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América Latina en la historia económica

versión On-line ISSN 2007-3496versión impresa ISSN 1405-2253

Am. Lat. Hist. Econ  no.31 México ene./jun. 2009

 

Reseñas

 

Relaciones y negociaciones comerciales internacionales en Latinoamérica, siglos XIX–XX. Notas sobre la topografía de reciprocidades (no siempre) posibles: a propósito de Eduardo Madrid, Argentina–Brasil: La suma del sur, y de Paolo Riguzzi, ¿Reciprocidad imposible?: la política del comercio entre México y Estados Unidos, 1857–1938

 

María Cecilia Zuleta*

 

*Mendoza, Caviar Blue Editora Andina Sur/Universidad de Congreso, 2003, 390 pp. **Zinacantepec, Estado de México, El Colegio Mexiquense/Instituto Mora, 2003, 437 pp

 

* UAM–Iztapalapa.

 

En estas notas se revisan dos textos que exploran una parcela muy específica de la historia económica americana, la historia de las relaciones y negociaciones de política de comercio entre cuatro de las seis economías más grandes del continente americano: Estados Unidos, Brasil, México y Argentina. Mientras Paolo Riguzzi estudia y analiza en ¿Reciprocidad imposible? la política del comercio entre Estados Unidos y México en perspectiva histórica durante los siglos XIX y XX, Eduardo Madrid examina y reconstruye en Argentina–Brasil las relaciones y negociaciones comerciales argentino–brasileñas para un periodo más reducido, pero no por ello menos significativo, 1930–1955. En una segunda parte de su texto, E. Madrid estudia las relaciones bilaterales entre estos dos grandes de la América meridional, en el marco de los procesos de integración regional acaecidos desde la firma de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) en 1960 hasta la actualidad del MERCOSUR.1 Resulta importante señalar que aunque la materia básica de esta historia sea una larga y densa trama discontinua de encuentros y desencuentros binacionales, los autores consiguen superar los antagonismos dicotómicos en el estudio histórico, y logran plasmar dos productos de investigación plausibles de ser considerados –aunque con distinta fuerza y profundidad– en un territorio historiográfico que excede, ciertamente, el ámbito de las historias "nacionales", para ubicarse en un espacio casi transnacional.

Más notable que las coincidencias en la fecha de edición de estas singulares investigaciones es la identidad de las motivaciones que subyacen tras de ellas: ambos autores buscan explicar con rigor analítico y conceptual, desde una matriz histórica, los procesos de integración regional que se vienen profundizando velozmente en los extremos del continente americano desde hace varias décadas.2 Ambos textos comparten preocupaciones y enfoques y, especialmente, el objetivo medular: el propósito de examinar la dinámica histórica de negociaciones comerciales entre dos vecinos de economías complementarias pero asimétricas en recursos, riqueza y poder, explicando y analizando tanto sus pautas de continuidad como de cambio. Coinciden los autores en resaltar, de manera sistemática, la importancia de la articulación entre las políticas domésticas y las relaciones internacionales, la decisiva interacción entre ambas esferas doméstica e internacional al momento de la activación de la cuestión comercial en la agenda bilateral entre dos economías en relación de vecindad geográfica.

Ahora bien, como punto de partida de estas notas críticas, cabe señalar que sólo se revisan aquí algunos aspectos heurísticos, teóricos y metodológicos de estas obras, mismos que puedan resultar significativos dentro del contexto de debate de la historiografía económica y de las relaciones internacionales latinoamericanas. Un análisis detallado de las principales hipótesis, hallazgos y tesis específicas de cada texto excede el perímetro de este estudio, y queda pendiente de ser realizado por los especialistas.

En primer lugar, vale la pena destacar que las investigaciones de Eduardo Madrid y Paolo Riguzzi resultan pródigas en el contexto de debate actual, al ejemplificar, de manera robusta, la fertilidad de los estudios trans disciplinarios entre la historia, la economía y la ciencia política.3 Contribuyen a profundizar de manera muy novedosa, a la vez que rigurosa, nuestro conocimiento de las diferencias existentes entre dos ámbitos distintos: uno, la historia de los intercambios comerciales, y otro, la de las negociaciones de política de comercio –la gestión política del intercambio–entre cuatro países de América con una larga y compleja historia de interacción dentro del contexto regional e internacional. Riguzzi y Madrid demuestran de forma contundente que en el espacio americano de los siglos XIX y XX las relaciones comerciales no se han definido solamente por el interés en las mercancías: los móviles, preferencias, expectativas y estrategias de cada país –determinados por la configuración de fuerzas domésticas e internacionales en cada coyuntura– influyen de manera decisiva en la definición del mapa de oportunidades y posibilidades en cada negociación por el control de los recursos del comercio bilateral.

