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Convergencia

On-line version ISSN 2448-5799Print version ISSN 1405-1435

Convergencia vol.29  Toluca  2022  Epub Feb 17, 2023

https://doi.org/10.29101/crcs.v29i0.19290 

Artículo de investigación

Repensando nuestras metodologías críticas: prácticas de intervención/investigación con perspectiva de género(s)

María Mercedes Palumbo1 
http://orcid.org/0000-0002-9765-1293

Laura Celina Vacca2 
http://orcid.org/0000-0002-8102-7533

Marcela Alejandra País Andrade3 
http://orcid.org/0000-0003-1164-5691

1CONICET-Universidad Nacional de Luján, Argentina, mer.palumbo@gmail.com

2Universidad de Buenos Aires y Universidad del Salvador, Argentina, celinavacca@yahoo.com.ar

3CONICET-Universidad de Buenos Aires, Argentina, maky2007@gmail.com


Resumen:

Este artículo es fruto de la vinculación entre dos equipos de trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, quienes compartimos la preocupación por la metodología de investigación en ciencias sociales desde perspectivas críticas. Nos proponemos analizar nuestras prácticas de intervención/investigación con perspectiva de género(s), tomando como caso de estudio un proyecto UBACyT acreditado por la mencionada institución. Desde una metodología cualitativa, combinamos instancias de observación-participación, reuniones de intercambio entre equipos y la realización de un taller. Los resultados plantean que las prácticas metodológicas en análisis se configuran en una doble dimensión: “interna”, que refiere a las formas del trabajo grupal cotidiano, y la “externa”, asociada a la relación entre quienes investigan y sus sujetxs de estudio. Las conclusiones destacan la centralidad de la amorosidad y la democratización como lógicas transversales a las dos dimensiones metodológicas, en línea con las epistemologías feministas.

Palabras clave: metodología; prácticas de intervención/investigación; epistemologías feministas.

Abstract:

This article is the result of a joint work between two research teams of the College of Social Sciences of Universidad de Buenos Aires (Argentina) which share a concern regarding research methodologies in Social Sciences from critical perspectives. The objective is to analyze our practices of intervention/research with gender perspective in an UBACyT project of the aforementioned institution as a case study. From a qualitative methodology, we combined instances of observation-participation, meetings to exchange ideas and experiences between the teams, and the delivery of a workshop. The results indicate that the methodological practices under study had a double dimension; namely: “internal”, which referred to the daily dynamics of group work, and the “external”, associated to the relation between those who research and their subjects of study. The conclusions highlight the central role of the loving and democratic cross-sectional logics, in relation to the two methodological dimensions, in line with feminist epistemologies.

Key words: methodology; practices of intervention/research; feminist epistemologies

Introducción

Este artículo reúne una serie de reflexiones y análisis generados a partir de la vinculación entre dos equipos de trabajo de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quienes compartimos la preocupación por (re)pensar las prácticas metodológicas de investigación en ciencias sociales desde perspectivas críticas. Uno de los equipos constituye el proyecto UBACyT “Discursos y prácticas en/desde las Políticas Públicas en la Argentina reciente. Estudios de intervención/investigación con perspectiva de género(s) y feminismo(s)”, dirigido por una de las autoras de este artículo; y el otro es el Proyecto de Reconocimiento Institucional (PRI) “Implicancias y desafíos del uso de perspectivas epistemológicas y metodológicas críticas en Ciencias Sociales”, dirigido y codirigido, respectivamente, por las dos autoras restantes. Tenemos en común ser mujeres, blancas, cis e investigadoras/docentes de la mencionada institución.

En una publicación anterior (Palumbo y Vacca, 2020) , realizamos una caracterización teórica de perspectivas críticas inscritas en una tradición latinoamericana que concibe a la investigación desde una lógica de compromiso (Elías, 1990) . Señalamos como sus rasgos comunes que lxs investigadorxs1 incorporan a su práctica los posicionamientos político-ideológicos y las necesidades de lxs sujetxs de estudio, reversionando desde un esquema epistémico de sujetx-sujetx el clásico distanciamiento entre sujeto y objeto, propio de la ciencia de corte positivista.

En este mismo movimiento, la producción de conocimiento se articula con objetivos direccionados a transformar la realidad que se quiere conocer, en función de esos posicionamientos político/ideológicos. En términos específicos, identificamos a la investigación acción participativa (IAP), la investigación militante, las metodologías descoloniales o descolonizadoras y la investigación en colaboración, como perspectivas fundamentales que expresan esta lógica en sus postulados epistemológicos y metodológicos. En esa indagación, desde el PRI entendíamos que había una distancia entre la enunciación de las reflexiones mayormente epistemológicas, y los desafíos y tensiones que implicaba la puesta en práctica de metodologías informadas en dichas perspectivas críticas. Por lo tanto, decidimos iniciar un proceso de indagación sobre sus prácticas de producción de conocimiento, con el fin de aproximarnos a estas perspectivas en acto, y no sólo desde sus enunciados y presupuestos de partida.

Así, en una búsqueda de equipos que llevaran adelante caminos en este sentido, establecimos la vinculación entre ambos proyectos. La investigación/intervención con perspectiva de género(s) emprendida por el grupo del UBACyT era un terreno fértil para pensar metodologías otras(País Andrade, 2022) . El diálogo con este grupo permitió sumar a las epistemologías feministas para interpelar a las otras perspectivas críticas que se habían revisado previamente en términos de continuidades y singularidades, al cuestionar la producción de conocimiento androcéntrico revestido de una supuesta neutralidad y universalidad (Maffía, 2019) . Desde esta epistemología, la corporalidad, la historicidad y los atravesamientos políticos, culturales y emocionales de quienes investigan son entendidos como constitutivos de la práctica científica (Harding, 1987; bell hooks, 2004) .

En esa línea, consideramos que no se puede indagar sobre las prácticas de investigación a instancias exclusivamente de la teoría metodológica y/o epistemológica, ya que es en acto donde se construyen las estrategias y decisiones del quehacer diario. La vinculación entre ambos equipos fue planteada en términos de un espacio de diálogo conjunto, en el cual, a partir del intercambio, pudiéramos construir acuerdos, tomar decisiones acerca de la dinámica de vinculación, y avanzar hacia la elaboración compartida de reflexiones y análisis (Palumbo y Vacca, 2021) . El presente artículo es un resultado de esa vinculación desde los roles de dirección y co-dirección de los dos equipos.

En términos específicos, en este escrito nos proponemos como objetivo analizar nuestras prácticas metodológicas llevadas a cabo desde la investigación/intervención con perspectiva de género(s) en clave participativa y territorial (País Andrade, 2018) , tomando como caso de estudio al proyecto UBACyT ya mencionado. Para ello, realizamos una serie de instancias en donde el equipo del PRI acompañó las reuniones de trabajo del UBACyT, junto con otra serie de lecturas, conversaciones informales e intercambios compartidos, que nos permitieron delinear los ejes de análisis presentados en este artículo. El recorrido nos llevó a plantear que las prácticas metodológicas examinadas se juegan en una doble dimensión: aquella que llamamos “interna”, en donde el énfasis está colocado en el encuentro y trabajo grupal cotidiano, como instancias formativas fundamentales para la definición del tipo de prácticas académicas que se llevan a cabo; y la “externa”, referida a la forma en particular que se plantea la relación de entre quienes investigan y lxs sujetxs de estudio desde un pensar situado y comprometido.

En este sentido, el presente artículo propone el análisis de una experiencia de trabajo académico metodológico, a partir de la construcción de categorías ajustadas a dicha experiencia, como herramienta de revisión autocrítica y reflexiva de nuestras prácticas de investigación, en diálogo con la tradición epistémico-metodológica crítica en ciencias sociales2. En el primer apartado mostramos el proceso de vinculación entre ambos equipos de trabajo que inició en marzo de 2021, sus fundamentos y características, los cuales luego dieron origen a este escrito. En el segundo apartado recuperamos las definiciones principales sobre qué implica investigar/intervenir con perspectiva de género(s) desde su impronta interdisciplinaria, y a la vez ligada al Trabajo Social (TS), su historia institucional y sus fundamentos epistemológicos. En el tercer apartado abordamos el análisis en particular de las prácticas metodológicas que lleva adelante el equipo UBACyT en los dos sentidos principales ya mencionados, referidos a la dimensión interna y externa de la metodología. Para finalizar el artículo, exponemos una serie de reflexiones.

El proceso de vinculación entre equipos en clave metodológica

La vinculación entre los equipos UBACyT y PRI se enmarca en el movimiento que buscó hacer el proyecto del PRI, presentado en la Introducción, desde la intelección teórica de perspectivas epistemológicas y metodológicas críticas en ciencias sociales, hacia el acercamiento a las prácticas y modos concretos de trabajo en el marco de investigaciones que se asumen como críticas.

En este tránsito, decidimos comenzar por el análisis de prácticas que se desarrollaran en un ámbito que nos resultara cercano y conocido, como es el de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el cual habitamos primero como estudiantes y luego como graduadas, docentes e investigadoras. A partir de la lectura y análisis cuantitativo de una base de datos de 182 proyectos acreditados en dicha unidad académica entre 2016 y 2019, nos encontramos con el resumen de un proyecto UBACyT que se presentaba como “un estudio de intervención/investigación con perspectiva de géneros”3. Desde las preocupaciones del proyecto PRI, este par conceptual que planteaba el resumen resultaba novedoso al reunir dos aspectos que suelen aparecer y funcionar escindidos. En una primera lectura de materiales del equipo UBACyT (País Andrade, 2018; Nebra, 2021) hallamos otros elementos en coherencia con las perspectivas críticas que habíamos revisitado: la opción interdisciplinaria, los enfoques socioantropológicos con interés en recuperar las voces de lxs sujetxs sociales, la mención de la IAP, entre las fuentes de donde abrevan sus principios metodológicos.

