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Historia y grafía

Print version ISSN 1405-0927

Hist. graf  n.43 México Jul./Dec. 2014

 

Ensayos

 

¿Memorias reales o memorias cristianizadas? Tecnologías corporales de la contención en el libro VI de la Historia general de las cosas de la Nueva España, siglo XVI

 

Real Memories or Christianized Memories? Corporeal Technologies of Contention in the VIth Book of the Historia general de las cosas de la Nueva España, XVIth century

 

Miguel Ángel Segundo Guzmán

 

Posdoctorado, Departamento de Historia-Universidad Iberoamericana México.

 

Artículo recibido: 09-09-2014.
Artículo aceptado: 19-11-2014.

 

Resumen

El libro sexto de la Historia general de las cosas de la Nueva España se ha interpretado bajo un prejuicio fundador: en él, fray Bernardino de Sahagún investigó y rescató para la posteridad la sabiduría y la moral prehispánicas. La consecuencia lógica es que el texto se convierte en una enciclopedia del saber-vivir mexica. El articulo pretende mostrar y tematizar las tradiciones intelectuales que permitieron inscribir sus discursos. Desmenuzar el libro sexto bajo los grandes paradigmas del imaginario cristiano en torno al cuerpo: el dominio de sí cristiano, la maldad del mundo, etc. La obra debe entenderse como un texto edificante que aspiraba a convertirse en la nueva memoria india expurgada y cristianizada en el proceso de la invención de América.

Palabras clave: Cuerpo, Sahagún, evangelización, huehuehtlahtolli, Conquista.

 

Abstract

The sixth book of the Historia general de las cosas de la Nueva España has been interpreted through a founder prejudice: in it, Fray Bernardino de Sahagún studied prehispanic wisdom and moral, and rescued it for posterity. The logical consequence is that the text became a living encyclopedia of Mexica-Knowledge. This article aims to show and theme the intellectual traditions that allowed the registering of their discourse. A shredding of the sixth book through the great paradigms of Christian imagery about the body: Christian self-control, the wickedness of the world, etc. The work must be understood as an edifying text that aspired to become the new Indian Memory, expurgated and Christianized in the process of the invention of America.

Keywords: Body, Sahagún, evangelization, huehuehtlahtolli, Conquest.

 

La imposibilidad de recuperar lo experimentado
como único funda inmediatamente la historiografía.

Reinhart Koselleck.
Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia.

 

I. NUEVAS MEMORIAS, VIEJA GENEALOGÍA

En el siglo XVI la escritura fue el vehículo para dar cuenta de la expansión del Viejo Mundo. Se generaron experiencias textuales originarias que posibilitaron capturar los eventos, codificar los hechos y trabajar sobre lo sucedido. Las crónicas americanas son un monumento en ese proceso, no sólo registraron la expansión territorial, sino que inscribieron las "novedades". Por sus páginas se bosquejaron mundos hasta entonces desconocidos, grupos sociales nuevos, alteridades. Mas para poder representarlos había que trabajarlos. La radical extrañeza fue matizada hasta domesticarla; expurgada, resultó comprensible; por sus fojas se aplacaron la sorpresa, el ruido y los peligros de la otredad. La escritura implicaba más que narrar,1 se inscribió el Nuevo Mundo para construir su historia. Los escritos codificaron la novedad dentro de los espacios de experiencia, permitiendo la emergencia del sentido. Con las crónicas americanas se labró un proceso fundacional de instauración de la memoria: las escrituras sobre la alteridad indígena permitieron construir la única versión del acontecer, la que permitía la mirada cristiana por el Nuevo Mundo. Esos horizontes de alteridad y sus pasados fueron trabajados para hacerlos comprensibles en el nuevo marco de dominio, estructurados bajo los regímenes de verdad vigentes para ser la representación de aquello que se estaba instaurando y, lo más importante: aspiraban a convertirse en la única versión autorizada de esos mundos, de los pasados paganos.

El proyecto de inscripción fue más allá de la búsqueda de referentes o autoritates para narrar lo americano: era parte de un proyecto político. Es evidente que la historia la escriben los ganadores, pero a través de la escritura se construyeron los paradigmas del vencido y sus formas de inclusión en el mundo. El dominio posibilitó un saber y ese saber aspiraba a organizar la sociedad. El colonialismo siempre es generativo, auspicia las versiones realistas de los derrotados para sustentarse. Permite comprender el estado del nuevo orden y sus reglas de operación. La versión "adecuada" del pasado se instaura por la escritura. La historia intenta convertirse en memoria de lo sucedido y pedagogía para el presente. Así funciona la historia magistra vitae. Muestra el origen, el sentido y la dirección que debía recorrer el nuevo orden social. En ese trabajo sobre la tradición sólo hay un saber, el único capaz de generar memoria al inscribir la adecuada experiencia de la alteridad: ese saber construyó su historia a través de las ruinas del otro.

 

Y todos los indios entendidos, si fueran preguntados,
afirmarían que este lenguaje es propio de sus antepasados
y obras que ellos hacían.

Fray Bernardino de Sahagún,
Historia general de las cosas de la Nueva España.

 

En ese horizonte hay que enmarcar las escrituras sobre los indios en el siglo XVI. Escribir historia implica un movimiento intelectual dominado por las preguntas,2 por la posibilidad de cuestionar la recepción simple de un texto. Romper la ilusión de transparencia del lenguaje y lanzarse a la radical experiencia del pasado. Frente a un mar de documentos, la brújula consiste en trasladarnos por ellos con nuevas miradas. Lanzar sobre su escritura nuevos paradigmas, preguntas verosímiles para el horizonte que se busca comprender. En ese sentido, la gran pregunta que guía estas páginas es: ¿Qué horizonte del saber sustenta el libro VI de la Historia general de las cosas de la Nueva España? Sus contenidos versan sobre filosofía moral, la sabiduría que imperaba en el mundo prehispánico... ¿pero es realmente el discurso de los huehues? En su misma época parece ser que fue un libro polémico, en su Prólogo sentencia: "En este libro se verá muy claro que lo que algunos émulos han afirmado, que todo lo escrito en estos libros, antes de éste y después de éste, son ficciones y mentiras, hablan como apasionados y mentirosos, porque lo que en este libro está escrito no cabe en entendimiento de hombre humano el fingirlo, ni hombre viviente pudiera fingir el lenguaje que en él está".3