Es muy poco todavía lo escrito por los historiadores acerca de las negociaciones de política de comercio en el continente americano, en comparación, por contraste, a la atención que han recibido las negociaciones de comercio entre los países latinoamericanos y las grandes potencias. Por ello, Madrid y Riguzzi concurren así a iluminar huecos en el conocimiento del pasado económico de América, a la vez que a abrir nuevos temas y preguntas para futuros estudios. Los americanistas podrán, sin duda, considerar estas dos investigaciones como útiles e inspiradores modelos en el estudio histórico y comparado de las negociaciones de comercio en otros espacios del continente americano, por ejemplo, la zona andina, o el Cono Sur en su conjunto.

Otra aportación de los autores se refiere a su análisis de la interacción estrictamente comercial, la composición de los intercambios bilaterales a lo largo del tiempo entre los dos pares de países: los autores demuestran que una parte fundamental de la canasta del comercio bilateral México–Estados Unidos y Argentina–Brasil estuvo integrada por bienes primario exportables de consumo alimenticio, junto con los bienes de consumo durables y bienes de capital. Los minerales y combustibles ocuparon, en ambos casos, un lugar representativo en el tráfico comercial bilateral, pero no tan significativo como se esperaba. Ese alto componente en el comercio de bienes necesarios para el consumo popular e industrial doméstico de cada país habría contribuido a afianzar, intermitentemente, campañas nacionalistas en la prensa y el escenario político de cada país, contrarias a la negociación de políticas de comercio. En este sentido, el nacionalismo político y económico (también militar, en el caso del par Argentina–Brasil) emerge como un elemento de importante y sorprendente fuerza explicativa, particularmente a lo largo del siglo XX, en estos estudios de historia económica.

Por su parte, en su libro ¿Reciprocidad imposible? Paolo Riguzzi presenta los resultados de una investigación que, edificada con exhaustividad y agudeza analítica, ilumina con originalidad la historia de las relaciones económicas de México entre los siglos XIX y XX. Expone –en nueve capítulos, 51 cuadros y tablas, más once gráficos y un valioso apéndice documental–, una reconstrucción minuciosa de la oportunidad, forma y contenidos de los regateos comerciales dirigidos a formular una política de comercio entre Estados Unidos y México en 1857, 1876, 1882, 1891, 897, 1910,1917–1918,1933–1938. Desbroza, con evidencia empírica, el supuesto –señalado frecuentemente por la tradicional historiografía diplomática–de una rivalidad persistente y de un antagonismo inevitable, para demostrar que las coincidencias y convergencias de las expectativas de las partes mexicana y estadunidense de la interacción bilateral han estado presentes a lo largo de la historia.

El autor edifica y sustenta su investigación en una impresionante reconstrucción documental a dos aguas, elaborada a partir de fuentes primarias y secundarias tanto mexicanas como estadunidenses, y aunque su punto de partida está anclado en México, su estudio se distingue por la notable efectividad lograda en ese cruce bibliográfico y documental, multiarchivístico y definitivamente transfronterizo. Igualmente efectivo es, a sus propósitos arguméntales, el diseño y estructura del capitulado.

Otro aspecto novedoso de esta obra reside en su temporalidad: el estudio histórico en un tiempo medio, que sepulta la tradicional periodización política de la historia mexicana (reforma, porfiriato, revolución, cardenismo). Así que el análisis minucioso de cada negociación se articula con el análisis comparativo en el tiempo medio de más de ocho décadas. Ello permite al autor maximizar las posibilidades del análisis comparativo entre momentos políticos y económicos domésticos e internacionales muy diferentes. El lector queda esperando que un futuro trabajo ilumine, con similar enfoque, las negociaciones bilaterales que durante la segunda guerra mundial condujeron al primer acuerdo general de comercio entre ambos países, en diciembre de 1942.4

