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Historia y grafía

versión impresa ISSN 1405-0927

Hist. graf  no.62 México ene./jun. 2024  Epub 26-Ene-2024

https://doi.org/10.48102/hyg.vi62.519 

Reseñas críticas

Giovanni Botero, los saberes, Roma y el universalismo católico

Giovanni Botero, knowledge, Rome and Catholic universalism

*Universidad Autónoma de la Ciudad de México. México. Correo: fernandociaramitaro@uacm.edu.mx

**Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. México. Correo: abascal_pablo@hotmail.com

Andretta, Elisa; Descendre, Romain; Romano, Antonella. Un mondo di Relazioni. Giovanni Botero e i saperi nella Roma del Cinquecento. Roma: Viella, 2021.


El libro Un mondo di Relazioni. Giovanni Botero e i saperi nella Roma del Cinquecento, coordinado por Elisa Andretta, Romain Descendre y Antonella Romano, se divide en cuatro partes, cada una con una temática diferente: los mundos romanos de Botero; los Estados, imperios y saberes; la relación de Botero con las islas y ríos; y finalmente, su relación con Asia y América del sur. En total, la obra contiene una introducción y catorce capítulos, escritos por importantes especialistas sobre la materia, en su mayoría en italiano, aunque también existe un número considerable en francés y, en menor cantidad, en español.

Como lo mencionan los autores, la originalidad del libro radica en que más que un estudio exhaustivo de la obra de Botero, se centra en cruzar varias propuestas interpretativas de esta obra emblemática de las prácticas y saberes del mundo. Los textos del volumen tratan, desde distintas miradas, las Relazioni universali de Giovanni Botero (1544-1617), jesuita, escritor y filósofo italiano, quien también fungió como secretario del joven cardenal Federico Borromeo (1564-1631), primo del famoso santo de la contrarreforma Carlos Borromeo (1538-1584). Botero llegó a Roma en octubre de 1586 y ahí se quedó hasta finales de 1599. Sus Relazioni pretendían ser un informe que describiera o narrara las experiencias dignas de memoria (como misiones o viajes), y que retrataran la realidad del mundo entero desde la perspectiva católica.

Como el título lo indica, el objetivo del libro es insertar los saberes del Renacimiento en la Roma del siglo XVI. Así, la ciudad eterna, presentada como ciudad-mundo, funge como protagonista junto con Botero, pues como capital de la cristiandad, a donde llegaba información de los misioneros de todas las órdenes religiosas y de los cuatro continentes, le ofreció al autor las condiciones materiales e intelectuales para dar forma a su proyecto, en un momento en que el universalismo papal buscaba imponerse en el orbe católico. De esta forma, a pesar de que el italiano viviera en varias ciudades europeas, Roma le ofreció las condiciones únicas para que realizara su obra monumental: las Relazioni universali.

Las preguntas guía del libro son: ¿cómo Roma influyó en el pensamiento y la creación de las Relazioni de Botero? ¿Qué recursos materiales e intelectuales utilizó el autor para crearlas? ¿Cuáles son las condiciones históricas de la producción de la obra de Botero y sus lectores? A partir de dichos cuestionamientos, los autores buscan ir más allá de dar una lectura unívoca de las Relazioni, con el objetivo de demostrar al lector las múltiples interpretaciones que hoy en día se realizan acerca del personaje y su producción intelectual. Para ello, los académicos ponen especial atención en cómo las Relazioni están insertas en la reconfiguración europea de los saberes del mundo, desde una perspectiva misionera que sitúa a Roma como centro político y no solo religioso desde donde se guiaría la misión universal de la Iglesia.

En la lengua castellana, una relación es un informe que habitualmente se hace por escrito y se presenta ante una autoridad. De acuerdo con Sebastián Covarrubias Orozco,1 la palabra “relación” proviene del latín relatio, la cual explicita la función del “relator”, o sea, el oficial que, en los consejos o audiencias, refiere “una causa bien, y fielmente, sin daño de ninguna de las partes”, informando así acerca de un fenómeno, “dar forma” a una cosa, y “ponerla en su punto y ser”. Siguiendo dicha definición, Botero es el relator por antonomasia del último Renacimiento, como compilador de informes y lecturas, que contribuyó a definir una época para las relaciones diplomáticas, la escritura de una historia de los saberes, en un diálogo de poder entre la ciudad pontificia y el mundo cristiano, así como con el universo “bárbaro” y de los herejes.