Sólo algunos podían estar de acuerdo con el franciscano. ¿Quiénes eran? ¿Qué es un indio entendido para la lógica de Sahagún? Desde el horizonte de las ciencias histórico-antropológicas estas preguntas se han ignorado. En esa tradición queda muy claro que el texto, y en general la obra de Sahagún, tiene un estatus de fuente transparente para rescatar los antiguos saberes prehispánicos.4 En esa lectura opera un prejuicio5 muy claro: el texto es una representación realista de la sociedad que describe y resguarda la memoria de los viejos, el antiguo saber, la tradición del vencido. Por ello cabe regresar al texto y preguntarse: ¿en los llamados huehuehtlahtolli están las antiguas creencias, las formas mexicas de ver el cuerpo, la moral prehispánica? ¿En el siglo XVI se generó una investigación para rescatar esa forma de vida, mientras se le exterminaba al mismo tiempo? El punto es tomar distancia para encontrar la naturaleza del problema. En los prólogos a sus libros, el franciscano siempre da pistas. Según él: "Todas las naciones, por bárbaras y de bajo metal que hayan sido, han puesto los ojos en los sabios y poderosos para persuadir, y en los hombres eminentes en las virtudes morales, y en los diestros y valientes en los ejercicios bélicos, y más en los de su generación que en los de las otras".6

La historia humana está escrita con las mismas tintas, en todas partes se aprecia lo mismo. Para el fraile no hay duda de que en la Nación Indiana al igual que entre los "griegos, latinos españoles o italianos" apreciaban a los sabios retóricos y virtuosos, ya que éstos "regían las repúblicas y guiaban los ejércitos, y presidían los templos". Por ello las formas de vida anteriores a la Conquista eran admirables: "Fueron, cierto, en estas cosas extremados, devotísimos para con sus dioses, celosísimos de sus repúblicas, entre sí muy urbanos; para con sus enemigos, muy crueles; para con los suyos, humanos y severos; y pienso que por estas virtudes alcanzaron el imperio, aunque les duró poco, y ahora todo lo han perdido, como verá claro el que cotejase lo contenido en este libro con la vida que ahora tienen"7.

En la mente del franciscano el discurso del pasado indígena fue tan grande como el europeo: los mexicas habían llegado a la victoria cultural de construir Imperios, la cima en el imaginario cristiano. Pero ahora esa gloria se había perdido, ya no se encontraba en un mundo que vivía en violenta transformación por la Conquista y las décadas de evangelización. Para el mendicante, las añejas prácticas indias podían ser tan útiles y rescatables como el discurso de la antigüedad precristiana, capaz de ser la luz en la oscuridad del siglo, la guía para el presente. ¿Pero es un discurso real? ¿Acaso su obra transcribe transparentemente la sabiduría mexica? ¿Para qué presente se escribe? El lugar social que permite la evocación es el presente instaurado por la Conquista, que borda discursos sobre la tradición indígena en el marco de los contextos monacales: con la escritura se instituye8 el presente de la evangelización. Desde ese nuevo lugar se tiene que repensar la relación con el pasado. Una mirada cristianizada se lanza a expurgar las ruinas de la memoria antigua, de un mundo en extinción por la victoria del Evangelio. El libro VI de la Historia general acompaña y auspicia ese nuevo lugar de producción discursiva estableciendo una pedagogía del cuerpo adecuada para el nuevo reino, que aspiraba a convertirse en memoria. ¿Qué debían mostrar sus contenidos? ¿Los usos del cuerpo mesoamericanos o es la tradición de la privación en Occidente que odia el cuerpo, el mundo y sus placeres? ¿Acaso los frailes conocen otra forma de relacionarse con el cuerpo? La gran pregunta es: ¿rescata el pasado o funda un nuevo saber? Por ello la escritura de Sahagún no puede sacarse del contexto evangelizador. En su obra afirma: "A mí me fue mandado por santa obediencia de mi prelado mayor, que escribiese en lengua mexicana lo que me pareciese ser útil para la doctrina, cultura y manutencia de la cristiandad de estos naturales de la Nueva España y para ayudar a los ministros que los doctrinan".9

El objetivo de escribir sobre el pasado se inscribe en la evangelización, para establecer una nueva memoria que la sustentara. En ese sentido la "investigación" es fundacional: va a sembrar las semillas del pasado de la naciente cristiandad. Ello implica un trabajo orientado, se rememora lo útil, aquello que colabora al fortalecimiento de la conversión. Lo que ayuda a trabajar para el nuevo reino de Dios en las Indias. La investigación sobre el pasado está en función del horizonte del cristianismo, en aras de su futuro. El pasado tenía que apuntalarlo. Lo útil es lo que ayuda al poder en su ejercicio cotidiano, aquello que le da profundidad histórica a la prédica y a la conversión. La tematización de los contenidos permitiría sostener en la autoridad de los viejos, de los huehues, las nuevas prácticas a instaurar. La meta fue naturalizar el cristianismo en el seno de la naciente memoria indígena o, al menos, hacer tersa la transición entre un presente vivido cristianizado y su adecuada "genealogía pagana".

Por otro lado, la obra está destinada a ser un censor de memoria: el pasado sólo es posible bajo sus trazos, estableciendo los elementos que puedan ser intercambiados en la economía de los buenos recuerdos. El trabajo de Sahagún va a generar la única versión posible del pasado indiano. Los que están de acuerdo son indios entendidos, con imaginarios cristianizados. En ese trabajo de construcción de memoria sólo se queda lo que el lugar de la evangelización permite, lo que los indios buenos le han dicho y su autoridad admite. Su lugar interpretativo se sustentó en la formación religiosa de la Orden que creó un texto para naturalizar el trabajo cristiano sobre el cuerpo en las añejas tradiciones indígenas, y de esa forma ir evangelizando. El fraile va a construir sobre ruinas la cristiandad. El libro VI es el primer libro de la gran Historia general que se escribe, y bajo sus trazos tratará de encauzar a la sociedad dentro del yugo cristiano: son escritos para convertir cuerpos indios.

