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Convergencia

versión On-line ISSN 2448-5799versión impresa ISSN 1405-1435

Convergencia vol.17 no.52 Toluca ene./abr. 2010

 

Artículos

 

Organizaciones sociales y desarrollo local

 

Luis Inostroza Fernández

 

Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco. E–mail: lij333@hotmail.com

 

Envío a dictamen: 17 de octubre de 2008.
Reenvío: 12 de marzo de 2009.
Aprobación: 25 de abril de 2009.

 

Abstract

In this work two topics of great interest are analyzed: on the one side, social organizations, and on the other, local development; both have direct relation with the policy of development. These topics will be present along the development of the present text. In this XXI century, the policy of development will be very conditioned by international relations of poverty alleviation; it will have to increase international help in case of famines and catastrophes, produced by global warming, as well as the problem of migration, local wars, and the perfil of a global war. The idea is to stop development with destruction. The policy of development must yield solutions for poor and wealthy countries; this demands a special analysis of the megatrends: globalization and transnationalization and regionalization, three key scenarios of the contemporary world, which make us think of a way of planetary solutions, which favor the development of a capacity of the government at worldwide scale; this is to say, a global governance that acts in the conflictive conjunctures, in situations of local wars and in the face of global warming (management of a capacity of global government, an active governability and a project of world government).

Key words: social organization, megatrends, globalization, transnacionalization and regionalization.

 

Resumen

En este trabajo se analizan dos temas de gran interés: por una parte, las organizaciones sociales y, por la otra, el desarrollo local, ambas tienen relación directa con la política de desarrollo. Estos temas estarán presentes en todo el desarrollo del presente texto. En este siglo XXI la política de desarrollo está muy condicionada por las relaciones internacionales de lucha contra la pobreza; tendrá que aumentar la ayuda internacional en casos de hambrunas y catástrofes, producto del calentamiento global, así como del problema de la migración, las guerras locales y el peligro de una guerra global. La idea es no seguir con el desarrollo con destrucción. La política de desarrollo debe dar soluciones para los países pobres y ricos; ello exige un análisis especial de las megatendencias: globalización, transnacionalización y regionalización, tres escenarios claves del mundo contemporáneo que nos hacen pensar en una forma de soluciones planetarias, que favorezcan el desarrollo de una capacidad de gobierno a escala mundial; es decir, una gobernanza global que actúe en las coyunturas conflictivas, en situaciones de guerras locales y ante el problema del calentamiento global (manejo de una capacidad de gobierno global, una gobernabilidad activa y un proyecto de gobierno mundial).

Palabras clave: organizaciones sociales, megatendencias, globalización, transnacionalización y regionalización.

 

Introducción

En la actualidad las grandes teorías hacen agua, en el sentido de que no tienen las respuestas a los grandes problemas, en particular del desarrollo local, regional o estatal y nacional. Parece que las respuestas se desvían hacia la explicación de los grandes cambios mundiales de nuestro tiempo, tales como las megatendencias: globalización, transnacionalización y regionalización, que son los factores determinantes de la mundialización de la economía, los cuales incluso influyen en la expansión de los mercados, en la creación de nuevas formas organizacionales de tipo monopólico avanzado y los cambios acelerados de la tecnología informática. Estamos frente a un cambio en las formas de pensar de teóricos e intelectuales, de políticos y militantes de partidos y aun de la masa ciudadana de los municipios metropolitanos, urbanos y rurales. En las organizaciones sociales de la base territorial local, la pareja humana exige una mejor calidad de vida y un respeto al sentido del desarrollo humano y transformación productiva con equidad, como lo planteó CEPAL, así como un desarrollo para todos en las ideas de Vuskovic. "Es incontestable que el tiempo de la ortodoxia dogmática de derechas e izquierda ha pasado y que compiten entre sí una variedad de formas de pensar (Hans–Dieter, 2001: 222). Estas son las nuevas ideas y nuevo conocimiento o nueva inteligencia que postula la paz y la prosperidad para todos, las cuales se quedan en el idealismo. Dichos planteamientos están cargados de buenos deseos, pues no resuelven los problemas relacionados con el Estado y la administración pública. Habría que reconocer que el contexto mundial que los define se genera en el periodo de la Posguerra Fría 1990–2008, "pone el acento en las instituciones que son las normas subyacentes del juego y el acento en las organizaciones (y en sus empresarios) recae primordialmente en su papel como agentes del cambio institucional, el énfasis está marcado en la interacción entre instituciones y organizaciones" (North, 1993: 15).