La columna vertebral del estudio de Paolo Riguzzi –sostenida en una reconstrucción sistemática y pormenorizada de los componentes, valores y cuántumsáe la cambiante interacción comercial entre México y Estados Unidos en ese largo periodo– es su análisis del dilema de los procesos de negociación, es decir, la secuencia y componentes históricos específicos de cada coyuntura negociadora de una política de comercio. Riguzzi se concentra en desmenuzar empírica y analíticamente cada uno de los intentos –discontinuos y no siempre simultáneos– emprendidos por ambos países para modificar, mediante medidas gubernamentales, la dinámica de la interacción comercial. El hilo conductor del trabajo es el análisis conceptual e histórico de la posibilidad de la reciprocidad en estas negociaciones de comercio, articulando así reflexión teórica e histórica.5 Este análisis conceptual, de densidad y profundidad histórica, forma un aporte muy significativo, una valiosa fortaleza dentro del universo historiográfico existente.

Para explicar el surgimiento y declive de cada instancia negociadora Riguzzi elabora una especie de "tipo ideal", esquematizado, de las dinámicas negociadoras: el ciclo de política de comercio bilateral (gráfica 1, p. 46). Cada ciclo se inscribe dentro de una cadena de negociaciones internacionales y domésticas de la diada dispar Mex–USA, negociaciones que orbitan entre la cooperación y el conflicto. Una por una, estas cadenas de negociaciones y sus circunstancias son estudiadas puntualmente en el capitulado. En cada uno de estos ciclos, el autor precisa los perímetros de los escenarios de negociación y los juegos de información, atendiendo a las condiciones de mercado, al contexto institucional (especialmente el cambiante marco arancelario) y las visiones, percepciones y prioridades de los actores implicados.

El análisis de la discontinuidad (cada ciclo negociador) se compagina con el de las continuidades y regularidades, en lo que el autor denomina los "factores compensatorios de la asimetría", de naturaleza estructural: el factor contigüidad, el papel de México en el concierto americano, la disparidad de la atención, la diferente conformación institucional y la presencia de actores económicos trasnacionales (transfronterizos). Una muy reflexiva conclusión articula esos dos niveles del análisis. Al final el autor consigue formular, a partir de la comparación entre cada ciclo negociador, un esquema de las pautas de cambio y de regularidad de la interacción bilateral en el ámbito de la política de comercio, así como de sus resultados. En síntesis, la metódica y razonada profundidad de las conclusiones finales permite al autor consolidar exitosamente, a manera de cierre, la cohesión argumental de las páginas precedentes.

No obstante lo señalado, cabe mencionar que el estudio alcanza superior fortaleza explicativa y analítica en el tratamiento de los procesos mismos de negociación (de las preferencias, expectativas, prioridades y estrategias de cada país en cada interacción negociadora, de los elementos que aceitaron y bloquearon estas), comparado al más reducido espesor logrado en la indagación de los alineamientos de fuerzas operantes dentro de los escenarios domésticos de México y Estados Unidos en cada ciclo. En suma, en este texto queda historizada con maestría la morfología de las negociaciones del comercio mexicano–estadunidense, así como también la topografía de ambas economías y de su inserción internacional, tanto en tiempos de paz como de guerra y revolución. El análisis de las negociaciones en los ámbitos domésticos, aunque muy bien logrado, no alcanza la misma profundidad. Cabría –claro está, desbordando una ya muy nutrida cantidad de páginas– profundizar más en la explicación de los alineamientos, los liderazgos políticos y empresariales,6 y en las alianzas e intereses regionales y sectoriales que pujaron en el juego de las negociaciones de ambos polos de esta diada, mismos que, como bien explica el autor, en no pocas ocasiones trascendieron las fronteras y formaron un sustrato común (¿transfronterizo?) en las negociaciones comerciales. Una excepcional virtud del trabajo es, en este caso, ilustrar cuan compleja labor espera a futuros estudios que crucen la historia económica y la historia de las relaciones internacionales.