Con las escrituras sobre el indio se echó a andar la máquina de espiritualización en el Nuevo Mundo. Había que hacer ligeras las narraciones sobre el pasado; que en las descripciones sobre las antiguas creencias se evaporasen los olores de sangre y carne, de paganismo. Tan destiladas que se vuelven otra cosa: una misteriosa alquimia hace aparecer las antiguas creencias mexicas como si fueran cristianas; en la nueva mezcolanza se resalta lo que va a servir para fundar los nuevos valores dentro de los ideales monacales. Ha dejado de ser un discurso indio y se vuelve retórica edificante, una tecnología para convertir, para regir la vida en una nueva moral que se escribe en náhuatl. El poderoso imaginario del cuerpo que se ilustra en los restos materiales prehispánicos ha quedado fuera: el culto fálico, la poligamia, el trabajo sobre el cuerpo que se ve en las esculturas, los múltiples registros sobre la carne, las estéticas prehispánicas como paradigma, todo eso hay que olvidarlo y destruirlo. No sirve para crear cristiandad. En la reformulación de la memoria no tiene cabida. No se encuentra eso en algún huehuehtlahtolli. La escritura aspira a convertir y controlar para avanzar como el nuevo cimiento de la nación indiana, más cristiana que su correlato europeo. Qué mejor que justificarlo en un discurso de raigambre indígena, avalado por los huehues y expurgado en las celdas del monasterio. Pero algo quedó excluido: los indios paganos viven fuera de los textos, sus prácticas reales están en la caza furtiva10 para sobrevivir. Viven en el mundo, en las ruinas de la conquista y las encomiendas, entre epidemias y congregaciones. Esos no son los indios entendidos. ¿Quiénes elaboran los textos? En el mejor de los casos, la nobleza convertida al cristianismo. La nueva elite indígena es cristiana, cultivada en las celdas de conventos, organizada para ayudar en las tareas de difusión del Evangelio, latinizada, trilingüe. Ella evangeliza; son los "indios entendidos", purificados, espiritualizados. Para ellos son los textos, con el fin de que ayuden a extender la evangelización y se vean reflejados en ese pasado.

En las condiciones de producción del libro vi se encuentran al menos dos niveles interpretativos: 1) la intención de saber de Sahagún es un deseo de evangelizar. Escribir sobre indios está enmarcado por un deseo de destruir-fundar; el fraile va a demarcar las pautas que encuadren el saber pasado rescatable para el futuro de los indios, va a construir narrativas edificantes para el oído de los futuros cristianos. 2) Una diversa capa de interpretaciones de los indios buenos: los catecúmenos trilingües, de los gramáticos. En ellos su mirar culpable se lanza a escudriñar el pasado de los huehues, del cual se sienten ajenos y distantes. Han vivido con los franciscanos desde el origen, son grandes latinistas, han leído las Autoridades; su tradición intelectual está en la cristiandad, desde ahí están interpretando, son los traductores de Sahagún. Sus analogías y comparaciones las realizan en el marco del logos occidental, para él escriben. En el mejor de los casos van a dialogar con un discurso del pasado, que no es el suyo y que no practicaron.

Esa elite indígena encabezada por Sahagún, atrapada en su moral y desde el lugar del cristianismo, usa la retórica náhuatl, para ser el vehículo de traducción de la antigua moral de la contención. Tiene que convencer de que el contenido del libro es el añejo saber de los huehues, de los viejos, y que casualmente se encontraban los pilares del nuevo orden cristiano: negación de la carne, desprecio del mundo, moral monacal, el bonito discurso vertical de la privación sensorial. La moral descrita debía compararse con los esquemas de autoridad, para coincidir en grandeza. Sólo así era "rescatable". Se fundó un discurso cristiano para eclipsar el antiguo saber. El paradigma fue llegar a construir indios cristianos, castos y que dominaran su cuerpo. En la lógica de Sahagún no debía costar ningún problema ya que en tiempos de su gentilidad "entre sí fueron muy urbanos, humanos y severos para con los suyos". La transición del mundo pagano domesticado al cristiano era tan sencilla y natural que no parecía haber diferencias; por ello enuncia desde la contención a la sociedad mexica. No están escribiendo para los españoles, el texto es para la nueva memoria náhuatl, para el bienestar espiritual de la cristiandad indiana.

Bosquejar el lugar de producción11 de los textos permite ganar un horizonte para comprenderlos. Pero hay un problema: el contenido. Si son textos de evangelización, escritos bajo la influencia monacal, ¿cuál es el horizonte de verdad al que se inscriben? ¿De qué tradición hablan? ¿Qué símbolos utilizan para "rescatar" la sabiduría de los huehues? Un concepto que puede ayudar es el de simbólica. Paul Ricoeur ha hecho énfasis en la plasticidad de la tradición, la cual tiene una doble historicidad; conserva y añade, es autoridad que se interpreta. En un modelo hermenéutico: "Toda tradición vive por la gracia de la interpretación; perdura a ese precio, es decir, permanece viva".12 Los símbolos se entienden dentro de su historicidad: en momentos de emergencia, en la creación de nuevas experiencias, son una interpretación que se va acumulando para establecerse como tradición, que en la circularidad de la comprensión se va reinterpretando. Ricoeur trabaja las tradiciones e interpretaciones de los símbolos; en ese sentido, "la simbólica se halla más bien entre los símbolos, como relación y economía de su puesta en relación".13 Son horizontes móviles de significado que le dan sentido a lo escrito, le marcan legibilidad en sus transformaciones; el sentido se encuentra en esas cadenas de significado entre el peso de la autoridad y la interpretación, en la episteme que lo posibilita,14 en los regímenes de verdad que le imprimen y permiten comprenderlo. La simbólica muestra los pasos previos de la escritura, los senderos de la tradición que constantemente se está reinterpretando.

Analizar un corpus textual en función de su simbólica implica comprender los movimientos intelectuales que le permitieron constituirse como experiencia originaria.15 En el choque entre la novedad y la tradición se configura el texto, un escrito que sea legible dentro de una tradición intelectual. Se pre-comprende un evento dentro de las tradiciones para contarlo, se escribe dentro de las retóricas para contar el mundo de la época y se deja presto para ser reactualizado por los lectores.16 Un texto se inscribe en una tradición; un largo trabajo sobre lo escrito configuró el escenario para su emergencia. ¿El libro sexto de Sahagún en que tradición se enmarca? ¿Cuál es su genealogía?17¿De dónde proceden sus saberes?

La genealogía de un texto se construye en torno a la diacronía, al mostrar los horizontes que le dan sentido a los símbolos inscritos, las tradiciones que sustentan ese nuevo saber. Sólo ahí se puede plantear a qué horizonte pertenecen. La propuesta es hacer una tematización de los grandes tropos ocultos en los huehuehtlahtolli de Sahagún. Ordenarlos bajo la simbólica del cultivo de sí cristiano en el horizonte de la conversión de los cuerpos. Trazar esa genealogía implica bosquejar los piadosos símbolos que la sostienen: la historia de la domesticación de la carne en el mundo occidental.