 

El contexto mundial y regional

El contexto mundial y regional permite un análisis con una visión amplia de lo que ocurre en las relaciones internacionales y el modo de actuar de las organizaciones sociales, económicas, políticas, militares e internacionales, así como en la forma que adoptan los procesos de mundialización de la economía: globalización, transnacionalización y regionalización. Este contexto ha sido calificado como de gran complejidad y caos, el cual se refleja hoy en la crisis económica y financiera generalizada, que afecta a todo el planeta. Esta coyuntura política, económica y financiera de alta complejidad exige rediseño de políticas, que tomen en cuenta estímulos y barreras apropias a esta nueva realidad del contexto internacional, en el cual están en desarrollo acelerado tres bloques con potencial industrial, financiero, tecnológico y comercial: Asia–Pacífico, la Unión Europea y América del Norte. Éstos conforman el actual orden económico mundial, y tienen entre ellos fuertes divergencias políticas e incluso militares, además de contradicciones en materia cultural y en su lucha por los mercados.

La perspectiva regional

Estos tres bloques económicos en desarrollo tienen perspectivas regionales diferentes desde el punto de vista territorial, económico, comercial y financiero. En el futuro se aprecia que hay perspectivas de unión entre el bloque europeo y asiático, sería el más fuerte de los tres, en territorio y población y recursos naturales. El bloque económico de América apuesta en el futuro más al desarrollo tecnológico, militar y conquista del espacio.

Una visualización de los problemas desde la perspectiva regional —como es el caso de la de América, conformada por Norte, Centro y Sudamérica— al considerar a México, se explica al ser un país de la región definida como América, aunque con fuertes lazos integradores con su vecino Estados Unidos (EU) por el norte, y Centroamérica y el Caribe por el sur. La característica de México es particular, dado que una parte de su espacio geográfico se ubica en Norteamérica, y otra, al sur, con Centroamérica y el Caribe.

Esto define el contexto geopolítico y geoestratégico de México, en donde el peso y la hegemonía absoluta la ejerce Estados Unidos (EU), aunque México y Brasil juegan un papel de contrapeso, actuando en la ONU con el grupo integrado por América Latina (AL).

A partir de esta realidad, la primera interrogante es si el bloque latinoamericano podrá superar los peligros y los nuevos desafíos que se van planteando en la región de América (Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica) producto de la gran crisis 2008–2009. En esta situación se debe persistir en los objetivos de una estrategia de desarrollo, que postule crear las bases para un crecimiento sostenible a largo plazo. La idea es crear frenos a la recesión desde las regiones para coordinar esfuerzos que deben darse con toda la familia de organizaciones de la ONU.

Aunque es importante destacar que la ONU es la organización social más poderosa que requiere de un cambio organizacional e institucional, especialmente cuando se está en situación de crisis mundial económica y financiera. Cuando se requiere de una regulación a escala global y regional, sinergia que debe funcionar para impedir los efectos nocivos de una recesión económica planetaria mundial, que ya está destruyendo las bases de las economías nacionales.

Las formas que adopta la Posguerra Fría

Es interesante distinguir que la Posguerra Fría ha determinado condicionamientos y ha creado un ambiente para mantener esta forma de regionalización u orden mundial con tres bloques comerciales en formación, que facilitan el comercio a nivel global (Inostroza, 2008: 294). Existen análisis sobre la Posguerra Fría, en el sentido de destacar el papel de la cultura como una fuerza unificadora, por una parte, y de división, por otra. Huntington señala:

