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Historia y grafía

versión impresa ISSN 1405-0927

Hist. graf  no.60 México ene./jun. 2023  Epub 13-Feb-2023

https://doi.org/10.48102/hyg.vi60.430 

Ensayos

La comunicación como componente educativo para el campesino en Acción Cultural Popular (ACPO), Colombia 1954-1974

Communication as an Educational Component for the Peasant in Popular Cultural Action (ACPO), Colombia 1954-1974

Javier Hernández Salazar* 

*Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia-UPTC Colombia. Correo: javierhernandez2000@hotmail.com


Resumen

Este artículo analiza cómo Acción Cultural Popular (ACPO) aplicó la comunicación para desarrollar la educación a distancia dirigida a la población adulta rural de un pequeño municipio en Boyacá, y su impacto nacional entre 1954 y 1974, tema que integra la tesis doctoral “Educación y mentalidades de líderes campesinos con los institutos de Acción Cultural Popular (ACPO): 1954-1974”. Así mismo se expone cómo la radio, prensa, discos, el cine y la televisión, se adaptaron para la educación de los campesinos adultos. Por otra parte, se destacan los temas que ACPO determinó como fundamentación de su proyecto educativo, enfocado principalmente a la dignificación del campesino. La investigación se desarrolla desde el método histórico, para conocer cómo la comunicación fue fundamental en la propuesta educativa de ACPO, transformando la mentalidad y vida de los campesinos que participaron.

Para mayor comprensión, se tendrá en cuenta la ideología y propuesta educativa del padre José Joaquín Salcedo Guarín, explorando las iniciativas del programa de la Acción Social de la Iglesia en Boyacá, y la creación de programas como la EFI -Educación Fundamental Integral- para la educación y desarrollo social del campesino.

Palabras clave: Comunicación; educación; Acción Cultural Popular; alfabetizar; campesinos

Abstract

This article analyzes how Popular Cultural Action (ACPO) applied communication to develop remote education strategies aimed at the rural adult population of a small municipality in Boyacá, and its national impact between 1954 and 1974, a topic that integrates the doctoral thesis “Education and mentalities of peasant leaders with the institutes of Popular Cultural Action (ACPO): 1954-1974”. Likewise, the article shows how the radio, press, records, cinema and television, among others, were adapted for the education of adult peasants. On the other hand, the issues that ACPO determined as the foundation of its educational project, focused mainly on the dignity of the peasant, are highlighted. The investigation is developed from the historical method, in order to study how communication was fundamental in the educational proposal of ACPO, transforming the mentality and life of the peasants who participated.

For a deeper level of comprehension, the ideology and educational proposal of Father José Joaquín Salcedo Guarín will be taken into account, exploring the initiatives of the Social Action Church program in Boyacá, and the creation of programs such as the EFI-Comprehensive Fundamental Education-aimed at fostering the education and social development of the peasant.

Keywords: Communication; education; Popular Cultural Action; alphabetize; farmers

Introducción

A mediados del siglo XX, Colombia vivió un periodo muy hostil, reconocido como la “Violencia”, simbolizada por los partidos Liberal y Conservador, denominado el conflicto bipartidista.1 El grupo humano que tuvo mayor afectación fue el campesino; la gran mayoría poseía pequeñas parcelas en donde cultivaban para satisfacer, muy limitadamente, el sustento familiar, pero, por otra parte, su forma de vida no era muy diferente a la del siglo XIX.2 Adicionalmente, las dificultades para comercializar sus productos ocasionaban mayores problemas económicos, y las distancias geográficas los hacían inexistentes para el gobierno Nacional. Un gran número de familias campesinas se vieron obligadas a refugiarse en las zonas urbanas, dando un giro radical a su forma de vida, recurriendo a trabajos que proporcionaban las nacientes empresas. Sin embargo, estos nuevos trabajadores tenían que someterse a las reglas impuestas para la conformación de una sociedad en procura del desarrollo.3 El país intentaba mejorar la industria y su economía, de tal manera que se requería mano de obra, con lo cual, el desplazamiento fue indispensable.4

Al mismo tiempo, la división entre Gobierno e Iglesia Católica, principalmente con el Partido Liberal, amplió el conflicto heredado de la independencia, por lo que la Iglesia recurrió a la organización y fortalecimiento de la Acción Social para contrarrestar el problema social ocasionado por la modernidad, atendiendo a la orden del papa Pio XI, como lo relaciona Laura Camila Ramírez.5

Las actividades de la Acción Social de la Iglesia iniciaron con la capacitación e investigación social para enfocar los procesos de trabajo, los cuales arrojaron los primeros resultados: urgencia de infraestructura en salud, identificación de individualismo y egoísmo como característica del boyacense, y el alto porcentaje de analfabetismo.6

Sin embargo, no todo correspondió a problemas y desacuerdos. Con el adelanto de las telecomunicaciones y la radio en Colombia7 desde 1921, se motivaron cambios significativos en la sociedad colombiana, entre ellos, las nuevas oportunidades para adquirir conocimientos y la obtención de información más rápida, excepto para la gran mayoría de habitantes rurales. Esa nueva tecnología se incorporó al conocimiento de muchos sacerdotes, quienes además de su rutina de estudios, interactuaban con otros radioaficionados a nivel nacional. En cuanto al Gobierno Nacional, desde el Ministerio de Educación, buscaba alternativas para mejorar la educación en Colombia.8

Ante la necesidad de apoyar el proceso educativo del país, el Ministerio de Educación Nacional solicitó apoyo a instituciones y empresas en los años treinta.9 La Iglesia Católica expuso sus ideas, y días después, obtuvo la autorización para cumplir con actividades educativas. Pero también, recuperó una gran parte de espacios perdidos con motivo de la expulsión y de la enajenación de bienes eclesiásticos en los siglos XIX y XX.10 Por otra parte, ante la constante hostilidad que observaba la Iglesia por parte del gobierno liberal, decidió implementar y fortalecer la Acción Social en 1944.11 El Obispo de Tunja, Monseñor Crisanto Luque, respaldó la disposición de sacerdotes por sectores en educación y organización social para que, de acuerdo a sus capacidades y destrezas, generaran propuestas en busca de soluciones efectivas para ayudar a los obreros y a las poblaciones más necesitadas y aisladas en el departamento.

Entre las acciones, se destacó la del sacerdote José Joaquín Salcedo Guarín, fundador de “Radio Sutatenza”, para alfabetizar y catequizar a la población rural adulta, principalmente. Con su llegada como coadjutor al municipio de Sutatenza, Boyacá, el 23 de agosto de 1947, se dio el primer paso para la educación a distancia. Tres meses después, se dieron las primeras clases por radio, y dos años después, consolidó su propuesta educativa con la organización de la Asociación Acción Cultural Popular -ACPO- Dicha entidad, junto con su proyecto educativo de la Educación Fundamental Integral -EFI-, se convirtió en un factor de alto impacto educativo para los campesinos en Colombia, utilizando los medios de comunicación social.

La tesis doctoral “Educación y mentalidades de líderes campesinos con los institutos de Acción Cultural Popular (ACPO): 1954-1974”, basada en la historia sociocultural, la historia de las mentalidades y la microhistoria,12 y efectuando su análisis desde la hermenéutica para identificar elementos cualitativos de la información recopilada, se presenta para el programa de Doctorado en Historia de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC). Para este artículo se abordan algunos elementos que permiten conocer y explicar los contenidos de la educación para líderes campesinos, valiéndose de los medios de comunicación social para su propósito entre 1954 y 1974. De esta manera, se identifican los aspectos clave para relatar la transformación mental y social que generó este proyecto educativo y sociocultural.

1. El camino de “El Quijote de los Medios”

José Joaquín Salcedo Guarín, oriundo del municipio de Corrales-Boyacá, hijo de José Joaquín Salcedo Cújar, con raíces españolas, responsable y trabajador de la oficina de telégrafos, y Eva María Guarín Perry, de origen inglés, dedicada a la docencia, inició su camino de formación en el Seminario de Tunja a los 14 años.13

La comunicación formó parte fundamental de la vida de José Joaquín Salcedo Guarín y se consolidó con la radiodifusión desde su continuo interés por explorarla. Su interés por la radio se complementó con la publicación de “El Párvulo”, periódico con el que realizó, desde el seminario, procesos de catequesis y alfabetización dirigidos a los habitantes en los barrios de Tunja, cercanos al seminario. Su tiempo libre lo destinó al fortalecimiento de sus habilidades como radioaficionado, junto con su hermano Antonio Salcedo, interesado en los aspectos científicos y técnicos de la radiofonía.