 

II. EL CULTIVO DEL SÍ MEXICA

¿Hacia dónde mirar para buscar la genealogía de la moral mexica? ¿En qué tradición rastrear las tecnologías del cuerpo que se encuentran en las crónicas franciscanas sobre el antiguo saber prehispánico? Hay que excavar en la simbólica del cuerpo en Occidente para comprender. En el trabajo sobre la carne que realizó la tradición cristiana; en la cosmogonía del horizonte del odio al mundo y sus placeres que sustenta las prácticas monacales. En ese imaginario de la contención se encuentran las columnas que sostienen el templo de los huehuehtlatolli.

El cristianismo se basa en la palabra de Jesús, el gran arquetipo. Su obra está en los Evangelios, el gran código, el paradigma del sentido y modelo de virtud. Enmarcado en un mundo de milagros, su prédica se inscribe en el perdón y el arrepentimiento para la espera apocalíptica.18 Sus temas son la victoria sobre las tentaciones, el trabajo sobre sí mismo, el abandono del mundo y la negación del cuerpo. El Jesús de los evangelios de Mateo y Marcos se presenta como un modelo de control: llevado por el Espíritu al desierto, ayuna 40 días y es tentado por el Diablo a usar su poder para convertir piedras en alimento; ahí sentencia que "No sólo de pan vive el hombre".19 Tiene y ejerce un control sobre sí mismo. Predica que el trabajo se tenía que realizar en el interior de uno mismo, pues ahí se encuentra el origen de la maldad: "del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Eso es lo que contamina al hombre".20 Su prédica se inscribe entonces para los puros de corazón.

La tecnología de la carne se inscribe en la continencia voluntaria, pues "hay eunucos que se hicieron a sí mismos por el Reino de los Cielos".21 Control del cuerpo. En el Evangelio de Juan la separación está clara: "lo nacido de la carne es carne, lo nacido del Espíritu es espíritu", "la carne no sirve para nada".22 El trabajo para dominar el cuerpo queda claro: vencer al mundo y la carne.

En la escritura de Pablo de Tarso la carne es el gran enemigo, tiene apetitos que están fuera de lo divino: "fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, ambición, divisiones, disensiones, rivalidades, borracheras, comilonas y cosas semejantes".23 Carne, pecado, muerte, una gran prisión en el mundo... hay que trabajarlo en la contención, ya que el cuerpo es el templo del Espíritu Santo.24 De la fornicación hay que huir, porque es pecar contra el propio cuerpo. En ese sentido: "Ni impuros, ni idólatras, ni adúlteros, ni afeminados, ni homosexuales, ni ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni ultrajadores, ni explotadores heredarán el Reino de Dios".25

Son gemas en la corona de la teología de la Caída humana. Sentencias que avasallan el cuerpo convertido en carne. Esa sabiduría está encaminada a la formación de cuerpos espirituales, es la genealogía de la carne que los monjes traen inscrita en sus cuerpos ya que son especialistas en huir de los placeres del mundo, han trabajado su carne en ese horizonte para lograr superar las tentaciones. Su misión evangélica consistía en extender esa cosmovisión y esas prácticas por el mundo. Era la palabra de Dios, había que cincelársela en la carne a los indios. Para que esa tecnología resonara por el mundo, qué mejor que construir textos incuestionables, escritos en náhuatl que hablasen de la antigua sabiduría. Pero, claro, sostenidos en otra simbólica. Las tradiciones y los intérpretes estaban del lado del vencedor: el sentido de lo escrito se encuentra sólo dentro de la cosmovisión del pecado. Qué mejor forma de evangelizar que naturalizar el trabajo sobre el cuerpo en la memoria de los indios.

En esas memorias colonizadas no podía haber otra fórmula. En sus exhortaciones, los huehues señalan que el único camino válido para el cultivo de sí es el gran modelo que Occidente ha trabajado por siglos: "seáis humildes de vuestro corazón y tengáis esperanza en dios, así como 'paz con todos' en todo tiempo, suspirar y orad a dios, no perder el tiempo". Todos tienen su camino: cuidar el Tonacayo tomío (nuestra carne y nuestros huesos), trabajar sobre los mantenimientos del cuerpo en el horizonte de la contención. Lo que importa es cultivarse arduamente para agradar al Dios. La gran pregunta es a cuál: al pagano o al cristiano:

nota lo que has de hacer de noche y de día, debes orar muchas veces y suspirar al dios invisible Yoalli Ehécatl; demándale con clamores y puesta en cruz en el secreto de tu cama y de tu recogimiento;

13.- mira que no seas dormidora, despierta y levántate a la media noche, y póstrate de rodillas y de codos delante de él; inclínate y cruza los brazos, llama con clamores de tu corazón a nuestro señor dios, invisible e impalpable, porque de noche se regocija con los que llama; entonces hará misericordia contigo, entonces te dará lo que te conviene y aquello de que fueres digna.26

Trabajar en la noche, simular la cruz con el cuerpo, orar con el corazón puro, no ceder al peligroso ocio; los signos de la penitencia están presentes en el mundo mexica, pero no lo sabían, hasta que los frailes lo mostraron.

La sexualidad sólo es posible en el matrimonio para la procreación. Los ecos de Pablo están presentes en la sabiduría náhuatl: "es ordenación de nuestro señor dios que haya generación por vía de hombre y de mujer, para hacer multiplicación y generación". El odio al goce opera en la sociedad:

mira que no deshonres a tus padres, ni siembres estiércol y polvo encima de tus pinturas, que significan las buenas obras y fama: mira que no los infames;

27.- mira que no te des al deleite carnal; mira que no te arrojes sobre el estiércol y hediondez de la lujuria; y si has de venir a esto, más valdría que te murieras luego.27

A las mujeres hay que controlarlas. El discurso de la castidad y la virginidad es central, el saber tradicional lo enmarca en la contención por el desprecio del goce:

[...] no des tu cuerpo a alguno; mira que te guardes mucho que nadie llegue a ti, que nadie niegue tu cuerpo.

22.- Si perdieres tu virginidad y después de esto te demandare por mujer alguno, y te casares con él, nunca se habrá bien contigo, ni te tendrá verdadero amor; siempre se acordará de que no te halló virgen, y esto será causa de grande aflicción y trabajo; nunca estarás en paz, siempre estará tu marido sospechoso de ti.

Que no te conozca más que un varón, que no le hagas traición que se llama adulterio.