En el mundo de la Posguerra Fría, la cultura es a la vez una fuerza divisiva y unificadora. Gentes separadas por la ideología pero unidas por la cultura se juntan, como hicieron las dos Alemanias y como están comenzando a hacer las dos Coreas y las diversas Chinas. Las sociedades unidas por la ideología o las circunstancias históricas, pero divididas por la civilización, o se deshacen (como la ex Unión Soviética, Yugoslavia y Bosnia) o están sometidas a una gran tensión, como es el caso de Ucrania, Nigeria, Sudán, India, Sri Lanka y muchas otras. Los países con afinidades culturales colaboran económica y políticamente. Las organizaciones internacionales formadas por Estados culturalmente coincidentes, tales como la Unión Europea, tienen mucho más éxito que las que intentan ir más allá de las culturas. Durante 45 años, el telón de acero fue la línea de fractura fundamental en Europa. Esa línea se ha desplazado varios cientos de kilómetros hacia el Este. Ahora es la línea que separa a los pueblos cristianos occidentales por un lado, de los pueblos musulmanes y ortodoxos por el otro (Huntington, 2001: 23).

La guerra de Irak y la ampliación de la misma a otros países del mundo árabe, el derrumbe de la ex URSS, la caída del Muro de Berlín y Unificación de Alemania han creado las condiciones para la etapa actual de la Posguerra Fría, en donde aparecen las guerras locales y la gran inestabilidad del mundo contemporáneo. Por otra parte, el aseguramiento del abastecimiento de los alimentos básicos y la responsabilidad de garantizar la protección de las condiciones de vida mínimas aceptables para los pueblos de los países pobres y países ricos crea una situación de inestabilidad mundial; esto también constituye un problema de seguridad y responsabilidad, en donde están comprometidos países ricos y pobres. Esta situación muestra que estamos en una forma de vinculación estrecha con un destino común de países pobres y países ricos. África, Europa, América y Asia tienen que explorar los límites y las posibilidades del desarrollo, en donde las relaciones internacionales se manejan con una perspectiva de política estructural global por continentes; esto obliga a revisar el modelo de desarrollo que está ampliando las desigualdades y propiciando el fortalecimiento de las organizaciones monopólicas en los países hegemónicos, en donde Asia se ve favorecida con el surgimiento de China e India, situación compleja en la cual los centros de poder concentran en sus manos el desarrollo científico y tecnológico, y con ello limitan el desarrollo de las capacidades científico–técnicas de los países pobres que han logrado un limitado avance tecnológico y de desarrollo de una política pública dirigida a la innovación. La forma que adopta la Posguerra Fría es la de un proceso que sigue las líneas de la mundialización de la economía utilizando las megatendencias (globalización, transnacionalización y regionalización); al mismo tiempo crea condiciones para concertar la paz, la reorganización internacional de las organizaciones sociales, la integración y unidad de los pueblos, la superación de las contradicciones y de las guerras de baja y alta intensidad, y, por supuesto, puede evitarse un guerra global.

El mundo, América Latina y México necesitan una gran transformación

El mundo, América Latina y México requieren de cambios y ajustes que resuelvan las grandes contradicciones que persisten en la realidad mundial, como son la disputa entre países ricos y pobres; esto se traduce en la confrontación de gobiernos de países ricos versus gobiernos de países pobres. Se puede apreciar una gran contradicción a escala mundial cuando se postula un plan de rescate de Wall Street, que acelera los procesos de globalización, transnacionalización y regionalización, es decir, el Norte fortalece al Norte y castiga a los países del Sur, en especial Bolivia y otras naciones latinoamericanas. Algunos periodistas sostienen que se trata de adoptar medidas propias de un "modelo socialista para los ricos y una jungla capitalista para todos los demás".1 Como se puede apreciar, el Norte abandona el libre mercado y se apoya en el Estado para ampliar la transnacionalización de las financieras de Wall Street y apoyar las Bolsas de Comercio en un intento por levantar los ánimos en los mercados bursátiles. El monto destinado al plan de salvamento es de "700.000 millones de dólares, corresponde en euros a la cantidad de 477.000 millones de euros. Del total 250.000 millones de dólares, serían desembolsados inmediatamente para comprar y sacar del mercado los activos tóxicos que atenazan a la banca. Además, se agregarían otros 100.000 millones de dólares si el Tesoro lo considerara oportuno. El resto del dinero se liberaría más adelante, si el Congreso lo autorizara".2 Por otra parte, el proceso de globalización se fortalece con los apoyos que se dan al mercado bursátil; en cuanto a la regionalización, también se fortalece en la medida que crece el mercado bursátil de los países del Norte y se territorializa en tres bloques comerciales: Asia–Pacífico, Europa y América. El liderazgo de estos tres grandes bloques correspondería a los países hegemónicos del mundo contemporáneo, que son Estados Unidos, Alemania y Japón.

