serían informaciones útiles para la historia económica regional.
Desde otro orden de problemas, relacionados con la circulación entre Río de la Plata y el interior americano, el contexto lo da un análisis general de la circulación desde la perspectiva de la Aduana de Buenos Aires entre 1779 y 1783 (Jumar, 2019a) que, para observar la ruta del Oeste –la que interesa ahora-, sigue de cerca el trabajo de José Sovarzo (2019) que la estudia en profundidad.
La esfera extrarregional (véase mapa 2) abarca 84.19% de los esclavizados, lo que interesa ahora son los números de la ruta del Oeste (78.07% extrarregional; 65.72% del total general). También, los datos del cuadro 1 distribuyen los esclavizados según la situación de dominio y uso bajo las que se encontraban (uso del declarante, uso del destinatario, uso de terceros, venta). La circulación en dirección de Paraguay señala que al parecer no hay una demanda real de mano de obra esclavizada.31 Los datos también muestran que en Centro y Norte el impacto de las rebeliones altoperuanas se ve en 1781, y solo en venta, pero al año siguiente ya se recupera y sobrepasa el nivel anterior. Pero, sobre todo, los datos invitan a pensar que las operaciones relacionadas con las rutas Centro y Norte reflejan sobre todo compras realizadas por individuos para su propio uso o el de terceros, sin que existan importantes lotes de esclavizados que se remitan para la venta en esos mercados. Eso tal vez señale incertidumbre ante la demanda que empuje a los tratantes a no organizar expediciones mercantiles hacia esos mercados y los incentivos no sean suficientes como para asumir los costos y riesgos de operar de modo directo en ellos y sin que pueda atribuirse el fenómeno a las rebeliones desatadas en diciembre de 1780.
Fuente: elaborado con base en la dispersión general de los envíos registrados en la Aduana de Buenos Aires. RegAduAR, base de datos 1779-1783. Cartografía Tomás Guzmán, en Jumar (2019a).
El Oeste muestra todo lo contrario, ya que 91.6% de los esclavizados enviados por esa ruta son para su venta en el lugar de destino. También que, en el total de Oeste, 49.9% de los registros muestra la atracción directa de Lima por un camino largo y algo tortuoso por tierra y agua. De modo indirecto, parece evidente que era enviada al Bajo Perú buena parte de los esclavizados registrados para Chile (590 esclavizados), Mendoza (943) y San Juan (165) (véase cuadro 3). Intervienen en esta ruta 248 individuos, de los cuales 55 registran ya en Buenos Aires 1 776 esclavizados (49.9% del total de Oeste) para ser enviados a Lima pasando por Mendoza-San Juan32 y Santiago de Chile-Valparaíso.33
En las notas para Lima, los mayores declarantes registran 1 320 esclavizados: José García Zevallos (752), Juan Antonio Lezica (342) y Melchor de Somarriba (226).34 Les sigue un grupo de nueve individuos35 que registran entre 21 y 39 esclavizados (270 en total), otros nueve36 que registran entre diez y 18 (117 esclavizados), catorce declarantes que registran entre dos y siete esclavizados (49 en total) y 20 con un esclavizado cada uno. En estos dos últimos grupos se encuentran diez esclavizados que se registran para el uso del declarante y uno para el de destinatario. Al parecer, era mucho lo que había en juego para esos individuos como para enfrentar tantas posibilidades de fracaso como había en esa ruta al enviar pequeños, medianos y grandes lotes de esclavizados asumiendo costos y riesgos del traslado y sin tener comprador asegurado. Se ven con la capacidad y posibilidades de intervenir en un circuito mayor y no se satisfacen con llegar con acciones propias hasta Mendoza o San Juan, que era lo posible para la mayoría que operaba desde Río de la Plata. Si entre ellos hay rioplatenses (nacidos o avecindados de vieja o nueva data), posiblemente estas notas señalen a quienes pertenecen al selecto grupo de grandes comerciantes o que quieren pertenecer a él.