[...] mira que no des tu cuerpo a otro, porque esto, hija mía muy querida y muy amada, es una caída en una sima sin suelo que no tiene remedio, ni jamás se puede sanar, según es estilo del mundo.28

El castigo es feroz para las mujeres fáciles:

26.- Si fuere sabido, y si fueres vista en este delito, matarte han, echarte han en una calle para ejemplo de toda la gente, donde serás por justicia machucada la cabeza y arrastrada; de éstas se dice un refrán: "probarás la piedra y serás arrastrada, y tomarán ejemplo de tu muerte".29

En esos relatos edificantes, el condolido padre le muestra al vástago el camino en este valle de lágrimas: "nota hijo que la humildad y el abatimiento del cuerpo y de alma, y el lloro, y las lágrimas y el suspirar, ésta es la nobleza y el valer y la honra". Es el discurso de la miseria cristiana:

sé humilde, y anda muy humilde o inclinado y baja la cabeza, y recogidos tus brazos, y date al lloro y a la devoción y tristeza, y a los suspiros, y a la sujeción de todos; sé sujeto a todos y humilde a todos.

32.- Y nota, hijo mío, que esto que te he dicho de la humildad y sujeción y menosprecio de ti mismo, ha de ser de corazón, delante de nuestro señor dios.30

Con los discursos se genera un imaginario preparado para entrar al rebaño cristiano. Las técnicas de los huehues son parecidas al monacato. ¿Cómo no?, si son enunciadas desde las celdas. Los varones deben trabajar su cuerpo, contenerse de los placeres del mundo: "mira que te apartes de los deleites carnales y en ninguna manera los desees; guárdate de todas las cosas sucias que ensucian a los hombres, no solamente en las ánimas, pero también en los cuerpos, causando enfermedades y muertes corporales".31

El sexo ensucia, es una mancha que lleva al pecado. La sexualidad, otra vez, sólo es posible para aumentar el reino de Dios:

mira que el mundo ya tiene este estilo de engendrar y multiplicar, y para esta generación y multiplicación ordenó dios que una mujer usase de un varón, y un varón de una mujer; pero esto conviene se haga con templanza y con discreción; no te arrojes a la mujer como el perro se arroja a lo que ha de comer, no te hagas a manera de perro en comer y traga lo que le dan, dándote a las mujeres antes de tiempo; aunque tengas apetito de mujer resístete, resiste a tu corazón hasta que ya seas hombre perfecto y recio.32

Una vez casados, como en la predicación cristiana, se busca la templanza en el acto carnal: "conviene tener templanza en usar de ella", "pero sábete que te matas y te haces gran daño en frecuentar aquella obra carnal". Serás como "un maguey chupado". Con respecto al estómago: "la manera que has de tener al comer y en el beber: seas avisado, hijo que no comas demasiado a la mañana y a la noche; sé templado en la comida y en la cena, y si trabajares, conviene que almuerces antes que comiences el trabajo". Y como siempre, cuidado con las mujeres, ya que al comer:

mayormente te debes guardar en esto de los que te quieren mal; y más de las mujeres, en especial de las que son malas mujeres; no comerás ni beberás lo que te dieren, porque muchas veces dan hechizos en la comida o en la bebida [...] para provocar la lujuria, y esta manera de hechizos no solamente empece al cuerpo y al ánima, pero también mata porque se desaina el que lo bebe, o lo come, frecuentando el acto carnal hasta que muere.33

La gran metáfora evangélica de la pureza de corazón es la gran clave del trabajo espiritual desde los padres de la Iglesia hasta el Renacimiento. También en el mundo mexica existían los puros de corazón bajo una desarrollada técnica del cuerpo en una relación trascendente:

40.- Pues ¿qué piensas e imaginas? ¿Qué es de madera, o piedra, o de hierro su corazón y su cuerpo? También llora como tú, y se entristece como tú. ¿Hay nadie que no ama el placer?

41.- Pero, porque es recio su corazón y macizo se va a la mano, y se hace fuerza para orar a dios, para que su corazón sea santo y virtuoso, llégase devotamente a dios todopoderoso con lloros y suspiros; no sigue el apetito de dormir, a la media noche se levanta a llorar y suspirar, y llama y clama a dios todopoderoso, invisible e impalpable; llámale con lágrimas, ora con tristeza, demándale con importunación que le dé favor.34

El mundo antiguo es eclipsado por las prácticas cristianas, es la nueva memoria de los indios buenos, sabiduría de los puros de corazón.

 

III. EL HORIZONTE UNIVERSAL DEL PECADO ORIGINAL

El cristianismo lanzó un velo de pecado sobre el mundo. Todo empezó en la Creación. La tentación y la transgresión le dieron movimiento a la historia, enmarcaron la Caída humana. La descendencia de Adán se mueve en el a priori del pecado original. La Culpa es el telón de fondo de la humanidad. La caída del estado de gracia es el nicho natural del hombre. La cosmovisión de la culpa es una totalidad en sí misma: caída, pecado, redención, son las claves de la verdad del mundo. Era un paquete teológico y el régimen de verdad de los cristianos que llegan a las Indias, no era algo interpretable... Para los frailes, el pecado original está oculto tras las prácticas indígenas. Era natural que los indios comprendieran el misterio humano, la revelación fue para todos. La gran mancha estaba sobre el mundo, era posible que en su gentilidad los indios se dieran cuenta de ella. El bautizo es el gran remedio, limpia al hombre de la suciedad del primer pecado. Sólo en el marco de una teología de la Caída tiene sentido esta historia. Era tan natural que estuviese en las prácticas prehispánicas como el mismísimo respirar. Había que mostrar eso para la memoria de la cristiandad indiana. En los relatos edificantes los indios bautizaban a los beatos:

¡Oh nieto mío, hijo mío, recibe y toma el agua del señor del mundo, que es nuestra vida, y es para que nuestro cuerpo crezca y reverdezca, es para lavar, para limpiar; ruego que entre en tu cuerpo y allí viva esta agua celestial azul, y azul clara!

9.- Ruego que ella destruya y aparte de ti todo lo malo y contrario que le fue dado antes del principio del mundo, porque todos nosotros los hombres, somos dejados en su mano, porque es nuestra madre Chalchiuhtlicue.

Señor, veis aquí vuestra criatura, que habéis enviado a este lugar de dolores y de aflicciones y de penitencias, que es este mundo; dadle, señor, vuestros dones y vuestras inspiraciones, pues vos sois el gran dios, y también con voz la gran diosa.35

La cosmovisión cristiana entera se encuentra en este ritual pagano: agua limpiadora, culpa que viene desde el principio de los tiempos, un mundo al que se viene a sufrir. Como san Agustín lo enunció, los niños no bautizados son culpables, los niños nahuas también tenían un lugar especial. Debían ser separados por el peso de la Culpa.