Es posible que la comunicación parezca como un trabajo surgido de un interés particular o familiar, sin embargo, vale recordar que una de las características de la Iglesia Católica, a lo largo de su historia, ha sido el conocimiento sobre la importancia de la comunicación. La aproximación de los seminaristas a las artes plásticas, la escultura, la música, el teatro, principalmente como formas de expresión, ayudaron en la formación sociocultural y comunicativa de José Joaquín, que se evidencia, entre otros momentos, con su facilidad de expresión durante las celebraciones litúrgicas. Por lo tanto, la influencia de su familia, junto con su formación eclesiástica, se conjugaron progresivamente con su inquietud por construir formas de educación a través del propósito social de la Iglesia.

En su etapa de seminarista, antes de su ordenación, implementó actividades educativas con la radio y la prensa, tanto en el Seminario Mayor, como en algunos barrios de la ciudad de Tunja. Entre los lugares en donde promovió y estableció acciones para la alfabetización figura la Primera Brigada del Ejército Nacional, siendo comandante Gustavo Rojas Pinilla, futuro presidente de Colombia entre 1953-1957. Estas experiencias le permitieron ir consolidando la estructura del proyecto educativo del cual escribimos.

Entre las personas que influyeron como orientadores espirituales, al igual que en ciencia y tecnología, estuvo el padre Vicentino Alfonso María Navia,14 identificado por su espiritualidad y pasión por la ciencia.15 Salcedo se vinculó como su asistente y colaborador principal, compartiendo, entre otras agilidades, la fabricación de un radio en el Seminario Mayor de Tunja.16 Además, el estudio de la química y ciencias en general, fueron también parte de los conocimientos que captaron la atención de Salcedo Guarín cuando ingresó al seminario. Estos estudios sirvieron como apoyo fundamental en el proceso educativo, intelectual, cultural y científico de “El Quijote de los medios”, apelativo con el cual se conocía a Salcedo desde el Seminario.

El padre Salcedo llegó al municipio de Sutatenza en 1947, con un equipaje muy particular, ya que entre sus pertenencias se hallaban aparatos de cine y materiales necesarios para el montaje de un transmisor, junto con los objetivos claros en la utilización de la radio para comunicarse de forma diferente con sus feligreses. Sin embargo, su llegada no despierta mayor interés en el padre Eliecer Pinto, párroco de Sutatenza. Para el padre Pinto, era la segunda vez que se le encargaba esta parroquia, y tenía importantes intereses políticos y económicos, por lo que prefería mantenerse sin ayuda pastoral.

El arribo de Salcedo al municipio estuvo acompañado de lluvia, de tal manera que las condiciones de la vía, que para el momento consistía en poco menos que un camino de herradura, lo obligaron a utilizar una yunta de bueyes para hacer llegar sus pertenencias al pueblo. Quizás le recomendaron esta opción de transporte por tradición, o por lo exótico del territorio conocido como el Valle de Tenza;17 lo cierto es que lo atípico de su llegada no impidió que el padre Salcedo se desentendiera de las dificultades para dar inicio a la gran aventura de su vida.

Desde su llegada advierte los problemas ocasionados por la violencia bipartidista18 en la localidad, el desplazamiento, el analfabetismo y aislamiento, sobre todo en los habitantes de las veredas. Ante el panorama, se propone realizar un proyecto educativo a través de programas radiales, apoyándose en las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, bajo la dirección del padre Jorge Monastoque, coordinador de la Acción Social de la Iglesia Católica en Tunja, Boyacá.19 De tal forma que la primera obra de Salcedo fue la puesta en marcha de la Radio Cultural Sutatenza, emisora que a los pocos días cambió su nombre por el de “Radio Sutatenza”.

Adicionalmente al proceso de instalarse en la región, y la puesta en marcha de su proyecto radial, Salcedo prestó especial interés a la comunicación interpersonal, así como la necesidad de modificar las mentalidades de los habitantes,20 ya que, hasta su llegada, era normal las riñas y muertes por venganzas.21 Tan impactante y trascendental fueron esos conflictos personales que hasta en las mismas procesiones de los días santos los lugareños podían sin complejos apuñalar a alguien en el pecho, para asegurar la muerte de la persona a quien su sentido personal de la justicia había sentenciado a muerte con anterioridad. Salcedo también procuró especial atención a los tonos de voz, el sentido de las palabras, la expresión corporal y la misma forma de vestir, entre otros elementos comunicacionales que caracterizaban los componentes sociales y culturales afianzados con el paso del tiempo.22

Realizado el primer contacto, y habiendo creado empatía con la comunidad de Sutatenza, la comunicación se desarrolló de varias maneras. La primera de ellas se manifestó con los cambios en las homilías del padre José Joaquín;23 los tonos de voz, la terminología, el sentimiento con que exponía en las eucaristías de los domingos y la exaltación que el padre Salcedo hacía de sus feligreses como seres humanos inteligentes y capaces.

Sus palabras llegaban cálidamente hasta las mentes de los peregrinos que cada domingo acudían para alimentar el espíritu y su dignidad, aspecto reflejado en la disposición de los habitantes del pueblo para materializar las ideas que tenía Salcedo, como lo dice don Arnoldo:24 “El padre en cambio (…) organizaba actividades y a través de éstas les explicaba la importancia de su propósito: hacía concursos de ajedrez y aprovechaba para decirles: “mire usted es una persona digna, inteligente y tiene que salir adelante”.

El padre Salcedo invitaba a compartir en familia actividades como las tardes de cine, proyectando películas en donde podían apreciar algunos momentos similares al transcurso de su vida, esas escenas servían de ejemplo y al mismo tiempo de crítica a sus acciones y comportamientos. En poco tiempo, se evidenciaron cambios significativos, así como lo evoca don Arnoldo, recordando las palabras de Salcedo. Monseñor decía: “bueno, nos vamos a ver dentro de ocho días una película, les aseguro que les va a gustar, pero me ayudan a encerrar los novillos que son para el pueblo”, y la gente iba y ayudaba.25

En pocos días, los habitantes pasaron de las cantinas, con muertes y disputas políticas, a disfrutar conjuntamente en tardes de cine, actividades deportivas e integración comunitaria. Lo ratifica Indalecio Rodríguez,26 quien, coincidiendo con don Arnoldo, declara que “era la primera vez que se ofrecía una distracción diferente a la población y por primera vez las gentes sintieron una inmensa alegría, un gozo casi inefable, sin necesidad de recurrir al expediente tradicional de las bebidas alcohólicas. La tranquila revolución iniciada iba hacia delante”.

La organización de grupos para conformar equipos deportivos, trabajo comunitario y sentido de pertenencia, se evidenció con el apoyo incondicional para la construcción del Teatro Cultural Crisanto Luque, en honor al Obispo de Tunja que le proporcionó todo el apoyo y respaldo al padre José Joaquín Salcedo en la ejecución de su proyecto educativo,27 y, desde esas “empresas que emprendía”, descubrió en su apostolado la mayor riqueza que se había acunado con el paso de los tiempos. Un grupo humano poseedor de incalculables valores, sentimientos y cualidades que conmovió e inspiró para que Sutatenza se estableciera como base de la educación campesina y las escuelas radiofónicas del país.

Es evidente que la vocación sacerdotal de Salcedo Guarín la cumplió, siguiendo los dogmas de la Iglesia, y así lo mantienen en la memoria los líderes de ACPO.28 Estos campesinos que se constituyeron en la familia Sutatenza y herederos de Monseñor José Joaquín Salcedo Guarín, cuidan su legado con todas esas cualidades. En las reuniones de líderes de ACPO, recuerdan las actuaciones, palabras y sentimiento que les transmitía Monseñor Salcedo, y el cambio que generó en sus vidas y las de sus familias.29 Salcedo Guarín tenía claro, también, que la educación es el único medio de hacer una transformación social y que “el subdesarrollo está en la mente del hombre”.30

2. Las formas de comunicación desde Radio Sutatenza y ACPO

El profundo conocimiento del campesino por parte del padre Salcedo Guarín le permitió una natural y constante comunicación para ganar su confianza, y ampliar las tareas propuestas, fortalecidas por los medios de comunicación que se incorporaron a la acción social de la Iglesia.

Cada actividad estaba acorde a las necesidades educativas presentadas por el padre José Salcedo, teniendo en cuenta sus tradiciones y costumbres. De tal manera que la comunicación fluía de forma espontánea; Moscovici lo define como la importancia de los grandes vínculos de las relaciones sociales dadas por la comunicación a través de un compartir frecuente, los gestos, las palabras, etc.31 La comunicación verbal y no verbal, la información correcta en el momento adecuado, se constituyeron en principios fundamentales para la consolidación del proyecto educativo de Salcedo.