Desde el encuentro virtual inicial entre las autoras de este artículo en marzo de 2021, identificamos una comunidad de intereses y afinidades personales que se tradujeron en establecer acuerdos de trabajo y la propuesta de llevar adelante un proceso de producción colectiva de conocimiento entre dos proyectos de la Facultad. Si bien existe una profusa caracterización de las apuestas y los desafíos implicados en el establecimiento de un esquema epistémico sujetx-sujetx entre académicxs y sujetxs extra-universitarixs (Palumbo y Vacca, 2020) , consideramos que conforma una arista menos reflexionada cuando se trata de relaciones entre equipos universitarios.

En nuestro caso, la vinculación tuvo lugar entre sujetxs que compartimos ciertos lenguajes, tiempos, ámbitos de desempeño profesional, instituciones, lógicas y reglas. Estos aspectos comunes de partida podrían operar como facilitadores de la producción colectiva de conocimiento. No obstante, advertimos que dichas coincidencias no están exentas de contradicciones y desafíos, especialmente cuando se trata de escudriñar aspectos metodológicos que requieren “develar” la cocina de la investigación y las dinámicas cotidianas de trabajo hacia dentro y fuera de un equipo. Algunos tópicos identificados que podrían generar tensiones entre equipos se encuentran en torno a decisiones sobre las autorías, disputas personales y políticas dentro de la vida universitaria, diferencias de criterios epistemológicos y metodológicos, o bien dinámicas de competencia dentro del campo académico.

Pese a esta advertencia sobre posibles tensiones, coincidimos en la apertura por parte de los dos equipos para encarar el trabajo conjunto desde una lógica colaborativa, participativa y amorosa, así como en la predisposición para transitar procesos de reflexividad que potencien nuestras prácticas. En coherencia con nuestro común posicionamiento respecto a revisar las lógicas académicas clásicas de corte extractivista, establecimos un acuerdo general de partida para generar insumos con base en los cuales las indagaciones del equipo PRI nutrieran el trabajo metodológico del UBACyT. Consideramos que este “dar a cambio” no se resuelve en una sola instancia ni al momento de la socialización de los resultados, ya que es un proceso continuo de ida y vuelta. En este sentido, la reflexividad (Bourdieu y Wacquant, 2014; Guber, 2001) y el análisis conjunto fueron parte fundamental del recorrido transitado entre ambos equipos.

En el marco de la vinculación descrita, generamos desde una metodología cualitativa (Vasilachis de Gialdino, 2007) la base empírica que sustenta las consideraciones de este artículo. Las integrantes del proyecto PRI estuvimos presentes, en carácter de “observadoras-como-participantes” (Flick, 2004) , en los encuentros mensuales del grupo UBACyT que se realizaron de forma virtual durante 2021. Estas reuniones estuvieron dedicadas a la lectura y exposición de las producciones de sus integrantes (tesis de maestría y doctorado, ponencias). En el marco de las condiciones de producción de conocimiento que imponía el contexto de la pandemia, en ese año se había decidido volver a poner especial atención en los aspectos metodológicos, cuestión que había representado un importante caudal de discusiones y reflexiones en los inicios del equipo UBACyT, tal como se desarrollará en el próximo apartado.

Asimismo, acordamos instancias formales de intercambio entre las autoras de este artículo, donde socializamos los primeros análisis de los registros de observación de los encuentros mensuales. En uno de estos intercambios surgió una clave de lectura que nos acompañaría en las reflexiones posteriores acerca de la consideración de la doble dimensión de la metodología que estructura el presente artículo: lo metodológico entendido en clave de vinculación y colaboración no se circunscribe a la producción de conocimiento, sino también a la producción de un colectivo que investiga.

Además, desarrollamos conversaciones informales centralmente entre las direcciones de los equipos, pero no fue posible replicarlas con el resto del equipo, debido a la virtualización del trabajo académico desde 2020, y que se mantuvo durante 2021, lo cual limitó las posibilidades de contacto informal en las reuniones mensuales con otrxs integrantes que, en la presencialidad, suelen tener lugar en los minutos previos y posteriores a los espacios formales de encuentro. En ese sentido, la participación de ambos equipos en la celebración presencial de cierre del año 2021, organizada desde el UBACyT, con condiciones epidemiológicas favorables, permitió ampliar las relaciones que se habían tejido a partir de las mediaciones propias de la virtualidad.

El armado de materiales escritos también conformó otra instancia de objetivación de la mirada metodológica sobre el proyecto UBACyT y de afianzamiento de la vinculación entre equipos. La escritura de un primer capítulo de libro (Palumbo y Vacca, 2021) fue impulsada desde el PRI y puesta a consideración del grupo UBACyT previamente a su envío. Allí recibimos comentarios valiosos de distintxs integrantes que nos permitieron precisar cuestiones, realizar aclaraciones e inclusive pensar nuevos aspectos que hacen a lo metodológico. Asimismo, este artículo está más allá del ejercicio de comentar un material por parte de uno de los dos equipos; asume el desafío de plasmar en el registro escrito la polifonía involucrada en las prácticas de vinculación, con base en la decisión de una escritura compartida entre integrantes de ambos proyectos.

Cabe mencionar que se realizó un taller en mayo de 2022, organizado por el equipo PRI en acuerdo con el grupo UBACyT, que alentó una conversación a partir de la delimitación de ejes que habían surgido con fuerza en el análisis de los registros de observación y los intercambios formales e informales. Este taller no sólo buscó ser coherente con un posicionamiento que “devuelve” a cambio de la acogida y de la información aportada, sino que también se conformó en una nueva instancia de obtención de información y, al mismo tiempo, de reflexividad y análisis conjunto.

El análisis aquí compartido surge de un proceso fuertemente inductivo. La construcción categorial en torno a la dimensión metodológica de las prácticas de intervención/investigación —que estructura los apartados del presente artículo— partió de las formas nativas de enunciar y practicar de lxs integrantes del proyecto UBACyT, a las cuales accedimos a partir de los referidos intercambios, observaciones y el taller. El objetivo fue construir teorizaciones desde la empiria, en vinculación con las coordenadas teóricas que siempre guían la mirada de lxs investigadorxs. En este sentido, contábamos desde el proyecto PRI con categorías surgidas del trabajo hermenéutico-interpretativo previo en torno a las perspectivas epistemológicas y metodológicas críticas en ciencias sociales, con el recorrido por lecturas metodológicas que se venía sosteniendo desde los inicios del equipo UBACyT, así como el compartido acumulado de reflexividad sobre nuestras prácticas de investigación.

¿Intervenir o investigar?

Estos diálogos que se fueron entretejiendo entre ambos equipos lograron reconstruir un espacio en donde lo que se “daba a cambio” se transformó en “demos cambios” a las maneras de ser y estar en los procesos de investigación. Se transformó también en un espacio generoso —nos permitió entrar a las cocinas ajenas—, sororo —nos compartimos las recetas de las prácticas cotidianas— y amoroso —por sus formas de investigar hacia dentro y hacia fuera de ambos grupos—.

Este diálogo entre cocinas puso en tensión al conocimiento académico que suele materializar “lo social” en términos de “objetividad”, exigiendo convertir la cotidianidad de nuestras prácticas en categorías dimensionables y desafiando nuestros saberes previos. Por tanto, la universidad suele ser ese espacio-tiempo donde la práctica se separa de la teoría, y la investigación (dada como neutral, objetiva y científica, pero también desinteresada) se lleva a cabo en paralelo a la intervención social (subjetiva, tendenciosa, acrítica, pero comprometida). En este sentido, reconstruir la historia del grupo UBACyT nos permitió entender las tensiones, negociaciones y decisiones al momento de investigar e intervenir en y desde las ciencias sociales. Además, nos posibilitó observar las múltiples voces y las diferentes enunciaciones que se ponen en juego en este hacer.

El grupo UBACyT surge en 2013 en la intersección de tres ejes: la demanda de dos recientes graduadas (Carolina y Liz) de generar un espacio dedicado a estudiar políticas públicas para profundizar en el Trabajo de Investigación Final (TIF), de la carrera de TS que habían cursado juntas; de la escucha y recepción de la docente en Sociología/Antropología que dirigió el TIF (Marcela); y de la militancia feminista que venían desarrollando las tres en diferentes espacios que interpelaban las políticas públicas.

Este hito inicial provocó la incorporación de otrxs graduadxs y estudiantes avanzadxs que trabajan desde enfoques de género(s) de las carreras de TS, Comunicación Social, Sociología, Ciencia Política y de Antropología (en la actualidad hay una integrante de Psicología), que comenzaron a repensar la idea de la intervención como un espacio privilegiado de producción de conocimiento. Con base en esta reflexividad como ejercicio del hacer grupal, “se justificó” la intervención/investigación desde una perspectiva de género(s), que resultó ser el inicio del desarrollo teórico-metodológico.

En el hacer, a la categoría “género” se le agregó la “s” y se comenzó a hablar de género(s) para romper con el binomio sexogenérico e incorporar las identidades trans. La categoría “intervención/investigación desde una perspectiva de género(s)” surge formalmente en 2018 como enfoque teórico-metodológico principal, a partir de la necesidad de explicar lo que este grupo transdisciplinar realizaba en su cocina y que hoy cuenta con 15 integrantes. En ese momento se explicitaron sus “recetas” y se incluyeron —desde una permanente tarea de reflexividad— las metodologías participativas, los estudios culturales, los estudios de género y feminismos como diálogos cotidianos.