Esta realidad que se vive en el mundo, la cual impacta igualmente a América Latina y México, demanda cambios en las organizaciones sociales de poder político, especialmente a los gobiernos y partidos políticos para que emprendan cambios organizacionales e institucionales, con el fin de que éstas revisen sus comportamientos y responsabilidades en las tareas sobre todo de desarrollo y planeación local. Esto implica una planeación desde la parte más desagregada del territorio nacional, que es el municipio y desde donde se aprecia mejor la realidad de cualquier país.

En esta coyuntura especial que vive el mundo, América Latina y México, se debe elegir el modelo de planeación apropiado para las organizaciones sociales que se crean para estos tiempos, se requiere un planificador estratégico situacional que maneje apropiadamente tecnología y tenga una visión de largo plazo. Por eso los planificadores no deben alejarse de la realidad, y los políticos–gobernantes no deben alejarse de la planeación. Ambos se necesitan para conducir al gobierno local y poder planificar procesos creativos, que verdaderamente signifiquen poder de conducción y capacidad de gestión. En este ambiente turbulento de crisis que va hacia una situación caótica, es bueno recordar la teoría del caos, la cual, según Daft, dice que vivimos en un mundo complejo, lleno de aleatoriedad e incertidumbre.3 En esta línea de pensamiento, el mundo se caracteriza por la sorpresa, cambio rápido y confusión, y a menudo parece fuera de nuestro control por completo, se trata del efecto mariposa, de cómo efectos pequeños pueden tener efectos de gran impacto dentro de la organización.

La ONU, la organización social y de poder mundial

La coyuntura política actual explosiva exige un cambio a la ONU4 y a su familia de organizaciones sociales de carácter internacional. Se trata de una organización social fuerte con poder mundial, que ejerce un liderazgo moral y político a nivel planetario. Es importante tomar un punto de partida de cuándo se inicia este periodo crítico para la ONU, un punto de inicio para el análisis de los avances de la globalización, transnacionalización y regionalización como procesos claves para la mundialización de la economía, procesos que se intensifican junto con el periodo de la Posguerra Fría (1989–2008).

El inicio de ésta fue un momento que iluminó al mundo, muchos intelectuales, científicos, políticos, académicos, gobernantes, líderes sindicales, dirigentes campesinos y el ciudadano común pensaron que comenzaba un periodo de paz y un nuevo orden mundial con grandes expectativas; pero surgieron los conflictos y guerras locales del Golfo Pérsico, la invasión de Kuwait, la confrontación en los Balcanes, Kosovo, y la guerra de la OTAN contra Yugoslavia. La nueva realidad duró poco, las cosas se agravaron cuando principiaron los bombardeos y ataques a Irak, y se inició la invasión masiva en 2003; todo el mundo dedujo que se trataba de controlar el petróleo y las reservas de Irak. La realidad se hizo más compleja y puso a prueba a la ONU, como organización mundial, pues tuvo que soportar fuertes tensiones en política internacional, las cuales pusieron a prueba a los gobiernos de la mayoría de los países. Éstos entienden que la ONU es un espacio para el diálogo, negociaciones y concertación, todos quieren una ONU fuerte y dotada con los instrumentos morales, políticos, organizacionales y operacionales para hacerla participar como la organización líder del colectivo de naciones, a fin de enfrentar las amenazas y desafíos globales de la Posguerra Fría. Este momento crucial del siglo XXI lo determina el actual momento histórico, que se inicia el 11 de septiembre de 2001, cuando el corazón del imperio fue tocado con la destrucción de las torres gemelas. De ahí en adelante la tensión social, política y militar ha sido más fuerte; la actual crisis del petróleo de 2008 y la virulenta crisis financiera (rompimiento de la burbuja financiera de Wall Street) tienen al mundo en suspenso. La ONU como la organización social más poderosa del planeta requiere de rediseños organizacionales e institucionales para intervenir cuando se manifiestan grandes males a escala mundial: el peligro nuclear, la proliferación de armas de todo tipo y de destrucción masiva, el terrorismo de Estado y religioso, aumento de la perversidad y de la violación de los derechos humanos, adelgazamiento del Estado de derecho, la arbitrariedad, la criminalidad organizada transnacional, aumento de la pobreza extrema y otras amenazas que alertan sobre lo que es el terrorismo de Estado y religioso, en el cual sus actores llegan hasta la inmolación.