En la primera parte del libro, titulada I mondi romani di Botero, los autores abordan la relación que tuvo el personaje analizado con la evangelización mundial. Maria Antonietta Visceglia, quien escribe el capítulo “Le Relazioni universali e la politica internazionale del papato: policentrismo e mondializzazione”, analiza las familias que formaron parte del círculo de Botero en Roma, como los Altemps y los Farnese, quienes lo ayudaron a ser protagonista en la corte romana y la política europea en relación con la evangelización de Indias. Como Visceglia subraya, para Botero la misión era el eje central del trabajo de cualquier cardenal, que concibe en la encrucijada de varios saberes -geográfico, histórico y teológico- los cuales inserta en las Relaciones universales (p. 80).2 Los parámetros utilizados por los embajadores venecianos formaron parte de la lectura hecha por Botero a las distintas regiones del mundo, que distingue en tres niveles: el de la descripción geográfica y económica de Europa, Asia, África y los nuevos mundos; el de la valoración de la grandeza y la riqueza de los más grandes principados; y la de una clasificación de los pueblos según las creencias religiosas, que al mismo tiempo era la “historia de las conversiones realizadas y de las posibilidades de evangelización” (87-88). En suma, Visceliga demuestra que Botero realiza una conexión entre conocimiento geográfico, política y misión paralela a la reflexión de otros jesuitas, como Antonio Possevino y José de Acosta.

Romain Descendre se responsabiliza de “«Uffizio» e «cognizione»: Botero e i cardinali tra Roma e il mondo”, en donde subraya cómo la relazione consistía sobre todo en descripciones extraídas de la experiencia que Botero recopiló. Para Descendre, la obra de Botero es un texto misionero, es decir, “conectado al tema de la evangelización y a los métodos e instituciones para llevarla a cabo, en el que el conocimiento y la propaganda se entrelazan en una relación mutuamente beneficiosa” (p. 99). La hipótesis que desarrolla es que la estructura de las cuatro partes de las Relaciones universales se debe a la lógica y la idea de la “conquista espiritual”, temática que subyace a lo largo del texto, que, con la configuración de un nuevo catolicismo romano después del Concilio de Trento, pretendía poner en práctica el principio de una presencia y una acción dirigidas a todos los pueblos del mundo (100-101).3 Principio que surgía de la experiencia misionera de franciscanos, dominicos y agustinos, cuya praxis de acción se fue configurando en términos teóricos hasta la segunda mitad del siglo XVI.4 Finalmente, Descendere estudia las dedicatorias de Botero a varios cardenales, ya que las Relazioni eran la suma de saberes para el uso específico de los prelados, quienes necesitaban un exhaustivo conocimiento del mundo, en virtud de la doble naturaleza de la jurisdicción pontificia, espiritual y temporal.

El capítulo de Giovanni Pizzorusso, “Conoscere per convertire. Botero, le Relazioni universali e l’evangelizzazione”, tiene como objetivo demostrar que las Relazioni fueron una enciclopedia geopolítica de referencia en Europa y un texto misionero que sirvió como guía para la evangelización planetaria. Así, sobre todo en la parte tercera y cuarta, realiza una especie de mapamundi religioso de los pueblos no cristianos, donde se vale de la información que enviaron los misioneros a Roma, primordialmente correspondencia jesuita. Para lograr su cometido, Pizzorusso comenta cómo Botero fue una pieza fundamental para la fundación de una congregación misionera formada por cardenales, Propaganda fide, que nace con el objetivo de convertir a todos los infieles y asistir a las minorías católicas en territorios donde el catolicismo era frágil.

En “Un seul ouvrage pour tenir le monde, des dizaines de relations pour l’écrire”, Antonella Romano trata la relación que existió entre la Compañía de Jesús y Botero para la escritura de las Relazioni, pues enfatiza que las principales referencias de que se apropió Botero para realizar su sondeo sobre el estado cristiano del mundo fueron las de la Compañía de Jesús. Romano se enfoca en cómo funcionaba dicha orden religiosa, desde la centralidad romana que construyó Ignacio de Loyola hasta su situación en la época de Botero, cuando los jesuitas recolectaban y redistribuían información, textos y saberes de todos los rincones del orbe, con los cuales Botero se vio en la posibilidad de mostrar una “geopolítica del momento” y un tipo de relación universal. En suma, Romano invita a estudiar las Relaciones de Botero en su complejidad, en donde los jesuitas contribuyeron notablemente a organizar el mundo católico plasmado en la obra del autor aquí analizado.