En otras palabras, la reflexión metodológica “del hacer” investigación fue producida en y desde los espacios de intervención de las propias prácticas que le daban sentido a la experiencia del grupo; entendiendo a esta “experiencia” como un producto histórico, social y cultural (Scott, 1988; Trebisacce, 2016) . Además, en esos tránsitos se fueron reconociendo y reconfigurando las subjetividades como mujeres y diversidades que intervienen/investigan: la reflexión sobre las “otras” formas (País Andrade, 2022) de producir conocimiento, que hacen a la dimensión metodológica externa del grupo, resignificó las formas habituales de organizar y gestionar al propio grupo en su dimensión metodológica interna. Sin olvidar las acciones contingentes y azarosas que las mismas prácticas científicas suponen —becas otorgadas, incorporación de integrantes, etcétera— (Bennett, 2010) .

En ese andar sinuoso, las teoría(s) y las metodología(s) se abrazaron en un baile amoroso, sororo y colectivo, el cual implicó un diálogo frecuente entre las epistemologías del sur (Quijano, 2007; Lugones, 2008) y las epistemologías feministas (Haraway, 1991; Korol, 2016) , rearmando un escenario descolonizado y situado (Anzaldúa, 2016; Haraway, 1991) que posiciona a lxs integrantes del grupo como profesionales críticxs en y desde las ciencias sociales, dando lugar a la incorporación de las miradas interseccionales (Crenshaw, 1989; Lugones, 2008; Viveros Vigoya, 2016).

En este proceso, la intervención cobra sentido en el espacio de decisión profesional, siempre cruzado por concepciones previas acerca de situaciones similares y los actores sociales involucrados. Se funden y combinan distintas demandas y campos de saberes. Desde allí se observa el mundo y, claro está, también la vida, el bienestar, las identidades, las subjetividades, las sexualidades, los derechos y su acceso, la (in)justicia, las diferencias, las desigualdades, las diversidades, etc. Es decir, la reflexividad antropológica da cuenta de tejidos que no se acaban en categorías teóricas de análisis, sino que implican un carácter crítico (a veces conservador y otras, transformador) que pueden hacer de la intervención un espacio investigativo fusionado en acciones participativas.

De esto resulta la puesta en valor del espacio-tiempo de la intervención social como “campo de conocimiento situado”, para reconfigurar una perspectiva teórica-metodológica que interpele al campo de las disciplinas sociales en general. Al mismo tiempo, se jerarquizan las prácticas académicas que posibilitan múltiples lugares de enunciación y la valorización de la agencia del cuerpo y las emociones de sujetxs que intervienen e investigan en/desde/con las ciencias sociales.

La doble dimensión metodológica en las prácticas de intervención/investigación con perspectiva de género(s)

El diálogo entre ambos grupos nos ha permitido participar desde lugares y roles distintos pero complementarios, en un caso como directora del proyecto UBACyT y en el otro como participantes-observadoras procedentes del PRI. Esta doble inserción en un mismo campo de estudio nos da la posibilidad de explicar las prácticas de intervención/investigación desde una doble dimensión metodológica: 1) la externa (cómo se produce conocimiento en la articulación entre el grupo y el campo de estudio, es decir, el hacer investigación) y 2) la interna (cómo se produce conocimiento metodológico a partir de las formas de la grupalidad académica donde se inserta el trabajo, es decir, el ser con otrxs investigando).

En esta sección recuperamos el material empírico que fuimos sistematizando y las reflexiones con base en dichas participaciones en diálogo con las dimensiones identificadas. Para el caso de las perspectivas epistemológicas y metodológicas críticas —que interesan en este escrito—, esta doble dimensión de la metodología se despliega en prácticas cotidianas de producción de conocimiento que reconfiguran las formas de relacionamiento con lxs sujetxs de estudio extra-universitarixs desde lógicas comprometidas y participativas (dimensión externa); y en la producción de un grupo de investigación, entendido como espacio formativo, en donde formas de vinculación signadas por el cuidado no son sólo deseables, sino también necesarias (dimensión interna).

Ahora bien, asumimos en diálogo con las observaciones y conversaciones desarrolladas la existencia de cierto correlato en la construcción de las dos dimensiones referidas. En última instancia, lo que se pone en juego en ambas es el planteo de un modo específico de vinculación con y entre sujetxs (sus cuerpos, sus emociones, sus saberes). La configuración de la dimensión interna de la metodología —ya sea en términos de vínculos amorosos y democráticos o de competencia, de valoración de los saberes y conocimientos de otras personas o de inferiorización— se expresa también en las formas en que se postula la relación con lxs sujetxs de estudio. Y al revés, el modo como se configura la dimensión externa de la metodología —en términos de compromiso o instrumentalidad, de aliento a la agenciación o de objetualización— tiene implicancias en las formas de trabajo entre pares al interior de los equipos universitarios.

1. La dimensión externa

La posibilidad de definir la dimensión externa de lo metodológico en esta experiencia nos permite nombrar los modos de aproximación a lxs sujetxs de estudio extra-universitarixs para la producción de conocimiento. Para explicar esto identificaremos dos subdimensiones: a) la producción de conocimiento situado y b) la apuesta interdisciplinaria e intertextual. Observar las articulaciones entre la multiplicidad de lugares de enunciación y la interdisciplina e intertextualidad posibilita dar cuenta de las negociaciones y disputas por ampliar los límites académicos. Esta dimensión metodológica clásica en los espacios académicos —que aquí denominamos externa y que en investigaciones teórico-empíricas responde a las formas de aproximarse a la porción de realidad que interesa indagar y a lxs sujetxs que la conforman— nos permite bucear en nuestro propio estudio de caso.

Aun siendo una dimensión clásica, la relación subjetiva que se establece con ella en los espacios de formación resulta compleja. En uno de los encuentros mensuales,4 se destinó un espacio para el intercambio entre ambos equipos (UBACyT y PRI), atendiendo a nuestros primeros análisis. Las respuestas a la pregunta sobre cuál era la relación de lxs integrantes del proyecto con la metodología de investigación giraron en torno a sus experiencias en la formación de grado, o en la realización de sus primeras tesinas o tesis.

La tesis de grado fue la primera experiencia y la odié porque en realidad no me dieron metodología. Ni siquiera puedo volver a leer mi tesis de grado porque es una vergüenza, no me dieron nada metodológico. Fue como lanzarme al vacío (Intervención de Lynda. Encuentro 6, 30/9/2021).

En mi formación de grado, la metodología que tuve fue muy fea… creo que la metodología era como un monstruo también, algo oscuro, una nube oscura (Intervención de Camila S. Encuentro 6, 30/9/2021).

La metodología es la materia que nadie quiere cursar, es mala palabra, es un cuco (Intervención de Camila R. Encuentro 6, 30/9/2021).

Destacamos que en las intervenciones citadas el redescubrimiento de “la metodología” desde lugares distintos al de “lo feo”, “el odio”, “la materia que nadie quiere cursar”, se vincula con la dimensión interna ya referida. Esto es, “amigarse con la metodología” (Intervención de Mercedes. Encuentro 6, 30/9/2021) se transita desde y en la pertenencia a un colectivo de investigación que impulsa intencionalmente su cariz formativo y donde se construye una conformación grupal que posibilita compartir procesos y aportarse entre todxs. Implica una reubicación de lxs sujetxs en relación con la metodología desde lugares de mayor agenciación, de jerarquización de la subjetividad de quien investiga como parte constitutiva del proceso de producción de conocimiento y de consideración de los vínculos colectivos como nodales, aunque las autorías y escrituras deban ser individuales, siguiendo los parámetros del canon académico.

a) La producción de conocimiento situado: respecto al primer punto —que podríamos llamar “un pensar y un conocer situado”— sostenemos que conforma un elemento transversal a las perspectivas epistemológicas y metodológicas críticas contemporáneas de cuño latinoamericano. La situacionalidad da cuenta de la búsqueda por llevar adelante una producción de conocimiento que parte y toma en particular consideración los contextos geográficos, culturales e históricos concretos en los cuales se desarrolla.5 En el caso de las prácticas de intervención/investigación del equipo UBACyT, la noción de conocimiento situado es retomada fuertemente de Haraway (1991) , quien —desde las epistemologías feministas— propone especificar el punto de vista desde el cual se parte para aproximarse a una porción de la realidad; punto de vista que se configura con base en el contexto, la subjetividad y los posicionamientos ético-políticos de quien investiga. Este conocimiento situado, como un axioma epistémico-metodológico compartido, lo observamos en acto en sus prácticas donde comparten lecturas y referencias a estas epistemologías, desde donde interpelan las formas de producción de conocimiento.

Por un lado, esta forma de posicionarse implica situar a quien investiga en las múltiples inserciones que conforman el contexto laboral, académico, militante y personal de su práctica. Resulta interesante vincular este pensar situado a la particular conformación del grupo, donde las trayectorias académicas se cruzan con militancias político-partidarias y de género(s), y en algunos casos con trabajos en el Estado asumidos desde lugares de protagonismo e intervención social. Por otro lado, supone situar a lxs investigadorxs en los contextos de lxs sujetxs de estudio desde un lugar asociado a la intervención. Al respecto, la directora del proyecto define la metodología de una manera interesante donde aparece esta doble situacionalidad que conlleva un conocerse en la tarea de conocer a otrxs: “la metodología es el propio proceso de conocerse en y desde la vida misma, y de la transformación que las personas hacemos con otros […] es conocernos, no sólo conocer a otros y otras” (Intervención de Marcela. Encuentro 7, 27/10/2021).

En este sentido, los múltiples lugares de enunciación de las personas que producen conocimiento se materializan en interrogantes que buscan explicitar el contexto subjetivo y el punto de vista singular al decir de Haraway (1991) . Asimismo, se puso en evidencia en la reiteración de una pregunta en los encuentros: “¿dónde estás vos en esa investigación que nos estás compartiendo?”. Nos encontramos con diversas formas de nombrarse de parte de quienes integran el equipo: Alex, investigadora/poeta/lesbiana; Sergia, militante/investigadora/marica, Julieta, trabajadora social/investigadora; Micaela, “estatala” (trabajadora estatal)/investigadora. Estos nombres dan cuenta de lugares de enunciación complejos donde la academia se entrama con profesiones, militancias e identificaciones sexo-genéricas. Muestra la interseccionalidad allí donde el canon exige la totalización subjetiva en torno a la figura del/a académico/a en disociación de otras identidades.

