El 12 de septiembre de 2017 -precisamente el día del historiador- recibimos con sorpresa y profunda tristeza la noticia de que ese mismo día había fallecido, a los 74 años de edad, el doctor Álvaro Matute Aguirre, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México. (Sólo ha habido cuatro de ellos, siendo los otros tres la doctora Josefina Muriel de la Torre y los doctores Ernesto de la Torre Villar y Miguel León Portilla, todos ya fallecidos, excepto el último mencionado).

Son innumerables los merecidos reconocimientos y las distinciones de las que Álvaro Matute fue objeto a lo largo de sus casi cincuenta años de trabajo en el Instituto; entre ellos: miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia (sillón 11, 1998), miembro del Sistema Nacional de Investigadores (nivel III), miembro del Seminario de Cultura Mexicana, Premio Universidad Nacional Autónoma de México (Área de Investigación en Humanidades, 1997) Medalla Capitán Alonso de León al Mérito Histórico (2007), Premio Nacional de Ciencias y Artes (Área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, 2008). Además fue miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM de 1999 a 2009.

Había sido elegido para ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua como miembro de número y ocupar en ella la silla XXXIII. Varias fueron sus líneas de trabajo académico, entre las que quizá destacan de manera especial la teoría de la historia, la historiografía mexicana del siglo XX y la Revolución mexicana. Fue autor de más de veinte libros sobre estos y otros temas. Su pensamiento se inscribió en la corriente historiográfica historicista a la que pertenecieron Robin George Collingwood y Benedetto Croce, cuyas ideas y textos fueron difundidos en México por José Gaos y su gran discípulo, Edmundo O’Gorman, quien fue fundamental en la formación de Matute (y de cuya obra y pensamiento éste se ocupó con notabilidad en su trabajo académico). Importante también a este respecto fue su interacción con otro de los discípulos de O’Gorman, el doctor Eduardo Blanquel.

Álvaro Matute Aguirre era nieto por el lado materno del ingeniero, general y miembro del Congreso Constituyente de 1917, Amado Aguirre Santiago (1863-1949). Al morir éste en 1949, su archivo pasó a ser posesión del licenciado Amado Aguirre Eguiarte, hijo del general y académico de larga carrera en la Universidad Iberoamericana. Dos décadas después, el licenciado Aguirre Eguiarte lo entregó a su sobrino historiador Álvaro Matute, quien a su vez lo donó en 1987 al Archivo Histórico de la UNAM. (La guía correspondiente había sido elaborada previamente por Amaya Garritz y fue publicada en 1982 por el Instituto de Investigaciones Históricas de la la misma institución, con un prólogo de Álvaro Matute).

Desde estas páginas abrazamos a la doctora Evelia Trejo Estrada, también miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, quien fuera esposa de Álvaro Matute. Desde hace ya muchos años el Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana y el Instituto de Investigaciones Históricas de aquella institución han llevado a cabo diversas actividades de colaboración -de manera preponderante en el campo de la teoría de la historia- que han resultado en extremo fructíferas; entre ellas cabe mencionar la Cátedra Edmundo O’Gorman y el otorgamiento anual de la Beca Edmundo O’Gorman para jóvenes investigadores (lo que ha sido posible gracias al apoyo de Fomento Cultural Banamex, A. C.). En el marco de esta colaboración, a lo largo de los últimos años fue frecuente la enriquecedora presencia de Álvaro Matute y de Evelia Trejo en numerosos seminarios y conferencias que han tenido lugar en la Universidad Iberoamericana. Todo ello lo recordamos ahora con enorme nostalgia, como también así recordamos a Amado Aguirre Eguiarte, cuyo nombre ostenta una de las aulas magnas de la Universidad Iberoamericana.