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Convergencia

On-line version ISSN 2448-5799Print version ISSN 1405-1435

Convergencia vol.20 n.62 Toluca May./Aug. 2013

 

Artículos científicos

 

Valoración de las representaciones sociales sobre el concepto de paz en futuros educadores

 

Valuing of social representations on the concept of peace in future educators

 

Matías Bedmar-Moreno* y Inmaculada Montero-García**

 

*Universidad de Granada, España. Correo Electrónico: bedmar@ugr.es,

**Universidad de Granada, España. Correo Electrónico: imontero@ugr.es

 

Recepción: 01 de noviembre de 2010.
Aprobación: 21 de mayo de 2012.

 

Abstract

In this article we present some important aspects belonging to a research made in the last course, 2009-2010. The students who took part in the mentioned research are enrolled in the subjects of "Peace Education" (Teacher Training) and "Equality and Peace Education" (Pedagogy), at the University of Granada. The objective of the research is to approach the different concept these students have of "peace", before and after having coursed the subject at the university, by means of a survey. This survey, which consisted of 119 subjects, shows before coursing the subject confusion in the concepts, more deeply about peace and violence of classes, as well as lack of ideas and specific educational sources for its use in the classroom. Once the course and subjects were concluded, there is a clear improvement in the result of the final survey. There are also new suggestions to improve their professional career.

Key words: peace, violence, peace education, peace culture, peace research.

 

Resumen

En este artículo se presentan aspectos destacados de una investigación realizada el pasado curso 2009-2010 con estudiantes de las asignaturas de Educación para la Paz (Magisterio) y Educación para la Igualdad y la Paz (Pedagogía) en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, España. El objetivo es conocer las representaciones sociales de los estudiantes sobre el concepto de paz y su evolución tras cursar la asignatura de Educación para la Paz. Se aplicó un cuestionario a 119 sujetos al principio y al final de curso y analizado las respuestas. Los resultados muestran una confusión respecto a los conceptos de paz y violencia, así como falta de ideas y recursos educativos concretos para su utilización durante las clases; tras cursar la asignatura se ha observado una mejora moderada en las respuestas. Se concluye con unas sugerencias para optimizar nuestra docencia y, por ende, mejorar su formación como futuros profesionales.

Palabras clave: paz, violencia, educación para la paz, cultura de paz, investigación para la paz.

 

Introducción

¿Qué piensan los estudiantes acerca de la paz ? La educación para la paz ya forma parte, afortunadamente, de su currículo formativo, pero apenas se encuentran informes de investigaciones realizadas sobre este tema. Los estudiantes de Magisterio y Pedagogía van a tener la responsabilidad de educar a su futuro alumnado en la cultura de paz, lo cual requiere adquirir una formación intelectual sobre los contenidos relacionados con la paz y la asunción de unos valores acordes con esos conceptos, que conformarán sus formas de conducta. Es preciso tener en cuenta que esta materia está contemplada en el currículo como tema transversal; esto implica su relación e interdependencia con las demás áreas formativas en cualquier momento de la actividad educativa.

En el ejercicio profesional van a enseñar esos conocimientos y, al mismo tiempo, transmitirán sus mismos valores al alumnado mediante el ejemplo. En su formación han de adquirir las competencias instrumentales y procedimentales para poder inspirar normas de conducta contrarias a la violencia que, con excesiva frecuencia, impera en el entorno donde viven los jóvenes.

Siguiendo tales presupuestos, en este artículo se presentan aspectos destacados de una investigación sobre educación para la paz realizada el pasado curso 2009-2010 con estudiantes de las asignaturas de Educación para la Paz (Magisterio) y Educación para la Igualdad y la Paz (Pedagogía) en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada. Ambas titulaciones deben capacitar a los estudiantes para su desarrollo profesional posterior, que comprende, entre otros aspectos, la educación para la paz.

En la universidad española nos encontramos en un proceso de cambio hacia el llamado Espacio Europeo de Educación Superior, que implica fomentar en los estudiantes unas competencias, tanto profesionales como genéricas, de carácter interdisciplinario, aplicables a asignaturas de titulaciones diferentes (Pedagogía y Magisterio), como es el caso que nos ocupa; pero que no suponen diferenciaciones notables en sus planteamientos académicos didácticos, por eso los datos obtenidos se han tratado globalmente.

En este proceso de cambio se inscribe el proyecto de innovación del cual formamos parte, que plantea, entre otros, los objetivos siguientes: a) capacitar al profesorado para innovar, indagando en nuevas estrategias, modos de trabajo y evaluación que faciliten la incentivación y motivación en el desarrollo de su labor profesional; b) enfocar los resultados para su difusión al resto de la comunidad universitaria, de modo que puedan tener una repercusión científica y social constatada y real, facilitando así la colaboración de otros profesionales interesados en construir, de forma comparada, nuevos conocimientos desde la perspectiva interdisciplinar.

La ejecución del proyecto tiene repercusiones en el ámbito de la promoción del trabajo en equipo del profesorado, así como en el fomento de habilidades para la resolución de problemas, siguiendo una metodología de investigación-acción. En este contexto nos planteamos trabajar en equipo para impartir las asignaturas relacionadas con la paz, coincidiendo además en que ambos autores formamos parte del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada.

Uno de los aspectos que más nos ha preocupado, como docentes, ha sido acomodarnos a las características del alumnado, de ahí la necesidad de conocer lo que piensan sobre la paz y la violencia, para incidir de forma eficaz en su formación como futuros educadores, construyendo y vivenciando los valores acordes con la paz. Para ello nos planteamos diseñar y aplicar un cuestionario, como punto de partida de la innovación docente y hacer partícipe a la comunidad científica de los resultados, mediante este artículo, agradeciendo las propuestas de debate que se generen.