Lejos de entender a los atravesamientos personales como sesgo, se los presenta interviniendo en la elección de un tema, en la construcción de una sensación de falta que se quiere revertir y en la pasión que sostiene un proceso de conocimiento. En algunos casos, se reconoce que estas múltiples inscripciones identitarias permiten una vinculación con lxs sujetxs de estudio desde lugares de mayor cercanía y confianza. No obstante, también son fuente de tensiones en las prácticas metodológicas.

En uno de los encuentros,6 en el que una de las presentaciones de tesis estuvo a cargo de Sergia, el intercambio giró en torno a cómo negociar las estrategias propias de ambos campos (el de la investigación y el de la militancia), cuando se estudia un espacio de militancia político-partidaria al cual se pertenece. Esta doble identidad fue expresada como generadora de angustias personales y, a su vez, de reflexiones como académicxs. En dicho encuentro, Sergia señaló:

Que sea un problema de investigación por el que la militancia no te eche, que sea un tema que no te incomode, que te lo acepte la maestría. Son los padecimientos de la doble inscripción. Mucha gente lo resuelve investigando otra cosa, o directamente no investigando. No lo dejemos pasar. No es una boludez. Yo no me siento tan cómoda siendo militante y mostrando los trapitos al sol [los conflictos en torno a la experiencia seleccionada]. ¿Qué tengo que elegir ser militante o investigadora? (Intervención de Sergia. Encuentro 7, 27/10/2021).

Justamente, la construcción de un conocimiento situado, desde un punto de vista particular, se encuentra surcado por estas superposiciones y tensiones, por estas aldeas híbridas, como lo denomina una de las integrantes del equipo (Nebra, 2021) en su tesis doctoral. Identificamos la tematización de cuestiones metodológicas que se tornan dilemáticas: el cuidado de las organizaciones al momento de la comunicación de lo indagado, la construcción de equilibrios complejos entre lo que se sabe por ser militante y lo que lxs sujetxs dijeron en el marco formal de las entrevistas.

En otro encuentro,7 Matías —un integrante del equipo trabajador del Estado— compartió su plan de tesis de maestría, en el cual planteó intervenir/investigar en su propio ámbito laboral. Las devoluciones grupales giraron en torno a la necesidad de situarse en ese proceso y de reflexionar sobre sí mismo como investigador en su lugar de trabajo. Algunas de las preguntas que se expresaron fueron las siguientes: “¿Cómo vas a hacer la investigación siendo vos mismo un agente del Estado?” “¿Cuál va a ser tu lugar como compañero varón pensando el proceso grupal de tus compañeras mujeres en tu espacio de trabajo?” “¿Cuál es esa tarea de reflexividad que vas a hacer, aun cuando no sea una tesis antropológica?” “¿Vos cómo jugás ahí?” (reconstrucción de distintas intervenciones en el Encuentro 5, 25/8/2021).

Al igual que en el caso anterior, la reflexividad sobre la situacionalidad de quien produce conocimiento deriva también en aspectos metodológicos, como la construcción de hipótesis que no busquen corroborar los puntos de partida, sino que sean una apertura a asombrarse de lo naturalizado, la selección de una muestra sin los sesgos propios de las afinidades en las relaciones laborales cotidianas, lo decible y aquello que prefiere ser omitido cuando se entrevista a unx compañerx de trabajo. Estos recaudos hacen referencia a la necesidad de la reflexividad para conocerse a sí mismo y, a su vez, a la búsqueda de la objetividad posible en la construcción de las coordenadas de aproximación a un objeto de indagación tan cercano.

En paralelo, una de las problematizaciones grupales que nos permitió seguir ahondando sobre la noción de situacionalidad surgió respecto a cómo encarar el trabajo de campo desde una postura crítica al extractivismo epistémico (Grosfoguel, 2016) , o lo que una integrante denomina “caer con el paracaídas e irse sin nada a cambio” (Nebra, 2021: 41); cómo convocar las voces de lxs actores sin vulnerar sus lugares de enunciación que, al igual que en el caso de quienes investigan, son múltiples y complejos.

Es decir, cómo configurar sinergias entre las complejidades de las vinculaciones con lxs sujetxs de estudio. La construcción del vínculo con actores extra-universitarios lleva la marca fundante del TS al interior del UBACyT, carrera en la cual el equipo inició su trayectoria y que, según lo comentado en el taller realizado, les enseña a “hablar con les otres” (Registro de observación del taller, 31/5/2022). En este sentido, las prácticas de intervención/investigación dan cuenta de la confluencia y complementación de distintos tipos de objetivos (transformación y producción de conocimiento, respectivamente), saberes (territoriales, profesionales y académicos) y de una particular imbricación entre práctica y teoría en la producción de conocimiento situado.

La exposición de la tesis doctoral (Nebra, 2021) de una de las integrantes históricas del equipo UBACyT (Encuentro 2, 29/4/2021) nos permitió vislumbrar algunas de las decisiones que tomó en terreno, al posicionarse desde este enfoque con perspectiva de género(s). En el encuentro, la integrante comentó que siempre priorizó los objetivos de intervención por sobre los de investigación (Registro de observación del Encuentro 2, 29/4/2021). En esta misma línea, en sus tesis señala:

Decidí que efectivamente iba a conducirme como una trabajadora social […] Esto quería decir que siempre antepuse las acciones vinculadas a garantizar una intervención social por sobre aquellas que tuviesen por fin obtener un conocimiento específico, aunque esto fuese en desmedro de la investigación (Nebra, 2021: 42).

Partir del encuadre de la intervención para el desarrollo de su tesis, moldeó una forma particular de vincularse con lxs sujetxs; esto es, construir la relación basada en modos cercanos, el cuidado de los momentos donde solicitaba información, la atención a las demandas que le hicieron llegar que no se correspondían estrictamente con los objetivos de conocimiento, el manejo respetuoso de los tiempos.

Asimismo, este encuadre provoca corrimientos en la legitimación de los saberes en juego en la producción de conocimiento. Por una parte, posiciona a lxs sujetxs de estudio como portadorxs de un saber valioso en relación con aquello que se busca investigar. En el taller que organizamos en conjunto entre el PRI y el UBACyT, una serie de comentarios apuntaron a la necesidad de valorizar los “saberes del territorio” y a evitar la jerarquización con base en la sola posesión del saber experto o lo que llamaron “las jerarquías del título” (Registro de observación del taller, 31/5/2022). Por otra parte, valoriza no sólo el saber experto asociado a la identidad de lxs académicxs en tanto tales, sino también el saber práctico que responde a sus otras posibles adscripciones profesionales, militantes o sexo-genérica. En los términos de la referida tesis doctoral, y de compartirla en la reunión de equipo, la existencia de ese saber práctico —que le otorgaba sus credenciales como “nativa” del campo antes que investigadora— funcionaba para sus interlocutorxs como reaseguro de que “no los iba a matar en un paper(Nebra, 2021: 37), frente a un posible sesgo intelectualista.

De los aspectos señalados se desprende la centralidad asumida por las prácticas en el modo de trabajo del equipo UBACyT. En uno de los encuentros mensuales, una estudiante de grado, quien se había incorporado recientemente, compartió sus primeros intereses y solicitó al colectivo recomendaciones de lecturas (Intervención Camila R. Encuentro 7, 27/10/2021). La intervención desde la directora del equipo sugirió entrar al tema desde las prácticas, a transitar una experiencia vinculada a los contextos que resultan de interés: “En vez de que estés pensando en un problema de investigación, que hagas cosas: anotarse a hacer el taller de voluntaria y unirte a grupos que van y dan género en el penal […] Andá llegando a partir de la práctica misma. Me parece que está bueno que vivencies, que tengas la experiencia” (Intervención de Marcela. Encuentro 7, 27/10/2021).

De igual modo, en otro de los encuentros, la persona que estaba presentando su trabajo se ubicó desde y en las prácticas cuando afirmó que “nuestro territorio está con las compañeras reales” (Intervención de Micaela. Encuentro 4, 1/7/2021). Su tesis propone llevar territorio y política pública a la universidad y, en sentido inverso, llevar la producción académica al territorio. Este posicionamiento tensiona una forma de investigación, una carrera académica y una formación de posgrado que es significada por el grupo como portadora de un énfasis teórico. Implica desarrollar un saber-hacer estratégico para “hacer entrar” lo que hacen —sus prácticas, sus modos de hacer ciencia— en las lógicas académicas de las que también buscan participar.

En efecto, el planteo de formas amorosas de vinculación, la legitimación de los saberes del territorio y el énfasis en la intervención y las prácticas hacen a la producción de un conocimiento situado. La apuesta y los desafíos resultantes apuntan a no desconocer las interseccionalidades que atraviesan a lxs propixs sujetxs de estudio que se conjugan con aquellas de las personas que investigan, ni quitarles agenciación mediante miradas y aproximaciones “ma/paternalistas”.

Sobre este último punto, destacamos lo sucedido con Micaela, otra de las integrantes del equipo UBACyT, quien compartió su trabajo en curso con un actor fuertemente subalternizado, como son las infancias travestis y trans de barrios populares (Encuentro 4, 01/7/2021). En su presentación, insistió en el llamado de atención de las compañeras travestis y trans respecto a que no quieren ser objeto de estudio de proyectos académicos, sino protagonistas de sus historias y de los procesos de investigación en torno a ellas. Desde esta escucha de los deseos de las compañeras, a quienes conoce en profundidad a partir de su intervención en territorio como trabajadora del Estado, justificaba la decisión metodológica de no entrevistar a esas infancias para no volver a vulnerar(las) y cuidar sus experiencias y transitares. Desde su doble inscripción como trabajadora estatal y académica, esta integrante del equipo —que investiga, trabaja y milita en un mismo contexto— afirma: “No soy una cis que habla de (o sobre) las travestis, sino que hablo con ellas” (Intervención de Micaela. Encuentro 4, 1/7/2021).