El capítulo de Paolo Sachet “Le Relazioni universali in tipografia: le prime edizioni romane” trata sobre la relación de Botero con la imprenta. Sachet analiza las primeras ediciones romanas de las Relazioni producidas entre 1591 y 1596, donde demuestra que la obra de Botero se expuso a variaciones arbitrarias y locales de acuerdo con su lugar de publicación. La primera de las ediciones fue publicada por Giorgio Ferrari, quien fungió como librero, tipógrafo y editor, cuya impresión marcó el ascenso de la obra Botero. El autor nos cuenta cómo Ferrari, al igual que todos los editores y tipógrafos romanos de la época, buscaba favores del pontífice, en este caso, de Gregorio XIV (1591), quien amparó su taller tipográfico. Fue gracias a él que desde 1591 comenzó una presencia abrumadora de Botero en la imprenta y, en 1598, Ferrari recibió un privilegio especial por la publicación de las cuatro Relazioni, existiendo un notable vínculo entre Ferrari y Botero.

La segunda parte del libro reseñado se titula Stati, imperi, saperi, que, como su nombre lo indica, reúne a los capítulos dentro de la temática que tratan las Relazioni universali con los estados, imperios y saberes de la época. En “Le Relazioni universali come armi da guerra. Ovvero Botero «dietro l’avello di Machiavello»”, Jean-Claude Zancarini hipotetiza que Botero reflexiona sobre la guerra de Maquiavelo. Utiliza el pensamiento del florentino precisamente para repensar la guerra librada y metafórica contra los enemigos internos y externos del catolicismo papal, dirigida para salvar las almas. Esta sugestiva ruta investigativa toma en consideración tres aspectos: el territorio, el enemigo y la religión. Así, el proyecto literario de Botero es en realidad un proyecto político y estratégico que busca dar a los prelados de la Iglesia católica los medios para combatir a los adversarios de la religión universal, entre los que se encuentran Erasmo de Rotterdam, François Rabelais y Clément Marot, quienes degeneraron el catolicismo y multiplicaron el número de sectas hereticales.5

Jean-Louis Fournel escribe “Écritures géographiques et lectures restreintes. Botero lu par Campanella et les ‘campanelliens’”, donde analiza la lectura que hizo Tommaso Campanella de la obra de Botero, cuyos escritos fueron una referencia notable para el napolitano. Fournel resalta las similitudes y diferencias entre los dos autores: entre las primeras se encuentra que los dos hablaban desde Roma; en cuanto a las segundas subraya la forma en cómo entienden el mundo, la influencia de la Compañía en Botero, así como la manera en que concebían los imperios ibéricos de la época. Los puntos en común y las divergencias entre sus visiones produjeron intercambios fructíferos; sin embargo, a pesar de sus diferencias, Campanella cita a Botero en dos obras, sobre todo para hablar de la monarquía española, aunque no lo utiliza de forma sistemática. Finalmente, Fournel concluye que Botero y Campanella entienden su visión católica de la historia de un universo pujante en los detalles de la trayectoria de los hombres y de la integridad de un mundo en la constitución de los saberes que buscan promover.

En “Avatares de Giovanni Botero y de sus Relazioni universali en España, 1601-1611”, José Pardo-Tomás aborda la producción y recepción de las Relazioni en la península ibérica. Así, a lo largo de su capítulo, Pardo-Tomás analiza la escritura de Botero sobre España, su contacto con fuentes orales y escritas, así como las ediciones hispánicas de las Relazioni que comenzaron en 1603. También a través del vínculo con España, pone atención en cómo su estancia en dicho país fue relevante para sus escritos, tanto por el contacto directo con los ibéricos como por las fuentes que pudo consultar sobre las poblaciones americanas. Igualmente, resalta las ediciones que existieron de la obra en lengua castellana, como una forma de llegar a una audiencia más diversa y plural, en este caso, la hispana.

Rui Manuel Loureiro, en “L’empire portugais dans la bibliothèque de Giovanni Botero”, examina las fuentes portuguesas que Botero utilizó para analizar los territorios pertenecientes a la monarquía lusitana. Subraya cómo el personaje tuvo acceso a dicha documentación debido al flujo de información que existía desde Lisboa, un movimiento que casi no ha sido investigado. Como ya lo mencionaron otros autores en capítulos anteriores, Loureiro se enfoca en los jesuitas como fuente de inspiración principal para recolectar información de los territorios de ultramar, debido a que eran los principales informantes del mundo extraeuropeo.