Otro comentario puntual merece la medular afirmación de que "el intercambio comercial se desarrolló de forma relativamente libre de las manipulaciones políticas" (p. 299), que responde a una muy fundada toma de posición del autor en la larga polémica acerca del imperialismo de libre comercio y de otras teorías ya muy cuestionadas como la teoría de la dependencia. Pero, cabe señalarlo, la frase no le hace justicia a su imponente y minuciosa reconstrucción histórica, y simplifica la complejidad del análisis ofrecido en las páginas precedentes, en especial en los capítulos 8 ("Guerra mundial, revolución y coacción económica...") y 9 ("Reciprocidad, nuevo trato y nacionalismo revolucionario"), los cuales brindan evidencia fuerte de cómo la dinámica política doméstica e internacional a ambos polos de la diada afectó los intercambios tanto como las negociaciones de comercio. No se trata de aislar la frase de su contexto de emisión, lo cierto es que este texto brinda nutridos elementos para entender los muchos significados de los términos "manipulación política" a ambos lados de la diada (no sólo del lado del "poderoso" sobre el débil), mismos que el autor dibuja más diversos, ambiguos y complejos que las simples intrigas, conspiraciones, y utilización "espuria" de líderes e intereses domésticos, en suma, que la desnuda coacción unida al control del más fuerte, usualmente resaltadas por esa literatura. Por ello, con más razón, es de esperar que esta afirmación funcione, a futuro, como un disparador dentro del campo de juego de los teóricos del imperialismo, y rinda frutos en nuevas investigaciones de corte histórico.

Por su parte, en su libro Argentina–Brasil Eduardo Madrid desbroza senderos abiertos por Luiz Alberto Moniz Bandeira, Amado Luiz Cervo, Marcelo de Paiva Abreu y Mario Rapoport, científicos sociales dedicados a explicar los distintos ámbitos de interacción bilateral argentino–brasileña en el contexto internacional, particularmente en sus triángulos con las potencias británica y estadunidense.7 Madrid se concentra en historiar exclusivamente la interacción económica, específicamente la comercial, en un periodo corto pero decisivo en la historia de ambos países.8

El estudio de Eduardo Madrid no exhibe respaldo, a diferencia del de Paolo Riguzzi, en una sistemática reflexión teórica, pero igualmente alcanza cohesión y robustez argumenta!. Presenta en 21 cuadros un análisis pormenorizado del intercambio comercial entre Argentina y Brasil a lo largo del periodo (uno queda preguntándose por qué no comenzar por lo menos en la primera guerra mundial y el momento del primer ABC), junto con un examen comparado de los principales y variables componentes de este comercio recíproco.9 Propone, en un estilo narrativo muy bien logrado, una estrategia analítica y expositiva de tipo trasversal para estudiar la política del comercio argentino–brasileño: el estudio de las negociaciones comerciales se vertebra a partir de los productos del comercio, analizando únicamente las negociaciones circunscritas a los principales bienes que estructuran este intercambio. Así, los componentes persistentes y cambiantes del intercambio comercial entre estos dos socios comerciales –la yerba mate, el trigo, el caucho, los textiles, y el fierro y acero, entre los principales, pero también arroz, frutas frescas, lino, lácteos– se convierten en el hilo conductor de esta historia de unas negociaciones comerciales que basculan entre la aproximación cooperativa hacia la integración y el distanciamiento receloso y/o conflictivo. En suma, se trata de otra propuesta de análisis: el estudio de las negociaciones comerciales se organiza en función de las negociaciones por cada producto. El análisis de los procesos de negociación queda, en este caso, fuera del foco de interés del autor, en todo caso, entra y sale de la narrativa sin un orden preestablecido. No obstante, el autor consigue articular, exitosamente, el análisis de las persistencias y de los cambios tanto en el comercio como en las negociaciones de comercio. Haría falta, quizá, la inclusión de algunos esquemas que muestren la sucesión periódica de acuerdos, convenios globales y parciales de comercio, así como tratados suscritos entre los dos países, y que resuman además el contexto doméstico e internacional en el cual fueron plasmados.

Sobresale, sin embargo, una marcada desigualdad en la profundidad de análisis de cada capítulo. Los dos últimos capítulos de la sección I (IV y V, que estudian las relaciones y negociaciones comerciales del Brasil varguista y de la Argentina peronista) requieren refuerzos tanto en material documental, como en análisis: exudan la interferencia analítica de los politizados debates de las clásicas historiografías domésticas acerca de ambos líderes populistas, Getulio Vargas y Juan Domingo Perón. En este sentido, cabe una observación general: el corpus de fuentes que sustenta este trabajo merece un comentario crítico. La investigación documental y bibliográfica requeriría una exploración mucho más acuciosa de archivos y bibliotecas brasileñas (Itamaraty, fundamentalmente) y de fondos y documentación consular y diplomática británica y estadunidense. Sobresalen ausencias y omisiones notables incluso en la bibliografía general del trabajo (como por ejemplo, los estudios de Steven Topick, o de Gabriel Porcile, entre otros).10 En este sentido, podría decirse que se trata de un trabajo anclado fundamentalmente en la banda occidental del Río de la Plata.