Otro aspecto a tener en cuenta es que las representaciones se mantienen en el transcurso educativo y comunicacional de la misma Iglesia como parte fundamental de su pedagogía, por lo que Salcedo se vale de la tecnología para la educación, conservando la esencia del aprendizaje tanto espiritual como de las nociones materiales, fundamentales para la existencia y desarrollo social del ser humano. Por tanto, la información y educación que se diera al campesino, tendría que corresponder a la espiritualidad y a los conocimientos que, como seres que han desarrollado el intelecto, se valen de lo material para su subsistencia.

Durkheim expone que una de las características más relevantes de la vida social es la religión;32 también explica que la comunicación y la conciencia colectiva son aspectos fundamentales para el desarrollo de una sociedad.33 Es menester mencionar que el campesino desde la conquista y el proceso colonizador, se ha identificado plenamente con la Iglesia Católica, por lo que la cercanía con el padre Salcedo sucedió como parte de su tradición religiosa y sociocultural.

Esta tradición e identificación con la Iglesia Católica ayudó a la colaboración que el campesino de Sutatenza prestó al padre Salcedo Guarín en sus propuestas educativas, sociales, culturales y en la creación de la radio, desde sus primeras pruebas. Es así que cuando se instaló el transmisor por primera vez, Salcedo se apoyó en campesinos que vivían en la Vereda Irzón, para que en el momento que escucharan en el transistor34 su voz, batieran una tela blanca, como forma de comunicación no verbal y simbolismos que crearon para comunicarse en un espacio urbano y rural.

Al tiempo en que se experimentaba con las primeras transmisiones, se entregaron tres transistores más en las veredas y se convocó a los vecinos de las familias que guardaban celosamente el receptor. Todo esto al tiempo que se construía el Teatro Cultural Crisanto Luque35, para reunirse, disfrutar de las proyecciones de cine, e iniciar la programación cultural y artística.

Durante la semana, siguiendo las instrucciones de Salcedo, se encendía el transistor en las horas acordadas, previo aviso del sonido que producía el golpe de una varilla de hierro con un trozo de riel del tren, como llamado para escuchar la información que el párroco emitía. El sonido del riel era muy similar al de las campanas de la iglesia, por lo que generaba una atención especial para el campesino, quien de esta manera asistía religiosamente para escuchar las enseñanzas.

A partir de este primer proceso de comunicación, muy moderno para el campesino de la época,36 se iniciaron dos actividades fundamentales para cumplir con el proyecto educativo desde la comunicación: el primero fue el origen de las Escuelas Radiofónicas,37 y el segundo, la creación del rol de auxiliar inmediato38, encargado de acompañar la emisión de la clase y potenciar la repercusión de las Escuelas Radiofónicas (EERR).

Las EERR se conciben como un modelo de radiodifusión cultural,39 ya que se destina exclusivamente a la divulgación de conocimientos, tradiciones y costumbres, mediante la transmisión de conferencias, conciertos, etc., sin interés pecuniario alguno. El inicio de estas escuelas es producto de la intensión consolidada del padre Salcedo, al fundar una emisora para luego poderles dar clases por radio a los campesinos, especialmente a los campesinos adultos.40

Estas dos estructuras, la radiofonía y el rol del Auxiliar Inmediato, fueron las que permitieron la expansión del proyecto educativo a través de la radiodifusión cultural, y con el liderazgo41 innato del padre Salcedo, que amplía la cobertura del programa educativo a más casas en las veredas de Sutatenza, llegando a más municipios y parroquias, como la del párroco de Tibirita42 -el padre José Ramón Sabogal Guevara-43, un sacerdote con importante experiencia en desarrollo social y la utilización de medios escritos para difundir proyectos socioculturales en sus parroquias. Se integraron, así, dos líderes y comunicadores para fortalecer con sus iniciativas el objetivo educativo que se amplió con folletos, revistas y la organización formal en 1949 de Acción Cultural Popular (ACPO).44

La Fundación ACPO perfeccionó la radio que se denominó Radio Sutatenza, por haber iniciado transmisiones y procesos educativos en el municipio del que toma su nombre, convirtiéndose en los años cincuenta, sesenta, setenta y parte de los ochentas, en la cadena radial más grande y potente de Colombia, dedicada a la educación y capacitación del campesino.

Pero ACPO entendió que para producir cambios y desarrollar una sociedad, era fundamental hacerlo a través de un proceso educativo que permitiera mejorar la calidad social de estos grupos humanos habitantes de la zona rural a través de formas de comunicación enriquecidas.

De acuerdo con recientes investigaciones, la educación juega un papel fundamental para ampliar la comunicación como portadora de información que cualifica a quien la recibe y también le permite reconocerse como un sujeto poseedor de derechos, ya que al acceder a ella y comprenderla tiene la posibilidad de evaluar su veracidad y su nivel de interés para el público, lo que incide en las relaciones sociales, en las formas de comprender el mundo y expandir las ideas. Con ello ha sido posible conseguir el desarrollo que, hasta el momento, tiene la humanidad.45

Para cumplir el propósito educativo y en especial generar una comunicación interpersonal directa, sin prevenciones, se recurrió a personas de la misma comunidad que poseyeran un mínimo de conocimientos y deseara servir a su colectividad de manera voluntaria y sin remuneración económica. Su trabajo consistía en mediar entre el profesor locutor y los alumnos que seguían las clases por radio, surgiendo así el rol del Auxiliar Inmediato (AI), siendo el primer comunicador mediador encargado de explicar, aclarar y reforzar los conocimientos recibidos en la radio.

La bondad que incluía el apoyo del auxiliar inmediato consistía en interactuar con la comunidad de manera natural, con su propio lenguaje verbal y corporal, así como la cercanía natural con el grupo, de tal manera que inspiraba confianza para transmitir la información porque era un miembro de la comunidad, una persona campesina con la formación de base, para crear las escuelas radiofónicas en sus propias casas. En síntesis, el AI tenía unas características de Agente Educativo (AE) vinculado a una institución de Educación No Formal (ENF), cuya finalidad era que con su interacción se produjese un conocimiento directo e intencionado en un curso organizado.46

Con la información correcta y los objetivos claros, la conformación del equipo de trabajo se fue ampliando. Al ingreso del padre José Ramón Sabogal, se integra la profesora Conchita Sastoque, considerada la primera Auxiliar Inmediato de Radio Sutatenza. Seguidamente entra como colaborador el Doctor Luis Alejandro Salas Lezaca, quien en su momento hacía sus prácticas de medicina en el centro de salud de Sutatenza; su amistad con el padre Salcedo Guarín lo llevó a organizar programas de radio sobre nociones y recomendaciones de higiene y salud, causas relevantes en la mortalidad, principalmente en la zona rural del país.47

A partir de los programas radiales y la atención directa que Salas Lezaca tiene con los campesinos de Sutatenza, se demuestra que no basta con la información radial, también se requiere de apoyos visuales para que las personas tengan una mejor guía para su vida cotidiana, bien sea en sus casas, de forma personal, social o familiar; así surge la idea del material didáctico con escritos y figuras. Es entonces cuando se entrega la cartilla sobre higiene y prevención en salud, con explicaciones claras, escritas y apoyadas con dibujos de forma didáctica, para facilitar su comprensión. Adicionalmente, se organizaron refuerzos informativos en los programas de radio, en busca de aclarar dudas e incertidumbres.

Tras la importancia que tuvo el AI en la educación a distancia propuesta por ACPO, se dispuso desarrollar el programa de capacitación y entrenamiento especial para el AI, facilitando de esta manera mejorar su desempeño ante los retos que surgían durante las prácticas. Es entonces cuando en 1954 se inauguraron los institutos de líderes campesinos en Sutatenza, inicialmente para hombres, y muy pronto también para mujeres, en 1956, donde se formaron los líderes que transfirieron el proceso y ejercieron los compromisos sociales, destacando en su comunidad.

Una característica principal de estos líderes fue ser fundador y responsable de escuelas radiofónicas en sus municipios y veredas. Esos dirigentes los escogían la comunidad o el párroco del pueblo para efectuar los estudios avanzados en Sutatenza. Cada curso tenía una duración de cuatro meses y permitía interactuar con líderes de todo el país.

A simple vista, puede parecer sencillo, no obstante, para personas que toda la vida y por varias generaciones el único lugar que conocían era el campo, su entorno de convivencia no estaba muy distante de su casa y los grupos humanos con quienes interactuaba consistían en miembros de su familia o personas de la vereda. Para otros pocos, la zona urbana del municipio o municipios cercanos al lugar de su residencia, generalmente eran su referente social, cultural y económico para las actividades tradicionales de la región.