La tercera parte se denomina Un globo di terra e d’acqua, donde en dos capítulos se analiza la relación de la obra de Botero con los ríos y las islas. En su texto, “Une autre partie du monde? Le livre des îles de Giovanni Botero”, Jean-Marc Besse analiza las islas y los espacios marítimos de las Relazioni, para los que Botero se apoyó de un material cartográfico abundante, de origen principalmente italiano y flamenco. Así, Besse propone una lectura de los mundos insulares en relación con las circulaciones transoceánicas de las monarquías ibéricas, lo cual aborda hasta el final del libro, que las presenta como una manifestación original de la providencia divina.

Elisa Andretta, en “Il filo dell’acqua. Fiumi e saperi nel mondo di Giovanni Botero”, investiga los ríos en la obra del autor de las Relazioni, así como su interés en la organización del mundo y en la economía. La historiadora subraya que el atractivo de Botero en ellos se debe a dos perspectivas complementarias: el papel que tenían en la organización geográfica del mundo y la unión entre poder, territorio y población.

La cuarta y última parte se titula Ritagliare e dettagliare, donde los autores tratan el abordaje de Botero en Asia y América del sur. En “Les compositions botériennes de la Chine”, Michela Bussotti indaga cómo Botero abordó en las Relazioni el tema político en China, marcado por el impulso de la imprenta, y donde el jesuita Juan González de Mendoza fue una de sus principales inspiraciones para enriquecer sus argumentos en las Relazioni universali. Las noticias de Oriente las obtuvo de los circuitos ibéricos de información, así como referencias de algunos misioneros, como de Francisco Xavier en Japón o el mantuano Antonio Possevino, quien realizó un informe explícito de los caracteres chinos. Finalmente, la autora concluye que Botero describe un sistema autoritario y una imagen positiva de China bajo la dinastía de los Ming, que pronto se aniquilaría con la llegada de los manchúes.

Por su parte, Margherita Farina, en “«Chrétiens d’Asie» et Églises syriaques dans les Relazioni universali: entre inscriptions géographiques et identifications religieuses”, profundiza en el tema de los cristianos y las iglesias siríacas en las Relazioni, que Botero las utilizó con el fin de describir el origen de las herejías y para que dichas iglesias tuvieran una reconciliación con Roma. La autora cuenta que en el siglo XVI ya eran comunes los contactos entre la curia romana y las iglesias de Asia y África, entre ellas los coptos, como lo muestra la misión de Leonardo Abel al Levante y Oriente Próximo. Farina relata la descripción que Botero hizo de cada una de las iglesias asiáticas, como los melquitas, los nestorianos, los jacobitas, los armenios y los maronitas, y también realiza un paralelo con la Relación de Leonardo Abel, la fuente más importante que utilizó Botero para hablar de los cristianos en Asia, aunque no la única.

En el último capítulo, “Giovanni Botero, lector de Alonso de Ercilla. Guerra y geografía en el sur de América”, Rafael Gaune Corradi analiza la información que aparece en las Relazioni universali con referencia a Chile, donde muestra una tensión entre geografía, conquista y cristianización de los indios, y pone especial énfasis en la guerra entre mapuches y españoles. La gran mayoría de la información de Chile Botero la obtiene de La Araucana (1569), de Alonso de Ercilla, único libro que cita de manera explícita para hablar de esta parte del mundo. Botero inserta la guerra de los mapuches en un contexto en donde la monarquía tiene otros conflictos bélicos, aunque se aleja de las metáforas de la geografía de Ercilla.

En líneas generales, por su rigor académico y originalidad, el libro coordinado por Andretta, Descendre y Romano representa una gran aportación para la historia de la producción y circulación de saberes en el Renacimiento, ya que se analiza a Giovanni Botero (y sus Relazioni) a partir de sus vínculos con Roma y las fuentes que leía de misioneros, letrados y oficiales. Cada capítulo, además, entra a detalle con diferentes aristas para aproximarse a su obra. Siendo un libro colectivo, en el cual se examinan varias líneas de pesquisa, que empero -todas- sitúan a Botero en la Roma del siglo XVI, consideramos que este volumen será básico para los especialistas que busquen entender la circulación y recepción de los saberes misioneros y católicos en el mundo cambiante de finales del siglo XVI y los inicios del XVII.