Sin embargo, un inteligente tratamiento de las fuentes consigue, en buena medida, sortear esta limitación. Tal así que, mientras el autor se propone explicar y analizar el conglomerado de intereses y grupos de presión del espacio económico nacional y regional involucrado en las negociaciones comerciales bilaterales e internacionales de ambos países, esto lo consigue con éxito para el caso de Brasil, no así para Argentina (a excepción del caso del grupo Bunge y Born). En este punto cabe señalar otra notable fortaleza y originalidad del texto: Madrid consigue iluminar la densa trama de redes empresariales transnacionales que se fueron forjando durante el periodo de entreguerras entre ambos países, y también, resaltar la importancia que en las negociaciones comerciales tuvo la presión de los grupos de consumidores urbanos. Esta es un aspecto decisivo de la cuestión de las negociaciones comerciales, que sin duda abre los horizontes desde la historia económica de las relaciones internacionales a la historia social.

Ahora bien, Eduardo Madrid no sólo abre ventanas para una exploración social de las relaciones internacionales en este extremo sur de América: repetidamente, sus explicaciones de la dinámica de interacción bilateral, y del curso y resultados de las negociaciones comerciales, reconocen la influencia del conglomerado militar–industrial de Brasil y Argentina. Los factores estratégicos y geopolíticos habrían tenido, al parecer, fuerte incidencia en las negociaciones comerciales entre ambos países, particularmente desde 1937 en adelante. Aunque con este enfoque el autor se inscribe dentro de una muy consolidada escuela de interpretación de las relaciones Argentina–Brasil, sería necesario, sin embargo, una exploración más sistemática y documentada de la problemática militar de ambos países en los contextos domésticos, regional y hemisférico, para una mayor precisión en el análisis. Este sesgo interpretativo es significativo porque converge, además, con otro de los elementos distintivos de este estudio: para E. Madrid la autonomía de Brasil y de Argentina no fue plena en la interacción bilateral, sino que estuvo influida por la interferencia de la potencia hemisférica, Estados Unidos de Norteamérica, en primer lugar, y de Gran Bretaña, en segundo plano. Así, podría llegar a considerarse que, en lugar de los mercados y los intereses económicos encontrados y/o convergentes, la columna vertebral de este libro resultan las "Negociaciones comerciales interferidas" –que no determinadas–entre Brasil y Argentina durante el periodo de entreguerras. Sin embargo, la calidad del tratamiento del problema supera en mucho esta línea interpretativa del análisis, misma que, si el autor deseara reforzar para desplegar en futuros estudios, tendría que alimentar con una sistemática, rigurosa y multiarchivística investigación documental.

En resumen, estas dos obras constituyen un conjunto valioso en la historiografía económica latinoamericana, tanto por lo que ofrecen, como por lo que sugieren para futuras investigaciones dentro de su propio ámbito regional o fuera del mismo. Existe una considerable correspondencia de intereses entre los propósitos de los autores, ello es un dato que ilustra acerca de un horizonte o sustrato historiográfico común –o quizá convergente– entre los americanistas. Ambos autores inquieren acerca de los resultados de la integración comercial: coinciden en plantear (de forma explícita, en el caso de P. Riguzzi) que la intensificación de los lazos económicos entre estos pares de países vecinos, la forja histórica de la integración comercial en la vecindad, fue afianzando elementos de compensación y diques contra su traducción en presiones políticas en cada lado de estas dos diadas. Subyace en ambos trabajos, además, el propósito de indagar acerca de los procesos de conformación de una memoria institucional de las experiencias de política de comercio entre vecinos, una arista de importancia no sólo histórica sino muy actual.