Para el campesino de la época, no fue fácil desplazarse a otro departamento, pasando varias horas en un autobús, haciendo transbordos en lugares completamente desconocidos y sin conocer a nadie, o peor aún, sin la experiencia de estar fuera de su casa. Nada fácil resulta a un campesino salir contradiciendo las costumbres, pero, además, aventurarse en un país donde las noticias cotidianas revelaban la violencia, exponiéndose a peligros y dilemas en los viajes de gran distancia. Para el campesino, despedirse de su casa para desplazarse a un municipio lejano a estudiar para ser líder, no tenía sentido; la falta de oportunidades, y la indiferencia hacia al campesino, intensificaban la desconfianza.

La carencia de una reforma agraria favorable hacía impensable una educación apta para los habitantes rurales, como tampoco pudieron concebirse las oportunidades para sobresalir en la sociedad colombiana. Además, las mujeres no podían salir de su casa a menos que fueran acompañadas por el papá, la mamá o un hermano mayor, preferiblemente. El problema era mayúsculo cuando se trataba de quedarse a vivir en un lugar ajeno a su vivienda habitual, máxime si el encuentro se hacía con hombres y mujeres de todo el país.

Al inicio, el curso tuvo una duración de cuatro meses, en donde se afianzaba el conocimiento de las cinco nociones básicas de la Educación Fundamental Integral (EFI) -Alfabeto, Número, Salud, Economía y Trabajo, y Espiritualidad-; seguidamente, se les fortalecía su trabajo de liderazgo con la inclusión de nuevos voluntarios para incrementar el número de Auxiliares Inmediatos. Una vez terminado el curso, regresaban a sus comunidades para practicar lo aprendido e iniciar su propia escuela radiofónica que incluía la implementación del sistema de medios combinados,48 entendido como un sistema de enseñanza audiovisual y el acompañamiento constante del Auxiliar Inmediato.

Este primer proceso de educación, basado en medios y elementos de comunicación, da pauta a las cartillas con las cinco nociones básicas de la Educación Fundamental Integral, entregadas por los líderes en las escuelas radiofónicas. El sistema se complementó con el Auxiliar Parroquial,49 una persona que tenía mayor experiencia en el proceso educativo propuesto por la institución, mediante cursos y talleres que se dictaban para asumir estas responsabilidades. Generalmente, los cargos eran voluntarios y las personas que los asumían lo hacían con el compromiso y responsabilidad hacia la comunidad y ACPO.

Las clases por radio, en su proceso de crecimiento con el acompañamiento del Auxiliar Inmediato, implementaron piezas que apoyaron la comunicación para mejor entendimiento de los alumnos, y entre las más utilizadas estuvo el tablero o pizarra en donde se escribía de acuerdo a la clase expuesta por el profesor locutor, para poner en contexto a los alumnos, y se apoyaba con el material didáctico.50 De esta manera, se conseguía un trabajo educativo interactivo y de integración social. Otros elementos empleados correspondían a la creatividad de los mismos líderes para hacerse entender.

Frente al nuevo reto de formar dirigentes en cada comunidad, se creó una nueva capacitación en los institutos de Sutatenza, enfocada a los líderes de la educación campesina. Considerando las experiencias y necesidades que exigían al líder mayores conocimientos, el nuevo curso se amplió a cinco meses; al terminar la capacitación, el alumno se enviaba a una comunidad diferente a la suya, generalmente a lugares donde nadie lo conocía, ni él conocía a nadie, para hacer sus prácticas de liderazgo y servicio a la comunidad. El proceso educativo se complementó de esta manera para tener ese periodo de formación práctica profunda, con el cual se completaba la carrera de líder.

Los retos asumidos por los líderes de ACPO fortalecían su capacidad comunicativa y de servicio social; adicionalmente, desarrollaban la creatividad, y acrecentaban su nivel intelectual y humano, mientras se fortalecía su capacidad de liderazgo. Una gran cantidad de líderes, mujeres y hombres, se formaron en los institutos de líderes campesinos de Sutatenza en Boyacá, Colombia, impactando a más de seis millones de habitantes del país.

La integración fue un factor importante para la enseñanza desde la comunicación, ya que, en un estudio realizado previamente,51 se encontró que uno de los grandes problemas sociales sufridos era el egoísmo, desunión e individualismo, por lo que se buscó que la educación incidiera directamente para contrarrestar ese inconveniente. El encuentro en las casas de los vecinos de las veredas y el apoyo mutuo, con el principal objetivo de ayudar sin esperar nada a cambio, produjo cambios que, conjugados con las actividades de cine, actividades artísticas y culturales, las formas de comunicarse con las palabras adecuadas, fortaleciendo el respeto como fundamento social, disminuyó notablemente la violencia provocada por los odios surgidos con los colores políticos.

Es aquí, con cambios radicales, donde podemos identificar la importancia de la comunicación para el desarrollo social, cultural e intelectual que lideró ACPO, rompiendo esquemas, tradiciones y mentalidades edificadas durante más de trescientos años. El logro se obtuvo con la educación de líderes campesinos, en los institutos de líderes en el municipio de Sutatenza-Boyacá, logrando procesos prácticos en otros municipios, generando un intercambio de experiencias personales y culturales que enriquecieron el conocimiento.52

Radio Sutatenza, poseedora de la mayor cobertura radiofónica en el país, facilitó el incremento de las Escuelas Radiofónicas de ACPO, creadas, por lo general, en los hogares de los Auxiliares Inmediatos, mismos que continuaron su capacitación con cursos de extensión en varios municipios del territorio nacional, seguidos por la creación de los institutos de líderes campesinos, donde se formaron los Auxiliares inmediatos, Auxiliares Parroquiales y otras figuras de liderazgo, todas enfocadas al desarrollo integral del campesino.

La organización de ACPO advirtió entonces, que para facilitar el acceso a la educación a personas que estaban en total aislamiento tanto cultural como físico, los medios de comunicación eran la mejor herramienta para llegar hasta sus propias viviendas. Pero definió además que, si se complementa con un profesor bien capacitado en este tipo de educación a distancia, la cantidad de población beneficiada es potencialmente ilimitada, concluyendo que “en lugar de ser los alumnos los que van a la escuela, es la escuela la que llega hasta los alumnos”.53

La organización ACPO también se mantuvo fiel a la comunicación tradicional, usando las cartas o correspondencia como uno de los más importantes medios de comunicación que ayudó a la retroalimentación y mantenimiento de contacto directo y casi personal entre la institución, el radioescucha, sacerdotes o líderes. Mediante las cartas también se conocieron muchas tradiciones y costumbres de regiones y departamentos del país, así como el sentir, pensar y las necesidades del campesino.54

Acción Cultural Popular encontró en la correspondencia la mejor forma de interactuar con los estudiantes radiofónicos, para conocer de manera directa las necesidades y logros obtenidos, posterior a recibir las capacitaciones, y mantener contacto con la organización por medio de sus líderes y representantes.55 Las cartas también se constituyeron en la forma de expresión del estudiante de Radio Sutatenza, no sólo para comprobar los avances en sus conocimientos o inquietudes: fue asimismo la forma de hacerlo sentir importante para la institución.

Por otra parte se lograba intercambiar opiniones con sacerdotes que, preocupados por sus comunidades, apelaban a la posible ayuda que desde ACPO se gestionara con autoridades departamentales o nacionales para las problemáticas que el pueblo vivía,56 aclarando que, desde ACPO, siendo una asociación de apoyo social independiente, no se tenía la potestad u oportunidad para solucionar los problemas de la sociedad aldeana, pero siempre se contó con la mejor voluntad para mediar y buscar las alternativas que beneficiaran al campesino, como lo ocurrido en la organización del Primer Congreso Católico Latinoamericano sobre problemas de la vida rural,57 que la iglesia católica convocó, centrándose en el análisis del apoyo al campesino y una propuesta para una posible reforma agraria en Colombia.

Desde esa misma visión se ejecutaron obras sociales, culturales y educativas mediante proyectos, interactuando con gobiernos, entidades, empresas y organizaciones nacionales e internacionales, en procura de los medios económicos para el sostenimiento y ampliación de las labores que garantizaran la dignificación del ser habitante rural.58

Para ampliar las oportunidades educativas y la facilidad en el aprendizaje, ACPO implementó medios de comunicación de acuerdo a la evolución tecnológica del país. Si bien la utilización de la radio, revistas y hasta el cine se quiso implementar en los años treinta, durante el periodo conocido como la República Liberal59, el problema geográfico y la violencia impedían la difusión de contenidos y mucho más la alfabetización.60

La organización educativa de ACPO tenía unas directrices para que los conocimientos se convirtieran en experiencias que el campesino incorporara en su vida cotidiana, por lo que se implementaron, adicionalmente, los discos y cintas magnéticas, materiales que complementaron su aprendizaje radial, permitiéndoles repetir las lecciones las veces que necesitaran; de esta forma, fortalecían el aprendizaje.