Una venta de esclavizados
Entre los años 1778 y 1820 se pudo seguir la vida de Marcelino Callexas Sanz37 con sus fracasados esfuerzos por devenir un gran comerciante entre 1778 y 1792 (Jumar, 2016b). Entre 1778 y 1789 realizó la mayor parte de sus negocios en asociación con Ramón García Pérez38 a través de la firma Marcelino Callexas Sanz y C°.39
Entre esos negocios figura la venta de 34 esclavizados (27 hombres y siete mujeres) en Lima en 1783, registrados en la nota de salida de Buenos Aires número 667 de febrero de ese año.40 Los habían llamado: "cuatro Manueles, tres Josés, dos Vicentes, seis Antonios, dos Migueles, dos Cayetanos, tres Juanes, dos Franciscos, un Pablo, Tomás y Amaro. Mujeres: dos Ritas, dos Marías, Catalina, Gracia y Eva".41
En las notas se establece que Melchor de Somarriba42 sería el conductor y primer consignatario y, como segundo, se señala a Juan Ignacio Escurra, quien se encontraría en Lima al momento de llegar los esclavizados.43 Además de los esclavizados por cuenta de Marcelino Callexas Sanz y Cª, Somarriba condujo en el mismo viaje al menos 226 esclavizados más, registrados de su cuenta y riesgo, con lo que se sabe que eran de su propiedad en todo o en parte.44
Somarriba aparece por primera vez en Buenos Aires a través de las notas de aduana en marzo de 1782. Tiene la intención de pasar a Montevideo llevando consigo 10 000 pesos fuertes.45 En noviembre y diciembre de 1782 y en enero de 1783 reaparece en Buenos Aires registrando para Montevideo 44 750 pesos (13 800,46 19 35047 y 11 600 pesos en 725 doblones de a 1648) para que sean entregados a Manuel Piedra. A su vez, este Manuel Piedra puede ser pariente de Diego Antonio de la Piedra,49 de Lima, a quien Somarriba consigna como destinatario de los 165 esclavizados registrados de su cuenta y riesgo.
Al cruzar las fechas con los registros anteriores, Somarriba en el primer viaje a Montevideo concretó la compra de los esclavizados que necesitaba (o confía a alguien los caudales para realizar la compra), habiendo estado en Montevideo entre marzo de 1782 y algún momento previo a noviembre del mismo año.50 Es cuando reaparece en Buenos Aires enviando metales preciosos a Montevideo, presumiblemente para saldar el pago de los esclavizados que registró en el mismo mes en Buenos Aires para Lima, de su cuenta y riesgo. En marzo de 1783 Somarriba aparece por última vez en las notas, registrando –esta vez por cuenta y riesgo de D. A. de la Piedra y de Juan de la Piedra, varios textiles comprados en tiendas de Buenos Aires que también se remiten a Lima.51
Los 165 esclavizados registrados en 1782 partieron hacia Mendoza en carretas de José Obredor a fines de noviembre o inicios del mes siguiente.52 Los 51 registrados por Somarriba en febrero de 1783, junto con los 34 confiados por Marcelino Callexas Sanz y Cª, y 32 esclavizados registrados por otros individuos53 fueron expedidos a Mendoza en carretas de Esteban Rodríguez de los Ríos en febrero de 1783.54 Somarriba partió de Buenos Aires en algún momento no muy posterior al 15 de marzo de 1783 (que es la última vez que aparece en las notas de aduana). Si se fue por la posta, es posible que haya llegado a Mendoza antes que las carretas, con lo que podría adelantar la organización del cruce de los Andes.55
Los detalles del viaje y negociación de los 34 esclavizados de Marcelino Callexas Sanz y Cª y sus asociados se conocen por papeles que se conservan de lo que fuera el archivo personal de M. Callexas Sanz, principalmente correspondencia y cuentas.