Luego de su exposición, se sucedieron intervenciones que cuestionaron ese “exceso” de cuidado y protección de las infancias travestis y trans. En uno de los comentarios se señaló:

Tengo esta duda sobre qué es extractivismo académico y qué no. Vos con toda tu militancia y activismos dentro del Estado y tu posicionamiento político, ¿es extractivismo académico entrevistar a compañeras trans? Tu objetivo es que tu tesis sea un aporte a todo eso. Si no, creo que caemos en el fundamentalismo: no puedo hablar de las travestis porque no soy travesti (Intervención de Yanina. Encuentro 4, 1/7/2021).

Otra intervención apuntó a que ese conocimiento previo que posee y que la vuelve una persona que “no viene de afuera y a la que conocen”, es clave para pensar otras formas del trabajo académico que configuren “ambientes amigables” y “entrevistas amables” (Intervención de Julieta V. Encuentro 4, 1/7/2021). En la discusión también se enfatizó la necesidad de habitar y sostener las contradicciones e incomodidades en torno a estudiar identidades trans-travestis sin serlo, a investigar sin considerarse una académica por una fuerte inscripción profesional como trabajadora social, a perseguir objetivos de intervención-transformación en paralelo a los de producción de conocimiento. Con la mediación del intercambio grupal, se alentó a no borrar la contradicción, que podría resolverse evitando entrar en diálogo con esas infancias, sino a tornarla herramienta metodológica y motor de la tesis, a “investigar en y desde esa contradicción”. Justamente, el “tejido” que la integrante refiere que construyó con las travestis y trans desde su rol de “estatala”, resulta fundamental para el armado de un marco amoroso para su tesis. A su vez, la existencia de esta relación previa legitima su estar como investigadora con esas sujetas y en esos territorios.

b) La apuesta interdisciplinaria e intertextual: como ya señalamos, la interdisciplina es parte de la marca fundante de la conformación del equipo UBACyT. Si bien con origen en TS, actualmente sus integrantes provienen de cuatro de las cinco carreras de la Facultad: a graduadxs de Sociología y TS se fueron incorporando de Ciencias de la Comunicación y Ciencia Política; además de las influencias teórico-metodológicas de la disciplina antropológica y de una integrante que proviene de la carrera de Psicología.

Ahora bien, consideramos que la interdisciplina no sólo remite al diálogo entre disciplinas académicas de origen que, como reconocieron en el taller desarrollado, enriquecieron las prácticas grupales de intervención/investigación (Registro de observación del taller, 31/5/2022), sino refiere también a la intertextualidad que emerge en la pluralización de las fuentes de producción del conocimiento y en la reinvención de los formatos de comunicación, divulgación y escritura científica.

Respecto a la pluralización de las fuentes, en uno de los encuentros donde Alex presentó su trabajo en curso se tematizó en torno a la poesía, no sólo como objeto de indagación de la integrante del equipo, quien se define como investigadora-poeta, sino también como fuente para la inteligibilidad del mundo (Encuentro 3, 27/5/2021). Aquí encontramos la huella teórica, epistemológica y metodológica de las epistemologías feministas que acompañan la búsqueda por desafiar una racionalidad científica dominante, la cual otorga centralidad a la razón en detrimento de la emoción, la sensibilidad y la experiencia. De algún modo, identificamos la idea compartida de que sólo a partir de una sólida justificación metodológica es posible que ganen legitimidad los corrimientos del canon académico. Como señaló la directora del proyecto en relación con la presentación, existe un desafío metodológico en “hacerlos hablar juntos al análisis poético-literario y al análisis social” (Intervención de Marcela. Encuentro 3, 27/5/2021). En igual sentido intertextual, la literatura fue mencionada recurrentemente en recomendaciones de lectura, como insumo en las tesis y escrituras, así como también integra la bibliografía alojada en la biblioteca digital compartida.

Estos otros registros que llevan la marca del arte (literatura, poesía, música) son presentados como centrales en la activación de la creatividad y la pasión de quienes investigan. En distintas oportunidades se los asoció al placer y el juego. La categoría nativa “dinámicas cálidas” (Intervención de Camila S. Taller, 31/5/2022), utilizada para dar cuenta de los vínculos grupales inter-subjetivos, también aplica para el contrapunto que escuchamos en las intervenciones entre una producción del conocimiento significada como fría, y la calidez de otros registros que permiten construir una “estética” y una “erótica” en torno al conocimiento. En esta dirección, la propuesta epistémico-metodológica y subjetiva del equipo UBACyT apuntan a formarse y participar de las “frías” lógicas académicas desde la calidez del placer; esto es, a integrar y reconocer este habitar dos mundos, a “ser apasionados y encuadrados a la vez” (Intervención de Carolina. Taller, 31/5/2022). Para ello, es fundamental el referido saber-hacer estratégico, con el fin de cumplir con las exigencias académicas sin resignar la estética y la erótica.

Adicionalmente a la pluralización de fuentes, observamos el ensayo de otras formas del decir vinculadas a la comunicación entre pares (en el marco de eventos académicos, clases universitarias, defensas de tesis) y a la divulgación al público en general. Formas del decir en las que, como se comentó en uno de los encuentros, “se note la parte del deseo, de la emoción, que me haga poner la piel de gallina” (Intervención de Marcela. Encuentro 3, 27/5/2021). En esta línea, se discutió la posibilidad de hacer una performance para iniciar la presentación de una ponencia en un congreso y las tensiones que implicaría con las formalidades académicas. Tanto en el taller como en una conversación informal entre las autoras de este artículo, se nombraron estrategias de divulgación que se dieron como equipo para llegar a un público más amplio con mediación tecnológica. Entre ellas, se destaca la realización de spots en 2018, los cuales se subieron a un canal de Youtube luego del rechazo de la Cámara de Senadores a la Ley de interrupción voluntaria del embarazo en Argentina, y un diagnóstico común respecto a que era necesario ampliar las interlocuciones porque “nos estamos hablando entre nosotras” (Registro de la conversación entre las autoras del artículo, 16/3/2021). De nuevo, en este caso, la divulgación aparece asociada al campo artístico y cultural.

El dispositivo de escritura también emerge como espacio de inscripción de disputas epistémico-metodológicas. Dada la condición de estudiantes de posgrado de gran parte del equipo, la reversión del género tesis insistió en las discusiones grupales. El espacio del UBACyT resultaba propicio para experimentar y ejercitar la invención creativa de formatos que luego serían evaluados en otros contextos académicos. En la sucesión de encuentros, se reiteraron las referencias a la tesis de una de las integrantes (Nebra, 2021) como un ejemplo logrado de esta disputa en el terreno de la escritura. Al tiempo que cumple con los parámetros de evaluación de una tesis doctoral, incorpora lo que denomina “la potencia lúdica del juego como instancia productora capaz de dotar de vida y movimiento a las palabras… y como ventanas al conocimiento del mundo” (Nebra, 2021: 9). Para ello, se vale de una serie de recursos como el uso de paréntesis para el armado de juegos de palabras, la poesía como intertexto y la elaboración de un “capítulo cero”, donde describe su posicionamiento epistemológico feminista y crítico.

Desde la interpretación de lo que nos aportan las prácticas de investigación del equipo UBACyT, la interdisciplina no sólo compete a la posibilidad de trascender los límites y cerrazones de las disciplinas científicas, sino también a la apertura —en la oralidad y la escritura— a otros registros artístico-culturales que son fuente, contenido y estrategia de comunicación del conocimiento producido. Aquí se juega un saber narrar y un saber narrarse que comprende a la emoción, la belleza y la pasión.

2. La dimensión interna

De forma entretejida e inseparable de la dimensión externa, determinar la interioridad de lo metodológico nos permite abordar —de forma más integral— el trabajo cotidiano que nos damos colectivamente para la producción de conocimiento. Esta dimensión interna de la metodología vinculada a la conformación grupal actúa como un “laboratorio en el trabajo cotidiano” (Registro de reunión entre equipos, 16/3/2021), para poner en práctica formas novedosas de ejercicio académico.

Las dinámicas grupales en la formación de investigadorxs parecería gestionarse, en nuestro estudio de caso, de formas democráticas que interpelan las jerarquías académicas y la configuración de este rol. En los vínculos y las decisiones del quehacer diario también se juegan los procesos de producción de conocimiento. Así, la formación metodológica no empieza y termina, por ejemplo, al completar las materias correspondientes al plan de estudio de una carrera, sino que puede ser pensada en términos abiertos, en un continuo movimiento y construcción, que se pone constantemente en juego en el vínculo y diálogo con otrxs: con sujetxs de estudio, con compañerxs, colegas, directorxs. Para poder explicar cómo se produce esto en el grupo UBACyT, observamos diferenciadamente: a) la gestión de las jerarquías, entendida como una forma de tramitar el encuentro entre personas con trayectorias y roles diferenciados, pero que buscan trabajar juntas; y b) el cuidado de los vínculos como parte de un posicionamiento que reconoce a la afectividad y las emociones de lxs académicxs.

a) La gestión de las jerarquías: en la medida en que se configuran los vínculos al interior del espacio formativo grupal, se modelan las prácticas de investigación. Aquí subyace un presupuesto epistemológico de la perspectiva que reúne al grupo UBACyT: el conocimiento se construye con otrxs. Esta dimensión colectiva del conocimiento queda muchas veces eclipsada por las dinámicas propias de la carrera académica y sus lógicas de acreditación individual; sin embargo, es un aspecto constitutivo de la producción de conocimiento, tal como se desprende de las prácticas metodológicas analizadas. Esto se traduce en la importancia que cobra el grupo como una entidad que requiere ser reconocida y valorada por sus propios integrantes y hacia afuera; y como un espacio en donde compartir lecturas, producciones, consejos, contactos y momentos de sociabilidad que atraviesan los trabajos de investigación de sus integrantes. Durante los encuentros del equipo UBACyT, esta dimensión fue puesta en acto, como una forma habitual de trabajar y de relacionarse entre compañerxs, aun con trayectorias y roles distintos. Una muestra de ello fue el primer encuentro de 2021, en el cual se planteó como objetivo de la reunión compartir las pautas y consejos para el llenado del currículum online de SIGEVA, entendido esto como un saber estratégico y necesario para la carrera académica individual y, también, para la visibilización del trabajo grupal (Encuentro 1, 31/3/2021).