De acuerdo con lo anterior, entendemos el aporte que hizo ACPO al desarrollo educativo y sociocultural para el país, adelantándose considerablemente a su tiempo, no desde la innovación del instrumento tecnológico de comunicación, sino desde la forma estratégica de educación que utilizó al interactuar con los diversos medios de comunicación social como la radio, el cine, las cartillas y otros resultantes de la experiencia adquirida como son el periódico y discos compilatorios de las clases radiofónicas, sumado al conector de interacción humana que se dio desde los roles del Auxiliar Inmediato y el Auxiliar Parroquial, como agentes educativos. Desde su propio contexto rural y veredal, transmitieron y reforzaron los conocimientos que se consolidaron por el modelo de Educación Fundamental Integral, apropiándose de ellos desde su marco cultural, modos, costumbres y creencias en función de los intereses particulares de la comunidad.

3. El impacto de las estrategias de comunicación en la educación con ACPO

Con el proceso educativo de las EERR, las cartillas y libros, el primero de enero de 1954, en el discurso del presidente de la República, el general Gustavo Rojas Pinilla, se hace alusión al plan de la televisión en Colombia; en este mismo discurso, se anunció el apoyo al proceso educativo de ACPO para la educación del campesino y el obrero colombiano.61 Con la integración del telerreceptor, se complementaba el modelo de educación a distancia, utilizando los medios de comunicación social existentes en su tiempo. El 13 de junio de 1954 se inauguró la televisión, al conmemorarse un año de la toma del poder de Rojas; con esta nueva técnica de comunicación, el país tuvo un nuevo referente de progreso y unidad.62 No obstante, la geografía nacional impedía la accesibilidad a gran parte de la zona rural, por lo que los grupos humanos que allí habitaban se encontraban aislados y no contaban con los recursos económicos ni tecnológicos para la educación mediante las tecnologías que se presentaban.

Con el propósito de llegar a lugares inaccesibles para la tecnología, y para fortalecer la promoción de los servicios educativos y culturales de ACPO, se crearon los ACPOmóviles: un sistema de comunicación y publicidad creado para motivar a los campesinos a la educación, llegando directamente a los lugares en donde se encontraban, en poblaciones, en plazas de mercado, veredas, etc., como siguiendo el llamado apostólico para salir por todo el mundo a proclamar el evangelio, sólo que en las actividades de ACPO se incluía, de igual forma, la alfabetización y educación integral para los campesinos mayores de edad.

Con la llegada de los tres ACPOmóviles en 1972, anunciados por Monseñor José Joaquín Salcedo, se consolidó un gran sistema de comunicación y publicidad que consistía en crear una red de comunicación y conocimientos para los grupos populares en los lugares más apartados del país. Esos vehículos transportaban una máquina de cine, cornetas de radio, altoparlantes, letreros identificatorios de ACPO, volantes que facilitaron la explicación de las cartillas, un proyector con el cual se explicó sobre la implementación de la “Nueva Escuela Radiofónica”. Además de las tecnologías móviles, los conductores de los ACPOmóviles fueron líderes formados en los institutos de líderes campesinos, destacados por su facilidad para expresarse por la radio. Entre sus fortalezas estaban: saber utilizar la imprenta móvil que donó el gobierno holandés -el propósito era imprimir fotografías en lugares donde se realizaban las actividades educativas y evangelizadoras, así como la impresión de volantes o periódicos locales-, tener facilidad de expresión, claridad en la ideología de ACPO y los principios de liderazgo de ACPO, entre otros.63

El apoyo que los ACPOmóviles prestaron a los líderes en las poblaciones y regiones del país en donde llegaron, fue favorable para que una mayor cantidad de campesinos accedieran a la alfabetización, a la educación integral, al desarrollo espiritual, con el que se conseguía superar el egoísmo y la apatía. El propósito de este sistema consistía en apoyar con los conocimientos a las personas que lo necesitaran, sin más objetivo que de servir a los demás desinteresadamente.64 De esta manera se practicaba el liderazgo en sus propias comunidades, pero también se identificaban problemáticas que requirieran ser resueltas. Desde el servicio como valor católico, se contrarrestaban las actitudes individualizantes de las gentes.

Todo el sistema de comunicación de ACPO consiguió su mayor efectividad a partir de la implementación adicional de un helicóptero a tiempo completo, así como las gestiones realizadas por los líderes, formados con principios avanzados para su tiempo, en cuanto a la utilización del sistema combinado de medios.65 El proceso educativo que se realizó en los institutos de líderes campesinos fue el más elaborado y completo ya que para la época, y en relación con la población campesina, el modelo de Educación Fundamental Integral (EFI) es creado específicamente para el campesino colombiano, adaptado a sus condiciones y necesidades.

Las primeras experiencias de comunicación se hacían en los mismos institutos con interacción de los líderes, promoviendo el conocimiento y respeto de quienes llegaban de todas las regiones del país. Esa integración y convivencia motivó una de las más importantes normas, no hablar de política ni de religión, ya que la presencia de líderes seguidores de diferentes colores políticos, o doctrinas religiosas contrarias a la católica, evitaba conflictos.

La higiene, el compañerismo, la integración social y la vida espiritual tenían un renglón especial en las primeras enseñanzas; las diferencias culturales, ideológicas y de costumbres, se orientaban de forma que la convivencia fuera agradable y se previnieran problemas de salud corporal y mental, entre otros aspectos.

La formación en una comunicación clara y efectiva vencía los problemas de malas interpretaciones por la comunicación verbal y no verbal que los diferenciaba. Por ello, parte de las actividades de integración en donde ponían en práctica las enseñanzas educomunicativas fueron el deporte, el teatro, la danza y las manualidades. Entre los procesos comunicacionales de recibir información, saber escuchar y compartir información de manera eficaz y ética, el líder de ACPO se formó para mantener procesos interactivos entre los cuales se identifican la influencia del líder hacia los seguidores y de los seguidores hacia el líder, por lo que tenían claros los efectos que se producían en la sociedad donde intervenían, al igual que en las organizaciones y grupos conformados para el desarrollo social. De esta forma, el líder tenía claro que era un dinamizador y motivador desde su propia experiencia.

Paralelamente, en circunstancias similares y bajo la mirada y apoyo de la Unesco, Pablo Freire ponía en práctica un sistema pedagógico en Brasil, con el cual se reconoce la carencia de las personas que habitan el mismo territorio y sienten la necesidad de compartir conocimientos, por lo que se justifica la importancia y necesidad de la educación caracterizada por la comunicación y el diálogo.66 Se reconoce entonces la importancia de la comunicación e interacción humana en cualquier espacio, como sucedió en Brasil y Colombia.

Por su parte, la educación de los líderes se especializó realizando varios procesos, como producto de constantes investigaciones de ACPO; en todos, la comunicación tenía un papel fundamental. Conociendo las problemáticas sociales, políticas y culturales que toleraba el país, ACPO dispuso una organización institucional lo más completa posible con el objetivo de comunicar de forma asertiva al grupo humano de su objetivo, insistiendo así mismo en el proceso formativo en cinco características que requerían los dirigentes de opinión:

  1. Información sobre la Educación Fundamental Integral (EFI), al igual que la educación a través de los medios de comunicación, principalmente la radio, para la implementación de las escuelas radiofónicas.

  2. Saber en profundidad sobre las nociones de la educación para adultos y metodologías que identifican a las escuelas radiofónicas.

  3. Mantenerse actualizados siguiendo las fuentes de información como los libros y medios de comunicación masivos.

  4. Poseer un buen vocabulario y argumentos para comunicarse asertivamente con los grupos en donde tienen influencia.

  5. Estar convencidos de sus actividades, realizando acciones acordes con el sistema de valores, así como que sus comportamientos y sus prácticas sean consecuentes con sus enseñanzas.67

Bajo estas cinco principales características del líder, en los institutos se ampliaban y fortalecían los conocimientos y experiencias, dando espacio a los procesos que se generaban a nivel social, principalmente desde las mismas propuestas de la Iglesia Católica, como sucedió con lo tratado en el Concilio Vaticano II, principalmente desde la actualidad que vive el ser humano. Pero, además, en el proceso educativo de ACPO, existen dos temas muy destacados: la Teología de las realidades temporales y la Teología de la Liberación.