 

Desarrollo local en el contexto de las megatendencias

El desarrollo local ha tenido sus altas y sus bajas; la situación actual y los castigos que han recibido los gobiernos locales representan una lucha por el financiamiento y grandes esfuerzos por aumentar los ingresos propios en toda América Latina y el Caribe, así como México. Esto tiene sus explicaciones que muestran lo sucedido: una razón de peso es la caída del ingreso per cápita en la mayoría de los países de la región durante la década de 1980 (definida como la década perdida) y la insuficiente recuperación lograda en los noventa. Los dos últimos decenios del siglo XX fueron fatales para el desarrollo y crecimiento de América Latina y el Caribe.

Insuficiencias y fragilidad de las economías latinoamericanas frena el desarrollo local

La situación financiera de los municipios ha sido difícil para los gobiernos de la región, pues dejó al descubierto las insuficiencias y la fragilidad de las economías latinoamericanas, en particular de México, así como lo difícil que ha sido la recuperación para enfrentar la reactivación de las economías locales. El ritmo de la expansión económica ha sido menor al de la crisis de la deuda externa (1982–1983). Esto muestra un grado alto de vulnerabilidad y fragilidad de las economías de la región; en esos años se pudo constatar el aumento de la inseguridad económica de las familias que viven en municipios conurbados o metropolitanos, cuando las estadísticas de ingresos mostraron una caída y, en consecuencia, la reactivación productiva fue limitada y en las décadas de 1980 y 1990 nunca se llegó a los niveles logrados en 1981.5

Ante esta inseguridad económica generalizada, que ha creado problemas sociales y familiares en los hogares de bajos ingresos, se exige analizar mejor la situación del municipio mexicano y latinoamericano, se requiere reaccionar ante esta época de grandes cambios tecnológicos y sociales. Las organizaciones sociales y económicas deben mejorar sus formas de gestión y lograr una mayor flexibilidad de gestión para enfrentar el cambio y avance hacia la modernidad a través de las innovaciones: tecnológicas, organizacionales, sociales e institucionales. Esto exige comprender la idea de las mejores prácticas del contexto local, estatal y latinoamericano. Es necesario mantener un desarrollo local, mediante una estrategia que lo dirija hacia la modernidad, que se puede traducir en lo que es una ventaja competitiva en el lenguaje de Porter. Esta visión se justifica cuando se tiene un dominio tecnológico y la capacidad de utilizarlo y difundirlo cuando se tiene el conocimiento y como prioridad la formación del capital humano.

Las aportaciones federales y el bajo rendimiento de los cobros del predial han incidido en comprender que el impuesto más importante se mantiene en un nivel bajo, en la mayoría de los municipios. Además, el proceso de mundialización de la economía ha tenido un impacto diferenciado en cuanto a las megatendencias: globalización, transnacionalización y regionalización. Los municipios de América Latina dotados de recursos naturales renovables y no renovables son los que han tenido las preferencias de los inversionistas de empresas transnacionales y grandes bancos internacionales, en el caso de América Latina y de México, en particular. Todos buscan oportunidades de inversión en el sector petrolero, minero e industrial en las ramas modernas y más competitivas de la economía nacional de los países de la región.

En las entidades federativas y municipios de la mayoría de los países de la región se deja sentir un deterioro del poder de compra de sueldos y salarios, lo cual ha significado restringir el poder adquisitivo de las familias. Esto, unido a la falta de protección del empleo, la caída de las inversiones y las insuficiencias de los programas de previsión y seguridad social, ha creado condiciones de agravamiento de la inseguridad económica, "que llega a observarse en la mesa de los hogares o de las familias, allí donde el bistec se ha achicado o ha desaparecido".6