En el transcurso de los encuentros y, principalmente, a partir del diálogo entre ambos equipos, la directora fue presentando una inquietud sobre su rol y la gestión de la dinámica grupal. La preocupación central estaba puesta en ciertos interrogantes en torno a cómo conciliar una lógica de relacionamiento horizontal con los criterios académicos que requieren de dirección y coordinación en términos formales y prácticos, y también con las expectativas de quienes no ocupan esos roles de ser guiadxs y orientadxs. Ahora bien, ¿qué significan las jerarquías al interior de un equipo de trabajo académico?, ¿a qué criterios obedecen?, ¿qué implica construir vínculos horizontales?, ¿cómo se gestionan las diferencias y/o conflictos?, ¿cómo influye esto en las prácticas de investigación?

Durante el taller que organizamos desde el PRI para repensar la sistematización del trabajo conjunto, surgió un intercambio interesante en torno a qué significan las jerarquías al interior del grupo. Una de las integrantes presentes, de menor antigüedad en el equipo, comentó que muchas veces, frente a compañerxs con título de magíster o doctorado, percibía una jerarquía que no necesariamente implicaba algo negativo:

Personas que tienen una maestría o doctorado, y lo comentan, no es que tiene otro valor, pero tiene peso su palabra. Creo que todos y todas los que pertenecemos al grupo y tienen diferentes títulos y grados, jerarquía en función también del respeto del conocimiento que tiene le compañere y el valor que eso tiene (Intervención de Lucrecia. Taller, 31/5/2022).

En un sentido similar, otra compañera sostenía que reconocer la formación de otrxs también resultaba estimulante para saber que a futuro unx también podría llegar a ese lugar (Intervención de Camila R. Taller, 31/5/2022). Estas intervenciones generaron un extenso diálogo sobre qué pensaban todxs sobre el hecho de validar un rol jerárquico por el hecho de poseer un “título”, y qué tipo de desigualdad manifiesta esto.

Al respecto, las reflexiones sucesivas tendieron a desarmar la validación de las jerarquías académicas por el título en sí mismo al interior del grupo, aunque sin caer en una posición ingenua que desconozca las ventajas de quien posee una acreditación de su formación dentro de la carrera académica. Una integrante señalaba:

Está bueno pensar que si jerarquizamos a las personas sea por el conocimiento, en esto de que hay un comentario que dice jerarquía dada por el conocimiento académico; está bueno ponerlo en esos términos y no en términos más generales, como esta persona está en una posición más arriba, pensando en estas pirámides de jerarquía, sólo por el hecho de que hizo o está haciendo este estudio. Si estamos pensando en maneras alternativas de comprender la producción del saber, está bueno valorar de misma manera el saber que trae cada une de lugares distintos (Intervención de Camila DV. Taller, 31/5/2022).

En esa línea, se reflexionó sobre el proyecto UBACyT como un espacio donde se construye el conocimiento de manera circular, a partir del intercambio de saberes y del acompañamiento colectivo de los distintos roles en donde se encuentra cada unx. Así, lo que estructura la dinámica grupal no es el currículum académico, sino lo que un compañero llamó “el currículum de la acción” (Intervención de Matías. Taller, 31/5/2022), que permite la retroalimentación de diversas perspectivas y roles.

El hecho de desandar ciertas nociones que otorgan autoridad a la palabra acreditada por un título al interior del grupo se condice con las prácticas metodológicas que llevan adelante en el trabajo de campo, como ya mencionamos al referirnos a la dimensión externa de la metodología. Por ejemplo, una compañera comentaba que partir de una posición que valida por igual la palabra de todxs es un aprendizaje para el ejercicio de la investigación, entendida ésta como una práctica colectiva y fundada en el vínculo con otrxs:

Suelo tomar como legítimo lo que me dicen las personas a quienes investigo, porque muchas veces quienes estudian lo hacen desde un lugar muy crítico, no constructivo y muy alejado de la realidad […]. El hecho de que en este grupo siempre nos valoremos entre todes eso hizo que yo pudiera también valorar a otres, junto con otras cosas como mi formación en Trabajo Social (Intervención de Julieta N. Taller, 31/5/2022).

Por otro lado, en ese mismo encuentro, se mencionaron dos aspectos más que podrían ayudar a entender qué implican las jerarquías en la dinámica grupal. Uno de ellos es por “trayectoria” dentro del equipo UBACyT. Al respecto, un integrante sostenía que el hecho de haber compartido mucho tiempo entre compañerxs desarmaba cualquier lógica desigual basada en los criterios de acreditación (Intervención de Matías. Taller, 31/5/2022). Asimismo, otro aspecto referido fue el tiempo que se le podía dedicar al proyecto grupal supeditado a la obtención de becas de investigación o a inserciones profesionales de tiempo parcial, lo cual puede traducirse en una desigualdad al interior del grupo no relacionada con la formación de cada unx.

En definitiva, entendemos que las jerarquías entre compañerxs en el marco del trabajo grupal se juegan en tres sentidos principales, aun cuando sean resignificados según las lógicas de producción crítica de conocimiento: las jerarquías por “título”, por “trayectoria” y por “dedicación”. Esta resignificación supone que la jerarquía no es estable ni rígida, sino que circula en función de una dinámica que se basa en el diálogo e intercambio de saberes. “Quien tiene la palabra, tiene el título”, sintetizaba la directora en el marco de este ejercicio de reflexividad grupal (Intervención de Marcela. Taller, 31/5/2022), haciendo alusión a la importancia de validar la voz de todxs lxs integrantes, más allá de sus trayectorias previas y/o de sus situaciones actuales en torno a la carrera académica (recién recibidxs, estudiantes, becarixs, doctorandxs, etcétera).

Ahora bien, esto no significa que la circulación sea siempre fluida, o esté desprovista de silencios, aburrimientos, conflictos, incomodidades o malestares, tal como fue aludido en el taller (Intervención de Camila R. Taller, 31/5/2022). Esas situaciones interpelan otra forma de jerarquía muy propia de los trayectos de formación académica: la relación entre directorxs y dirigidxs. Como ya mencionamos, el proyecto UBACyT parte de prácticas metodológicas que buscan generar lógicas horizontales y participativas de trabajo, cómo realizar presentaciones grupales en jornadas; encarar escrituras conjuntas; o, incluso, plantear un reparto justo y transparente del dinero obtenido en el marco del proyecto, para el pago de congresos o cuotas de posgrados, entre otras cuestiones.

Sin embargo, se presentan ciertos límites que tensionan la horizontalidad, cuando estas aperturas no se traducen en una respuesta y participación activa de todxs; o cuando se manifiesta una expectativa de que las decisiones las tome quien coordina y, en cierta medida, “dé las cosas resueltas” (Registro de la reunión entre equipos, 13/7/2021). Esto se solapa con ciertas lógicas del trabajo académico que se traducen en roles desiguales, como, por ejemplo, la disponibilidad para responder a plazos de presentaciones o los requisitos para postularse a renovaciones del proyecto, que no pueden ser cumplidos por todxs por igual, ya que los aportes se definen según criterios formales y posibilidades reales, según trayectorias académicas individuales.

b) El cuidado de los vínculos: en el marco del taller grupal, varias intervenciones tendieron a ubicar al cuidado y a la confianza como dos formas principales para tramitar los roles desiguales y hacer frente a los conflictos que pudieran surgir del trabajo conjunto (Registro del taller, 31/5/2022). En ningún caso se negaron las jerarquías existentes, con sus particularidades ya mencionadas; por lo tanto, entendemos que apostar a gestionarlas de manera democrática no implica una horizontalidad ingenua, sino necesariamente una reflexividad explícita de las tensiones y límites de la dinámica de trabajo del proyecto UBACyT, el cual está disputando qué significa investigar en el campo académico desde perspectivas críticas.

Durante los encuentros mensuales, encontramos distintas referencias sobre la forma en que están planteados los vínculos al interior del grupo. La agenda anual planteaba que durante cada reunión unx o dos integrantes presentarían una producción propia y lxs compañerxs harían una devolución aportando ideas, lecturas y comentarios para mejorar las presentaciones. En gran medida, en estos intercambios se puso en juego una forma de relacionamiento signada por la proximidad y el afecto: “Compartir trabajos propios es un acto valeroso y generoso, en un ambiente que ya saben que es amable y es una red” (Intervención de Marcela. Encuentro 2, 29/4/2021); “leer con compromiso es un acto afectuoso” (Intervención de Julieta N. Encuentro 2, 29/4/2021); “en este grupo circula un montón de información, textos, autorxs, que no salen en los manuales. Circulan otrxs autorxs, ahí estamos creando formas de construir conocimiento. Siempre desde el afecto, lo más presente acá es la amorosidad y el afecto” (Intervención de Camila S. Encuentro 6, 30/9/2021). A su vez, el recibimiento generoso y respetuoso que las integrantes del PRI habíamos tenido como observadoras-participantes, junto con las dinámicas en esta dirección que percibíamos de los intercambios grupales, se condecían con estos registros textuales.