El Concilio Vaticano II tiene gran influencia en ACPO, no sólo por la participación del fundador, Monseñor Salcedo, como asesor en el tratado de la Iglesia y los medios de comunicación social,68 y la participación más activa de los laicos en la misión de la Iglesia.69 En cuanto a la Teología de las realidades temporales, ACPO adoptó la propuesta neotomista de la Universidad de Lovaina,70 el planteamiento social del padre Lebret con su tratado de Economía y Humanismo para el desarrollo social, entregados al gobierno colombiano en 1958, y que aportan sustancialmente para la organización de las juntas de acción comunal.

La información que contempla ACPO para incorporarla en los institutos de líderes campesinos, como parte fundamental de su educación basada en la comunicación, se encuentra en el libro azul,71 libro que hace referencia a los principios y medios de acción con algunas consideraciones teológicas y teóricas, escrito por el padre Francisco Houtart -sociólogo y director del Centro de Investigaciones Socio-religiosas de Bélgica-, y el padre Gustavo Pérez -también sociólogo y director del Centro de Investigaciones Sociales de Colombia-, así como al aporte de las investigaciones socioculturales de ACPO con su departamento de sociología e investigación social que permitió generar propuestas propias para la dignificación del mismo campesino y la igualdad entre hombres y mujeres, como parte de una construcción social en igualdad de condiciones. Todo esto, no obstante, sin que fuese posible tener mayor repercusión en las normativas emanadas del gobierno Nacional.

En este escrito se han escogido dos historias de líderes, un hombre y una mujer, precisamente por el aporte que hizo ACPO, fomentando la igualdad entre hombres y mujeres. Desde los derechos humanos, se concientizó sobre la necesidad de tener las mismas posibilidades de desarrollarse personal y profesionalmente, desde las posibilidades y conocimientos de cada persona.

Entre las experiencias de líderes que podemos destacar está la de Luis Eduardo Correa Zapata, nacido el 3 de julio de 1936 en la vereda Poleal de la población de San Jerónimo, Departamento de Antioquia. Don Luis recuerda su estancia en los institutos de Sutatenza, dirigidos por los Hermanos Cristianos, como una transformación total de su vida, aprendiendo a expresarse de la forma correcta y a hacer silencio en el momento adecuado. El aprender a escuchar, hablar de manera adecuada y utilizar los medios de comunicación, facilitó aportar las experiencias y conocimientos a su comunidad en Antioquia, convirtiéndose en líder promotor y director de zona. Con su ejercicio, apoyó a otros líderes que le asignaron a su cargo, obteniendo auxilios de empresas que posibilitaron y ampliaron el trabajo de los líderes para el bien de la comunidad en su región.72

El gran logro para el señor Correa corresponde al cambio que tuvo su vida posterior a la influencia de ACPO y Radio Sutatenza. Recuerda Luis Eduardo que la casa donde nació era herencia de su abuelo: un rancho pequeño, bastante deteriorado por el paso del tiempo y la dificultad para restaurarlo. El techo era de paja y cuando llovía, el agua pasaba derecho y afectaba el sueño de la familia, así como la ropa y elementos que utilizaban; hasta las gallinas terminaban espantadas ya que el lugar donde ponían los huevos era debajo de las camas -conformadas por cuatro estacas con horqueta, clavadas en el piso, travesaños amarrados con bejucos y ramas extendidas para ser cubiertas por una estera de iraca-.73 La cocina era un fogón de tres piedras en el suelo. Su vida fue direccionada para ser jornalero, como parte de la tradición, ya que cada hijo era un peón que apoyaba al papá en las labores agrícolas. Para estudiar, era posible desde los siete años, y únicamente existían los cursos de primero y segundo de primaria. Hasta los 21 años, Don Luis aprendió y se desempeñó en los oficios de jornalero, agricultor y aserrador.

Otro caso de liderazgo que vale la pena destacar, es el de Ana Isbethy Jaimes Tarazona, nacida el 23 de junio de 1952 en la vereda de Los Cacaos del Municipio de Piedecuesta, Departamento de Santander. Con su propia motivación, el apoyo de su mamá y deseos de superación, logró acceder a una beca para realizar estudios en los institutos de líderes campesinos en Sutatenza, Boyacá, en la sección de mujeres dirigida por las hermanas de San Antonio de Padua. Doña Ana narra su primera experiencia en los institutos como un momento agradable por la manera tan cordial en que la recibieron; esa primera información, con jovialidad y respeto, abrió más las puertas para reconocer la importancia de educarse, para mejorar su calidad de vida. Y esas mismas experiencias se transmitieron a los grupos humanos con quienes tenía la oportunidad de aportar conocimientos.

En esta enseñanza también se resalta la comunicación como uno de los elementos fundamentales para el proceso educativo, el cual influye en el cambio de mentalidad, y en el desarrollo sociocultural, dando como resultado la importancia que dieron los líderes al apoyo en su comunidad o comunidades en donde interactuaban.74 Por otra parte, Ana Jaimes destaca el impacto que tuvo la programación de Radio Sutatenza, escuchada por primera vez en un radio que compró su padre; en torno a ese transistor, la familia seguía las clases con las que ampliaban sus conocimientos, pero también la programación musical y cultural, que motivaron su educación.

Es necesario resaltar que, en la casa de Doña Ana, sus hermanos y algunos vecinos de la vereda recibían clases con la señora Rosa María Tarazona, profesora y madre de Doña Ana. La profesora Rosa María tenía vocación por la educación, basada en los conocimientos obtenidos en su casa y desarrollados por su inquietud intelectual. Esas experiencias y gusto por la educación las transmitió a sus hijos, quienes al conocer una de las cartillas de ACPO, no se resistieron a seguir la información. Su casa terminó siendo una escuela radiofónica, y su hija Ana Isbethy, líder destacada de los institutos de líderes campesinos y funcionaria de ACPO. Posterior a sus experiencias personales, educativas y comunitarias, cambió su vida y la de su familia, al igual que de los grupos de personas donde puso en práctica sus conocimientos, destrezas y talentos como líder de ACPO.

Finalmente, es importante reconocer que son muchas las experiencias educativas, culturales y comunitarias desarrolladas por ACPO desde y con los medios de comunicación social. Esas experiencias, con el proceso de la radio,75 transformaron a gran parte de la comunidad rural. Su propuesta pedagógica incidió en la transformación mental del campesino. De igual manera, la comunicación cumplió un papel fundamental en el desarrollo educativo, social, cultural y de paz en un tiempo en que la violencia dividió a Colombia.

El sistema de comunicación de ACPO facilitó la integración y aprendizaje de los campesinos de regiones apartadas e integró departamentos aislados. Adicionalmente, favoreció la zona rural, para la alfabetización, educación, integración sociocultural y desarrollo económico del pueblo colombiano.

Consideraciones finales

Durante el tiempo en que Radio Sutatenza y Acción Cultural Popular (ACPO) desarrollaron su sistema educativo con los medios de comunicación social, y potencializaron el sistema combinado de medios de comunicación, la radio en Colombia se identificaba, principalmente, con propuestas comerciales. Los temas educativo y cultural se incluyeron en proyectos de Estado sin sostenibilidad alguna, por lo que no se consolidaron programas educativos acordes a la necesidad de la sociedad rural. De tal manera que ACPO lideró la educación para los campesinos adultos con su propuesta pedagógica de la EFI, y el líder, egresado de los institutos, se convirtió en eje fundamental de un sistema educativo y sociocultural interactivo, creado con Radio Sutatenza y desarrollado por ACPO, manteniendo el elemento humano como fundamento de la educación.

En la propuesta educativa de ACPO se emitía información buscando hacerlo de manera correcta y con ética, siempre al servicio de la sociedad rural. No obstante, las informaciones o noticias emitidas en contra del comunismo siempre produjeron desacuerdos. De todas maneras, los contenidos útiles para el desarrollo intelectual, espiritual, social, laboral, académico, económico y cultural de los líderes, se intentaron elaborar dentro de temáticas lo más neutrales posibles, ya que se pretendía que los conflictos políticos y religiosos no intervinieran en la formación de los líderes campesinos.

ACPO y su Educación Fundamental Integral obtuvo el apoyo del gobierno Nacional, entidades y empresas internacionales, entre 1949 y 1951. Con el soporte de la Curia de Tunja, Boyacá, el padre Salcedo viajó a Estados Unidos, de donde se importaron transistores de General Electric, y el contrato para importar receptores Philips de Holanda,76 distribuidos a precios muy bajos y a cuotas, facilitando, de esta manera, la obtención de transistores a un grupo amplio de familias para pudieran seguir las clases de las EERR desde sus casas. Por otra parte, en esos tiempos, los habitantes del campo no tenían los medios económicos para comprar un receptor. Y si bien se esperaba que en los municipios se contara con el respaldo de los párrocos para el buen funcionamiento de las escuelas radiofónicas, en realidad, no muchos sacerdotes se integraron con la obra educativa.