Empero, no obstante estas convergencias, existe una notable asimetría entre los textos señalados. La factura de los trabajos es dispar en calidad narrativa, densidad y amplitud de la investigación empírica realizada, potencia demostrativa de los argumentos y profundidad del análisis teórico e histórico. Pero además, podría considerarse que ambos autores –pese a numerosas y sorpresivas coincidencias para el lector no experto– brindan una comprensión antagónica del sentido de las relaciones comerciales en contextos asimétricos, y diferentes respuestas a la pregunta acerca de la forma "en que la asimetría comercial y económica entre ambos países se tradujo en la política del comercio y la determinó, o dicho de otra forma, si esta última fue un terreno para la manifestación de una jerarquía de poder" (Riguzzi, p. 39).

Para Eduardo Madrid, el resultado de las negociaciones comerciales bilaterales entre los vecinos Brasil y Argentina estuvo determinado siempre por el interés, la orientación y la capacidad del más fuerte comprador y vendedor por conseguir ventajas comerciales y provecho político, estratégico y geopolítico de esa negociación, mismas que acabaron consolidando la fortaleza de su economía doméstica y su proyección internacional (Brasil) de forma casi inevitable. El resultado sería, a lo largo del tiempo, la consolidación de la presión del más fuerte no sólo en la esfera económica, sino también en términos estratégicos y geopolíticos regionales y hemisféricos. En ello también habrían tenido una importancia decisiva la forma en que los procesos domésticos políticos y económicos de Brasil condujeron a capitalizar –como una palanca a su favor– la interferencia estadunidense desde la década de los treinta y en particular durante la segunda posguerra.

Al contrario, para Paolo Riguzzi, la configuración de fuerzas domésticas e internacionales en cada coyuntura, el momento y oportunidad de cada una de las negociaciones comerciales entre México y Estados Unidos: las ideas, instituciones e intereses de facciones y grupos políticos y económicos, definieron en cada ciclo de la negociación de una política de comercio los alcances y resultados de esta interacción. Riguzzi demuestra con contundencia, a través del análisis histórico preciso, la rigidez de las visiones deterministas, que ven en la interacción de las diadas asimétricas el conflicto y el antagonismo persistente, con el necesario resultado de subordinación del más débil. El análisis histórico demuestra la inexistencia de mecánicas predeterminadas que pudieran conducir e imponer el provecho del grande sobre el pequeño: en todas las negociaciones queda claro que los intentos de modificación del régimen de comercio no representó una simple imposición, una manifestación del control de Estados Unidos, estuvieran o no fincadas estas negociaciones en intereses y preferencias encontradas fuera del ámbito comercial. En cuanto a la política del comercio, la asimetría no derivó en predominio, y los resultados fueron, con todas las diferencias de escala, "ventajosos para ambos, y por lo tanto, realmente recíproco" (p. 299). Por contraste, Eduardo Madrid demuestra cómo, a pesar de que la diada Argentina–Brasil no parecía ser tan asimétrica (al finalizar la primera guerra mundial), el proceso de interacción comercial –y luego industrial– en el marco de un complicado contexto internacional resultó inevitablemente en la consolidación del más fuerte, en buena medida gracias a la triangulación de una potencia hemisférica. Cabría, a futuro, discutir y poner en tela de juicio –rigurosa y desprejuiciadamente– cuáles serían los elementos de naturaleza tangible e intangible plausibles de explicarnos (y demostrar o cuestionar con evidencia empírica) ese destino interferido que ha aparecido (¿casi? ¿siempre?) como necesario e inevitable en la historia de las relaciones y negociaciones comerciales del Cono Sur.

 

NOTAS

* Píe de imprenta del libro: Argentina–Brasil: La suma del sur.

** Píe de imprenta del libro: ¿Reciprocidad imposible?: la política del comercio entre México y Estados Unidos, 1857–1938.

1 Para dar congruencia al examen comparado de ambas obras, no se analiza aquí esta segunda parte del texto de Eduardo Madrid, misma que se titula "Las relaciones argentino–brasileñas y la integración regional", pp. 247–346.