 

Marco teórico: cultura de paz y educación para la paz

En las consultas efectuadas para establecer el estado de la cuestión hemos comprobado lagunas documentales sobre otras investigaciones similares, lo cual constituye una limitación importante en nuestro estudio, dado que no se dispone de la totalidad de la información, la inexistencia de estudios análogos imposibilitan comparar resultados; por ello es necesario contrastarla y recurrir a recursos alternativos para completar datos, como la consulta con expertos o la discusión en una seminario específico, en el seno del Instituto de la Paz y los Conflictos.

No obstante, resaltamos algunas líneas de investigación interesantes que sostienen la relevancia y significación del concepto de paz desde la perspectiva educativa, tal como nosotros lo entendemos. En este sentido, aun someramente, merece la pena destacar los trabajos de Biaggio etal. (2004), analizando las actitudes hacia la paz en cinco países; Marta Gómez Collado (2010) expone su experiencia de implementación de un programa de Intervención Tutorial en la Universidad Autónoma del Estado de México; David Hicks (2004) presenta la formación en Educación para la paz. Otros autores desarrollan aspectos teóricos: Aznar et al. (2008) muestran cómo la formación integral contribuye a educar para la convivencia y la paz; María del Carmen Cuevas (2008) explica qué se entiende por educación para la paz; el profesor Alfonso Fernández Herrería (2004, 2009) tiene numerosas contribuciones que ilustran su docencia en esta materia; Galtung (1985, 2003a) plantea su visión de la paz; Jares (1999, 2004) expone aspectos prácticos para la docencia; Francisco Jiménez Bautista (2004, 2009a y 2009b) profundiza en los conceptos, proponiendo un nuevo paradigma pacífico: la paz neutra; Federico Mayor Zaragoza (2003, 2007) hace un llamamiento hacia la paz mundial; José Tuvilla (2004) desarrolla la cultura de paz.

Del mismo modo, encontramos artículos que exponen experiencias y estudios relacionados con la paz: Alberto Acosta (2006) escribe sobre la gestión de la convivencia y la regulación pacífica de los conflictos en centros escolares; Francisco Cascón (2000) explica cómo educar para el conflicto; Sebastián Sánchez (2006, 2007a y 2007b) analiza la presencia de los contenidos de la cultura de paz en las iniciativas políticas educativas españolas, así como las implicaciones educativas de la interculturalidad y la cultura de paz.

Como profesores universitarios, responsables de la formación de los futuros profesionales, necesitamos conocer lo que piensan sobre el concepto de paz, para adecuar los enfoques docentes a sus características. Por ello abordamos el concepto "representación social" como

una modalidad particular de conocimiento cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación (Moscovici, 1979: 17-18).

En el mundo se oyen cada vez más voces clamando contra la violencia, la Carta de las Naciones Unidas comienza declarando el propósito de mantener la paz (art. 1) (ONU, 1945). En España, como consecuencia de la Década Internacional para la Cultura de Paz (2001-2010) proclamada por las Naciones Unidas, se dictó la Ley para el Fomento de la Educación y la Cultura de Paz (http://www.derecho.com/l/boe/ley-27-2005-fomento-educacion-cultura-paz/).

Mayor Zaragoza (2007: 14) resalta la importancia de preparar a los futuros profesionales para que puedan desempeñar su labor en relación con la educación para la paz:

Educar para la solución de conflictos, que siempre existirán, pero que hoy tendremos que resolver por la fuerza de la razón y no por la razón de la fuerza. La moderación y la serenidad son esenciales para la conciliación. Y la imaginación y la insistencia, el tesón, la perseverancia son indispensables para la prevención, para el diseño de los mejores escenarios previsibles, de aquellos en los que mejor se preserve la dignidad de cada persona.

El concepto de paz proviene de la cultura grecolatina (eirene) que significa estado de ausencia de guerra y también hace referencia a la armonía entre los ciudadanos. Este concepto ha ido evolucionando, se ha considerado como el equilibrio dinámico de factores sociales, económicos, políticos, tecnológicos para llegar, en la actualidad, a partir de la Investigación para la paz, a considerar la paz como el elemento opuesto a la violencia, sea ésta directa (física, verbal y psicológica); estructural o cultural (Galtung, 1985: 27-72). Este autor ha abordado el estudio de la paz, primero como paz negativa (ausencia de violencia directa); paz positiva (ausencia de violencia estructural o indirecta); y paz cultural (ausencia de violencia cultural y/o simbólica); otro autor en esta fase habla de paz neutra (Jiménez, 2009b).

Es muy importante señalar que para desmontar todos estos discursos tenemos la paz neutra; develar estas injusticias no significa ser violentos, pues como seres humanos activos debemos reivindicar el uso de la palabra, del lenguaje, del arte, la ciencia, el pensamiento, como los principales instrumentos para crear espacios de convivencia cada vez más justos, donde el diálogo en condiciones de simetría sea un hecho a tener en consideración (Jiménez, 2009a; Tortosa, 2006, 2008).

En nuestro estudio destaca el objetivo 1: Conocer lo que piensan los estudiantes sobre la paz, así como los obstáculos para lograrla (objetivo 4), que se reflejan de forma específica en el ítem 4 del cuestionario sobre la paz: "Señala los que, a tu juicio, son los principales problemas u obstáculos para alcanzar la paz: paz negativa o directa, paz positiva o estructural y paz neutra o cultural". Está basado en una de las últimas publicaciones de Jiménez Bautista (2004: 24), en la que estudia la paz desde un modelo antropológico y considera que cada sociedad tiene una cultura o modo de vida diferente, pero con un patrón universal, que se divide en los apartados: 1°) infraestructura, 2°) estructura, 3°) superestructura (véase Cuadro I)1.