Para Sahagún, el pecado estaba presente en la sociedad mexica, era la vida cotidiana y natural del hombre. Como los cristianos, ellos también se confiesan ante un dios trascendente con la mediación de un sacerdote:

1.- Después que el penitente había dicho sus pecados delante del sátrapa, luego el mismo sátrapa hacía la oración que se sigue, delante de Tezcatlipoca: "]Oh señor nuestro humanísimo, amparador y favorecedor de todos! Ya habéis oído la confesión de este pobre pecador, con la cual ha publicado en vuestra presencia sus podredumbres y hediondeces; o por ventura ha ocultado algunos de sus pecados en vuestra presencia, y si es así ha hecho burla de V. M., y con desacato y grande ofensa de V. M. se ha arrojado a una sima, en una profunda barranca, y él mismo se ha enlazado y enredado, él mismo ha merecido ser ciego y tullido y que se le pudran sus miembros, y que sea pobre y mísero".36

La confesión, la gran tecnología del cuerpo en la cristiandad, también se encuentra en la sociedad mexica. Varios siglos fueron necesarios para organizarla en Europa; en el iv Concilio de Letrán se volvió obligatoria. En América, con un proceso civilizatorio distinto, también se había desarrollado, al menos en la mente del fraile. Con su enunciación está generando un habitus que permitirá hacer natural el nuevo régimen, es un recuerdo que sustentará la nueva memoria. Con los textos está creando disposiciones37 para la nueva sociedad: con los escritos está haciendo natural el paso hacia el cristianismo. Es la nueva piedra donde los franciscanos fundarán la Iglesia.

En la ficción construida por los frailes el pecador "ofende al Dios", pues él "ve todas las cosas, por ser invisible e incorpóreo". El confesante está acongojado por sus pecados, "derrama muchas lágrimas, aflige su corazón el dolor de los pecados y no solamente se duele de ellos, pero aún se espanta de ellos". Hábitos piadosos en la novel cristiandad tropical...

El misterioso sentido del sacramento se explica desde la sabiduría náhuatl:

3.- Es como un agua clarísima con que vos señor laváis las culpas de los que derechamente se confiesan; y si por ventura ha incurrido en su perdición y en el abreviamiento de sus días, o si por ventura ha dicho toda verdad, y se ha librado y desatado de sus culpas y pecados, ha recibido el perdón de ellos en que había incurrido como quien resbala y cae en vuestra presencia, ofreciéndoos en diversas culpas y ensuciándose a sí mismo, y arrojándose a sí mismo en una sima profunda y en un pozo de agua sin suelo, y como hombre pobrecito y flaco cayó y ahora tiene dolor y descontento de todo lo pasado, y su corazón y su cuerpo reciben gran dolor y desasosiego, ya está muy pesante de haber hecho lo que hizo, ya tiene propósito muy firme de nunca más ofenderos.38

El indio también necesitaba ser perdonado y limpiado. Vivir en el pecado, para los nahuas prehispánicos, era como caer en una barranca: "Estos son tus pecados, que no solamente son lazos y redes y pozos en que has caído, pero también son bestias fieras que matan y despedazan el cuerpo y el ánima". La imagen era infernal. A los indios pecadores los "enviará a la universal casa del infierno donde está tu padre y tu madre, el dios del infierno y la diosa del infierno, abiertas las bocas con deseo de tragarte a ti, y a cuantos hay en el mundo". Era una casa de castigo. A los pecadores se les dará su merecido: "de diversas maneras serás atormentado y afligido por todo extremo, y estarás zambullido en un lago de miserias y tormentos intolerables".39 Una memoria edificante y rescatable para la naciente cristiandad india, inscrita y cultivada en el horizonte del pecado.

 

IV. RETÓRICAS DE LA MALDAD DEL MUNDO

En el marco de la sacralidad pagana, el mundo es fuente de vitalidad, sentido y fortaleza. En los politeísmos, lo sagrado se encuentra disperso en el mundo. Sus ritmos pautan la vida de los individuos, fluye en sus ciclos. No existe la trascendencia. Los dioses están-en-el-mundo, el cual es sagrado. Múltiples ejemplos históricos y etnográficos muestran esa verdad: en el politeísmo el mundo se encuentra lleno de sentido y los dioses operan en él.40 Por ello, Sahagún tiene que romper con esa cosmovisión para enunciar a los mexicas. El gran tema para hacerlo es la relación con el mundo: debía darles miedo a los indios ser malos por naturaleza. ¿De dónde viene esa herencia? ¿Tenían los mexicas miedo del mundo?

El cristianismo no es el primero en postular una cierta desconfianza sobre el mundo. En la Antigüedad son principalmente las sectas gnósticas las que inauguran esa tradición. Parten de una cosmovisión de la caída: lo originario e inmaterial se fue degradando en distintas encarnaciones; el mundo es producto de ese proceso. En sus prácticas ofrecen salidas de curación, de purificación hasta llegar a la perfección, al regreso de la unidad perdida. El mundo material es visto con recelo. El pensamiento estoico llegará a la misma conclusión a partir de otras premisas: la contención del cuerpo fortalece, por ello, hay que vivir de acuerdo con la Naturaleza. Una naturaleza animada por la Providencia, dado que de "allí fluye todo". En ese horizonte la vida es efímera. ¿El mundo? que se pierda: según Marco Aurelio todo es "pequeño, mutable, caduco", no hay nada nuevo bajo el sol, todo es habitual y efímero. Si el mundo es lo mismo siempre, se le ve con desdén.41 Se escapa del mundo para volver a enfrentarlo: hay que trabajar para ser imperturbable. El sujeto debe controlar el mundo o salir de él, éste es monótono pero se le puede vencer. el último estertor de una antigua ética cívica.

El cristianismo es una religión del trasmundo. Las enseñanzas de Cristo se enmarcan en un horizonte escatológico. Seguir su palabra y su carne es buscar la vida eterna. La vida en este cuerpo no es nada, según el Evangelio de Juan 12:25: "El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo la guarda para una vida eterna". Este mundo con sus riquezas y placeres, que se pierda, pues "tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!, yo he vencido al mundo".42 Para la simbólica cristiana la figura de Pablo es central. En la Epístola a los Efesios 6, 12 su discurso adquiere un vuelco de fondo: "Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal que están en el aire".