Aunque en todas las comunicaciones de Somarriba aparece que la operación por 34 esclavizados era por cuenta, costo y riesgo de Marcelino Callexas Sanz y Cª, el negocio era algo más complejo. Aunque la gestión la asume Marcelino Callexas Sanz y Cª, en realidad los esclavizados pertenecían por tercios a dicha compañía, a Manuel Diago y Pedro Álvarez Caballero (asentados en Montevideo y asociados por un tercio)56 y a Manuel del Molino Torres (por el tercio restante).57
En cuanto al costo de los esclavizados, un copiador de cartas de Callexas Sanz permite saber: "los veintisiete negros y siete negras que entregué a VM en esta para que los vendiese a mi cuenta me tienen de costo principal 250 pesos fuertes [supongo que cada uno] sin incluir la ropa y demás gastos por lo que he de estimar procure dar la más pronta y ventajosa venta según se hallase la Plaza sin reparar en cortedades que lo que VM haga doy por bien hecho".58
Y en relación con las ventas, se informa desde Lima en agosto de 1783 que fueron hechas:
a unos precios más que regulares según la estación pues parte de ellos se vendieron a cuatrocientos sesenta pesos, algunos a cuatrocientos cuarenta y los demás a cuatrocientos treinta, que nunca lo creí por haber entre ellos muchos Portugueses ... Las ventas se han hecho al contado y fiado, con plazo hasta la salida de navíos para España que esta se podrá demorar cuando mucho cinco o seis meses previniendo que los sujetos son segurísimos.59
Entre medio, la etapa final del viaje forzado de los africanos desde el inicio de su cautiverio hasta el lugar en el que serían explotados, así como el nuevo desarraigo de los afrodescendientes ya esclavizados (los portugueses) se puede recomponer través de correspondencia y de las cuentas de gastos (véase cuadro 5).
Balance | En contra (pesos) | A favor (pesos) |
---|---|---|
Venta de los esclavizados | s. d. | 14 060 000 |
Recibidos en Buenos Aires para gastos | s. d. | 290 656 |
Descuento por error en el cálculo del 2% de interés del dinero tomado en Chile. | s. d. | 5 750 |
Un saco de frijoles con tres arrobas entregado por Marcelino Callexas Sanz y Cª | s. d. | 12 000 |
Abonados por Marcelino Callexas Sanz y Cª antes de la partida. | s. d. | 696 813 |
s. d. | 15 065 219 | |
Flete de 34 esclavizados hasta Mendoza, a ocho pesos cada uno | 0 000 | s. d. |
Prorrata que corresponde a Marcelino Callexas Sanz y Cª del flete de dos carretas hasta Mendoza para el rancho. | 0 000 | s. d. |
Prorrata de 312 pesos 2 reales de rancho y varias menudencias para 117 esclavizados | 0 000 | s. d. |
Prorrata de 1 000 pesos en plata que se llevan para gastos del camino. | 0 000 | s. d. |
Prorrata de 100 pesos dados a Cayetano Arteta por el cuidado y asistencia de los esclavizados hasta Lima. | 0 000 | s. d. |
Gastos de comestibles desde Buenos Aires a Mendoza comprados en el camino | 4 781 | s. d. |
Pontazgo en el río Desaguadero, a 1/2 real por esclavizado | 2 000 | s. d. |
Manutención desde la llegada a Mendoza (28 de marzo de 1783) hasta el embarque en Valparaíso (9 de mayo de 1783). | 119 875 | s. d. |
Flete de Mendoza a Valparaíso por 32 esclavizados sobrevivientes. Corresponde a prorrata del conjunto de mulas contratadas para todo el lote bajo cuidado de Somarriba pagar por 19.5 mulas, a 5 pesos 6 reales cada uno. | 112 125 | s. d. |
Prorrata que corresponde a Marcelino Callexas Sanz y Cª de 103 pesos 4 reales por el flete de 18 mulas que condujeron el rancho de Mendoza a Valparaíso. | 30 000 | s. d. |