Cada uno de los apartados anteriores tiene una relación con los demás y, a su vez, se corresponden con los diversos tipos de violencia y de paz. El apartado de la infraestructura hace referencia a los aspectos de la producción y reproducción en las economías de los subsistemas, se corresponde con la violencia directa (física, verbal o psicológica) y con la paz negativa (ausencia de guerra y de violencia directa). En función de dicha infraestructura se presenta la estructura de la sociedad, que trata de los aspectos económicos y políticos; se corresponde con la violencia estructural (violencia indirecta, presente en la injusticia social, la represión y la explotación, cuando no son satisfechas las necesidades de la población y actúa sobre el cuerpo y la mente) y con la paz positiva (supone un nivel reducido de violencia directa y un nivel elevado de justicia, con armonía e igualdad social).

Igualmente en relación con la infraestructura se muestra la superestructura, que supone el sustento ideológico y jurídico-político de la sociedad, trata de los aspectos culturales, relacionados con el ocio, el tiempo libre, la creatividad; está en relación con la violencia cultural (o simbólica, cuando se legitima la utilización del arte, la educación, el derecho, la religión... para violentar la vida) y con la paz neutra (la implicación activa para reducir la violencia cultural, es un nuevo paradigma que supera la parcialidad, la fragmentación y la burocracia, en definitiva, una nueva visión de la política y la economía actuales).

Trabajando en todo aquello que nos haga más humanos y más felices estamos contribuyendo a la creación de la cultura de paz, entendida como el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, a la persona humana y a su dignidad; el rechazo de la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de libertad, justicia, tolerancia y solidaridad, así como la comprensión entre los pueblos, grupos y personas.

También establece la relación entre paz, violencia y necesidades básicas, como lo podemos observar gráficamente en el Cuadro 2. Jiménez Bautista destaca la contribución de la paz a la consecución de la justicia y el desarrollo, así como las distintas formas de violencia, las cuales impiden la satisfacción de las necesidades básicas, consideradas no sólo en su aspecto material sino a las que se suman la seguridad o supervivencia, el bienestar, la identidad y la libertad. Jiménez entiende la justicia en un doble sentido, como ajuste de las relaciones sociales basadas en la satisfacción de las necesidades básicas y como demanda de justificación de los excluidos, marginados, explotados, incluso a veces con su silencio o muertes lentas.

Avanzando en estos planteamientos se llega a nuevas formas de presentación de la paz, como se puede apreciar en el Cuadro 3. La paz social (por la cual se produce el desarrollo sustentable de los seres humanos y los pueblos), junto a la paz Gaia (que es la dimensión ecológica o natural de la paz, que implica el respeto al medio ambiente, la relación positiva de los seres humanos con la naturaleza) y la paz interna (es la paz del ser humano consigo mismo, es su dimensión personal, íntima, la tendencia a la autorrealización, al pleno desarrollo humano) son nuevas dimensiones que constituyen la paz integral (Fernández Herrería, 2004: 894 ss).

En el mismo cuadro se exponen nuevas dimensiones de la paz: multi, inter y transcultural. La diferenciación estará basada en función de la postura que se adopte respecto a la propia cultura en relación con otras, dado que vivimos en un mundo multiétnico y multirracial, globalizado, donde conviven todas las culturas. Se habla de multiculturalidad cuando conviven varias culturas en el mismo territorio y predomina una sobre las demás, generalmente la de la sociedad mayoritaria; las minorías han de adaptarse, integrándose sin que su propia cultura tenga una consideración equiparable.

Por el contrario, cuando se plantea la interculturalidad se entiende la convivencia en régimen de igualdad y respeto mutuo; por eso todas las culturas, tanto la considerada mayoritaria como las minoritarias se enriquecen en el intercambio mutuo. Se habla de paz transcultural cuando se superan los marcos de las culturas originales y se produce el mestizaje o se crean nuevos referentes culturales, superando las diferencias entre culturas superiores e inferiores, sin que se produzca la homogeneización.

Igualmente en nuestro estudio es fundamental el concepto de Educación para la paz, por ello veremos los puntos de vista de algunos autores representativos. Tuvilla (2004: 396 ss) nos ofrece una definición:

El proceso global de la sociedad, a través del cual las personas y los grupos sociales aprenden a desarrollar conscientemente en el interior de la comunidad nacional e internacional y en beneficio de ellas, la totalidad de sus capacidades, aptitudes y conocimientos para conseguir cada una de las metas que conforman la cultura de paz.

Este proceso está dirigido hacia el respeto de los derechos humanos, la solución noviolenta de conflictos, la igualdad entre hombres y mujeres, la participación democrática, la tolerancia y solidaridad entre pueblos y culturas, el desarrollo humano sostenible y el desarme global.

Delors (1996: 96 ss) nos plantea la idea de la educación a lo largo de toda la vida, la cual implica a todas las personas, de cualquier edad y en cualquier ámbito. La educación implica un cambio hacia algo bueno, una mejoría de la persona que facilite el desarrollo de las capacidades para usarlas de modo responsable y ético. Menciona los cuatro pilares de la educación: a) aprender a conocer, que supone, en primer término, aprender a aprender; b) aprender a hacer, a poner en práctica el conocimiento, la competencia profesional; c) aprender a vivir juntos, con los demás, una educación que permita evitar los conflictos o solucionarlos de manera pacífica; fomentar el conocimiento de los demás, de sus culturas; d) aprender a ser, supone el desarrollo integral de cada persona, que la proyecta como ser libre, autónomo y comprometido con la mejora de su comunidad y, a través de ella, con la humanidad y el planeta.

Xesús Jares (1999: 124) ubica a la educación para la paz en el paradigma sociocrítico y la define como:

un proceso educativo, dinámico, continuo y permanente, fundamentado en los conceptos de paz positiva y en la perspectiva creativa del conflicto, como elementos significantes y definidores, y que, a través de la aplicación de enfoques socioafectivos y problematizantes pretende desarrollar un nuevo tipo de cultura, la cultura de la paz, que ayude a las personas a desvelar críticamente la realidad para poder situarse ante ella y actuar en consecuencia.