Los máximos determinantes del crecimiento económico y desarrollo local

El desarrollo local y el proceso de crecimiento tienen sus fundamentos en la productividad y la oferta de mano de obra, éstas son las fuentes inmediatas del crecimiento, sea en la escala municipal, estatal y nacional. Estos dos factores determinan el crecimiento de la producción, "una forma útil de generar una taxonomía de las fuentes de crecimiento consiste en considerar lo que los economistas llaman una función de producción. Una función de producción no es más que un modelo referido a la forma en que insumos como la mano de obra, el capital y la tierra se transforman en productos como el trigo, el cemento, los automóviles de lujo y las comidas de restaurant" (Bluestone y Harrison, 2000: 55).7 Esto permite identificar los factores de la producción y determinar la incidencia de ellos en los costos; si se desea más capital físico significa aumentar la productividad del trabajador rural, y con ello también aumenta la producción.

La racionalidad de una decisión hoy depende de lo que suceda mañana

En el presente el hombre trata de actuar en forma apropiada, en el sentido de actuar con racionalidad y entendiendo que su decisión tiene necesariamente un efecto cierto en el mañana. Esto exige tomar en cuenta la planeación; la dificultad que enfrenta el planificador es que él ve cumplidas sus metas con los ojos de hoy. En la búsqueda de los factores de crecimiento que tienen que ver con la oferta de empleo, la productividad del trabajo, los cambios tecnológicos no incorporados (innovaciones) y la organización de la producción. Estos factores deben estar presentes en el proceso de formulación del plan de desarrollo local.

En las actuales condiciones de fuertes fricciones internacionales entre países ricos y pobres, así como la crisis que afecta al país hegemónico, Estados Unidos (EU), en la esfera de las relaciones internacionales se agudizan contradicciones y se cuestiona el poder internacional, que, con la aparición de China e India como potencias industriales, muestra que la correlación de fuerzas a nivel mundial cambia, situación que hace más compleja la crisis de Estados Unidos, si analizamos los determinantes claves del crecimiento económico: oferta de mano de obra, productividad del trabajo (capital físico, cambio tecnológico incorporado al capital físico y capital humano), cambios tecnológicos no incorporados y organización de la producción. El cuadro siguiente explica cuáles son los factores del crecimiento y el desarrollo.

El cuadro muestra una forma de analizar cómo se genera el crecimiento económico en la realidad de la organización social y cómo se realiza la producción en todo el territorio del municipio. También entrega una visión de cómo se da la oferta de mano de obra, cómo se comporta la fuerza de trabajo productiva y la no productiva. Destaca la productividad del trabajo y de su efecto en los aumentos de producción, especialmente en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, época de crecimiento para México y Estados Unidos, en el periodo 1948–1973.

El desarrollo local tiene una relación directa con la idea de conglomerado industrial, concepto que en la década de 1960 fue introducido por Naciones Unidas, y en la de 1970 por los parques y puertos industriales. Luego, en los años ochenta se planteaba la idea del desarrollo regional con el desarrollo de ciudades industriales, era la forma de relacionarse con la tecnología e innovación. Boisier Krugman (1991) habla de la "resurrección de la geografía económica", debida al reconocimiento de la existencia de rendimientos crecientes, lo cual lleva a replantear las teorías de la localización a partir del estudio de las ventajas económicas que traen consigo los procesos de aglomeración espacial de los agentes económicos. Boissier señala que el enfoque del desarrollo local centrado en la estructura industrial ha cristalizado en tres visiones para el análisis, la investigación y la diseminación, basadas respectivamente en i) el distrito industrial "a la italiana", ii) el medio innovador "a la francesa", y iii) los clusters "a la americana".

 

Conclusiones

En una situación como la actual en donde las grandes tendencias de la globalización, transnacionalización y regionalización, en su forma de conducir la mundialización de la economía, exigen a las organizaciones sociales adaptarse a las nuevas condiciones que imponen los cambios, se requiere mayor flexibilidad y estilos nuevos de gestión para enfrentar la crisis generalizada que hoy enfrenta todo el planeta. Cuando la incertidumbre y el riesgo aumentan, caen las ventas y los ingresos bajan, es necesario adoptar medidas precautorias para evitar pérdidas mayores; la organización debe cuidar sus activos intangibles y saber limitar su campo de acción. Es indispensable tener un plan de acción que asegure mantenerse en el mercado a una baja que garantice la pérdida mínima.