Derechos de salida de Valparaíso, aforado cada esclavizado en 275 pesos y tasados al 3%. | 264 000 | s. d. |
Intereses de 532 pesos 6 1/4 reales tomados en Chile para pagar gastos y derechos a 2%. | 10 656 | s. d. |
Pasaje de Valparaíso a El Callao, a quince pesos cada uno | 480 000 | s. d. |
Almojarifazgo y Alcabala en Lima, aforada cada esclavizado en 375 pesos, a 11%. | 1 232 000 | s. d. |
Derecho de Consulado, 1%. | 112 000 | s. d. |
Dados al Alcalde Provincial de Lima por Derecho de 3 pesos 1 real por cada esclavizado | 100 000 | s. d. |
Flete desde El Callao a Lima y lo gastado en manutención hasta la venta. | 102 563 | s. d. |
Pasaje del dependiente que acompañó a los esclavizados desde Valparaíso. | 15 000 | s. d. |
Comisión de M. Somarriba a 6% sobre el principal. | 843 594 | s. d. |
4 137 406 | 15 065 219 | |
Remanente | s. d. | 10 927 813 |
Remisión | ||
Entregados en Lima a Ramón García Pérez el 9 de septiembre de 1784. | 9 241 406 | s. d. |
Remanente en contra de Somarriba. | s. d. | 1 686 406 |
Nota: no están en las cuentas el costo de 34 los esclavizados. Tal vez 8 500 pesos. ahpba, 3-1-1-38. Copia de carta. Marcelino Callexas Sanz (Buenos Aires) a Melchor de Somarriba (Santiago de Chile, Buenos Aires), 10 de abril de 1783. Tampoco se incluyen los derechos pagados en la compra, los gastos de traslado a Buenos Aires desde Montevideo ni el vestuario y la alimentación hasta la partida. El deudor en la liquidación declara falsamente haber despachado como parte de pago 1 390 pesos por la vía Potosí-Jujuy-Buenos Aires. Para la reducción al sistema decimal de las cifras: n pesos=x pesos+(y reales/8)+(z maravedís/272).
Fuentes: ahpba, 3-1-9-229. Copia certificada por el escribano José García Echaburo de una cuenta (Buenos Aires, 21 de febrero de 1783) y una carta remitida por Melchor de Somarriba a Marcelino Callexas Sanz (Lima, 16 de agosto de 1783), Buenos Aires, 15 de junio de 1784. ahpba, 3-3-6-78. Copia de la cuenta de venta y líquido producto de 34 piezas de esclavos que condujo Dn Melchor de Somarriba residente yd el comercio de esta Ciudad por cuentam costo y riesgo de los Señores Marcelino Calleja Sanz y Compañía, del comercio de Buenos Aires. Lima, 15 de septiembre de 1784.
El 28 marzo de 1783 las carretas de Esteban Rodríguez de los Ríos llegaron a Mendoza, con lo que tardaron alrededor de un mes desde Buenos Aires.60 Fallecen dos esclavizados antes de continuarse el viaje desde Mendoza hasta Valparaíso a lomo de mula. Los 32 restantes son embarcados en Valparaíso para Lima el 9 de mayo en el navío Las Caldas.61
Algo retuvo a Somarriba en Santiago de Chile o Valparaíso y reaparece en Lima el 16 de agosto de 1783. A través de una carta informa que se concluyó el negocio en Lima antes de que él llegara, por mano de "los amigos Piedra" y en las condiciones ya citadas más arriba. En la cuenta se ve que un religioso compró el mayor lote, 17 unidades, a 430 pesos cada una. Seis fueron comprados por Francisco de la Puente (460 pesos cada unidad), cuatro por José Salazar (460 pesos), otros cuatro por el Conde de San Carlos (430 pesos) y uno por el Marqués de Salinas (430 pesos). Las ventas fueron en parte de contado y en parte a crédito, que se espera cobrar dentro de los seis meses. En diciembre Somarriba anuncia que calcula que en febrero de 1784 tendrá el dinero disponible.62
De los 14 060 pesos resultantes solo una pequeña parte llegará a Marcelino Callexas Sanz y Cª.