Entre sus componentes básicos se encuentran la Educación para la comprensión internacional, la Educación para los derechos humanos, la Educación intercultural, la Educación para el desarme, la Educación para el desarrollo, la Educación para el conflicto y la desobediencia y la Educación mundialista y multicultural (Jares, 2004: 33-37), ámbitos, por otro lado, presentes de manera transversal en el currículo escolar.

 

Estudio empírico

Se trata de un estudio descriptivo e interpretativo, de tipo transversal, donde se ha seguido una metodología de encuesta, con un cuestionario elaborado ad hoc. Previamente se consultó a expertos y se llevó a cabo un estudio piloto. Aspiramos a comprender una realidad y a exponer con rigor las representaciones sociales de los estudiantes sobre la educación para la paz, así como la evolución de los conceptos tras la asistencia a las clases. Concluimos con unas propuestas educativas.

El procedimiento ha tenido dos fases: la primera, de elaboración del cuestionario, basado en los objetivos del estudio; en la segunda, se invita a participar voluntariamente en la investigación a los estudiantes de las asignaturas de Educación para la Paz (Magisterio) y Educación para la Igualdad y la Paz (Pedagogía), en los contextos del aula habitual. Se les informa que los cuestionarios son evaluados de forma anónima, indicando expresamente que no existen respuestas correctas o incorrectas y que no tienen consecuencias sobre las calificaciones de las asignaturas; por lo tanto, se les solicita la máxima sinceridad. El cuestionario aplicado se responde en una única sesión. Así se hace al principio y al final de curso (pretest y postest).

 

Finalidad y objetivos

La finalidad del estudio es optimizar la formación que se imparte a los futuros profesionales en educación para la paz.

Objetivos del estudio:

1. Analizar las representaciones sociales de los estudiantes acerca de los conceptos de paz y violencia.

2. Contrastar los conocimientos acerca de la paz y la violencia adquiridos tras cursar las asignaturas específicas.

3. Recopilar las experiencias sobre la paz vividas en los centros educativos.

4. Detallar los problemas u obstáculos para alcanzar la paz.

5. Describir propuestas, acciones y experiencias educativas en favor de la cultura de paz y la noviolencia.

6. Conocer cuáles personajes y movimientos consideran que están a favor de la paz.

 

Muestra

Se han obtenido 119 cuestionarios de jóvenes estudiantes que asisten regularmente a las asignaturas de Educación para la Paz de la titulación de Magisterio (n1=73) y de Educación para la Igualdad y la Paz de la titulación de Pedagogía (n2=46) de la Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Granada, curso 2009-2010. El número de hombres y mujeres, debido a la conocida feminización de la profesión docente, no fue equilibrado (17 hombres y 102 mujeres). Se trata de un procedimiento de muestreo incidental, no probabilístico, orientado fundamentalmente por criterios pragmáticos relacionados con la disponibilidad de los grupos.

 

Instrumento

Cuestionario sobre la paz, elaborado ad hoc, de once cuestiones abiertas y una con tres escalas numéricas tipo Likert de siete puntos (véase Anexo I). Previamente se ha sometido a un juicio de expertos para analizarlo y hacer sugerencias; después se ha efectuado un estudio piloto para obtener información sobre su validez, detectar posibles errores y reformular las preguntas que presentaran dudas, antes de su aceptación definitiva.

 

Resultados

Una vez finalizado el trabajo de campo, el siguiente paso que hemos abordado ha sido el tratamiento de los datos obtenidos. El análisis de los datos se llevó a cabo utilizando la técnica del análisis de contenido (Bardin, 1996). Las categorías se establecieron de forma inductiva, a partir de las respuestas; para ello, se ha procedido a la clasificación y ordenación sistemática de las respuestas dadas a los ítems, considerando las palabras o frases como unidades de registro y contabilizando su frecuencia.

El análisis de datos cuantitativos se realizó mediante el paquete informático SPSS versión 17, aplicando procedimientos estadísticos descriptivos (frecuencias y porcentajes), el cual reúne las características necesarias para cumplir los objetivos de la investigación. Tras codificar las respuestas de las preguntas y recodificar algunas de las cerradas, se efectuó el análisis estadístico en función de los objetivos del programa. Independientemente se efectuó un tratamiento general de todas y cada una de las preguntas del cuestionario en sus respectivos valores absolutos y relativos para cada una de las variables y modalidades de las respuestas (Jiménez, 1997).

El cuestionario consta de once preguntas de respuesta abierta más otra con tres escalas numéricas de estimación Likert, a las cuales se ha podido responder con libertad y espontaneidad, pues se pretendía un estudio exploratorio, una toma de contacto inicial ante un tema tan complejo como la educación para la paz, punto de partida para posteriores trabajos.

Conocer el estado de opinión nos permite diseñar acciones pertinentes, encaminadas al cambio de actitudes y a optimizar la formación impartida.

Los datos se han tratado globalmente, sin cruzar las variables. Las primeras preguntas se tomaron como variables dependientes: sexo, edad, curso, titulación y lugar de residencia; éstas nos han permitido conocer el perfil socio-demográfico de la muestra e investigación que hemos realizado. En este artículo hemos considerado, por limitación, señalar sólo los principales datos descriptivos que nos ayuden a comprender cómo se configura un escenario de paz dentro de la Universidad. Desagregar mucho más la información irá en función de nuestras principales inquietudes, consistentes en analizar las profundas y contrastadas diferencias que existen tanto en sexo como en el lugar de origen de los estudiantes que recibimos todos los días dentro de la Universidad, no sólo en España; así como indagar las diferencias espaciales en los valores que alcanzan los distintos mosaicos que forman actitudes y comportamientos en nuestros jóvenes.