En esa misma línea, a mediados de 2021, cuando ya llevábamos varios meses del proceso de vinculación entre el PRI y el proyecto UBACyT, sostuvimos una reunión entre la dirección de ambos equipos, con la intención de conversar y sistematizar las primeras reflexiones conjuntas. El cuidado ocupó un lugar destacado, no sólo desde las intuiciones de quienes estábamos acompañando el trabajo grupal, sino también desde la voz de la directora, que subrayaba la forma en que el equipo recibía a lxs nuevxs integrantes, lxs acogía y casi inmediatamente se daban vínculos de intercambios, de textos, consejos, contactos, etc. (Registro de reunión entre equipos, 13/7/2021).

En el marco del intercambio entre compañerxs, se considera importante lograr intimidad grupal, buscando que las devoluciones y lecturas que se realizan entre sí salgan de la “formalidad académica”, y se sitúen desde la emoción que apunta a cuestionar “¿dónde estás vos en esa investigación?, ¿qué te pasa al escribir eso?” (Registro de reunión entre equipos, 13/7/2021). Se entiende, así, que este tipo de interrogantes son parte de la reflexividad necesaria para la producción de un conocimiento situado; y para que esto emerja, se requiere de un espacio vivido como cuidadoso y amable, y que funcione una red de soporte para dar lugar a las expresiones subjetivas del quehacer investigativo. Asimismo, esto funciona en oposición a ciertas lógicas a veces presentes en otras instancias académicas, en donde quien lee “destruye” el trabajo del otrx, sin dimensionar a quien escribe como alguien que pone mucho de sí en su producción (Encuentro 3, 27/4/2022).

Respecto a la proximidad en las dinámicas grupales, una integrante comentaba en una de las reuniones:

Ver de cerca los procesos de las otras personas ayuda. Hay miedos propios, pero luego ves gente en etapas similares, que tiene dudas académicas y existenciales similares, eso ayuda a quitar el miedo, de que es algo posible, es el proceso que hay que pasar, y no es inalcanzable (Intervención de Lynda. Encuentro 6, 30/9/2021).

Pero no sólo se aprende a partir de reconocer miedos e incertidumbres compartidas, sino también de la pasión puesta en investigar un cierto tema. Luego de la intervención de una compañera, que se reconocía apasionada y atravesada personalmente en el trabajo que estaba presentando, la directora alentaba al resto del grupo: “para lxs que están armando sus temas y problemas de investigación, quiero que perciban esta pasión, que te emocione trabajar ese tema, contando el tema. Que los que están iniciando, escuchen para saber cómo elegir el tema” (Intervención de Marcela. Encuentro 3, 27/5/2021).

Así, en este mismo movimiento se produce, por un lado, la transmisión de una práctica metodológica no usualmente abordada en el canon académico (es decir, cómo reconocer las emociones del sujetx que investiga y hacerlas parte del proceso); y, por otro lado, “se cuela el deseo en el interior de la academia” (Intervención de Micaela. Encuentro 3, 27/5/2021), tensionando los límites habituales de la producción de conocimiento, entendido como objetivo, neutral y desprovisto de aspectos emocionales. En este caso se manifiesta la articulación de las epistemologías feministas con los posicionamientos y la producción de conocimiento del proyecto UBACyT.

Por otra parte, desde el rol de la directora, es importante reconocer las “trayectorias emotivas” (Registro de la reunión entre equipos, 13/7/2021) de cada integrante del equipo; es decir, resulta esencial no sólo conocer en qué instancia de su formación académica se encuentra la persona, sino también el momento particular de su vida que está atravesando: “Yo estoy lejos, a 10.000 km, y Maky se re da cuenta cuándo estoy mal” (Intervención de Camila S. Encuentro 6, 30/9/2021).

El acompañamiento desde la dirección en la formación es grupal e individualizado a la vez, porque así como hay instancias colectivas de trabajo, hay otros momentos que requieren seguimientos personalizados de distinta intensidad, según las características de cada unx: algunxs comparten aspectos de sus vidas privadas y son más abiertos, o necesitan más presencia continua, o a la inversa. Esto va de la mano de posicionarse como directora formadora, en donde el cuidado es entendido como parte intrínseca de la relación que se establece con sus dirigidxs, del aprendizaje metodológico y de la producción de conocimiento:

Al ser directora, es imposible desarmar la tesis de cada une con la situación de cada une, lo que le está pasando, de quién es. Porque desde ahí se conoce, con lo que a cada una le va sucediendo. Con cada persona se van armando metodologías particulares. Es un desafío permanente. [La metodología] es hermosa, investigar es hermoso (Intervención de Marcela. Encuentro 6, 30/9/2021).

En definitiva, los espacios formativos grupales, como los proyectos financiados, poseen dinámicas específicas de trabajo que pueden atravesar directamente las prácticas académicas de quienes los transitan. Es decir, se enseña y aprende a investigar desde el quehacer metodológico en sentido estricto, y también desde las dinámicas formativas que suponen una forma particular de experimentar los vínculos entre pares y directorxs. En el caso del UBACyT, la búsqueda constante por construir un marco de trabajo cuidado y generoso, signado por la política, la ética y la amorosidad, no sólo supone una forma de relacionamiento entre quienes integran el equipo, sino también implica un correlato con las prácticas de investigación individuales y colectivas.

Bajo este marco, vimos tensionarse lógicas habitualmente imperantes en la producción de conocimiento, como, por ejemplo, las autorías y trayectorias académicas individuales, el desplazamiento de la emoción y la afectividad del trabajo académico, el predominio de una relación instrumental con los compañerxs universitarixs, muchas veces percibidos como competidorxs, y la reproducción de relaciones jerárquicas y asimétricas en los vínculos entre quienes dirigen y quienes integran los equipos de trabajo.

Reflexiones finales

Analizar las prácticas metodológicas que el grupo UBACYT ha ido reconfigurando desde la categoría intervención/investigación con perspectiva de género(s), en clave participativa y territorial, nos permite poner a discutir formas otras de producir conocimiento desde posicionamientos críticos. Nos habilita para hacer(nos) las preguntas acerca de qué nos interesa conocer y/o a quiénes, desde dónde nos situamos para ello y qué “herramientas” elaboramos para hacerlo. Además, nos desafía a preguntarnos respecto a qué lugar ocupamos nosotrxs en la experiencia cognitiva y qué hacemos con ese conocimiento.

En este recorrido planteamos dos dimensiones metodológicas para dar cuenta de las tensiones, negociaciones y puentes entre “lo externo” (la producción académica de conocimiento), analizado a través de la producción de conocimiento situado y la apuesta interdisciplinaria e intertextual, y “lo interno” (las formas de organización grupal), explicado por medio de la gestión de las jerarquías y el cuidado de los vínculos. En estos diálogos pusimos en valor las prácticas de democratización y amorosidad que transversalizan las experiencias consideradas en nuestro caso de estudio: la forma del hacer investigación (externa) con las formas de ser con otrxs en este proceso (interna).

Por un lado, observamos otras maneras de llevar adelante el trabajo académico desde aspectos de la vida social que en general se invisibilizan en este ámbito: emoción, amorosidad, sororidad, “intimidad”, acompañamiento, etc. Aquí el grupo UBACyT es entendido como un lugar de cuidado y no como un espacio competitivo o necesario para “sobrevivir” en la carrera académica. Por otro lado, las pluralidades de enunciación de nuestras investigaciones y de quienes las producimos, concebidas como una interseccionalidad de voces que complejizan la producción de conocimiento desde la subjetividad que investiga, aportan a seguir pensando la concreción práctica de las metodologías críticas que venimos estudiando.

Para finalizar podemos sintetizar que lo trabajado en este artículo implicó: en primer lugar, comprender las tensiones, negociaciones y puentes entre las formas en que se produce conocimiento y las formas de organización de quienes lo producimos. Para ello explicamos cómo las prácticas de intervención/investigación analizadas conciben a lxs sujetxs académicxs atravesadxs por emociones diversas (pasión, interés por un tema, pero también reticencias, miedos, incertidumbres) y muestran que todo conocimiento parte de una situacionalidad específica que es la que permite hacernos determinadas preguntas, vincularnos con ciertxs actores y producir algunas respuestas. En segundo lugar, entender las diversas maneras en que las metodologías críticas generan participaciones democratizantes y amorosas hacia dentro y fuera de los equipos de trabajo. Para ello describimos los vínculos que se establecen entre quienes participan de la producción de conocimiento —quienes investigan y también son investigadxs— en y desde el reconocimiento de la subjetividad y la situacionalidad. Así, se pone en juego una práctica pensada desde y para el vínculo con otrxs (ya sea con compañerxs o sujetxs de estudio), en donde la amorosidad y la democratización aparecen como aspectos transversales y constitutivos del quehacer diario.

Estas dos dimensiones (“externa” e “interna”) puestas en juego en nuestro trabajo nos permitieron abordar los modos en que se interpelan los métodos conocidos en su puesta en diálogo con otras maneras de configurar las prácticas metodológicas que no están definidas de antemano. Estas otras maneras se co-construyen entre el trabajo individual y el colectivo, entre las formas de la grupalidad y las vinculaciones con nuestrxs sujetxs de estudio a través de un proceso de reflexividad, dando vida así a formas “otras” de conocer(nos) desde la investigación social.

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1El lenguaje escrito es una forma de visibilizar las marcas genéricas, por ello utilizamos la “x” cuando referimos a universales en los que se pueden incluir todas las personas, sin importar si se reconocen como mujeres, varones o trans. Si bien el uso de la “x” es algo informal, o inclusive incómodo, su utilización en ámbitos formales como la academia constituye una herramienta de explicitación de la heteronormatividad inscrita en el lenguaje. El uso de la “x” puede ajustarse a cada persona sin re-producir, a través del poder del lenguaje, la creencia en dos géneros/sexos, la cual —siguiendo a Wittig (1986) — es una base fundamental no sólo del sexismo, sino también de la homofobia y la heteronormalización.