Los gastos comenzaron antes de la salida. Además de la compra de los esclavizados sobre la que no tengo detalles, entre el flete (272 pesos) y alimentos se gastaron 679 pesos 6 reales. Cayetano Arteta, quien iba a estar a cargo del "cuidado y asistencia de los negros" hasta Lima, recibe 29 pesos ½ real.63 Esta cuenta fue saldada antes de comenzar el viaje.
Se debieron comprar más alimentos en viaje y se suman gastos de manutención en Mendoza, nuevos fletes y derechos, así como la comisión de 6% de Somarriba sobre el principal (843 pesos 4¾ reales). Quedaron 10 631 pesos 3¼ reales de utilidades brutas, sobre las que hubo que descontar nuevos gastos, relacionados con la llegada del caudal a Buenos Aires y luego parte a Montevideo.
Somarriba anuncia que remitió 1 390 pesos por la vía de Potosí a Jujuy y de allí a Buenos Aires, pero luego se supo que no fue así, originándose un impago que no pude saber si se cubrió.64 El remanente, 9 451 pesos 3 ¼ reales fueron recibidos en Lima por Ramón García Pérez65 el 9 de septiembre de 1784.66
Todavía había que hacer llegar esos pesos a Buenos Aires y después las partes de los montevideanos a la otra banda del río. La única información que tengo para estimar el remanente final procede de la parte recibida por Manuel Diago y Pedro Álvarez Caballero. Se contentan, al menos en el discurso formal de un recibo, con los 2 905 pesos 6 reales que les tocaron en efectivo, descontados los últimos gastos, más la posible recuperación de su parte de los 1 390 pesos que Somarriba retiene.67 De modo que el neto a repartir entre las tres partes debe haber rondado los 8 715 pesos68 y a poco más de dos años de comenzada la operación.
Si por la copia de carta de Callexas Sanz citada antes el costo inicial de los esclavizados fue de 8 500 pesos, se suman los derechos correspondientes y se recuerdan los gastos previos a la salida que no se consideran en la liquidación final, la conclusión es que el negocio tiene que haber ido a pérdida y que la única expectativa de compensar las cuentas y obtener alguna ganancia se redujeron a la improbable recuperación de los 1 390 pesos que Somarriba no termina de entregar. El apoderado en Lima de Marcelino Callexas Sanz y Cª para este asunto en 178569 aconseja discretamente, y con buenos argumentos, dejar el asunto librado a la voluntad de pagar de Somarriba.70 El hilo de información se corta allí.
Conclusión
Como se expuso al comienzo, este es un trabajo sin pretensiones, que busca poner a disposición informaciones que pueden ser de interés para otras investigaciones al tiempo que observa algunos detalles de la circulación entre Río de la Plata y el Bajo Perú a través de Mendoza-San Juan y Santiago de Chile-Valparaíso. Se trató de realizar la descripción más densa que permiten las fuentes consultadas y relacionar el negocio seguido con otros y el conjunto de transacciones en el que estuvo inserto.
La comparación entre las cifras de esclavizados desembarcados en el periodo 1779-1783 y los expedidos desde Buenos Aires muestra desfasajes que merecen más explicaciones que las que se pueden dar en este trabajo con las informaciones manejadas. Solo considero prudente utilizar los datos para aportar elementos relacionados con una hipótesis sobre el comercio ilegal.
Ante la variedad y cantidades de bienes comercializados por el circuito legal desde Buenos Aires, las ponderaciones sobre la magnitud del comercio ilegal en la bibliografía, las modalidades concretas a través de las cuales se efectuaban los tratos ilícitos71 y la capacidad de fiscalización y represión de las autoridades se puede pensar que las cantidades de bienes registrados hacia el interior americano pueden ser en buena parte resultado del blanqueamiento de bienes introducidos desde ultramar o Brasil por los diversos caminos de la ilegalidad en el complejo portuario rioplatense. Los datos presentados en este texto mostrarían que la hipótesis no se aplica al comercio de esclavizados, que sería uno de los más atractivos para lograr la legalización de un bien tan visible. Los esclavizados revelados por las notas de aduana representan 76.35% de los desembarcados legalmente entre 1779 y 1783. Aunque en el residuo haya que contabilizar muertes, se suponga que todos los registrados en la base de datos hayan sido bozales (no lo eran) y esté contenida la venta de esclavizados en Buenos Aires que la base de datos no registra, así como tampoco una parte de los vendidos en Montevideo para su consumo y su traspaís, aún quedarían muchos esclavizados del comercio legal sin conocerse su destino físico como para que además el comercio registrado hacia el interior americano contuviese el blanqueamiento de los ingresados de modo ilegal.72 Sin duda, existe un problema de fuentes por resolver.