 

Datos sociodemográficos y académicos de la población

El total de alumnos participantes ha ascendido a 119 (N=119). De ellos, 69 pertenecen al turno de la mañana y 3 no han contestado al ítem correspondiente (NC=3). La distribución por cursos: 1° (59), 2° (47), 3° (7), 4° (2), 5° (1), NC (3), con una importante mayoría de mujeres (102), frente a (17) hombres. Edades: el rango de edad está comprendido entre 18 y 42, y se distribuyen en un grupo de menos de veinte años (36); la mayoría (75) están en la veintena, un grupo pequeño (7) superan los treinta, (NC 1). Titulaciones: Pedagogía (46), E. Infantil (43), E. Primaria (12), Extranjera (10), Educación Física (4), Educación Musical (2), Audición y Lenguaje (2).

Respecto a su procedencia geográfica, dos tercios residen en la capital (85), el resto se reparte entre los pueblos de Granada (Alfacar, Alhama de Granada, Armilla, Churriana de la Vega, Cozvíjar, Cúllar Vega, Dúrcal, Huétor Vega, Loja, Maracena, Mondújar, Montillana, Otura, Padul, Santa Fe, la Zubia, Zujaira) (20) y otras provincias (Alicante, Benidorm, Villajoyosa, Priego de Córdoba, Málaga, Caravaca, Madrid, Valencia, Fuerteventura) (14).

 

Palabras o frases para definir la paz

Hay determinadas palabras en las que coinciden un buen número de encuestados para definir la paz: respeto (34); tranquilidad, calma, sosiego (31); igualdad (25); armonía, concordia, equilibrio, estabilidad (24), tolerancia (23), ausencia de violencia, guerra, maltrato, conflictos, altercados (21); solidaridad (20); amor (16); libertad, convivencia, buen ambiente, compañerismo, compartir, cooperar, colaborar (15), justicia, bienestar-social, cultural y económico en todo el mundo (14); amistad (10); alegría, cordialidad (7); ayuda (5); compresión (4); bondad, empatía, resolución no violenta de conflictos (3); concordia, esperanza, diálogo, dignidad, educación, felicidad, sinceridad (2); con una sola mención aparecen: aceptación, afecto, blanco, coherencia, compromiso, democracia, generosidad, humanización, humildad, relajación, salud, simpatía, unidad, utopía, actividad. Recogemos algunas frases significativas al respecto: "No hay camino para la paz, la paz es el camino, la paz comienza con una sonrisa", "unas manos blancas".

 

Tipos de violencia y ejemplos

Las respuestas hacen referencia a la violencia directa (sea verbal, física o psicológica) (82), y los ejemplos citados son, por orden de frecuencias: de género-maltrato, agresiones, violaciones (73), violencia escolar (acoso, conflictos, bullying) (43), insultos (21), agresiones (17), racismo (11), guerras (10), infantil, maltrato (7), peleas, violencia doméstica, a los animales (6), y en menor frecuencia se mencionan los menosprecios, presiones, amenazas, terrorismo, asesinatos, vandalismo, xenofobia, chantajes emocionales, humillaciones... No se hacen referencias a la violencia estructural ni a la cultural.

 

Experiencias de violencia en los centros educativos

Un tercio dice no tener experiencia (34), los dos tercios restantes (74) dicen que sí; violencia que se manifiesta en los ejemplos siguientes: peleas e insultos entre compañeros (29), violencia física en general (25), agresiones a niños (15), agresiones a profesores (12), bullying (10), relaciones violentas alumnos-profesores (9), acoso, humillaciones, insultos (6), rechazo, marginación, faltas de educación hacia los profesores (3), pequeños conflictos, imposiciones, racismo (2), falta de compañerismo, vandalismo, discriminación (1).

 

Problemas u obstáculos para alcanzar la paz

No contestan (95). En las escasas respuestas encontramos: la guerra, obstáculo para la paz negativa o directa; las diferencias de clases; la insolidaridad entre países para la paz positiva o estructural e incomprensión entre las diferentes culturas; la homogeneización del pensamiento; los prejuicios; el miedo a lo desconocido para la paz neutra o cultural.

 

Ideas o propuestas para alcanzar la paz

Este ítem se ha respondido con ideas y propuestas generales, sin llegar a aspectos concretos, ni siquiera cuando se han mencionado juegos u otras actividades. Se destacan: respetar las diferentes culturas, religiones, ideas (31), la educación (29), la tolerancia con los demás (14), la solidaridad (13), ayudar, el diálogo, hacer el bien (9), colaboración, generosidad, compartir (8), crear buen ambiente, la igualdad (6), tener relaciones positivas con los demás, alcanzar acuerdos (5), ponerse en el lugar del otro (4), evitar diferencias de clases (3), juegos (3), analizar las causas de los conflictos (2), autocontrol (2), dar ejemplo (2), justicia (2), no mirar tanto el dinero y mirar más a las personas (2), reparto de medios (2), videos (2), comercio justo, comunicación, asumir la paz, enseñar que todos somos iguales, estar bien con uno mismo y buscar el bien global, evitar películas y dibujos violentos, humildad, libertad de expresión, no tener armas, no discriminación, saber escuchar, tranquilidad, talleres (1).

 

Personajes representantes de la paz

Teresa de Calcuta (68), Gandhi (63), Martin Luther King (29), Nelson Mandela (20), Juan Pablo II (8), Bob Marley, Vicente Ferrer (4), Jesús de Nazaret, Dalai Lama (3), Barack Obama, Buda, Don Bosco, Juan Carlos I, John Lennon (2), Nino Bravo, Paulo Freire, los hippies, Diana de Gales, Adolfo Suárez, Aung San Suu Kyi, Rigoberta Menchú, Irena Sendler (1). Además, se citan las ONG, la paloma y todas las personas anónimas que colaboran en algo.