2Un relato de sistematización de la experiencia de vinculación entre el equipo PRI y UBACyT, con base en la cual surge el análisis propuesto en este artículo, se encuentra disponible en Palumbo y Vacca (2021).

3Este referencia surge del resumen del UBACyT “Continuidades y rupturas en/desde las Política(s) Públicas en la Argentina reciente. Estudios de intervención/investigación con perspectiva de géneros” (2018-2020), que es el antecedente del proyecto que conforma nuestro caso de estudio perteneciente a la programación 2020-2021.

4Encuentro 6, 30/09/2021.

5Al sistematizar las coincidencias entre P. Freire y O. Fals Borda que resultan fundacionales de la tradición en la cual se inscriben estas perspectivas críticas, Torres Carrillo (2020) enfatiza el carácter situado de sus obras.

6Encuentro 7, 27/10/2021.

7Encuentro 5, 25/8/2021.

8Written language is a way to visualize generic brands, owing to this, we resort to “x” when we refer to universals in which everyone may be included, regardless if they are recognized as men women or trans. Even if the use of X is somewhat informal, even uncomfortable, its use in formal spheres such as the academy is a tool to make it explicit the heteronormativity in language, believing in two sexes / genders, which, following Wittig (1986)( is a fundamental base, not only of sexism, but also homophobia and heteronormativity.

9A systematization story of the experience of linking between IRP and UBACyT, on the basis of which the analysis proposed in this article is produced, is available at Palumbo and Vacca (2021).

10This reference comes from the abstract of UBACyT’s “Continuidades y rupturas en/desde las Política(s) Públicas en la Argentina reciente. Estudios de intervención/investigación con perspectiva de géneros” (2018-2020) [Continuities and ruptures in/from the Public Policies in contemporary Argentina. Intervention/research Studies with gender perspective], which is the background of the project part of 2020-2021 programming.

11Meeting 6, September 30th, 2021.

12By systematizing the coincidences between P. Freire and O. Fals Borda, who are foundational for the tradition in which their theoretical perspectives are inscribed, Torres Carrillo (2020) emphasizes the situated nature of their works.

13Meeting 7, 27/10/2021.

14Meeting 5, August 25th, 2021.

Recibido: 25 de Julio de 2022; Aprobado: 08 de Noviembre de 2022

María Mercedes Palumbo. Doctora en Ciencias de la Educación, CONICET-Departamento de Educación de la Universidad Nacional de Luján (CONICET-UNLu), Argentina. Línea de investigación: las prácticas político-pedagógicas de los movimientos populares en Argentina; como continuidad, desarrolla una perspectiva epistémico-metodológica atenta a los modos críticos de producción de conocimiento. Publicaciones recientes: 1) Palumbo, María Mercedes (2022), “Reseña crítica de El cobarde no hace historia. Orlando Fals Borda y los inicios de la investigación-acción participativa”, en Praxis Educativa, vol. 26, núm. 2, Argentina: Universidad Nacional de La Pampa. 2) Palumbo, María Mercedes (2021), “Reflexiones epistémicas acerca del estudio de la subjetividad en movimientos populares”, en CUHSO, vol. 32, núm. 1, Chile: Universidad Católica de Temuco. 3) Palumbo, María Mercedes y Vacca, Laura Celina (2021), “La academia se investiga a sí misma: una experiencia de coproducción de conocimiento”, en Córdoba, Liliana et al. [eds.], Política, gestión y evaluación de la investigación y la vinculación en y desde las ciencias sociales en América Latina y el Caribe, Argentina: Universidad Nacional de Córdoba y Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

Laura Celina Vacca. Doctora en Sociología, Facultad de Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires) y Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (Universidad del Salvador), Argentina. Líneas de investigación: políticas culturales de la identidad, principalmente referidas a contextos interculturales que involucran a poblaciones indígenas, y planteo de epistemologías y metodologías críticas de investigación en ciencias sociales. Publicaciones recientes: 1) Palumbo, María Mercedes y Vacca, Laura Celina (2021), “La academia se investiga a sí misma: una experiencia de coproducción de conocimiento”, en Córdoba, Liliana et al. [eds.], Política, gestión y evaluación de la investigación y la vinculación en y desde las ciencias sociales en América Latina y el Caribe, Argentina: Universidad Nacional de Córdoba y Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. 2) Morgan, Muriel, Sidy, Bettina y Vacca, Laura Celina (2021), “Formas de la corporalidad en el pensamiento ilustrado entre España y América Latina”, en Histórica, vol. 45, núm. 1, Perú: Pontificia Universidad Católica del Perú. 3) Palumbo, María Mercedes y Vacca, Laura Celina (2020), “Epistemologías y metodologías críticas en Ciencias Sociales: precisiones conceptuales en clave latinoamericana”, en Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, vol. 10, núm. 2, Argentina: Universidad Nacional de La Plata.

Marcela País Andrade. Doctora en Filosofía y Letras (Área Antropología), Instituto de Ciencias Antropológicas [ICA] (Universidad de Buenos Aires-CONICET), Argentina. Docente regular de la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), Docente de Posgrado en la Universidad de las Artes (UNA) y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) del Área Comunicación y Cultura en la sede de Argentina. Líneas de investigación: cultura, políticas, gestión (trans)feminismos, intervención/Investigación en y desde las ciencias sociales. Publicaciones recientes: 1) País Andrade, Marcela (2022), “Sinergias entre la cultura en movimiento y el movimiento (trans)feminista actual en argentina”, en Revista de estudios de género, La ventana, vol. 6, núm. 55, México: Universidad de Guadalajara. 2) País Andrade, Marcela (2021), “Tensiones de género(s) y desafíos (trans)feministas: Políticas culturales y gestión pública”, en Comunicación y Medios, vol. 30, núm. 44, Chile: Universidad de Chile. 3) País Andrade, Marcela, Suárez, Camila, Zani, Alejandra y Kaplan, Yanina (2021), “(IN)VISIBILIZACIONES EN Y DESDE EL ASPO. Un estudio interseccional de los vínculos entre comunicación, cultura y cuerpo”, en Avatares de la Comunicación y la Cultura, núm. 21, Argentina: Universidad de Buenos Aires.

María Mercedes Palumbo. Doctor in Education Sciences, CONICET-Department of Education of Universidad Nacional de Luján (CONICET-UNLu), Argentina. Research line: political-pedagogical practices of popular movements in Argentina; as a continuity, she develops an epistemic-methodologic perspective attentive to knowledge production critical modes. Recent publications: 1) Palumbo, María Mercedes (2022), “Reseña crítica de El cobarde no hace historia. Orlando Fals Borda y los inicios de la investigación-acción participativa”, in Praxis Educativa, vol. 26, no. 2, Argentina: Universidad Nacional de La Pampa. 2) Palumbo, María Mercedes (2021), “Reflexiones epistémicas acerca del estudio de la subjetividad en movimientos populares”, in CUHSO, vol. 32, no. 1, Chile: Universidad Católica de Temuco. 3) Palumbo, María Mercedes and Vacca, Laura Celina (2021), “La academia se investiga a sí misma: una experiencia de coproducción de conocimiento”, in Córdoba, Liliana et al. [eds.], Política, gestión y evaluación de la investigación y la vinculación en y desde las ciencias sociales en América Latina y el Caribe, Argentina: Universidad Nacional de Córdoba and Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

Laura Celina Vacca. Doctor in Sociology, College of Social Sciences (Universidad de Buenos Aires) and College of Economic and Entrepreneurial Sciences (Universidad del Salvador), Argentina. Research lines: cultural policies of identity, mainly referred to intercultural contexts involving indigenous populations, and proposal of critical research epistemologies and methodologies in social sciences. Recent publications: 1) Palumbo, María Mercedes and Vacca, Laura Celina (2021), “La academia se investiga a sí misma: una experiencia de coproducción de conocimiento”, in Córdoba, Liliana et al. [eds.], Política, gestión y evaluación de la investigación y la vinculación en y desde las ciencias sociales en América Latina y el Caribe, Argentina: Universidad Nacional de Córdoba y Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. 2) Morgan, Muriel, Sidy, Bettina and Vacca, Laura Celina (2021), “Formas de la corporalidad en el pensamiento ilustrado entre España y América Latina”, in Histórica, vol. 45, no. 1, Peru: Pontificia Universidad Católica del Perú. 3) Palumbo, María Mercedes and Vacca, Laura Celina (2020), “Epistemologías y metodologías críticas en Ciencias Sociales: precisiones conceptuales en clave latinoamericana”, in Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, vol. 10, no. 2, Argentina: Universidad Nacional de La Plata.

Marcela País Andrade. Doctor in Philosophy and Letters (Anthropology Area), Instituto de Ciencias Antropológicas [ICA] (Universidad de Buenos Aires-CONICET), Argentina. Regular professor in Social Work in College of Social Sciences (UBA), Postgraduate professor in Universidad de las Artes (UNA) and in Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) in the Area of Communication and Culture in Argentina. Research lines: culture, policies, (trans)feminisms management, intervention/research in and from social sciences. Recent publications: 1) País Andrade, Marcela (2022), “Sinergias entre la cultura en movimiento y el movimiento (trans)feminista actual en argentina”, in Revista de estudios de género, La ventana, vol. 6, no. 55, Mexico: Universidad de Guadalajara. 2) País Andrade, Marcela (2021), “Tensiones de género(s) y desafíos (trans)feministas: Políticas culturales y gestión pública”, in Comunicación y Medios, vol. 30, no. 44, Chile: Universidad de Chile. 3) País Andrade, Marcela, Suárez, Camila, Zani, Alejandra and Kaplan, Yanina (2021), “(IN)VISIBILIZACIONES EN Y DESDE EL ASPO. Un estudio interseccional de los vínculos entre comunicación, cultura y cuerpo”, in Avatares de la Comunicación y la Cultura, no. 21, Argentina: Universidad de Buenos Aires.

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