Como los mismos editores han aclarado, se trata de un libro “coral” que, desde luego, no pretende ser exhaustivo.Pero queda patente que, desde el punto de vista metodológico, el enfoque seguido por todos los académicos involucrados en el proyecto se inscribe en una historia del conocimiento y, en cierto sentido, también en la historia política y de las ideas.

En conclusión, a través de un abanico de fuentes académicas, vernáculas, orales y escritas, las Relazioni Universali de Botero lograron “movilizar saberes”, produciendo conocimientos para la época, entre ellos geográficos, políticos, demográficos y filosóficos. Escritas desde Roma, las Relaciones se centran en las islas, las ciudades, las regiones y los ríos de todo el globo. Así lograron organizar el mundo y diseñar una ruta de conquista y reconquista para los católicos más comprometidos en la difusión de la que consideraban era la única fe. Asimismo, su creación está relacionada con la configuración de los imperios en la época moderna, donde la religión, a pesar de haber sido menospreciada por algunos expertos en el tema, que han entendido el concepto de “imperio” en relación casi exclusiva con las redes del comercio, el conocimiento técnico o la migración, fue un tema esencial. Si bien los otros temas también son básicos, no son suficientes para narrar el papel imperial de las sociedades del pasado, donde el papel de la fe era fundamental. Dicha omisión es indiscutible si el tema religioso -y Botero era muy consciente de esta realidad- estaba relacionado con las dos monarquías más confesionales y clericales de la Europa moderna: la papal y la española.6

Bibliografía

Botero, Giovanni. Dell’vffitio del cardinale libri II. Roma: Nicolò Mutii, 1599. [ Links ]

Brambilla, Elena. La giustizia intollerante. Inquisizione e tribunali confessionali in Europa (secoli IV-XVIII). Roma: Carocci, 2015. [ Links ]

Ciaramitaro, Fernando. “La frontera misionera en México entre conquista espiritual y territorial (Chiapas, territorio yaqui y Californias)”, Anuario latinoamericano. 6 (2018) 169-184. [ Links ]

Ciaramitaro, Fernando. Santo Oficio imperial. Dinámicas globales y el caso siciliano. Barcelona-México: Gedisa-UACM, 2022. [ Links ]

Descendre, Roman. L’État du monde. Giovanni Botero entre raison d’État et géopolitique. Genève: Droz, 2009. [ Links ]

Ditchfield, Simon. “Carlo Borromeo in the Construction of Roman Catholicism as a World Religion”, Studia Borromaica. 25 (2011) 3-33. [ Links ]

“Relación”, en Sebastián de Covarrubias Orozco. Tesoro de la lengva castellana, o española. Madrid: Luis Sánchez, 1611. [ Links ]

Ricard, Robert. La conquista espiritual de México. Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las órdenes mendicantes en la Nueva España de 1523-1524 a 1572. México: Fondo de Cultura Económica, 1986. [ Links ]

1 “Relación”, en Sebastián de Covarrubias Orozco, Tesoro de la lengva castellana, o española, Madrid, Luis Sánchez, 1611, ad vocem. Véase también “informar”, Covarrubias, ad vocem.

2 Giovanni Botero, Dell’vffitio del cardinale libri II (Roma: Nicolò Mutii, 1599).

3Cita a Simon Ditchfield, “Carlo Borromeo in the Construction of Roman Catholicism as a World Religion”, Studia Borromaica, 25 (2011) 3-33.

4 Robert Ricard, La conquista espiritual de México. Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las órdenes mendicantes en la Nueva España de 1523-1524 a 1572, Fondo de Cultura Económica, México, 1986; Fernando Ciaramitaro, “La frontera misionera en México entre conquista espiritual y territorial (Chiapas, territorio yaqui y Californias)”, Anuario latinoamericano, 6 (2018)169-184.

5Como lo ha demostrado Romain Descendre en su libro L’État du monde. Giovanni Botero entre raison d’État et géopolitique (Genève: Droz, 2009).

6Véanse, por ejemplo, Elena Brambilla, La giustizia intollerante. Inquisizione e tribunali confessionali in Europa (secoli IV-XVIII) (Roma: Carocci, 2015); y, más recientemente, Fernando Ciaramitaro, Santo Oficio imperial. Dinámicas globales y el caso siciliano (Barcelona-México: Gedisa-UACM, 2022).

Recibido: 24 de Junio de 2023; Aprobado: 18 de Agosto de 2023

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