 

Influencia de los movimientos por la paz

No contestan (13), ninguna, no me afectan (2), muy poca (10), poca (4), bastante, mucha (5), positiva (36); la forma en que influyen es: concienciación, sensibilización (32), "Me hacen pensar", (19), cambio de actitudes (17), solidaridad (4), "Me desanimo al ver que no se avanza" (3), "Estamos hartos de ver violencias de guerras y series absurdas" (1).

 

Acciones a emprender con miras hacia la educación para la paz

No contestan (26). Entre las respuestas tenemos: educar (en valores positivos) (45), fomentar el respeto (16), concienciar, sensibilizar (11), colaboración, convivencia, compañerismo (9), ser coherentes, empatía (6), resolución noviolenta de conflictos, clases en los institutos (3), libertad de expresión (2), voluntariado, autocontrol, controlar el sexismo (1).

 

Prácticas educativas de no-violencia

No contestan (30); los restantes proponen: resolver los conflictos de manera no violenta (20), educación en valores (respeto y tolerancia) (13), juegos (12), diálogo, teatro, role-playing, video fórum (5), crear buen ambiente en clase (4), educación no sexista, actividades (3), asambleas, dibujos, carteles, compañerismo, excursiones, juegos deportivos no competitivos, dinámicas de grupo, reflexión, enseñar, comprender y valorar las diferentes culturas (2), aprender a escuchar, dibujos, no fomentar la competitividad entre los alumnos, libertad de expresión, comunicación, convivencia, habilidades sociales, participación, día de la paz (1).

 

Actividades relevantes para una cultura de paz

No contestan (33); se citan las siguientes: respetar a las personas,conocimiento y valoración de las diferentes culturas (charlas en clase) (12), ayudar y colaborar en lo que uno pueda, fomentar la convivencia (realizar excursiones, dinámicas de grupo), actividades interculturales de concienciación, celebrar el día de la paz, colaboración entre personas, trabajar en grupo (7), conocer el origen de un conflicto y resolverlo en un entorno de paz (6), cooperación, juegos no violentos (5), mediante dibujos, cuentos, talleres, videos, etc. (4), tolerancia, controlar los medios de comunicación, charlas, reflexionar (3), valorar a los demás como personas, actividades entre hombres y mujeres, compañerismo, diálogo, igualdad, mediación, trabajos en grupo (2), actividades que contribuyan a mejorar la calidad de vida, autocontrol, cooperación, encuentros interculturales, excursiones, justicia, compartir, dedicar un poco cada día, empatía, estructuras sociales buenas, evitar el racismo, integración, mostrar a los alumnos a los representantes de la paz, que los medios de comunicación los difundan, perdonar, reconocer la dignidad que una persona tiene sólo por el hecho de serlo, relaciones comerciales buenas, solidaridad, mural sobre la paz (1).

Grado de acuerdo con las siguientes expresiones: "Si quieres la paz prepara la guerra", "Convertir las espadas en arados", "La paz en sí misma es el camino". Véase Cuadro 4.

 

Algo que añadir

No contestan (92); de las respuestas podemos mencionar las siguientes ideas: "Hay demasiadas personas muy influyentes que predican que quieren la paz, pero no hacen nada para lograrla". "Todo el mundo quiere la paz, a nadie le gusta ver la violencia, pero es un tema complejo, el ser humano es egoísta por naturaleza, piensa en sí mismo". "Conseguir la paz no es un camino fácil de recorrer. Es necesario mucho esfuerzo y participación por parte de la sociedad". "Para alcanzar la paz, la guerra no es la mejor forma de emprender el camino".

En la segunda pasación se han obtenido 109 cuestionarios, pues se produjeron 10 ausencias o abandonos respecto a principio de curso. Los datos nos muestran una evolución moderada en las respuestas, tras los conocimientos adquiridos en las clases.

Como muestra podemos comentar las diferencias respecto al núm. 4, Problemas u obstáculos para alcanzar la paz. Destaca un aumento considerable del número de encuestados que contesta (de 44 a 95), ampliándose las respuestas así como la precisión en el uso de conceptos y ejemplos relacionados. De modo ilustrativo, ahora se habla de violencia psicológica y se citan la desigualdad social, económica, política, la represión, la injusticia social relacionados con la paz positiva o estructural; el conjunto de ideologías y religiones, la discriminación e incomprensión entre las diferentes culturas y su justificación en los medios de comunicación (televisión, cine, prensa) como obstáculos para alcanzar la paz neutra o cultural.

En cuanto a las propuestas, ideas, actividades para fomentar la educación para la paz, se citan, además de las ideas generales ya referidas en los inicios del curso, ejemplos concretos, entre los cuales resaltamos los siguientes: a) crear un buen ambiente en clase, practicando la convivencia intercultural, el diálogo, las habilidades sociales, la mediación, la asamblea como medio de resolución noviolenta de conflictos; b) realizar trabajos de grupo, teatros y dramatizaciones, dibujos, juegos, canciones, talleres de reciclaje y medio ambiente, dinámicas de grupo, proyectos, murales, videos, fotos, comentarios de noticias, manualidades, salidas, excursiones, conferencias, charlas, campañas de ayuda, celebraciones del día de la paz; c) fomentar el voluntariado, la participación en ONG, movimientos y asociaciones; d) difundir hechos, personajes, noticias.

 

Discusión

En los datos sociodemográficos y académicos de la población se destaca que el número de hombres y mujeres no fue equilibrado en valores absolutos (hombres = 17; mujeres =102), pero sí teniendo en cuenta la proporción de alumnos matriculados en estas titulaciones, debido, como decíamos, entre otras causas, a la conocida feminización de la profesión docente.

De los resultados obtenidos se desprende que no hay un conocimiento de la teoría de paz, ni de los diferentes tipos de violencia (ítems 1 y 2), en la mayoría de los casos no se citan ejemplos o lo hacen sin acertar en los conceptos empleados.