Ha aparecido el gran enemigo, quien mueve los hilos en el horizonte del pecado: el mundo, la naturaleza y el cuerpo viven atrapados bajo el yugo de Satán y su corte. Se vuelve un dogma con gran capacidad de replicación. Esta herencia era parte del imaginario común de las prístinas comunidades cristianas. En la primera Epístola de san Juan, 5, 19, "el mundo entero yace en poder del Maligno". Para esa cosmovisión, en un horizonte lleno de tribulaciones lo mejor es esconderse o salir del mundo. La recomendación es clara en la primera Epístola de san Juan 2, 15-17:

No améis al mundo
ni lo que hay en el mundo.
Si alguien ama al mundo,
el amor del Padre no está en él.
Porque todo cuanto hay en el mundo
-la concupiscencia de la carne,
la concupiscencia de los ojos
y la jactancia de las riquezas-
no viene del Padre, sino del mundo.
El mundo y su concupiscencia pasan;
Pero quien cumple la voluntad de Dios permanece
para siempre.

El mal está anidado en el mundo. Hay que trabajar sobre él; el escape y el miedo son naturales para un buen cristiano. Otro hito fundamental en las retóricas de la maldad del mundo fue Tertuliano. En su AdMartyres ofrece a los que van a ser asesinados un horizonte de significado. La verdadera cárcel es el mundo; en su celda, los futuros mártires han escapado de él y sus tentaciones:

Porque mucho mayores son las tinieblas del mundo que entenebrecen la mente de los hombres. Más pesadas son sus cadenas, pues oprimen sus mismas almas. Más repugnante es la fetidez que exhala el mundo porque emana de la lujuria de los hombres. En fin, mayor número de reos encierra la cárcel del mundo, porque abarca todo el género humano amenazado no por el juicio del procónsul, sino por la justicia de Dios.43

Tertuliano afirma que "la cárcel es para el cristiano lo que la soledad es para los profetas". Desde el ruidoso escándalo del mundo, el encierro es hermoso, ascético, un "retiro". La cárcel es un entrenamiento, es "una palestra", ahí nace la verdadera virtud que es hija de la austeridad. Un espiritualizado mundo al revés.

El escape del mundo tiene su clave en la soledad, en las comunidades de monachoi. La prédica resuena en el horizonte del pecado, en donde la carne es el enemigo y se le ha situado en el mundo del mal. Los anachoresis escapan de un universo social contaminado por el mal y buscan su salvación en el anonimato del encierro. El dominio del cuerpo encamina la salvación. La renuncia genera comunidad, solidaridad frente al enemigo: uno mismo en el horizonte de la culpa. Una tumba resguarda los cuerpos en sufrimiento por vencer las tentaciones. Orar, mortificarse, vencer. La vida se convierte en una gran prueba para aspirar a la transformación: dejar la carne y volverse espíritu. La tecnología del cuerpo monacal busca su anulación: vigilia, hambre, suciedad, alucinaciones, dolor. Un camino de espinas para dejar de ser humano. Pobreza, obediencia y castidad. La culminación es sublimarse, vencer el mundo, morir. Las diversas tradiciones de monacato tienen ese telón de fondo: huir del mundo.

El miedo al mundo es el gran mitema cristiano, un tropo central de la retórica de la Salvación. Negar el mundo y sus placeres era un dogma de fe. Pero es un concepto que se trabajó, emergió históricamente: se construyó sobre el a priori del mal anidado en el mundo. Los frailes, especialistas en la renuncia, ¿podían entender de otra forma la relación con el mundo? Sobre esta tradición escribe fray Bernardino de Sahagún. En sus retóricas en náhuatl resuenan símbolos cristianos. En la supuesta versión de la memoria pagana, se avanza para describir las recomendaciones de los huehues a los jóvenes a través de las tradicionales imágenes cristianas del desprecio al mundo. No es de extrañar, es un monje que ha decidido salir de él y, en todo caso, regresar para cambiarlo; espiritualizando en la escritura a una sociedad que estaba evangelizando en las prácticas. En la retórica que construye sobre el saber indígena se dejan escuchar las viejas quejas del cristianismo. El padre indio le dice al hijo que el camino sobre el mundo es "espantablemente dificultoso":

Mira que seas avisado, porque este mundo es muy peligroso, muy dificultoso y muy desasosegado, y muy cruel y temeroso y muy trabajoso y por esta causa los viejos con mucha razón dijeron: no se escapa nadie de las descendidas y subidas de este mundo, de los torbellinos y tempestades que en él hay; o de las falsedades y solazamientos, y dobleces, y falsas palabras que en él hay; muy engañoso es este mundo, ríese de unos, gozase con otros, burla y escarnece de otros, todo está lleno de mentiras, no hay verdad en él, de todos escarnece.44

No se puede confiar en el mundo; está endemoniado, gobernado por la tiranía del mal. En los relatos, la condolida madre, en los ecos del mismo imaginario, le recomienda a la hija que, cuando entre en la edad de la discreción:

[...] en este mundo no hay verdadero placer, ni verdadero descanso, más antes hay trabajos y aflicciones y cansancios extremados, y abundancia de miserias y pobreza.

2.- ¡Oh hija mía, que este mundo es de llorar y de aflicciones, y de descontentos, donde hay fríos y destemplanzas de aire, y grandes calores del sol que nos aflige, y es lugar de hambre y de sed!45

Un mundo oscuro acecha a la niña. En esa sabiduría el placer de vivir no existe. La "moral prehispánica" reelaborada recomienda a las jovencitas: cuando eres doncellita eres como un chalchihuite, no te deshonres a ti misma. La carne es el gran peligro. El mundo del gozo y la fornicación no debe entrar en las mentes de los jóvenes:

3.- Nota bien lo que te digo hija mía, que este mundo es malo y penoso, donde no hay placeres, sino descontentos. Hay un refrán que dice que no hay placer sin que no esté junto con mucha tristeza, que no hay descanso que no esté junto con mucha aflicción, acá en este mundo; éste es dicho de los antiguos, que nos dejaron para que nadie se aflija con demasiados lloros y con demasiada tristeza.46

La transformación de los valores antiguos ocurre en la antigua simbólica del miedo al mundo: "Acá en este mundo vamos por un camino muy angosto y muy alto y muy peligroso, que es como una loma muy alta, y que por lo alto de ella va un camino muy angosto, y a la una mano está gran profundidad y hondura sin suelo, y si te desviares del camino hacia la una mano o hacia la otra, caerás en aquel profundo".47

¿Esos relatos representan el vibrante mundo mexica? ¿Acaso era un politeísmo excluyente? ¿O es el monoteísmo de siempre cincelando sus verdades en el otro? Es un discurso conservador, sin duda, ¿pero de qué valores? ¿Los prehispánicos o los formados en el convento? Con la escritura se aspira a recobrar las viejas costumbres. En el ejercicio retórico, basado en la moral de los antepasados prehispánicos, ¿se encuentra una verdad indígena mesoamericana? El hecho de que se escriban en náhuatl no excluye que se inscriban en el menosprecio del mundo cristiano. ¿De quién era el miedo al mundo? ¿De los mexicas o de los frailes? Era una verdad universal: el mundo es un tránsito, en donde se viene a sufrir, en medio de un valle de lágrimas, incluso el Anáhuac...