En relación con la distribución espacial de los 5 415 esclavizados registrados, Buenos Aires y Montevideo son los grandes mercados, no solo para la circulación extrarregional, sino –y lógicamente– para el mercado regional. Al no existir cifras de la circulación de esclavizados a nivel regional para periodos posteriores es difícil ponderar las cantidades y decir en qué punto nos encontramos del camino que en el discurso de los hacendados rioplatenses cuaja en 1794 y recoge A. Borucki para proponer que por entonces mostraban preferencia por la mano de obra esclavizada. Al menos, ya para comienzos de los años 1780 se estaría perfilando la tendencia. La región Río de la Plata (15.81%), aunque muy lejos, es el segundo mercado consumidor tras la ruta del Oeste (65.72%). Lo que nos lleva a la circulación extrarregional.
En las rutas de Centro, Norte y Paraguay, los interesados en la posesión de esclavizados deben proveerse en Buenos Aires de modo mayoritario, en persona o a través de terceros. Al parecer, en los puntos intermedios y extremos de esas rutas no habría un mercado de esclavizados lo suficientemente dinámico como para atraer operaciones por cuenta y riesgo de los tratantes. Además, las cifras confirman en este caso específico la atracción de la ruta del Oeste para el comercio practicado desde Río de la Plata. Hacia allí se orientan los que por la envergadura de sus acciones y los riesgos incurridos pueden ser calificados de empresarios (al menos en la primera definición de Cantillon),73 por ser el destino de las mayores cantidades de esclavizados por cuenta de los declarantes para la venta en el mercado receptor.
En relación con esos empresarios que, por gusto o por fuerza, corren grandes riesgos,74 las cuentas del negocio emprendido por Marcelino Callexas Sanz y Cª y sus asociados muestran que las cosas podían salir mal con facilidad. Un accidente (el fallecimiento de dos esclavizados en el camino) y un eslabón roto en la cadena (el incumplimiento de Somarriba), por un lado, reducían el ingreso bruto esperable y, por otro lado, aumentaban los gastos (los relacionados con las reconvenciones e intentos de recuperación de la deuda que incluyen el traslado a Lima de uno de los asociados y la designación de un apoderado al efecto). Al parecer, el negocio terminó en pérdida. Aún si se hubiese contado con los 2 250 pesos resultantes de no haberse sufrido contratiempos, se abre la duda sobre la rentabilidad del negocio, considerando que no se incluyen en las cuentas el costo de los esclavizados, los derechos iniciales pagados, el vestuario, el traslado desde Montevideo y el mantenimiento hasta la salida de Buenos Aires. Si como sostenía Somarriba en una de sus cartas los precios obtenidos en Lima se pueden considerar buenos en la coyuntura, este negocio puntual genera interrogantes sobre las ganancias esperables de intentar operar de modo directo en el mercado limeño desde Buenos Aires y torna más racionales las conductas de la mayoría de quienes actúan en dirección del Oeste (y no solo en relación con la trata esclavista) que se contentan con llegar con sus acciones hasta Mendoza-San Juan para que allí tomen el relevo actores llegados de tras los Andes. Al parecer, en el periodo observado, los prudentes y hasta timoratos, en conjunto tal vez tuviesen más éxito que los osados aunque a cuentagotas y son quienes dinamizan y dan regularidad a los circuitos.75
Todo esto confirma las observaciones de José Sovarzo (2019) quien ve en Mendoza-San Juan la garganta del comercio entre el Atlántico y el Pacífico, y que la ruta es preferida –en cuanto a acciones emprendidas desde el complejo portuario rioplatense– a la vía marítima por el Cabo de Hornos. Surge la pregunta en torno a desde cuándo es posible observar el fenómeno y su explicación. En cuanto a esto último, y mirando desde Santiago de Chile, Sovarzo (2019) propone que en el último cuarto del siglo xviii:
a muchos comerciantes chilenos les era conveniente el "goteo" de mercadería que se producía vía Mendoza, más no la llegada en masa de mercaderías al puerto de Valparaíso. A partir de ello pienso que las redes comerciales tendidas por lo menos durante un siglo entre comerciantes chilenos y mendocino-rioplatenses dificultaron por algunos años el éxito de la ruta del Cabo de Hornos abierta legalmente a partir de 1740. A veces no solo pagar menos influye a la hora de comprar mercaderías en los distintos mercados. Ciertas costumbres, beneficios, redes y contraprestaciones varias no son menores para los comerciantes a la hora de elegir a quién y a cuánto comprar (Sovarzo, 2019.