La EFI estaba diseñada para producir resultados con relación a los estudios e investigaciones del departamento cultural de ACPO. Nada se dejaba al azar, cada medio de comunicación implementado por la institución, los estudios, actividades, dinámicas, contactos y la capacitación de líderes, tenían un propósito, con el cual seguían una secuencia, dispuesta para la vida diaria del campesino. De igual manera el proceso estaba diseñado para fácil entendimiento y divulgación.

ACPO tuvo claridad sobre la importancia de la comunicación para el habitante rural, por lo que las actividades diseñadas tuvieron mayor efectividad con la participación directa y comprometida de los mismos campesinos formados como líderes. Ellos poseían las mismas experiencias de quienes habitaban en las veredas, conocían sus necesidades e intereses, así como el vocabulario apropiado. Las costumbres y tradiciones de los campesinos se respetaron, y los conocimientos se mejoraron de acuerdo al tiempo y exigencias del Estado. El campesino colombiano consiguió que sus parcelas fueran productivas, mejoró su calidad de vida y obtuvo mayor reconocimiento como ser humano valioso para el país. La mujer campesina pasó a ser protagonista social, y su aporte, reconocido por las estancias del gobierno y la sociedad. Con ello no se quiere dar a entender que ese cambio de la mujer fuera obra de ACPO completamente, pero, sin duda, se constituyó en un valioso aporte a la lucha que las mujeres han tenido para que sus derechos sean reivindicados.

Con la dignificación del campesino, ACPO cumplió con su objetivo principal. Por otra parte, fortaleció su vida religiosa ya que no sólo veló por sus tradiciones, costumbres y sentimientos, sino también, con la educación y espiritualidad, mantuvo sus principios de respeto, hermanamiento, asistencia, responsabilidad, entre otros valores de acuerdo a la Doctrina Social de la Iglesia Católica.

Con la implementación de la EFI, se estimuló el desarrollo económico para la familia, y se diseñaron estrategias a través de los medios de comunicación social para la alfabetización, la educación y la superación de problemas. Además, contaron con talleres y capacitaciones en temas de desarrollo rural, desarrollo social, liderazgo y emprendimiento. La radio y la comunicación se convirtieron en herramienta fundamental para el perfeccionamiento de la EFI, y resaltó las destrezas de una población abandonada por el Estado.

Es muy probable que los balances públicos no demuestren todo el impacto que ACPO tuvo en el campesino colombiano, desde 1947 hasta el cierre en 1994, cuando muere su ideólogo y creador, el sacerdote José Joaquín Salcedo Guarín. Pero hasta 1992, se distribuyeron 6.453.937 cartillas de Educación Fundamental Integral en 955 municipios del país. Se educaron 20.039 alumnos en el primer curso de Dirigente Campesino. De ellos, 3.521 continuaron con el curso de formación de líderes. Desde las oficinas de ACPO se respondieron 1.229.552 cartas de estudiantes de las EERR y lectores del periódico El Campesino. De este periódico se distribuyeron 75.749.539 de ejemplares de 1.635 ediciones. Se impartieron 4.365 cursos de extensión en 687 municipios. Y las emisoras de la cadena Radio Sutatenza, en todo el país, transmitieron un total de 1.489.935 horas.

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1 Armando Suescún, La guerra de setenta años. El conflicto armado colombiano 1946-2016, Vol. 1 (Tunja, Boyacá: Búhos Editores, 2021).

2 Hernando Bernal Alarcón, Educación Fundamental Integral. Teoría y Aplicación en el caso de ACPO, Vol. 2 (Agregar lugar: andes, 1978), 32.

3 Manosalva Correa, La Espiritualidad del subdesarrollo. Trabajo, trabajadores y ocio en la prensa católica colombiana (1958-1981) (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2021), 190.

4 Roger Sandilands, «La Misión del Banco Mundial a Colombia de 1949, y las visiones opuestas de Lauchin Currie y Albert Hirschman», Revista de Economía Institucional 17 (32, 2015): 213-32.

5Laura Camila Ramírez Bonilla, «Moralización y Catolicismo al arribo de la televisión Ciudad de México y Bogotá, 1950-1965» (Tesis de Doctorado en Historia, México, Colegio de México, 2017), Personal.

6 Jerónimo Gil Otálora, Monseñor Jorge Monastoque Valero, Vol. 1 (Tunja, Boyacá: Jotamar, 2007), 45. Para el año de 1947, el nivel de analfabetismo rural en Colombia era del 67%.

7 María del Pilar Chaves Castro, «Transformaciones de la radio en Colombia. Decretos y leyes sobre la programación y su influencia en la construcción de una cultura de masas» (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2014), 49, Personal.

8 María Teresa Ramírez y Juan Patricia Tellez, «La educación primaria y secundaria en Colombia en el siglo XX», Agregar Aquí Nombre del Portal Web o Institución que publica 2006: https://www.banrep.gov.co/docum/ftp/borra379.pdf.

9 Aline Helg, La educación en Colombia 1918-1957 Una Historia Social, Económica y Política (Bogotá: Fondo Editorial cerec, s. f.).

10 Ana María Bidegaín de Urán, Iglesia, pueblo y política. Un estudio de conflictos de intereses-Colombia, 1930-1955-, Primera edición (Bogotá, Colombia: Pontificia Universidad Javeriana, 1985), 40, 41, 42.

11 Bidegaín de Urán, Iglesia, pueblo y política. Un estudio de conflictos de intereses-Colombia, 1930-1955-.

12Michel Vovelle, Ideologías y Mentalidades (Barcelona: Ariel, 1985).

13 Luis Zalamea, Un Quijote Visionario, vol. Uno (Bogotá, Colombia: Editorial Presencia Ltda, 1994).

14 Juan N. S.C.M Weemaes, Boletín Diocesano 1943 a 1945, Uno (Tunja, Boyacá: Universal, 1943).

15Entre los temas que dominaba estaban: la Astronomía, la matemática, presentó gran facilidad para la mecánica y los idiomas, entre ellos, el latín; también fue físico, agrimensor, calculista, químico e ingeniero de aguas. Entre los mayores aportes del padre Navia al Departamento de Boyacá están el haber examinado las aguas termales de la ciudad de Paipa en Boyacá, reconocida mundialmente por su actividad turística gracias a la calidad de las aguas termales, y el agua de la Laguna de Tota, el lago más grande e importante de Colombia, que está a 3.015 metros sobre el nivel del mar, este Parque Natural se encuentra en el Departamento de Boyacá a 42.52 Km de Tunja.

16 Jerónimo Gil Otálora, Seminario Mayor de Tunja 140 años de Fructífera Historia, Primera, vol. Uno (Tunja, Boyacá: Jotamar, 2021).

17La historia recuerda también la región porque fue uno de los lugares que atrajo a los conquistadores que buscaban el Dorado, quienes debido a su obsesión llegaron a descubrir las minas de esmeraldas, reconocidas en el mundo por poseer cualidades que las distinguen entre las mejores del mundo.

18 Suescún, La guerra de los setenta años, 1, 45.

19 Gil Otálora, Monseñor Jorge Monastoque Valero.

20 Bernal Alarcón, Educación Fundamental Integral. Teoría y Aplicación en el caso de ACPO, 2,143.

21 Carlos Páramo y Ana María Lara, «Historias de onda larga, memorias de la radio en Colombia», mp3, Historias de Honda larga (Bogotá, Colombia, 2007), rtvc: https://radionacional-v3.s3.amazonaws.com/s3fs-public/senalradio/episodiospodcast/audioepisodio/26._sutatenza_1_0.mp3.

22 Zalamea, Un Quijote Visionario.

23 Hernando Vaca Gutiérrez, Procesos interactivos mediáticos de Radio Sutatenza con los campesinos de Colombia (1947-1989) (Cali, Colombia, 2017), 126.

24Mónica Alejandra Alayón Martínez, «Un viaje a Sutatenza: La representación del campesino en el proyecto educativo de ACPO» (Trabajo de grado, Bogotá, Colombia, Pontificia Universidad Javeriana, 2018).

25Ibid., 55-56

26Indalecio Rodríguez, «ACPO: origen y nacimiento» en Educación Fundamental Integral: teoría y aplicación en el caso de ACPO, ed. Hernando Bernal Alarcón (Bogotá: Editorial Andes, 1978).