2 Un interés similar en el análisis histórico de los procesos de globalization, integración económica, configuración de articulaciones comerciales bilaterales y también triangulares, pude verse en la investigación de José Antonio Piqueras, Cuba, emporio y colonia. La disputa de un mercado interferido (1878–1895) México, FCE,         [ Links ] significativamente también publicado ese mismo año de 2003. Esta línea de preocupaciones acerca de la integración de mercados entre países vecinos también puede encontrarse, por ejemplo, en la Revista de Estudios Trasandinos, bajo la dirección de Pablo Lacoste, autor, entre numeroso estudios, de "Vinos, carnes, ferrocarriles y el Tratado de Libre Comercio entre Argentina y Chile (1905–1910)", en la revista Historia, Pontificia Universidad Católica de Santiago de Chile, vol. 37, num. 1, enero–junio de 2004, pp. 97–127.         [ Links ] Cabe señalar que el conjunto de esta literatura, recientemente publicada, merece un análisis exhaustivo y puntual, que excede los propósitos de estas notas, y que queda pendiente para futuros trabajos.

3 En este caso, cabe resaltar que el texto de Paolo Riguzzi se nutre, rigurosamente, de la discusión teórica de las ciencias políticas y ciencias de las relaciones internacionales para aplicarlas a la historia económica. Por su parte, Eduardo Madrid despliega un trabajo de investigación mas empírico que teórico, pero también transdisciplinario.

4 Mismo que ha sido estudiado por otros autores, pero con otros enfoques y métodos, por ejemplo, por Stephen R. Niblo, War, Diplomacy and Development, The United States and Mexico, 1938–1954, Wilmington, Scholarly Resources, 1995.         [ Links ] En un trabajo más reciente, Riguzzi presenta una síntesis preliminar de esta etapa de las negociaciones de comercio: véase Paolo Riguzzi, "La gestión política de las relaciones comerciales de México con Estados Unidos. Una perspectiva histórica", en Jorge Schiavon, Darúela Spenser y Mario Vázquez Olivera (eds.), En busca de una nación soberana. Relaciones internacionales de México, siglos XIX y XX, México, CIDE, Secretaría de Relaciones Exteriores, 2006, pp. 235–276.        [ Links ]

5 Cada uno de los capítulos del libro se estructura en torno a la cuestión de la reciprocidad.

6 Cabe mencionar que Riguzzi trata con más profundidad los liderazgos políticos y empresariales, junto con las redes políticas, que las redes empresariales implicadas directa o indirectamente por las negociaciones de política de comercio. Las redes empresariales y financieras de cada país, y aquellas que trascienden las fronteras, reciben menor atención en este estudio, pese a que el autor las ha examinado con sistematicidad en investigaciones previas.

7 Véase, por ejemplo, Luiz Alberto Moniz Bandeira, Argentina, Brasil y Estados Unidos, de la Triple Alianza al MERCOSUR, Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2004;         [ Links ] Mario Rapoport y Amado Luiz Cervo (coords.), El Cono Sur. Una historia común, Buenos Aires, FCE, 2001.        [ Links ]

8 A grosso modo cabe señalar, en este sentido, la existencia de un piso más específico de la historiografía económica regional en la exploración histórica y diplomática de la integración comercial argentino–brasileña, comparado a la literatura disponible de las relaciones económicas México–Estados Unidos. La historiografía, en este segundo caso, se ha concentrado más en el análisis de corte diplomático y político, en la cuestión territorial, la cuestión migratoria, incluso la interacción cultural, artística y tecnológica, y en lo que concerniente a la interacción económica se ha detenido en el estudio de las inversiones, los negocios, las empresas y los empresarios a ambos lados de la frontera y en el espacio económico común transfronterizo. Recientemente se ha examinado el comercio bilateral en perspectiva histórica, véase, entre otros de la misma autora, Sandra Kuntz Ficker, "Las oleadas de americanización en el comercio exterior de México, 1870–1948", Secuencia, núm. 57, septiembre–diciembre de 2003, pp. 159–184.         [ Links ] Cabría preguntarse entonces acerca de las razones por las cuales los procesos de integración y negociación comercial han sido examinados con más entusiasmo por los historiadores y científicos sociales para el espacio conosureño que para el otro extremo del continente, el espacio del actual NAFTA.

9 Vale la pena mencionar que resalta la ausencia de un índice de las tablas y cuadros al final del texto.

10 Steven C. Topick, Trade and Gunboats. The United States and Brazil in the Age of the Empire, Stanford, California, Stanford University Press, 1996;         [ Links ] Gabriel Porcile, "The Challenge of Cooperation: Argentine and Brazil, 1939–1955", Journal of Latin American Studies, vol. 27, num. 1, febrero de 1995, pp. 129–159.        [ Links ]

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