En un periodo mayor y en cuanto al lugar de la ruta del Oeste en la historia de la circulación extrarregional rioplatense desde la invasión europea, casi toda la bibliografía sobre circuitos que observa Río de la Plata producida desde los años 1970-1980 inscribe sus explicaciones generales en el modelo propuesto por Carlos Sempat Assadourian (1972), lo que deriva en dar la primacía a las rutas de Centro y Norte (Jumar, 2014).
Para detectar antecedentes de lo observado para el periodo 1779-1783 en relación con la ruta del Oeste y que pone en entredicho el modelo general, se puede recurrir a las operaciones de la South Sea Company en Buenos Aires entre 1715 y 1738. De los 57 navíos que se presentaron ante las autoridades de Buenos Aires fletados por la compañía esclavista británica, cinco no transportaban esclavizados. En los 52 restantes, 14 973 esclavizados sobrevivieron la travesía y fueron desembarcados legalmente en Buenos Aires.76 De ese total, y gracias al trabajo de Elena Studer (1984), se disponen informaciones sobre la primera venta de 10 811 esclavizados (72.20%) y de ellos, hay datos sobre la introducción de 7 806 (52.13% del total y, curiosa coincidencia, 72.20% de los con datos sobre la primera venta). De esta última cifra, fueron enviados hacia el Oeste 6 092 esclavizados (78.04%; 40.69% del total desembarcado; 56.35% de los con datos sobre la primera venta).77 De modo que es posible plantear la idea de que ya en la primera mitad del siglo xviii la ruta del Oeste tiene la misma relevancia para Río de la Plata que tenía a finales del mismo.
Se puede proponer que la trata esclavista puede ser uno de los pilares de la articulación de la ruta del Oeste desde el complejo portuario rioplatense. El otro pilar sin duda es la yerba mate.78 Hasta que en 1740 se habilita la navegación en dirección del Pacífico sur por dentro del circuito legal español, la ruta del Oeste rioplatense era el único medio posible de enlazar el Atlántico y el Pacífico en el hemisferio sur para el comercio legal. Desde 1740 en adelante, los hábitos adquiridos y, sobre todo, la disminución de riesgos ante la fragilidad de ambos tipos de bienes, habrían hecho que se mantuviera la preferencia por esa ruta, antes que la marítima que hasta 1698 utilizaba el endemoniado Estrecho de Magallanes y desde ese año, y gracias a los contrabandistas franceses, doblaba el más previsible –pero no menos peligroso– Cabo de Hornos. Junto a los esclavizados y la yerba mate, otros bienes emprenden el camino de Mendoza-San Juan y Santiago de Chile-Valparaíso y Puertos del Pacífico hacia el Norte hasta convertirse en la más significativa para el comercio que opera en o desde Río de la Plata.
Si esto fuese así, desde periodos tempranos se abren preguntas interesantes sobre el origen y mecanismos de la circulación por los que llegan al complejo portuario rioplatense buena parte de los metales preciosos embarcados hacia el Atlántico por cuenta del comercio.