27 Zalamea, Un Quijote Visionario.

28 Comité regional zona 5 ASOACPO, Memorias de amor y libertad. Testimonios de liderazgo campesino en ACPO. Una experiencia transformadora, Vol. 1 (Bogotá, Colombia: Libros para pensar s.a.s, 2021).

29 Nelsi Guevara Izquierdo, Álvaro Suárez Monsalve. Hazañas de un campesino visionario (Bogotá: Corpoempresas, 2018).

30José Joaquín Salcedo Guarín, Hernando Bernal Alarcón, Nohora Inés Iglesias, América Latina. La revolución de la esperanza (Bogotá: Andes, 1989).

31 Serge Moscovici, El Psicoanálisis, su imagen y su público (Buenos Aires: Huemul, 1979), 27.

32 Emile Durkheim, Las formas elementales de la vida religiosa (Buenos Aires: Schapire, 1968), 15.

33 Emile Durkheim, Las Reglas del método sociológico (México: Fondo de Cultura Económica, 1986).

34Un transistor que llevó el padre José Joaquín Salcedo para hacer las pruebas de transmisión y que funcionaba con batería de carro

35Centro social que llevó el nombre del Obispo que entregó todo el respaldo a Salcedo para su propuesta educativa y sociocultural. En este espacio se presentaron cine, actividades culturales, representaciones teatrales y fue también lugar de reuniones de la comunidad.

36En la transmisión de prueba que realizó el padre Salcedo Guarín, los campesinos de la vereda Irzón, Marco Antonio, Carmelo y Ángel María Arévalo, quedaron asustados al escuchar que salía de esa caja una voz como la del padre José Joaquín Salcedo. De acuerdo con Hernando Bernal, en esta casa nacen las escuelas radiofónicas. Bernal Alarcón, Educación Fundamental Integral. Teoría y Aplicación en el caso de ACPO, 2:45, 46.

37Ibid., p. 45, 46.

38Persona voluntaria, generalmente de la misma comunidad, con estudios, conocimientos mínimos y entrenamiento acelerado para enseñar a quienes desean aprender en las escuelas radiofónicas.

39Decreto 1044 de 1937, el cual reglamenta las instalaciones de radiocomunicación como radiodifusoras comerciales, culturales, de experimentación científica, estaciones móviles, estaciones de policía, de aficionados y radioamplificadores de sonido.

40Mónica Alejandra Alayón Martínez, «Un viaje a Sutatenza: La representación del campesino en el proyecto educativo de ACPO» (Trabajo de grado, Bogotá, Colombia, Pontificia Universidad Javeriana, 2018).

41 Nora A. Delgado Torres y Dolores Delgado Torres, «El líder y el liderazgo: Reflexiones», Revista Interamericana de Bibliotecología 26, n.o 2 (Diciembre de 2003): 77.

42Municipio de Cundinamarca, ubicado en la región conocida como Valle de Tenza; se encuentra a 19 kilómetros de Sutatenza, Boyacá.

43Nacido en Fómeque, Cundinamarca, con gran vocación de apoyo comunitario y creador de la campaña del sorbo de agua (actividad que consistía en la creación de los acueductos en las veredas).

44Sistema combinado de medios masivos de comunicación social con las tecnologías del momento, sin prescindir de la comunicación personal, con el objetivo de fomentar la Educación Fundamental Integral del campesino adulto. Su misión era transformar al campesino por motivación y educación. Bernal Alarcón, Educación Fundamental Integral. Teoría y Aplicación en el caso de ACPO.

45 Manuel Marín Sánchez y Felicidad Loscertales Abril, «Educación, medios de comunicación y formación humana», en Medios de comunicación, sociedad y educación (Castilla-La Mancha, España: Ediciones de la Universidad de Castilla- La Mancha, 2001), 35.

46 Arnoldo Aristizabal H., El Auxiliar Inmediato de ACPO en su papel de Agente Educativo, Primera (Bogotá: andes, 1978).

47 Javier Hernández Salazar, Primeras nociones de higiene y salud para Radio Sutatenza, Grabación, 15 de octubre de 2021, Personal.

48 Bernal Alarcón, Educación Fundamental Integral. Teoría y Aplicación en el caso de ACPO, 2, 104, 105.

49Persona que generaba el contacto entre las oficinas centrales de ACPO y el Auxiliar Inmediato.

50Carteles, láminas y cartillas, entre otros.

51 Gil Otálora, Monseñor Jorge Monastoque Valero, 1:45.

52Memorias de Amor y libertad. Testimonios de liderazgo campesino en ACPO. Una experiencia Transformadora. Editorial Pensar. Bogotá. 2021.

53 ASOACPO, Memorias de amor y libertad, 1, 17.

54 Aura Hurtado, «La cultura escrita en sociedades campesinas: la experiencia de Radio Sutatenza en el Suroccidente colombiano», Boletín Cultural Bibliográfico Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, nº82, 2012. 68-92

55Hurtado, 87, 88.

56 Manosalva Correa, La Espiritualidad del subdesarrollo. Trabajo, trabajadores y ocio en la prensa católica colombiana (1958-1981), 66.

57Congreso realizado en Manizales, Colombia, del 11 al 18 de enero de 1953.

58 Mary Jeane Roldán, «ACPO, Estado, Educación y Desarrollo Rural en Colombia 1947-1974», en Radio Sutatenza: una revolución cultural en el campo colombiano (1947-1994) (Biblioteca Luis Ángel Arango, 2017), 38, 39.

59El Partido Liberal gobernó al país entre 1930-1946.

60 Renan Silva, «La política cultural de la república liberal y la Radiodifusora Nacional de Colombia», Análisis Político, nº 41 (septiembre 2000): 3-22.

61 Gustavo Rojas Pinilla, Discursos del General Gustavo Rojas Pinilla (1954) (Lugar de Publicación: Fundación Libro Total, 1954), 14, 15.

62 Laura Camila Ramírez Bonilla, «Una Historia Entrelazada sobre la llegada de la televisión a México y Colombia (1950-1955)», Revista de Historia de América, n.o 159 (diciembre de 2020): 143,144,145.

63El líder de ACPO, se formaba para un dominio personal, manejo de grupos, el nuevo y complejo mundo del liderazgo social. Bernal Alarcón, Teoría y Aplicación en el caso de ACPO, 2: 196-199.

64Lázaro Jiménez Acosta, Diálogo con los líderes (Bogotá: Editorial Andes, 1974), 49, 50.

65 Gabriela Aguirre León, Bill Serrano Orellana, y Guido Sotomayor Pereira, «El liderazgo. De los gerentes de las Pymes de Machala», Universidad y Sociedad, Políticas Educativas y calidad de la educación en universidades latinoamericanas, 9, n.o 1 (enero de 2017): 188.

66 Alfonso Torres Carrillo, «Paulo Freire y la educación popular», Educación de Adultos y Desarrollo 69, 2007.

67 ASOACPO, Memorias de amor y libertad, 1, 16.

68 Concilio Vaticano II, Concilio Vaticano II. Documentos completos (Bogotá: Ediciones Paulinas, 1991), 261.

69 Concilio Vaticano II, 221, 257.

70 Hernando Bernal Alarcón, «ACPO e Iglesia. Itinerario de una relación. Documento de trabajo», 2018, Personal.

71 Francisco Houtart y Gustavo Pérez, Acción Cultural Popular sus principios y medios de Acción Consideraciones Teológicas y Sociológicas, 4.a ed. (Bogotá: andes, 1979).

72 Javier Hernández Salazar, Entrevista a Luis Eduardo Correa, Grabación, 12 de abril de 2021, Personal.

73Planta natural de América que tiene características similares a una palma, por lo que se conoce con el nombre de Palma Iraca. De igual manera, en el Departamento de Boyacá, Colombia, en tiempos precolombinos, la región se denominó Iraca, mismo lugar donde se encuentra la ciudad de Sogamoso, conocida también por ser el mayor territorio religioso precolombino, en el que localizaba el Templo del Sol.

74 Javier Hernández Salazar, Entrevista Doña Ana Isbethy Jaimes Tarazona, Líder ACPO 1, Audio, 30 de agosto de 2021, Personal.

75 Catalina Castrillón Gallego, La radio educadora: solución para una «patria inculta». La actividad radial en Colombia, 1930-1940, Primera (Medellín, Colombia: Grupo de Investigación prácticas, saberes y representaciones en Iberoamérica, 2009), https://repositorio.unal.edu.co/bitstream/handle/unal/9369/978-958-44-5676-72_2009.pdf?sequence=1&isAllowed=y.

76 Roldán, «ACPO, Estado, Educación y Desarrollo Rural en Colombia 1947- 1974», 54, 55.

Recibido: 26 de Enero de 2022; Aprobado: 13 de Octubre de 2022

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