Los ejecutivos de las organizaciones sociales deben estar atentos a los cambios, en la forma de gestionar y saber tomar las decisiones apropiadas en tiempos de crisis, ello implica poner a la organización en tensión, se trata de operar a baja frecuencia, definiendo los mínimos aceptables para mantenerse en un mercado castigado, en donde no se logra la ventaja competitiva, sino se busca el nivel para mantenerse el tiempo suficiente para no caer en la quiebra.

Las organizaciones deben saber cuidar en tiempos de crisis a su personal ya formado —es la inteligencia de la organización productiva y comercial—, deben hacerlo participar. Especialmente, en esta situación hay que prestar mucha atención a la participación de los trabajadores y a su sentido de proteger su empleo con nuevas ideas.

Es importante hacer reaccionar a los industriales, distribuidores, administradores y gerentes sobre innovar en formas de cooperación y de asociación nuevas, crear grupos estratégicos que estudien formas de relaciones para estudiar en conjunto las innovaciones tecnológicas, organizacionales e institucionales que se requieran para aprovechar las mejores prácticas del entorno interno y externo, así como las relaciones de tipo internacional.

Las organizaciones sociales también deben manejarse con cautela, pues los cambios exigen fondos y recursos; toda organización social requiere de un financiamiento apropiado para sufragar sus actividades. Las organizaciones públicas y privadas, en épocas de crisis, sufren la penuria del financiamiento, situación que exige a los municipios concentrar más su atención en el desarrollo local, en hacer planes ajustados a las capacidades de los recursos naturales disponibles, así como de la base industrial e infraestructura disponible para asegurar una mejor calidad de vida a sus ciudadanos, los cuales tratan de cumplir para generar los servicios básicos que demandan los ciudadanos.

Las organizaciones sociales que se dedican a resolver problemas de convivencia entre países que actúan con los gobiernos en el campo de la política, los conflictos internacionales, las tensiones entre gobiernos vecinos, los derechos humanos y otros requieren de ajustes y rediseños de tipo organizacional e institucional. La misma organización de las Naciones Unidas, en momentos críticos como los actuales, necesita un cambio macroorganizativo, que le permita enfrentar en mejores condiciones los quiebres institucionales que se dan en los diferentes continentes.

 

Bibliografía

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Notas

1 Este planteamiento lo hizo el periodista Arun Gupta, tomado de nota del periodista David Alandete del diario La Jornada del 27 de septiembre de 2008.

2 Información tomada del artículo de Juan J. Aznárez, "El electoralismo bloquea el plan de rescate", en La Jornada (27 de septiembre de 2008).

3 Los administradores y los estrategas de gobierno no pueden medir, predecir ni controlar con técnicas nuevas el drama que se desarrolla dentro o fuera de la organización (Daft, 2000: 14).

4 La encuesta del CIDE y el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI), cuyo objetivo era recabar la visión de los mexicanos respecto a la ubicación de nuestro país en el mundo, revelaron que 72% de los entrevistados manifestó su convicción de que la ONU es un instrumento eficaz para la paz y la seguridad internacionales (Green, 2007: 26).

5 La caída de los ingresos en 1981 fue de 20% en Argentina, Chile, México y Venezuela. El ingreso per cápita aún no logra recuperarse a los niveles de 1981.

6 Esta encuesta sobre cambios previstos en los niveles de vida (1999), realizada por el BID, tomó una muestra de 14 países de América Latina, expresados en porcentajes. "Considerando todo, ¿diría usted que sus padres vivían mejor, igual o peor que como usted vive hoy?"

7 A mayor tecnología empleada en la cosechadora o en los programas de computadora usados para analizar el suelo del productor se pueden lograr mayores rendimientos, aun con la misma inversión en una cosechadora y una computadora.

 

Anexo

 

Información sobre el autor

Luis Inostroza Fernández. Profesor investigador del Departamento de Administración de la UAM, Unidad Azcapotzalco, miembro del Núcleo Básico de Profesores del Posgrado de Estudios Organizacionales de la UAM, Unidad Iztapalapa, y responsable del Cuerpo Académico Grupo de Investigación en Gestión y Planeación del Desarrollo Local (GEPLADEL), miembro del SNI nivel I.

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