El mismo desconocimiento se manifiesta en las respuestas al ítem 4, "Problemas u obstáculos para alcanzar la paz", en donde lo más significativo es precisamente la falta de respuestas (95 no contestan). Nos hace pensar que, al preguntar por diferentes tipos de paz, no tienen idea precisa de la respuesta, o sea, falta de información.

Tras la segunda pasación, una vez analizadas las respuestas del pretest y postest, consideramos que la evolución es moderada; se ha observado un aumento en las respuestas y mayor cualificación en el empleo exacto de los conceptos de paz y violencia, así como propuestas concretas en relación con la educación para la paz. Creemos que en buena parte esto se debe a las clases recibidas.

Al pedirles ideas o propuestas para alcanzar la paz (ítem 5), se responde con generalidades, sin llegar a aspectos concretos, ni siquiera cuando se han mencionado juegos u otras actividades. Igual ocurre al preguntarles sobre acciones a favor de la paz (ítem 8), prácticas educativas de noviolencia (ítem 9) o actividades relevantes para la cultura de paz (ítem 10). En todos los casos el número de los que no contestan es muy elevado y las respuestas son poco concretas; no obstante, destaca la importancia que conceden a la educación como medio para alcanzar la paz, fomentando los valores acordes de respeto, tolerancia, compañerismo, diálogo.

Se cuestiona la influencia de los movimientos por la paz a causa de las respuestas negativas de algunos sujetos (ítem 7), a pesar de que otros afirman estar más concientizados y haber cambiado de actitudes.

En relación con los personajes representantes de la paz, las menciones generalizadas respecto a Teresa de Calcuta, Gandhi, Martin Luther King, pueden responder a la inclusión de estos personajes en los currículos formativos de las etapas educativas previas. La mención de otros como Nelson Mandela o Barack Obama nos hace pensar en la influencia ejercida por los medios de comunicación. Las referencias a Bob Marley, Nino Bravo, John Lennon, obedecerían a la propia afición al personaje y su posible idealización, no tanto a sus contribuciones por la paz.

El proceso formativo logrado en las clases ha hecho que evolucione el grado de acuerdo con las afirmaciones expresadas en el ítem 11, lo cual puede detectarse en los datos expuestos en el Cuadro 4, donde las medias son superiores al final del curso. Los conocimientos adquiridos y las actividades de reflexión modifican las creencias erróneas sobre la paz que tienen numerosos estudiantes, reflejo del estado de opinión de la población. Los valores de la mediana y la moda, iguales o próximos a las puntuaciones máximas, nos indican el grado de acuerdo con las manifestaciones expresadas. Las desviaciones típicas próximas a la unidad nos muestran la semejanza en los criterios de la mayoría de los jóvenes encuestados.

La influencia del proceso educativo que se ha seguido en las clases, tanto en la titulación de Pedagogía como en la de Magisterio, nos confirma que efectivamente se han logrado los objetivos planteados en la investigación, no sólo en los aprendizajes de conceptos relacionados con la cultura de paz y su aplicación futura como profesionales, sino, y especialmente, en lo concerniente a los cambios de actitudes del alumnado, logrando compromisos personales de solidaridad, compañerismo, sentido crítico, producidos como consecuencia del mayor conocimiento de la realidad y la responsabilidad de actuar a favor de un mundo mejor.

Llegamos a estas conclusiones tras el proceso de reflexión de los autores a lo largo del proceso investigativo, en el cual los estudiantes participantes se han visto implicados: primero en el diseño del instrumento y al cumplimentarlo al principio y finalizando el curso; también al dar cuenta de los resultados, en la devolución de la información obtenida tras el vaciado y agrupación de los datos, con los intercambios de opiniones y debates realizados.

 

Conclusiones

Los datos recabados en los estudios teóricos citados, así como los obtenidos en la presente investigación, muestran una toma de conciencia de la importancia de las cuestiones relacionadas con la paz en el currículo formativo de los futuros educadores.

En las respuestas a los cuestionarios se manifiestan unas representaciones sociales respecto a la paz y a la violencia que, de alguna forma, determinan los comportamientos actuales y quizás futuros, si no intervenimos adecuadamente. Es fundamental, como educadores, tener claros los conceptos de los diferentes tipos de violencia para asumir conductas acordes con la paz, en sus diversas modalidades, así como conocer y emplear recursos educativos para la resolución no violenta de conflictos y el fomento de la cultura de paz en los centros educativos. La paz se construye a diario y requiere para su ejercicio personas formadas que participen en contextos donde se vivencia, en espacios de reflexión y experimentación con el grupo de coetáneos. Destacamos tres ideas fundamentales respecto a las representaciones sociales sobre la paz y la violencia que tienen los estudiantes, de enorme repercusión en nuestra labor como profesores:

a) El reconocimiento de la existencia de la violencia directa (verbal, psicológica y física), mientras que apenas se percatan de la violencia cultural y estructural.

b) La carencia de experiencias personales en su estancia en los centros educativos.

c) La falta de ideas para afrontar la educación para la paz en su próximo ejercicio profesional.

Las clases impartidas sí aportan una formación de interés para los futuros educadores; no obstante, dado que estas asignaturas son cuatrimestrales y, como manifiestan algunos alumnos, resultan escasas en tiempo. Una posible mejora sería dotarlas de más carga docente para responder a las expectativas que se generan. En todo caso, es esperanzador que muestren un alto grado de motivación por este tema, tanto en su propia formación como en el deseo de que se incluya en el currículo de los niños y jóvenes.

Somos conscientes de que los datos obtenidos no son en absoluto concluyentes. Al constatar la ausencia de investigaciones en España desde el plano de la educación para la paz, serán necesarios nuevos estudios que completen y contrasten la visión alcanzada de las representaciones sociales sobre la paz en los estudiantes. Sin embargo, el estudio también sienta las bases para futuras investigaciones que se propongan utilizar una metodología similar para exponer sus resultados, con el fin de mejorar la calidad del proceso educativo que realizamos.