 

V. CONSIDERACIONES FINALES

¿Moral cristiana entre paganos?, ¿estoicos tropicales?, ¿eunucos mexicas por el reino de los cielos?, ¿confesión y culpabilidad nahua?, ¿miedo prehispánico ante el mundo?, ¿paganismo trascendental? Conceptos sin duda extraños, ajenos al mundo nahua, representaciones textuales sin un correlato social claro. La genealogía intelectual de los tropos del libro VI de la Historia general tiene sentido sólo bajo la autoridad de la simbólica de la carne en Occidente. Es evidente que el texto no rescata la antigua moral mexica. Son textos de evangelización construidos desde la omnipresencia de la carne en una cosmogonía de la Caída y la culpabilidad. Por sus temas y exhortaciones cincelaron la tecnología del cuerpo cristiana en el pasado indígena.

El mundo creado en los relatos difícilmente existió. Lo que importa es que fue pensado y tematizado para el oído del converso: una ficción para predicar con la autoridad de la "memoria antigua". Los textos aspiraban a generar un saber-vivir para catecúmenos y sacerdotes dentro de los horizontes de la contención del cuerpo. Bañados en añejos saberes, ofrecían profundidad histórica al mundo indígena cristianizado. Sus grafías instaurarían los recuerdos aceptados, listos para vivir el Nuevo Mundo enmarcado por la des-civilización de las antiguas prácticas.

En los huehuetlatolli las creencias del otro han dejado de pertenecer a la tradición indígena. ¿Para qué resguardar lo que se intenta destruir? Una paradoja que en la mente de fray Bernardino de Sahagún no existía, su escritura fundó el mejor texto que pudo: aquel en donde las creencias del otro retóricamente naturalizaran la nueva emergencia civilizatoria. De esa forma la tecnología cristiana avanzaría por esa sociedad en ruinas, instituyendo saberes cristianos sobre el mundo de los huehues. En ese movimiento emergió una nueva memoria indígena: cristianizada y reelaborada para apuntalar el lugar de la evangelización y construir indios puros, en el marco de la espera por la Salvación Universal. Sólo trabajada y expurgada podía ser rescatada para ese Reino de Dios. El libro VI de la Historia general es una edificante y espiritualizada versión de los aztecas. Por sus fojas quedaron inscritas las cenizas del mundo pagano: sólo tristes trópicos mexicas. Una postal piadosa de una sociedad que fue colonizada por el imaginario de la Carne.

 

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Notas

1 Utilizo el modelo de Paul Ricoeur en Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II, para escapar del problema de la escritura como reflejo del mundo. La clave es entender "¿qué fija la escritura? No el acontecimiento del decir, sino lo dicho del habla, que entendemos como esa exteriorización intencional que constituye el objeto mismo del discurso en virtud del cual el Sagen -el decir- quiere convertirse en Aus-sage -lo enunciado-. En síntesis, lo que escribimos, lo que inscribimos, es el noema del decir. Es el significado del acontecimiento como habla, no del acontecimiento como tal", p. 171.

2 Pienso en el método dialógico para hacer emerger los horizontes de la tradición. Cfr. Hans-George Gadamer, Verdad y método I.

3 Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de la Nueva España, p. 297.

4 Cfr. Miguel León-Portilla y Librado Silva, Huehuehtlahtolli.

5 Entendido desde la tradición de Gadamer, en donde "los prejuicios de un individuo son mucho más que sus juicios, la realidad histórica de su ser". Vid. Gadamer, Verdad y método I, op. cit., p. 344.

6 Sahagún, Historia general..., op. cit., 297.

7 Idem.

8 Vid. el concepto de "institución" en la obra de Cornelius Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad.

9 Sahagún, Historia general..., op. cit., p. 73.

10 Cfr. Michel de Certau, La invención de lo cotidiano. 1 Artes del hacer.

11 Vid. el magnífico primer capítulo de Michel de Certeau, La escritura de la historia.

12 Paul Ricoeur, El conflicto de las interpretaciones. Ensayos de hermenéutica, p. 31.

13 Ibidem, pp. 59-60.

14 Cfr. Michel Foucault, Las palabras y las cosas.

15 Vid. Reinhart Koselleck, Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia.

16 Cfr. Paul Ricoeur, Tiempo y narración.

17 Vid. Friedrich Nietzsche, Genealogía de la moral. El genealogista trabaja sobre el gris de los textos para buscar la procedencia: "lo fundado en documentos, lo realmente comprobable, lo efectivamente existido, en una palabra, toda la larga y difícilmente descifrable escritura jeroglífica de la moral humana", p. 34.

18 Epístola a los Gálatas 5, 19.

19 Primera Epístola a los Corintios 6, 19.

20 Primera Epístola a los Corintios 6, 9.

26 Sahagún, Historia general..., op. cit., pp. 346-347. Las cursivas son mías.

27 Ibidem, p. 348.

28 Ibidem, p. 351.

29 Idem.

30 Ibidem, p. 355.

31 Ibidem, p. 357.

32 Ibidem, pp. 357-358.

33 Ibidem, p. 362.

34 Ibidem, p. 335.

35 Ibidem, p. 399.

36 Ibidem, p. 312.

37 Cfr. Pierre Bourdieu, La dominación masculina.

38 Sahagún, Historia general..., op. cit., pp. 312-313.

39 Ibidem, p. 314.

40 Cfr. Jean-Pierre Vernant, Mito y religión en la Grecia antigua; Morris Berman, Cuerpo y espíritu; Moses Finley, El mundo de Odiseo, entre muchos otros.

41 Cfr. Marco Aurelio, Meditaciones, p. 77.

42 Juan 17, 33.

43 Cfr. Tertuliano, AdMartires, particularmente todo el capítulo II.

44 Sahagún, Historia general..., op. cit., p. 352. Las cursivas son mías.

45 Ibidem, p. 345.

46 Ibidem, pp. 345-346. Las cursivas son mías.

47 Ibidem, p. 350.

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