Con el trabajo expuesto hemos pretendido indagar en la realidad existente y adaptarnos a la filosofía del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), favoreciendo el proceso de reflexión y acción como fórmula de aprendizaje, pues los resultados han sido discutidos con los estudiantes.

Asumimos las implicaciones personales de las ideas de la paz: sentirnos en armonía con la humanidad, con la naturaleza y con nosotros mismos. Formamos parte del ecosistema donde estamos integrados en el medio ambiente, en concordancia con los demás seres.

Reconocemos que nuestra labor como educadores implica conocer las ideas, saber técnicas y recursos para transmitirlas y asumir los valores en consonancia, para educar también con el ejemplo. Como profesores responsables de la formación de los futuros educadores consideramos prioritario tomar conciencia de la necesidad de proporcionar recursos que puedan ser utilizados adecuadamente en su actividad profesional futura.

En los niveles no universitarios, la educación para la paz se considera tema transversal, lo cual implica la presencia de esta materia en todo el proceso educativo, con una metodología en consecuencia a los presupuestos que venimos proponiendo en el planteamiento de esta investigación, o sea, no autoritaria sino activa, participativa y democrática.

En el proceso educativo sería preciso eliminar la violencia que se manifiesta en la forma, en la vida organizativa y curricular de los centros (violencia estructural), y también en los contenidos (violencia cultural), sustituyéndolas por la cultura de paz.

 

Propuestas educativas

La práctica educativa nos plantea unas exigencias si queremos ser consecuentes con los fundamentos de la cultura de paz, para evitar transmitir la violencia, en cualquiera de sus formas. Si pretendemos inculcar los valores de la paz, correspondería entonces asumir una conducta ética acorde con ellos y mantener actitudes pacíficas. Además del ejemplo personal, es fundamental la creación de un ambiente favorecedor en clase y unos procedimientos coherentes que faciliten en el alumnado apropiárselos e integrarlos en su conducta.

Para evitar la violencia estructural en los centros, adoptaremos alternativas a la rutina, la falta de participación y comunicación, el autoritarismo, la competencia y el individualismo, la pasividad, el verbalismo, propiciando la cooperación, la evaluación formativa, la resolución no violenta de conflictos, la gestión democrática, la inserción en el entorno, el trabajo en equipo, el espíritu crítico y solidario.

En relación con la violencia cultural, ésta se manifiesta en el tipo de contenidos impartidos, determinados por un grupo social que impone una visión cultural por la que se selecciona el conocimiento y se estructura el curriculum, dejando marginadas otras culturas minoritarias o sectores de la población y priorizando unas materias como lengua y matemáticas en detrimento de otras. Frente a estas manifestaciones de violencia cultural proponemos una cultura sin discriminaciones por etnias o sexo-género, abierta a todas las personas, independientemente de su color de piel, lugar de residencia o estatus económico. Al llegar a este punto, desearíamos haber contribuido a razonar y argumentar de forma coherente y necesaria el valor de la paz como instrumento de justicia social, también desde el ámbito de la Educación Superior.

Por último, como señala Jiménez Bautista (2009a), educar para la paz no se trata simplemente de dar clases, ofrecer charlas, etc., ya que esta experiencia pedagógica busca contribuir a la transformación de la persona y, por ende, a todos los seres humanos, en su más amplio sentido, mediante la propia clase, la investigación social y el trabajo en equipo. Todo ello, sin olvidar nunca el sentido común, construyendo nuestros conocimientos en un espacio y en un tiempo vivido, ya que toda realidad debe estar inscrita en el tiempo y en el espacio como señalaba Inmanuel Kant en su Crítica de la Razón Pura.

Todo lo que no se circunscriba a estas dos condiciones no existe para el conocimiento, que debe también plantear los problemas de los lugares que nos ha tocado vivir. No debemos olvidar que apostamos por un reconocimiento de las múltiples identidades que pueden conformar al ser humano en un triángulo perfecto, donde se cruzan la educación, los valores y la paz.

 

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Notas

1 Todos los cuadros se encuentran al final del presente documento (N. del E.).

 

Información sobre los autores

Matías Bedmar Moreno. Doctor en Pedagogía, Facultad de Ciencias de la Educación, Instituto de la Paz y los Conflictos, Universidad de Granada, España. Líneas de investigación: pedagogía/educación social, educación para la paz, educación en personas adultas y mayores, educación intergeneracional. Publicaciones recientes: Recreando la Educación en Personas Mayores: aportes desde la Pedagogía Social, Granada: Grupo Editorial Universitario (2009); "La Educación Intergeneracional", en Fernández, Ma Carmen y Jesús García [comps.], Educación y Adultos Mayores, Rosario: Laborde Editor (2010); "Visión histórico-educativa en la España del franquismo. Influencias y repercusiones a través de los testimonios de vida de nuestros mayores", en Revista de Investigación Educativa, vol. 28, núm. 1 (2010).

Inmaculada Montero García. Doctora en Pedagogía, Facultad de Ciencias de la Educación, Instituto de la Paz y los Conflictos, Universidad de Granada, España. Líneas de investigación: pedagogía/educación social, educación para la paz, educación en personas adultas y mayores, educación intergeneracional. Publicaciones recientes: Recreando la Educación en Personas Mayores: aportes desde la Pedagogía Social, Granada: Grupo Editorial Universitario (2009); "Nuevos planteamientos teóricos. El concepto emergente de la educación en personas mayores", en Fernández, Ma Carmen y Jesús García [comps.], Educación y Adultos Mayores, Rosario: Laborde Editor (2010); "Visión histórico-educativa en la España del franquismo. Influencias y repercusiones a través de los testimonios de vida de nuestros mayores", en Revista de Investigación Educativa, vol. 28, núm. 1 (2010).

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